Por Christian Gadea Saguier* Para el Simposio Internacional de la Historia de la Masonería en América Latina.(1)
Introduccion
Desde su independencia en 1811 el Paraguay fue constituyendose, con los gobiernos paternalistas de Francia y Lopez, como una de las primeras naciones economicas de esta parte de America.
Con la guerra librada contra Brasil, Argentina y Uruguay juntos, entre 1864 y 1870, por decision de su presidente, el hijo de Carlos A. López, Francisco, el Paraguay se destruye ante todo lo conocido, admirado y construido en una region sin salida al mar y franqueado por dos potencias: Brasil y Argentina.
Esta guerra conocida como “de la Triple Alianza” o “del Paraguay” diezmo a la poblacion, reinando una aguda miseria en todo el pais. Los combatientes y aquellos que huyeron de las batallas iban llegando a la capital exhaustos, en el mas mísero estado de salud y condicion humana, por lo que surge el primer movimiento abiertamente masonico, con la creación de un Asilo bajo la direccion de la Logia “Fe”, fundada en enero de 1869, cuando las tropas aliadas venian llegando a Asuncion y el Presidente Lopez, con su pequeña hueste de soldados, huia hacia el norte.
Pero la influencia masónica fue anterior a este lamentable escenario. A diferencia de reaccionar ante la destrucción que produjo la guerra, hermanos participaron de forma activa en la emancipación de los países del sur de América del yugo Español.
El 6 de octubre de 1817, el General José de San Martín ordena que todos los cuerpos del ejército de los Andes, asistentes a la batalla de Ayacucho, designen entre sus miembros a los acreedores de ostentar la Orden de Mérito. El ingreso a la Legión del Mérito de Chile de individuos originarios de las provincias del Río de la Plata dio la oportunidad a José Félix Bogado de ser portador de una. Este héroe de la emancipación perteneció a la Logia Lautaro, como gran combatiente en el famoso Regimiento Granaderos a Caballo.
Aun antes, en los trabajos preliminares de la independencia de los pueblos americanos, junto al General venezolano Francisco de Miranda, el ilustre sacerdote paraguayo, predicador, orador y católico se juntó a él en 1799 y a San Martín. Simón Bolívar, O`Higgins, Carrera y Manuel Belgrano en la Logia “Unión Americana”. Este sacerdote regresó al Paraguay en 1869 y figura en el archivo de la Logia “Fe” con el Grado 33º.
Pero será desde 1845 cuando la Masonería paraguaya inicia sus trabajos en secreto y en la clandestinidad, durante la era del Presidente Carlos A. López, a través de las logias de ingleses e italianos llegados con los técnicos contratados para la construcción del nuevo país. Una de ellas trabajaba en tierra firme, la de los italianos, bajo la Veneratura de Enrique Tuba. Por su parte en 1853, los ingleses a bordo del buque “Locust”, en el que venía el primer diplomático británico ante el gobierno del Paraguay, el Sr. Charles Hotham para reconocer y ratificar la independencia y la firma de algunos tratados de comercio, donde se inician iconos militares y marinos paraguayos que posteriormente desempeñarán gran papel en la política del país.
Teniendo ante mi vista las actas masónicas en el idioma Portugués de la Logia “Fe”, en bonita letra gótica inglesa rubricada por el gran secretario de la logia, soy testigo de la iniciación de paraguayos que tendrán un papel determinante en la reconstrucción del Paraguay después de la guerra. Cirilo A. Rivarola, Cayo Miltos, Juan B. Gill, Cándido Bareiro, Adolfo Saguier, Bernardino Caballero, Juan A. Jara y otros más trabajaron cada uno en su tiempo y oportunidad fraternalmente para la creación del Colegio Nacional de la Capital; el Ateneo del Paraguay; el Instituto paraguayo; la Universidad Nacional; la Academia de Lengua y Cultura Guaraní; la Academia de Historia Militar; los tradicionales Partidos Políticos: Liberal y Colorado, ocupando en la mayoría de las veces la presidencia de la República, creando una nueva constitución que otorgó un segundo nacimiento a un país muerto.
Desarrollo
La influencia de los Masones para el desarrollo en todos los campos se inicia con las gestión del General Francisco Miranda para organizar, primero en Londres y luego en Cádiz la Logia “Unión Americana”, con el propósito firma de libertar a esos pueblos del dominio español. En esta gesta participó el primer masón paraguayo que hasta la fecha se sabe; el Sacerdote Juan Pablo Fretes, quien ayudado por O`Higgins en Cádiz durante 1799, colaboró en la organización de la “Unión Americana” formada dos años antes. Fretes era un sacerdote de antigua ley, pobre viandante, predicador sin capellanías ni curias, en su espiritual doctrina vivía para el amor y la enseñanza de los hombres más que para la sacristía. Con este perfil tuvo larga actuación periodística en tierra araucana, siendo en 1819 director de “La Gacete”.
Las invasiones napoleónicas habían llegado hasta España donde dejaron caduco el poder monárquico y su influencia múltiple se trasladaba a otros continentes. Se aflojaron los resortes del poder político de España y se secuela repercutió en América. La competencia de poderes se trasluce en las invasiones inglesas a Montevideo y Buenos Aires defendida por agrupaciones militares donde participó el contingente paraguayo bajo la dirección del Teniente Fulgencio Yegros, héroe y artífice de la independencia del Paraguay en 1811.
Dentro del periodo de las luchas revolucionarias en el continente americano, para conquistar la emancipación política del yugo español, gran influencia tuvieron las logias masónicas en cada uno de los grupos directivos de jefes militares y civiles que actuarán entonces por la contienda sudamericana.
Aparecen en el escenario porteño Bernardo de Monteagudo, Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Bartolomé Mitre, Domingo Sarmiento y otros. Al tener conocimiento, José de San Martín del movimiento revolucionario iniciado por sus compatriotas, ayudados por la Logia “Unión Americana”, abandonó España pasando a Londres, donde se embarcó en la fragata “George Canning” que le condujo a Buenos Aires junto a otros hermanos.
Al arribar a Buenos Aires desarrolló dos medidas con las cuales podía triunfar en la revolución que se venía gestando. El nombre de la Logia “Lautaro” proviene de aquel guerrero araucano que murió defendiendo gloriosamente la independencia de sus tierras. San Martín tomo este nombre como un símbolo, sintetizando en él la orientación a imprimir a los ideales de la nueva logia.
En cumplimiento de la Orden que le impartiera el Gobierno de Buenos Aires, San Martín, procedió a crear una unidad de caballería al estilo de los cuerpos europeos, organizando por la pronta medida, un escuadrón que denominó “Granaderos a Caballo”. Estos granaderos a caballo, militares de las familias mas distinguidas de la argentina, recibieron su bautismo de fuego en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813, obteniendo una brillante victoria sobre las fuerzas realistas procedentes de Montevideo que asolaban las costas del Ría Paraná.
En febrero de 1813 hace su aparición el próximo masón paraguayo: José Félix Bogado, bravo criollo que ligó el nombre de su patria al movimiento que conquistó la emancipación de Chile, Perú y Colombia. En octubre de 1817, cuando Bogado ya era Teniente, por orden de San Martín, todos los cuerpos de ejército de los Andes que participaron de la batalla de Ayacucho deberían elegir entres sus miembros, a los que recibirían la Orden del Mérito de Chile. Entre estos militares fue electo el Teniente José Félix Bogado ya incorporado a la Logia “Lautaro”.
Con el tiempo se hizo Coronel y brazo derecho del General San Martín del Regimiento “Granaderos a Caballo” de Buenos Aires. Además, también perteneció a la Logia “Lautaro” de Chile y fue héroe en el ejército libertador de los Andes, al lado del General O`Higgins. Su diploma de Coronel, del 9 de junio de 1825, lleva la firma de Simón Bolívar, atendiendo sus méritos y servicios.
La primera noticia de los trabajos de Logias masónicas tardaron en llegar al Paraguay por el férreo gobierno cerrado del Dr. Francia, pero con la asunción de Carlos A. López, el Paraguay se abrió al mundo y este presidente mandó contratar a numerosos profesionales europeos para la construcción edilicia y cultural del Paraguay. Con estos inmigrantes, hacia 1845 trabaja en la clandestinidad y en forma secreta la Logia “Pitágoras” en Asunción, bajo la Veneratura de Enrico Tuba, italiano que inició en su logia a técnicos inmigrantes que llegaban al Paraguay.
A los efectos de reconocer y ratificar la independencia del Paraguay, además de firmar tratados de comercio y amistad con libre navegación de ríos internacionales, llega a Asunción en 1853 el buque británico “Locus” que transportaba al Sr. Exc. Charles Hotham, primer diplomático británico ante el gobierno del Paraguay. En ese buque, capitaneado por el hermano del diplomático, trabajaba la Logia “Conway” bajo la Veneratura de Ernest Hotham, donde iniciaron a militares y personalidades del gobierno paraguayo que cumplirían una proficua labor en la construcción del país. De esta logia tengo ante mi vista el “acta naval” donde firman los mencionados británicos iniciando a paraguayos.
A la muerte del Presidente López en 1862, eligen como sucesor a su hijo, un joven General que realizó sus estudios en Europa, Francisco que tenía por deber encontrar las soluciones ante las diferencias con los gobiernos de Brasil y Argentina sobre límites, comercio y otras áreas de capital importancia para la economía de los países.
Esta “solución” fue un enfrentamiento bélico ante los tres países limítrofes que trajeron la desolación y miseria a una sociedad próspera y con futuro.
Cuatro años después de iniciada esta contienda el ejército “enemigo” toma la capital paraguaya y domina las salidas de sus principales ríos. López no obstante, huye hacia el norte donde encuentra la muerte y nace la curiosa visión de que tenía un salvo conducto de “sus hermanos masones” para retirarse del país e instalarse en Europa junto a su esposa, la irlandesa Elisa Linch.
Lo concreto, en enero de 1869 se funda la Logia “Fe” al mando del ejército brasileño para ordenar y ayudar al levantamiento del Paraguay ante la desoladora situación a la que le condujo su Presidente.
El primer movimiento de esa Logia fue fundar un Asilo para ayudar a las personas que llegaban a la capital en estados infrahumanos. De ello, tengo ante mi vista las actas originales de todo cuanto se realizó para paliar la grave situación.
Paralelamente y con la ayuda de los masones argentinos, se inician a quienes serán los autores de la reconstrucción del Paraguay.
Cirilo A. Rivarola, iniciado el 9 de agosto de 1869, siete días después integra el Triunvirato como Presidente. Inaugura la Convención Nacional Constituyente el día de su asunción al cargo para la redacción de una nueva Constitución, tal vez, la más liberal que el Paraguay tuvo hasta la fecha.
El Supremo Consejo del Grado 33 para la Argentina en su sesión del 24 de julio de 1869, autorizó al Dr. José Roque Pérez a fundar logias en el Paraguay. Esa autorización delegó a Don Torcuato Villanueva, Venerable Maestro de la Logia “Constante Unión” Nº 23 de la Ciudad de Corrientes, quien en cuanto llegó a Asunción, el 18 de setiembre de 1869, en la sede de la Logia “Fe”, juntos a los hermanos brasileños constituyen la Logia “Unión Paraguaya”, donde se iniciarán los protagonistas de la reconstrucción del Paraguay, desde Presidentes de la República a políticos, ministros, comerciantes y periodistas, del cual tengo ante mi vista las actas que certifican el trabajo que realizarán.
Conclusiones
Nuestros países no serían tales si los principios de Libertad y Justicia no reinaran en la mente de los libertadores. El aporte masónico, por medio de sus miembros, constituye un hito histórico en la influencia de una sociedad en la construcción de los países.
Pero el legado masónico debe continuar. La Masonería no está para vivir del pasado, son construyendo el presente, con sus principios y valores universales, para que nuestras sociedades tengan un mejor futuro.
Bibliografía.
Amadeo Báez Allende. El Gran Oriente del Paraguay Actas originales de las Logias “Fe” y “Unión Paraguaya”
Actas del Supremo Consejo del Grado 33 del Paraguay Cartas publicadas por Eberhard Munck af Rosenschold Periódicos de la época
y siguen mas... ___________________
(1)www.simpsio.cl
* Ex Venerable Maestro de la Logia “Concordia” #15 de la Gran Logia Simbólica del Paraguay. Periodista y escritor.
Introduccion
Desde su independencia en 1811 el Paraguay fue constituyendose, con los gobiernos paternalistas de Francia y Lopez, como una de las primeras naciones economicas de esta parte de America.
Con la guerra librada contra Brasil, Argentina y Uruguay juntos, entre 1864 y 1870, por decision de su presidente, el hijo de Carlos A. López, Francisco, el Paraguay se destruye ante todo lo conocido, admirado y construido en una region sin salida al mar y franqueado por dos potencias: Brasil y Argentina.
Esta guerra conocida como “de la Triple Alianza” o “del Paraguay” diezmo a la poblacion, reinando una aguda miseria en todo el pais. Los combatientes y aquellos que huyeron de las batallas iban llegando a la capital exhaustos, en el mas mísero estado de salud y condicion humana, por lo que surge el primer movimiento abiertamente masonico, con la creación de un Asilo bajo la direccion de la Logia “Fe”, fundada en enero de 1869, cuando las tropas aliadas venian llegando a Asuncion y el Presidente Lopez, con su pequeña hueste de soldados, huia hacia el norte.
Pero la influencia masónica fue anterior a este lamentable escenario. A diferencia de reaccionar ante la destrucción que produjo la guerra, hermanos participaron de forma activa en la emancipación de los países del sur de América del yugo Español.
El 6 de octubre de 1817, el General José de San Martín ordena que todos los cuerpos del ejército de los Andes, asistentes a la batalla de Ayacucho, designen entre sus miembros a los acreedores de ostentar la Orden de Mérito. El ingreso a la Legión del Mérito de Chile de individuos originarios de las provincias del Río de la Plata dio la oportunidad a José Félix Bogado de ser portador de una. Este héroe de la emancipación perteneció a la Logia Lautaro, como gran combatiente en el famoso Regimiento Granaderos a Caballo.
Aun antes, en los trabajos preliminares de la independencia de los pueblos americanos, junto al General venezolano Francisco de Miranda, el ilustre sacerdote paraguayo, predicador, orador y católico se juntó a él en 1799 y a San Martín. Simón Bolívar, O`Higgins, Carrera y Manuel Belgrano en la Logia “Unión Americana”. Este sacerdote regresó al Paraguay en 1869 y figura en el archivo de la Logia “Fe” con el Grado 33º.
Pero será desde 1845 cuando la Masonería paraguaya inicia sus trabajos en secreto y en la clandestinidad, durante la era del Presidente Carlos A. López, a través de las logias de ingleses e italianos llegados con los técnicos contratados para la construcción del nuevo país. Una de ellas trabajaba en tierra firme, la de los italianos, bajo la Veneratura de Enrique Tuba. Por su parte en 1853, los ingleses a bordo del buque “Locust”, en el que venía el primer diplomático británico ante el gobierno del Paraguay, el Sr. Charles Hotham para reconocer y ratificar la independencia y la firma de algunos tratados de comercio, donde se inician iconos militares y marinos paraguayos que posteriormente desempeñarán gran papel en la política del país.
Teniendo ante mi vista las actas masónicas en el idioma Portugués de la Logia “Fe”, en bonita letra gótica inglesa rubricada por el gran secretario de la logia, soy testigo de la iniciación de paraguayos que tendrán un papel determinante en la reconstrucción del Paraguay después de la guerra. Cirilo A. Rivarola, Cayo Miltos, Juan B. Gill, Cándido Bareiro, Adolfo Saguier, Bernardino Caballero, Juan A. Jara y otros más trabajaron cada uno en su tiempo y oportunidad fraternalmente para la creación del Colegio Nacional de la Capital; el Ateneo del Paraguay; el Instituto paraguayo; la Universidad Nacional; la Academia de Lengua y Cultura Guaraní; la Academia de Historia Militar; los tradicionales Partidos Políticos: Liberal y Colorado, ocupando en la mayoría de las veces la presidencia de la República, creando una nueva constitución que otorgó un segundo nacimiento a un país muerto.
Desarrollo
La influencia de los Masones para el desarrollo en todos los campos se inicia con las gestión del General Francisco Miranda para organizar, primero en Londres y luego en Cádiz la Logia “Unión Americana”, con el propósito firma de libertar a esos pueblos del dominio español. En esta gesta participó el primer masón paraguayo que hasta la fecha se sabe; el Sacerdote Juan Pablo Fretes, quien ayudado por O`Higgins en Cádiz durante 1799, colaboró en la organización de la “Unión Americana” formada dos años antes. Fretes era un sacerdote de antigua ley, pobre viandante, predicador sin capellanías ni curias, en su espiritual doctrina vivía para el amor y la enseñanza de los hombres más que para la sacristía. Con este perfil tuvo larga actuación periodística en tierra araucana, siendo en 1819 director de “La Gacete”.
Las invasiones napoleónicas habían llegado hasta España donde dejaron caduco el poder monárquico y su influencia múltiple se trasladaba a otros continentes. Se aflojaron los resortes del poder político de España y se secuela repercutió en América. La competencia de poderes se trasluce en las invasiones inglesas a Montevideo y Buenos Aires defendida por agrupaciones militares donde participó el contingente paraguayo bajo la dirección del Teniente Fulgencio Yegros, héroe y artífice de la independencia del Paraguay en 1811.
Dentro del periodo de las luchas revolucionarias en el continente americano, para conquistar la emancipación política del yugo español, gran influencia tuvieron las logias masónicas en cada uno de los grupos directivos de jefes militares y civiles que actuarán entonces por la contienda sudamericana.
Aparecen en el escenario porteño Bernardo de Monteagudo, Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Bartolomé Mitre, Domingo Sarmiento y otros. Al tener conocimiento, José de San Martín del movimiento revolucionario iniciado por sus compatriotas, ayudados por la Logia “Unión Americana”, abandonó España pasando a Londres, donde se embarcó en la fragata “George Canning” que le condujo a Buenos Aires junto a otros hermanos.
Al arribar a Buenos Aires desarrolló dos medidas con las cuales podía triunfar en la revolución que se venía gestando. El nombre de la Logia “Lautaro” proviene de aquel guerrero araucano que murió defendiendo gloriosamente la independencia de sus tierras. San Martín tomo este nombre como un símbolo, sintetizando en él la orientación a imprimir a los ideales de la nueva logia.
En cumplimiento de la Orden que le impartiera el Gobierno de Buenos Aires, San Martín, procedió a crear una unidad de caballería al estilo de los cuerpos europeos, organizando por la pronta medida, un escuadrón que denominó “Granaderos a Caballo”. Estos granaderos a caballo, militares de las familias mas distinguidas de la argentina, recibieron su bautismo de fuego en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813, obteniendo una brillante victoria sobre las fuerzas realistas procedentes de Montevideo que asolaban las costas del Ría Paraná.
En febrero de 1813 hace su aparición el próximo masón paraguayo: José Félix Bogado, bravo criollo que ligó el nombre de su patria al movimiento que conquistó la emancipación de Chile, Perú y Colombia. En octubre de 1817, cuando Bogado ya era Teniente, por orden de San Martín, todos los cuerpos de ejército de los Andes que participaron de la batalla de Ayacucho deberían elegir entres sus miembros, a los que recibirían la Orden del Mérito de Chile. Entre estos militares fue electo el Teniente José Félix Bogado ya incorporado a la Logia “Lautaro”.
Con el tiempo se hizo Coronel y brazo derecho del General San Martín del Regimiento “Granaderos a Caballo” de Buenos Aires. Además, también perteneció a la Logia “Lautaro” de Chile y fue héroe en el ejército libertador de los Andes, al lado del General O`Higgins. Su diploma de Coronel, del 9 de junio de 1825, lleva la firma de Simón Bolívar, atendiendo sus méritos y servicios.
La primera noticia de los trabajos de Logias masónicas tardaron en llegar al Paraguay por el férreo gobierno cerrado del Dr. Francia, pero con la asunción de Carlos A. López, el Paraguay se abrió al mundo y este presidente mandó contratar a numerosos profesionales europeos para la construcción edilicia y cultural del Paraguay. Con estos inmigrantes, hacia 1845 trabaja en la clandestinidad y en forma secreta la Logia “Pitágoras” en Asunción, bajo la Veneratura de Enrico Tuba, italiano que inició en su logia a técnicos inmigrantes que llegaban al Paraguay.
A los efectos de reconocer y ratificar la independencia del Paraguay, además de firmar tratados de comercio y amistad con libre navegación de ríos internacionales, llega a Asunción en 1853 el buque británico “Locus” que transportaba al Sr. Exc. Charles Hotham, primer diplomático británico ante el gobierno del Paraguay. En ese buque, capitaneado por el hermano del diplomático, trabajaba la Logia “Conway” bajo la Veneratura de Ernest Hotham, donde iniciaron a militares y personalidades del gobierno paraguayo que cumplirían una proficua labor en la construcción del país. De esta logia tengo ante mi vista el “acta naval” donde firman los mencionados británicos iniciando a paraguayos.
A la muerte del Presidente López en 1862, eligen como sucesor a su hijo, un joven General que realizó sus estudios en Europa, Francisco que tenía por deber encontrar las soluciones ante las diferencias con los gobiernos de Brasil y Argentina sobre límites, comercio y otras áreas de capital importancia para la economía de los países.
Esta “solución” fue un enfrentamiento bélico ante los tres países limítrofes que trajeron la desolación y miseria a una sociedad próspera y con futuro.
Cuatro años después de iniciada esta contienda el ejército “enemigo” toma la capital paraguaya y domina las salidas de sus principales ríos. López no obstante, huye hacia el norte donde encuentra la muerte y nace la curiosa visión de que tenía un salvo conducto de “sus hermanos masones” para retirarse del país e instalarse en Europa junto a su esposa, la irlandesa Elisa Linch.
Lo concreto, en enero de 1869 se funda la Logia “Fe” al mando del ejército brasileño para ordenar y ayudar al levantamiento del Paraguay ante la desoladora situación a la que le condujo su Presidente.
El primer movimiento de esa Logia fue fundar un Asilo para ayudar a las personas que llegaban a la capital en estados infrahumanos. De ello, tengo ante mi vista las actas originales de todo cuanto se realizó para paliar la grave situación.
Paralelamente y con la ayuda de los masones argentinos, se inician a quienes serán los autores de la reconstrucción del Paraguay.
Cirilo A. Rivarola, iniciado el 9 de agosto de 1869, siete días después integra el Triunvirato como Presidente. Inaugura la Convención Nacional Constituyente el día de su asunción al cargo para la redacción de una nueva Constitución, tal vez, la más liberal que el Paraguay tuvo hasta la fecha.
El Supremo Consejo del Grado 33 para la Argentina en su sesión del 24 de julio de 1869, autorizó al Dr. José Roque Pérez a fundar logias en el Paraguay. Esa autorización delegó a Don Torcuato Villanueva, Venerable Maestro de la Logia “Constante Unión” Nº 23 de la Ciudad de Corrientes, quien en cuanto llegó a Asunción, el 18 de setiembre de 1869, en la sede de la Logia “Fe”, juntos a los hermanos brasileños constituyen la Logia “Unión Paraguaya”, donde se iniciarán los protagonistas de la reconstrucción del Paraguay, desde Presidentes de la República a políticos, ministros, comerciantes y periodistas, del cual tengo ante mi vista las actas que certifican el trabajo que realizarán.
Conclusiones
Nuestros países no serían tales si los principios de Libertad y Justicia no reinaran en la mente de los libertadores. El aporte masónico, por medio de sus miembros, constituye un hito histórico en la influencia de una sociedad en la construcción de los países.
Pero el legado masónico debe continuar. La Masonería no está para vivir del pasado, son construyendo el presente, con sus principios y valores universales, para que nuestras sociedades tengan un mejor futuro.
Bibliografía.
Amadeo Báez Allende. El Gran Oriente del Paraguay Actas originales de las Logias “Fe” y “Unión Paraguaya”
Actas del Supremo Consejo del Grado 33 del Paraguay Cartas publicadas por Eberhard Munck af Rosenschold Periódicos de la época
y siguen mas... ___________________
(1)www.simpsio.cl
* Ex Venerable Maestro de la Logia “Concordia” #15 de la Gran Logia Simbólica del Paraguay. Periodista y escritor.
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