sábado, abril 29, 2006

ARQUITECTURA Y MASONERIA



La Masonería se halla estructurada como una ORDEN debido a que posee una regla que le otorga forma, esquema de organización, jerarquía, funcionalidad, principios y procedimientos; posee también una causa o sentido de misión y, finalmente, expresa una disposición simbólica que constituye su lenguaje y su método esencial de enseñanza y comunicación. Estos tres componentes (estructura, misión y simbolismo) son distintivos de las órdenes y la nuestra no escapa a ellos.

Respecto de su simbolismo, habrá que declarar que éste se ha tomado esencialmente de la arquitectura y, particularmente, de la tradición de los constructores de las catedrales góticas de le edad media europea. Desde la perspectiva de los tiempos actuales, sería una grata especulación intentar apreciar hasta qué grado los canteros medievales alcanzaban un determinado nivel de éxtasis o de vibración espiritual, -si es que lo experimentaban-, al ver fluir de sus manos las sublimes revelaciones en piedra levantadas a la Gloria de Dios. Si nuestros antepasados vivían o no de manera efectiva los celestiales sentimientos espirituales que su oficio debía reportarles, lo cierto es que la Orden Masónica recibió el marco esquemático de organización y de simbolismo de los albañiles o canteros medievales y, por supuesto, de sus arquitectos.

La Masonería contemporánea, necesariamente filosófica, aplica las reglas de la construcción al Templo o Edificio Espiritual, cuyo levantamiento exige de sus operarios un doble esfuerzo: la construcción personal en los terrenos de su propio «Yo Interno» y la construcción externa en los escenarios del mundo, de la sociedad y de la comunidad, estructurados sobre la base de los Principios masónicos: la tolerancia, el reconocimiento de la igualdad espiritual de los hombres y la posibilidad política de acceder a esquemas jurídicos que la garanticen, la libertad, la fraternidad entre todos los hombres sin distinción de credos, ideologías, razas, clases y orígenes sociales.

Si el trabajo de construcción del «Yo Interno» es un esfuerzo espiritual, es decir, iniciático, el quehacer de construcción social es un trabajo político. Hay pues una Arquitectura espiritual y una Arquitectura política y en consecuencia se tienen dos edificios: el personal o interno y el social o externo. La Masonería reconoce que ambos edificios son vitales para garantizar la plena realización de la vida humana; sin embargo, la Orden no se declara ni religiosa ni política, porque reconoce que los debates de este género contribuyen a enfrentamientos que anulan el deseo último de la Fraternidad Masónica: llegar a ser el «Centro de la Unión», como asentó James Anderson en The Ancient Charges o Antiguos Deberes de los Francmasones, consignados en el Libro de las Constituciones de 1723, documento que constituye la Carta Magna de la Masonería Filosófica Universal. ¿Cómo realiza entonces la Orden su trabajo externo? La clave de esta realización radica en la eficiencia con que su estructura simbólica e iniciática logra efectivamente transformar la visión del mundo de sus adeptos. Cuando sus educandos logran percibir la realidad sin la venda de la ignorancia, la superstición, el fanatismo y la ambición, cuando la Luz Masónica ha anidado en sus corazones, entonces las cosas aparecen ante sus ojos de otra manera y sus conductas personales y sociales se orientan ahora bajo otros principios, principios que convienen a todos y no afectan a nadie.

Es decir, para lograr las dos construcciones, el masón necesita reunir tres requisitos: 1. Conocimiento de sí mismo y conocimiento del mundo. 2. Dominio de sí mismo y su realización en el mundo. 3. Ennoblecimiento de sí mismo y aspiración a la dicha de la vida de la humanidad. [1]

Esta interpretación ética del trabajo masónico también se manifiesta en que el taller contiguo a la catedral, se halla convertido en Logia, y el templo en un lugar de devoción de especialísima índole en donde se sacraliza el trabajo. Entonces, la Logia se convierte en un «espacio sagrado de trabajo» dedicado a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, espacio en el que la fraternidad y la unión espiritual de los asistentes constituye la mejor garantía del desarrollo colectivo.

Las Logias bien organizadas y bien dirigidas, respetuosas de las formas masónicas dispuestas en los cahiers oficiales y seguidoras de la tradición del ritual y del simbolismo, son una prenda de efectividad transformadora de sus adeptos y se constituyen, de inmediato, en un centro de atracción en el que los integrantes asisten deseosos de participar activamente en el esfuerzo grupal de la Logia por lograr cuantos fines se propongan en su seno. Por lo contrario, las Logias dirigidas por hermanos que desconocen las reglas del Arte Real y los procedimientos básicos de la construcción masónica, las Logias que mezclan la frivolidad y la ligereza, se "profanan" en el sentido literal del término, pierden la vocación constructiva y se alejan de la arquitectura moral de la Orden. No nos sorprenda, por lo tanto, que las Logias abatidas sean precisamente las que se caracterizan por el desorden, el distanciamiento de la tradición iniciática, el involucramiento de la politiquería, el autoritarismo de sus dirigentes, la ausencia de respeto al albedrío de los obreros, la apatía de sus integrantes justamente decepcionados porque no encuentran lo que buscan, el abandono ritual, la desidia, la falta de motivación, etc, etc.

Un hermano de este Oriente, hace ya varios años, indicaba en sus peroratas la necesidad de que los asistentes a las Logias asumieran, de entrada, una disposición y una actitud espiritual religante, -no religiosa, sino meramente «re-ligante»-, de tal forma que la Tenida no se convirtiera en una simple "asamblea, junta o reunión", sino en un acto en el cual se celebrara la Logia . Ahora bien, "celebrar" la Logia significa VIVIR el ritual y el simbolismo y predisponer el ánimo y el espíritu para ser especialmente receptivos al mensaje de la apertura, del desarrollo y del cierre de los Trabajos. Pensar, como pensaba el gran poeta alemán Goethe, cuando observaba la Estrella Flamígera sobre el Ara y decía:

Para empezar y para concluir,
Compás, Plomo y Nivel.
Todo se entorpece y paraliza en las manos,
Si la estrella no ilumina el día.

En otra parte de uno de sus múltiples poemas dedicados a la Masonería, abunda Goethe en la belleza del simbolismo de las Tres Grandes Luces de la Masonería: el Libro de la Ley, la Escuadra y el Compás.

La Biblia, en su caso, es la Luz sobre nosotros no como autoridad dogmática, sino como expresión de fe en una ordenación moral del mundo; la Escuadra es la Luz en nosotros, porque es el símbolo del derecho y del deber que Dios grabó en la conciencia y que conduce moralmente a los hombres; el Compás es la Luz alrededor de nosotros, es el símbolo de la fraternidad y del servicio al prójimo. [2]

Los asistentes a la Tenida deberían tener en cuenta, además, otros elementos de la arquitectura masónica, es decir, de su simbolismo, justo cuando se colocan su mandil para dedicarse al Trabajo y para presenciar la apertura de la Logia. Cada herramienta, cada utensilio tiene su significado en el conjunto logial, como también lo tiene el peculiar lenguaje de apertura, el golpeteo de los malletes de las Luces del taller, la iluminación y la decoración del Templo, etc.

La Invocación de la Apertura de los Trabajos, que es una verdadera dedicación espiritual a la «Gloria del Gran Arquitecto del Universo» y que supone un «re-ligamiento» espiritual ascendente, la dedicación de los Trabajos a la «Confraternidad Universal», que es un «re-ligamiento» espiritual horizontal que apela al sentimiento de fraternidad entre los hombres, todo bajo los auspicios de una Simbólica Potencia que regulariza los Trabajos, todo esto es un monumento a la sublimación que debe disponer el ánimo de los asistentes hacia lo más elevado que la conciencia pueda percibir. Por otra parte, el reconocimiento de que la Logia se sostiene en tres columnas, colocadas en los tronos de cada una de las Tres Luces, -el Venerable y los dos Vigilantes-, nos da la sensación de fortaleza y la convicción de que la Logia se reúne bajo el amparo de leyes universales. Estas columnas respectivamente significan:

La Sabiduría o pensamiento que dirige.
La Fuerza o energía moral que la ejecuta.
La Belleza o armonía de las fuerzas mentales, la concordia entre el pensamiento y la acción .

Con estos elementos en mente ¿es posible no asumir una actitud espiritual capaz de matizar los Trabajos de la Logia con un aliento de construcción personal y colectiva orientada al cultivo del «Yo Interno» y del «Yo Colectivo»? ¿Es factible estropear los trabajos con vacuidades y liviandades más propias de sindicatos y de camarillas que de una Logia dedicada al Trabajo Espiritual e Intelectual?

Una de las razones de que la Arquitectura Masónica se disipe del seno de las Logias es el olvido de estos principios básicos de la construcción masónica; el abandono de las reglas básicas del Oficio y la atracción de motivaciones profanas de algunos hermanos que se aburren de la cotidianeidad masónica y que creen que el «Arte Real de Labrar la Piedra en Bruto» carece de sentido práctico en nuestras vidas y en nuestra sociedad. Estos hermanos permanentemente expresan que lo que se dice en la Logia es muy bonito, muy bello, muy poético, pero siempre rematan con la pregunta ¿cómo repercute en la sociedad? ¿qué hace la Masonería allá fuera? Y entonces parece que desconocen o que olvidan que la Masonería no tiene otra cosa que hacer más que hacer masones y que en éstos, los principios masónicos actúan de tal forma que en la vida profana las acciones de nuestros hermanos se van manifestando en sus obras, acciones y dichos y es así como destacan en sus trabajos, donde quiera que se encuentren y por modesto que éste sea.

Ciertamente, toda Logia corre el riesgo de caer en una burocratización del trabajo y todos los masones pueden hacer de la sistematización de su asistencia a la Logia un patrón estéril de creatividad, de innovación y de motivación. Evitarlo dependerá del talento grupal de la Logia y de proporcionar a los Trabajos un atractivo siempre renovador.

La Orden Masónica, luego de tantos años de existencia formal, ha resistido persecuciones, excomuniones tan ingenuas como infructuosas de pontífices fanatizados y necios, incomprensiones y denostaciones de toda clase y orígenes; sin embargo, y a pesar de todo, siempre ha salido fortalecida y renovada sin abandonar sus Principios esenciales que le dan forma y contenido y que definen su naturaleza iniciática.

La Orden Masónica no está llamada a ser una sociedad de masas, sino una agrupación selecta y selectiva que escoge a sus adeptos sobre la base de requisitos que cualquier hombre de bien y de honor puede efectivamente cumplir. Aún así, tal vez sus peores enemigos, aquéllos que más contribuyen a su destrucción, lejos de hallarse fuera de sus filas y de sus templos se encuentren justamente dentro de ellos. En efecto, muchas veces los elementos más nocivos para la Orden Masónica solemos ser nosotros mismos, pues nuestra ignorancia de lo que ella es verdaderamente, el desconocimiento que tenemos de su historia, de su naturaleza, de sus fines, métodos, principios, y sobre todo la ignorancia que manifestamos de sus límites, nos predispone en su contra, queriendo que ella, la Orden, sea como nosotros queremos que sea, que actúe como suponemos que debe hacerlo y queremos, encima de todo, transformarla al tono de los tiempos, como si la Institución no fuera, en sí misma, eternamente contemporánea.

Y quiénes son éstos? Son aquéllos que la frivolizan queriéndola despojar de sus atributos esenciales; son aquéllos que con su actitud profanizante alejan a los hermanos de las Logias, estropean el logro de las metas formativas de sus Templos y terminan por destruir lo que no comprenden. El olvido de que la Orden tiene como objetivo disipar la ignorancia, combatir los vicios y las pasiones que deshonran al hombre haciéndole tan desgraciado e inspirar el amor a la humanidad, y que sus métodos son la educación iniciática y espiritual de sus miembros, produce miopía en los hermanos, les impide ver más allá de las "formas" y les produce gran confusión.

De esta manera, podemos concluir que el simbolismo de la Orden se halla cifrado por medio de los recursos de la Arquitectura, al punto que Arquitectura y Masonería se encuentran indefectiblemente unidas. Aprendamos a ver en los símbolos masónicos la pureza de su mensaje y asumamos la voluntad de estudiar y compenetrarnos más y mejor de sus profundos significados.

[1] Lennhoff, Eugen, Los Masones ante la Historia, Traducción de Federico Climent Terrer, Edit. Diana, 1983, p. 29.

[2] Por supuesto, el simbolismo de la Escuadra y el Compás apela también a otros significados. Tradicionalmente, en los cahiers oficiales de la Gran Logia Unida Mexicana del Gran Oriente de Veracruz, se postula que la Escuadra alude a la materia y el compás al espíritu, y este esquema permite explicar las diferentes posiciones que ambos instrumentos adoptan sobre la Biblia según el grado que se trabaje.

Cuauhtémoc D. Molina García

Memphis Misraim

En la enciclopedia WIKIPEDIA pueden encontrar una gran cantidad de links a diferentes Obediencias de Memphis Misraim esparcidas por todo el mundo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Rito_de_Memphis_y_Mizra%C3%ADm

Actos Organizados por la Masonería Argentina en la 32.ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

Domingo 30 de abril, de 19.00 a 20.30 hs. Sala J. Villafañe.
Tema: Masonería: orígenes y simbolismo.
Expositores: Eduardo Callaey y Daniel Echeverría.
Moderador: Antonio Las Heras

Domingo 7 de mayo, de 16.30 a 18.00 hs. Sala Julio Cortázar.
Tema: Masonería: presente y futuro.
Expositor: Gran Maestre de la Masonería Argentina Dr. Sergio Héctor Nunes.
Moderador: Antonio Las Heras


Lunes 8 de mayo, de 20.00 a 21.30 hs. Sala Victoria Ocampo.
Tema: Masonería: historia y política.
Expositores: Jorge Marasco y Oscar Pereyra.
Moderador: Antonio Las Heras

lunes, abril 24, 2006

Revista Hiram Abbif No. 74

Os Informo que acaba de ser publicado el No.74 de la Revista Masónica Hiram Abbif. Si desearáis suscribiros bastará con que envíen un mensaje a la siguiente dirección de mail:


ABIF-c-fondo-subscribe@yahoo-groups.com

Fraternalmente,

Cosmoxenus

domingo, abril 23, 2006

MASONERÍA MEDIEVAL EN INGLATERRA


Desde la época de Carlomagno, en el siglo VIII hasta mediados del Siglo XII, todos los conocimientos y práctica de la Arquitectura, pintura y escultura, se limitaba exclusivamente a los monjes; y por lo mismo Abades y Obispos dirigían personalmente las obras de las construcciones religiosas.

El monje inglés Winfrid, más conocido en la historia eclesiástica como San Bonifacio en el Siglo VIII organizó una clase especial de monjes constructores que recibieron el nombre de Magistri Operun o Maestros de Obras cuyas tareas específicas estaban perfectamente delimitadas por rubros: arquitectos y diseñadores, pintores, escultores, otros en tanto se ocupaban de los bordados en oro y plata.

Entre los oficios de la construcción operativa propiamente tal estaban los monjes denominados Cementarii o Albañiles que emprendían la labor práctica de la edificación.

En muchas ocasiones y debido a la magnitud de las obras se contrataban a laicos o legos que debían someterse a las ordenanzas de los monjes.

La asociación íntima de y constante de éstos legos con los monjes dio como resultado que en forma natural la Abadía se constituyó en una verdadera escuela de Arquitectura en la cual el conocimiento paulatinamente se fue transmitiendo a toda Inglaterra mediante el oficio.

De este modo fue como apareció la unión de estos arquitectos religiosos y laicos en medio de un pueblo inculto, manifestando aptitudes de una clase más elevada e inteligente que le valió ciertos privilegios para ejercer este oficio prácticamente con exclusividad a obras de construcción de edificios importantes y especialmente de características religiosas.

Los constructores legos se reunían en asambleas que se denominaban Hutten, Logen, Lodgins y los miembros tomaron el nombre de Masones.

Durante la edad Media los masones ingleses estuvieron sometidos a muchas dificultades y adversidades, por las repetidas invasiones de pictos, daneses, sajones y escoceses, los que impedían la realización de los trabajos.

En el año 926 e v se verificó en la ciudad de York una Asamblea General que promulgó la primera Constitución Masónica para Inglaterra y se estima que es el documento más antiguo de la orden hasta hoy conocido. Esta Constitución ha sido considerada siempre como la Ley fundamental de la masonería inglesa.

Otro de los importantes sucesos que posibilitaron el desarrollo evolutivo de la masonería operativa en Europa fue el que ocurrió en la ciudad alemana de Estrasburgo, cuando Erwin de Steinbach, el arquitecto de la Catedral de dicha ciudad convocó a que se reuniesen un gran número de masones arquitectos de Alemania, Inglaterra e Italia en el año 1275.

Se promulgó un código de reglamentos y se organizó la fraternidad emulando la Asamblea realizada en York unos trescientos cincuenta años atrás.

Se reconocieron tres clases de artífices: Maestros, Compañeros del Oficio y Aprendices, junto con ellos se establecieron los signos de reconocimiento adoptados por los masones ingleses a tal punto que existen ciertos grabados en la cual se puede observar a dos masones en la posición conocida en nuestro ritual inglés como "Five Point of Fellowship"(Cinco Puntos de Fraternidad).

En el Siglo XVII la masonería operativa había adquirido tal desarrollo evolutivo que la Fraternidad era a la vez Gremio, Sindicato, Escuela y Cofradía.

El período de esplendor culminó conjuntamente con la terminación de las últimas catedrales pero, en la misma época, en Inglaterra y Escocia esta asociación comenzó a aceptar miembros honorarios o "Theorical Mason", "Gentry" o "Accepted Masons".

Para los masones aceptados la catedral ya no sería el templo material a construir, sino otro distinto e igualmente imponente por su trascendencia. Nos referimos al edificio que habría que levantar para la gloria del Gran Arquitecto del Universo cuyos elementos son la propia Humanidad unido por el cemento de la Fraternidad y la Tolerancia..

sábado, abril 22, 2006

A PROPOSITO DE LA MASONERIA: LA MEDITACIÓN

Trabajo comunitario publicado en la Revista Vers la Tradition. Editado en SYMBOLOS con la autorización de Roland Goffin, su director, al que agradecemos la deferencia, y por su intermedio, nuestro reconocimiento al grupo que lo produjo.


René Guénon nos ha legado un verdadero "corpus doctrinal", una "summa" perfectamente coherente que no es una improvisación individual, sino el reflejo de la lógica tradicional bajo sus diferentes formas.

Es uno de esos pocos autores contemporáneos que han abordado el proceso de la manifestación, así como la metafísica.

Fuera de algunos puntos, su obra en general y en particular todo lo tratado en ella acerca de la Iniciación, jamás ha sido rebatido de una manera precisa y seria. Iniciación y Franc-Masonería ocupan un destacado lugar en sus obras, tanto más cuanto que la Franc-Masonería es designada sin ninguna ambigüedad como una de las escasas vías o posibilidades iniciáticas en Occidente. Para tal cometido la obra de René Guénon es un viático indispensable, porque ella:

– expone las leyes que rigen la transmisión iniciática.

– nos da preciosas indicaciones a propósito de la realización espiritual.

– precisa acerca de lo que debería ser la orden Masónica, teniendo en cuenta las restricciones a las que se ve sometida una organización esparcida en diferentes obediencias.

Todo masón cuya andadura iniciática ha sido guiada por la obra de René Guénon deplora la incomprensión de que hace gala la Masonería en cuanto a la razón de ser y a la naturaleza de la misma. Un simple ejemplo ilustrará lo que decimos. Con frecuencia, los miembros que dirigen estas organizaciones explican el carácter universal de la Masonería por la implantación geográfica y los lazos internacionales tejidos entre sus diferentes representantes. Ahora bien, es el simbolismo de la cruz espacial tridimensional, perfectamente precisado en los rituales, el que da las dimensiones de la Logia y le confiere su universalidad. Semejante confusión entre lo universal y todo aquello que no es más que mundialismo o internacionalismo, dice bastante acerca del grado de degeneración y oscurecimiento al que han llegado las diferentes obediencias.

Es, pues, la Logia y no la Obediencia la que posee el carácter universal; la consecuencia directa es la autonomía justa y perfecta de la Logia y su soberanía absoluta. Desgraciadamente, esto no sucede así; las Logias están sujetas a una tutela administrativa centralizadora, sustentada y agravada por los engranajes provinciales y regionales. Es esta una desviación muy grave cuyas consecuencias nefastas son múltiples. Sin embargo, parece que algunas Logias están tomando actualmente conciencia de esta situación, procurando por diferentes medios, reestablecer su soberanía, y reencontrando de nuevo una vía auténticamente iniciática.

René Guénon, con frecuencia ha señalado la tendencia de los occidentales a la afectividad y al sentimentalismo. De ahí ciertas vías iniciáticas propias al Occidente: Iniciación caballeresca, Fieles de Amor, etc... Este aspecto caluroso, disfrazado y avivado de manera superficial, se manifiesta en nuestros días por una fraternidad que al nivel donde ella se sitúa no es el monopolio de la Masonería. En el mundo profano pueden encontrarse formas más deterioradas de esa misma fraternidad, pero en ocasiones más loables también.

Alentar un sentimentalismo teñido de "amiguismo", no es sólo una manera inocente de actuar, por cuanto conduce a predicar la tolerancia y luego, la humildad: ¡y ya se sabe que orgullo y humildad provienen de la misma raíz!

Reducir la Masonería a una simple fraternidad muy alejada de lo mental y a fortiori de la intelectualidad, sirve de pretexto a un laxismo que se extiende a múltiples dominios. La cooptación se cambia en reclutamiento intensivo. Las reglas más elementales de cualificación son olvidadas. En nombre de la fraternidad y la humildad ni tan siquiera se alude a las descualificaciones físicas análogas a la regla de las tres "b". En cuanto al criterio según el cual el postulante ha de ser de "buenas costumbres", es decir de costumbres armoniosas, las que reflejan el equilibrio interno del propio individuo, muy raramente son tenidas en cuenta. Esta fraternal tolerancia se extiende a las ausencias repetidas y mantiene una dejadez evidente a nivel de la práctica del ritual y de los trabajos.

Así, pues, es fácil entender por qué, incluso en las obediencias que presumen de tradicionalismo, René Guénon molesta. Ciertos responsables al más alto nivel desaconsejan su lectura. A falta de argumentos, de hechos que pongan en tela de juicio los trabajos de René Guénon, algunos se adornan, sin reír, con el título de "doctor en Masonología" a fin de dar algún peso a la incoherencia de su diatriba, la cual no se sabe si apunta al hombre o a la Tradición.

Esta política es impuesta al nivel de las Logias; algunas, sencillamente, prohiben su lectura, otras, más solapadamente, tienden a desacreditarla¼. El resultado es que ciertos masones vilipendian a René Guénon sin haberlo leído: ¡éstos habrían sido fraternalmente puestos en guardia... sin ninguna tolerancia!

Las razones que conducen al rechazo de René Guénon por las instancias oficiales son múltiples, pero de cualquier forma su obra es un vademecum indispensable en todo proceso masónico profundo y serio, que ciertamente no podría acomodarse a los extravíos actuales.

En primer lugar, lo más importante es tomar conciencia del cuadro tradicional: la tradición una y primordial, fuente única de las diferentes adaptaciones formales, y que tiene por corolario la doctrina de los ciclos, común a todas las Tradiciones. Las consecuencias a que da lugar el desarrollo cíclico (que representa un gradual alejamiento del polo principial) son: oscurecimientos, sustituciones, "palabra perdida"... Todos estos elementos conducen a la percepción y a la comprensión del fin del ciclo actual, el KALI YUGA. Por elementales que sean estas líneas directrices, no por ello son menos indispensables para una buena orientación inicial. Ellas permiten un cierto número de constataciones. Se trata, a partir del KALI YUGA o edad de hierro, de efectuar una tentativa de reconquista de la Edad de Oro, de reencontrar, por diferentes estados ...o estaciones, la conformidad, léase la identidad, con el polo principial. Esto implica, en el dominio iniciático, una inversión de relaciones en el ser humano análoga a la conversión en modo exotérico, como lo ha precisado René Guénon. Este proceso, a contra corriente del ciclo, está suficientemente señalado en los Rituales Masónicos. El trabajo comienza cuando el sol está en el cenit, para finalizar a medianoche. Medianoche correspondiente al Norte, al solsticio y a San Juan de invierno, puerta de los dioses, que expresa el paso más allá de la forma.

Así, el punto de partida, el fin y la vía están definidos. Quedan por examinar los medios.

El proceso masónico implica una transmisión regular y la práctica de un ritual. Este es el primer escollo. En efecto, los rituales en general, y en particular los rituales oficiales, han sido acortados, y en ocasiones hasta vaciados de su substancia. Sin embargo, gracias a una búsqueda paciente, a un trabajo prudente, esta deficiencia puede subsanarse. Al contrario, toda vía iniciática implica la teoría y la enseñanza correspondiente. Hay que reconocerlo, ¡éstas no existen ya en el cuadro masónico!

Es en este dominio que la obra de René Guénon adquiere toda su eficacia: todo lo referente a la teoría de la Iniciación tiene su tratamiento. Seguramente, siempre es posible discutir la totalidad o una parte de este corpus doctrinal, pero él existe, y es una base única de trabajo. Queda a aquellos que la rechazan, el aportar una alternativa ordenada y seria.

En la mejor hipótesis, el estadio especulativo es el límite de la Franc-Masonería actual, por su denominación misma y su capacidad intrínseca. Por otra parte, ella se define como tal con satisfacción, otorgando a la palabra operativo un sentido falso, asociándolo al trabajo manual, a la labor y no al opus. René Guénon ha definido ambos dominios: especulativo y operativo, virtual y efectivo, pasaje de la potencia al acto. Frecuentemente, se le reprocha no haber sido lo suficientemente explícito sobre el paso del uno al otro. No obstante, ha dejado algunas indicaciones.

– El primer objetivo es la iniciación virtual y que el saber teórico correspondiente sea lo más sólido posible; éste no es sino un reflejo situado en el plano mental, pero es la condición necesaria.

– El segundo objetivo es desarrollado en Initiation et Réalisation Spirituelle, cap. Travail collectif et présence spirituelle (En Iniciación y Realización Espiritual, capítulo Trabajo colectivo y presencia espiritual) . En esta hipótesis el grupo iniciático es su propio Guru. Dispone "de una fuerza de orden sutil constituida de alguna manera por las contribuciones de todos sus miembros, pasados y presentes..." "...para asegurar la perennidad de la obra..." como precisan ciertos rituales. Y cuando los iniciados se reúnen esta entidad colectiva... "es el soporte del Principio trascendente en el nombre del cual ella trabaja...". Es, pues, la posibilidad de una presencia espiritual actuando en y por el trabajo colectivo.

– El tercer objetivo es la meditación, la contemplación.

He aquí lo que preconiza René Guénon en lo que concierne a las organizaciones iniciáticas occidentales, y más particularmente a las que utilizan un oficio como soporte. Aunque esta vía no es única.

En efecto, en Orient et Occident (Oriente y Occidente), René Guénon consagra varios capítulos a la constitución de una élite y a su función. Estos textos, por otra parte, son muy rara vez citados. El fin de dicha élite es la reconstitución de la Tradición occidental bajo ciertas condiciones previas. Objetivo lejano, difícil, hipotético. Se trata de una posibilidad de realización prescindiendo de toda filiación o transmisión regular, siendo un imperativo el aspecto informal de estos grupos. Ciertamente se trata de la élite, mas toda élite está jerarquizada. No está prohibido tender hacia el hombre primordial, dejando a los que tienen la posibilidad la realización del Hombre Universal. Por otra parte, René Guénon precisa que si el fin último no es alcanzado, el trabajo realizado no es por ello menos eficaz e importante, pues lleva en él mismo sus propios frutos.


Para alcanzar ese objetivo, René Guénon preconiza los mismos medios expuestos anteriormente, pero prescindiendo de toda organización iniciática:

– Necesidad de saber doctrinal extenso y seguro.

– Trabajo colectivo, y más particularmente de orden metafísico.

– Concentración, o fijación de lo sutil, y sobre todo de lo mental.

Las dos últimas indicaciones, tratan, de hecho, de la "imantación" de los alquimistas, "lo semejante atrae a lo semejante", y que los escolásticos formularon como "el alma deviene lo que conoce".

Esas son las líneas directrices de orden general, frutos de una experiencia masónica esclarecida por René Guénon. Julius Evola, poco sospechoso de "guenolatría", ha escrito en l'Arc et la Massue: "En el dominio tradicional, actualmente tan sólo existe la contribución aportada por la corriente tradicional que reconoce en René Guénon su jefe de filas. En este campo René Guénon ha sido el más serio, habiendo bebido de numerosas fuentes auténticas y directas...". Asimismo, René Guénon ha dejado a cada uno el medio de verificar su propia medida: "Todo ser tiende a realizar en él mismo el 'plan del Gran Arquitecto del Universo' y a concurrir por ello, según la función que le pertenece en el conjunto cósmico, a la realización total de ese mismo Plan. Es en el punto preciso de su desarrollo en que un ser toma realmente conciencia de esta finalidad, que comienza para él la iniciación efectiva". Aperçus sur L'Initiation, cap. XXXI: "De la enseñanza iniciática".

Trabajo Comunitario, Auvergne 25-2-86.

René Guenon

René Guénon ( Abdel Wahid Yahia ) nace en Blois, Francia, el 15 de
noviembre de 1886. De su vida particular poco podemos decir, pues no es el
caso traer aquí un refrito de estas o aquellas biografías (pocas por otra
parte), pero tampoco podemos negar el hecho de que es uno de los autores
masones mas prolíficos en el tema de religión y esoterismo. Las áreas de
estudio de Guénon abarcan desde la metafísica y el simbolismo hasta la
crítica del mundo moderno y las ciencias tradicionales. Una constante en su
obra es la recuperación de las doctrinas tradicionales, ignoradas o perdidas
debido al auge de la filosofía moderna. En esta corriente se inscriben El
reino de la cantidad y los signos de los tiempos y La gran tríada.

Les recomiendo dos artículos publicados en el blog pensamiento masónico :

Cristianismo e Iniciación :
http://masones.blogia.com/2006/042102-la-religion-y-las-religiones.php

La religión y las Religiones.
http://masones.blogia.com/2006/042102-la-religion-y-las-religiones.php

Una lista mas completa de los trabajos de Guenon la encontraran en :
http://www.euskalnet.net/graal/index2.htm

Mas artículos sobre el tema http://masones.blogia.com

domingo, abril 16, 2006

MASONES QUE HAN DEDICADO SU VIDA A LA PAZ (Simbolo-Net)

Vayan a modo de ejemplo, algunos hombres que no se resignaron al belicismo y que; espero, nos sirvan de inspiración:

Frédéric Passy (1822-1912),
Nobel de la Paz en 1901 compartido con su hermano Jean Henry Dunant. Fundador de la Sociedad Francesa de Arbitraje Internacional y de la Liga Internacional de la Paz. Francés.

Jean Henry Dunant (1828-1910),
Nobel de la Paz en 1901. Fundador de la Cruz Roja Internacional. Es famoso su libro "Fraternidad y Caridad Internacional en tiempos de Guerra". Muere en la miseria después de dedicar toda su fortuna en favor de la humanidad. Suizo.

Theodore Roosevelt (1858-1919),
Nobel de la Paz en 1906 por su intervención en el fin de la guerra ruso-japonesa. Presidente de los Estados Unidos y Presidente de la Corte Suprema de Justicia de su país, quien advirtiendo el peligro de la primera guerra mundial, recorrió Europa entera predicando en favor de la paz. Norteamericano.

Alfred Hermann Fried (1864-1921),
Nobel de la Paz en 1911. Periodista y fundador de Die Friedenswarte, publicación en favor de la paz mundial. Dirigió desde 1891 las sociedades en favor de la paz en Alemania y Austria. Austriaco.

Henri La Fontaine (1854-1943),
Nobel de la Paz en 1913 por ser preconizador del procedimiento arbitral. Presidente del Senado de su patria. Presidente permanente del Buró Internacional de la Paz y fundador de la Liga Internacional de Intelectuales. Belga.

Léon Victor Auguste Bourgeois (1851-1925),
Nobel de la Paz en el año de 1920 por ser factor principal en la constitución de la Liga de las Naciones. Presidente del parlamento francés, Secretario de Estado y Presidente del Consejo de la Liga de las Naciones. Francés.

Aristide Briand (1862-1932),
Nobel de la Paz en 1926, compartido con su hermano Gustav Stresemann. Abanderado de la idea de la Paneuropa, presentando el primer borrador en el año 1930 de su proyecto, la actual Unión Europea. Premier francés por 30 años, creador de la Ley que separa la Iglesia del Estado. Francés.

Gustav Stresemann (1878-1929),
Nobel de la Paz en 1926, Ministro de Relaciones Exteriores. Promovió la paz en Europa mediante la firma del Pacto de Locarno, y el Tratado de Berlín con Rusia, recibiendo la aceptación unánime de Alemania a la Liga de las Naciones. Alemán.

Ferdinand Buisson (1841-1932),
Nobel de la Paz en 1927. Fundador y Presidente de la Liga de los Derechos del Hombre durante 13 años. Pedagogo, fue el impulsor del sufragio femenino, y baluarte en Francia y el mundo entero de la enseñanza laica. Francés.

John Boyd Orr (1880-1971),
Nobel de la paz en 1940. Médico, profesor y rector de la Universidad de Glasgow, dedicó su vida al estudio de los problemas de la nutrición y alimentación. Sus ideas dieron origen a la fundación de la Organización de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas, FAO. Presidente de la Unión Mundial de Organizaciones para la Paz. Escocés.

Cordell Hull (1871-1955),
Nobel de la Paz en 1945 por su promoción de políticas de buena vecindad entre los pueblos de América, estimulando el comercio y promoviendo bajas tarifas de intercambio. Senador y Secretario de Estado, colaboró con la paz en el sudeste asiático. Norteamericano.

Léon Jouhaux (1878-1954),
Nobel de la Paz en 1951. Secretario General de la C. G. T. (Confédération générale du travail) consiguió la jornada de ocho horas de trabajo y remuneración de las vacaciones a los obreros franceses. Alarmado por la llegada de la guerra mundial, reunió a trabajadores de toda Europa, urgiédolos a unirse en una causa por la paz. Francés.

George Catlett Marshall (1880-1959),
Nobel de la Paz en 1953. Militar, Secretario de Estado y Presidente de la Cruz Roja Americana. Autor de un programa sin precedentes de ayuda económica a las naciones desbastadas por la segunda guerra mundial, el "Plan Marshall". Norteamericano. La lista continúa.

EL CUENTO DE PINOCHO


La Masoneria Forestal y la Carboneria disfrazada en un cuento

La mayoría de los cuentos encierran mensajes ocultos, algunos de ellos que inclusive, no conocemos aún a cabalidad todas las implicaciones que encierran, sus enseñanzas si bien se encaminar a una moral, también implican enseñanzas psicológicas de transformación. El cuento de Pinocho no es la excepción, en este comunicado trataremos de decodificar muchos de sus rasgos de este cuento. Este cuento hoy es conocido por millones, y se ha adaptado fácilmente a casi todas las culturas. Y hoy esta impreso en la formación psicológica de muchos seres humanos que desconocen que Pinocho fue una creación Masónica.

Para entender el cuento Masónico de “Pinocho”, inmortalizado en el cine por Disney, debemos remontarnos a la Italia del siglo XIX y dedicar unas líneas a su autor, Collodi.

Carlo Collodi (Carlo Lorenzini) nació en Florencia en 1826. Influido por los ideales políticos de Giusseppe Mazzini, Collodi plasmó en sus obras la doctrina liberal de este gran líder de la Italia Unificada.

La influencia de Mazzini en los literatos era evidente, ya que este insistía que debían influir filosóficamente en sus lectores, creando conciencias y educando al pueblo.

Al igual que muchos literatos, Carlo Collodi ingresó a la Masonería a mediados del siglo XIX. Esta organización fue otra influencia importante en la obra de este autor, y en su obra más notable (“Pinocho”) encontramos interesantes simbolismos iniciaticos que son el objeto de estudio de este artículo.

La nueva Italia unificada al igual que el resto de Europa tenía una fuerte influencia masónica, dado que sus grandes líderes (Garibaldi y Mazzini Ademas de Carbonarios) pertenecían a esta fraternidad. El Papa por fin había sido arrinconado en un rinconcito de Italia, el Vaticano, que era lo poco que quedaba de los enormes Estados Pontificios. Sin embargo, aunque la Religión Católica estaba siendo atacada, el espíritu de Cristo seguía vigente y como bien dijo un francmasón italiano “en aquel tiempo de resurgimiento se sentía la necesidad de conciliar a Cristo y a la Masonería, la iglesia y la sociedad secreta”.

En este convulsionado contexto italiano, Collodi escribió “Le avventure de Pinocho”, publicado en 1882. Un análisis superficial de la obra nos revela una apología de la educación del pueblo y una denuncia del vicio y la holgazanería.

Gepetto había pasado toda su vida deseando un hijo (deseo real), y es por eso que al ver brillar en el cielo la Estrella Azul pidió con todo fervor que su deseo le fuera concedido(contactar con algo de nivel superior). Aquella noche, mientras Gepetto dormía, hizo su aparición el Hada Azul y dio la vida al muñeco advirtiéndole que debía portarse bien para llegar a ser un niño de verdad. Para que le aconsejase sobre su comportamiento nombró a Pepito Grillo conciencia de Pinocho.

El muñeco de madera (recordemos que Gepetto trabaja sobre la madera para hacer sus titeres) que cobraba vida era amoral, tonto y estupido, carecía de consciencia objetiva, y un personaje secundario (Pepe Grillo) intenta aconsejarlo y convertirse en la voz de su conciencia si bien externa. En la obra original, Pinocho se molesta con su compañero y lo aplasta y mata de un manotazo. Detrás de la historia de Pinocho hay “otra” historia, con un profundo contenido iniciatico y espiritual que Collodi –al igual que otros escritores de cuentos clásicos- supo manejar con maestría.

Simbolismos francmasónicos carbonarios del cuento

Sabemos que Pinocho fue la creación del Maestro carpintero Gepetto, quien elaboró a partir del leño (la materia prima) una obra de arte. El trabajo fue realizado con un amor tan profundo y que fue canalizado, logrando dar vida al muñeco de madera, un hombre de buena madera. La idea básica es independiente a si es piedra o madera. En el sentido alegórico la madera pertenece a un reino superior al mineral.

Pinocho tenía vida pero, sin embargo, carecía de libre albedrío pues estaba dormido. Desconocía el sendero de la virtud y la liberación, pues era un “muerto viviente”.

Lamentablemente, la mayoría de los seres humanos son como Pinocho. Siguen el camino más fácil y no saben que existe algo mejor, en este momento todos somos como Pinocho.

“La verdad es que hay sólo dos clases de hombres en todo el mundo: los pocos que se han dado ya cuenta del poderoso esquema divino, y la inmensa masa que todavía no lo conoce. Los últimos viven para ellos mismos, y están muy esclavizados por sus pasiones; los primeros viven para Dios y para la evolución, que es Su Voluntad, ya se llamen budistas o indos, musulmanes o cristianos, librepensadores o judíos”.

Pinocho es esclavo de sus “agregados psicológicos” o “yoes” y sus mentiras hacen que le crezca la nariz y más tarde orejas de burro. Es decir, la vida descarriada y la mentira lo lleva a un retroceso a lo involutivo, donde la nariz que crece representa las ataduras terrenales, la materialidad. (Un agregado facial)

Una y otra vez Pinocho recoge lo que siembra. Sus malas acciones lo llevan a una vida desgraciada, donde el muñeco paga con sufrimiento el karma generado. Cuando la vida de Pinocho no podía ser más insoportable, es tragado por una ballena. Este episodio nos recuerda a Jonás, que fue engullido por un pez gigantesco, morando en su interior tres días y tres noches.

El interior de la ballena representa la cámara de reflexiones masónica, el descenso al centro de la Tierra. VITRIOL Es importante recordar las palabras de Mateo 12:40: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. El Hijo del Hombre que también –al igual que Pinocho- era hijo de un MAESTRO carpintero.

LA MUERTE MÍSTICA.

A luz de la vela, Pinocho medita sobre su suerte y decide cambiar, dejando atrás su pasado de inconsciencia. Finalmente el muñeco es expulsado por la ballena y sale al mar abierto, actuando el agua actúa como elemento purificador, limpiando interna y externamente a Pinocho. Sabemos que cuando alguien es sumergido en una corriente de agua, renace a una vida nueva. Esta costumbre es común a muchos cultos religiosos y sobrevive en nuestros países latinos en el sacramento católico del bautismo. (El mar de bronce.)

Pinocho no sobrevive a la furia del océano y finalmente se ahoga. Esta muerte del muñeco es la “muerte mística” del profano al ser iniciado. Este deceso se repite en otros cuentos infantiles (Blanca nieves, la Bella Durmiente, etc.) y es el prólogo de un renacimiento: el nacimiento segundo del cual habla Cristo en Juan 3:3-10: “De cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios (...) el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Al volver a la vida, Pinocho pasa a un estado superior, el mismo que podemos apreciar en el relato del “patito feo”. Como hemos notado, en el relato de Pinocho se narran las desventuras del Muñeco Profano que no puede controlar su destino pues es esclavo de sus pasiones y su renacimiento como Humano Iniciado, luego de la “muerte mística”. La labor de adaptación del cuento de Carlo Collodi al cine fue realizada magistralmente por otro masón: Walt Disney. Éste respetó la esencia del cuento, pero transformó a Pinocho en un muñeco más querible que el descrito por su autor en 1882.

Vale la pena volver a ver “Pinocho” y descubrir el maravilloso contenido espiritual de sus locas aventuras. “Muerto viviente” es el adjetivo que utilizan algunos esoteristas (H.P.Blavatsky, Gurdjieff, Ouspensky, Leadbeater, Judge, etc) para denominar a los profanos que parecen vivos pero, en realidad, están dormidos. : “El Credo Cristiano” Ver Jonás 1:17. Jonás significa “Paloma” o “Mensajero de Dios”. Sobre el simbolismo de la ballena de Jonás, dice H.P. Blavatsky en “Isis sin velo”: “A los animales que hoy los naturalistas llaman cetáceos los designaban los antiguos con el nombre genérico de Cetus, forma latinizada del griego Keto, equivalente a Dagon o Poseidón, cuyo elemento femenino era la Atargatis asiria, conocida también por Venus ascalonita o Astarté, cuya imagen llevaban los buques en el mascaron de proa. Los cabalistas dicen que Jonás era un sacerdote escapado del templo donde se veneraba la paloma, por haber intentado abolir la idolatría y establecer el culto monoteísta. Que sus perseguidores le prendieron cerca de Jaffa y lo encerraron en una celda carcelaria del templo de Dagon, cuya figura de hombre-pez dio origen a la leyenda”. Véase el evangelio apócrifo “Historia árabe de José el carpintero”. Esos “tres días y tres noches” son los que permaneció Cristo en el sepulcro y luego resucitó. “resucitar entre los muertos significa, pues, algunas veces simplemente reencarnar o recurrir, otras tomar la primera gran iniciación, según el rito Escocés, y otras tomar aquella iniciación aún más alta que permite al hombre escapar por completo de la fantasía, el samsara, como la llaman los budistas”.

La ballena, furiosa, se abalanzó sobre los fugitivos destrozando la balsa de un coletazo. Gepetto estaba demasiado fatigado para nadar, y pidió a Pinocho que se salvara él solo. El muñeco de madera llevó a su padre hasta la orilla, consiguiendo salvarle a cambio de su propia vida.

Mientras Gepetto lloraba la muerte de Pinocho, se apareció el Hada Azul y recompensó el heroísmo del muñeco devolviéndole la vida y transformándolo en un niño de verdad.

La religión según Bachelet


La Oficina de Asuntos Religiosos que pretende conformar el Gobierno promete tener un efecto "ecualizador" entre los diferentes credos.

La gobernante, que se declara agnóstica, tiene estrechos lazos con la masonería, es amiga de varios sacerdotes jesuitas, ha hecho gestos históricos al pueblo evangélico y el número de judíos en su gabinete es sólo superado por el Estado de Israel. Con la creación de la Oficina de Asuntos Religiosos inaugurará una modalidad distinta de diálogo con los diferentes credos.



ROCÍO MONTES R.

Eran ya los últimos días de diciembre -jornadas en que la carrera presidencial entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera se encontraba en su punto más álgido- cuando la candidata de la Concertación recibió la más dura de las críticas que se haya pronunciado durante la campaña respecto de su agnosticismo: el alcalde de Independencia, el evangélico y militante de RN Antonio Garrido, dijo que la doctora del PS "era hija del Diablo" por no creer en Dios.

Las declaraciones del edil habían sido precedidas por las palabras del teólogo Fernando Moreno, quien había escrito que "es inmoral que un presidente de un partido que se llama Demócrata Cristiano pretenda imponer la votación por una candidata que es atea".

Por esos días, Michelle Bachelet realizaba sus últimas giras a regiones antes de las elecciones del 15 de enero. El 30 de diciembre se encontraba en la Octava Región. Allí, cuando el debate sobre la adhesión religiosa estaba ardiendo entre bacheletistas y piñeristas, la candidata de la Concertación se reunió con un grupo de 200 pastores y representantes de las distintas iglesias evangélicas en el centro de eventos Suractivo, de Concepción.

Fue ahí cuando anunció que de llegar a La Moneda crearía una Oficina de Asuntos Religiosos con el fin de garantizar que todos los credos se puedan expresar y comunicar con el Gobierno. Una entidad a la que nunca más se refirió públicamente, pero que, con Bachelet ya instalada en La Moneda, está comenzando a organizarse bajo el amparo del Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres).

Michelle Bachelet, a diferencia del ex Presidente Ricardo Lagos, no es bautizada. Proviene de una familia laica, y su padre y abuelo materno pertenecían a la Gran Logia. Su único matrimonio no fue por la Iglesia.

"Desgraciadamente, soy agnóstica", dijo en enero de 2002. "Creo que uno se acaba con la muerte, pero hay miles de cosas que desconocemos. No me cierro a aceptar otras posibilidades, pero mi formación médica se basa en evidencias".

Debido a su agnosticismo, pero sobre todo a sus escasas relaciones con personeros de los diferentes credos, la doctora del PS tuvo que comenzar a establecer vínculos con las distintas iglesias durante su carrera a La Moneda. Un alto miembro de su ex comando señala que "era bien complejo el tema, porque ella es mujer, agnóstica, separada, socialista y más encima vivió en la RDA".

Por ello, aun por sobre sus convicciones personales, en su programa de gobierno Bachelet no se impuso metas complejas desde el punto de vista valórico. "Con un gobierno de sólo cuatro años ella determinó no enredarse con temas que, por ejemplo, la podrían complicar con la Iglesia Católica", señala un asesor de La Moneda. "La suya es una agenda social, ésa es su prioridad. No una agenda valórica. Sabe que en lo primero le puede ir bien. Tiene el financiamiento y el piso político. Lo otro, en cambio, sería una aventura", dice.

Un hecho que se demostró esta semana, cuando el Gobierno determinó que no insistirá en reponer el veto sobre la Ley de Clonación y Genoma Humano, que se estaba tramitando en el Senado y que amenazaba con convertirse en el primer gran conflicto en temas valóricos con la Democracia Cristiana.

Sin embargo, en un hecho histórico, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se encuentra trabajando en la creación de una entidad que estará dedicada exclusivamente a las relaciones entre los diferentes credos y el Ejecutivo: la llamada Oficina de Asuntos Religiosos que dependerá de la Segpres.

Porque el tema de la igualdad entre las diferentes creencias tiene un especial interés para Bachelet. Así lo plantea en su programa y así se lo ha hecho saber también a los representantes de las religiones minoritarias en Chile.

En el documento, por ejemplo, jamás se habla de una única Iglesia, evitando darle supremacía a la Católica, sino que en todo momento se refiere a "las iglesias". "Promoveremos la libertad de culto, el desarrollo de todos los credos y velaremos por la libre expresión de los diversos cultos en la sociedad", dice el programa presidencial.

Por ello, la Oficina de Asuntos Religiosos -que se comenzará a diseñar una vez completadas las 36 medidas de los 100 primeros días de gobierno- promete tener un efecto "ecualizador" entre las diferentes religiones. Una especie de "ventanilla única" para nivelar los vínculos de los diversos sectores espirituales con La Moneda.

Un hecho que, según advierten en la Concertación, podría tener el riesgo de generar ruidos en la sensibilidad católica. Es que nuevamente, igual como ocurrió con la Ley de Libertad de Culto de 1999 -que prácticamente igualó los derechos y deberes de los distintos credos y en un principio provocó la protesta de la curia-, la institucionalidad que creará el gobierno de Bachelet podría estrechar la distancia existente entre la Iglesia Católica y los grupos religiosos minoritarios en Chile.

RAÍCES EN LA GRAN LOGIA

El homenaje de los masones al general Bachelet

La Presidenta tiene una relación especial con la Gran Logia. Su abuelo materno, Máximo Jeria Chacón -una calle de Ñuñoa lleva su nombre por ser el primer ingeniero agrónomo chileno- era laico y masón.

De hecho, fue por su influencia que el padre de la Mandataria, general Alberto Bachelet, ingresó a la Gran Logia en la década del '40, aunque provenía de una familia católica y conservadora. Ello no sólo le permitió ganarse la simpatía de su suegro, quien era un implacable antimilitarista, sino que además le permitió conocer a destacados políticos masones como Salvador Allende, a quien apoyó en sus cuatro intentos por llegar al Palacio de La Moneda.

El general Bachelet llegó a ser maestro de la masonería; es decir, tenía el grado 3. Eso le permitió ser parte de la directiva de la Gran Logia.

Debido al vínculo familiar, la doctora socialista ha tenido contactos especiales con los masones desde que era ministra de Lagos. Por ejemplo, mientras era titular de Defensa, inauguró el año académico de la universidad masónica La República, y en otra oportunidad participó en un homenaje que la propia casa de estudios le rindió al fallecido general Bachelet en el edificio Diego Portales.

De hecho, ella y su madre estuvieron presentes en la inauguración de una de las salas de la biblioteca central de la universidad que lleva el nombre del fallecido general FACh, ubicada en la sede de calle Cienfuegos. En esa ocasión (2003), los masones pusieron en el salón un retrato de Alberto Bachelet y, además, le regalaron a la hoy Mandataria un óleo con su rostro, copiado de una fotografía de los años '70.

Ya en la campaña presidencial, los masones tuvieron varios encuentros con Michelle Bachelet. Durante la precandidatura, por ejemplo, hubo dos encuentros: el 7 de enero, cuando su propio comando pidió una audiencia con el gran maestro Jorge Carvajal, y el 6 de mayo, cuando participó de un almuerzo de tres horas junto a 200 masones en la sede de la Gran Logia. Luego, el 7 de enero, ya en la campaña de segunda vuelta, nuevamente se entrevistó con Carvajal, a quien le entregó su programa de Gobierno. La última de las reuniones se realizó el 22 de enero, cuando la directiva masónica la visitó en su ex casa de Manquehue, estando ya electa.

IGLESIA CATÓLICA

Afinidad con los jesuitas

Fue a mediados del 2003 cuando Michelle Bachelet, siendo ministra de Defensa y posible candidata presidencial, conoció a los dos sacerdotes con que tiene más afinidad al interior de la Iglesia Católica: los jesuitas Fernando Montes, rector de la Universidad Alberto Hurtado, y Felipe Berríos, capellán del programa Un Techo para Chile.

Bachelet conoció a los religiosos en una de las reuniones de camaradería organizadas por el diputado Jorge Burgos (DC) y el actual presidente del Consejo de Defensa del Estado, Carlos Mackenney. Ambos, que se conocen desde los tiempos de la Parroquia Universitaria, son a su vez muy cercanos a los dos jesuitas: Burgos, porque toda la vida fue compañero de curso de Berríos en el San Ignacio El Bosque, y Mackeney porque estableció vínculos con los religiosos al haber educado a sus hijos en el colegio de la Compañía.

Por ello, habitualmente se reunían con los sacerdotes en alguna de sus casas, citas a las que, a su vez, invitaban a otros amigos en común, como los ex ministros Francisco Vidal y Nicolás Eyzaguirre. En una de esas tertulias, en la casa de Mackenney, llegó la entonces ministra Bachelet, quien tuvo sintonía inmediata con Montes y Berríos.

Fue la primera de una serie de encuentros entre Bachelet y el grupo. En otra ocasión, por ejemplo, se reunieron para celebrar un cumpleaños de Nicolás Eyzaguirre. Otra vez fue Bachelet quien se trasladó a las viviendas básicas donde residen los dos sacerdotes, quienes viven en una comunidad jesuita instalada en la parte de atrás de Infocap, en Departamental con Santa Rosa.

En los encuentros se hablaba de todo: desde temas cotidianos hasta problemas coyunturales, donde los sacerdotes entregaban su visión. En más de alguna ocasión, Bachelet y Eyzaguirre tocaron guitarra y Vidal trató de cantar, según dice uno de los comensales.

Aunque las reuniones se interrumpieron por la apretada agenda de Bachelet en la época de campaña, lo cierto es que la amistad con los dos sacerdotes sigue viva desde que ella llegó a La Moneda. De hecho, la propia Bachelet a los pocos días de instalarse en Palacio, llamó por teléfono a Felipe Berríos y sostuvo con él una larga conversación.

SECRETARIOS DE ESTADO

Los judíos y el gabinete

De acuerdo a Julio Froimovich, presidente de la Comunidad Judía de Chile, los contactos más directos con Bachelet comenzaron durante la campaña presidencial de 2005. Uno de ellos, por ejemplo, fue el que se realizó el 22 de agosto, cuando ya era abanderada única de la Concertación. Y el último, el que se produjo una vez que ganó la elección, el 23 de enero.

Ahí le plantearon tres temas que son prioritarios para la comunidad: la preocupación por la beneficencia, la lucha por los Derechos Humanos y la imperiosa necesidad de que se cuente con una ley contra la discriminación en Chile.

Sin embargo, aunque los vínculos son más bien recientes, lo cierto es que Michelle Bachelet tiene una fuerte presencia judía en su gabinete. De hecho en enero, poco después de darse a conocer el primer gabinete de Bachelet, el sitio web "Jerusalem Summit", destacó que, después de Israel, el de Chile es el Gobierno con mayor cantidad de judíos como secretarios de Estado. Nombraban a Eduardo Bitrán de Obras Públicas, Clarissa Hardy de Mideplan, Karen Poniachik de Minería, además del subsecretario de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren.

Con ellos, los judíos se configuran como la tercera tendencia religiosa al interior del gabinete, después de los católicos y los agnósticos.

Los católicos del gabinete son: Andrés Zaldívar, Alejandro Foxley, Isidro Solís, Álvaro Rojas, Martín Zilic, Sergio Espejo, Patricia Poblete y Laura Albornoz.

Los agnósticos son: Ricardo Lagos Weber, Andrés Velasco, Paulina Veloso, Ingrid Antonijevic, Vivianne Blanlot, Soledad Barría, Paulina Urrutia y Rommy Schmidt.

Osvaldo Andrade se ha declarado sin religión.

EVANGÉLICOS

Relación con protestantes

El pastor de la Iglesia Pentecostal Apostólica, Francisco Anabalón, coordinador del Consejo de Organizaciones Evangélicas (COE), cuenta que cada vez que han sostenido reuniones con Michelle Bachelet, le piden autorización para orar. Ella acepta, dice Anabalón, y en silencio escucha los rezos.

El pastor relata que con ella han tenido relaciones desde que era ministra de Salud, y que los vínculos continuaron una vez que se instaló en Defensa. De hecho, recuerda que cuando se fueron las tropas chilenas a Haití, ella hizo un gesto inédito para su credo: con el fin de que actuara como capellán, se preocupó de llevar en la comitiva oficial al pastor Roberto López.

Los contactos con este sector continuaron durante la campaña presidencial de Bachelet. De hecho, según señala un alto personero que participó de su comando, nunca se perdió de vista que más de 1,6 millón de chilenos profesa este credo.

También mantuvo vínculos con el obispo Bernardo Cartes, de la Unión de Iglesias Evangélicas (UNIECH), personero que encabezó el último Te Deum. De hecho, en el oficialismo se señala que fue este sector el que adoptó una postura más proclive a la candidatura de la doctora del PS. Tanto es así que el 29 de marzo el senador del PPD Guido Girardi organizó una comida en su casa de La Reina a la que invitó a Cartes y, entre otras personas, al vocero del Gobierno Ricardo Lagos Weber. Girardi, según uno de los asistentes al encuentro, durante su propia campaña senatorial había establecido fuertes vínculos con esta fracción evangélica y "la idea de la comida era que Guido sirviera de puente para que se conocieran y así se establezca una relación directa entre ellos y La Moneda".

CAPELLANES

Religiosos de Palacio

Son los llamados capellanes de La Moneda, quienes sirven espiritualmente a los que allí trabajan: el sacerdote católico Percival Cowley y el pastor evangélico Neftalí Aravena.

Ellos son los que realizan actos ecuménicos en fechas especiales como Navidad o, por ejemplo, la habitual conmemoración anual del 11 de septiembre.

Pero la dupla no estuvo siempre presente en Palacio. Fue recién durante el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos que la casa de gobierno abrió las puertas a un representante de la Iglesia Evangélica de Chile. Aravena, obispo metodista y ex integrante de la Mesa de Diálogo, asumió la tarea dos años después de haberse promulgado la Ley de Igualdad de Cultos, inaugurando con ello la cohabitación de religiones en La Moneda.

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Con gran alegria les informo que a partir de la fecha la Pag.Web. de Alianza Fraternal Americana, Lodge No. 92, bajo la Jurisdiccionn de la Gran Logia del Distrito de columbnia, Washington D.C., se encuentra alojada en el servidor de ese GO:.

Al cambiar de servidor permite acceder a ella con una nueva "direccion": mucho mas facil de recordar:

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Se han incrementado las Cronicas Sociales con los ultimos acontemientos realizados en nuestro Tall:. asi como se ha "creado" la Pag. BIBLIOTECA, que contine una serie de Traz. Mas:. en ler. 2do. y 3er. Gr. Igualmente tiene "libros de Instruccion".

Los invitamos muy fraternal a visitarle e inviarnos vuestras apreciaciones y recomendaciones a fin de mejorarla.

Muy Fraternalmente

Cesar A. Pain Sr. PM:.
Alianza Fraternal Americana No. 92
Washington D.C.Americana No. 92Washington D.C.

Tribunal supremo británico falló a favor de la masonería


La Nación, Jueves 6 de Abril de 2006

El Tribunal Supremo de Gran Bretaña sentenció a favor de la logia masónica por su rol en la vida pública, y negó que los mecanismos secretos de ese grupo sean una influencia negativa para la sociedad.

Según informó hoy el periódico inglés The Times, el juez Timothy Newman determinó en una sentencia histórica que la Masonería no provoca colusión de poderes en la toma de decisiones. Para el magistrado británico, aquellas personas masónicas con cargos públicos no deben dejar de tomar decisiones cuando tratan casos con otros masones.

"La masonería no es una religión y aunque sus miembros se llaman entre ellos 'hermanos masones', están sujetos a las leyes y principios británicos", declaró Newman en su veredicto.

El caso judicial comenzó cuando la Alcaldía del norte de Dorset, en Inglaterra, acusó a la Sociedad Agricultural de Gillingham y Shaftesbury, por una disputa de tierras, afirmando que la segunda organización fue responsable de colusión de poderes por que dos de sus miembros masónicos actuaron bajo acuerdo secreto.

viernes, abril 07, 2006

Secretos de Masón



Por siglos mirada con recelo, la masonería acusó el estigma de ser considerada conspirativa, una secta, un peligro. La Gran Logia Masónica del Perú nos abrió sus puertas y conversamos en exclusiva con su Gran Maestro saliente sobre la exigencia de los nuevos tiempos. Los masones prometen apertura. Es decir, convertirse en una sociedad no secreta, que protegerá por siempre sus secretos.

Por Sandro Mairata.

Un año atrás envié una carta a la Gran Logia del Perú de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones y recibí promesas, asistí a una Tenida Blanca y, pese a estar rodeado de ellos, no supe nada nuevo de ellos.

Quizá miento. La noche de la Tenida Blanca descubrí los bustos de Ricardo Palma (Gran Maestro Masón en su momento), Víctor Raúl Haya de la Torre, Miguel Grau y Jorge Basadre. Aún no había entrado al Museo Masón, donde descubriría los retratos de gente tan diversa como Voltaire, medio cartel de presidentes del Perú (Odría, Leguía y Castilla incluidos), Cantinflas, Túpac Amaru y George Washington. Aún así, mi interés me delataba, y cada pregunta se me respondía con el equivalente en distintas versiones de "primero tienes que hacerte masón".

Una "Tenida Blanca" es una ceremonia especial por Fiestas Patrias en que los portones del enorme local del Óvalo Quiñones, en San Borja, se abren a propios y extraños, incluso mujeres, quienes por regla se limitan a colaborar con la Orden sin ser parte de ella. La descripción de la noche sería extensa. Detalles como la gran cadena dorada que recorría las paredes, o los pisos en blanco y negro cual gigantesco ajedrez se me quedaron en la memoria. A pesar de lo tedioso de algunas disertaciones, personas como Hugo Neira o Susana Villarán –a todas luces, invitados- parecían pasarla muy bien. Ántero Flores-Aráoz, entonces presidente del Congreso, envió una carta excusando su ausencia. Me retiré al comprobar que de boca de los asistentes, esa noche no iba a sacar nada.

Varios meses después, recibí una llamada. Me invitaban a charlar.

De símbolos y tenidas

Si lo que dicen los masones es cierto (y tienen varios elementos que, al menos, lo sustentan), entonces su Orden ha mantenido un papel vigilante y conductor de una impensable cantidad de hechos de relevancia mundial. Quedémonos con el Perú. La Capitulación Realista de Ayacucho, de 1824, habría sido, por ejemplo, una Tenida Masónica presidida por los respetables hermanos o RR:. HH:. Antonio José de Sucre y José de la Mar (los tres puntos son una convención que reemplazan palabras de uso común entre masones, en este caso "respetables" y "hermanos"). En resumen, toda la gesta independentista habría sido una guerra entre masones patriotas y realistas. Y el encuentro de Guayaquil entre Bolívar y San Martín habría sido, nada más y nada menos, una reunión entre HH:. MM:. (masones) que, pese a las diferencias, se guardaban mutuo respeto.

"Supervisar el curso histórico… Sí, hay algo de eso", dice el Gran Maestro Masón Tomás Álvarez Manrique, Grado 18 del Rito Escocés, equivalente a Caballero Rosacruz (ver ilustración de apertura). "Pero la masonería no interviene en aspectos de política ni de religión. Tampoco somos selectivos con temas de religión. No distinguimos entre protestantes, católicos o luteranos. Pueden ingresar nuevos hermanos con el único requisito de creer en la inmortalidad del alma y en un Ser Supremo". Este ser supremo recibe el nombre de Gran Arquitecto del Universo. A La Gloria Del Gran Arquitecto del Universo (ALGDGADU) se lee en el pórtico del templo samborjino.

Álvarez Manrique tiene 65 años de edad. Un amigo le pasó la voz en su natal Tacna para asistir al aniversario de su Logia (entidad que reúne masones en determinada circunscripción), y al asistir quedó fascinado. Han pasado 25 años desde entonces. "Me llamó la atención la simbología masónica porque todo tiene una explicación. La cadena dorada: cada eslabón es un hermano. En la puerta, la cadena está abierta para permitir el ingreso de todos los hermanos. El piso blanco y negro: los opuestos, como hay bueno hay malo, como hay arriba hay abajo. ¿Ves que no hay secreto?".

Pero el escudo de la Gran Logia del Perú tiene en la mitad izquierda una versión reducida del Escudo Nacional y en la mitad derecha un escudo azul con un compás en medio de tres coquetas torres doradas. ¿Qué signican? El Gran Maestro sonríe. "La curiosidad que usted tiene es interesante, pero todo hay que dosificarlo progresivamente".

He pasado un mes preguntando y nadie me lo quiere (o sabe o puede) explicar.

Logia o club social

"Club de Tobi para tíos", los llama una conocedora del tema. Claro, la frase viene de una mujer –que no podría integrar la Orden–, pero resume muy bien la percepción exterior que conservan este tipo de sociedades secretas. Resulta fácil calificar así a los masones de señores con mucho dinero y tiempo de sobra, dispuestos a hacerse los interesantes vistiendo atuendos místicos y leyendo esoterismo dizque no apto para cualquiera.

Siendo justos, una de sus frases favoritas "los orígenes de la masonería se pierden en la noche de los tiempos" es parcialmente cierta. No hay un consenso definitivo. Resumiendo versiones osadas, los primeros masones (del latín medieval macio, "cantera") serían los constructores de las pirámides de Egipto, al interior de las cuales se habrían realizado las primeras Tenidas (reunión de masones), donde se transmitían los secretos del arte supremo: la arquitectura. Por ello, el símbolo de los masones son la escuadra y el compás. Otras obras masónicas habrían sido la Torre de Babel y el Templo de Salomón. "Se dice, aunque no hay pruebas ni documentos fehacientes, que el mismo Jesucristo fue masón", sostiene Álvarez Manrique.

O podrían ser descendientes de los Caballeros Templarios, los primeros banqueros de la historia e inventores del cheque, declarados en rebeldía y perseguidos por la Iglesia Católica. Lo cierto es que las primeras referencias directas se encuentran en el Manuscrito Halliwell (conocido como El Poema Regio), un texto fechado en 1390 que certifica actividades masónicas ya en el 926 d.C., mientras que la palabra "Francmasón" (otra denominación de masón; el prefijo "Franc" alude a "franco" o "libre") aparece en Los Estatutos del Reino, escrito por Enrique VII de Inglaterra en 1495. En 1583 se dio a conocer El Manuscrito de la Gran Logia.

De "especulativa" (semiclandestina, atomizada), la masonería se volvió "operativa" en 1717 con la creación de la Gran Logia de Londres, surgida de la unión de cuatro ya existentes. Con algunas diferencias, surgiría El Gran Oriente de Francia, otra logia mayor que perdió autoridad y actualmente lidera una rama propia de masonería. La reemplazó la Gran Logia Nacional Francesa, que junto con la inglesa, sirven de ejemplo al resto de Grandes Logias Mundiales, que pese a todo, conservan total autonomía entre sí.

Todo y nada

Se dice que los Francmasones de Estados Unidos donan dos millones de dólares diarios en caridad. No sería raro en un país donde 13 de los firmantes de su Constitución y catorce de sus presidentes fueron masones. La masonería se define a sí misma como "un sistema de moral, protegido por la alegoría e ilustrado por los símbolos", que alienta la filantropía como una forma decisiva de acción social.

El Gran Maestro Álvarez Manrique, quien le cederá su cargo precisamente este fin de semana a un nuevo Gran Maestro, Alberto Montezuma, insiste en que resulta falsa la noción de que puede hacerse dinero siendo masón. "Los que vienen por ese motivo pronto se aburren y se van".

Para reconocerse, emplean una gran cantidad de saludos secretos de acuerdo al grado y rito. Un masón comienza como Aprendiz, avanza a Compañero y llega a Maestro, grado a partir del cual puede iniciarse en uno de los dos "Ritos", o caminos de progreso masón. El Antiguo y Aceptado Rito Escocés se desarrolló en Francia, y consta de 33 grados. El Rito de York se desarrolló en Estados Unidos y tiene 10.

Entonces, ¿qué hacen en sus reuniones? "Profundizamos en temas de filosofía y análisis de la realidad nacional", dice Álvarez Manrique. ¿Saben dónde está el Santo Grial? ¿Tienen el secreto de la identidad de Jesús? "El único secreto es que no hay secretos. Hay verdades que son difíciles de explicar, que no las van a entender. Es como explicarle cálculo diferencial a un niño de kinder".

Niños de kinder o no, la sensación después de hablar con varios masones es la de saber mucho de ellos y a la vez nada. Dicho sea de paso, la Gran Logia Masónica del Perú celebró ayer sus 124 años de fundada.

Feliz cumpleaños.

Masonería peruana

María Ines Valdivia

Las primeras noticias históricas sobre los masones en el Perú datan de 1751. El presente ensayo muestra cómo nuestro simbolismo patriótico fue fuertemente influido por la actividad masónica. La existencia de logias, confundidas muchas veces como clubes patrióticos, fue determinante para la Independencia peruana y la fundación de la República.

Las tres primeras décadas del siglo XIX significaron para las noveles repúblicas americanas la independencia política. La configuración de los espacios nacionales implicó una compleja construcción, que necesariamente significó una serie de encuentros y desencuentros entre los discursos de carácter nacional y los sujetos que formaron la nación.

Es conveniente señalar que la presencia de la masonería en la historia peruana se remonta a varias décadas anteriores al siglo XX, históricamente verificable en los inicios de nuestra vida política como república independiente. Sus antecedentes en el Perú estarían vinculados al desarrollo de la corriente liberal en España, expresada en los reformistas de Cádiz, luego perseguidos por Fernando VII, después de que este último fuera restablecido en el poder. En 1814, se abolió la obra de las cortes gaditanas.

El período independentista y los inicios de la República fueron testigos de la participación masónica, cuando miembros de la jerarquía militar de ambos bandos –independentistas y realistas– pertenecían a aquélla. La historiografía masónica destaca el valor de esta participación, en que estarían patriotas y realistas, que en muchos casos lograron acuerdos para humanizar las condiciones de lucha por ser “hermanos”, es decir, por su pertenencia a la red masónica, y clubes patrióticos (disueltos en la mayoría de los casos una vez terminada la lucha independentista). Sin embargo, queremos dejar claro que no existen trabajos sólidos en cuanto al rol de la masonería peruana para este período. Los que se conocen no superan el ensalzamiento de los afanes patrióticos y humanitarios de la institución. Los escasos historiadores no masones que han demostrado interés en el estudio de la masonería coinciden en señalar que es creciente el abordaje de este tema. También han referido que la francmasonería ha perdurado más de dos siglos en América Latina y que fue vinculándose al surgimiento de las formas de sociabilidad modernas.

Las primeras noticias históricas sobre los masones en el Perú datan de 1751, cuando “una circular de la Suprema [...] solicita la lista de militares o políticos que se hubiesen presentado voluntariamente a confesarse como tales” (1). Sus miembros generalmente eran europeos, por ejemplo, en el caso del cirujano francés Diego Lagrange.

En la cronología que nos ofrece el historiador masón Eduardo Mendoza Silva para el caso peruano (2), la institución data de 1635. Sin embargo, no se conoce prueba documental que avale ese orden. Los inicios de la masonería “formal” se producen con la Logia de Lima, mencionada por Ricardo Palma en su tradición “La casa de Pilatos”. Luego, en 1762, continúan las actividades de la Logia de Lima, en la que hipotéticamente fuera iniciado José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II. La Logia de Lima cambió de nombre en 1804, al denominarse Logia Lautariana de Lima, la cual funcionó hasta el 28 de julio de 1821.

La actividad masónica en las provincias también fue conocida, desarrollándose la Logia Lautariana de Arequipa. Es importante resaltar que para 1816 se fundó la Logia Central La Paz Americana del Sur, la cual funcionó a bordo de la fragata Venganza y posteriormente en Lima; también se mencionan las logias de Lambayeque –en la llamada Casa de Monjoy o casa de los masones–, Huaura, Trujillo, Aznapuquio y la de Punchauca. Tenemos, por ejemplo, la existencia de logias que, según refieren los datos masónicos, existieron durante el período prerrepublicano:

Sociedades lautarianas (1800), Callao (estas sociedades existieron también en Lima, Chiclayo y Arequipa); logia Central de la Paz Americana (1816), Lima; logia Unión y Orden (1820), Lima; logia La Unión Auxiliadora”(1825), Lima; logia Virtud y Orden (1825), Lima (inicio de la República).

La iniciativa de los masones por elaborar sus propias historias a partir del desarrollo de las ideas liberales no es reciente. La organización masónica tenía como parte del ideario la labor difusora de los fines de la institución entre sus miembros, al permitirles fundar revistas, boletines o cualquier otro tipo de publicaciones periódicas, elaborándolas como publicaciones oficiales o sólo para informar de las actividades internas.

En el siglo XX, las publicaciones de la Gran Logia del Perú, fundada en 1830, nos permiten apreciar el profundo interés que tenían la mayoría de los masones por conocer la historia de sus logias. Sin embargo este interés no es nuevo: ya desde mediados del siglo XIX se suscitó algo similar, si tomamos en cuenta que la mayor parte de la información en que se basan las historias recientes toma como base documentos o pequeños fragmentos de historias de aquel período hasta los aciagos momentos de la Guerra con Chile. El afán de historiar de los masones fue constante.

Se señala, por ejemplo, que las primeras logias patrióticas en América se iniciaron en Caracas, con Francisco de Miranda. Estas sociedades patrióticas tomaron, para organizarse, la estructura de las logias (secretas, elitizadas y fomentando la noción de patria como ideal). Se prometieron mediante juramento, al interior de estas organizaciones, luchar por la “independencia” y no reconocer como gobierno nacional sino al formado por los hijos del país. Se hace referencia a miembros que, como Hipólito Unanue y Riva Agüero, conspiraron contra el virrey Pezuela. Las ideas más importantes respecto a este asunto representaron la inclinación hacia un gobierno legítimo, republicano y renovable; sin embargo, consideramos que debieron existir diferencias respecto al tipo de gobierno en el interior de la misma masonería, debido a la presencia de sectores vinculados con el pensamiento monárquico-constitucionalista de San Martín, por ejemplo.

La pedagogía masónica consistió en la construcción voluntarista de una serie de signos y nociones que permitieron afirmar la identidad masónica a partir de elementos provenientes del ideario republicano y liberal. Una noción de la historia compuesta por figuras y héroes patrióticos cuyos valores estuviesen inspirados en el republicanismo y que sus nombres aludiesen a la identidad peruana, todo ello encauzado en un plan masónico que implicaría el cruce de los ideales masónicos locales (identidad nacional) con los fines de la organización a escala mayor (universalidad).

En torno al tema masónico, la red de influencia de esta organización fue bastante amplia, encargándose de divulgar conceptos y experiencias organizativas referentes al discurso europeo, pero con connotaciones específicas en los países americanos en que se desarrolló. Asumimos que la masonería trató de incorporar figuras patrióticas con el fin de legitimar su presencia e ideario nacional. Así, por ejemplo, fue conocido el interés masónico por incorporar al imaginario masónico a Túpac Amaru II, San Martín, Sánchez Carrión, Miguel Grau, entre otros. Tenemos noticias de que la mayoría de nombres simbólicos de algunos miembros masones se inspiró en Manco Cápac, Caupolicán, Moctezuma y Huáscar (3).

La asociación entre las nociones de patria y masonería debemos buscarlas más allá de las filiaciones masónicas, pues la institución fue considerada herética en la mayoría de los casos por ser secreta; el halo de misterio que rodeó a los masones impregnó de cierta aceptación soterrada en determinados sectores de la población. Ricardo Palma rescata en sus Tradiciones peruanas las reuniones masónicas de carácter nocturno y casi clandestino, a la cual pertenecían prominentes miembros de la sociedad peruana, reunidos para plantear y discutir a media voz temas que abarcaban desde los orígenes algo exóticos de la organización hasta los ingresos económicos de ésta. En la tradición “La casa de Pilatos” (4), se hace referencia a los rumores de la población sobre la existencia de encuentros masónicos. Dice Palma: “En agosto de 1635 y cuando la casa estaba arrendada a mineros y comerciantes portugueses, pasó por ella, un viernes a media noche, cierto mozo truhán que llevaba alcoholizados los aposentos de la cabeza. El portero habría probablemente olvidado echar el cerrojo, pues el postigo de la puerta estaba entornado. Vio el borrachín luces en los altos, sintió algún ruido o murmullo de gente, y confiando hallar allí jarana y moscorrofio, atrevióse a subir la escalera de piedra, que es dicho sea de paso, otra de las curiosidades que el edificio ofrece. El intruso adelantó por los corredores hasta llegar a una ventana, tras cuya celosía se colocó, y pudo a sus anchas examinar un espacioso salón iluminado, y cuyas paredes estaban cubiertas por tapices de género negro. Bajo un dosel vio sentado a uno de los hombres más acaudalados de la ciudad, el portugués Don Manuel Bautista Pérez, y hasta cien compatriotas de éste en escaños, escuchando con reverente silencio el discurso que les dirigía Pérez y cuyos conceptos no alcanzaba a percibir con claridad el espía.

Frente al dosel y entre blandones de cera, había un hermoso crucifijo de tamaño natural. Cuando terminó de hablar Pérez, todos los circunstantes, menos éste, fueron por riguroso turno levantándose del asiento, avanzaron hacia el Cristo y descargaron sobre él un fuerte ramalazo.

Pérez, como Pilatos, autorizaba con su impasible presencia el escarnecedor castigo. El espía no quiso ver más profanaciones, escapó como pudo y fue con el chisme a la Inquisición, que pocas horas después echó la zarpa encima a más de cien judíos portugueses. Al judío Manuel Bautista Pérez le pusieron los católicos limeños el apodo de Pilatos y la casa quedó bautizada con el nombre de Casa de Pilatos.

Tal es la leyenda que el pueblo cuenta. Ahora veamos lo que dicen los documentos históricos. En la Biblioteca de Lima existe original de los portugueses y de él sólo aparece que en la calle del Milagro existe la sinagoga de los judíos, cuyo rabino o Capitán Grande (como dice el Fiscal del Santo Oficio) era Manuel Bautista Pérez (5). El fiscal habla de profanación de imágenes; pero ninguna minuciosidad refiere con la popular conseja. El juicio duró tres años. Quien pormenores quiera, búsquelos en mis Anales de la Inquisición de Lima.

Pérez y diez de sus correligionarios fueron quemados en el auto de fe de 1639, y penitenciados cincuenta portugueses más, gente toda de gran fortuna. Parece que al portugués pobre no le era lícito ni ser judío, o que la Inquisición no daba importancia a descamisados. Y no sé más sobre Pilatos ni sobre su casa” (1868).

“Sólo me resta añadir que en el siglo XIX, cuando en toda América alboreaba la Independencia, fue en esa casa donde funcionó la primera logia masónica, preparatoria del arribo de San Martín. Los enciclopedistas franceses habían puesto a la moda la masonería, que en nuestro siglo XX reposa en el panteón de las antiguayas.” (Nota agregada por el autor en 1917.)

De la tradición descrita se pueden extraer diversas apreciaciones, particularmente que lo contado por Palma puede haber tenido cierto asidero en la mentalidad popular, asociándose las ideas de herejía versus masonería, así como la persecución de parte de la Iglesia católica hacia los masones y. sobre todo. la presencia de extranjeros “judíos y portugueses” difusores de ideas contrarias contra la religión. Otra de las posibles relaciones que existirían sería la confusión que tanto Palma como otros miembros masones o no realizarían entre clubes patrióticos y logias masónicas. Cabe mencionar que Palma fue un destacado masón y dicha confusión entre club y logia pudo ser voluntaria.

Lo cierto es que el corpus ideológico de la masonería peruana albergó las ideas de las elites respecto a las nociones de patria y los componentes de ésta. De algún modo, los argumentos que imaginaron las elites respecto a los componentes de la nación peruana fueron recreados en el desarrollo de una concepción histórica anclada en los ideales liberales y republicanos.

Décadas más tarde, luego de la Guerra con Chile, los masones hacen permanentemente referencia a la relación que mantuvo Miguel Grau con la masonería. De acuerdo con la versión masónica, Grau habría sido invitado a pertenecer a la orden masónica en la logia Unión indisoluble, del Valle de Piura. Sin embargo, recién lo haría en Paita. Los masones recogen este hecho gracias al testimonio de Ricardo Palma, quien “recordaba que en cada arribo al Callao, después de sus interminables viajes, iban juntos a saludar y trabajar con su Venerable Maestro de la Logia Cruz Austral que laboraba en el Callao” (6). Asimismo, en la biografía novelada referente al héroe de la Guerra del Pacífico, se afirma que el padre de éste, don Manuel Grau, se habría asentado en Lima en diciembre de 1848 y formó parte de la Sociedad Fraternidad, Igualdad y Unión, que reunía en su seno a quienes habían sido calificados como participantes en las campañas de la Independencia y que más tarde se habría de convertir en la Benemérita Sociedad de Fundadores de la Independencia y Defensores Calificados de la Patria, lo cual confirma una vez más la estrecha relación entre los miembros que formaron las sociedades patrióticas. En más de una ocasión, padres e hijos pertenecían a sociedades similares (7).

La prensa peruana tampoco estuvo ajena a la divulgación de la masonería, ya sea bajo la modalidad del folletín, que destaca el carácter misterioso y secreto de esta organización. Tenemos, por ejemplo, que en 1848, en El Correo Peruano se transcribe una novela corta de Alejandro Dumas con claras referencias a los ritos de iniciación masónica y su falsedad en Francia (8).

La divulgación de ideas fuerza respecto a la masonería es anotada posteriormente por otro liberal tradicionista como José Gálvez, quien afirmaba que durante su infancia se le habían inculcado prejuicios sobre el tema (“estos terribles masones”), lo que era para él una muletilla conocida, entendiendo que al masón se le confundía “con el duende, con el fantasma con el trasgo amenazante y en la confusión mental que el miedo provocaba, se mezclaba la nebulosa idea de las reuniones masónicas con la de las brujas de las ‘escobas’ voladoras y con la de los duendes cabezones, duchos en tirar piedras a las casas y hundir la mollera a los recién nacidos” (9). Sin embargo, posteriormente anota Gálvez que fue un zambo viejo empapelador que le enseñó la casa de la calle de San Francisco. Igualmente le reveló que el abuelo Gálvez había sido masón. Asimismo, lo habían sido su bisabuelo y sus tíos. Este interesante testimonio es un pasaje riquísimo que nos permite conocer cómo la masonería actuaba o, mejor, reclutaba a sus integrantes estableciéndose en la práctica, una red de sociabilización entre la parentela masculina de los miembros pertenecientes a la elite, en que las discusiones políticas (historia, patria y nación) pasaban por el tamiz ideológico (liberalismo-republicanismo) en distintos matices y en un espacio establemente jerarquizado, pero con exigencias morales, que propiciaron un espacio alternativo al oficial. Si bien nadie reconocía hablar de política, se hablaba y hacía política, como se manifestó en la Constitución masónica de 1850, título III del gobierno masónico: “La Masonería Peruana adopta para gobierno el representativo, y delega el ejercicio a los tres supremos poderes que establece, y son el Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Este gobierno es un símil de la República” (10).

Notas

(1) Fernando Ayllón. El Tribunal de la Inquisición. De la leyenda a la historia, p. 499.

(2) Eduardo Mendoza Silva. Historia de la masonería en el Perú. Masonería pre-repúblicana. Lima: Imp. Rávago e Hijos, [19—] 312 p.:il.

(3) Titulo XV (observación y reforma de la Constitución). Constitución Masónica. Estatutos generales de los francos y libres masones del Perú. Lima, 1850. Impreso por J. Franklin Haley.

(4) Ricardo Palma, Tradiciones Peruanas. Ver: “La casa de Pilatos”, vol. II. Edición y prólogo de Edith Palma, Lima-Perú, 1968, p. 360-363.

(5) Manuel Bautista Pérez fue uno de los más notables lusitanos que vivió en nuestro país. Era natural de Ansar (Coimbra, Portugal), de 46 años. Según lo señalado por Ricardo Palma en sus Anales de la Inquisición de Lima, éste era un rico comerciante. Se le acusó de judío “(...) y de mantener en actividad clandestina su fe y propagarla a despecho de las prohibiciones” (Anales de la Inquisición de Lima, XXIII), pero el hecho más importante que debe ser señalado es el de la posesión de una pinacoteca y una biblioteca de 135 títulos y 155 volúmenes que revelaban la vasta cultura del comerciante portugués. Las persecuciones de la Inquisición no sólo revelaron el interés por el mantenimiento de la pureza del credo católico, sino también la estrecha relación con la persecución de libros considerados herejes.

(6) Revista Gran Logia del Perú. Fraternidad. Edición extraordinaria, 1996, p. 12. Don Miguel Grau Seminario. R\H\ Francisco Piña Baca. Ver también el estudio de Alfonso Harth Bedoya, Ricardo Palma: egregio tradicionista e ilustre masón peruano. Lima, San Marcos, 1992.

(7) El almirante Miguel Grau (1834-1879). Una aproximación biográfica. Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Piura. Asociación de Historia Marítima y Naval.

(8) El Correo Peruano. Boletín Marítimo y Mercantil. 10.04.1848, Nº 1009, Año IV “Y el que contra los hábitos y ritos de la Sociedad se había descubierto, mostró el venerable rostro y la blanca barba de un anciano de ochenta años. –Bien, dijo el extranjero, ahora diré que el que está a tu izquierda es el representante del círculo inglés, el que preside la lojia de Caledonia. –¿Quién os ha convocado?, preguntó el desconocido, pasando de interrogado a interrogante. –El Círculo Supremo. –Sin duda no habéis venido sin objeto, dijo el extranjero volviéndose al presidente y a los cinco jefes, vos de Suecia, vos de Londres, vos de Nueva York, vos de Zurich, vos de Madrid, vos de Varsovia y vosotros, todos en fin, continuó dirigiéndose a la multitud de las cuatro parte del mundo, también habéis venido con objeto al santuario terrible de la fé. –Ciertamente que nó, respondió el presidente. Venimos ante el fundador de un misterioso imperio en Oriente que reunido los dos hemisferios en una comunidad de creencias que enlazado las manos fraternales dejenero humano. –¿Y hay algún signo cierto por el que puedan reconocerse? –Sí, dijo el presidente, y Dios se ha dignado revelármelo por medio de sus ángeles [...] Volvióse enseguida al viajero. –¿Qué deseas?, le preguntó. –Ver la luz, respondió éste.”

(9) Ibíd. ¡Estos Terribles Masones!, por el hermano José Gálvez Barrenechea, p. 30-31.

(10) Estatutos Jenerales o Constitución Masónica de los Francos y Libres Masones del Perú. Lima, 1850. Impreso por J. Franklin Haley.

(*) Profesora de Historia en la Universidad Federico Villarreal.

domingo, abril 02, 2006

El primer masón de España

La Gran Logia elige gran maestro a José Carretero, el miembro más antiguo de la institución tras la muerte de Franco

JUAN G. BEDOYA - Madrid

EL PAÍS - Sociedad - 02-04-2006



José Carretero, elegido gran maestro de la Gran Logia de España. (LUIS MAGÁN)
250 logias y mucho joven
"No somos una sociedad secreta, pero sí somos una sociedad discreta"


En 1936 había en España 5.000 masones y la dictadura abrió más de 18.000 procesos

Madrid fue ayer una aglomeración de masones, llegados de toda España para la instalación de un empresario catalán retirado, José Carretero, como nuevo gran maestro de la Gran Logia de España. El rito iba a celebrarse en el templo en Madrid de la Gran Logia, en la calle de Juan Ramón Jiménez, con capacidad para 100 personas. Demasiado pequeño para acoger a los más de cuatrocientos maestros instalados -grado máximo en esta orden iniciática- que se presentaron en la capital de España sin anunciarse. La organización, previsora, encontró pronto una alternativa, medio apalabrada de antemano: el salón Roma del hotel Eurobuilding, al lado del templo masón. Entre los reunidos, el gran maestro saliente, el socialista Josep Corominas, psiquiatra, también de Barcelona.

"No somos una sociedad secreta, pero sí somos una sociedad discreta", explica el nuevo máximo dirigente de la masonería española. José Carretero tiene 64 años y es masón desde los 30, cuando aún vivía el dictador Franco y pertenecer a una logia era jugarse la vida o la libertad. El famoso contubernio judeo-masónico-comunista.

Sin que los historiadores hayan encontrado una causa razonable, lo cierto es que el general Franco fue un perseguidor implacable, criminal, de esta orden iniciática universal. He aquí un dato extravagante, si no fuera trágico: Pese a no haber en tiempos de la II República, entre 1931 y 1936, más de 5.000 asociados a la masonería, a lo sumo 6.000, la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, de marzo de 1940, dio paso a casi 18.000 procesos y expedientes, culminados muchos de ellos en el pelotón de fusilamiento, en años de cárcel o en un larguísimo exilio exterior o interior.

¿Cómo se decidió Carretero a entrar en la masonería en plena dictadura, con Franco vivo y una clandestinidad que hacía prácticamente imposible encontrar un masón dispuesto a reconocer que lo era? La respuesta tiene que ver, como casi siempre, "con los ideales, con la Ideología, en mayúscula". Dice el nuevo gran maestro: "Tenía amigos que eran masones y me parecía que sus ideas eran importantes. Yo era un idealista, claro. Había habido en la masonería personas importantes a las que yo admiraba, así que me decidí y me fui a Italia en 1974".

¿Por qué en Italia? "Me dijeron que si iba a Francia, donde era más fácil, más cerca, Franco se iba a enterar y me la jugaba, con la policía en mi casa inmediatamente. Así que me fui a Italia por seguridad. Viajé a Milán y allí se celebró mi iniciación. A efectos de la persecución de la dictadura, yo era un señor que vivía en Milán y que se llamaba Pepe, o Yusepe". Todo ello "sin antecedentes familiares en la masonería, por el ideal de pertenecer a una asociación ilegal en España, pero famosa y respetada en todo el mundo".

Carretero, empresario de la construcción y la obra civil, también del mundo de la informática, ya retirado, es un pionero familiar, como tantos jóvenes salidos del apagón cultural, político o ideológico del franquismo. Muchos miles pasaron de hijos de la burguesía e, incluso, de la aristocracia, a dirigentes o militantes de partidos o sindicatos revolucionarios, socialistas o comunistas.

¡Masones! Eran todos los partidos y sindicatos legales, e incluso se habían celebrado ya las primeras elecciones de la predemocracia, el 15 de junio de 1977, prólogo de la Constitución del 6 de diciembre de 1978, y el Gobierno de entonces aún seguía oponiéndose a la legalización de la masonería. Tuvo que intervenir la Audiencia Nacional, que en sentencia de mayo de 1979 desautorizó los recelos franquistas del Ministerio del Interior, obligándole a aceptar la Gran Logia en el registro de asociaciones.

Los objetivos de la asociación siguen siendo los clásicos, que tanto miedo han dado a los dictadores: "Pretendemos acoger a hombres buenos que quieren ser mejores. Aquí no caben personas malas para hacerlas buenas. Ésa no es nuestra filosofía. Aquí entran hombres buenos que en la masonería se convierten en mejores, o lo pretenden. Queremos transformar la sociedad: que sea más justa, que haya mejores relaciones entre personas".

Está, además, la libertad. Esa palabra tan peligrosa explica la saña con que los persiguió Franco, opina Carretero. "Pretender explicar por qué Franco o cualquier persona hace algo así es una presunción vana. Pero hay un dato universal. La masonería ha estado perseguida en todos los regímenes totalitarios. Nosotros somos hombres libres, hombres que hablamos de libertad. A Franco, como a tantos otros dictadores, eso le tenía que molestar, y el no poder controlarnos".

Se ha dicho que dos tercios de los diputados en las Cortes republicanas eran masones. Carretero sonríe. "Un tercio sí serían, pero tantos como dicen, no creo". ¿Cuántos hay ahora? "No sé. Pocos".

Entre los proyectos del nuevo gran maestro está uno poco común en el medio político, pero que él subraya como principal, santo y seña de la asociación que le toca dirigir. "Lo prioritario que debe hacer la masonería es ser consecuente consigo misma. Cumplir los compromisos que se toman. Vivirlos. No basta con decir: 'Oye, seremos muy buenos', e ir a casa y olvidarlo, y hacer lo contrario de lo que se compromete uno a hacer. Para ser masón hay que cumplir".

250 logias y mucho joven

Pese a tener sólo 64 años, José Carretero es el más antiguo miembro de la masonería española: "El número 12, con los once anteriores ya muertos", supone. Es la consecuencia -la historia- de un país sumido durante 40 años en el totalitarismo, donde sólo por ser masonas fueron represaliadas 18.000 personas (el triple de las que realmente lo eran). Así que la lenta restauración de las logias, desde su legalización en 1979 -ya suman 250 logias y 2.500 asociados-, tiene una característica que las distingue de sus hermanas europeas: la media de edad de los masones españoles no supera los 42 años, muy por debajo del resto de las organizaciones sociales.

Hay logias en todas las regiones, sobre todo en Cataluña, Comunidad Valenciana y en el Sur. Muchos son extranjeros, el 30%. Se trata de ingleses o alemanes que viven su jubilación en España, fijos o por temporadas, por el clima o porque "antiguamente todo era aquí más barato", dice Carretero. Antes que este empresario catalán han dirigido la Gran Logia Luis Salat i Gusils y Josep Coromina i Busqueta, también catalanes, y el gallego Tomás Sarobe Piñeiro.

Sobre la catarata de libros que se publican ahora sobre la masonería, el gran maestro dice: "Despertamos gran curiosidad, pero la mayoría están escritos por gente desinformada, que busca ganar dinero con un tema que interesa mucho a la sociedad". El jesuita José Antonio Ferrer Benimelli es, según Carretero, el gran historiador, el más objetivo y erudito.