sábado, abril 30, 2005

EL TEMPLO DE JERUSALEN EN EL SIMBOLISMO MASONICO

FRANCISCO ARIZA

Aunque la Masonería actual procede de las diversas corrientes esotéricas de Occidente y de las adaptaciones de los antiguos rituales operativos que tuvieron lugar durante el siglo XVIII, sin embargo su origen real se remonta mucho más lejos en el tiempo, más allá incluso de los gremios y corporaciones de constructores medievales. Dicho origen, según consta en los propios documentos masónicos, hay que buscarlo en la construcción del Templo de Jerusalén, también llamado de Salomón, pues fue este rey sabio, autor de los Proverbios, la Sabiduría y el Cantar de los Cantares, quien mandó edificarlo (y probablemente el que diseñó los planos del mismo), cumpliendo así la voluntad de su padre, el rey David.[1]

Podríamos decir que el Templo de Salomón está en la esencia misma de la Masonería, que actualiza permanentemente su contenido espiritual a través de sus ritos y símbolos, empezando por el de la propia Logia, que tiene en él su modelo o prototipo. Actualizado también en sus mitos y leyendas ejemplares, que recogen los episodios más significativos de su historia sagrada, como es el caso de aquella que tiene como tema central al maestro Hiram, a quien nos referiremos a lo largo de estas páginas, en las que no pretendemos sino esbozar ciertas ideas sobre este importante tema, y que tal vez pudieran servir de punto de partida para un más amplio desarrollo.

En esas leyendas[2] se relata que todos los masones esparcidos por los cuatro puntos cardinales se congregaron en Jerusalén para llevar a cabo tan magna empresa. Y así debió ser, en efecto, a juzgar por la multitud de obreros y artesanos que participaron en su construcción. La Biblia[3] menciona a cientos de miles, los cuales no debían proceder de un solo país, sino de varios, habida cuenta de que la influencia de los reinos de Judá y de Israel, gobernados por Salomón, se extendía por una zona muy amplia del Oriente Medio.[4] Todos esos obreros, divididos según sus funciones y grados, estaban bajo la autoridad de Hiram Abi (o simplemente Hiram), experimentado maestro en el arte de trabajar los metales, dato éste que lo vincula con su legendario ancestro Tubalcaín, quien aparece en el Génesis como el inventor de la metalurgia, y por tanto de las artes vinculadas con el fuego y su poder de transmutación, lo cual hay que entender tanto en su sentido físico como espiritual.[5]

Dirigiéndose a Salomón, el rey tirio Hiram le dice: "Te envío, pues, ahora a Hiram Abi, hombre hábil dotado de inteligencia (...) Sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera, la púrpura escarlata, la púrpura violeta, el lino fino y el carmesí. Sabe también hacer toda clase de grabados y ejecutar cualquier obra que se le proponga".[6] Así pues, el maestro Hiram aparece como el heredero de una antiquísima tradición de artesanos que abarcaba numerosos oficios o técnicas, todas las cuales fueron aplicadas en la edificación del Templo. A este respecto habría que añadir que hasta producirse esa construcción el pueblo hebreo había llevado una forma de vida enteramente nómada, y por consiguiente su concepción del mundo respondía a unos parámetros sensiblemente distintos a aquellos por los cuales se regían los pueblos sedentarios, que en tanto que tales desarrollaron más particularmente las artes ligadas a la metalurgia y la construcción.[7] Es decir, que Salomón tuvo necesariamente que recurrir a quienes conocían perfectamente las leyes en clave geométrica del Alma del Mundo (la cosmogonía), y eran poseedores, por tanto, de las técnicas constructivas necesarias para expresarlas lo más exactamente posible.[8] Esos conocimientos se aplicaron en la construcción del Templo, reproduciendo en sus estructuras simbólicas los diferentes planos o niveles del cosmos, incluidos el mobiliario y la decoración, pues como decía Flavio Josefo en sus Antigüedades Judaicas : "La razón de ser de cada uno de los objetos del Templo es recordar y representar al cosmos".

Si en todas las civilizaciones tradicionales sus templos y santuarios sagrados constituyen una imagen del cosmos (y de la realidad trascendente), la entrada al mismo, en el Templo de Jerusalén, se realizaba por el Ulam o Pórtico, lugar de tránsito por donde se accedía al Hekal o "Santo", cuya forma era enteramente rectangular o de "cuadrado largo", simbolizando el conjunto del mundo terrestre. En el centro del Hekal se encontraba como elemento principal el Altar de los perfumes, o del incienso, cuya oblación representaba uno de los ritos más importantes de los realizados en el Templo. Enfrente de dicho altar se hallaba el Debir o "Santo de los Santos", la cámara más interna y sagrada del Tabernáculo, razón por la cual simbolizaba al mundo celeste.[9] En el centro del Debir era depositada el "Arca de la Alianza", custodiada por las estatuas de dos querubines alados, y en cuyo interior eran guardadas las Tablas de la Torah (de la Sabiduría), testimonio vivo y permanente de la "alianza" entre Dios y el pueblo de Israel.[10] En realidad esa alianza, como la que establece cualquier civilización tradicional, es con el Dios inefable y misterioso, que se revela mediante su Nombre, que es su Ser, Verbo o Logos creador, es decir el Gran Arquitecto del Universo.[11]

A uno y otro lado del Pórtico de entrada, en el exterior del Templo, se alzaban las columnas llamadas Jakin y Boaz, las cuales evocaban seguramente a aquellas otras que, según las leyendas masónicas, sobrevivieron al diluvio, y en las que fueron grabadas todas las ciencias referidas al conocimiento y al saber tradicional heredado de la humanidad primigenia.[12] Como la Logia masónica (cuya estructura reproduce la del Templo de Jerusalén), las columnas Jakin y Boaz aluden a un simbolismo cósmico relacionado con los dos solsticios, y estrechamente vinculadas con la doble corriente de la energía cósmica a la que se encuentra sujeto todo lo manifestado. Por ello, la explicación o el sentido simbólico de las dos columnas "hay que buscarla en el orden de las referencias cósmicas, en correspondencia con la antiquísima observación ritual del sol a lo largo del año. El observador se situaba en el centro del lugar sagrado, de cara al Este, es decir de cara al sol naciente (...) Seguía los desplazamientos progresivos de las salidas del sol en el horizonte, entre los dos límites extremos alcanzados por los solsticios de Verano e Invierno. Se señalaban esos dos puntos esenciales con dos postes, dos menhires en algunas alineaciones prehistóricas de Bretaña o de Inglaterra, o con dos columnas si se trataba de templos más elaborados".[13] Las columnas Jakin y Boaz[14] no eran entonces simples elementos decorativos, sino que con ellas se establecía un enmarque espacio-temporal indicado por las distintas posiciones del astro solar, posiciones que determinan el esquema simbólico universal de la cruz cuaternaria, pues al señalarse los solsticios de Invierno y de Verano (correspondientes al eje Norte-Sur) se obtenía también la situación de los equinoccios de Primavera y Otoño (correspondientes a su vez al eje Este-Oeste).[15]

A este mismo orden de ideas pertenecía otra obra realizada por el maestro Hiram. Nos referimos al "Mar de bronce", que estaba situado en la esquina Sudeste del atrio, cerca de la entrada del Templo. En efecto, al igual que las dos columnas el Mar de bronce se encuadraba dentro de un simbolismo cósmico, pues esa denominación le venía seguramente porque con él se quería representar el "Océano celeste" (las "Aguas superiores"), ya que estaba repleto de agua hasta sus bordes, y su forma era enteramente redonda, como el cielo. Si bien es verdad que como relata II Crónicas, 4, 6, el Mar de bronce se usaba para las abluciones de los sacerdotes, esto debió ocurrir en una época en que se había olvidado su primitivo significado, que era (según las investigaciones que al respecto se han realizado) el de servir como observatorio astronómico, puesto que la superficie plana del agua hacía de espejo translúcido en donde era posible contemplar el mapa celeste, y por tanto la rotación regular de los astros, planetas y constelaciones, permitiendo establecer medidas y cálculos y así llevar un seguimiento de sus ciclos, los que se ponían en relación con el calendario litúrgico y ritual.[16] Esta interpretación sobre el Mar de bronce se refuerza por el hecho de que éste estaba soportado por cuatro grupos de tres toros cada uno también de bronce, que en total suman doce, número de las constelaciones y signos zodiacales.[17] Cada uno de esos grupos estaba orientado según los cuatro puntos cardinales: tres a Oriente, tres a Occidente, tres a Mediodía y tres a Septentrión, disposición que recuerda la situación que ocupaban las doce tribus de Israel en el campamento hebreo, las que también se correspondían con los signos zodiacales y los meses del año.[18]

La explanada en la que se levantaba el Templo no era otra que la cima del monte Moriah, el cual ocupa una posición central con respecto a las colinas que le circundan (monte de los Olivos, Bezetha, Gareb y Sión). Esta posición "central" del Moriah se corresponde perfectamente con el simbolismo del Templo, que como "centro sagrado" para una determinada tradición, aparecía como reflejo del "Centro Supremo" (o de la Jerusalén Celeste), que en un período determinado tuvo el nombre de Salem (que significa "Paz"), de donde deriva precisamente la palabra Jerusalén, la "ciudad de la Paz", y también el de Salomón, que como antes hemos dicho quiere decir "el Pacífico".[19] Este carácter sagrado atribuido desde siempre al monte Moriah indica que éste representa un verdadero símbolo del Eje del mundo que comunica la tierra y el cielo, la realidad sensible a la suprasensible.[20] Algunos masones del siglo XVIII identificaban el Moriah con la montaña primordial, en cuya cima se encontraba el Paraíso terrestre,[21] con el que era identificado el propio Templo de Jerusalén, lo que confirma, por otro lado, que éste fue construido, en efecto, como un sustituto del Centro Supremo.

Esto último nos recuerda una hermosa leyenda masónica, plena de significado simbólico, en la que se dice que debajo mismo del Templo de Jerusalén (esto es, en el interior del monte Moriah) se encontraban una serie de estancias o salas superpuestas que aparecían una tras otra conforme se iba descendiendo, hasta que finalmente se llegaba a una inmensa bóveda hipogea, es decir excavada directamente en la roca viva.[22] En dicha bóveda, en realidad un templo, se encontraban los principales útiles y símbolos masónicos, como la escuadra y el compás, el nivel y la plomada, la regla, la paleta, el mazo y el cincel, el Delta con el Nombre del Gran Arquitecto grabado en una de sus caras, etc. Según la leyenda la bóveda fue construida nada menos que por Henoch en la época anterior al diluvio, y por tanto muy cercana aún a los primeros tiempos.[23] Lo que se desprende de todo esto es bastante claro, puesto que, por un lado, nos habla de la primordialidad del simbolismo masónico (esto es, de su origen revelado, como el de cualquier tradición), y por otro del aspecto oculto y subterráneo que en un momento dado tuvo que adoptar ese mismo simbolismo, y por extensión el mensaje de la Filosofía Perenne (del que bebe la propia Orden masónica), ocultamiento que, según Guénon, "coincide con los comienzos mismos de la iniciación". Precisamente en dicho relato simbólico Henoch aparece como "el primero de todos los Iniciados, el Iniciado iniciante, que no murió, y que sobrevive en todos sus hijos espirituales", atributos que se encuentran también en Hiram, quien, en efecto, renace simbólicamente en cada nuevo maestro, perpetuándose así la cadena de la tradición masónica, y con ella el espíritu que la sustenta.

[1] Se dice que Salomón escribió el Cantar de los Cantares al mismo tiempo que se edificaba el Templo. Si en la poética simbólica del Cantar, Salomón habla en realidad de las nupcias entre el alma y el espíritu (entre el "yo" y el "Sí mismo"), el Templo de Jerusalén expresa arquitectónicamente esas mismas nupcias, esa hierogamia o matrimonio sagrado entre la Tierra y el Cielo, pues su construcción se realizó conforme al modelo cósmico, según el cual el mundo terrestre aparece como el reflejo del mundo celeste, y en íntima comunión con él. Geométricamente esa unión se expresa mediante dos triángulos entrelazados, y el uno siendo el reflejo del otro, figura que es conocida precisamente como "Sello de Salomón" o "Estrella de David". El rey sabio no hablaba sino de lo que acontece en el corazón del hombre (sede simbólica de su templo interior) cuando éste se reconoce a sí mismo en lo universal.
[2] Leyendas recogidas en diversos manuscritos masónicos comprendidos dentro de los Old Charges o "Antiguos Deberes", como es el caso del manuscrito Dumfries.
[3] I Reyes..., y II Crónicas
[4] La forma en que el rey Hiram de Tiro (ciudad fenicia ubicada en el actual Líbano) se dirige a Salomón cuando éste le solicita el material y los obreros para la construcción del Templo, sugiere que entre sus reinos existía una estrecha alianza, fraguada ya en los tiempos de David.
[5] Curiosamente esto último lo convierte también en un lejano antepasado de los alquimistas. En las crónicas más antiguas de la Masonería el herrero Tubalcaín consta como uno de sus fundadores míticos, junto a sus hermanos Jabel (inventor de la geometría), Jubal (inventor de la música) y Naamah (inventora del arte del tejido). Pero de todos ellos es Tubalcaín el que ha permanecido en los rituales masónicos, especialmente en el grado de maestro, que gira enteramente alrededor de la figura de Hiram. El nombre de Tubalcaín se traduce normalmente como "posesión del mundo", aunque también se le da el significado simbólico de "inocencia".
[6] Crónicas, 2, 12-13. Igualmente en I Reyes, 7, 13-14, leemos: "Trajo Salomón de Tiro a Hiram, hijo de una viuda de Neftalí y de padre natural de Tiro, que trabajaba el bronce. Estaba Hiram lleno de sabiduría, de entendimiento y de conocimiento para hacer toda clase de obras de bronce". En I Reyes 5, 14-28, también se menciona a un tal Adoniram, o Adonhiram, como el prefecto de todos los obreros. Sin embargo, es muy probable que Adoniram e Hiram Abi no sean sino el mismo personaje revestido con dos funciones distintas. Por otro lado, el nombre de Adoniram significa el "Señor (Adonai) Hiram", que se complementa perfectamente con Hiram Abi, o "Padre Hiram". Estas designaciones hacen de Hiram, en efecto, el jefe de un linaje espiritual (de ahí que sea llamado el "Príncipe de los Masones"), receptor de una herencia tradicional que él transmite al reflejarla en las diversas obras realizadas para el Templo Hierosolimitano. No es entonces de extrañar que para la Masonería Hiram aparezca con los rasgos de un héroe solar civilizador, que se sacrifica y renace permanentemente como el astro rey, tal y como expresan los ritos masónicos en los que él constituye el elemento principal.
[7] En realidad gracias a la construcción del Templo se hizo posible la "conjunción" de estas dos formas de civilización, la nómada y la sedentaria (surgidas de la primera diferenciación de la humanidad primordial), conjunción en la que habría que ver, en efecto, el origen más antiguo, históricamente hablando, de la tradición masónica. En este sentido, señalaremos que en el contexto bíblico los nómadas eran los descendientes del pastor Abel, y los sedentarios del agricultor Caín, quien también fue el primero en construir una ciudad (Génesis 4, 17). A la primera de esas civilizaciones pertenece la tradición representada por Salomón, y a la segunda la representada por Hiram, por lo que la construcción del Templo también contribuyó a la "reconciliación" de los herederos respectivos de Abel y de Caín. De esta manera, lo que en un principio se había separado por razones de orden cíclico, vuelve a unirse con el reinado de Salomón (cuyo nombre quiere decir "el Pacífico"), abriéndose así una nueva página en la historia que repercutirá en el posterior desarrollo de la civilización occidental, especialmente durante la Edad Media, en la que el Templo de Jerusalén fue considerado siempre como la imagen misma del "centro espiritual" y prototipo de la arquitectura sagrada.
[8] La "idea", u origen, que inspiró la construcción del Templo se debe desde luego a Salomón (idea transmitida por David, quien a su vez la recibió del Gran Arquitecto: "Tu hijo, el que pondré yo en tu lugar sobre tu trono, edificará casa a mi nombre"). Pero éste nada podría haber hecho sin la ayuda brindada por el rey Hiram, que le aportó los materiales y los maestros artesanos como Hiram Abi. Por otro lado, es interesante advertir que Salomón, el rey Hiram e Hiram Abi, constituyen los tres Grandes Maestros de la Orden masónica, es decir que están en la cúspide de su jerarquía iniciática, y quienes los representan encarnan, simbólicamente al menos, las funciones respectivas de cada uno de ellos. Salomón representa la función puramente sacerdotal (la autoridad espiritual), el rey Hiram la función regia (el poder temporal), e Hiram Abi la función artesanal o propiamente cosmogónica. Señalaremos también que hasta comienzos del siglo XVIII, en los rituales heredados de los operativos medievales, aparecía el nombre egipcio de Amon como el tercero de los Tres Grandes Mae stros, nombre que fue sustituido por el de Hiram Abi con el advenimiento de la Masonería especulativa. En este sentido, René Guénon nos dice (Etudes sur la Franc-Maçonnerie et le Compagnonnage tomo II) que "esta palabra [Amon] tiene en hebreo el sentido de artesano y arquitecto (...) Sea como sea, su raíz, de donde deriva también la palabra amen, expresa, en hebreo como en árabe, las ideas de firmeza, de constancia, de fe, de fidelidad, de sinceridad, de verdad, que se corresponden perfectamente con el carácter atribuido por la leyenda masónica al Tercer Gran Maestro", es decir, a Hiram Abi. Como podemos ver el nombre fue sustituido, pero el espíritu permaneció, y es esto lo que realmente importa. Seguramente Amon no sea (como ocurre con Adoniram) sino otro de los nombres dados a Hiram, y tal vez con su presencia los operativos querían conservar el recuerdo de ciertos elementos simbólicos procedentes de la civilización egipcia presentes en la gestación de la antigua Masonería. Ver también Denys Roman, René Guénon et les Destins de la Franc-Maçonnerie, cap. IV.
[9] El Debir tenía una forma cúbica perfecta, pues tanto su ancho, largo y alto medían exactamente veinte codos cada uno. Esa misma forma cúbica es la que San Juan en el Apocalipsis describe como la de la Jerusalén Celeste, a la que el D ebir (y por extensión todo el Templo de Jerusalén) ciertamente simboliza. Recordemos, en este sentido, que el Debir era el "lugar" (en hebreo mishkan ) de manifestación de la Shekinah, la "presencia real" de la divinidad: "Yo elijo y santifico esta casa para que en ella sea invocado mi nombre, y la tendré siempre ante mis ojos y en mi corazón" (II Crónicas, 7, 16).
[10] En su peregrinaje nómada el pueblo hebreo llevaba siempre consigo el Arca de la Alianza como su más preciado tesoro, aquello que lo justificaba como tal pueblo, cohesionando y dando sentido por su condición de centro sagrado a todos los aspectos de su tradición y su cultura.
[11] De ahí que la construcción del Templo ejemplifique también la creación del mundo, o del cosmos (concebido como una arquitectura), surgido del caos primigenio a partir de la manifestación del Logos que profiere el Fiat Lux ordenador. Recordemos que el Templo de Jerusalén tardó exactamente siete años en edificarse, guardando ello una exacta correspondencia con los siete días, o ciclos temporales, en los que según el Génesis fue hecho el mundo. En la simbólica masónica este mismo número tiene una importancia fun damental, y particularmente en el grado de maestro. Añadiremos que la denominación de Gran Arquitecto del Universo no es sólo masónica, sino que era una expresión bastante común entre los antiguos cabalistas. Equivale, asimismo, al "Gran Obrero" mencionado en el Corpus Hermeticum, y del que se dice que "ha hecho el mundo, no con sus manos, sino con su Palabra".
[12] Cuentan dichas leyendas que tras el diluvio (cataclismo geológico que en realidad separa dos períodos cíclicos de la presente humanidad) esas columnas fueron halladas por Hermes y Pitágoras, lo cual, lógicamente, no hay que entender de manera literal, sino que a través de ese aparente anacronismo se esconde una verdad de orden más profundo, relacionada con las herencias tradicionales que la Masonería ha recibido tanto de la tradición hermética como del pitagorismo.
[13] G. de Champeaux y S. Sterckx, Introducción a los Símbolos, págs. 140-141.
[14] El nombre de estas columnas derivan de dos personajes bíblicos. El primero, Jakín, desciende por línea directa del patriarca Jacob (Génesis 46, 10), mientras que Boaz (o Booz) aparece como unos de los ancestros del rey David (Rut 4, 21).
[15] El Templo de Jerusalén estaba orientado mirando al Este desde el Debir, que se hallaba situado, por tanto, en el Oeste, de tal manera que el Norte quedaba a la izquierda del observador y el Sur a su derecha. En la Masonería operativa el "trono de Salomón" estaba también situado al Oeste, "a fin de permitir a su ocupante 'contemplar el elevarse del sol' ". Ver R. Guénon, La Gran Tríada, cap. VII.
[16] Este sistema de observación astronómica era común en otras culturas tradicionales, como la egipcia y la caldea, todavía vivas en el periodo en que se construyó el Templo, y que con toda seguridad ejercieron su influencia en los constructores que trabajaban en él.
[17] Esos doce toros simbolizaban ante todo las doce posiciones del sol en torno a los signos zodiacales, pues en las antiguas civilizaciones de la cuenca del Mediterráneo y Oriente Medio el toro era un animal eminentemente solar. Su significación lunar le vino dada posteriormente, cuando se pierde el sentido superior junto con las civilizaciones que lo poseyeron.
[18] En la Logia masónica la presencia de ese simbolismo zodiacal y celeste está representada por los doce nudos de la cadena de unión que rodea todo el recinto de la misma. Señalaremos también que los estandartes de las doce tribus de Israel figuran en la decoración de la sala capitular del Royal Arch inglés, en cuyo rito la simbólica del Templo de Jerusalén desempeña un papel fundamental.
[19] La Tradición señala que fue sobre el monte Moriah donde tuvo lugar el sacrificio no consumado de Isaac por Abraham. Es muy probable que dicho sacrificio tuviera lugar en el lugar que siglos más tarde pasó a llamarse "la Roca", en torno a la cual se levantó la octogonal Cúpula de la Roca, considerada en la Edad Media como la Casa Madre de los Templarios (también llamada capilla de San Juan), y que posteriormente, durante el dominio musulmán, se convirtió en la mezquita de El Aksa (para el Islam es sobre esta roca desde donde Mahoma subió a los cielos). En ella también fue levantado el Altar de los Holocaustos del Templo de Jerusalén, a la misma altura que el Mar de bronce, pero en la esquina Nordeste. Se trata, por tanto, de un lugar impregnado de sacralidad, de igual importancia para las tres tradiciones monoteístas.
[20] En la Masonería operativa esta montaña tiene un significado especial, por cuanto que es en ella donde moran simbólicamente los Tres Grandes Maestros. A este respecto ver el artículo de R. Guénon: "Heredom", en el tomo II de Etudes sur la Franc-Maçonnerie También, de Pierre Girard-Augry: "Les Survivances Opératives en Angleterre et en Ecosse", aparecido en el Nº 3 de Villard de Honnecourt.
[21] Hablamos concretamente de Martines de Pascually, fundador de los "Elus Coëns", los cuales practicaban un rito masónico fuertemente impregnado de elementos hebraicos. Esta referencia la hemos encontrado en "Quelques documents inédits", incluido en el ya citado tomo II de Etudes sur la Franc-Maçonnerie et le Compagnonnage. Allí señala también Guénon que "la significación simbólica que se da aquí al monte Moriah recuerda notablemente a la del Meru hindú", la montaña sagrada polar identificada con el Eje del mundo, y sobre la que se dice estaba situada la "Comarca Suprema" o Paradesha, de donde deriva Pardés y Paraíso. En ese mismo estudio Guénon cita la interpretación que M. de Pascually hace de la palabra Moriah, que él escribe Morija : "Esta palabra se divide en dos partes: la primera, mor, significa destrucción de las formas corporales aparentes, e ija [o iah] significa visión del Creador ". Recordaremos que Iah es uno de los nombres de Dios, designado como el "Sol central oculto del Universo", y del que el propio Guénon afirma que está en relación con la Estrella polar, símbolo de la Unidad primordial, y puesto "más especialmente en relación con el primero de los Tres Grandes Maestros [Salomón] en el séptimo [y último] grado de la Masonería operativa", cap. XVII de los Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada.
[22] Esta leyenda es leída durante la recepción del grado 13 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, llamado de Royal Arche, en él dichas salas están relacionadas con las sefiroth del Arbol de la Vida cabalístico. A pesar de llevar el mismo nombre este grado no ha de ser confundido con el ya mencionado Royal Arch del Rito inglés de Emulación, si bien en este último la misma leyenda aparece con algunas variantes.
[23] En efecto, con esta referencia a Henoch la Masonería pretende remontar su origen mítico a las tradiciones antediluvianas. Lo mismo podemos decir de Noé, de quien deriva el nombre de Noaquita, grado 21 de la Masonería Escocesa.

Poema Masónico

Dumas comprendió
Que la auténtica In:.
Está más allá del rito y del símbolo:
Reposa bajo el miedo
Y desdeña las palabras.

Humilde, quien encuentra La Luz
Se reconoce su esclavo
Y consagra para la libertad su sangre,
Y para la esperanza inmola sus pasiones.

Dos Iniciados memorables
Desfilan por sus páginas,
Cagliostro y Rosseau,
Enseñándonos que es diversa la luz
Que mueve a los seres
Y una la estrella que los guía;
Gracias, viejo Dumas.

Si bien la adolescencia te condenó
A la inmortalidad de la memoria,
A ti te debo la pasión de construir:
Triple es el juramento,
Tres son los años que forman mi asombro,
Tres son los puntos con que explica cada día
El esplendor de la madrugada.

II

La Obscuridad es absoluta
Y una voz me dice
Que tome la forma del tiempo
Y la ceniza,
Que regrese a la visión de mis huesos,
Que acostumbre mis ansias
Al pan negro,
A la semipenumbra de una vela
Próxima a extringuirse.

He hecho mi Testamento horas antes.
Temo, y sin embargo una sed inevitable
me empuja al último secreto,
me hago tierra, calavera,
tiempo:
Es más fuerte la fe de quien teme
Que el coraje formado con vanas sílabas
Con que se suele huír de la esperanza.

Se me libera del mundo
Para entregarme al mundo.
Así sucumbo a esa voz,
Que por honesta, es verdadera.
Volveré a los días y a sus afanes minúsculos,
Pero mis ansias serán otras,
Ser al menos una vela que resista la sombra,
Ser en el mundo pequeño de cada día
Un incidente de paz.

III

He viajado por el Agua
Y los sonidos con que las pasiones
Ahogan la música del mundo.
He transitado por el Aire
Y escuchado el furor de las espadas
Que combaten la iniquidad.

He atravesado el Fuego
Para que sea mi vida
Sólo aquello que se niegue
A la turbia vocación de la ceniza.

He formulado juramentos
De los que nada podrá dispensarme:
Me he hecho Libre hermano de la piedra,
Y como ella, fuerte ante la fuerza
Y dócil ante el arte:
Hermano soy de la piedra en bruto,
Y como ella libre,
Como ella prefiero caer del T:.
Antes que desistir de ocupar
Un lugar exacto y justo
Entre los seres y las cosas,
Piedra fuerte
Ceñida a los designios de la Pureza.

IV

Otra muerte no habrá para el traidor:
Arrancará de la espada sus propias respuestas;
Su legado.
Encontrará el acero letal
De sus mentiras,
No hallará otro reposo
Que envenenarse poco a poco en sus palabras,
Ni otro consuelo que la vanidad vacía de sus huesos
sin honra.

Supe esto al cambiar los pesados ropajes de mi corazón
Por un Man:. Blanco,
Y el estigma de una ciudad enferma
Por el triple Abrazo de mis HH:.
Sé que no hay sitio bajo este Cielo de Acero
Para aquel que aniquila con palabras su palabra:
Aquí la Fraternidad por sí sola
Ahuyenta las sombras.

V

Me han entregado dos Pares de Guantes blancos:
El primero, me aleja del crimen,
El Segundo, me obliga al amor.
Pero mis manos no son dignas aún
Ni de uno ni del otro;
Cada deslealtad me convierte en asesino,
Cada omisión transforma el afecto
En un desierto de espejos.

Y cada noche,
Al recordar mi Juramento
De Silencio, Laboriosidad y Paz,
Algo muy profundo me dice
Que soy un pequeño fuego
Buscando agradecer con luz,
La luz del G:. A:.
Que sea Él el Destinatario
De la blancura que intento.

VI

Se le dijo a Cagliostro,
Si creemos al nunca exacto y siempre atinado
Alejandro Dumas,
Que la espada que recibía al iniciarse
Era para combatir la tiranía.

Bien sabía el mulato genial
Que las insidias del fanatismo
Sólo se eluden con la lealtad a la palabra,
La palabra pronunciada entre HH:.
Y que contra toda opresión
El Secreto fraterno,
y la obediencia que se debe al afecto,
Son las mejores armas.

Guardo silencio ante mis HH:.,
Obedezco sus voces, secundo sus decisiones:
Ninguna sumisión me obliga,
Ningún rito intrascendente:
Escucho para dar a mi libertad mejores alas:
Llega la media noche, y rompo el silencio,
Y río, sabiendo que contra toda tiranía
no hay espada más feroz
que el silencio debido a mis HH:.

VII

Desprovisto de joyas,
Con el Pecho descubierto y descalzo,
Una Soga fatal en el cuello,
Se me pide que piense acerca de quien soy,
Se me incita a Ofrecer mi sangre
A quien la necesite,
Se me ofrecen Bebidas de sabores opuestos
Como opuestas son la libertad y la sombra.

Esp:. En mi pecho,
Preguntas que alguien responde por mí,
Afirmando que soy un hombre libre
Y de Buenas Costumbres:
Que cada día me exija estas mismas pruebas,
Que nunca la fácil costumbre,
Ni el rencor que se deposita con polvo
En los rincones de la sangre,
Permitan que olvide que sólo soy
Quien reflexiona sobre sí, desposeído,
En el límite del cadalso,
Que quien dé fe de mí
Lo haga pronunciando la palabra liberdad.

VIII

Por fin se me concede la Luz.
Como a un niño pequeño
Se me enseña a Caminar,
A Saludar,
A decir mis Primeras Palabras,
Incluída la que no podré pronunciar jamás.

Como a un niño de brazos,
Mis HH:. Me enseñan el Abrazo,
Me enseñan a Reconocerlos,
A Sentirlos.
Y como a un niño pequeño
Que conoce la luz mas no el nombre de la luz,
Se le regala un nuevo asombro,
Un Nacimiento nuevo,
Semejante al descubrimiento de un idioma.

Quizá pronto aprenda a caminar,
Y reciba con un abrazo recién aprendido
A mis HH:. Menores;
Pero como un niño pequeño
Me resisto a crecer demasiado pronto,
Quisiera permanecer siempre Ap:.,
Amamantado siempre de luz
Como un eterno, asombrado niño.

Recorrido por el pasado y presente de la masonería en Cataluña

Se calcula que hay unos 5.000 masones en activo en toda España, sin embargo, su actividad es aún muy poco conocida en comparación con otros países europeos.

NÚRIA COTS/

BARCELONA. Durante años, la palabra masonería ha generado, en el mejor de los casos, suspicacias de todo tipo. Sin embargo, tras cuatro siglos de historia, la actividad de los masones sigue siendo muy poco conocida, los prejuicios y las falsas creencias diluyen su significado, basado en los ideales de «Libertad, igualdad y fraternidad» y en la realización interior de sus miembros como paso ineludible para mejorar la Humanidad.

Por primera vez después de la Guerra Civil, diferentes logias masónicas se han unido para darse a conocer públicamente a través de un curso organizado por la Fundación Caixa Sabadell. Además de conferencias de acreditados expertos, la peculiaridad del curso reside en la serie de visitas programadas a centros masónicos como el Ateneo Minerva, sede barcelonesa de la Gran Logia Simbólica Española. Esta importante logia, legalizada en 1980, comparte espacio con otras en el número 27 de la calle Avinyó, inmueble donde ya hubo práctica masónica en el pasado y en el que fue iniciado Lluís Companys.

Debido a la represión que históricamente ha vivido la masonería, especialmente durante el franquismo, no es habitual encontrar edificios construidos especialmente para ser templos masónicos. Por eso, se han habilitado pisos «ad hoc», como el de Avinyó, en el que se celebran tenidas -sesiones de reunión- en una habitación decorada para ello. Los elementos simbólicos presiden esta estancia: dos columnas doradas como las del Templo de Salomón en la puerta de entrada; tres columnas centrales representando la belleza, la fuerza y la sabiduría; nudos en las paredes simbolizando la unión entre los que están y los que no; y reuniones de opuestos -el blanco y negro del suelo o el sol y la luna de las paredes-. De especial importancia son el compás y la regla. Ésta simboliza los límites materiales y el primero, los espirituales. Su utilización proviene de los antiguos gremios de constructores, origen de las primeras logias. En el muro exterior del ábside de la Catedral se puede reconocer algunos de estos signos.

Ciutat Vella ha sido históricamente el barrio que ha concentrado más actividad. En el 7 de la calle de Ataülf, se reunía Ferrer i Guàrdia, fundador de la Escuela Moderna. Y en el 20 de la calle del Call, tenía su sede el Grande Oriente.

San Martín Desconocido

Por Martín A. Cagliani

El general José de San Martín es uno de los próceres que tienen más misterios. La tradición de los viejos historiadores es la causante de tantos prejuicios, leyendas y errores en que cayeron historiadores posteriores con respecto a la vida de San Martín. Estos historiadores, Bartolomé Mitre el principal, hicieron trabajos de mucho respeto, pero los prejuicios que de ellos heredaron los historiadores nos condujeron a un San Martín casi secreto. En este artículo se tratará de quitar el velo a la vida del "padre de la patria".

Dice el gran historiador Enrique de Gandía "San Martín era masón, de ideas constitucionales y anticlericales, respetaba al catolicismo como religión, pero detestaba la Inquisición. Era monárquico y soñaba una América libre y unida. No creía en la eficacia del gobierno de Carlos IV o de Fernando VII. Además, era hombre de cultura y hablaba francés a la perfección, sin que se sepa, con seguridad, dónde lo aprendió tan bien."

La primera duda que surge es la de ¿dónde nació San Martín?. La partida de bautismo de San Martín no existe, lo cual llevo a que algunos historiadores dudaran que el año de nacimiento fuese 1778, ni en Yapeyú. Habría sido en otro año y en otro lugar, en Uruguay dicen algunos.

Algo que se debe dejar de contar en las escuelas es que San Martín, durante su estancia en España, estudió en el Seminario de Nobles, de Madrid, ya que los registros de alumnos no mencionan su nombre. En cambio si aparece inscripto desde muy chico en el regimiento de Murcia, donde comenzó su verdadera carrera militar.

Muchos historiadores se han inquietado con el problema de si San Martín era o no era masón. Algunos historiadores llegaron a decir que San martín no fue masón y que la masonería argentina de la época de la Independencia no era verdadera masonería sino un conjunto de políticos que usaban las reglas masónicas para entenderse. Esto quedó atrás con los estudios de los modernos historiadores, la masonería de la Independencia era verdadera, y San Martín era masón. Él mismo lo confiesa en varias de sus cartas.

Enrique de Gandía realizó un estudio donde se habla de la Logia masónica numero 3 de Cádiz. Muchos historiadores atribuyeron la fundación de la Logia de Londres a Francisco Miranda, incluso a San Martín, pero su verdadero fundador fue Carlos de Alvear. La Logia de Londres es muy importante para la historia secreta de la independencia hispanoamericana. La Logia número 3 de Cádiz fue la que dio origen a la Logia número 7 de Londres. San Martín, Alvear y otros pertenecían a esta ultima logia masónica. También se dijo de la Logia Lautaro, fundada por San martín y Alvear en Buenos Aires, no era masónica sino una sociedad política disfrazada con símbolos masónicos. Cuando uno se convierte en masón, no deja nunca de serlo. Mas adelante se aclarara si era o no una logia masónica.

¿Por qué San Martín dejó España y se fue a América? Algunos historiadores han contestado que se fue de España para luchar por la independencia americana, las pruebas están a la vista. Pero son hechos vistos luego de ocurrido, no hay documentos que explicasen el porqué de su viaje. Mitre dijo que San Martín pudo salir gracias a la ayuda del noble escocés lord Macduff, conde de Fife, y del agente Carlos Stuart. Se llegó a decir que San Martín escapo disfrazado. Pero José Pacifico Otero descubrió en el archivo Militar de Segovia la autorización que se le otorgó el 6 de septiembre de 1811 para viajar a Lima. Así que no se vio en la necesidad de disfrazarse, y salir de España escondido. Hasta le dieron una recomendación y sus papeles en regla. Se fue de Cádiz el 14 de septiembre de 1811 hacia Londres, con él fueron otros amigos, todos masones. Enrique Gandía cuenta que las causas del regreso de San Martín a su patria respondían a un perfecto plan napoleónico-masónico. Aclaración al margen: en esa época la masonería tenia dos ramas fuertes, una inglesa y otra francesa, dirigida por Napoleón. Según descubrimientos de Gandía, los pasajeros de la George Canning, San Martín, Alvear y otros masones, partieron por encargo y orden del gobierno francés, el cual les había dado fondos monetarios. San Martín y sus amigos, por medio de la Logia 3 de Cádiz, habían llegado con la misión napoleónica y masónica de luchar por la independencia de América. Por ende la Logia Lautaro estaba fundada en base a la Logia número 3, las dos masónicas.

También se discutió si San Martín era un perfecto católico, solo creía en Dios o era un ateo. Hubo historiadores para todos los gustos. Se sostuvo, mas que nada, que San Martín fue un devoto católico. Enterado que los rosistas, en 1830, querían entablar relaciones con Roma, San Martín le escribió a su amigo el general Guido lo siguiente "¿Están en su sana razón los representantes de la provincia para mandar entablar relaciones con la Corte de Roma en las actuales circunstancias? Yo creía que mi malhadado país no tenía que lidiar más que con los partidos, pero desgraciadamente veo que existe el del fanatismo, que no es un mal pequeño" y sigue "¿Negociar con Roma? Dejen de amortizar el papel moneda y remitan un millón de pesos y conseguirán lo que quieran." No creo que un buen católico de esa época se expresase así del Papa y su corte. San Martín no era católico, era un casi ateo. Era masón y se burlaba del catolicismo, de los obispos y del Papa. No le gustaba la religión.

Este es, sin más, el oculto Padre de la Patria.

Martín A. Cagliani: Estudiante de las carreras Historia y Antropología Arqueológica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires

La Masonería dice que todavía tiene mucho que aportar a mundo actual

La Masonería española considera que todavía tiene mucho que aportar a la reflexión ética y a la mediación en el mundo actual, a pesar de que los grandes postulados que justificaron su trabajo en los siglos XVIII y XIX, están asumidos y prácticamente implantados en la sociedad.

Durante un almuerzo coloquio celebrado hoy en el Club Siglo XXI de Madrid, Josep Corominas, gran maestre de la Gran Logia de España, y Ascensión Tejerina, gran maestra de la Gran Logia Simbólica de España, coincidieron en la plena vigencia del método de trabajo y de los principios masones en la sociedad.

En el acto participó asimismo el historiador Pedro Alvarez Lázaro, miembro fundador del Instituto de Investigación sobre Liberalismo, Krausismo y Masonería de la Universidad Pontificia de Comillas, quien hizo una breve aproximación a los orígenes e historia de la Masonería y su fragmentación en logias.

Alvarez Lázaro definió la Masonería, desde una perspectiva histórica, como 'escuela de formación del ciudadano', situando su nacimiento tras las grandes guerras de Religión, 'precisamente para unir a los hombres por encima de las ideas que les separan'.

Josep Corominas explicó que la Masonería es una institución iniciática que defiende una serie de valores 'para hacer de los hombres seres libres, hacerles mejores ciudadanos', basándose en los valores que informan la institución: libertad, solidaridad, igualdad y amor fraterno.

Negó que se trate de una organización cerrada, con elementos que hay que acatar por imperativo vinculante, y afirmó que sus miembros, en contra de todas las críticas y acusaciones que se han vertido sobre ellos, 'actúan siguiendo su propia conciencia y a título personal en aquellas cuestiones o lugares donde creen que tienen que estar'.

Tras señalar que los postulados masones siguen hoy teniendo vigencia, Corominas indicó que los retos que plantea la sociedad del siglo XXI son muy importantes en cuanto a la pérdida de las ideologías, de determinados valores y por la entrega a una competitividad desenfrenada donde el que vale es el que más tiene y no realmente el que más vale o más preparación tiene.

Agregó también que el método de trabajo y reflexión que se practica en las logias debe contribuir a luchar contra cuestiones que impregnan el mundo de hoy, como son la xenofobia y la intolerancia, y en una era como la de la globalización en la que los 'mass media' unifican los criterios, y en la que 'un alud de elementos de uniformación impiden muchas veces la reflexión'.

Ascensión Tejerina, gran maestra de la Gran Logia Simbólica de España, recalcó también la plena vigencia de la Masonería, y afirmó que conserva 'todo su vigor para ser potencia cultural' y que sus valores así como la disciplina y el método de trabajo y reflexión pueden ayudar a resolver los problemas de la sociedad.

'Aunque la Masonería no está hoy de moda, recalcó, su vigor y vigencia le viene otorgado por la validez de sus métodos en la construcción de los pueblos'.

Tejerina explicó que el fundamento de la organización 'es el pensar'. Al que se inicia en la Masonería, agregó, lo primero que se le dice es 'constrúyete a ti mismo y conócete a ti mismo' porque 'si me conozco mejor a mi mismo en el conocerse de los demás, entiendo mejor al otro'.

La Masonería, agregó, es un compromiso con tres finalidades concretas: constructiva, educativa y ética, y la logia, el centro de reunión con lo diferente, 'para convertirnos en espacio de reflexión ética'.

Corominas, en respuesta a una pregunta, concretó que la Gran Logia de España cuenta con 2.200 miembros, (unos siete millones de masones en las distintas logias de todo el mundo) y que la financiación viene exclusivamente de los asociados que pagan una cuota anual de 120 euros, y que participan también económicamente en la organización de algunas actividades.

Terra Actualidad - EFE

San Martín no fue masón

Por Mario Meneghini y Pedro J. Frías
Publicado digitalmente: 27 de abril de 2005

El propósito de este artículo es difundir tres Documentos, publicados en una revista especializada [1], cuyo director, Patricio Mac Guirre, ha realizado un aporte extraordinario a la historia argentina, demostrando lo que afirmamos en el título. Desde mediados del siglo pasado algunos historiadores han sostenido que el General San Martín fue masón, e incluso, interpretan su retiro del Perú como resultado de una decisión masónica disponiendo que Bolívar se hiciera cargo del mando en la gesta libertadora.

Recientemente, con motivo de cumplirse el aniversario de las batallas de San Lorenzo y de Caseros, la “Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones” publicó una carta en La Nación (26/1/98), manifestando que la masonería argentina “desea expresar, con serena unción, que San Martín y Urquiza han integrado el rol de sus miembros más conspicuos”.

Lo más triste es que hasta autores católicos han aceptado la hipótesis como válida. Por ejemplo, Carlos Steffens Soler afirma que nuestro héroe máximo “comienza su aventura americana con un juramento formal en las logias inglesas” [2].

Sorprende este tipo de aseveraciones, ya que, como lo admite uno de sus biógrafos más conocidos “no existe ningún documento para probar que San Martín haya sido masón” [3].

Cabe agregar el testimonio de dos ex-presidentes de la República, que desempeñaron, además, el cargo de Gran Maestre de la Masonería Argentina.

Bartolomé Mitre escribió:
“La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y su objetivo era sólo político” [4].

Es importante destacar que para esta cuestión Mitre consultó al General Matías Zapiola, quien había integrado la Logia. Por su parte, Domingo Faustino Sarmiento opinó: “Cuatrocientos hispanoamericanos diseminados en la península, en los colegios, en el comercio o en los ejércitos se entendieron desde temprano para formar una sociedad secreta, conocida en América con el nombre de Lautaro. Para guardar secreto tan comprometedor, se revistió de las fórmulas, signos, juramentos y grados de las sociedades masónicas, pero no eran una masonería como generalmente se ha creído...” [5].

La Revista Masónica Americana, en su Nº 485 del 15 de junio de 1873, publicó la nómina de las logias que existieron en todo el mundo hasta 1872, y en ella no figura la Lautaro [6].

Así, el único antecedente que pueden exhibir quienes defienden la hipótesis comentada, es una medalla acuñada por la logia “La Parfaite Amitié”, de Bruselas, en 1825.

Al respecto puede señalarse que la medalla sólo contiene la efigie del General y la inscripción “Au General San Martín”, sin dársele el tratamiento de “hermano” (H..). Como la Masonería no limita los homenajes a sus propios miembros, y la figura del Libertador era suficientemente conocida en Europa, dicho elemento no aporta ninguna evidencia [7].

Además, se ha llegado a determinar que en 1825 el rey de Bélgica, Guillermo I, dispuso acuñar diez medallas diseñadas por el grabador oficial del reino, Juan Henri Simeón, con la efigie de otras tantas personalidades de la época.

Aparentemente, debido a las necesidades políticas internas, el rey concedió a la logia citada la acuñación de la medalla destinada a San Martín. Hay que añadir que eso ocurrió en 1825, y en los siguientes veinticinco años que vivió San Martín en el viejo continente, no se produjo ningún hecho ni documento que lo vinculara a la organización.

Sobre la posición de San Martín en materia religiosa, ha investigado especialmente el P. Guillermo Furlong, quien llega a esta conclusión: “Hemos de aseverar que San Martín no sólo fue un católico práctico o militante, sin que fue además, un católico ferviente y hasta apostólico” [8].

Pero hay un testimonio curioso, que viene a confirmar lo dicho, con ocasión de una misión pontificia en Buenos Aires, presidida por Mons. Muzi, en 1824, estando San Martín ya alejado de toda función oficial. En esa oportunidad, el Gobernador Rivadavia no recibió al Vicario Apostólico, y tuvo actitudes sumamente descorteses.

Pues bien, el testimonio corresponde a un integrante de esta misión, el P. Mastai Ferreti; quien sería luego el Papa Pío IX, apuntó en su Diario de Viaje: “San Martín(...)recibido por el Vicario, le hizo las más cordiales manifestaciones” [9].

La Masonería fue condenada por el Papa Clemente XII mediante la Bula In Eminenti, del 4 de mayo de 1738, donde se prohibe “muy expresamente(...)a todos los fieles, sean laicos o clérigos (...) que entren por cualquier causa y bajo ningún pretexto en tales centros(...)bajo pena de excomunión...”.

Esta condenación fue confirmada por el Papa Benedicto XIV en la Constitución Apostólica Providas del 15 de abril de 1751, y como consecuencia, fue también prohibida la Masonería en España, ese año, por una pragmática de Fernando VI. Por ello es importante esclarecer este punto, pues “el catolicismo profesado por San Martín establece una incompatibilidad con la Masonería, a menos que fuera infiel a uno o a la otra” [10]. Consta en las Memorias de Tomás de Iriarte, que Belgrano rechazó la posibilidad de ingresar en la organización, “aduciendo, precisamente, la condenación eclesiástica que pesaba sobre la secta” [11].

Consideramos que los documentos obtenidos por Maguire aclaran definitivamente esta cuestión. El primero, responde a un cuestionario solicitando informes sobre logias: Lautaro, Caballeros Racionales Nº 7 y Gran Reunión Americana.

Las personas siguientes: Francisco Miranda, Carlos María de Alvear, Simón Bolívar [12], José de San Martín, Matías Zapiola, Vicente Chilabert, Bernardo O’Higgins, Luis López Méndez y Andrés Bello.

El segundo documento es la respuesta de la Gran Logia de Escocia, y el tercero, la correspondiente a la Gran Logia de Irlanda. Transcribimos a continuación la traducción de los tres documentos, y luego las copias de los originales en inglés.

En conclusión, si no existe ningún documento que contradiga el contenido de estas cartas de las propias autoridades masónicas, y, además, el análisis de su obra demuestra que el Gran Capitán “hizo lo contrario de lo que la Masonería procuraba, y fue hostigado por ésta” [13], el veredicto no merece ninguna duda: San Martín no fue Masón.

Documento I

Gran Logia Unida de Inglaterra Londres, 21 de agosto de 1979

Estimado Señor, Su carta del 7 de agosto de 1979, dirigida al Gran Maestre, me ha sido derivada para su contestación.

1. La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812, y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.

2. La tres Logias que Ud. menciona en su carta, jamás aparecieron anotadas en el registro o en los Archivos ni de los Antiguos ni de los Modernos ni de la Gran Logia Unida de Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país entonces o posteriormente.

3. Las seis personas mencionadas en su carta, de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron miembros de Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

4. La Gran Logia de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período en el cual Ud. está interesado. Existían Grandes Logias independientes en Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y Estados Unidos de América, todas las cuales autorizaban la instalación de logias propias.

5. Nunca han existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus propias Logias, pero tal acción siempre ha sido considerada por la Gran Logia de Inglaterra como una invasión de su soberanía territorial, y las logias así creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros concurrir a las Logias inglesas, o que los masones ingleses concurrieran a aquellas.

Sinceramente suyo, James William Stubbs, Gran Secretario

Documento II

Gran Logia de Escocia Edimburgo, 30 de junio de 1980

Estimado Señor, Con eferencia a su carta del 17 de junio concerniente a las seis personas mencionadas en su comunicación, le informo que las conexiones que la Gran Logia de Escocia tuvo con Sudamérica fueron establecidas en fecha muy posterior a las de la Gran Logia Unida de Inglaterra, ya que la primera Logia Escocesa no fue autorizada hasta 1867.

Lamento no poder ayudarle en su investigación. Afectuosamente suyo, Gran Secretario

Documento III

Gran Logia de Irlanda Dublin, 24 de junio de 1980

Estimado Señor, Gracias por su carta del 17 de junio y por la copia de las cartas que Ud. recibió de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

La Gran Logia de Irlanda nunca estuvo activa en Sud América y no hemos tenido relación alguna con los organismos que Ud. menciona.

La respuesta a las preguntas que Ud. específicamente formula son:

1. No hemos emitido patentes (Cartas de Instalación) a ninguna de las Logias arriba mencionadas y no existe registro alguno de ninguno de los nombres que menciona, como miembros de logias irlandesas.

2. No existe posibilidad alguna de que una logia nuestra haya emitido patentes o iniciado a ninguna de las personas mencionadas, por cuanto no estaban activas en sus áreas.

3. Desde el establecimiento de la Gran Logia de Irlanda en 1725 se estableció que temas de Política o Religión no podían ser considerados en ninguna de nuestras logias, ni éstas tampoco debían comprometerse en actividad política alguna. Este principio permanece vigente hasta el presente día.

Sinceramente suyo, J.O. Harte Gran Secretario

El testamento de San Martín

Quien es considerado, con justicia, el Padre de la Patria, San Martín, fue combatido y obligado al exilio por aquellos que no aceptaban que el alma de la patria fuese cristiana. Que renegaban de la tradición hispánica, pues preferían los postulados masónicos de la Revolución Francesa. Aún desde Europa, San Martín continuó hasta su muerte preocupándose por el cuerpo y el alma de la Argentina. En varias de sus cartas aboga por una mano firme que ponga orden en la patria. Cuando esa mano firme enfrenta al invasor extranjero, en la Vuelta de Obligado, San Martín redacta su testamento, disponiendo:

“El sable que me ha acompañado en la independencia de América del Sur, le será entregado al general de la República Argentina don Juan Manuel de Rosas, como prueba de la satisfacción que como argentino he tenido de ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla.” . . .

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NOTAS:

[1] Revista Masonería y otras sociedades secretas, Buenos Aires, Nº 2, noviembre de 1981, págs. 20-25; Nº 3, diciembre de 1981, págs. 15-20; Nº 5, febrero de 1982, págs 30-35.

[2] Carlos Steffens Soler: San Martín en su conflicto con los liberales, Librería Huemul, Buenos Aires, 1983, pág 27.

[3] Ricardo Rojas :El Santo de la Espada, Buenos Aires, 1983, pág. 71.

[4] Cit. por Héctor Piccinali: Testimonios católicos del General San Martín, Revista Mikael, Buenos Aires Nº 16, 1978, pág. 90.

[5] El General San Martín, cit. por H. Piccinali, op.cit. pág. 90

[6] Armando Tonelli: El General San Martín y la Masonería, Buenos Aires, 1944, págs 23-24.

[7] Roque Raúl Aragón: La Política de San Martín, Córdoba, Universidad Nacional de Entre Ríos, 1982, pág. 18-19; Cayetano Bruno: La religiosidad del General San Martín, Ed. Don Bosco, Boulogne, Buenos Aires, 1978, págs 21-22. A. J. Pérez Amuchástegui, sin prestar ninguna evidencia, opina que “es obvio que el General, como dice Le Belge, tenía que estar vinculado a esa hermandad para que le honrase” (Ideología y Acción de San Martín, Buenos Aires, Eudeba, 1966, pág. 88).

[8] Guillermo Furlong: El General San Martín, ¿Masón - Católico - Deísta?, Buenos Aires, Theoría, 1963, pág 136.

[9] P. Cayetano Bruno: Historia de la Iglesia en la Argentina, cit. por Héctor Piccinali en San Martín y el Liberalismo, Revista Gladius, Buenos Aires, Nº 19, 25/12/90, pág. 116.

[10] Roque Raúl Aragón, op.cit., pág.19.

[11] Tomás de Iriarte: Memorias. Tomo I, cit. por Aragón, op.cit., nota 8, pág.19.

[12] Existe documentación probatoria de que Bolívar perteneció a una logia de París, dependiente de la Masonería Francesa, por eso no figura registrado en la rama anglosajona.

[13] Aragón, op. cit., pág. 21.

La escritora uruguaya Mercedes Vigil presentó una de sus novelas en El Cairo

La escritora uruguaya Mercedes Vigil presentó este domingo en El Cairo una novela sobre los orígenes y actividades de la masonería y las confraternidades en el mundo

La destacada poetisa, escritora e investigadora uruguaya Mercedes Vigil presentó este domingo en El Cairo una novela sobre los orígenes y actividades de la masonería y las confraternidades en el mundo.

Vigil hizo la presentación de su libro en una conferencia, titulada "Las fraternidades como Hilo Conductor de la Historia", realizada por la Embajada de Uruguay en la sede del Instituto Cervantes de El Cairo.

Al acto asistió el embajador uruguayo César Ferrer y representantes diplomáticos de otros países latinoamericanos, además de centenares de académicos y estudiantes egipcios.

La escritora dedicó la charla a presentar la novela "El Mago de Toledo: los hijos de la Luz, los hijos de las Tinieblas", que narra "un apasionante recorrido por las diversas organizaciones masónicas y confraternidades que desde la Edad Media y hasta el siglo XXI aún siguen dominados los hilos del mundo", declaró a EFE.

"Precisamente, este libro me trajo a Egipto, cuando mi interés en conocer el origen de las diversas cofradías que aún siguen vigentes en el siglo XXI me hizo estudiar antecedentes, simbología y escritos del Imperio Antiguo (2654-2130 a. de C.)", subrayó Vigil.

Vigil adelantó que su novela será lanzada oficialmente en un acto que se celebrará el próximo dos de junio en la sede del Mercosur, en Montevideo.

La escritora también adelantó que trabaja en su segunda novela titulada "Cuando sopla el Hamsin", que relata la época de la reina faraónica Nitocris de la VI dinastía (2322-2130 a. de C.).

"En esta segunda novela yo intentó descubrir la adelantada organización social que regía en ese periodo, como los sistemas de cofradías, las libertades y los poco conocidos derechos que gozaba la mujer".

Vigil fue recibida hoy por el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades (CSA) de Egipto, el egiptólogo Zahi Hawas, "con el que conversamos sobre la situación de la mujer en el Imperio Antiguo".

"Para mí visitar Egipto es algo mágico. Estoy segura que en algunas de mis vidas anteriores debí haber estudiado en alguna de las casa de la vida, que dependían de los templos faraónicos", aseguró.

La novelista uruguaya ha sido distinguida en su país como la "Mujer del Año" en 2001 y el "Mejor Desempeño Literario" en 2002 y 2003. Además, ha sido galardonada con cuatro Libros de Oro y con los premios "Integración" y "Dragón de San Fernando", en 2002 y 2003, respectivamente.

(EFE)

La religión Católico/ cristiana y su relación con la adoración al sol

El sacerdocio Católico, usualmente tiene cierta critica recalcitrante cuando al hablar sobre masonería se trata el tema especifico de la relación de la Masoneria y el sol, la luz, esto es básicamente porque en la luz, la masonería guarda sus mas sublimes simbolismos, sin embargo, a lo largo de la historia, el cristianismo, ha reconocido implícitamente la importancia del sol en la vida de la humanidad, por ejemplo, durante siglos, se tenia la costumbre de enterrar a los sacerdotes católicos, en sarcófagos, en tumbas construidas para este tipo de ocasiones, llamadas quien sabe panteones o algo así, estos nichos, no necesariamente podrían estar direccionados de oeste a este, sin embargo, los sarcófagos, si podían estar a desnivel apuntando hacia el este, porque el este?, esta claro, están orientadas al sol naciente.

Otro punto muy importante que quisiera destacar, es cuantos de nosotros, quien sabe todos ha oído hablar de los halos o discos luminosos que tienen los santos sobre sus cabezas?, es probable que se piense que eso fue un invento del cristianismo, pero quieren saber la verdad, esa es otra de las características de la adoración al sol, o a la luz solar, los Halos o discos solares es otra de las simbologías que fueron tomada prestada de los egipcios que adoraban al sol.

Que me dirían ustedes si les dijera que la religión cristiana refiriéndome explícitamente a la Católica , esta llena de simbolismos de adoración al sol, por ejemplo, que se celebra el 25 de diciembre?, seguramente me contestarían, Navidad, el nacimiento de Jesucristo, no es así?, bueno, Según la Biblia, cristo nació en Marzo, pero porque celebramos su nacimiento el 25 de diciembre?, El 25 de diciembre mis hermanos es la fiesta pagana del SOL INVICTUS, o sol invisible que coincide con el solsticio de invierno, es aquella hermosa época del ano en que el sol regresa y los días empiezan a alargarse.

Los Papas Masones

Publicación Oficial de la Gran Logia de BOLIVIA

Para que no quede duda en el sentido de que la Francmasonería no se encuentra reñida con la religión, ni del tipo de enseñanzas que dentro de la Hermandad se adquieren, señalaremos que el Papa Pío IX fue Masón conocido en el mundo profano como JUAN FERRETI, hemos de aclarar que al ser elevado a sumo Pontífice, desde un tiempo antes, había decepcionado a la Hermandad y el 9 de noviembre de 1846, publicó una encíclica contra la francmasonería.

Hace unos años, el ilustre profesor y licenciado ALFONSO SIERRA PARTIDA, intento publicar en los periódicos de la ciudad de México D.F., una copia del acta de iniciación en una Logia de París, donde se deja asentado que los profanos ANGELO RONCALLI y GIOVANI MONTINI habían sido elevados el mismo día para ser iniciados en los Augustos Misterios de la Francmasonería. La prensa de esa ciudad ni del País aceptaron dicha publicación, razón por la cual, el propio Maestro de su peculio mando sacar copias, las cuales circularon profusamente entre los círculos masónicos del País.

ANGELO ROCALLI y GIOVANI MONTINI, serían con el tiempo mejor conocidos como los Papas JUAN XXIII y PAULO VI, quienes habrían de introducir grandes reformas a los cultos católicos con el fin de adecuarlos a los tiempos modernos en que vivían.

De las grandes reformas que introdujo el Papa JUAN XXIII, se encuentran en el Concilio Ecuménico Vaticano II y vemos que dentro de las fundamentaciones que se hacen, muchos se basan en los Principios y Postulados francmasónicos. Vemos también o nos preguntamos.

¿Que justificación tuvo JUAN XXIII, para decretar la abolición de las Bulas excomulgatorias que hasta antes de su arribo al trono de San Pedro aun tenían vigencia? En el año 1935 ANGELO ROCALLI, Arzobispo de Mesembria, delegado Apostólico en Turquía, por los tiempos de la guerra que corría, al igual que otros sacerdotes y religiosos, se ven obligados a vestir ropas de laico. Es precisamente en esa época en que es invitado a ingresar a una sociedad iniciática heredera de las enseñanzas ROSACRUZ y, que tanta fuerza le dieran en el pasado LOUIS CLAUDE DE SAN MARTIN el CONDE DE SAINT GERMAIN y el CONDE DE CAGLIOSTRO.

Pier Carpi, serio investigador periodístico y en un tiempo fuerte detractor de todo tipo de sociedades iniciáticas o secretas, es él, paradójicamente, quien habría de encontrar en el transcurso de sus pesquisas, las pruebas documentales de la iniciación masónica en Turquía de ANGELO RONCALLI (PAPA JUAN XXIII). Este gran periodista relató el proceso de esa iniciación y describe ampliamente el Ritual de la misma. Así mismo cuenta que en una de las Tenidas celebradas en Logia abierta, ANGELO RONCALLI cae en un trance místico de larga duración y es precisamente en estas circunstancias cuando dicta sus ya famosas profecías. Los detalles de esta historia se encuentran en la obra "Las Profecías de JUAN XXIII" de Pier Carpi y publicada por ediciones Martínez Roca (España).

Las acusaciones de Le-Febre han llegado a establecer un vinculo cierto entre San Pedro y la Masonería. IL BORGHESE, Semanario de la extrema derecha italiana, también habló de una larga lista de prelados masones PELLEGRINO, Arzobispo de Turín; el secretario de Estado VILLOTI; POLETI Vicarios de Roma; el belga SUENENS y hasta el secretario privado de Pablo VI, PASCUALE MACCHI, que estaba inscrito en la masonería desde el 23 de abril de 1958, cuando era secretario del arzobispado de Milán monseñor MONTONI entre otros.

El Gran Maestre de la masonería italiana, LINO SALVAN, medico socialista, ha sido frecuentemente identificado como portavoz más escuchado de la organización masónica dentro del Vaticano y uno de los artífices de la paz entre ambos dominios, en septiembre de 1976.

Nunca se supo porque Pío XII le negó siempre a GIOVANI MONTINI (PAULO VI) el cardenalato. El 24 de noviembre de 1958, 20 días después de ser elevado al trono de San Pedro, ANGELO RONCALLI (JUAN XXIII) nombra 23 nuevos Cardenales entre ellos se encuentra GIOVANI MONTINI.

JUAN XIII en 1960 da su anuencia para que se proceda a que se realicen estudios sobre las sociedades esotéricas e iniciáticas y sus relaciones con la Iglesia. Durante el transcurso de las investigaciones se detectó que las claves de los TEMPLARIOS, ROSACRUCES, Organizaciones MASÓNICAS y MARTINISTAS, nunca se extraviaron o se perdieron para siempre, sino que de vagar de una organización a otra, siempre estuvieron celosamente guardadas en el seno de la propia Iglesia.

En el pasado existieron pontífices que tuvieron una estrecha relación con sociedades esotéricas y de tradición eminentemente ocultista, como lo fueron BENEDICTO IX (1032 - 1034) BONIFACIO VII (984 - 985).

Fueron católicos y fieles practicantes los más grandes maestros de la tradición esotérica de alta escuela: NOSTRADAMUS (Ocultista y Astrólogo); CORNELIO AGRIPPA (Ocultista y esoterista); SAN ALBERTO MAGNO (astrólogo); SANTO TOMAS DE AQUINO (mago blanco y discípulo de Alberto Magno) LEONARDO DA VINCI (mago, esoterista, ocultista y diseñador).

En el caso muy particular de CAGLIOSTRO que fue perseguido por la Inquisición, siempre defendió la íntima relación y validez entre lo esotérico y lo exotérico. Prosiguió los debates teológicos con el respetado Gran Maestro MANUEL PINTO de FONSECA, a cuya presencia le condujeron el alquimista Fray UMILE y su guía espiritual ALHOTAS. Debate que continuaría con el Papa CLEMENTE XIII, del que se hiciera gran devoto y amigo.

La prueba vital de que existe más información sobre esoterismo, magia y ocultismo y Francmasonería en bibliotecas no masónicas, la tenemos en la persona de ALPHONSSE LOIS CONSTANT, mejor conocido entre los estudiosos de esoterismo como ELIPHAS LEVI ZAHED, el cual estudió y se ordenó sacerdote en el seminario de Saint Sulpice. Por esta situación tan especial, tuvo acceso a todas las bibliotecas de conventos y seminarios de la época.

El hecho de poseer una amplísima cultura y el de hablar varios idiomas le facilitó el poder consultar antiguos y raros documentos que supuestamente la inquisición había hecho pasto de la llamas. Por esta razón y su espíritu liberal, pronto fue considerado como peligroso dentro de la propia iglesia católica. Siendo repudiado por ella en el año 1841. Perteneció a diversas organizaciones masónicas, entre las que podemos enumerar "LA FRATERNIDAD MASÓNICA DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA"; "LA HERMANDAD DE LA LUZ" y la “SOCIEDAD ROSACRUCIANS DE ANGLIA”.

Después del resultado de las investigaciones ordenadas por el PAPA JUAN XXIII y complementando los estudios de LEVI ZAHED, daría inicio al proceso que condujo a la eliminación de las BULAS de excomunión de la FRANCMASONERÍA.

CONCLUSION:

Respetables hermanos, vemos pues con gran emoción masónica, que la masonería es tan grande y tan bondadosa, que es la única orden progresista y filantrópica en la historia de la humanidad que estuvo presente en el centro mismo de donde partieron todos aquellos ataques de la cual fuimos objeto a lo largo de los siglos, lugar impenetrable por su naturaleza secular pero aun así podemos concluir diciendo que solo en la Luna y el Vaticano solo un Masón pudo ingresar avanzando y dando su primer paso con el pie Izquierdo en beneficio de la humanidad, lugares simplemente inaccesibles para cualquier hombre que no sea libre y de buenas costumbres.
ESTRUCTURA DE GRADOS DEL RITO ESCOCES

Los Cuerpos Masónicos que trabajan bajo la obediencia del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la Jurisdicción Masónica Occidental Sur República del Perú, están integrados por masones que poseen los grados del 4 hasta el 33 y se agrupan en Altares, en la siguiente forma:

A.- Santuario de Maestros Secretos, que confieren y trabajan en el grado.
4.- Maestro Secreto.

B.- Logias de Perfección, que confieren y trabajan en los grados:
5.- Maestro Perfecto.
6.- Secretario Íntimo.
7.- Preboste y Juez.
9.- Elegido de los Nueve.
10.- Elegido de los Quince.
11.- Electo Sublime Caballero Elegido.
12.- Gran Maestro Arquitecto.
13.- Real Arco.
14.- Gran Elegido Perfecto y Sublime Masón.

C.- Capítulos Rosa Cruz que confieren y trabajan en los grados:
15.- Caballero de Oriente o de la Espada.
16.- Príncipe de Jerusalén.
17.- Caballero de Oriente y Occidente.
18.- Caballero Rosa Cruz.

D.- Consejos de Caballeros Kadosh ó Preceptorías, que confieren y trabajan en los grados:
19.- Gran Pontífice o Sublime Escocés.
20.- Venerable Gran Maestro de todas las Logias Regulares.
21.- Noaquita o Caballero Prusiano.
22.- Príncipe del Líbano ó Real Hacha.
23.- Jefe del Tabernáculo.
24.- Príncipe del Tabernáculo.
25.- Caballero de la Serpiente de bronce.
26.- Príncipe de la Merced ó Escocés Trinitario.
27.- Comendador del Templo.
28.- Caballero del Sol ó Príncipe Adepto.
29.- Gran Escocés de San Andrés ó Gran Maestro de la Luz.
30.- Caballero Kadosh.

E.- Tribunales de Inspectores Inquisidores, que confieren y trabajan en el grado:
31.- Gran Inspector Inquisidor.

F.- Consistorio ó Priorato de Príncipes del Real Secreto, que confieren y trabajan en el grado:
32.- Sublime Príncipe del Real Secreto.

G.- Supremo Consejo que confiere y trabaja en el grado:
33.- Soberano Grandes Inspectores Generales

LA MASONERIA VIVA

FERNANDO TREJOS

No nos cabe duda que en Occidente ha sido la Masonería la más directa y verdadera depositaria de los ritos, símbolos y misterios de la tradición hermética y por ende que constituye una auténtica rama viva de la tradición primordial.

Los orígenes y devenir históricos que quedan expuestos a lo largo del presente número de SYMBOLOS (Nº 13-14 'Masonería', Guatemala 1997) demuestran un claro ligamen de la orden masónica con las diversas formas tradicionales que conformaron las bases y los aspectos más esenciales de la cultura occidental.

Es cierto que la mayor parte de logias y obediencias masónicas que se multiplicaron a lo largo y ancho del planeta desde el siglo XVIII han sido influenciadas desde entonces por diversas corrientes propias del mundo moderno que las han desviado de su objetivo primordial –la búsqueda incesante de la Unidad, es decir, la Verdad y de su tarea fundamental: la construcción de un templo universal basado en ideas arquetípicas heredadas de la tradición unánime y el depósito y la transmisión de los ritos y símbolos que constituyen los soportes necesarios para que los miembros de la Orden puedan efectivizar una verdadera iniciación o transmutación que les permita identificarse con aquellas ideas universales que siempre confluyen en un Centro interior del que la Orden es reflejo vivo. Pero también es cierto que en estos siglos "de oscurecimiento creciente" se han logrado mantener algunos masones que habiendo comprendido ese alto ideal y teniendo siempre que luchar contra corrientes modernas –que pareciera tienden a arrasarlo todos han logrado sin embargo conservar el verdadero espíritu masónico y por lo tanto dar vida a esos vehículos simbólicos del Arte Real que pueden conducir por la inefable senda de los Misterios. De Le Tuileur de Vuillaume, París 1830

La existencia de logias y obediencias que no se separan de la vía iniciática y que comprenden la trascendente misión que están llamadas a cumplir, es lo que nos permite suponer que la Masonería está viva; que a pesar de los múltiples ardides del enemigo no ha sucumbido; y que existe una verdadera Orden interior que necesariamente sembrará los cimientos sobre los que se edificará el nuevo mundo –hombre nuevo– que renacerá de las cenizas venciendo a la muerte y entretejiendo la tierra con el cielo, es decir haciendo interactuar la escuadra y el compás.

La mayor parte de las logias masónicas que pululan sobre todo en Occidente ignora totalmente su origen, su esencia y su misión. Hay que recordar que desde que se organizaron las primeras logias modernas de Inglaterra ya se vieron fuertemente afectadas por ideas racionalistas –y en el fondo materialistas que las alejó de sus orígenes fundamentalmente iniciáticos e inundó talleres con profanas ideologías y teorías relacionadas con el cientificismo, la visión horizontal de la historia, las miopes ilusiones de evolución y progreso y el humanismo personalizado e individualista. También sucedió que muchos hermanos masones deseosos de impedir que se perdieran los conocimientos esotéricos de la Orden se vieran infelizmente atraídos por corrientes en boga de carácter teosofista, espiritualista y ocultista que tergiversando el sentido verdaderamente interno y espiritual de los ritos y símbolos trajeron a los talleres energías psíquicas inferiores sustituyendo los caminos que conducen al Misterio por oscuras sendas caóticas plagadas de "fuerzas" y "poderes" tan ilusorios como destructivos. Por el carácter libre y autónomo de las logias, y por la posibilidad que tienen los masones de trabajar a cubierto de las indiscreciones, sin que haya ninguna "entidad" superior que supervise los trabajos, siempre ha sido posible que alguna logia determinada, ignorante de los principios esenciales de la Orden, pueda caer, como han caído tantas, en aberraciones y desviaciones de toda índole. Así, ha sido frecuente que los talleres masónicos, por no saber cual era su función, se dedicaran a actividades profanas y extramasónicas de todo tipo: muchas veces las logias se abocaron a estudiar las ciencias, las artes o la historia con esa visión racionalista que lógicamente les impidió reconocer los aspectos sagrados de los trabajos masónicos y los orígenes espirituales, míticos y metafísicos de la Orden a la que decían pertenecer; otras, muchos masones, creyendo que la labor que debían cumplir era de tipo humanista y social, utilizaron los talleres como plataforma política, como centro de influencias y poder profano, como instituciones de beneficencia, y hasta como especie de clubes sociales, reunión de amigos o centro de negocios. No es que creamos que esté mal realizar este tipo de actividades, pero hacerlo en nombre de una Orden –la única en Occidente– cuya función primordial, como hemos dicho, es la de servir de depósito a las ideas tradicionales y la de transmitir el conocimiento cosmogónico y metafísico que estas ideas comportan, ha logrado que la Masonería sea conocida hoy día, en términos generales, no por su función trascendente, sino por este tipo de actividades que no han hecho otra cosa que desprestigiarla más y más, sembrar el desorden, la división y la confusión y hacer creer –muchas veces a los propios masones ignorantes de su papel– que la Masonería es eso.

Y la desviación ha sido de tal magnitud que hoy día han salido a la luz pública las actividades de verdaderas pandillas que diciendo trabajar en logia han fraguado en sus reuniones sacrílegas toda clase de conspiraciones, complots y fraudes, causando enorme desprestigio a la Orden a la que estos individuos verdaderamente nunca pertenecieron. Es bien sabido que sobre todo durante el siglo pasado y la primera mitad de éste, salieron de las logias diversos movimientos políticos y muchos presidentes y gobernantes (casi siempre de pensamiento liberal) cuyas ideologías y estrategias fueron fraguadas en el interior de un taller masónico. El movimiento intelectual que produjo la independencia de América de los países europeos se realizó en logia; y casi todos los libertadores de ese continente (Bolívar, San Martín, Washington, Morelos, etc., etc.) fueron masones. Hoy algunos hermanos creen –pues ignoran otras posibilidades que el tipo de actividad a realizar durante los trabajos de la logia pueda consistir en dictar discursos recordando esas ideologías y vanagloriando los nombres y hazañas de los hermanos mayores históricamente destacados en la política, las artes y las ciencias profanas. Otros, en vista de la pérdida de poder político que han sufrido las logias en los últimos años, han desviado los trabajos hacia obras "culturales", sociales y de beneficencia. Es sabido que en Norteamérica, por ejemplo, la mayor parte de las logias se han convertido exclusivamente en simples instituciones benéficas que "altruistamente" financian hospitales, escuelas y universidades.

Actualmente, además, tal vez una mayoría de logias se encuentra, por pertenecer a determinada obediencia (que tiene correspondencia con tal o cual Oriente europeo), en una absurda división, en una sórdida lucha en la que se tildan unas a otras de "irregulares" o "regulares" según parámetros de tipo burocrático que llevan hasta los extremos de dar o impedir la entrada a un hermano según si su logia esté enlistada en un determinado folletín al que dan carácter de oficial y donde los antiguos usos y costumbres brillan por su ausencia.

En esas logias se ignora lo que es un masón y lo que es la Orden.

La verdad es que una logia –por silvestre que parezcan es verdadera, si en su seno se realiza el rito con perfección y conciencia; si existe una transmisión regular de las palabras y fuerzas interiores que desde antiguo se transmiten ininterrumpidamente; si los hermanos guardan el verdadero secreto, cultivando el silencio interior; si los asuntos de índole individual y las problemáticas sociales o económicas y todo tema de carácter profano se logran mantener, como corresponde, junto con los metales, fuera de las puertas del templo; si sus miembros comprenden su misión y su función y se abocan, como tarea principal, a estudiar y practicar las Artes y las Ciencias que la Orden enseña.

SOBRE ESOTERISMO TRADICIONAL Y MASONERIA

La estructura simbólica y ritual, ("no humana"), propia del simbolismo constructivo, enraizada en la gnosis perenne y transmitida unánimemente por las sucesivas generaciones del esoterismo tradicional, es legada expresamente por las últimas órdenes de constructores a la Masonería en el siglo XVIII y a su través llega hasta nuestros días. Este legado, "arca tradicional de los símbolos", contiene las palabras, grados e instrumentos respectivos a la vía iniciática tradicional.

No es, cabe decir, el depósito simbólico y ritual conferido a la Masonería, un compendio de impresiones y voluntades, bien al contrario comporta la transmisión de una suma simbólica unánime, enriquecida en la diversidad de escuelas, sociedades y doctrinas que la testimonian a lo largo del tiempo. Por otra parte, la presencia de Cristo en la tierra, símbolo vivo de la encarnación del Verbo en el ser, ejemplifica en el hombre–Dios el proceso de pasión, muerte y resurrección. En Occidente, la influencia cristiana, impregna la mayor parte de la historia del pensamiento y si en el dominio metafísico de las grandes tradiciones de Oriente, la encarnación del No-ser en el ser en un tiempo y civilización determinado, no aparece afirmado de modo particular en el dominio cosmogónico, la presencia de Cristo en la tierra y el desarrollo simbólico en el hombre-Dios de los diversos ciclos de la creación, resulta un paradigma inigualable. Bien es verdad que en aras de la condición humana de Cristo Occidente muestra una fuerte tendencia a adecuar la realización intelectual a figuraciones humanizadas de lo que Cristo debiera representar y a sustituir progresivamente símbolo e iniciación por opinión y religión, lo que comporta una historia religiosa exoterizada y preñada de modificaciones individuales según el tiempo, que pierde relación directa con su propio principio intelectual.

Numerosas circunstancias concurren también a la historia de la Masonería. Hay un aspecto fundamental, previo a cualquier otra consideración: la Masonería es una orden tradicional de Occidente, enraizada en sus primeras sociedades, y cuyo desarrollo doctrinal en el tiempo revela la unicidad del proceso cosmogónico que hila la cadena de su esoterismo tradicional. La Masonería no es una asociación religiosa; si bien guarda respeto máximo a esta cuestión, su estructura y reglamento no corresponden al ámbito devocional o místico. La vía propia al masón es de carácter iniciático y observa en el orden simbólico y ritual respectivo a la construcción del templo, la fuente original e inmutable para acceder a los misterios del ser y del universo. A la simbólica ritual que determina este proceso constructivo se le denomina esoterismo tradicional. No se trata, en efecto, de una suma de personalidades que coinciden más o menos en sus visiones, en unos u otros acuerdos o beneplácitos, bien al contrario, se trata de la transmisión de una estructura cosmogónica unánime, esencialmente ajena a cualquier forma de modificación. En ello el carácter simbólico–ritual de la transmisión masónica, adquiere un valor supremo. La Masonería concede tres grados: aprendiz, compañero y maestro; el grado de maestro comporta una nueva herencia de grados que se denominan altos grados. En algunas épocas la transmisión aparece borrosa y asaltada por múltiples consideraciones, en otros momentos la transmisión contiene fuerza recapituladora y adquiere brillo y esplendor.

La Masonería tiene su origen en el siglo III, en el propio punto de partida del Hermetismo. La sucesión de su legado comporta buen número de aportaciones: comunidades precristianas y cristianas, escuelas gnósticas, filosofía griega y pitagorismo, Misterios del Egipto y de Alejandría, colegios de arquitectura y de construcciones, cábala hebrea, simbólica hermético–alquímica y órdenes rosacruces de constructores, que son los que legan a la Masonería los rituales propios al simbolismo constructivo tradicional.

Se pueden formular numerosas consideraciones acerca de la fundación de la Tradición Hermética. Y si bien su desarrollo se presta a las más diversas conjeturas individuales (como cualquier otra cosmogonía, por otra parte), el carácter simbólico de la revelación hermética, sobrevive original a través de los ciclos. La doctrina hermética se transmite originariamente en la filosofía griega y en la egipcia, pero su relación con la Tradición abrahámica resulta igualmente de extrema importancia: la Cábala hebrea, cuyo Arbol de la Vida supone la plenitud simbólica de la cosmogonía de Occidente, análoga a la gnosis cristiana, es el cumplimiento en el ser de esta plenitud; y también a lo largo del tiempo, la influencia del Islam en la transmisión de las ciencias tradicionales.

En el Renacimiento tiene lugar una fuerte expansión de la Tradición Hermética, la que algunos especialistas han denominado "soplo hermético", cuya inspiración recapitula y ordena la labor de las sucesivas generaciones surgidas hasta entonces del esoterismo tradicional de Occidente. Cobran en este tiempo extraordinario vigor las obras de autores cristianos, en algunos casos, clérigos, que desde la misma Iglesia intentan conciliar esoterismo y exoterismo. P. de la Mirándola viene a vivificar el hermetismo cabalístico–cristiano y a tratar de aunar esta posibilidad.

La simbólica alquímica, impregna en este tiempo la ciencia de Occidente, que ve reunidas en esta esencia operativa, las claves geométricas y poéticas del arte real. La concordancia entre la Revelación Hermética y el cumplimiento de la Gran Obra alquímica es unánime respecto al coronamiento o cumplimiento de las cosmogonías gnósticas y al proceso humano de Cristo, pasión, muerte y resurrección. La integración de las influencias que estos procesos comportan, parecen colmar el contenido operativo de la vía iniciática tradicional de Occidente.

Bien sabemos que las condiciones socio intelectuales en las que se efectúa la transmisión de la Orden Masónica permanecen en brumas y no ofrecen certificados a los investigadores. ("A primera vista se está tentado de remontar el curso de la historia, con la esperanza de reencontrar los rituales originales, que no habrían experimentado todavía, las transformaciones conformes al espíritu del tiempo. Pero, como ya hemos dicho, el periodo de la tradición masónica escrita es muy breve; existen menos de veinte documentos disponibles anteriores a 1725. Por otra parte los rituales del siglo XVIII no son apenas más seguros que los del siglo XIX, dado que tanto los unos como los otros han sido tratados según las tendencias locales. No existen entonces documentos escritos que pudieran aportar una garantía de anterioridad". Le Symbolique au grade d'apprenti, R. Berteaux).

Parece pues de difícil solución entonces y ahora tratar de pormenorizar y reclamar despacho oficial de la transmisión masónica, (la misma dificultad por otra parte que la transmisión simbólica a lo largo del tiempo de cualquier cosmogonía tradicional). La propia idea–fuerza de una logia de masones, extiende interiormente el alcance de los trabajos y en muy poco tiempo provoca movimientos profundos y situaciones cosmológicas renovadas. Además, esta influencia "humanística" de la que hablábamos, congénita al desarrollo del pensamiento de Occidente, alcanza a las órdenes iniciáticas y propicia circunstancias muy personalizadas. A lo largo de los tres últimos siglos, numerosas fracciones y divisiones surgidas dentro de la propia Masonería, pronuncian desviaciones y siembran discordias y diferencias muy graves acerca del significado de la iniciación. Si contemplamos el amplio espectro de circunstancias que concurren a las logias, sea ello desde las más pulidas universitarias hasta las multinacionales o las mutualistas, bien habremos de constatar la cantidad de alteraciones que la Orden Masónica soporta, que ciertamente acusa en sus talleres una dificultad extrema. Incluso, hay que decirlo, aquellas logias dedicadas al mantenimiento del carácter simbólico de la via iniciática, aparecen asaltadas por pretensiones, exaltaciones e individualismos, (muy parecidos en este caso a las asimilaciones religiosas), que en realidad afectan el desarrollo de los trabajos. De hecho, verificada por el estudioso la documentación histórica existente, lo que interesa no es una descripción de las circunstancias, sean administrativas, sociales, culturales o religiosas que concurren a la historia de la Orden Masónica desde su propio punto de partida. Aquello que nos parece central es testificar el carácter "no humano" (anterior a cualquier individualidad) inherente al legado intelectual que transmitido por las sucesivas generaciones del esoterismo tradicional de Occidente, es entregado a la Orden Masónica en el siglo XVII y a su través llega hasta nuestros días. Este depósito, "arca tradicional de los símbolos", Uno a través de los ciclos, garantiza en el orden de su propio misterio el carácter simbólico de la vía iniciática tradicional.

Entonces bien, este rigor furibundo escudado en la historia y no en el símbolo con que se vilipendia a la Orden Masónica y a sus ritos, ¿no supone un desacato descarado respecto al esoterismo tradicional? ¿no supone ello un aprovechamiento burocrático, que obvia el alcance intelectual para implantar lo inferior?. Parecen más interesados los observadores y redactores cultos en acunarse en la brillantez de las disquisiciones que en averiguar, profundizar y reconocer el esoterismo tradicional. La idea de que el rito masónico, contiene e integra en un proceso simbólico único, los diversos grados propios a la iniciación tradicional, no parece ser de su agrado, parece que tienen cosas que añadir. Los últimos siglos han incubado una sucesión de imposturas considerables: el movimiento ocultista de Papus, Levi y un largo etc., los teosofistas de Mme. Blavatsky y los más recientes devocionistas de F. Schuon, no son efectivamente sino reformulaciones contra el esoterismo tradicional. Si bien estas imposturas están umbilicalmente unidas, cada una de ellas desarrolla sus propios supuestos. Estos movimientos elaboran una mistificación letrada que niega la iniciación tradicional, y escoge la figura exterior de Cristo para dar rienda suelta, en uno u otro sentido, a todo tipo de mixturas filosofistas entre diversas tradiciones, mezclando individuo, religión, cosmogonía y metafísica en discursos que por la autoridad que se atribuyen, constituyen una verdadera trampa: (recogen seis citas del Buda, cuatro del Islam, alguna indígena, vestigios antropológicos y teológicos, un taoísmo cumplido y realzado y un sentido de la devoción pío y abnegado, lo asimilan a la figura de Cristo, a través de El a la propia personalidad –la encarnación schuoniana– y certifican proclamas furibundas en nombre de sus supuestos esotéricos). El texto que Schuon presenta en el homenaje a R. Guénon de Etudes Traditionnelles (1951), que todo el grupo de "los suizos" airea como un estandarte, sintetiza en su propia composición las claves de lo que significa la acción contratradicional: lenguaje dual, consideraciones resabiadas, juicios de autor, mezcolanzas lingüísticas, lirismo sobre lo sagrado, manipulación de la obra y figura de otros autores, atribución de juicio, desprecio a la jerarquía, toma de posición personal, falta de reconocimiento, y un tono general muy pretendido y teatral. Ninguna de las diversas secciones de los movimientos ocultistas, teosofistas y schuonianos, se han caracterizado por una investigación seria y despersonalizada del esoterismo tradicional de Occidente. Han preferido proyectar sus discursos hacia una especie de religión esotérica universalista de corte moderno que pretenden airadamente sustituya a la vía iniciática tradicional.

La vía del masón está jerarquizada en sucesivos grados (representación de los mundos o estados del ser). Los ritos masónicos comportan una solemnidad gestual y una participación de la palabra muy profunda. Los diversos cargos simbólicos que conforman el rito son ocupados periódicamente por diversas personalidades, lo que otorga unas posibilidades de asimilación y de asunción de rango de extraordinaria delicadeza. En algunas tradiciones se figura el universo como un monstruo, incluso en la extremoriental, la victoria sobre éste supone la instalación en el eje del mundo de la victoria espiritual. El rito masónico es colectivo e integra la idea de fraternidad, que se vivifica en el centro del templo donde tiene lugar la cadena de unión que cierra los trabajos. El reconocimiento de la jerarquía es parte fundamental de la iniciación y de la instrucción masónica ("La enseñanza de cada grado consiste en comunicar los arcanos del nivel iniciático conferido…" "…la presentación de los arcanos se hace según un 'ceremonial' que toma el nombre de 'Ritual' ". La Symbolique au grade d'apprenti, R. Berteaux).

Numerosas son las consideraciones que se han suscitado, dentro de la propia Masonería, acerca de la justa extensión ritual de los trabajos dentro del templo masónico. Nos explicaremos: bien puede parecer que la esencialidad letrada del rito debe iluminar la construcción y colmar las aspiraciones del obrero. Pero este punto es fuertemente contestado por las logias operativas, que aplican la máxima iniciática, "Lo que está arriba es como lo que está abajo" y consideran también que la extensión de las fuerzas cósmicas dentro del templo y su reunificación final en el centro, es parte viva de los trabajos y condición fundamental de la instrucción del aprendiz.

Antonio Casanovas