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jueves, abril 09, 2009

LA INICIACION MASONICA

Extracto del libro: "LA MASONERÍA HOY RAZÓN Y SENTIDO"

JAVIER OTAOLA

La Masonería no es una organización de caridad aunque puede apoyar la creación y mantenimiento de actividades humanistas y de bienestar social.

La Masonería no compite con ninguna confesión religiosa ni con ningún partido político, aunque se adhiera al valor político de la libertad y al respeto a los Derechos Humanos.

La Masonería no tiene una estructura dispuesta para la acción política organizada ni busca el poder político.

La Masonería no es tampoco una asociación cultural o recreativa aunque pueda dar lugar a iniciativas culturales o de ocio.

La Masonería no es una empresa mercantil, ni actúa movida por ningún animo de lucro aunque esta interesada en gozar de la suficiencia económica necesaria para el desempeño de sus funciones.

La Masonería combina en su organización y funcionamiento la verticalidad iniciática con la horizontabilidad democrática.

La Masonería no esta organizada como una estructura mundial o internacional sino que se organiza nacionalmente en Federaciones de Logias que reciben el nombre de Grandes Logias o Grandes Orientes.

El ideal de la Masonería es "Un masón libre en una Logia libre".

La Logia o el grupo local es la base del trabajo masónico.

El fundamento básico de la Masonería es la experiencia de autoconstrucción personal que describieron las hermandades de constructores y que posteriormente fue elaborada como un verdadero método de construcción personal y social:  "Lo que tú haces, te hace".

La Masonería no propugna una ideología política determinada, concreta y detallada, pero si unos valores generales que se han de concretar históricamente: "Libertad, igualdad, fraternidad".

En el seno de la Masonería liberal es esencial la aportación de la mujer como Maestra de su propia arquitectura interior con el mismo rango que el hombre.

La Masonería no es una institución didáctica ni doctrinaria.

La Logia no enseña sino que suscita, sugiere, provoca, despierta, impregna.

Las Declaraciones de los Derechos y Deberes del Hombre son referencias axiológicas esenciales de la Masonería.

La arquitectura simbólica con que trabaja la Masonería pretende que cada masón haga de su vida una verdadera Obra de Arte de Sabiduría, Fuerza y Belleza, y del Mundo un lugar donde sea posible la Paz, el Amor y la Alegría. A eso llamamos los masones al Arte Real.

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viernes, diciembre 26, 2008

Así se inicia a un Masón

Fuente: http://www.vanguardia.com/informes/septimodia/9293-asi-se-inicia-a-un-mason

Su acompañante dio tres golpes con sus nudillos en el alto portón de madera. Lo tomó por los hombros, lo puso de espaldas al quicio y esperó a que dos manos surgieran de entre las sombras del interior de la casa, tomaran al profano y lo introdujeran con un suave pero firme envión.

Una vez adentro, los sucesos comenzaron a precipitarse sin que el aspirante a Masón pudiera hacer algo al respecto. La oscuridad ocultó toda información a sus ojos y perturbó sin remedio el resto de sus sentidos. Sólo dependía de lo que sus oídos captaran y los sonidos eran demasiado equívocos, inescrutables, perturbadores.

El profano estaba en el vestíbulo del Templo Masónico y en la antesala de lo que sería su “Tenida Solemne de Iniciación”. Eso era todo lo que podía saber. Comenzó entonces a recibir algunas órdenes y tuvo que quitarse el saco de su impecable traje que, según se le advirtió, debía ser negro; además, un pie le quedó desnudo; una manga del pantalón y la camisa le fueron dobladas; le retiraron sus alhajas; en fin, todo lo que significara lujo, poder o vanidad fue apartado de su cuerpo y antes de comprender cualquier cosa, a su cuello le fue enredado un lazo áspero.

Nadie le asistía aún. Continuaba solo y ciego frente a un acontecimiento ansiado pero atemorizante: ¿Serán de fiar estos hombres que me han enceguecido y despojado? ¿Debo continuar? ¿Qué ocurre a mi alrededor? ¿De quién son esas voces que susurran?

El estado de inferioridad en que se le puso, no le dejó más opción que sus reflexiones, que venían una tras otra, en un caos de divagaciones inservibles. Estaba a punto de rendirse, pero la perspectiva de la revelación de los secretos milenarios de la Masonería, lo dejó plantado en la fría silla metálica.

Una mano lo tomó por el brazo y lo condujo en total silencio por entre la penumbra más espesa. Descendió unas escaleras y el vaho pesado de la humedad le oprimió los pulmones: “No se mueva hasta cuando sienta que me he retirado”, oyó decir. Cumplió la instrucción y se vio de frente ante el espectáculo de la muerte. Allí permaneció por un tiempo indeterminable. Un espectáculo sobrecogedor lo envolvió y le incitó a saberse finito, falible, humilde: “uno más entre sus iguales”, que es como se reconoce cada verdadero Masón.

Tres golpes en una puerta distante y una voz lo sumieron de nuevo en la oscuridad: “Prepárese. Va a ingresar al Templo”, es la frase que le heló la sangre y le hizo entender que su “Iniciación en los Misterios de la Masonería” entraba en un período categórico y no estaba seguro de si sus menguadas fuerzas físicas y mentales resistirán la prueba.

Una puerta más. Nuevamente tres golpes, esta vez muy fuertes y con el sonido propio de un pesado aldabón. Una voz en tono inflexible pregunta para saber quién se atreve a interrumpir los trabajos secretos de la Logia. El hombre al lado del profano le presenta y le defiende. Recibe el permiso para ingresar, lo que hace conducido por su acompañante porque la oscuridad sólo terminará para sus ojos cuando los Maestros allí reunidos consideren que ha superado las pruebas que le esperan y que merece ser consagrado como un miembro más de la “Masonería Universal”.

A ciegas, comienza a oír la voz del Venerable Maestro que le refiere las estrictas exigencias morales de la Orden Masónica. Trata de adivinar el espacio en que se encuentra y advierte que las formas y dimensiones del mundo conocido se han diluido en la penumbra. Oye varias voces que desde distintos puntos le relatan la historia milenaria de la Masonería, mientras aumenta su desconcierto y su temor.

Sus arrestos llegan al límite más bajo: es observado por un grupo que no puede precisar ni por su cantidad ni por sus características, ha sido despojado parcialmente de su atuendo y totalmente de sus demás pertenencias, ha sido expuesto a la visión de la muerte y la palabra sangre en medio de una pregunta, acaba de sacudir su confuso cerebro.

De nuevo lo toman por el brazo. Camina torpemente entre algunos obstáculos mientras la aguda algarabía de las espadas le evoca las guerras más cruentas. De nuevo lo detienen y queda solo para que pueda atender una nueva instrucción sobre las obligaciones de un Masón.

Los sentidos ahora trabajan a todo vapor. El iniciado trata de comprender esa sucesión vertiginosa de acontecimientos en torno suyo. No lo logra. Hay otro recorrido, uno más estruendoso alrededor de lo que parece un círculo y una nueva instrucción. El intelecto trata de rescatar el gobierno de los pensamientos, pero las sensaciones son demasiadas y poderosas. En este punto, cuerpo, mente y espíritu están atascados en medio del fragor de un rito profundo, intenso y extenuante.

Hay un camino de fuego y luego, uno tras otro se suceden los juramentos. Los Maestros quieren asegurarse aún más de que el candidato está capacitado para conocer los secretos que allí se guardan.

Conmovido, el iniciado ratifica su voluntad de continuar y su solicitud de que se le acepte en la Orden. Los Maestros tienen que deliberar y lo retiran del Templo. Afuera le espera una vez más la silla solitaria, esta vez en medio de un silencio dócil que agradece profundamente. Al fin encuentra unos instantes para pensar y tratar de comprender algo de entre todo lo que le ha sucedido.

Alguien se acerca. Es el mismo ser que ha estado a su lado todo el tiempo. No habla casi. Le devuelve sus prendas y le ayuda a recomponer sus vestimentas. Todas, menos sus alhajas que recibirá después de la ceremonia.

Nuevamente lo toman del brazo, lo conducen, dan tres golpes con el aldabón, reingresa al Templo, renueva sus juramentos y antes de que pueda prepararse, le revelan todo lo que hasta ese momento estuvo oculto tras las sombras.

Los símbolos físicos de la Masonería están expuestos: la regla, la escuadra, el compás, las espadas, el ojo del Gran Arquitecto del Universo, los signos del zodíaco, el libro de la Ley, en fin, un concierto de elementos materiales de los que tendrá que desentrañar, con la ayuda de sus Maestros, todo sus posibles significados y sus aplicaciones en la vida diaria.

Está ahora en el centro del Templo. Acaba de transitar de la sombra a la luz, de la muerte a la vida y sus ojos apenas comienzan a recuperar la visión.

Sólo hasta ese momento se da cuenta de que un grueso grupo de masones, ataviados con su vestimenta ritual, lo rodea y cada uno de ellos tiene en su mano una espada dirigida hacia él. A toda su experiencia, ahora se suma el terror. El Venerable Maestro le aclara que esos hombres están ahí para demostrarle que acudirán a defenderlo si le vieran correr algún peligro. Es un código de honor, la razón de ser de una fraternidad. El iniciado se tranquiliza entonces y empieza a reconocer los rostros de quienes, a partir de ese momento, son sus hermanos en el secreto que acaba de conocer.

Al fondo del Templo observa, dentro de un triángulo, el ojo destellante del Gran Arquitecto del Universo y bajo esta figura, la presencia adusta del Venerable Maestro quien le describe la indeclinable labor que, por siglos, en completo sigilo, han cumplido y cumplen los masones en todos los países del mundo. Luego de esto, el Venerable Maestro se acerca y lo consagra.

Han pasado  algo más de cuatro horas. Con su espíritu exánime y su cuerpo tembloroso, recibe el abrazo de sus nuevos hermanos y cree que todo ha terminado, cuando, en realidad, apenas comienza. Muy pronto le dirán la forma como puede ser un verdadero “obrero en la construcción del Templo Espiritual de la Humanidad”.

EL PADRE NUESTRO MASÓN

Los contradictores históricos de la Masonería han sostenido que ésta Orden tiene un carácter ateo, lo que es completamente falso. Los masones suelen señalar como prueba contundente contra este señalamiento, el Padre Nuestro que escribió el Papa Juan XXIII quien, según los iniciados, es uno de los miembros de la hermandad, aunque, según quienes se oponen a esta Orden, es un documento apócrifo.

Este es el texto que se le atribuye al Pontífice:

“Señor y Gran Arquitecto, nos humillamos a tus pies e invocamos tu perdón por nuestro error pasado mientras que estamos en curso de reconocer a nuestros hermanos francmasones como tus fieles de predilección.

Hemos luchado siempre contra el libre pensamiento pues no habíamos comprendido que el primer deber de una religión, como lo ha afirmado el Concilio, es el de reconocer incluso el derecho de no creer en Dios.

Hemos perseguido a todos aquellos que en tu propia Iglesia, sin por ello alejarse del camino de la Verdad, se inscribieron en las Logias, ignorando todas las injurias y amenazas.

Sin reflexionar, habíamos creído que un signo de la cruz era superior a los tres puntos que forman una pirámide. Por todo ello te pedimos perdón, Señor, y te pedimos nos hagas comprender que un compás sobre un nuevo altar puede significar tanto como nuestros viejos crucifijos. Amén”

El texto fue publicado en la revista italiana Journal de Geneve, el 9 de agosto de 1966.

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domingo, noviembre 02, 2008

EL SIMBOLISMO DEL TRIGO

 

Manuel Garijo

El trigo simboliza el paso del estado salvaje, cuando el hombre todavía no se había sedentarizado y vivía de caza, pesca y recoger frutos salvajes, a la dominación de la naturaleza, su control y gestión del medio de un modo más sostenible y sedentarizado.

Luego vendrá la concienciació n, por la selección de las especies vegetales ("Separar el buen grano de la cizaña" del griego "zizania").

Fue un acontecimiento considerable para la Humanidad. Por aquel entonces se pasó del paleolítico (paleo = antiguo) a una nueva era: el neolítico (neo = nuevo). Fue la"Revolución Neolítica", hace de ello unos 100 000 a 5000 años.

De modo que fue con el trigo que se empezó a sembrar, cultivar y cosechar, en todos los sentidos de la palabra, tanto agrícolas como sociales. Giro decisivo de la civilización, por primera vez, la especie humana ha actuado sobre la naturaleza y el medioambiente, para mejorar rotundamente su subsistencia y regularizar la producción, en su beneficio.

El cultivo del trigo nada tiene de espontáneo. Cuanto más se esmera uno, más produce. Requiere programar las cosechas, seleccionar las semillas y las tierras, labrarlas, proteger los cultivos de los elementos naturales, quitar las "malas hierbas".Parece transmitir un sentido moral a la labor humana, transcendiendo incluso el aspecto físico hacia valores espirituales.

Después de cosechar el trigo, todavía se tiene que seleccionar los granos, hacer harina y transformar esta en pan o demás alimentos.

Es como una obra alquímica por los 4 elementos: producido en la tierra, se le añade agua (y ocasionalmente levadura), luego se deja que suba (aire) y al final se utiliza el fuego para cocer la pasta. ¡Un verdadero tratamiento simbólico!

De lo contrario el trigo que desarrollaría sus cualidades nutritivas.

Pensemos también en el símbolo de la semilla. Sin sembrar no se puede cosechar.

Si el trigo no « muere », y se mantiene putrefacto en la tierra, su semilla no dará paso a una nueva planta, una nueva vida vegetal.

Recordemos en este aspecto, el culto de Demeter, en la antigua Eleusis y como no, las fiestas dedicadas a Ceres de los Romanos, las famosas fiestas de la cosecha.

Plinio el antiguo decía que durante el invierno los incipientes plantones de trigo "se nutren de la tierra". Cabe comprender que aquí se trata no tanto de un mecanismo de absorción ordinario, sino de una acción aérea casi etérea en el sentido antiguo de la palabra, ligada a la naturaleza sutil del medio.

La labranza y el sembrar inician un calendario laboral con el que el hombre dependerá constantemente del ritmo de la tierra y seguirá las temporadas. Recordemos el poema de Hesíodo, en el alba de la historia griega, titulado precisamente "Los trabajos y los días".

El gesto de sembrar trigo seguirá siendo uno de los más simbólicos del hombre, de ahora en adelante integrado en la naturaleza domesticada. Movimiento regular como el del péndulo de un reloj, evoca la medida del tiempo que pasa, la comunión con el medio y el fervor por una vida futura. Gesto de eternidad, ya no solo se trata de una técnica, sino de un arte y de un rito.

Como lo canta Ricardo León en el Amor de los Amores:

"Yo he visto las yuntas perezosas, labrando la besana y hender la reja el húmedo terruño, y caer, como una lluvia de oro, la simiente; he visto verdear la mies y encorvarse al batir el viento y madurar al sol, caer al filo de las hoces, yacer agavillada en los surcos, bambolearse en los carros gemidores y desbordarse en las eras, crujir bajo los trillos, molerse en la aceña, tostarse en el horno, convertirse en blanquísimas hogazas... "

Y luego llega la cosecha…

"En mi alrededor, tan solo veo oro por todas partes, el color de la cosecha".Paul Claudel.

Desde los frescos egipcios, hasta los cuadros contemporáneos, pasando por los impresionistas y la escuela de Barbizon en el siglo XIX, los pintores siempre han intentado plasmar en sus obras este mágico momento de la cosecha del trigo. Su color dorado glorifica el trabajo humano: ¡Es el oro de la tierra, el oro de la labor! El haz de trigo siempre ha simbolizado prosperidad y felicidad. Como amuleto, se coloca delante de una casa nueva, cuando la carpintería está acabada, o encima de la puerta de la casa.

Mircea Eliade considera el trigo como una planta sagrada, en Historia de los Mitos y de las creencias religiosas.

Entre los símbolos relacionados con la cosecha, recordemos a la propia herramienta empleada, la guadaña que simboliza la muerte.

En la antigua Egipto, esta dimensión sagrada, divina, del trigo tenía un valor resurreccional. Lo encontramos por ejemplo en los bajorrelieves del Templo de Isis en los que se puede observar la momia de Osiris, con un sacerdote espigando el trigo, en símbolo de renacimiento. Se encuentra de nuevo el mismo símbolo en las estatuitas de arcilla de Osiris que contienen granos de trigo y que se colocaban en las tumbas, para garantizar la supervivencia de los muertos en el más allá. Esta estrecha vinculación entre la celebración de las temporadas, la muerte y el renacimiento del dios y la posibilidad de una vida, más allá de la tumba, muestra claramente la estrecha relación que existía entre el trigo y Osiris, el símbolo manifiesto de la resurrección que custodiaba en la religión egipcia.

En la simbología cristiana, el trigo y el pan son símbolos de fecundidad de la tierra, en el Antiguo Testamento [Génesis 27,28; Deuteronomio 8,7-9]. Es el obsequio de Dios, que también puede manifestar su ira, retirándolo, con las malas cosechas por ejemplo. El Nuevo Testamento vincula el fruto de la tierra con un don de Dios a los hombres. Alegóricamente, mediante las parábolas, el trigo representa un don de Dios en el corazón del hombre (la gracia), en particular en la parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13,24-25).

En cuanto al pan, siguiendo la tradición de las antiguas religiones, se convierte en el símbolo del don supremo de Dios al hombre: la Vida eterna (Jonás 6), el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía: "Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". (Lucas 22,19).

Por el Pan de Vida alcanzamos el acmé de la comunión entre los hombres, con la naturaleza, el Cosmos, para la gloria del Padre, al que estamos unidos por el Cristo, en el Espíritu Santo.

El pan representa de este modo la alimentación física, pero también y sobre todo espiritual, recordemos en ese sentido la multiplicació n de los panes, representació n de la evangelizació n por Cristo y más tarde, por los apóstoles o también el Padre Nuestro.

Para crear un vínculo con el judaísmo, recordemos que la ostia que utilizamos para la eucaristía es de pan ácimo o sin levadura.

Antes de conocer los métodos para fermentar la masa de harina de trigo, era muy popular el consumo de pan ácimo.

En el Antiguo Testamento, el Eterno el maná a los Hebreos, mientras cruzan el desierto [Éxodo]. Por ello, este alimento simboliza el pan en la Eucaristía y es un signo de bondad de Dios hacia los hombres. Hoy en día los judíos celebran este episodio bíblico en la Pascua o Pesah, con un ritual que implica no utilizar levaduras. Recordemos también el significado en hebreo de Belem, la "Casa del pan".

En cuanto a nosotros, el simbolismo del trigo tal vez sea la más bella representació n de nuestra vida eterna. Pero no como la imaginamos bajo una forma etérea, sino precisamente aceptando nuestra finitud, crecer, madurar y por fin regresar a la tierra en un estado de putrefacción. Dicha finitud conlleva paradójicamente la promesa de vida eterna.

Si seguimos la metáfora del trigo para nosotros mismos, seguimos el ritmo de las temporadas, respetando y cumpliendo los ciclos de la naturaleza y de la tierra. Tal vez sea esto la vida eterna, no comprendida para si mismo, sino para la humanidad. De lo contrario, ya vemos los cambios climáticos y como afectan y perjudicarán al planeta, generando posiblemente que el hombre desaparezca de la faz de la tierra.

Revista hermética: http://www.revistahermetica.org/

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sábado, julio 26, 2008

Para obligatoria lectura de candidatos a la orden

Querido Amigo, que has tocado las puertas de nuestra antigua y Augusta Institución, ¿Sabes que puerta has tocado?, ¿Qué se encuentra al otro lado de esa puerta?. Te daré una idea de lo que somos para que medites, solo y en silencio. Y luego de un prudencial tiempo vuelvas a tocar esta puerta, si has decidido ser como la conclusión de este texto nos indica.

SER MASÓN EN NUESTROS DÍAS.

Oirás hablar de Moralidad, Tolerancia, Fraternidad. Y hacemos juramentos de dar la vida por nuestros Hermanos, de respetar Normas y Normas, de vivir “MASONICAMENTE” 24 horas del día, devoramos libros, escritos, trabajos, vamos a ingresar en esta supuesta carrera masónica. ¿Pero, estamos listos?. O solo es un poco de alimento para calmar la voraz glotonería de nuestro ego.

¿Qué mueve a un hombre, al cuál suponemos libre y de buenas costumbres, a dar el paso de unirse a la Masonería? ¿Qué le mueve a buscarnos ?.

He ahí la clave de lo que luego será la percepción que la sociedad tenga de la Masonería...

Pero vayamos por orden. Para ello es necesario comenzar por definir a la Masonería ¡Que no es un Club social ! ¡Ni la correa de transmisión de ideas políticas, sean cuales estas fueren ¡Ni una asociación de ayudas mutuas! ¡Ni un sustitutivo de la religión! ¡Y, en ningún caso, un hobby!. Algunos piensan que es la posibilidad de ascender, o en la condición social, económica, política, o una manera excéntrica de ser diferente, de sonar interesante, misterioso, a las amistades. YO SOY MASÓN!....

¡La Masonería, querido amigo, es una Orden Iniciática, Esotérica, Elitista y Caballeresca!. Velada de alegorías e ilustrada de símbolos.

Como Orden Iniciática reúne una serie de características, tanto por lo que se refiere a su organización, como por lo que respecta a la admisión de nuevos masones, al acceso de estos a la formación y a la graduación y sistema de comunicación por el que los masones llegan a adquirir, única y exclusivamente a través de su trabajo personal, los conocimientos que la Masonería pone a disposición de los que dan realmente el paso que separa al hombre común del auténtico Iniciado. Como Orden Iniciática supone no un horario de uso de las horas libres, que quedarían supuestamente de la vida diaria. Desde el momento en que el hombre común ha pasado entre columnas la Masonería debe ser su forma de vida, amanecemos Masones y anochecemos Masones, vivimos Masones y moriremos Masones.

Como Orden Esotérica y filosófica la Masonería ha conservado y pone a disposición de los Masones que realmente lo son, los fundamentos de la Tradición Primordial que nos llega desde los antiguos Misterios. Y como tal se pierde en el tiempo.

Como Orden Elitista la Masonería pretende recibir en su seno y formar como Masones a aquellos que procuran vivir de acuerdo con valores espirituales, éticos y morales que les convierten en auténticas elites sobre las que descansa el futuro de la humanidad, en un mundo en el que lo que prima son los valores terrenales, fundamentados sobre el materialismo, el poder, la política, el dogmatismo y el sexo desordenado. Debemos trabajar, cada uno en pulir su mente, en la búsqueda de ser la elite del pensamiento, ser cada uno el referente moral que trascienda y refleje estas virtudes: Primero a la familia, segundo al Taller, tercero a la Fraternidad y por último, puede pasar las fronteras de nuestros Templos y trascender a la sociedad.

Elites, no lo olvidemos, son todos aquellos que en un mundo donde reina la materia, la envidia, el interés personal y el rencor, dedican al menos una parte de sus vidas a formarse, a evolucionar espiritual, ética y moralmente, y lo hacen desprovistos de ambiciones bastardas.

Elites son todos aquellos que dedican una parte de sí mismos a los demás, sin esperar otra recompensa que la satisfacción de su propia evolución y la de haber obrado bien; sabiendo, y actuando en consecuencia, que obrar bien no es solo no hacer directamente el mal, sino no permitir, por acción u omisión, que alrededor de uno mismo se obre mal, o lo que es lo mismo, no admitir que impunemente se obre contra las leyes, contra la moral, contra los derechos de los demás, contra el orden legítimamente establecido, contra los principios que defendemos.

Quiero puntualizar que para la Masonería el concepto elitismo no guarda relación alguna con la estirpe familiar ni con nada ligado al mundo de lo físico.

Como Orden Caballeresca la Masonería entiende y trabaja, a través de la acción individual de los auténticos Masones, por la consecución de un mundo finalmente liberado de poderes fácticos, definitivamente de espaldas a cuantos pretenden imponer dogmas y creencias, libre de todo tipo de demagogos, dictadores y dictaduras. Un mundo en el que el servicio a la causa de humanidad sea la guía que oriente la vida de los hombres. Ideal y fin de la Masonería por el que trabajan los auténticos masones sin esperar ni recibir más recompensa que la satisfacción del deber cumplido, al entender que cada uno de nosotros no es sino un simple eslabón en la evolución de la humanidad. Un eslabón de la larga cadena que nos une con aquellos iniciados que hace muchos siglos comenzaron el largo camino, y con los que en un lejano futuro alcanzarán la meta.

¿Qué mueve a un hombre, suponemos que libre y de buenas costumbres, a dar el paso de unirse a la Masonería? ¿Qué le mueve a buscarnos ?.

Los enemigos de la Masonería, temerosos de que la verdad acabe con el poder que obtienen y mantienen a través de la explotación de la ignorancia y la superstición, por mediación de campañas de desinformación sobre el ser, fines y principios de la Masonería, unidas a las de calumnias, difamación e injurias sobre la Masonería y los propios masones, difundidas y mantenidas durante siglos a través de los poderosos medios que controlan, han hecho que nuestra Orden aparezca ante el mundo como una estructura oculta que mueve los hilos de la historia, y el poder por medios según cuentan nuestros detractores, apegados al ocultismo, al satanismo, a la corrupción y al mal.

Falacias con las que desde hace siglos se bombardea a diario a las almas cándidas, han acercado a la Masonería a todo tipo de aventureros que llegan buscando ese poder material que achacan a nuestra Orden quienes realmente lo ostentan. Está claro que a cuantos se hacen iniciar así motivados, no les mueve la Masonería ni sus ideales, sino las propias ambiciones personales y profanas. Son los que pretenden convertir a la Masonería en el soporte de sus carreras políticas, de sus negocios, de sus ambiciones materialistas. Son, también, los que dan autoridad a las campañas de desinformación, a las calumnias, a la difamación a la que está permanentemente sometida la Masonería y, con ella, los masones.

“Una mentira repetida mil veces nunca podrá convertirse en verdad”.

Hombres comunes con una idea equivocada de la Masonería; son los que la creen: Una ONG, un sustituto de la religión, una simple vía para practicar la caridad, un sitio donde hacer amigos, un divertimento, una excusa para salir de casa, la alternativa al sillón del psiquiatra, etcétera. transformándose con ello en uno de los más graves canceres que padecemos.

Ser Masón en nuestros días es no pretender modernizar la Masonería, ni adaptarla a nuestras propias ideas; por enaltecer nuestro ego, y decir “YO LO HICE”, yo cambié un principio milenario, por el contrario, el autentico masón es Grande en la humildad y se conforma a las leyes de la Orden, a sus tradiciones, a sus usos y costumbres.

Ser Masón en nuestros días es no ambicionar grados, ni títulos, ni oficios, ni honores. El masón que lo es realmente cumple con su trabajo y si sus Hermanos consideran que debe realizar algún trabajo y que sus obligaciones serán otras, asume con humildad las nuevas responsabilidades que adquirirá en el desarrollo de la Obra.

Ser Masón en nuestros días es serlo las veinticuatro horas del día durante los trescientos sesenta y cinco días del año, trescientos sesenta y seis en los bisiestos.

Ser Masón en nuestros días es: enseñar con responsabilidad y generosidad si hay que hacerlo y si somos discípulos aprender con humildad, observando siempre el principio de escuchar, obedecer y callar.

Ser Masón en nuestros días es llevar a nuestra vida privada los principios y verdades que la Masonería enseña.

Ser Masón en nuestros días es considerar más allá de una obligación para con la Masonería, motivo de alegría y felicidad la asistencia a todas las instancias que representen la unión de las familias y los Hermanos. El autentico Masón falta sólo por causas realmente importantes.

Ser Masón en nuestros días es no perder ocasión de reunirse con los Hermanos, es decir, con los masones, a los que realmente se ama, considera y trata como a tales, y por los cuáles realmente daría la vida.

La Masonería no duda en cerrar sus puertas, a los que trasladan sus ambiciones, soberbia y vicios al ámbito de la Orden, contaminándola así con el mundo.

Luego de que has leído estas ideas sobre lo que es: “El ser Masón en nuestros días”, te pediría Querido Amigo que luego de la reflexión profunda que debes haber sobre este escrito, hagas un “Mea culpa”, sobre lo que esperas de la Masonería, y si después de esta reflexión Querido Amigo, te das cuenta que la Masonería no es para ti, las puertas están cerradas, no las golpees aléjate con el mismo honor con el que golpeaste la primera vez. No nos hagas daño, que el daño te lo estás haciendo a ti mismo.

Pero si estas dispuesto a entregar tu vida por esta causa, y hacer de la Orden una forma de vida. Nuestra vida, es tuya.

En goce de mis facultades y habiendo entendido lo aquí manifestado.

Declaro que libre y voluntariamente lo acepto.

 

INICIARSE

Jacobo Cifuentes (Aprendiz de poeta y de la vida)

Iniciarse es bajar a las entrañas de la tierra

Es renunciar y despojarse del haber

Es entrar ala oscuridad y al silencio

Es penetrar a lo profundo de mi ser

Es confrontar el fin con el principio

Y contemplar el inexorable camino a recorrer

 

Iniciarse es comenzar de nuevo

es hacer del pasado un sueño

es romer con viejos moldes

como el pajarillo que al salir rompe su huevo

como el que cambia la piel

y abandona en el camino al viejo dueño

 

Iniciarse es comenzar un largo viaje

Por un mundo incierto

Es andar a ciegas de occidente a oriente

De oriente a occidente

Es perderse por el norte y por el sur

Es buscar el amanecer desde el poniente

Es cruzar la tempestad para llegar a puerto.

 

Iniciarse es salir del cascaron y ver la luz

y cegarse al dejar la oscuridad

y buscar a ciegas un lugar al que llegar

y sentir la mano  del hermano nuevo

firme y segura llevarme  hasta  el altar

 

Iniciarse es profundo compromiso

De amor, de rectitud, de lealtad

es comenzar la obra sin saber tallar

y poco a poco aprender a econtrar la calidad

es guardar silencio y observar

es ser paciente y esperar

Es aprender que a su tiempo todo llegara.

 

Iniciarse es recorrer el camino

Entre la escuadra y el compas

Y llegar hasta el final

Venciendo fatiga Y desaliento

Sin dejarse desviar jamas

Atravesando agua  fuego y viento

Y darse vuelta a revisar lo andado

mas alla de los grados

mas alla  de bandas y mandiles

Llenos de orlas adornos y   bordados

Al final de los finales

Que lo diga mi conciencia

Que atestiguen mis hermanos

si en verdad he sido un iniciado.

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sábado, junio 21, 2008

CONSAGRACIÓN

A. Lavagnini


        Conducido nuevamente al ara, delante de la cual debe, como antes, disponerse en actitud de acuerdo con la importancia del acto que está por verificarse, se le hacen confirmar nuevamente, al recipiendario, sus obligaciones, después de lo cual el V.: M.:, con la espada flamígera apoyada sobre la cabeza del recipiendario, pronuncia la fórmula de la consagración, acompañada por los golpes misteriosos del grado. Hecho esto, lo hace levantar y lo abraza, dándole por primera vez el título de hermano, y le ciñe el mandil diciendo:

        "Recibid este mandil, distintivo del masón, más honroso que todas las condecoraciones humanas, porque simboliza el trabajo, que es el primer deber del hombre y la fuente de todos los bienes, el que os da derecho a sentaros entre nosotros, y sin el cual nunca debéis estar en la Logia".

        La espada flamígera, emblema del Magisterio, y el mandil de piel, que caracteriza a todo masón, son dos símbolos que merecen toda nuestra consideración.

        Encontramos tanto éste como aquélla en los versículos 21 y 24 del tercer capítulo del Génesis, en donde se nos dice que el Eterno hizo túnicas de piel para Adán y su mujer y los visitó. Y, después de haber echado fuera al hombre del Jardín del edén "para que trabajase la tierra", puso en el oriente del mismo Jardín del edén a unos querubines, que lucían doquiera una espada flamígera, "para custodiar el Camino del Árbol de la Vida".

        Es evidente que las túnicas de piel a las que aquí se hace mención simbolizan el cuerpo físico del hombre, del cual se reviste la conciencia individualizada (Adán) y su reflejo personal (su mujer) al ser enviados desde el estado de beatitud edénica (el mundo mental o interior) sobre la tierra (o realidad objetiva) para trabajarla, o expresar en ella sus cualidades divinas.

        En cuanto  a la espada flamígera, que se encuentra con los querubines (ángeles o Mensajeros del Divino en el hombre) al Oriente u origen del Mundo Mental o interior de la conciencia, es un símbolo manifiesto del poder Divino, "que es poder creador" latente en todo ser humano, y que es privilegio del Magisterio realizar o recuperar, manifestando así las más elevadas posibilidades de la vida, cuyo Camino abre y custodia.

        El mandil que recibe, y con el cual se reviste todo masón, es un emblema del mismo cuerpo físico con el cual venimos para trabajar sobre la tierra , y con el objeto de adquirir aquellas experiencias que nos transformarán en artistas verdaderos y acabarán por darnos el magisterio o dominio completo sobre nuestro mundo.

        La percepción de este mandil, o túnica de piel , como simple vestido o envoltorio exterior, así como de la esencia misma de nuestro ser, es consecuencia de la visión espiritual que hemos conseguido con nuestra búsqueda de la Luz, desde el Occidente de los sentidos al Oriente de la Realidad. Por esto tampoco debe conducirnos a despreciarlo, por ser parte integrante y necesaria a la perfecta manifestación del hombre en la vida terrestre, mediante la cual ha de ir depurándose y escalando grados en pos de una existencia divina.

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domingo, mayo 04, 2008

RESPUESTA DE UN SEGUNDO VIGILANTE A UN APRENDIZ



por Tomas E. Gondesen

Querido Hermano Aprendiz: Recibimos vuestra carta. Conocimos vuestras dudas. Comprendemos desde el principio, que nuestra respuesta no podría disiparlas como el viento disipa la neblina. Ni lo pretendemos. Estaríamos satisfechos con lograr de vos, sólo la duda de vuestras dudas. El resto del trabajo será vuestro. Porque así tiene que ser. ¿Qué pretendéis de vuestro Hermano Maestro? Es sólo tu Hermano, no el reemplazante de vuestra conciencia. ¿Qué podemos daros, más allá del bagaje que vos trajisteis? Tal vez algo de nuestra experiencia. La experiencia de un hombre, que aprovecha a otro tan sólo en la medida en que este último pueda y quiera recibirla. Y nada más. Y así tiene que ser.

Tratemos de ordenar nuestras ideas y que haya ordenada correspondencia entre vuestro mensaje y el nuestro. ¿Preguntáis si os es lícito dudar así? Creemos que no sólo lo es; sino indispensable. Vuestras dudas son buen síntoma. Demuestran que hay vida en vuestro interior, que hay potencia, que hay fuego. Eso es lo que necesitamos en Masonería. Lo importante es su correcta aplicación.

Retornáis preguntando si es oportuno formular esta consulta. ¡Somos hermanos... Esa es la respuesta!

¿Que el tiempo agota vuestras dudas? Que nunca se agoten, que siempre se renueven, que permanentemente os aguijoneen. De esta manera se ha trazado su camino el hombre en su lucha por el conocimiento. Y el conocimiento es la ruta más cierta hacia la perfección y la Verdad.-

¿Qué acaso obtendréis más adelante respuesta definitiva? Nunca. Y alegraos de que así sea. Esa meta que aspiráis se llama también la muerte. El hombre vive buscando su razón y se perfecciona en este afán. A esto se suele designar como Masonería.

Nos decís las razones que os trajeron a estos Templos. Son plausibles Q:.H:. y, más aún, son las mismas nuestras.

Nos decís que para estas razones no os hemos entregado lo que vos pretendíais. No podemos Querido Hermano. Entregaros lo que no tenemos, y, aún, si lo tuviéramos, deberíamos pensarlo si convendría entregároslo. No puede haber salarios, sino como justa retribución a un trabajo.- El hombre que plantea interrogantes tiene, en potencia, la capacidad de responderlos. Ese es vuestro trabajo. En Masonería no tenemos otra materia prima que el hombre. Todo comienza allí, y allí termina. Nuestra tradición vale sólo como fuente de inspiración. Nuestra historia, como ejemplo. Nuestros siglos de existencia como Orden, no han servido para arreglar fórmulas mágicas. Han servido sí, y es importante reconocerlo, para demostrar que esta fraternidad tiene su razón de ser. Y la tiene, porque es y continuará siéndolo, aún después de nuestros días, y de los vuestros.-

Nos decís que lo que pretendéis no os lo han entregado vuestros Hermanos, ni aún vuestra Orden, como ejemplo institucional. Ya tocaremos este punto; pero es necesario reiterar que los partidos y sectas se dividen, chocan, se desintegran en sus pasiones efímeras y la Orden sigue inconmovible. ¿Te dice esto algo? Estaréis con nosotros al creer que éste es un buen ejemplo institucional. ¿Qué nuestra Orden como institución tiene fallas? Es evidente que las tiene y no escasas; pero éstas son las fallas nuestras: Las tuyas y las mías. ¿Cómo podríamos pretender otra cosa? Si. Entendámoslo bien. Nuestra Orden en cada momento, no es otra cosa que sus hombres, frente al instante histórico en que se desenvuelven. Nada más que esto. Sus hombres, con sus ideales, sus aspiraciones, sus nobles propósitos, sus intelectos, sus instintos y su animalidad, sus pequeñeces, sus egoísmos, sus envidias. El espíritu enfrentado a la materia: y está todo dicho.

Si nada más esto constituye nuestra Orden. ¿Cuál es la diferencia con cualquiera otra agrupación de características generales similares? La diferencia es sutil; pero fundamental. Tal vez nazca del hecho mismo de reconocer, con franqueza profunda, que traemos, juntas, al ingresar, nuestra nobleza y nuestra impureza. Y, desde acá, tratamos, por todos los medios lícitos, de acrecentar una y disipar la otra. Tal vez resida en la comunidad de ideales, lejanos e inalcanzables que nos unen. El beneficio inmediato; el premio seguro, aquí no existe. Así nos garantizamos mutua buena fe. Tal vez se encuentre la respuesta en el "cáliz de la amargura", que nada ofrece y todo lo pide. En la Cadena de Unión Fraternal; en el Pavimento Mosaico que no nivela". Habría que buscar la razón en nuestra Declaración de Principios, conjugándola con nuestro Testamento Masónico. En el mandil Blanco y humilde y en la espada flamígera, relampagueante, que porta el más sabio de los hermanos y el cuál, sin embargo, no es más que el primero entre sus iguales.

Sí, en todas estas cosas hay que buscar la respuesta. Y la respuesta se hallará. A condición de que creamos, sintamos, vibremos y nos penetre su íntimo significado. Los símbolos, de los cuales está pletórica nuestra Orden, nos hablan. Sólo se les puede escuchar con los oídos del espíritu. Abramos nuestros espíritus a sus voces.- ¿Qué estamos haciendo aquí? Cada vez que surge esta pregunta, me semeja un lamento desgarrador. "Estamos aquí, tratando de vivir con sentido". El hombre si bien es cierto que ha nacido sin pedirlo, y se esfuma sin desearlo, no puede considerarse como una hoja entregada al capricho de los vientos. Tiene capacidad para angustiarse con su sino. La tendrá entonces para resolverlo. Eso estamos haciendo aquí. Nuestras logias simbolizan el Universo. Preguntarse la razón de nuestra presencia en Logia, equivale a interrogarse por nuestra presencia en el Cosmos.

¿Cómo se nos facilita en Masonería la formidable tarea?

Acercamos el hombre a su hermano: Fraternidad.

Respetamos todos los puntos de vista: Tolerancia.

Repudiamos el dogma limitado: Libertad.

Nos respetamos y consideramos mutuamente: Igualdad.

Estas son algunas de las condiciones ambientales que ofrece la Masonería. Así facilita nuestra tarea. Se facilita, además, con el uso adecuado de los símbolos, con la experiencia y conocimientos que van a fondo común. Con la seriedad, prestigio y honorabilidad de esta Institución, condiciones que constituyen el legado precioso que recibimos y el cual tenemos la obligación de defender y acrecentar.

Pese a todo lo anterior, hay que volver sobre la idea matriz y repetirla cuántas veces sea necesario. Todas son herramientas. La única materia prima es el hombre. De su calidad intrínseca depende la obra. No sigáis pidiendo razones Querido Hermano Aprendiz. El único camino es buscarlas dentro de vos mismo. En vuestro interior están las dudas.... ¡en vuestro interior están las respuestas! Os hemos tendido una mano fraterna. Os hemos soplado un hálito tibio. Os hemos mirado al fondo de los ojos y auscultado el latir de las venas. Sin embargo, no podremos jamás adentrarnos en vuestra conciencia... ¡Os dejamos a solas con ella!

sábado, abril 26, 2008

EL HOMBRE DESPIERTO


La Vida entre el Sueño y la Vigilia

Recip:. La oscuridad que os rodea, es el símbolo de la ignorancia que reina en la mayor parte del mundo, es el trasunto de la impericia marchando entre dudas por el terreno escabroso de la vida, es la impotencia del ser humano para resistir el dominio de las pasiones.

En los templos masónicos, alumbrados por la luz de la razón, se aprende la virtud de vencerse asi mismo, se enseña a transitar con seguridad, a través de las tentaciones que nos cercan.

Cuentan los textos budistas que El Bodhidarma, un día estaba meditando, y se quedó dormido. Esta falta le pareció tan horrible que se cortó los párpados. Estos, según la leyenda, cayeron al suelo y germinaron, naciendo de ellos la primera planta de té, cuya flor simboliza el estado de conciencia superior. .

"todas las cosas derechas mienten, murmuró con desprecio el enano. Toda verdad es curva, el tiempo mismo es un círculo"

Y Así habló Zaratustra.

El ser humano superior es aquel que logra despertar a la auténtica realidad de nuestra naturaleza y al sentido último de nuestra existencia.

Este despertar de la "súper conciencia" ha sido buscado por los místicos a través de toda la historia humana. Las religiones nos hablan de gracia divina. Los ocultistas, de iniciación mágica.

Tenemos grandes áreas de la conciencia y sus potencialidades, en estado de sueño.

Solo un diez por ciento del cerebro humano está activo, mientras el resto se funde en las sombras de la inconsciencia.

Todas las escuelas Iniciaticas insisten en que el discípulo debe lograr el estado de alerta interior.

Se debe despertar a la conciencia de ser, para entonces ver con otros ojos, donde estamos realmente.

En uno de los ocho caminos de perfección, el budismo afirma que el dolor del ser humano radica en su inconsciencia. En que el producto del dolor es la ilusión.

Ahora bien, ¿Si el mundo estuviese diseñado por el durmiente? ¿Si solo fuésemos parte de un gran sueño colectivo donde creemos ser lo que somos?

Ideas como estas han desvelado a filósofos, escritores y pensadores sociales.

¿El mundo es real, o solo el producto de nuestra mente?

En el Kybalión encontramos que una de las siete leyes que rigen el universo dice: "El Todo es mente; el universo es mental". Y es justamente la primera de las siete leyes.

. Somos criaturas producto de una idea, de un pensamiento; tal vez solo existamos en el sueño profundo de un ser superior.

El tener el estado de conciencia superior, es convertirse en un hombre superior.( EN MASONERIA EN EL HOMBRE LIBRE Y DE BUENAS COSTUMBRES) Es comprender sin análisis previo, la oculta estructura de las cosas. Es ver y saber.

La naturaleza ha dejado todo escrito en la superficie de su obra, pero nos sumió en un sueño profundo.

De ese sueño a veces creemos despertar y en ese despertar aparente creemos ver y descubrir claves para nuestra vida.

Pero quién actúa bajo los efectos del sueño, comete errores. Ahí nacen las equivocaciones y la pérdida del sentido en la vida.

La humanidad demora mucho en encontrar el camino de perfección. Solo avanza gracias a la intervención providencial de pocos seres despiertos que en determinados momentos de la historia, se hacen presentes.

Es común quejarse de la superficialidad de muchas acciones y comportamientos de la sociedad en general.

Si el mundo es realmente una ilusión, dicho comportamiento superficial y sin profundidad se corresponde con la teoría de la ilusión.

¿Por qué?

Porque de esa manera no destruiríamos el sortilegio de estar dormidos.

Si el mundo en que vivimos es solo una ilusión creada por nuestra propia mente, solo podríamos escapar del sueño, creando otro más a nuestra medida. Porque también cabe la posibilidad de que soñemos el sueño de otros, y no el propio. (EN NO PENSAR CON LIBERTAD SINO SUJETOS AL PENSAMIENTO IMPUESTO, LA PROGRAMACION SOCIAL)

Solo hay dos caminos, o seguir durmiendo, tratando de generar otros sueños, o despertar a la realidad de una existencia que debemos descubrir. (ACTUANDO COMO VERDADEROS HOMBRES LIBRES)

Del análisis de principios filosóficos sobre la existencia, se desprende que: O bien somos seres pensados por un ser superior, Dios, en cuya pupila solo existiríamos. O somos producto de nuestra propia mente.

Sabemos que la fuerza mental modifica a la materia.

En cuyo caso, estaríamos atrapados en la profundidad de un sueño paradojal, creado por esa región de nuestra mente a la cual no tenemos acceso funcional.

Dijimos que el ser humano normal, utiliza un diez por ciento de su capacidad mental, es oportuno preguntarse sobre ese inmenso noventa por ciento que permanece inactivo, o ¿no estará en realidad funcionando activamente, sin que nos percatemos, creando todo este entorno en el que nos movemos y actuamos?

En suma, si el mundo es ilusión, pensamientos materializados, es posible volver a rediseñarlo con el 100% de la fuerza de la mente.

Si solo somos durmientes que soñamos con las vidas que creemos estar viviendo, es fundamental despertar.

Ahora bien, si estamos durmiendo, ¿cómo despertar? ¿quién nos despertaría? ¿para que despertaríamos? ¿Qué realidad veríamos?

Hay escuelas Iniciaticas que promueven el SILENCIO de los sentidos, como manera de dejar de percibir el mundo exterior y así descubrir la esencia interior de cada uno de nosotros.

H:. VVIG:. INVITAD A LOS HH:.DECORAN VUESTRAS CCOL:.COMO LO HAGO YO CONLOS DEL ORT:., SE UNAN A NOSOTROS Y GUARDAR UN MOMENTO DE SILENCIO INICIAL, PARA CONCENTRARNOS, MEDITAR Y BUSCAR EL INTIMO CONTACTO CON LO MAS ELEVADO DE NUESTRO SER, A FIN DE HACER PROVECHOSO EL DESARROLLO DE LOS TTRAB:. DE LA LOG:. (EL MUNDO)

Ese SILENCIO cumpliría la función de DESPERTAR.

Otras corrientes de pensamiento, por el contrario afirman que este mundo no es real, que es solo ilusión. Ilusión de la cual despertamos diez segundos antes de morir. (NUMERO CABALISTICO DEL ABSOLUTO O TODO)

Solo diez segundos de vigilia, por toda una vida en sueños.

¿Paradójico, no?

¿Cómo despertar? ¿Cómo librarnos de aquel sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que puede formularse un hombre. Pero, antes de hacérselas, deberá convencerse del hecho mismo de su sueño.

Cuantas veces, por ejemplo, leemos en el Evangelio: "Despertaos, velad, no os durmáis". Incluso los discípulos de Cristo dormían en el huerto de Getsemaní, mientras su Maestro oraba por última vez.

Con esto queda dicho todo.

Ya la hora de hacer referencia a filósofos que sobre éste tema se han detenido, es preciso escuchar lo dicho por otro pensador contemporáneo:

"La llave que nos hará dueños de la naturaleza interior está oxidada desde el Diluvio. Se llama: velar.

Velar lo es todo.

El hombre está firmemente convencido de que vela, pero, en realidad está preso en una red de sueño y de sueños que ha tejido él mismo. (EL MUNDO MATERIAL, LO APARENTE O FINITO) Cuanto más se aprieta la red, mejor impera el sueño. Los que están sujetos por sus mallas son los durmientes que caminan por la vida, como rebaños de ganado llevados al matadero, indiferentes y sin pensar. (LA INCONCIENCIA DEL SER REAL)

Los soñadores sólo ven, a través de las mallas, un mundo enrejado, no perciben más que aberturas engañosas. (EL MATERIALISTA)

Estos soñadores no son, como tal vez tú crees, los fantasiosos y los poetas. Son los trabajadores, los sin reposo del mundo, los que están roídos por la locura de obrar. (EL HOMBRE ESCLAVO DE LAS ATADURAS MATERIALES)

Ha habido y hay todavía algunos hombres que sabían que soñaban, pioneros que avanzaron hasta las murallas detrás de las cuales se ocultaba el yo eternamente despierto: videntes como Schopenhauer y Kant. Pero no poseían las armas necesarias para el asalto de la fortaleza, y su llamada a combate no despertó a los durmientes.(EL INTELECTUAL NO INICIADO EN LA SABIDURIA ANCESTRAL Y ARCANA)

Velar lo es todo.

¡Vela en todo lo que hagas! No te creas ya despierto. No, tú duermes y sueñas".
Gustav Meyrinck

¡Despertar, despertar! Todos los pensadores y filósofos nos exhortan continuamente a velar nuestra conciencia ¿Pero cómo hacerlo, si la propia Naturaleza está empeñada en sumirnos en el sopor de la inconciencia?

Al igual que todos los que indagamos en los oscuros misterios de nuestra existencia, solo veo un camino, el único; y deseo destacarlo a modo de reflexión final:

Es claro que para lograr el estadío del Hombre Despierto no se debe tomar el camino aparente, el que nos lleva hacia la superficie de la realidad material, la de la activación de los sentidos, no, por el contrario. La puerta de salida del sopor existencialista se encuentra hacia adentro; en lo profundo de nosotros mismos. (EL SER)

Allí se encuentran cifradas las claves personales que dejó grabada nuestra propia alma, en el momento preciso de fundirse con la materia y nacer a este mundo.

Allí están los registros, la memoria guardada en nuestra "caja negra".( EL LADO OSCURO, EL INCONCIENTE COLECTIVO Y DESCONOCIDO) Si logramos tomar contacto con ella, antes de que nuestro tiempo de vida termine, habremos logrado despertar de verdad, y recordaremos de donde venimos, quienes somos en realidad y hacia adonde debemos "seguir viaje". (EL DESPERTAR, LA ILUMINACION, NUESTRA LUZ PROPIA, LA LUZ DEL SER) Y al decir esto hago referencia, no a supuestas encarnaciones de nuestro pasado, sino a quienes somos espiritualmente, y comprenderemos que no debemos permanecer en el vicioso círculo de nacimientos y muertes que nos ligan fatalmente a este mundo material.

Para lograr esto, cada cual deberá comenzar su viaje interior, su "viaje a Oriente", ( LA LUZ ) como lo denominan los maestros Zen.

A quién esté dispuesto a realizarlo, puedo aconsejarle la lectura de la Teoría Egonica, que lejos de contener "recetas", es un compendio de consejos y advertencias, vertidos por quienes hicieron el mismo viaje. (LOS TRES VIAJES SIMBOLICOS)

Una vez iniciado el silencioso y solitario descenso, no nos asistirán fórmulas preestablecidas ni grupos de ayuda que nos garanticen un despertar colectivo.

A la iluminación se llega lenta y solitariamente.

Sí; la puerta de acceso a la liberación espiritual, la que nos hará libres y concientes de nuestra real existencia se encuentra escondida en lo profundo de nuestra propia inconciencia…EL SER REAL, EL G:.A:.D:.U:.

domingo, abril 06, 2008

LA INICIACION Y EL DESCUBRIMIENTO DEL YO


In deo fiducia nostra

VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

El rito de iniciación produce en nuestro yo "interno" y en nuestra naturaleza, una revolución tan profunda como la que produce en el yo "externo" con el estudio de una profesión liberal.

La Masonería siempre ha sostenido que el humano necesita para su desarrollo de esta ruta de disciplina y esfuerzo, ya que el éxito no es fruto de la casualidad sino de la tenacidad y la constancia.

El humano es un ser social y por lo tanto, por regla general, debe integrarse en un grupo para avanzar en el camino de la perfección individual, a pesar de que esta afirmación puede resultar paradójica o contradictoria.

El humano encarna en este mundo físico con su nacimiento. Comienza la carrera de su vida como un ser dual. Tiene la conciencia doble. Es un ser físico unido a otro ser que es el alma. Tiene en realidad dos cuerpos: un cuerpo material, físico, terrenal; y dentro de él un cuerpo espiritual o del alma. Si existe alguna duda sobre esta aseveración, un estudio más avanzado descubrirá la verdad sobre esta ley. Lo más sorprendente es que cada uno de estos dos cuerpos tiene una mente o intelecto propio, y por esta razón, el humano viene a este mundo con una conciencia dual.

La ciencia moderna empieza a aceptar esta verdad como única explicación a muchos fenómenos, pero los iniciados ya la conocían desde hace siglos. La ciencia moderna del psicoanálisis y de la regresión hipnótica está basada en el descubrimiento hecho por la ciencia de la dualidad del intelecto y de la con ciencia del humano. Y aunque esta ciencia pueda parecer compleja o difícil de manejar, es simplemente porque los científicos no conocen todas las leyes y las manejan como principios incidentales, en tanto que las lecciones que debe recibir el iniciado es en taller harán esa ciencia tan sencilla que se podrán dominar todos sus principios en poco tiempo.

Muchas escuelas filosóficas dan distintos nombres a estos dos intelectos o formas duales de la conciencia del humano, pero la Masonería emplea términos sencillos y muy comprensibles en el uso diario:

A) Al nacer, el humano llega a este mundo con dos mentalidades, dos formas de conciencia

B) Mientras es niño de pocos meses, el humano no tiene conciencia de esta existencia dual que está dentro de él y en torno a él.

C) Durante la infancia, a medida que la sensibilidad se desarrolla en el niño, se produce en su existencia un mundo visionario, un mundo de hadas. esto se debe a que el niño ve y oye visiones y sonidos tan diferentes de los acostumbrados que puede hacer una distinción entre ellos.


Pero cuando el niño...

Los invito a seguir leyendo la Carta Masónica Nº 10 en: http://los33escalonesdelconocimientomasonico.blogspot.com

lunes, enero 28, 2008

Las dos masonerias


Ramón Fernández-Paredes Mestres 28

http://www.scg33esp.org/zenit/revista/n17/n17-4_Las%20dos%20Masonerias.htm

La proliferación de libros sobre la masonería en estos últimos tiempos ha creado confusión entre algunos miembros de la Orden. Yo mismo quedé aturdido al leer ciertos informes para mi desconocidos. Parecía que en los libros se hablaba de una organización que no tenía nada que ver con la que yo pertenecía.

Decidí ponerme en contacto con mi amigo el veterano maestro masón que en otras ocasiones me había aconsejado. Este me invitó a visitar su casa y así poder tener una conversación distendida y aclaratoria.

Cuando llegué a su domicilio y después de los saludos de rigor me aclaró que como masón íbamos a tener la conversación en un sitio especial. El además de masón de alto grado, era Rosacruz. Su casa era grande de cuatro plantas. Me hizo subir hasta la cuarta planta y antes de llegar me dijo: ahora vas a entrar en la habitación de los barcos. Me quedé sorprendido y extrañado que un hombre tan serio me dijera esto.

La sala era enorme, una gran biblioteca albergaba centenares de libros. Las paredes estaban repletas de mandiles de todos los grados por los que el había pasado. En los espacios libres de las paredes colgaban diplomas de grados y recuerdos de visitas a múltiples logias. En una zona de la sala había un pequeño altar en el que había dispuestos instrumentos masónicos y otros que no supe reconocer.

Observé unos archivos en cuyos lomos había unos signos secretos y unas inscripciones. En unos ponía: “En caso de muerte destruir”. En otros: “En caso de muerte entregar a los hermanos que lo vendrán a buscar”.

Una mesa enorme sostenía dos potentes ordenadores conectados a la red permanentemente. El ambiente era de paz bañado en un agradable olor a incienso de rosas que luego supe que lo conseguía del Tibet. Tenía puesto como sonido de fondo algo que nunca definiría como música y sí como algo que iba trabajando mi estado interior. Luego me explicaría que este era el sonido de las esferas y que nada tenía que ver con la música hecha por humanos.

El único barco que había en la sala era una maqueta a medio construir. Al parecer utilizaba esta excusa para vetar la entrada en la sala a profanos.

En este ambiente para mi desconocido me invitó a sentarme en una silla especial de esas que se utilizan para sentarse casi como si estuvieras de rodillas pero que van tan bien para no lesionar la espalda.

Enseguida me preguntó cual era mi duda respecto a los libros que había leído. Yo le dije que lo que estaba leyendo sobre la Orden nada tenía que ver con lo que sucedía en mi Logia.

En mi Logia para empezar estaba formada por miembros que siempre faltaban a las tenidas alguna vez a lo largo del año. Algunos no aparecían mas que alguna vez. Siempre teníamos problemas de cobros y esto nos creaba deudas con la Gran Logia. Con algunos hermanos nos veíamos solo cuando había tenida o sea 10 veces al año y con algunos menos.

Los temas que tratábamos en tenida eran siempre lo mismo, darle vueltas a las herramientas, al mandil, al templo, etc. La mayor parte del tiempo se perdía en trámites administrativos.

Los ágapes acababan con chistes o con conversaciones profanas. Eso sí cuando tocaba hablar cada hermano decía siempre lo mismo. Que bien se estaba entre hermanos, que bonita era la masonería, en fin ya sabes.

Para colmo, la mayoría de los hermanos no conocían más masones que los que había en la propia logia. Nadie se molestaba en conocer otras logias ni en acudir a asambleas.

Le dije que me extrañaba que ante este panorama que me imaginaba era igual al de otras logias nosotros tuviéramos tanto poder y que habíamos dominado los cambios del mundo, según decían los libros.

El veterano maestro con una ligera sonrisa me preguntó en primer lugar si yo tenia una habitación de los barcos como la que tenia él. Rápidamente le contesté que ni hablar. Mi mujer casi no sabe que soy masón y menos mis amigos y familiares. En mi casa no hay nada que se pueda interpretar que pertenezco a la Orden. Lo único que tengo es el maletín que solo utilizo diez días al año. El mandil nunca sale del maletín y por descontado mi mujer no me dejaría colgar ningún mandil en sus paredes. Para mi la masonería eran diez reuniones al año y un maletín. De vez en cuando escribía una plancha cuando me la pedían para subir un grado. Todos hacíamos lo mismo.

El veterano maestro con una mirada de cariño me dijo: Querido hermano hay dos masonerías y tú solo conoces una. Tu masonería es la misma que conocen los profanos. Tú perteneces a la masonería inofensiva de diez reuniones anuales donde interpretas un teatro con un libreto que no entiendes. Esta masonería de cena incluida no se diferencia de otras organizaciones filantrópicas que ya conoces. La mayoría de los masones se identifican con ella. Ya les va bien la reunión cuando pueden, la cena distendida, la amistad nueva, mandar cuando se es Venerable, medrar cuando se puede.

Piensa, me dijo, que en el mundo hay ocho millones de masones. De estos se enteran de algo medio millón. Pero lo mas importante, comprometidos con la orden solo hay cinco mil. Estos últimos son los que están escribiendo la historia que dentro de unos años se leerán en los libros.

La clave está en una palabra. COMPROMISO. Cinco mil hermanos están comprometidos con la Orden, desde su habitación de los barcos están moviendo los hilos de la historia. Ellos se han transformado porque han sido imbuidos por las iniciaciones que han recibido realmente. Han conocido la masonería invisible que es la única mano de que dispone el universo para en este plano transformar la humanidad después de transformarse ellos.

Te pondré un ejemplo, me dijo, piensa cuando se constituyó los Estados Unidos de América. Washington juró sobre una Biblia que hoy se conserva en una logia y todos los presentes iban con mandil. Ellos en aquel momento no sabían que escribían una página de la historia. Constituyeron la nación más poderosa del mundo actual bajo su compromiso de ser masones. No llevaban otro uniforme. Lo más importante es que eran masones y secundariamente fundaban una nación.

Ejemplos hay muchos que tu habrás leído en los libros que ahora están de moda. Esta claro que la logia a la que perteneces no es capaz de realizar actos tan sublimes como el que te he relatado. Pero te pregunto. Que clase de compromiso tienen tus hermanos con la Orden. Que clase de compromiso tienes tú con la Orden.

Mira hermano, me dijo, para mí primero esta la Orden, luego viene todo lo demás. Si tengo una tenida, y coincide con una boda de un familiar no asisto a la boda. Si tengo un viaje lo hago del tal manera que no coincida con una tenida, nunca dejo de asistir con la excusa de tener que estar con la familia, ya tengo todos los días para estar con ella. Entre tenidas medito, leo, me instruyo. Cuando la Orden me llama para servirla lo dejo todo por ella. Así las cosas comprenderás que mi compromiso es total. Solo en esta situación la masonería te transmite su secreto.

Para finalizar, me dijo, que la masonería era tan importante que solo si ella ha penetrado en ti eres consciente. Y solo se es consciente si realmente te has comprometido.

La masonería sabe que muchos los llamados pero pocos los elegidos. De los ocho millones que están inscritos como masones solo cinco mil son necesarios para mover la humanidad. Es elección individual adquirir el compromiso.

Después de oír estas palabras me di cuenta que yo aún no era masón. A pesar de mis medallas y mandiles no me había enterado de nada. El secreto no estaba en la transmisión de las palabras secretas, ni en las iniciaciones. El secreto estaba en el compromiso.

Cuando abandoné aquella sala de los barcos volví al mundo de cada día. Entré pensando que ya lo sabía todo y que los que escribían los libros no sabían nada. Salí dándome cuenta que yo no sabia nada y que los que escribían los libros solo transmitían aquello que la masonería no tiene necesidad de contar.

martes, diciembre 18, 2007

Lenguaje simbólico y alegórico



Ramón Torres,
33º Soberano Gran Comendador Supremo Consejo Grado 33º y último del REAA para España

Revista Zénit (*) - Número 18 - Año 6007 (v.·. l.·.) http://www.scg33esp.org

Cuando una persona se inicia en masonería, se encuentra en un ambiente rodeado de símbolos en toda la logia. Vive el ritual de su iniciación, donde cada palabra, cada movimiento, cada gesto es una serie de símbolos; se encuentra el iniciado en un lugar sagrado y empieza a percibir algo distinto del mundo profano. Empieza un nuevo camino.

En este nuevo camino, poco a poco, como un chirimiri, se va calando de una nueva metodología de enseñanza, para que ese hombre bueno pueda ser mejor.

Es el iniciado quien recorre su propio camino, observa, analiza y reflexiona sobre todo aquello que se le presenta. En sus reflexiones podrá analizar los valores que se le presentan, pero además tendrá que comprender los símbolos y alegorías que va descubriendo. Para todo ello se le presentan las herramientas que facilitaran su propio trabajo.

Esta empezando el iniciado a conocerse mejor como ser individual y social.

En este recorrido comprobara su relación consigo mismo, los demás hombres, con la naturaleza y con el G:. A:. D:. U:. Armonizará la razón y los sentimientos. El hombre empieza a conocer mediante sus sentidos, reflexiona y llega a comprender que hay algo más allá de su experiencia racional. Para intentar llegar a ese más allá, hay otro modo de conocimiento, utilizando el lenguaje simbólico y alegórico.

El Diccionario de la Real Academia dice que lenguaje es el conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente; que símbolo es imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Alegoría, dice es ficción en virtud de la cual una cosa representa o significa otra diferente; en otra acepción, representación simbólica de ideas abstractas por medio de figuras, grupos de estas o atributos.

De ello se deduce que lenguaje simbólico, es el conjunto de imágenes, figuras o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Representa ideas y además relaciona lo consciente con el alma. Si a ello le añadimos el concepto alegórico, observaremos tres elementos esenciales en cada símbolo o alegoría:

1º La imagen, figura o divisa, en cuanto a su forma externa. Es un significante. Es el cuerpo del símbolo.

2° El concepto moral o intelectual. Es su significado. Es el contenido del símbolo.

3° La idea abstracta. Es lo que va más allá de la razón. Es el espíritu del símbolo.

Hay que interiorizar el símbolo y proyectamos en él. Al conectar con el espíritu del símbolo e interiorizarlo, empezamos a vivir lo que hay en el hombre.

Estos tres elementos esenciales, se dan también en el conjunto del lenguaje simbólico y alegórico, que nos permitirá adentramos en una nueva fuente de conocimiento, abriendo la mente a una intuición inteligente. Pero es necesario tener presentes sus tres elementos esenciales. Hay que comprender el símbolo y no solo interpretado.

Henri Tort-Nougués señala que "los símbolos masónicos se pueden concebir y considerar como si fueran 'guías espirituales' ".

Cuando hablamos de metodología, estamos hablando del procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla y es de dos maneras: analítico y sintético. Y si hablamos de masonería, será el procedimiento que debemos seguir para hallar la Verdad, el G:. A:. D:. U:.

En este camino iniciatico, nos vamos perfeccionando y al mismo tiempo vamos conociendo el lenguaje simbólico, esencial para llegar a la meta.

El pulir la piedra bruta, conlleva un cambio, lo cual requiere un contenido y un proceso.

Para el contenido, debemos planificar los objetivos, que hay que describir de forma asequible a todos y el primer objetivo es acercamos al conocimiento de lo que realmente somos como hombres. Partimos del conocimiento material del hombre, fruto de nuestra reflexión, sobre la base de datos que nos proporcionan nuestros sentidos (que no es el autentico hombre), y nos dirigimos hacia el ser que somos, espiritualidad humana.

El procedimiento en nuestro camino masónico, nos lo marca el ritual, instrumento necesario para avanzar.

La metodología, conscientes o inconscientes, nos acompañará siempre en nuestro camino como una sombra, por lo que es bueno reflexionar sobre ello y hacerlo consciente.

El camino masónico empieza en la iniciación. Se prepara al postulante para cruzar la puerta del templo, pasando del mundo profano a un lugar sagrado.

Existe la voluntad del profano en iniciarse y su confianza puesta en el hermano que le guía.

Se inicia un nuevo modo de "ver", de conocer.

Para ello es necesario irse vaciando de su anterior método de conocimiento, al iniciar el nuevo camino, y este nuevo camino iniciativo es la masonería, que solo existe en la logia; fuera de ella, está el mundo profano y en él los masones.

Dice Valentín Weigel que vivió en el siglo XVI que este nuevo modo de "ver", es un ver sagrado, que se realiza con el entendimiento, no con los ojos de los sentidos, ni con la imaginación sino con el espíritu que es el hombre mismo.

Recuerda que el templo de Jerusalén tiene vestíbulo, el mundo visible; el lugar sagrado, donde con la razón se puede ver más allá del espacio y el tiempo y lo más sagrado que solo lo ven los sabios.

Nuestro camino es para ver al autentico hombre, su espíritu humano y desde él obrar. Tenemos por tanto tres fases en nuestro camino, sigue diciendo Weigel, primero ver en nuestro interior, con imaginación; segundo ver con la razón y tercero ver con el entendimiento, sabiendo que nuestro cuerpo es la casa del verdadero hombre, la casa del alma.

Y solo conocemos según con los ojos que miremos, luego tenemos que empezar conociéndonos a nosotros mismos y en la logia esta lo que es el hombre, tanto en su microcosmos, como en su relación con el macrocosmos.

En este camino hacia nuestro interior, empezamos a conocemos, purificando nuestros sentidos, nuestra inteligencia y nuestra voluntad, disolviendo nuestros vicios y fortaleciendo las virtudes y al mismo tiempo conociendo el lenguaje simbólico que nos abre la mente hacia una intuición inteligente, el entendimiento.

Es necesario planificar nuestro camino, marcamos objetivos, comprobar su cumplimiento y ver donde estamos fallando. ¿Realmente meditamos sobre los objetivos conseguidos y donde fallamos? No hay nada más importante en nuestra vida que estar en el camino de perfección, transformando la conciencia autoritaria en conciencia humanista.

Dice Lumen "No se os pide creer; solamente se os exhorta a poner en práctica las reglas del arte y dejar que los resultados produzcan la prueba. Esto no es fe ciega, sino empirismo científico".

Contenido para el cambio

Somos una Orden iniciática o sea de auténtica transmutación personal. Somos tolerantes, pero no olvidemos que la tolerancia es un vértice cuya base está en la libertad y en la caridad. Somos una Orden filantrópica, porque el perfeccionamiento moral solo se desarrolla cuando nuestra reflexión se transforma en actos, haciendo realidad la aplicación de nuestros valores y somos una fraternidad, pero sólo seremos auténticamente una fraternidad, si tenemos en nosotros presencia del Gran Arquitecto del Universo. Todos sabemos que la masonería es un sistema peculiar de moral, que se aprende bajo el velo de alegorías y mediante símbolos.

Un sistema es un conjunto de principios, en nuestro caso los principios masónicos del G:. A:. D:. U:., el amor al prójimo, la trascendencia y el conocimiento de uno mismo, ejes y marco de referencia en nuestro camino. Pero si estos principios no los tenemos presentes en todo nuestro recorrido, nuestras reflexiones nunca nos conducirán a la Verdad. Es necesario tener siempre presencia del G:.A:.D:.U:., nuestro centro y sin esta presencia en nosotros que se manifiesta pensando, sintiendo y actuando desde el Amor, el camino que recorramos será siempre profano pero nunca sagrado y por tanto nunca podremos conocemos lo que realmente somos como auténticos hombres.

Existen unos valores (virtudes), que deben ser vividos en la óptica de la nueva luz que vamos descubriendo en nuestro interior, unos vicios que dificultan el camino. Estos obstáculos, es lo primero que debemos eliminar. Poner el acento de la instrucción masónica en estos obstáculos, es facilitar el progreso individual. Aquí, estamos hablando del contenido en el camino de nuestro perfeccionamiento.

Por tanto somos en primer lugar una filosofía moral, que traspasa los limites de la razón para entrar en lo espiritual, universal e intuitivo de los símbolos.

Tenemos una base inicialmente racional y a la vez apunta más allá de ésta. A la luz del conocimiento científico que es lo normal y comprobable, existe este otro tipo especial de conocimiento que es el conocimiento simbólico.

Nuestro objetivo es ser con el GADU. y para ello debemos tener muy claro que es el GADU., Amor.

El Ser ya Es, dice Antonio Blay, el Absoluto ya Es. No hay que llegar a Él; sólo hay que despertar a Él.

Y partimos del hombre, luego debemos conocemos. Del hombre hacia el GADU.

Cada uno debe darse respuesta de quien es y partiendo de esa respuesta, trabajar para despertar en el GADU.

La autentica libertad se obtiene cuando conocemos, no digo creemos, digo conocemos lo que realmente somos y no se conoce lo que no se ama. Amar, conocer y actuar con sabiduría, es nuestra trilogía, la cual genera una moral especial, distinta de la moral hoy existente y esta moral especial es a la que tenemos que prestar atención, tanto para con nosotros, como para con la humanidad, la Naturaleza y el GADU. En esta interrelación, está el progreso en nuestro nivel de conciencia y el fundamento de la ética.

En masonería, existen tres grados simbólicos, aprendiz, compañero y maestro y luego según el rito que se practica, están los denominados grados filosóficos, que en el REAA., van del 4° al 33°.

El masón tiene dos grandes columnas, la de la ciencia y la de la virtud, y las dos deben desarrollarse en paralelo, so pena de crecer desequilibradamente.

Veamos un ejemplo, la globalización es una realidad dado los avances técnicos, medios de comunicación, transportes, Internet etc. Su aplicación ha sido aprovechada en el mundo económico y junto a evidentes avances de bienestar en un tercio de la humanidad, ha generado pobreza y hambre en otro tercio y ello se produce porque la humanidad ha avanzado técnicamente, pero no moralmente.

Procedimiento para el cambio

En el mundo profano existe una metodología pedagógica dual, donde esta el observador y lo observado, él yo y el tu.

Con esta forma de aprender, de recibir información y conocimientos, llegamos a la masonería, donde morimos para un nuevo renacer (la prueba de la tierra).

¿En que consiste este renacer? En dejar los metales fuera del templo. Para ello iniciamos una metodología pedagógica distinta. Ya no es dual, aunque lo vemos en el suelo (pavimento de mosaico). Aprendemos mediante símbolos y el velo de alegorías, siendo la logia el microcosmos y el macrocosmos. El hombre es el microcosmos y participa del macrocosmos. Sin macrocosmos no hay hombre.

Tendemos a progresar hacia la Unidad, comprendiendo los símbolos y alegorías. Ahora debemos observándonos atentamente, conociéndonos, pero ya sin sacar conclusiones, ni comparaciones, propio de un sistema dual, sino actuando desde la armonía con todo y con todos, actuando con sabiduría, llegamos a la maestría. Con este conocimiento del silencio, eliminamos los ruidos internos y externos, tanto corporales, como afectivos o mentales, y podemos regresar a nuestro propio centro interior.

Cada paso que damos en el proceso de conocimiento, debemos observamos, ver nuestras reacciones, pero sin comparar, sin juzgar, sin querer obtener resultados. Debemos observamos desde la unidad, desde la interrelación con todo y con todos, observamos desde el Amor, conociéndonos cada día un poco mas, y no nos perfeccionamos mientras no actuamos en consecuencia. No buscamos el perfeccionamiento, él vendrá a nosotros y aumentaremos nuestro nivel de conciencia.

Cada grado es un peldaño que cada hermano debe superar; para ello debe tener muy claro el objetivo a conseguir; solo así podrá poner los medios para conseguido.

Estos medios nos lo facilita el ritual de grado, con sus símbolos y alegorías; nos da instrumentos de trabajo, para potenciarlos y usados. Solo así se alcanza la meta para pasar a un nuevo grado.

Obtener nuevos grados, sin experimentarlos, sin vivirlos, es introducir el mundo profano en un lugar sagrado y ello necesariamente creará desarmonía, poniendo en entredicho la confianza que puso el postulante en su iniciación, en el hermano que le guiaba en su oscuridad.

De todo ello se desprende que nuestra metodología de instrucción, es desde un sistema dual, y mediante el lenguaje simbólico pasamos a un sistema unitario, total, armónico, donde el Amor es nuestro centro. Solo entonces seremos realmente maestros masones. Con este nuevo conocimiento, nace una nueva moral, la moral masónica, moral para la vida no para la muerte.

Desde la nueva conciencia de un maestro masón, cada hermano elegirá su camino, su rayo que le conduzca al sol, ya que cualquier rayo elegido, recorrido con rectitud, conduce a la misma meta. Si no respetáramos estos infinitos caminos, tantos como los puntos de una circunferencia hacia la meta, estaríamos distorsionando la masonería, que en todo momento debe ser regular, pero nunca uniforme.

Realizada la interiorización del grado de M:. M:. y mientras seguimos perfeccionándonos en nuestro camino, desde la nueva luz, debemos actuar como masones en la sociedad, pero este radio de acción, cuanto más distante del centro, nos presenta nuevos obstáculos y a ello nos viene a ayudar el Supremo Consejo del REAA, con la programación de sus grados.

El filosofismo masónico, incrementa los conocimientos simbólicos y alegóricos, profundiza en los valores, conoce otros caminos iniciativos y nos mejora como ciudadanos.

Es en el filosofismo, donde analizamos los desvalores de la sociedad, causantes de la crisis que padecemos.

Cada cultura genera una orientación en el pensamiento y si hay crisis en nuestra civilización, será necesario analizar las causas de esta crisis, ya que la aplicación de determinados valores, da lugar a la realidad social.

Si analizamos nuestra realidad social, comprobaremos que desvalores son la causa de la crisis, y ayudaremos a los HH:. a ser mejores ciudadanos. Los valores explican el comportamiento social.

Los valores hay que armonizados, no subordinados, con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con el GADU, con fidelidad a la dignidad de las personas en concreto y no de forma abstracta.

El masón se acerca al GADU mediante le reflexión, con predominio inicial de la razón, fortaleciendo los sentimientos, la inteligencia y la voluntad, procurando la armonía personal, con nuestros semejantes, con la naturaleza y con el GADU y al mismo tiempo, utilizando un lenguaje simbólico y alegórico que nos desarrolla una intuición inteligente, también superior a la razón, pero que luego la ilumina, pudiendo obtener matices mas sublimes en el contenido de nuestros valores.

La masonería es una moral de vida y no de muerte.

Erich Fromm distingue tres clases de símbolos: el convencional, el accidental y el universal.

Dice que en el signo convencional, no hay ninguna relación inmanente. Significa lo que hemos acordado. En el símbolo accidental, tampoco hay relación entre el símbolo y lo que significa. Es una relación por algo que nos ha ocurrido; es una relación personal. El símbolo universal es aquel en el que hay una relación intrínseca entre el símbolo y lo que representa.

Raimon Panikkar distingue entre la hermenéutica sagrada que "es una interpretación de los hechos o acontecimientos en su sacralidad, es decir, sin reducirlos a un mundo gobernado por parámetros racionales o profanos". "La hermenéutica profana seria la que temáticamente excluiría- sin negadas necesariamente- las categorías del orden sagrado y se limitaría a dar explicaciones en función de los datos de un mundo de la razón y de "lo empírico"" y "la hermenéutica secular, o secularizada si se prefiere, puede ser, en cambio, sagrada o profana, puesto que se puede aplicar tanto al mundo sagrado como al mundo profano". "Es precisamente el fenómeno de la secularidad, como conciencia de la penetración del factor temporal en toda la realidad y por tanto en el orden mismo del pensamiento, el que nos ayuda a descubrir la relatividad (que no el relativismo) de la verdad, y por tanto de la interpretación". "El absolutismo del pensamiento solo puede conducir al absolutismo de la acción. Libramos de esta trampa sin caer en la anarquía del agnosticismo y del relativismo, he aquí el desafió de la hermenéutica de la secularizad enfrente de las hermenéuticas tradicionales".

Es necesario interiorizar nuestros valores, sin crear un sistema cerrado, que permita transmitirlos a las nuevas generaciones y se adapten a las nuevas circunstancias.

Un sistema cerrado de valores, nos puede conducir a la dictadura de la conciencia, si no se adaptan con equidad a nuevas circunstancias.

El poner el acento en la espiritualidad, contrarresta el materialismo actual. La reflexión sobre la dignidad del hombre nos acercará a un mayor humanismo.

El equilibrio de humanismo y espiritualidad es nuestra meta.

En este camino masónico, en el conocimiento de uno mismo, no se conoce en solitario, sino participando en logia, observando la interrelación con el "egregor" de la logia, su personalidad, su espíritu. Que el espíritu de la logia influya en nosotros.

De la misma manera el GADU es nuestro Oriente. La causa primera esta en nosotros y nosotros en la causa primera.

Desde la existencia que es lo que más fácilmente conocemos, a la esencia; del existir al ser.

En este proceso de conocimiento masónico, somos cada uno de nosotros los que debemos trabajar en nosotros mismos. Somos cada uno de nosotros los que observamos con atención, experimentamos y conocemos, si bien la ayuda en este camino es muy importante. No para enseñar conocimientos, pues solo cada uno se puede conocer mejor, pero si para ayudar a perfeccionar las herramientas que debemos utilizar en nuestro trabajo. Esta es la labor del instructor, el cual debe conocer las aptitudes y actitudes de cada uno a los que instruye, motivarlos, que aprecien claramente la meta de cada grado, y solo cuando conozcan el grado y lo hayan experimentado, deberá proponerse el ascenso de grado.

La instrucción es individualizada, ya que cada uno tenemos obstáculos específicos, y el instructor debe prepararse para cumplir su responsabilidad.

Para comprender lo intemporal, lo que es, utilizamos el lenguaje simbólico, observando con atención, en nosotros mismos y nuestra interrelación microcósmica, conociendo con una intuición inteligente, entendiendo.

En cada grado hay que conocer el rito, sus símbolos, la moral y el nuevo estado de conciencia, iluminada espiritualmente. Cada grado tiene unos objetivos y meta propia del grado.

El método filosófico profano, analítico, no es un método masónico. Los conocimientos en el mundo profano, son limitados por las propias limitaciones de nuestros sentidos y su razonamiento. Los valores abstractos solo pueden ser aprendidos mediante un lenguaje simbólico, que es intuitivo. Por ello la dialéctica, dice Rene Guenon "jamás debe ser mas que un medio, no un fin en si misma". Hay que salir de la lógica filosófica para entrar en la comprensión de los símbolos, que nos desarrolla una intuición inteligente. Es el camino del silencio. Trabajo con Amor.

Dice Satprem en su libro Sri Aurobindo o La Aventura de la Consciencia: "La clave del enigma no es la ascensión del hombre al cielo, sino su ascensión, aquí abajo, en el Espíritu, y el descenso del Espíritu en su humanidad ordinaria, una transformación de la naturaleza terrestre. Es esto lo que la humanidad espera: un nacimiento nuevo que coronará su larga marcha oscura y dolorosa, y no alguna salvación postmortem".

El hombre es un ser en vías de realización, el hombre tiene unas potencias a desarrollar, las cuales desarrolla y perfecciona, al dar respuesta a los estímulos de cada instante. Es en el recorrer de nuestra vida como vamos desarrollando y potenciando nuestro ser; de ahí que esté de acuerdo con Ortega y Gasset, cuando dice que "Yo soy yo y mi circunstancia". Es ante nuestro hacer, como consecuencia de nuestras circunstancias, como vamos desarrollando las potencias de nuestro ser, vamos logrando nuestro perfeccionamiento y de ahí la importancia de la vida, de ahí que el hombre, cada hombre, tenga que ser arquitecto de si mismo, debe trazar los planos de ese Templo que quiere construir dentro de si, y se construye mediante la realización concreta de nuestros actos. Así llegaremos a acercamos a ser lo que realmente queremos ser, Una Fraternidad.

Dice Luis Garagalza " Además de la percepción directa por los sentidos, el hombre dispone de otro sistema de conocimiento indirecto que hace posible la representación en su conciencia de una realidad ausente".

El cuerpo del símbolo y su contenido son objetivables, si bien el espíritu del símbolo será subjetivo, personal, vivencial e intimo de cada persona. Esta parte subjetiva es la que nos permitirá "ver" lo que esta más allá de la razón, lo que nos evoca, su sentido.

Dice Ernst Cassirer que" por "forma simbólica" ha de entenderse aquí toda energía del espíritu en cuya virtud un contenido espiritual de significado es vinculado a un signo sensible concreto y le es atribuido interiormente".

Frithjof Schuon nos indica "La dialéctica intelectual, como el símbolo sensible, es un velo transparente que, cuando sucede el milagro del recordar, se desgarra y descubre una evidencia que, siendo universal, brota de nuestro ser, el cual no seria si no fuera Lo que es".

Mircea Eliade dice que" los símbolos, mitos y ritos revelan siempre una situaciónlimite del hombre..., es decir, aquella que el hombre descubre al tener conciencia de su lugar en el Universo".Y sigue diciendo que "en la medida en que el hombre supera su momento histórico y da curso libre a su deseo de revivir los arquetipos, se realiza como un ser integral, universal".

Mediante los símbolos, como medio de conocimiento, lo interpretamos, procuramos "ver" mas allá, lo interiorizamos y procuramos elevar nuestro nivel de conciencia. Nos vamos preparando para vivenciar la espiritualidad.

Así mismo sobre la metáfora, dice H. A. Murena, " Metáfora: semejanza. Ser semejanza es ser algo que no se es totalmente, somos solo una parte de aquello a lo que nos semejamos". En la metáfora se "lleva" (fero) "mas allá" (meta) el sentido de los elementos concretos empleados para hacer la obra... .Llevar mas allá lo sensible y lo mundano significa traer mas acá el Otro Mundo".

No debe preocupamos si inicialmente el sentido del símbolo se nos presenta como un vació, como un gran silencio. Después de la oscuridad se nos ira apareciendo el contenido del símbolo. Es como si en nuestra conciencia, como si fuera un espejo, se reflejara lo ausente del símbolo.

El lenguaje simbólico nos conduce hacia lo intemporal, lo trascendente, lo absoluto. Relaciona al hombre con Dios. Es un método que nos conduce interior y exteriormente hacia la trascendencia. Es un método de conocimiento que nos conecta con las categorías (con los valores transcendentes) y los arquetipos (Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad de los hombres.). Es un camino que permite mejorar los niveles de conciencia y acercamos a la Unidad, al Todo, al GADU.

Como dice Marcelino de Cisneros, el hombre esta en el umbral de lo transfinito.

En estos momentos por el que atravesamos, deseo recordar unas palabras de Pike que dice: "Decir que los grados simbólicos constituyen toda la Masonería, es sencillamente dar a esta palabra una definición arbitraria. Es como si se dijera que las partes son igual al todo. Es lo mismo que insistir en que los mandamientos de una religión la contienen toda, con lo cual no se haría más que rebajada. El significado de los tres primeros grados es oculto, y los que menos la conocen son precisamente los que claman sin cesar que fuera de ellos no existe más Masonería".

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(*) Revista Digital del Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España Director: Galo Sanchez; Editor: Jesús Soriano; Consejo de Redacción: Nicolas Arcas, José Luis Lacasa, Alvaro Rodriguez, Angel Fuentes, Jaime García-Herranz, Rafael Ruiz Martos, Miguel Angel Paredes

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