Ramón Torres, 33º Soberano Gran Comendador Supremo Consejo Grado 33º y último del REAA para España
Revista Zénit (*) - Número 18 - Año 6007 (v.·. l.·.) http://www.scg33esp.org
Cuando una persona se inicia en masonería, se encuentra en un ambiente rodeado de símbolos en toda la logia. Vive el ritual de su iniciación, donde cada palabra, cada movimiento, cada gesto es una serie de símbolos; se encuentra el iniciado en un lugar sagrado y empieza a percibir algo distinto del mundo profano. Empieza un nuevo camino.
En este nuevo camino, poco a poco, como un chirimiri, se va calando de una nueva metodología de enseñanza, para que ese hombre bueno pueda ser mejor.
Es el iniciado quien recorre su propio camino, observa, analiza y reflexiona sobre todo aquello que se le presenta. En sus reflexiones podrá analizar los valores que se le presentan, pero además tendrá que comprender los símbolos y alegorías que va descubriendo. Para todo ello se le presentan las herramientas que facilitaran su propio trabajo.
Esta empezando el iniciado a conocerse mejor como ser individual y social.
En este recorrido comprobara su relación consigo mismo, los demás hombres, con la naturaleza y con el G:. A:. D:. U:. Armonizará la razón y los sentimientos. El hombre empieza a conocer mediante sus sentidos, reflexiona y llega a comprender que hay algo más allá de su experiencia racional. Para intentar llegar a ese más allá, hay otro modo de conocimiento, utilizando el lenguaje simbólico y alegórico.
El Diccionario de la Real Academia dice que lenguaje es el conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente; que símbolo es imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Alegoría, dice es ficción en virtud de la cual una cosa representa o significa otra diferente; en otra acepción, representación simbólica de ideas abstractas por medio de figuras, grupos de estas o atributos.
De ello se deduce que lenguaje simbólico, es el conjunto de imágenes, figuras o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Representa ideas y además relaciona lo consciente con el alma. Si a ello le añadimos el concepto alegórico, observaremos tres elementos esenciales en cada símbolo o alegoría:
1º La imagen, figura o divisa, en cuanto a su forma externa. Es un significante. Es el cuerpo del símbolo.
2° El concepto moral o intelectual. Es su significado. Es el contenido del símbolo.
3° La idea abstracta. Es lo que va más allá de la razón. Es el espíritu del símbolo.
Hay que interiorizar el símbolo y proyectamos en él. Al conectar con el espíritu del símbolo e interiorizarlo, empezamos a vivir lo que hay en el hombre.
Estos tres elementos esenciales, se dan también en el conjunto del lenguaje simbólico y alegórico, que nos permitirá adentramos en una nueva fuente de conocimiento, abriendo la mente a una intuición inteligente. Pero es necesario tener presentes sus tres elementos esenciales. Hay que comprender el símbolo y no solo interpretado.
Henri Tort-Nougués señala que "los símbolos masónicos se pueden concebir y considerar como si fueran 'guías espirituales' ".
Cuando hablamos de metodología, estamos hablando del procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla y es de dos maneras: analítico y sintético. Y si hablamos de masonería, será el procedimiento que debemos seguir para hallar la Verdad, el G:. A:. D:. U:.
En este camino iniciatico, nos vamos perfeccionando y al mismo tiempo vamos conociendo el lenguaje simbólico, esencial para llegar a la meta.
El pulir la piedra bruta, conlleva un cambio, lo cual requiere un contenido y un proceso.
Para el contenido, debemos planificar los objetivos, que hay que describir de forma asequible a todos y el primer objetivo es acercamos al conocimiento de lo que realmente somos como hombres. Partimos del conocimiento material del hombre, fruto de nuestra reflexión, sobre la base de datos que nos proporcionan nuestros sentidos (que no es el autentico hombre), y nos dirigimos hacia el ser que somos, espiritualidad humana.
El procedimiento en nuestro camino masónico, nos lo marca el ritual, instrumento necesario para avanzar.
La metodología, conscientes o inconscientes, nos acompañará siempre en nuestro camino como una sombra, por lo que es bueno reflexionar sobre ello y hacerlo consciente.
El camino masónico empieza en la iniciación. Se prepara al postulante para cruzar la puerta del templo, pasando del mundo profano a un lugar sagrado.
Existe la voluntad del profano en iniciarse y su confianza puesta en el hermano que le guía.
Se inicia un nuevo modo de "ver", de conocer.
Para ello es necesario irse vaciando de su anterior método de conocimiento, al iniciar el nuevo camino, y este nuevo camino iniciativo es la masonería, que solo existe en la logia; fuera de ella, está el mundo profano y en él los masones.
Dice Valentín Weigel que vivió en el siglo XVI que este nuevo modo de "ver", es un ver sagrado, que se realiza con el entendimiento, no con los ojos de los sentidos, ni con la imaginación sino con el espíritu que es el hombre mismo.
Recuerda que el templo de Jerusalén tiene vestíbulo, el mundo visible; el lugar sagrado, donde con la razón se puede ver más allá del espacio y el tiempo y lo más sagrado que solo lo ven los sabios.
Nuestro camino es para ver al autentico hombre, su espíritu humano y desde él obrar. Tenemos por tanto tres fases en nuestro camino, sigue diciendo Weigel, primero ver en nuestro interior, con imaginación; segundo ver con la razón y tercero ver con el entendimiento, sabiendo que nuestro cuerpo es la casa del verdadero hombre, la casa del alma.
Y solo conocemos según con los ojos que miremos, luego tenemos que empezar conociéndonos a nosotros mismos y en la logia esta lo que es el hombre, tanto en su microcosmos, como en su relación con el macrocosmos.
En este camino hacia nuestro interior, empezamos a conocemos, purificando nuestros sentidos, nuestra inteligencia y nuestra voluntad, disolviendo nuestros vicios y fortaleciendo las virtudes y al mismo tiempo conociendo el lenguaje simbólico que nos abre la mente hacia una intuición inteligente, el entendimiento.
Es necesario planificar nuestro camino, marcamos objetivos, comprobar su cumplimiento y ver donde estamos fallando. ¿Realmente meditamos sobre los objetivos conseguidos y donde fallamos? No hay nada más importante en nuestra vida que estar en el camino de perfección, transformando la conciencia autoritaria en conciencia humanista.
Dice Lumen "No se os pide creer; solamente se os exhorta a poner en práctica las reglas del arte y dejar que los resultados produzcan la prueba. Esto no es fe ciega, sino empirismo científico".
Contenido para el cambio
Somos una Orden iniciática o sea de auténtica transmutación personal. Somos tolerantes, pero no olvidemos que la tolerancia es un vértice cuya base está en la libertad y en la caridad. Somos una Orden filantrópica, porque el perfeccionamiento moral solo se desarrolla cuando nuestra reflexión se transforma en actos, haciendo realidad la aplicación de nuestros valores y somos una fraternidad, pero sólo seremos auténticamente una fraternidad, si tenemos en nosotros presencia del Gran Arquitecto del Universo. Todos sabemos que la masonería es un sistema peculiar de moral, que se aprende bajo el velo de alegorías y mediante símbolos.
Un sistema es un conjunto de principios, en nuestro caso los principios masónicos del G:. A:. D:. U:., el amor al prójimo, la trascendencia y el conocimiento de uno mismo, ejes y marco de referencia en nuestro camino. Pero si estos principios no los tenemos presentes en todo nuestro recorrido, nuestras reflexiones nunca nos conducirán a la Verdad. Es necesario tener siempre presencia del G:.A:.D:.U:., nuestro centro y sin esta presencia en nosotros que se manifiesta pensando, sintiendo y actuando desde el Amor, el camino que recorramos será siempre profano pero nunca sagrado y por tanto nunca podremos conocemos lo que realmente somos como auténticos hombres.
Existen unos valores (virtudes), que deben ser vividos en la óptica de la nueva luz que vamos descubriendo en nuestro interior, unos vicios que dificultan el camino. Estos obstáculos, es lo primero que debemos eliminar. Poner el acento de la instrucción masónica en estos obstáculos, es facilitar el progreso individual. Aquí, estamos hablando del contenido en el camino de nuestro perfeccionamiento.
Por tanto somos en primer lugar una filosofía moral, que traspasa los limites de la razón para entrar en lo espiritual, universal e intuitivo de los símbolos.
Tenemos una base inicialmente racional y a la vez apunta más allá de ésta. A la luz del conocimiento científico que es lo normal y comprobable, existe este otro tipo especial de conocimiento que es el conocimiento simbólico.
Nuestro objetivo es ser con el GADU. y para ello debemos tener muy claro que es el GADU., Amor.
El Ser ya Es, dice Antonio Blay, el Absoluto ya Es. No hay que llegar a Él; sólo hay que despertar a Él.
Y partimos del hombre, luego debemos conocemos. Del hombre hacia el GADU.
Cada uno debe darse respuesta de quien es y partiendo de esa respuesta, trabajar para despertar en el GADU.
La autentica libertad se obtiene cuando conocemos, no digo creemos, digo conocemos lo que realmente somos y no se conoce lo que no se ama. Amar, conocer y actuar con sabiduría, es nuestra trilogía, la cual genera una moral especial, distinta de la moral hoy existente y esta moral especial es a la que tenemos que prestar atención, tanto para con nosotros, como para con la humanidad, la Naturaleza y el GADU. En esta interrelación, está el progreso en nuestro nivel de conciencia y el fundamento de la ética.
En masonería, existen tres grados simbólicos, aprendiz, compañero y maestro y luego según el rito que se practica, están los denominados grados filosóficos, que en el REAA., van del 4° al 33°.
El masón tiene dos grandes columnas, la de la ciencia y la de la virtud, y las dos deben desarrollarse en paralelo, so pena de crecer desequilibradamente.
Veamos un ejemplo, la globalización es una realidad dado los avances técnicos, medios de comunicación, transportes, Internet etc. Su aplicación ha sido aprovechada en el mundo económico y junto a evidentes avances de bienestar en un tercio de la humanidad, ha generado pobreza y hambre en otro tercio y ello se produce porque la humanidad ha avanzado técnicamente, pero no moralmente.
Procedimiento para el cambio
En el mundo profano existe una metodología pedagógica dual, donde esta el observador y lo observado, él yo y el tu.
Con esta forma de aprender, de recibir información y conocimientos, llegamos a la masonería, donde morimos para un nuevo renacer (la prueba de la tierra).
¿En que consiste este renacer? En dejar los metales fuera del templo. Para ello iniciamos una metodología pedagógica distinta. Ya no es dual, aunque lo vemos en el suelo (pavimento de mosaico). Aprendemos mediante símbolos y el velo de alegorías, siendo la logia el microcosmos y el macrocosmos. El hombre es el microcosmos y participa del macrocosmos. Sin macrocosmos no hay hombre.
Tendemos a progresar hacia la Unidad, comprendiendo los símbolos y alegorías. Ahora debemos observándonos atentamente, conociéndonos, pero ya sin sacar conclusiones, ni comparaciones, propio de un sistema dual, sino actuando desde la armonía con todo y con todos, actuando con sabiduría, llegamos a la maestría. Con este conocimiento del silencio, eliminamos los ruidos internos y externos, tanto corporales, como afectivos o mentales, y podemos regresar a nuestro propio centro interior.
Cada paso que damos en el proceso de conocimiento, debemos observamos, ver nuestras reacciones, pero sin comparar, sin juzgar, sin querer obtener resultados. Debemos observamos desde la unidad, desde la interrelación con todo y con todos, observamos desde el Amor, conociéndonos cada día un poco mas, y no nos perfeccionamos mientras no actuamos en consecuencia. No buscamos el perfeccionamiento, él vendrá a nosotros y aumentaremos nuestro nivel de conciencia.
Cada grado es un peldaño que cada hermano debe superar; para ello debe tener muy claro el objetivo a conseguir; solo así podrá poner los medios para conseguido.
Estos medios nos lo facilita el ritual de grado, con sus símbolos y alegorías; nos da instrumentos de trabajo, para potenciarlos y usados. Solo así se alcanza la meta para pasar a un nuevo grado.
Obtener nuevos grados, sin experimentarlos, sin vivirlos, es introducir el mundo profano en un lugar sagrado y ello necesariamente creará desarmonía, poniendo en entredicho la confianza que puso el postulante en su iniciación, en el hermano que le guiaba en su oscuridad.
De todo ello se desprende que nuestra metodología de instrucción, es desde un sistema dual, y mediante el lenguaje simbólico pasamos a un sistema unitario, total, armónico, donde el Amor es nuestro centro. Solo entonces seremos realmente maestros masones. Con este nuevo conocimiento, nace una nueva moral, la moral masónica, moral para la vida no para la muerte.
Desde la nueva conciencia de un maestro masón, cada hermano elegirá su camino, su rayo que le conduzca al sol, ya que cualquier rayo elegido, recorrido con rectitud, conduce a la misma meta. Si no respetáramos estos infinitos caminos, tantos como los puntos de una circunferencia hacia la meta, estaríamos distorsionando la masonería, que en todo momento debe ser regular, pero nunca uniforme.
Realizada la interiorización del grado de M:. M:. y mientras seguimos perfeccionándonos en nuestro camino, desde la nueva luz, debemos actuar como masones en la sociedad, pero este radio de acción, cuanto más distante del centro, nos presenta nuevos obstáculos y a ello nos viene a ayudar el Supremo Consejo del REAA, con la programación de sus grados.
El filosofismo masónico, incrementa los conocimientos simbólicos y alegóricos, profundiza en los valores, conoce otros caminos iniciativos y nos mejora como ciudadanos.
Es en el filosofismo, donde analizamos los desvalores de la sociedad, causantes de la crisis que padecemos.
Cada cultura genera una orientación en el pensamiento y si hay crisis en nuestra civilización, será necesario analizar las causas de esta crisis, ya que la aplicación de determinados valores, da lugar a la realidad social.
Si analizamos nuestra realidad social, comprobaremos que desvalores son la causa de la crisis, y ayudaremos a los HH:. a ser mejores ciudadanos. Los valores explican el comportamiento social.
Los valores hay que armonizados, no subordinados, con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con el GADU, con fidelidad a la dignidad de las personas en concreto y no de forma abstracta.
El masón se acerca al GADU mediante le reflexión, con predominio inicial de la razón, fortaleciendo los sentimientos, la inteligencia y la voluntad, procurando la armonía personal, con nuestros semejantes, con la naturaleza y con el GADU y al mismo tiempo, utilizando un lenguaje simbólico y alegórico que nos desarrolla una intuición inteligente, también superior a la razón, pero que luego la ilumina, pudiendo obtener matices mas sublimes en el contenido de nuestros valores.
La masonería es una moral de vida y no de muerte.
Erich Fromm distingue tres clases de símbolos: el convencional, el accidental y el universal.
Dice que en el signo convencional, no hay ninguna relación inmanente. Significa lo que hemos acordado. En el símbolo accidental, tampoco hay relación entre el símbolo y lo que significa. Es una relación por algo que nos ha ocurrido; es una relación personal. El símbolo universal es aquel en el que hay una relación intrínseca entre el símbolo y lo que representa.
Raimon Panikkar distingue entre la hermenéutica sagrada que "es una interpretación de los hechos o acontecimientos en su sacralidad, es decir, sin reducirlos a un mundo gobernado por parámetros racionales o profanos". "La hermenéutica profana seria la que temáticamente excluiría- sin negadas necesariamente- las categorías del orden sagrado y se limitaría a dar explicaciones en función de los datos de un mundo de la razón y de "lo empírico"" y "la hermenéutica secular, o secularizada si se prefiere, puede ser, en cambio, sagrada o profana, puesto que se puede aplicar tanto al mundo sagrado como al mundo profano". "Es precisamente el fenómeno de la secularidad, como conciencia de la penetración del factor temporal en toda la realidad y por tanto en el orden mismo del pensamiento, el que nos ayuda a descubrir la relatividad (que no el relativismo) de la verdad, y por tanto de la interpretación". "El absolutismo del pensamiento solo puede conducir al absolutismo de la acción. Libramos de esta trampa sin caer en la anarquía del agnosticismo y del relativismo, he aquí el desafió de la hermenéutica de la secularizad enfrente de las hermenéuticas tradicionales".
Es necesario interiorizar nuestros valores, sin crear un sistema cerrado, que permita transmitirlos a las nuevas generaciones y se adapten a las nuevas circunstancias.
Un sistema cerrado de valores, nos puede conducir a la dictadura de la conciencia, si no se adaptan con equidad a nuevas circunstancias.
El poner el acento en la espiritualidad, contrarresta el materialismo actual. La reflexión sobre la dignidad del hombre nos acercará a un mayor humanismo.
El equilibrio de humanismo y espiritualidad es nuestra meta.
En este camino masónico, en el conocimiento de uno mismo, no se conoce en solitario, sino participando en logia, observando la interrelación con el "egregor" de la logia, su personalidad, su espíritu. Que el espíritu de la logia influya en nosotros.
De la misma manera el GADU es nuestro Oriente. La causa primera esta en nosotros y nosotros en la causa primera.
Desde la existencia que es lo que más fácilmente conocemos, a la esencia; del existir al ser.
En este proceso de conocimiento masónico, somos cada uno de nosotros los que debemos trabajar en nosotros mismos. Somos cada uno de nosotros los que observamos con atención, experimentamos y conocemos, si bien la ayuda en este camino es muy importante. No para enseñar conocimientos, pues solo cada uno se puede conocer mejor, pero si para ayudar a perfeccionar las herramientas que debemos utilizar en nuestro trabajo. Esta es la labor del instructor, el cual debe conocer las aptitudes y actitudes de cada uno a los que instruye, motivarlos, que aprecien claramente la meta de cada grado, y solo cuando conozcan el grado y lo hayan experimentado, deberá proponerse el ascenso de grado.
La instrucción es individualizada, ya que cada uno tenemos obstáculos específicos, y el instructor debe prepararse para cumplir su responsabilidad.
Para comprender lo intemporal, lo que es, utilizamos el lenguaje simbólico, observando con atención, en nosotros mismos y nuestra interrelación microcósmica, conociendo con una intuición inteligente, entendiendo.
En cada grado hay que conocer el rito, sus símbolos, la moral y el nuevo estado de conciencia, iluminada espiritualmente. Cada grado tiene unos objetivos y meta propia del grado.
El método filosófico profano, analítico, no es un método masónico. Los conocimientos en el mundo profano, son limitados por las propias limitaciones de nuestros sentidos y su razonamiento. Los valores abstractos solo pueden ser aprendidos mediante un lenguaje simbólico, que es intuitivo. Por ello la dialéctica, dice Rene Guenon "jamás debe ser mas que un medio, no un fin en si misma". Hay que salir de la lógica filosófica para entrar en la comprensión de los símbolos, que nos desarrolla una intuición inteligente. Es el camino del silencio. Trabajo con Amor.
Dice Satprem en su libro Sri Aurobindo o La Aventura de la Consciencia: "La clave del enigma no es la ascensión del hombre al cielo, sino su ascensión, aquí abajo, en el Espíritu, y el descenso del Espíritu en su humanidad ordinaria, una transformación de la naturaleza terrestre. Es esto lo que la humanidad espera: un nacimiento nuevo que coronará su larga marcha oscura y dolorosa, y no alguna salvación postmortem".
El hombre es un ser en vías de realización, el hombre tiene unas potencias a desarrollar, las cuales desarrolla y perfecciona, al dar respuesta a los estímulos de cada instante. Es en el recorrer de nuestra vida como vamos desarrollando y potenciando nuestro ser; de ahí que esté de acuerdo con Ortega y Gasset, cuando dice que "Yo soy yo y mi circunstancia". Es ante nuestro hacer, como consecuencia de nuestras circunstancias, como vamos desarrollando las potencias de nuestro ser, vamos logrando nuestro perfeccionamiento y de ahí la importancia de la vida, de ahí que el hombre, cada hombre, tenga que ser arquitecto de si mismo, debe trazar los planos de ese Templo que quiere construir dentro de si, y se construye mediante la realización concreta de nuestros actos. Así llegaremos a acercamos a ser lo que realmente queremos ser, Una Fraternidad.
Dice Luis Garagalza " Además de la percepción directa por los sentidos, el hombre dispone de otro sistema de conocimiento indirecto que hace posible la representación en su conciencia de una realidad ausente".
El cuerpo del símbolo y su contenido son objetivables, si bien el espíritu del símbolo será subjetivo, personal, vivencial e intimo de cada persona. Esta parte subjetiva es la que nos permitirá "ver" lo que esta más allá de la razón, lo que nos evoca, su sentido.
Dice Ernst Cassirer que" por "forma simbólica" ha de entenderse aquí toda energía del espíritu en cuya virtud un contenido espiritual de significado es vinculado a un signo sensible concreto y le es atribuido interiormente".
Frithjof Schuon nos indica "La dialéctica intelectual, como el símbolo sensible, es un velo transparente que, cuando sucede el milagro del recordar, se desgarra y descubre una evidencia que, siendo universal, brota de nuestro ser, el cual no seria si no fuera Lo que es".
Mircea Eliade dice que" los símbolos, mitos y ritos revelan siempre una situaciónlimite del hombre..., es decir, aquella que el hombre descubre al tener conciencia de su lugar en el Universo".Y sigue diciendo que "en la medida en que el hombre supera su momento histórico y da curso libre a su deseo de revivir los arquetipos, se realiza como un ser integral, universal".
Mediante los símbolos, como medio de conocimiento, lo interpretamos, procuramos "ver" mas allá, lo interiorizamos y procuramos elevar nuestro nivel de conciencia. Nos vamos preparando para vivenciar la espiritualidad.
Así mismo sobre la metáfora, dice H. A. Murena, " Metáfora: semejanza. Ser semejanza es ser algo que no se es totalmente, somos solo una parte de aquello a lo que nos semejamos". En la metáfora se "lleva" (fero) "mas allá" (meta) el sentido de los elementos concretos empleados para hacer la obra... .Llevar mas allá lo sensible y lo mundano significa traer mas acá el Otro Mundo".
No debe preocupamos si inicialmente el sentido del símbolo se nos presenta como un vació, como un gran silencio. Después de la oscuridad se nos ira apareciendo el contenido del símbolo. Es como si en nuestra conciencia, como si fuera un espejo, se reflejara lo ausente del símbolo.
El lenguaje simbólico nos conduce hacia lo intemporal, lo trascendente, lo absoluto. Relaciona al hombre con Dios. Es un método que nos conduce interior y exteriormente hacia la trascendencia. Es un método de conocimiento que nos conecta con las categorías (con los valores transcendentes) y los arquetipos (Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad de los hombres.). Es un camino que permite mejorar los niveles de conciencia y acercamos a la Unidad, al Todo, al GADU.
Como dice Marcelino de Cisneros, el hombre esta en el umbral de lo transfinito.
En estos momentos por el que atravesamos, deseo recordar unas palabras de Pike que dice: "Decir que los grados simbólicos constituyen toda la Masonería, es sencillamente dar a esta palabra una definición arbitraria. Es como si se dijera que las partes son igual al todo. Es lo mismo que insistir en que los mandamientos de una religión la contienen toda, con lo cual no se haría más que rebajada. El significado de los tres primeros grados es oculto, y los que menos la conocen son precisamente los que claman sin cesar que fuera de ellos no existe más Masonería".
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(*) Revista Digital del Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España Director: Galo Sanchez; Editor: Jesús Soriano; Consejo de Redacción: Nicolas Arcas, José Luis Lacasa, Alvaro Rodriguez, Angel Fuentes, Jaime García-Herranz, Rafael Ruiz Martos, Miguel Angel Paredes
Edita: Gran Comisión de Publicaciones. Administración: Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España. Apartado de correos: 51.562 28080 Madrid España e-mail: zenit@scg33esp.org
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