viernes, abril 15, 2005

LO VISIBLE Y LO INVISIBLE

Felipe Herranz 30º

En nuestro peregrinaje Masónico empezamos por pedir la Luz. Luz como significado de Conocimiento, al recibirlo entramos a formar parte de la Familia de la Luz, de los que tienen o buscan el conocimiento, y empezamos a descubrir lo que el Rabbí Abba nos aclara en el Zohar, sobre un aspecto de la creación importante y esto es que el mundo esta dividido en dos partes, una de ellas visible y otra invisible, y que lo visible no es si no el reflejo de lo que es invisible.

También nos aclara, en una advertencia esclarecedora y necesaria al describir la creación, diciendo: "Luego Dios creó el mundo, haciendo que saliera una chispa de la luz suprema. Y Él hizo que un viento soplara de abajo. Del choque, del encuentro de estos dos vientos, salió una gota que se elevó de las profundidades del abismo. Esta gota unió los vientos, y de la unión de estos vientos nació el mundo... Luego Dios hizo que un rayo saliera de la luz oculta. Este rayo inmediatamente proyectó un número incalculable de luces visibles, que formaron el mundo superior. Las luces visibles del mundo superior, a su vez, despidieron rayos. Estos rayos los volvió opacos el Arquitecto celeste. Y así se formó el mundo inferior. Como el mundo inferior es una luz oscura, que no emite rayos, tiene que estar en contacto constante con el mundo superior. Pero la luz del mundo superior tiene también necesidad de permanecer en contacto con el mundo inferior... todo lo que existe en la tierra está formado según el modelo del mundo superior. Y no hay una sola cosa aquí abajo que no tenga su doble en el mundo superior. Este doble la regula y gobierna. Cuando ponemos en movimiento las fuerzas de lo que nosotros somos capaces aquí abajo, estamos también al mismo tiempo poniendo en movimiento las fuerzas de arriba, que las controlan."

Por otro lado en el V.L.S. y en sus comentarios, la naturaleza de Dios es descrita a través de diferentes nombres, en particular Adonai cuando se refiere al aspecto misericordioso, y Elohim cuando se refiere al aspecto de energía y juicio o severidad necesaria. En el Zohar, se describe al Creador siempre luchando por no dar juicio, su inclinación es hacia la misericordia, y cuando emite juicio siempre busca la forma de que sea inflingido de la forma menos dolorosa cuando es merecido, después de todo la Creación es trabajo de sus manos y cada detalle en la creación tiene potencial de perfección y armonía.

De alguna manera la Biblia se refiere al Orden Divino como una canción, sin permitir la menor alteración (Deuteronomio 4, 2), dado que alteraría la exquisita melodía, siendo cierto que hasta los malvados en el mundo tienen su lugar en la Creación de Dios, y cuando el juicio viene sobre ellos el Creador los llora igual que a los que son rectos.

Adam, estaba en la presencia de Dios, era uno con Él, le había puesto en Gan Edén (El Jardín del Edén), la concentración de la luz divina se hace posible en la primera emanación, esto es en Kether , es decir, fue creado en el más alto nivel del Ser, no había distancia espiritual entre ellos, pero en un momento dado Adam pecó, y este error de Adam dañó la conexión con la Divinidad. Esto provocó que Adam fuera lanzado a Malkuth, síntesis y recipiente de todo, así como, un reflejo invertido de Kether (10==1+0==1), pues no pudo resistir la Luz del Creador (la luz del conocimiento) y se convirtió en un ser material, y lógico resulta que Dios le diga “ve y trabaja la tierra, pues a través del trabajo para mejorar este plano físico encontraras las llaves para abrir las puertas del Jardín del Edén.”

También nos recuerda que “el Creador decreto que Adam debería morir. Teniendo piedad de Adam, el Creador dejo que éste fuera enterrado cerca de las puertas del Jardín, en la cueva donde vivía con su esposa Eva. ¿Cómo supo Adam escoger este lugar? Pues porque una Luz diminuta del Jardín entraba en esa cueva, por eso decidió ser enterrado en esa cueva.

Adam le pregunta a cada persona la razón por la que su alma a dejado la vida, y en que estado su alma se encuentra cuando deja el cuerpo, y cada persona responde: "Hay de ti, pues por tu culpa he muerto." A lo que Adam responde: "Hijo mío, yo viole un solo mandamiento, y he pagado por haberlo hecho. Mientras que tu, considera cuantas transgresiones al Creador has cometido!"

Rabbi Chaya dijo: "Hasta este día Adam, dos veces al día, confiesa sus pecados a los patriarcas. Él les señala el lugar preciso donde vivía en el Jardín antes de su caída. Y cada día observa a los humanos que se han ganado la entrada al Jardín de Edén en el cual él antes estaba, y glorifica al Creador diciendo: ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. (Salmo 36;7), y continua diciendo “Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz” (Salmo 36;9)

A Rabbi Akiva ben Joseph le preguntaron que clase de pecador no obtenía el perdón del Creador, y él especifico; "los que se arrepienten demasiado y los que pecan con la intención de arrepentirse." HH.·. Querubines no podemos manipular la misericordia de Díos.

A pesar de que Adam es responsable por traer la muerte al mundo, Adam no es responsable de las muertes individuales. Cuando morimos somos nosotros los responsables. En otras palabras, debemos de tomar la responsabilidad por nuestros actos en el momento del Juicio Final, en el momento de la muerte.

Volviendo al primer párrafo de este balaustre debemos tomar en cuenta lo visible y lo invisible, nosotros somos el lado visible, la presencia de Dios el lado invisible, nada de lo que hagamos en este plano se mueve sin mover nuestro gemelo en el otro plano, el de abajo ayuda a comprender al de arriba. En el Evangelio de Tomás, Jesús dice: "Si la carne se ha producido a causa del espíritu es una maravilla; pero si el espíritu se ha producido a causa del cuerpo es la maravilla de las maravillas. Pero yo me maravillo de lo siguiente: cómo tan gran riqueza ha habitado en esta pobreza".

Esta es la gran maravilla de la creación: El alma divina que mora en el hombre y hace que el hombre no sea solamente una criatura sino un intermediario entre Dios y lo creado.

El retorno a Dios, de lo que partió de Dios, ha sido descrito por Eckhart así: "Por la creación, Dios dice, hace saber, aconseja u ordena a todas las criaturas, por el mismo hecho de haberlas creado, a seguirle, tomarle por fin, volver con premura hacia Él, causa primera de todo ser, conforme a estas palabras: "Los ríos regresan al lugar de donde vienen" (Ecl.1) Es por ello que la naturaleza de las criaturas quiere que ame a Dios más que a Sí misma... el origen y el fin, el bien y el fin son idénticos".

Todo vuelve de nuevo al lugar de partida, la gota de agua que se convierte en nube abandonando el océano, regresa al océano después de haber bajado de las montañas como un minúsculo riachuelo que penetra en un río y por fin en el mar. Como la gota de agua, el hombre debe hacer el recorrido, partiendo de su nacimiento, hacia Dios, dice Eckhart: "Es allí donde he reposado eternamente y dormitado en el conocimiento escondido del padre eterno, permaneciendo en él sin expresarme", hasta la fusión final en él.”
Como la gota de agua, el hombre debe recorrer el trayecto de la vida sin acumular fango (bienes materiales, pasiones y pensamientos vanos) para conservar la pureza que le permitirá evaporarse en Dios. El hombre debe seguir fielmente el trayecto de la creación, obedecer al proyecto de Dios para todos los hombres y para él en particular; para ello debe integrarse al soplo divino de eterna infancia, de generosidad, de calor y de espontaneidad. El creyente debe ser el cómplice de Dios en el acto siempre actual de la creación. Esta virtud debe nacer del fondo del alma y volverse prioritariamente hacia el interior del hombre, porque no hay que olvidar nunca la advertencia del gran sabio Taoísta (Chuang-Tsé): "No hay nada más funesto que la virtud cultivada deliberadamente cuando está vuelta por completo hacia el mundo exterior." La fuerza del hombre, su inteligencia de lo divino y la capacidad de comprender su vida se hallan en el interior de si mismo. La creación, con la colaboración del creyente, continuará su recorrido generador, su expansión infinita porque es constante en el tiempo.

Eckhart ha escrito: "Es necesario notar que Dios ha creado al mismo tiempo el cielo y la tierra y todo lo que encierra... pero que todas las cosas no se manifiestan al mismo tiempo". Todo existía desde un principio y todo se modifica con nosotros mismos.
La creación es antes, ahora y siempre. Y si colaboramos con la intención divina que la rige seremos siempre ahora.

Ahora, Uno con nuestro padre Adán. Ahora, uno con Dios. Ahora Uno.

Origen: Revista Zenit del Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España

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