En el preciso instante en el que tocamos a la puerta de una Resp.·. Log.·. Simbólica y en ella fuimos recibidos, conducidos en el ara del templo masónico, para reiterar solemnemente el propósito de seguir adelante por nuestra libre y espontánea voluntad, tomamos conciencia de la importancia del paso dado en el camino de la perfección moral, así como la de la exhortación que se nos hace ya adeptos a la Orden Masónica, para que cultivemos armónicamente las potencias psíquicas en el plano intelectual volitivo y sentimental y sirvamos mejor a nuestros semejantes y a la humanidad en general y del mismo modo preparándonos a sí mismos, con tales objetivos, a la siembra de buena semilla y a que fortalezcamos con la acción constructiva y el pensamiento creativo, las filas de la Masonería Universal, noble institución que vela por la transformación social de los pueblos en la faz de la tierra habitada, la ecúmene, y que por tales sendas mantengamos el ideario de la libertad y de la justicia.
Con base en lo anterior y por las razones conceptuales que explicaremos en el ensayo que pergeño con propósito de su divulgación, pretende acreditar que la Masonería es manantial de sabiduría y fuente de la Ley moral como sistema de conocimiento, escuela de disciplina de la conducta, que admite el libre análisis del pensamiento y la libertad de conciencia, mantenedora de la lucha en contra de la dictadura y la tiranía; de la ignorancia, el vicio y la hipocresía; que como la Esfinge, constantes interrogaciones respecto a la presencia del hombre como ser privilegiado en la naturaleza y proyección vital del ser humano, con sus atributos distintivos, así como respecto a la explicación: ¿Cuál es nuestro origen? ¿Qué somos? ¿A donde vamos? ¿Como nos conducimos, individual y socialmente?.
En una palabra la duda filosófica y las razones lógicas que fundan la trascendencia del pensamiento humano, en orden al espíritu inmortal de las generaciones, en el devenir del tiempo así como en el espacio inmutable en el que giran los astros y las constelaciones; eternidad de siglos y de instantes; de astros rutilantes y de mundos en perpetuo movimiento en la infinidad del cosmos.
Se sostiene y he afirmado, que la Masonería es una escuela de disciplina, que la doctrina moral de la Masonería, de hondas raíces humanas, basada en las realidades socioculturales en las que proyecta al hombre y a la sociedad y el mensaje de renovación constante y movimiento perpetuo, en afanes de superación de los pueblos, que se recogen viejos usos y costumbres, sabias doctrinas resumidas en leyes y reglamentos, decretos y liturgias, así como en la permanente práctica de lucha por la libertad en los caminos de la tolerancia, en una palabra con el bagaje inapreciable de su enseñanza y por ello es manantial de sabiduría y fuente de la Ley Moral y la Jurisprudencia Masónica, acopio de la experiencia de la orden al través de varios siglos excelsa floración del pensamiento humano, dentro del marco de los principios éticos y morales, la sabiduría y experiencia de paladines del verbo de la transformación social.
Entiendo por moral, "la ciencia de las costumbres"; de las relaciones que existen entre los hombres y de los deberes que nacen de estas relaciones. O, de otro modo expresado, la moral es el conocimiento de lo que deben necesariamente evitar los seres inteligentes y racionales que quieren conservarse y vivir felices en sociedad, basándose en tres principios fundamentales: la noción del bien y del mal; la del deber o la obligación de hacer el bien y de evitar el mal; y la noción del mérito y del demérito o la firme creencia de que el que obra bien, merece recompensa y el que obra mal, es acreedor a castigo. El primero de estos principios corresponde especialmente a la filosofía; el segundo a la política y el tercero a la religión".
"Para que la moral sea universal, debe estar de conformidad con la naturaleza del hombre en general y fundarse por tanto sobre su esencia, propiedades y cualidades que se hallan constantemente en todos los seres de su especie, por las cuales se distingue de los otros animales. De donde se infiere que la moral supone la ciencia de la naturaleza humana.."
Y es así, como válidamente se concluye que la moral, como ciencia de la naturaleza humana, es premisa fundamental, sin la cual difícilmente entenderíamos los propósitos de regeneración de la Masonería; y si la Ley Moral, informa la doctrina sustentada en cada uno de los grados de la escala jerárquica de la Orden Masónica, desde el de aprendiz, hasta el de Inspector General, en la Ley Moral, se asientan los sólidos cimientos de los principios masónicos, que a la vez estructura el edificio de la fraternidad universal, recinto simbólico de sanas corrientes del pensamiento filosófico de la Orden del que forman parte las vías iniciáticas y la praxis de la Masonería Universal, es a su vez fuente de estructuración moral, cimiento del Derecho y la Jurisprudencia Masónica.
Además, afirmo que la masonería es manantial de sabiduría, y el aserto, es de validez universal y reconocimiento de pensadores y críticos, a pesar de las diatribas y denuestos de sus detractores.
La brevedad del ensayo, impone que sólo a grandes trazos señale que la doctrina de la Orden se estructura en el cultivo de las virtudes morales e intelectuales, no sólo para alcanzar la perfección del hombre apolíneo a la manera griega, sino el de todo tiempo y circunstancia; en sucesivos ciclos de enseñanza se le capacita para entender las miserias sociales, muchas y complejas, para lo cual, los masones somos los mensajeros de principios fundados en superiores propósitos de redención social, propagadores del evangelio redentor de la verdad; de la mística de la fraternidad y el amor universales.
Y en esta hora, ya no de augurios fatalistas, que la práctica de la doctrina masónica repudia fundando sus programas de acción, en la fe, la esperanza y la caridad, entendidas como mística de la renovación espiritual del hombre en la construcción del templo moral de la fraternidad humana.
Presentes los masones en la hora crítica que nos ha tocado vivir; conscientes de la responsabilidad que a cada uno de nosotros corresponde, en lo individual y como cuerpos de orientación social, brindamos el esfuerzo y la cooperación , en la tarea de renovación moral de la sociedad.
La Masonería, manantial de conocimiento y límpida agua que brota de los veneros de la Ley Moral, es uno de los grandes pilares de la transformación social de los pueblos; así, se enarbola la bandera de la Igualdad, Libertad y Fraternidad.
Sigamos con voluntad firme, abrevando en las claras corrientes de la sabiduría masónica, del Rito Escocés, Antiguo y Aceptado.
Eduardo Hernandez Elguezabal
Con base en lo anterior y por las razones conceptuales que explicaremos en el ensayo que pergeño con propósito de su divulgación, pretende acreditar que la Masonería es manantial de sabiduría y fuente de la Ley moral como sistema de conocimiento, escuela de disciplina de la conducta, que admite el libre análisis del pensamiento y la libertad de conciencia, mantenedora de la lucha en contra de la dictadura y la tiranía; de la ignorancia, el vicio y la hipocresía; que como la Esfinge, constantes interrogaciones respecto a la presencia del hombre como ser privilegiado en la naturaleza y proyección vital del ser humano, con sus atributos distintivos, así como respecto a la explicación: ¿Cuál es nuestro origen? ¿Qué somos? ¿A donde vamos? ¿Como nos conducimos, individual y socialmente?.
En una palabra la duda filosófica y las razones lógicas que fundan la trascendencia del pensamiento humano, en orden al espíritu inmortal de las generaciones, en el devenir del tiempo así como en el espacio inmutable en el que giran los astros y las constelaciones; eternidad de siglos y de instantes; de astros rutilantes y de mundos en perpetuo movimiento en la infinidad del cosmos.
Se sostiene y he afirmado, que la Masonería es una escuela de disciplina, que la doctrina moral de la Masonería, de hondas raíces humanas, basada en las realidades socioculturales en las que proyecta al hombre y a la sociedad y el mensaje de renovación constante y movimiento perpetuo, en afanes de superación de los pueblos, que se recogen viejos usos y costumbres, sabias doctrinas resumidas en leyes y reglamentos, decretos y liturgias, así como en la permanente práctica de lucha por la libertad en los caminos de la tolerancia, en una palabra con el bagaje inapreciable de su enseñanza y por ello es manantial de sabiduría y fuente de la Ley Moral y la Jurisprudencia Masónica, acopio de la experiencia de la orden al través de varios siglos excelsa floración del pensamiento humano, dentro del marco de los principios éticos y morales, la sabiduría y experiencia de paladines del verbo de la transformación social.
Entiendo por moral, "la ciencia de las costumbres"; de las relaciones que existen entre los hombres y de los deberes que nacen de estas relaciones. O, de otro modo expresado, la moral es el conocimiento de lo que deben necesariamente evitar los seres inteligentes y racionales que quieren conservarse y vivir felices en sociedad, basándose en tres principios fundamentales: la noción del bien y del mal; la del deber o la obligación de hacer el bien y de evitar el mal; y la noción del mérito y del demérito o la firme creencia de que el que obra bien, merece recompensa y el que obra mal, es acreedor a castigo. El primero de estos principios corresponde especialmente a la filosofía; el segundo a la política y el tercero a la religión".
"Para que la moral sea universal, debe estar de conformidad con la naturaleza del hombre en general y fundarse por tanto sobre su esencia, propiedades y cualidades que se hallan constantemente en todos los seres de su especie, por las cuales se distingue de los otros animales. De donde se infiere que la moral supone la ciencia de la naturaleza humana.."
Y es así, como válidamente se concluye que la moral, como ciencia de la naturaleza humana, es premisa fundamental, sin la cual difícilmente entenderíamos los propósitos de regeneración de la Masonería; y si la Ley Moral, informa la doctrina sustentada en cada uno de los grados de la escala jerárquica de la Orden Masónica, desde el de aprendiz, hasta el de Inspector General, en la Ley Moral, se asientan los sólidos cimientos de los principios masónicos, que a la vez estructura el edificio de la fraternidad universal, recinto simbólico de sanas corrientes del pensamiento filosófico de la Orden del que forman parte las vías iniciáticas y la praxis de la Masonería Universal, es a su vez fuente de estructuración moral, cimiento del Derecho y la Jurisprudencia Masónica.
Además, afirmo que la masonería es manantial de sabiduría, y el aserto, es de validez universal y reconocimiento de pensadores y críticos, a pesar de las diatribas y denuestos de sus detractores.
La brevedad del ensayo, impone que sólo a grandes trazos señale que la doctrina de la Orden se estructura en el cultivo de las virtudes morales e intelectuales, no sólo para alcanzar la perfección del hombre apolíneo a la manera griega, sino el de todo tiempo y circunstancia; en sucesivos ciclos de enseñanza se le capacita para entender las miserias sociales, muchas y complejas, para lo cual, los masones somos los mensajeros de principios fundados en superiores propósitos de redención social, propagadores del evangelio redentor de la verdad; de la mística de la fraternidad y el amor universales.
Y en esta hora, ya no de augurios fatalistas, que la práctica de la doctrina masónica repudia fundando sus programas de acción, en la fe, la esperanza y la caridad, entendidas como mística de la renovación espiritual del hombre en la construcción del templo moral de la fraternidad humana.
Presentes los masones en la hora crítica que nos ha tocado vivir; conscientes de la responsabilidad que a cada uno de nosotros corresponde, en lo individual y como cuerpos de orientación social, brindamos el esfuerzo y la cooperación , en la tarea de renovación moral de la sociedad.
La Masonería, manantial de conocimiento y límpida agua que brota de los veneros de la Ley Moral, es uno de los grandes pilares de la transformación social de los pueblos; así, se enarbola la bandera de la Igualdad, Libertad y Fraternidad.
Sigamos con voluntad firme, abrevando en las claras corrientes de la sabiduría masónica, del Rito Escocés, Antiguo y Aceptado.
Eduardo Hernandez Elguezabal
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