Diógenes sostenía que las cosas artificiales de la sociedad son incompatibles con la verdadera moral, y dice: “los hombres se apresuran mucho en la consecución del dinero; pero no en la consecución de la virtud”. Afirma igualmente que el bien más grande que existe es obrar de acuerdo con los dictados de la razón y de la naturaleza, y parte del principio panteísta de que el dios y el alma son una misma cosa. Quiere, naturalmente, reformar la sociedad, pero tiene siempre en cuenta que el bien, la felicidad, no esta afuera, sino dentro de cada uno de nosotros. Por lo tanto, el esta expuesto a las amargas decepciones inherentes a todo visionario que rompe lanzas contra los molinos de viento de una reforma social, sino que mas bien trata de reformarse a si mismo. Conceptuada la filosofía de un modo profano, encontramos que sirve de freno a la juventud, de consuelo a la vejez, de riqueza a los pobres y de adorno a los ricos; la aplicación es de ayuda, a combatir la ignorancia y el fanatismo; es el martillo, cincel y regla en la desbastacion de la piedra en bruto, y medio para cumplir con nuestros tres deberes…
El principio de su filosofía consiste en el reconocimiento de la responsabilidad absoluta del individuo como entidad moral. Su fin es el dominio de la voluntad. El medio hacia ese fin es la virtud, la sencillez: volver hacia la naturaleza. Para el la virtud, la sabiduría y la libertad, son una misma cosa. El más alto bien es la sabiduría, y consecuentemente sostiene que “quien no persigue la sabiduría, mas le valiera estar muerto“; pues es por medio de la sabiduría que el hombre puede llegar al reconocimiento de si mismo en conformidad con la razón y fuera del estado y de la sociedad. Su tendencia es a no depender del acaso, a no estar sometido a leyes absurdas y a librarse del sufrimiento. Por eso exclama “opongo la fe a la suerte; la naturaleza a la ley, y la razón al sufrimiento “. Para el la razón es la ley suprema; la voluntad la fuerza, y la libertad su objeto. El hombre existe en y para si mismo, pues su filosofía es completamente individualista
Su filosofía desprecia las riquezas, la fama, la popularidad, las comodidades de la civilización, pues considera que todas esas cosas tienden a entorpecer los dictados de la razón, a interrumpir las funciones de la voluntad y a pervertir el alma desviándola de lo natural hacia lo artificial.
Cree igualmente que la virtud consiste en evitar todo placer físico, toda sensualidad, y adelantándose a las ciencias biológicas modernas, juzga que el hambre, el dolor y el sufrimiento, son un medio hacia la evolución.
Comparte con buda el concepto de la unidad universal de la vida; sostiene con Zaratrustra que el dolor y el hambre son favorables para la evolución, y proclama con Pitágoras que la educación ha de ser repartida por igual a las tres manifestaciones humanas: física, moral e intelectual. De manera que considera absurdo dedicar toda la atención a una sola de estas tres culturas, con detrimento de las otras dos todo aquello que consideraba trabas contra la libertad, fue despreciado por Diógenes, filósofo del oriente de Grecia, trescientos años antes de Jesucristo, atleta de la voluntad en la escuela de la energía.
El principio de su filosofía consiste en el reconocimiento de la responsabilidad absoluta del individuo como entidad moral. Su fin es el dominio de la voluntad. El medio hacia ese fin es la virtud, la sencillez: volver hacia la naturaleza. Para el la virtud, la sabiduría y la libertad, son una misma cosa. El más alto bien es la sabiduría, y consecuentemente sostiene que “quien no persigue la sabiduría, mas le valiera estar muerto“; pues es por medio de la sabiduría que el hombre puede llegar al reconocimiento de si mismo en conformidad con la razón y fuera del estado y de la sociedad. Su tendencia es a no depender del acaso, a no estar sometido a leyes absurdas y a librarse del sufrimiento. Por eso exclama “opongo la fe a la suerte; la naturaleza a la ley, y la razón al sufrimiento “. Para el la razón es la ley suprema; la voluntad la fuerza, y la libertad su objeto. El hombre existe en y para si mismo, pues su filosofía es completamente individualista
Su filosofía desprecia las riquezas, la fama, la popularidad, las comodidades de la civilización, pues considera que todas esas cosas tienden a entorpecer los dictados de la razón, a interrumpir las funciones de la voluntad y a pervertir el alma desviándola de lo natural hacia lo artificial.
Cree igualmente que la virtud consiste en evitar todo placer físico, toda sensualidad, y adelantándose a las ciencias biológicas modernas, juzga que el hambre, el dolor y el sufrimiento, son un medio hacia la evolución.
Comparte con buda el concepto de la unidad universal de la vida; sostiene con Zaratrustra que el dolor y el hambre son favorables para la evolución, y proclama con Pitágoras que la educación ha de ser repartida por igual a las tres manifestaciones humanas: física, moral e intelectual. De manera que considera absurdo dedicar toda la atención a una sola de estas tres culturas, con detrimento de las otras dos todo aquello que consideraba trabas contra la libertad, fue despreciado por Diógenes, filósofo del oriente de Grecia, trescientos años antes de Jesucristo, atleta de la voluntad en la escuela de la energía.
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