domingo, enero 30, 2005

Logroño acogerá en julio del 2006 un congreso nacional sobre la masonería en la época de Sagasta

Logroño acogerá en julio del 2006 un simposio sobre la masonería en la época de Sagasta. El Centro de Estudios Históricos sobre la Masonería Española del profesor Juan Antonio Ferrer Benimelli y la Fundación Sagasta ultiman los detalles.
C. SOMALO./LOGROÑO

Cuenta Abilio Jorge Torres (Logroño, 1957, profesor del instituto Hermanos D'Elhuyar), que la masonería en La Rioja nace en 1869 con la Revolución Gloriosa y la aparición de la primera logia en Logroño, la Respetable Logia Capitular Veronesa (¿berones?).

La libertad de asociación propicia el florecimiento de la masonería. Manuel Ruiz Zorrilla, líder de los liberales y presidente de Gobierno, fue nombrado Gran Maestre del Gran Oriente Español. Y con el gran prócer riojano, Práxedes Mateo Sagasta, jefe de los liberales, presidente de Gobierno y Gran Maestre del Gran Oriente de España, se desarrolla de forma estable.

De aquella logia inicial surgió la llamada 'Siempre Viva', fruto de una escisión, que convive con otras llamadas Diamante, Unión Ibérica y El Éter.

En Haro se funda la logia Atenas en 1880 gracias a una figura destacada de la mosonería en La Rioja, Casimiro Rufino Ruiz, secretario de la logia 'Siempre Viva', de Logroño, que hubo de trasladarse a Haro por motivos de trabajo.

Calahorra tuvo también una pequeña logia, Luz, organizada en torno al Hospital militar y con sólo dos años de vida.

Ex miembros de la logia Unión Ibérica, de Logroño, crean la Victoria, de Cenicero, en torno al entonces jefe de la estación de ferrocarril, Santos López de Silanes.

Un caso especialmente curioso y singular es el del triángulo Alvar Fáñez, integrado por un solo miembro, boticario a la sazón, residente en Ausejo y Matute.

La crisis del 98 propicia una etapa de decaimiento y vuelve a resurgir con la Segunda República, en 1933. Sólo funciona el triángulo Zurbano, en Logroño, sin que haya constancia de otras logias en el resto de la entonces provincia del mismo nombre.

La vida de las logias riojanas es paralela a la evolución política de la masonería nacional. La Veronesa, El Eter y el triángulo Alvar Fáñez tienen un marcado carácter progresista propio del GODE (Gran Oriente de España). Otras logias como Siempre Viva, Luz, Unión Ibérica, Atenas y Victoria adscritas al GONE (Gran Oriente Nacional de España), fueron menos progresistas. De Siempre Viva se produjo una escisión en 1882 para fundar Diamante, dependiente del GOLU (Gran Oriente Lusitano Unido). Y cuando hubo intentos de reunificación, de las dos últimas se fundó Unión Ibérica. Las sucesivas crisis de los Grandes Orientes provocaron escisiones y la creación de otros nuevos. Del GONE surge el GOI (Gran Oriente Ibérico) que auspició la logia Victoria, de Cenicero. En la Segunda República, el GOE fue el que tuteló el triángulo Zurbano, de Logroño.

Profesionales liberales (una cuarta parte), empresarios (una quinta), empleados de todo tipo y condición pero más el sector especializado, comerciantes, militares y propietarios integraron el espectro social de la masonería riojana. En buena parte, según el mismo estudio, clases medias y medias altas, grupos dinámicos social y economicamente, con escasa presencia del mundo rural.

Sin embargo, no puede obviarse la presencia de personas de otras provincias, al menos en el origen y formación.

Personajes importantes en el desarrollo de la masonería en La Rioja, según el autor, fueron Casimiro Rufino Pérez, Donato Gómez Trevijano, Francisco Fuentes, Antonio Herreros Cerdán, Saturnino Martínez, Pedro Zala, Rafael Joaquín, Rufino Mateo Garcia, Francisco Victoriano, Manuel Cemboraín, los hermanos Ortoneda, Liborio Cárcamo Pérez, Santos López de Silanes y otros.

La masonería de La Rioja tuvo una ideología variopinta. La Veronesa, liberal progresista; más conservadores los de la Siempre Viva; republicanos y socialistas los de Diamante y El Eter, y anticlericales los de Victoria. En el triángulo de Zurbano había desde miembros de Acción Republicana, de Izquierda Republicana, Radical Socialista, del Partido Socialista, y del Partido Liberal, etc.

Los masones riojanos no fueron muchos, ni tuvieron la importancia ni el peso social o político que desarrollaron en otras regiones.

Pese a todo, hasta su desaparición en 1936, los masones desarrollaron diversas actividades encomendadas por los Grandes Orientes y otras propias de las logias: banquetes solsticiales, tenidas, y todo lo vinculado con la organización interna. Pero, también, asuntos sociales, benéficos y filantrópicos, ayudas a viudas, la promoción cultural y educativa y hasta hubo intentos de crear un hospital de sangre.

La Guerra Civil y la posterior represión sobre los integrantes de la célebre conspiración judeomasónica condujo a muchos de ellos a prisión; a otros, al exilio y algunos murieron fusilados.

Y todo ello gracias a una delación de un antiguo miembro del triángulo Zurbano.

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