En la Biblia y el Corán podemos leer sobre los poderes mágicos del rey Salomón. En el Sutra XXVII del Corán se menciona como el rey David, cuando era un joven pastor en contacto con la naturaleza, aprendió «el idioma de los pájaros», idioma que debió enseñar a su hijo Salomón. El conocimiento de este «idioma natural» era la clave para que los reyes David y Salomón entendieran las Leyes del Universo y pudieran materializarlas en el arquetipo ideal de belleza.
Durante la Edad Media, David se representaba siempre con un arpa en sus manos, simbolizando la armonía espiritual del Cosmos. El historiador judeo-romano Flavio Josefo (37-100 d.C.) mencionaba unos interesantes detalles que nos permiten comprender cómo el rey Salomón habría podido escribir varios libros sobre magia. Durante la época del Imperio Romano, la magia ritual influyó mucho en las gentes. Estos aspectos mágicos se mantuvieron hasta la Edad Media, manifestados en hechos como la creencia en la existencia de «diablos» y la lucha contra las enfermedades por medio de exorcismos. Orígines -uno de los padres de la Iglesia- mencionaba estas curaciones, que pudo leer en la literatura mágica atribuida al rey Salomón.
Los cristianos del siglo V hicieron grandes esfuerzos para diferenciar la idea que se tenía de la sabiduría del rey Salomón de su conocimiento mágico. Así, acentuaron la sabiduría de Salomón como el «Hagia Sophia», la Sabiduría Divina. En el año 537 d.C. se dedicó una de las mayores iglesias de la época, construida en Constantinopla, a este Hagia Sophia. En su ceremonia de apertura el emperador Justiniano la asoció con el Templo de Salomón. La idea fundamental de esta iglesia se encontró en el simbolismo de la relación entre el Cielo y la Tierra a través de la Sabiduría Divina. La parte inferior del edificio está formada por un cubo, símbolo de la Tierra desde los tiempos antiguos. Encima de este cubo, la cubierta abovedada en forma semiesférica símbolizaba el Cielo. En Europa Oriental este simbolismo puede encontrarse aún en muchas iglesias de Grecia y Rumanía.
Pero es sobre todo en el siglo XIII cuando se afianzó la idea de que Salomón poseyó toda la sabiduría de su tiempo, convirtiéndo al rey en un símbolo de la Sabiduría Divina. Esto también se expresó en numerosas estatuas e imágenes de las fachadas y las vidrieras de las catedrales medievales. En la catedral de Amiens (qué ha sufrido pocos daños importantes desde su terminación) encontramos la estatua del rey Salomón, justo en el centro de la fachada occidental, flanqueado por las dos columnas de su Templo. Sobre él, encontramos la estatua del Cristo, dando la impresión de que el rey Salomón está llevandolo sobre sus hombros. Esta composición se encuentraba en muchas otras catedrales, aunque la mayoría se demolieron durante la revolución francesa.
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