Uno de los simbolismos que más me han intrigado es el ojo del G:. A:. D:. U:. Desde antes de ingresar a la Or:. Varios simbolismos que me encontraba a lo largo de mi vida mundana me causaban una alta impresión e interrogación, que en ocasiones me revelaban que atrás de ese simbolismo hay una energía, una realidad, que me atraía fuertemente. El ojo de Horus, que veía en libros, discos; la pirámide del billete de un dólar; rostros egipcios, persas, griegos; simbolismos aztecas, mayas. El ojo se me aparecía constantemente.
Cuando ingresé a la Mas:., nuevamente me lo encontré en un simbolismo muy especial: el ojo que se localiza en el interior del triángulo que forma la escuadra y el compás. Cuando me concentro mentalmente en ese simbolismo, siento una fuerza inusual: no sólo un misterio, sino una realidad suprema con la cual, al concentrarme, me conecta y me llena de cierta energía. Es uno de los temas que más me ha atraído en los últimos tiempos, y ante ello quisiera esbozar unas breves reflexiones.
La pregunta que me hago es sobre la enseñanza que puede tener el rito de iniciación respecto a mirar, a emplear los ojos. Algunos de los momentos y de las frases pueden dar algunos indicios. Cuando al aspirante se le localiza fuera del templo se le vendan los ojos, lo cual indica varias cosas: una, que el hombre ha de abandonar la forma habitual de mirar la vida, otra, que debe dejar de ver con los ojos físicos para ver con los ojos de la mente y, principalmente, del espíritu; otra más, es el sumergirse en las tinieblas para morir y renacer. Los ojos vendados significan una muerte del cuerpo para renacer a la luz, pero también una forma de adquirir conocimiento, representado por la luz del espíritu. Los ojos representan el camino señalado para renacer y conocer. En la película Matriz, en la primera secuela, cuando Neo a atravesado la experiencia de despertar de la Matriz, y está en recuperación expresa que le duelen los ojos. Morpheo simplemente dice: "Es que nunca los has usado". En la tercera secuela, para poder llegar a salvar al mundo, Neo queda ciego. Esto que parece que es una tragedia, se convierte en el recurso único para llegar a la Matriz y salvar a los hombres. Simbólicamente, Neo muere.
La ceguera es símbolo de adquirir conocimiento, de entrar a otros mundos superiores, a ver el mundo material a través de la luz del espíritu que habita en lo profundo de la oscuridad. Pensemos en los personajes de las distintas mitologías que son ciegos: videntes, pitonisas, vagabundos sabios. Un personaje que desconcierta es Edipo, quien al revelarse el conocimiento de su incesto, se quita los ojos.
Pensemos en los recursos que se emplean en diferentes relatos para conocer el futuro, el destino de los hombres: charcos de agua, bolas de cristal, velas y platos con agua, que de una o de otra manera nos conectan con el simbolismo de un espacio donde se pueda reflejar y mirar, se mira a través de un artefacto que funciona como un ojo que conecta con el más allá, que incluso dan la imagen de lo que ahora conocemos como el internet. Otro recurso son los animales, principalmente las aves. El halcón representa un vigía, un ser que desde lo más alto lo puede ver todo; el cuervo es el animal que puede ir al más allá, ser su vigilante y traernos sus conocimientos para aplicarlos en el mundo; el búho, es el animal que puede ver en la oscuridad y puede ver más que los hombres mortales, en el tiempo y en el espacio. Es por ello que esos tres animales están vinculados con videntes, magos, guerreros, pitonisas.
Por otro lado, hay otra forma de entender eso: la manera como se ha concebido al conocimiento, y al ojo como el instrumento para ello. El filósofo norteamericano, Ken Wilbur, nos recuerda que en la edad media, algunos místicos señalaban que el hombre tenía tres ojos de conocimiento: el carnal, el mental y el espiritual. El primero permite conocer la realidad externa y la manifestación de Dios; el segundo es el que emplea la razón y permite adquirir una imagen de Dios a través de la filosofía, la lógica y la actividad mental; finalmente, el tercero que está más allá de los sentidos, de la razón, y permite el acceso a las realidades trascendentes.
El punto es que el tercer ojo es el único recurso que tenemos plenamente para alcanzar lo trascendente, al espíritu, es el medio de ver con los "ojos del espíritu". Los místicos, y algunos filósofos y científicos, señalan que los dos primeros ojos no son suficientes para alcanzar las realidades trascendentales donde se encuentra Dios, ni para ver con los "ojos del espíritu". La moral, el arte y la ciencia son algunos de los instrumentos para los primeros dos ojos, que dan algunos atisbos, a través de representaciones de objetos y sistemas lógicos y discursivos. Pero no es suficiente. Para el tercer ojo se requiere de otro procedimiento: la contemplación, es decir, llegar a un estado donde la realidad pierde formas, solidez, coherencia, lógica, el vacío de la plenitud del que hablan los místicos, donde todo pierde dualidad y manifestación, simplemente se es uno con el todo, y el todo con el uno. Es cuando el "ojo del espíritu" despierta, y en ese despertar, deja de ver, de forma lógica y representando objetos. De una o de otra manera esto nos regresa a la parte simbólica y mítica: se pierden los ojos, uno queda ciego para los ojos de la carne y de la mente, y entonces aparece la luz, la realidad sin forma.
Estas últimas reflexiones nos pueden hacer pensar lo que significa el símbolo del ojo del G:. A:. D:. U:: en relación con el rito de iniciación y la trayectoria masónica: la puerta de entrada a una realidad trascendente. El rito es el hecho de morir para abrir los ojos y ver la luz (como dice Morpheo, la señal de que no hemos usado los ojos), la trayectoria significa prepararnos para crear una imagen del G:. D:. U:., a través del empleo de la ciencia, el arte y la moral, pero significa prepararnos para poder estar listos a entrar a la realidad trascendente y ahí hacen falta más cosas, que, parodiando nuevamente lo que le dice Morpeho a Neo cuando lo entrena: "yo solo te muestro la puerta, tú tienes que atravesarla", cada uno tiene que recorrer la senda cuando esta llega a su fin para llegar al punto que no conoce. Ahí vendrá otra muerte, la disolución final, el matrimonio alquímico de los contrarios. Es cuanto.
Nicolás Flamel M:. M:.
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