por el V :. H:. Elías Katzman P.M.
El tema de la Masonería y en particular del masón y sus deberes, es tan dúctil y tan flexible que podemos afirmar que cada uno de nosotros tiene su concepto particular sobre este tema, tan valido y tan cierto, como los conceptos de cada uno de sus miembros. Estas variaciones están referidas según el medio social, económico, político, etc. dentro del cual trabaja la Masonería en el mundo. Influyen también la época y las convicciones filosóficas personales. Si bien es cierto que están basados en landmarks sólidos, inmutables y universales, se acentúan unos mas que otros, de acuerdo a las características de cada Oriente. Así vemos que algunos se inclinan hacia una tendencia mas religiosa, como en Inglaterra en el siglo pasado. Otros hacia la vida política, como España y la mayoría de América Latina; otros a las actividades sociales, como los Estados Unidos, etc. Pueden tener denominadores comunes, como ser profesionales, filosóficos, socioeconómicos, etc., y hasta raciales en algunos casos. Pero todas la Logias tienen -o deberían tener- la argamasa de la Unión, que es la Fraternidad entre sus miembros, el cultivo del estudio de las normas y los símbolos que nos son comunes y la influencia que la Orden puede aportar al mejoramiento de la sociedad humana por medio del dialogo, la tolerancia, la comprensión y ejemplo.
Debemos mantener en alto la antorcha que ilumina nuestros actos, porque la oscuridad siempre acecha a la luz divina que el G.A.D.U. ha legado a la humanidad. Por lo tanto, el deber mas importante del masón es mantener esa lucha constantemente, aun en desmedro de sus propios intereses. No somos perfectos, pero nuestro valor es tratar de serlo y bregar constantemente por nuestros principios. La Iniciación de un profano a la vida masónica representa para el individuo una nueva experiencia y responsabilidades que le hacen aplicar a ella todos los valores positivos que en la vida profana ha sido acumulando y que en primer termino hace pesar en su Logia, para discutirlos pulirlos, mejorarlos. junto a sus hermanos, y después volcarlos a la vida profana nuevamente y poner su granito de arena a la gran Obra Masónica.
La Masonería puede ser calificada como una fuente filosófica, pero su propósito no es formar filósofos, sino crear hombres virtuosos que infundan fraternidad y amor entre sus semejantes. No intentamos convencer a nadie que caminos por los senderos de la vida, que religión, que sistema político (salvo el fanatismo y el ateísmo), ni cualquier otro "modus vivendi". Solamente queremos influir con los sanos principios de la razón y la virtud. No debemos olvidar que la Masonería no es un partido político, sino una asociación de hombres y los pueblos lazos de orden ético. Esta ética se condensa, entre otros, en convertir el caos en disciplina, el egoísmo en buenas acciones, en dar el ejemplo en todos los ordenes de la vida diaria, en el progreso del hombre y por ende en el progreso de la humanidad, en tender la mano al indeciso, al sufriente y al necesitado.
Debemos tener siempre presente que la obediencia y la fe ciega envilecen y degradan; el vicio nos lleva a la esclavitud: combatirlos es liberarse. La adulación es patrimonio de los mediocres; la hipocresía es el refugio de los embusteros.
Estos son algunos conceptos vertidos en este tema tan amplio que seguramente serán enriquecidos por las opiniones personales de cada uno de los hermanos, tan validas y tan ciertas como las pocas que he escrito. Permitidme expresar que pienso personalmente que es tan improbable la fraternidad y el amor entre todos los pueblos de la tierra, como es imposible la llegada del Mesías tan esperado, pero vale al pena intentar alzar los brazos hacia El, y el solo imaginarlo nos da sentido a la vida.
El tema de la Masonería y en particular del masón y sus deberes, es tan dúctil y tan flexible que podemos afirmar que cada uno de nosotros tiene su concepto particular sobre este tema, tan valido y tan cierto, como los conceptos de cada uno de sus miembros. Estas variaciones están referidas según el medio social, económico, político, etc. dentro del cual trabaja la Masonería en el mundo. Influyen también la época y las convicciones filosóficas personales. Si bien es cierto que están basados en landmarks sólidos, inmutables y universales, se acentúan unos mas que otros, de acuerdo a las características de cada Oriente. Así vemos que algunos se inclinan hacia una tendencia mas religiosa, como en Inglaterra en el siglo pasado. Otros hacia la vida política, como España y la mayoría de América Latina; otros a las actividades sociales, como los Estados Unidos, etc. Pueden tener denominadores comunes, como ser profesionales, filosóficos, socioeconómicos, etc., y hasta raciales en algunos casos. Pero todas la Logias tienen -o deberían tener- la argamasa de la Unión, que es la Fraternidad entre sus miembros, el cultivo del estudio de las normas y los símbolos que nos son comunes y la influencia que la Orden puede aportar al mejoramiento de la sociedad humana por medio del dialogo, la tolerancia, la comprensión y ejemplo.
Debemos mantener en alto la antorcha que ilumina nuestros actos, porque la oscuridad siempre acecha a la luz divina que el G.A.D.U. ha legado a la humanidad. Por lo tanto, el deber mas importante del masón es mantener esa lucha constantemente, aun en desmedro de sus propios intereses. No somos perfectos, pero nuestro valor es tratar de serlo y bregar constantemente por nuestros principios. La Iniciación de un profano a la vida masónica representa para el individuo una nueva experiencia y responsabilidades que le hacen aplicar a ella todos los valores positivos que en la vida profana ha sido acumulando y que en primer termino hace pesar en su Logia, para discutirlos pulirlos, mejorarlos. junto a sus hermanos, y después volcarlos a la vida profana nuevamente y poner su granito de arena a la gran Obra Masónica.
La Masonería puede ser calificada como una fuente filosófica, pero su propósito no es formar filósofos, sino crear hombres virtuosos que infundan fraternidad y amor entre sus semejantes. No intentamos convencer a nadie que caminos por los senderos de la vida, que religión, que sistema político (salvo el fanatismo y el ateísmo), ni cualquier otro "modus vivendi". Solamente queremos influir con los sanos principios de la razón y la virtud. No debemos olvidar que la Masonería no es un partido político, sino una asociación de hombres y los pueblos lazos de orden ético. Esta ética se condensa, entre otros, en convertir el caos en disciplina, el egoísmo en buenas acciones, en dar el ejemplo en todos los ordenes de la vida diaria, en el progreso del hombre y por ende en el progreso de la humanidad, en tender la mano al indeciso, al sufriente y al necesitado.
Debemos tener siempre presente que la obediencia y la fe ciega envilecen y degradan; el vicio nos lleva a la esclavitud: combatirlos es liberarse. La adulación es patrimonio de los mediocres; la hipocresía es el refugio de los embusteros.
Estos son algunos conceptos vertidos en este tema tan amplio que seguramente serán enriquecidos por las opiniones personales de cada uno de los hermanos, tan validas y tan ciertas como las pocas que he escrito. Permitidme expresar que pienso personalmente que es tan improbable la fraternidad y el amor entre todos los pueblos de la tierra, como es imposible la llegada del Mesías tan esperado, pero vale al pena intentar alzar los brazos hacia El, y el solo imaginarlo nos da sentido a la vida.
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