La palabra mandil viene de la voz Latina “MANTILE”, que en términos profanos, se refiere a un trozo de tela impermeable que se sujeta al cuerpo a la altura de la cintura por medio de una cuerda o cinta, afecta diferentes formas y tamaños y sirve para proteger las ropas del individuo que lo usa durante los trabajos rudos. Ahora bien, por lo que respecta a las enseñanzas e interpretaciones simbólicas en Masonería, el MANDIL tiene su origen desde las más antiguas costumbres Hebreas y Egipcias, en donde en principio se adoptó, para ser usado durante los trabajos de edificación de monumentos, templos y demás construcciones de arte en materia de arquitectura. Teniéndose la seguridad de que el MANDIL se implantó para el uso de los neófitos, durante las ceremonias de admisión en los Templos Iniciáticos que se conocen como las costumbres más remotas de aquellos tiempos. Dentro de cuya interpretación se le atribuían la de Perseverancia, Constancia y Firmeza en las acciones humanas como cualidades indispensables en los iniciados.
En la actualidad el símbolo de esa misma prenda, ó sea el MANDIL, se coloca atado a la cintura por medio de una cinta azul que rodea el cuerpo del iniciado, el color de fondo es blanco, que representa el trabajo, el dinamismo, la actividad y en general de todo aquello que indique laboriosidad, el adelanto y el progreso humano, por esa razón se le considera también como alegórico del día, es decir, de las horas que tarda el Sol para recorrer el espacio, en su carrera de Oriente a Occidente. Contiene un ribete de color azul sobre el contorno del MANDIL, por ser dicho color alegórico del Infinito y de la Confraternidad Universal; también la cinta que lo sujeta por la parte superior debe de ser del mismo color azul, puesto que el círculo que forma alrededor de la cintura del iniciado, es precisamente alegórico del área universal, dentro de cuyo límite sólo puede el hombre ejercer su poder intelectual, en relación con todas las obras de la naturaleza, y en cuanto a las figuras que se observan al centro del cuadrado y del triangulo de la solapa, sobre el primero sólo se acepta a la letra “B” bordada en oro, misma que simboliza a la fuerza de voluntad del iniciado para demostrar que sabe hacer frente a los obstáculos y problemas que para su resolución se le presentan durante su vida, y está bordada en oro, por considerársele a dicho metal, como emblemático del valor que como obra meritoria, ejecuta el hombre a favor de sus semejantes, y en segundo lugar, al centro del triangulo de la solapa del MANDIL, del aprendiz Masón se ve el escudo del primer grado, o sean el martillo y la regla en forma de aspa, instrumentos que simbolizan a la perfección del trabajo que ejecuta el iniciado al labrar la piedra bruta.
Con esto se resume que el uso del Mandil del Aprendiz Masón, es meramente simbólico en materia de moral filosófica y en relación al espiritualismo, indicando claramente cuál es el trabajo moral, material e intelectual que los aprendices deben principiar a ejecutar durante su misión en la lucha por dominar sus pasiones y sus malos hábitos.
Mi punto de vista respecto al tema es que el MANDIL, es la vestimenta masónica por excelencia, es uno de los primeros objetos que el Venerable Maestro entrega al iniciado, porque simboliza el trabajo, primer deber del hombre y fuente de todos los bienes, que nos da el derecho de estar aquí reunidos y sin el nunca estaremos en logia. Puedo dilucidar que al ponernos el mandil simbólicamente estamos recordando la naturaleza y la finalidad misma del hombre tal como ahora lo conocemos: espíritu revestido con un cuerpo que trabaja para plasmar su esfuerzo, dedicación y capacidades, que a través de ese trabajo, puede conocerse así mismo. Así que me atrevo a decir que el mandil es al masón como el cuerpo físico es al hombre. Puedo decir que el mandil tiene tres partes: Una triangular, una cuadrada y unas cintas que lo rodean y sostienen; como el propio cuerpo humano tiene cabeza, tronco y extremidades. El MANDIL lo asocio igualmente con liberación y autocontrol permitiéndonos vencer las pasiones y los vicios que nos tiranizan, estableciendo un esfuerzo, constancia y progreso en nosotros mismos.
El MANDIL me deja claro que la fraternidad y la unión constituyen la base de la trama con la que el Gran Arquitecto del Universo ha realizado su obra: todos los masones llevamos mandil (todos los masones hacemos de nuestra vida un trabajo tras la iniciación) y sin mandil, sin trabajo, no hay un masón auténtico. Asimismo es de gran importancia el uso del MANDIL ya que con el protegemos la parte genital que es valiosa para la generación. Nunca hubiera pensado que esta humilde prenda, que yo he portado a veces tan despreocupadamente, encerrara el simbolismo de la razón de ser de la propia existencia del hombre y por supuesto del trabajo masónico. Estando muy lejos de haber agotado el simbolismo del mandil, compruebo fascinado que cualquier símbolo encierra en sí TODO UN SIMBOLISMO, y que si pudiéramos comprender uno cualquiera de ellos, nos habríamos comprendido a nosotros mismos. Al Hombre y al Universo.
Es Cuanto
A M ITHV
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