martes, enero 20, 2009

En defensa de la Ortodoxia

Creo que no revelo ningún secreto de familia, si admito que nuestra Logia , atraviesa un momento difícil por el bajo número de miembros que posee. Pero esta situación no nos afecta sólo a nosotros, otras logias de este valle y de otros valles, están viviendo la misma circunstancia. E inclusive, puedo afirmar que, esto también se repite en muchas logias de la jurisdicción de las Grandes Logias de la amistad y la correspondencia. Algunos hermanos consideran que los problemas que viven las logias son el fiel reflejo de lo que le ocurre a la Orden. Arguyen que, esas dificultades se deben a que la Masonería necesita un “aggiornamiento”. Que la Orden debe modernizarse porque el mensaje que le da al mundo profano, ya no tiene validez, ni contiene significados que puedan ser valorados por él.

Estos hermanos consideran que, las enseñanzas por alegorías y símbolos característica de la masonería especulativa, han devenido en un método arcaico y fosilizado que no concuerda con la revolución científica y tecnológica que vive la humanidad. Creen que, los Antiguos Linderos han perdido su nexo con la realidad y que por eso, han dejado de ser inmutables. Que esto nos obliga a modificarlos para que la Orden sobreviva. Bajo el pretexto de buscar soluciones para nuestras dificultades, trabajan con ardor tratando de cambiar nuestra esencia. Se están atreviendo a tanto que, algunos de ellos de manera abierta y desembozada nos están proponiendo, nada menos que, refundar la Orden. Con todo lo que el término significa, es decir, demoler su estructura orgánica y doctrinaria para levantar otra cosa completamente diferente. Que esté, según ellos, más acorde con el siglo XXI. Quieren una Masonería sin misterios, sin secretos, sin alegorías, sin símbolos, abierta a la sociedad profana. Abierta a los medios de comunicación, sobre todo, a la televisión donde puedan mostrar no sólo nuestras ceremonias, sino el brillo y oropel de sus joyas, condecoraciones, bandas y mandiles bordados con hilos de falso oro.

Creen obsesionadamente que, la Masonería tal como la conocemos actualmente está viviendo una crisis. No quieren darse cuenta que, de existir esa crisis, ella no se anida en nuestra augusta institución, sino en nosotros mismos. Hace apenas un par de meses durante un debate en Internet sobre este tema, dijimos lo siguiente: “La idea de refundar la Orden es una reverenda falta de criterio y de formación masónica. La crisis es de los hombres y no de la institución. La tarea del momento es cambiar a los masones y no a la Masonería. Cambiar a los masones sólo significa cambiar su formación y educación”. Hoy, ratificamos esa consigna más seguros que nunca, tal vez, vigorizados por el respaldo espontáneo que esas sencillas palabras recibieron al ser recogidas en el editorial de una website masónica internacional. Esos hermanos son los responsables del embate de profanidad que azota nuestros templos. Situación difícil y confusa para nosotros, porque los ataques no provienen de parte de nuestros tradicionales enemigos externos, a quienes hemos sabido derrotar siempre, sino de parte de quienes comparten con nosotros nuestros templos.

Son hermanos que han sido iniciados, adelantados y exaltados dentro de la regularidad y que inclusive, han ocupado altos cargos en las logias y en la Gran Logia. Ellos están minando las estructuras de la Orden e incuban en los demás el germen de la duda y la confusión. Son hermanos que vinieron a la Masonería buscando develar sus secretos y encontrar sus tesoros, pero que no supieron descubrir ni hallar nada. Pensaron que les bastaba recibir la luz de la iniciación para que la verdad y sabiduría descendiera sobre sus testas, cual llama de Pentecostés que los convirtiera en sabios conocedores de los misterios de la vida. Nunca entendieron que la Masonería no entrega sus tesoros a los que no saben buscarlos, ni a los que se conforman con la apariencia de las cosas y no buscan su esencia, ni a los que sólo se conforman con el aspecto externo de nuestras enseñanzas y no trabajan para llegar a conocer lo fundamental de la filosofía y doctrina masónica.

A nuestro entender, la Masonería luce joven y vigorosa, para ella, el presente es mejor que el pasado y el futuro será mucho mejor que su actualidad. Esta afirmación encuentra su fundamento examinando lo que ocurrió en el pretérito: cuando la Orden fue perseguida por la intolerancia política-religiosa, en esas circunstancias tan adversas trabajó sin descanso por lograr mejores condiciones político-sociales para la humanidad, y lo consiguió. Ha marchado a la vanguardia de las corrientes progresistas intelectuales y ha apoyado con éxito el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Su presencia es reconocida en las luchas por la independencia política de continentes y naciones. Por eso, estamos convencidos que la Masonería florecerá mucho más, en la medida en que consigamos mejorar el clima democrático y social de nuestros pueblos y el desarrollo científico le dé a la humanidad mejores condiciones de vida material que le permitan dedicarse a cultivar más, su lado espiritual. En ese momento, la Orden crecerá de manera nunca visto y su magisterio moral y espiritual impondrá su presencia en cada acto social de los hombres.

Creo que vivimos una situación límite. Ha llegado el momento de reflexionar sobre el futuro de nuestros talleres, de la Gran Logia y de la Orden. Hay una necesidad de separar la paja del trigo, lo masónico de lo que no lo es. De defender la pureza de las tradiciones y de los ritos que practicamos desde nuestro origen. De reforzar la docencia y la práctica para que seamos mejores masones. De realizar acciones que refuercen la condición de que la Masonería es una escuela de moral y virtud. Conozco a varios hermanos que tienen la misma preocupación, a ellos les pido formar un grupo de análisis que estudie el problema, despojado de todo interés personal, grupal o mezquino y que se avoque a encontrar soluciones que se puedan alcanzarse a la Gran Logia. Esta reflexión mis hermanos no es ajena al motivo que esta noche nos reúne. Nace de la obligación a los Cargos y Regulaciones que hace un momento ante todos vosotros he prometido y convenido cumplir y hacer cumplir a cabalidad.

Finalmente, nunca está demás recordar que la hermosa ceremonia de instalación que hoy hemos vivido, ha sido instaurada por la Masonería no sólo para dar un marco fastuoso a la renovación del cuadro de dignidades y oficiales de nuestras logias, sino sobre todo, para recordar un hecho histórico, la instalación del rey Salomón en el trono de Israel. Me permito parafrasear libremente una fracción de la oración que él hiciera con ese motivo y que guardando la infinita distancia hago mía, el dijo: “Señor, tu me has puesto aquí para que gobierne en remplazo de David y aunque soy una persona sin experiencia, sólo por tu bondad estoy al frente del pueblo que tu elegiste. Dadme por eso, un corazón atento para gobernarlo y para distinguir entre lo bueno y lo malo, porque sino quien será capaz de gobernar a este pueblo tan generoso”. Muchas gracias,

TMT

Gran Logia del Perú - 17.11.2001

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola mi muy QH. Recibe un Cordial saludo de la Logia AJEF Palas Atenea no. 45, del OR de México.

Llevo poco tiempo visitando tu blog y me parece genial el trabajo que has realizado. Sin embargo, te felicito, pues nos das esperanza y ánimo para portar orgullosamente el mandil.

Ciertamente, las logias están pasando por un momento difícil, más no imposible de solucionarse. Por eso, yo recomiendo mantenerse al orden y procurar que la esencia masónica no salga al mundo profano, pues hemos sido testigos que esto ha llevado a la ruina a las grandes organizaciones humanas. Mantened firmes las columnas, educad a los hombres que portan el mandil y unid los lazos de la fraternidad.

Saludos.