Oración Fúnebre escrita por el I.·. y P.·. H.·. Past G.·. M.·. Otto Medina Villegas y leída por él, al momento de dirigir las Honras Fúnebres en el Cementerio, en honor al M.·. R.·. G.·. M.·. Francisco Pereiro Liz en la fecha de su sepelio en Valencia, Estado Carabobo, Venezuela, el 8-3-2008 e.·. v.·.
I.·. P.·. H.·. FRANCISCO PEREIRO LIZ
M.·. R.·. G.·. M.·. de la M.·. R.·. G.·. L.·. de la República de Venezuela
Estamos aquí, más que por un deber masónico o familiar, por un llamado del corazón.
El lamentable acontecimiento, nos requiere solidarios entorno a nuestros sentimientos más profundos e íntimos. Tenemos la percepción, de que el tiempo se ha detenido y nos ha dejado atónitos tratando de conseguir alguna explicación del triste suceso.
Allí, ante lo desconcertante del infortunio, requerimos los masones, echar mano a nuestros instrumentos que permiten restaurar y las virtudes que nos procuren fortaleza y mesura.
Cuando un Masón parte serenamente hacia el Oriente Eterno, resignadamente aceptamos que se están cumpliendo los designios naturales. Pero cuando un H.·. parte por ese camino infinito, en el proceso de concluir su obra y es lacerada su vida en pleno esplendor y llena aún de sueños inconclusos, entonces nos embarga, además de la desolación y el dolor, una profunda sinrazón, que por momentos nos ubica en lo incomprensible.
No podemos concebir sin llegar al absurdo, que en una población de menos de quince mil habitantes, en remotos parajes de la cordillera larense, pueda perpetrarse un oprobioso crimen de esta naturaleza. De ser así, de pertenecer esta especie de delito a lo cotidiano, estaríamos sin lugar a dudas, pasando por una de las crisis de valores más profundas y tenebrosas de nuestra historia.
En las leyendas masónicas, también los jubelos y jubelumnes representando la ambición y la avaricia ciegan la vida del Maestro Constructor personificando este, el conocimiento y la tradición.
Hoy cumplimos la honrosa, aun cuando penosa misión, de dar sepultura al Q.·. H.·. Francisco Pereiro Liz, Gran Maestro de la Masonería venezolana, enmarcados dentro de un acontecimiento histórico, por tratarse de ser la primera vez, que tengamos conocimiento, en 198 años de existencia de la Gran Logia de la República de Venezuela, en que un Gran Maestro en funciones, pasa al Oriente Eterno.
"Invoquemos al Gran Arquitecto del Universo, ese Principio Creador en quién creemos los Masones pero a quién no definimos, para que guíe el Alma Inmortal de nuestro H.·. Paco por la Jerusalem Celeste hasta su total integración a El y donde a su lado, estaremos compartiendo lugar de honor y gloria. Imploramos al hacedor del mundo, que nuestra Nekam esté dirigida a la búsqueda de Justicia y que dé paz y sosiego a Mary, hijos y demás familiares, para quienes nuestra Fraternidad será siempre asilo de amor y cariño".
¡Descansa en paz, Hermano Paco!
Or.·. de Valencia, 8 de marzo de 2008
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