MODELOS SIMBÓLICOS BINARIOS
Por José Ramón Gonzalez
(Tomado de su Libro "Simbólica del grado de Aprendiz")
La “puesta en oposición” se sitúa al principio de toda percepción y constituye el principio de todo proceso de pensamiento. La educación consiste en practicar este proceso en diversos aspectos, aunque cabe señalar que la puesta en oposición del bien y del mal puede conducir a la actitud maniquea, que en sí misma contiene sus propias limitaciones.
La vía iniciática propone al neófito buscar su bienestar por su propios medios, proporcionándole el camino a seguir y los medios de acción.
La primera etapa de la formación iniciática consiste en tomar conciencia del “Avidya”, estado gracias al cual podemos percibir nuestro entorno. La percepción por los sentidos impone límites; a manera de ejemplo: el órgano de la vista percibe las vibraciones luminosas comprendidas entre el rojo y el violeta pero no percibe las ondas electromagnéticas de ciertos colores. Resulta lo mismo para los demás órganos de los sentidos. Por una parte, nosotros interpretamos por medio de las facultades mentales las percepciones sensoriales, que varían en cuanto a la forma según el momento y el lugar. De tal manera, en occidente estamos familiarizados con la lógica aristotélica, aunque como bien sabemos, existen otras formas de lógica igualmente válidas y respetables.
La segunda etapa de la formación iniciática consiste en percibir la acción de las fuerzas que están en nosotros, denominadas “Maya”, que nos impiden liberarnos del mundo de las apariencias. El neófito es advertido de cuidarse de la tentación de luchar contra estas fuerzas “Maya”, ya que combatiéndolas no hace más que reforzarlas .
La tercera etapa de la formación iniciática consiste en enseñar una estrategia y una táctica de combate. La gran epopeya del Bhagavad Gita relata el combate entre el iniciado - guerrero “Arjuna”, bajo la conducción del iniciador Krishna y el principio del mal.
Una clave de primordial de la enseñanza de esta lucha consiste en pasar de la oposición a la complementariedad. En lugar de oponer el bien al mal -lo que implica un juicio hecho bajo la influencia dominante de Maya-, hay que aprender a aceptar la coexistencia de las cosas como partes de un todo, de una sola realidad. El juicio moral viene después, cuando de lo que se trata es de actuar sin negar al prójimo ni a sí mismo. La aceptación sin juzgar es una condición objetiva de la vía iniciática, mientras que el juicio moral posterior es su condición subjetiva.
Veamos ahora en qué consiste el proceso de complementariedad: comentaremos enseguida siguiendo a Berteaux, dos ejemplos típicos, referentes el uno a la tradición china y el otro a la civilización contemporánea.
Partamos de los conceptos Fuerza y Belleza y coloquémonos en las extremidades de un modelo bipolar:
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Aquel que no posea más que la Sabiduría será como un pozo de Ciencia, pero será incapaz de poner en acción una fuerza de realización; no le será de ninguna utilidad, ni para sí ni para su prójimo. Por su parte, aquel que posea exclusivamente la Fuerza será como el Toro, que simboliza la potencia ciega. Aquel que se sitúe entre los dos polos Fuerza y Sabiduría está en posibilidad de transitar por el camino de una realización armoniosa. Ambos polos se complementan y de esta manera, el modelo bipolar tomado de referencia permite a cada quien “Situarse” .
En todo caso, gracias a la meditación podremos notar nuestra inclinación hacia uno de los polos y a través de la voluntad consciente corregir nuestro comportamiento hacia el equilibrio, dedicando una mayor actividad a la realización de cosas ubicadas en el polo complementario. De acuerdo con lo anterior, el modelo de referencia, que “sitúa”, puede convertirse en guía de comportamiento.
La enseñanza mediante los modelos binarios complementarios se encuentra en muchas tradiciones, algunas de ellas muy antiguas. A manera de ejemplo, comentamos la tradición china del I Ching, que propone cuatro modelos binarios de trigramas complementarios, denominados en conjunto “Pa Kua” (ocho senderos):
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Como podemos notar, estos trigramas ponen en evidencia a simple vista la complementariedad, pues a cada trazo continuo de uno de los polos, corresponde un trazo discontinuo del segundo polo.
Estos cuatro modelos están dispuestos alrededor de un centro común, de manera que forman una rueda de 8 rayos con 64 combinaciones posibles entres sí.
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Pasando de los trigramas a los exagramas, incorporados a su vez en los modelos simbólicos binarios complementarios (utilizados de manera intensiva en la antigua China), cabe mencionar que el I Ching ofrece un total de treinta y dos modelos binarios.
Sería un error creer que el principio de complementariedad pertenece al pasado y que la civilización actual dispone de procesos de pensamiento más elaborados que lo sustituyen. Una muestra clara de la pervivencia de dicho modelo podemos encontrarla en la física nuclear actual .
“Contraria Sunt Complementa”
A lo largo de la década de los años 1920, un grupo de físicos -que entonces no poseían la notoriedad de la que gozarían más tarde (entre ellos estaban por ejemplo Albert Einstein y Neils Bohr), se reunieron en Copenhague para confrontar sus ideas, que desafiaban temerariamente ciertos conceptos fundamentales de Newton tomados hasta entonces como verdades absolutas, aunque se encontraban un poco desconcertados: Uno de los puntos de controversia se centraba en la estructura de la luz, pues mientras que una parte del grupo intentaba demostrar que ésta tiene una estructura ondulatoria, la otra afirmaba que dicha estructura era de naturaleza corpuscular.
La contradicción resultaba incómoda, pues si la luz respondía a una de las estructuras confrontadas no podría responder a la otra y viceversa... -¿Y por qué no?- fue la pregunta que se atrevió a hacer Neils Bohr. Siendo ambas posiciones producto del pensamiento humano, su resultado responde a la vez a la naturaleza de lo observado y al pensamiento del observador. De esta forma nacía la idea de la imposibilidad por el observador de dar una respuesta totalmente objetiva a las peguntas que éste puede formularse sobre la naturaleza. De tal manera, este científico - filósofo redescubría el principio de Complementariedad, ubicado en la base de toda enseñanza iniciática.
Cuando Neils Bohr recibió el Premio Nobel de física, diseñó su blasón inscribiendo en él la sentencia “Contraria Sunt Compementa” (los opuestos son complementarios), resumiendo así lo que él mismo consideraría, si no como lo esencial de su investigación científica, sí al menos la base misma del proceso de su pensamiento.
Los dos tipos de experiencias sobre la estructura de la luz se han repetido con precisión creciente, sin que hasta el momento se haya podido cambiar la estructura de los planteamientos iniciales de Bohr.
Newton había creado con sus propias bases de pensamiento los conceptos de Fuerza, de Masa y de Aceleración. Los nuevos conceptos de campo, curvatura de campo y Quanta de energía produjeron nuevas leyes de la física, pero también para el ser humano, una nueva manera de situarse en el cosmos.
Werner Eisenberg, otro premio Nobel de física, prosiguió al margen de sus estudios científicos -tal como lo hiciera Neils Bohr- sus meditaciones sobre la estructura del pensamiento. Es así que estudió la obra de Platón, más que para conocer mejor su filosofía, para reconstruir los modelos de pensamiento que derivaron de la misma. Por otro lado, si bien la cultura occidental se desarrolló como prolongación de la cultura judeocristiana, recibió también una herencia importante de la tradición helenística a partir de que los Padres de la Iglesia, tanto griegos como latinos, adoptaron a Aristóteles como Maestro de Pensamiento.
La teoría de la relatividad y su correlativa y correspondiente: la física quántica, han conducido a la revisión de conceptos que por considerarse anteriormente como evidentes, supuestamente no requerían demostración alguna. Hasta hace poco, el átomo de Demócrito estaba lleno, ahora está inmensamente vacío; era inerte, ahora condensa cantidades fantásticas de energía, y así podemos dar otros ejemplos similares.
Los cambios de lenguaje y de imágenes representativas suponen un cambio en la estructura del pensamiento en sí mismo. De ahí que el paso del modelo en oposición al modelo en complementariedad, o dicho de una forma más moderna: el modelo “Contraria Sunt Complementa” de Bohr, sea una etapa esencial.
El modo de pensar del mundo moderno occidental reposa sobre la alternancia de los esquemas filosóficos platónico (análisis) y aristotélico (síntesis), o desde el punto de vista de la terminología simbólica, sobre la alternancia de los modelos binario y ternario, que constituyen por cierto el fundamento de la enseñanza esotérica de la Logia en los tres primeros grados de la Masonería.
Concluyamos este apartado remarcando que una parte importante de la enseñanza en la Logia de Aprendiz consiste en poner de manifiesto los principios herméticos binarios de Complementariedad y de Correlación
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