Alfredo Lastra, Doctor en Historia.
Hoy se inaugura en el Museo Histórico Nacional la exposición “La Masonería y la República”. La historia de la Masonería en Chile está íntimamente relacionada con el proceso de la Independencia; se trata de una relación lógica, puesto que las ideas emancipadoras de los patriotas americanos comenzaron a germinar en su contacto con las logias masónicas inglesas a comienzos del siglo XIX.
La Masonería no es una secta, una religión o un partido político, sino una organización de hombres libres que tienen por divisa la libertad, la igualdad, la fraternidad, la solidaridad, que privilegia la tolerancia entre sus miembros y en la sociedad. Por lo tanto, no es una institución dogmática y, como consecuencia de ello, el fanatismo le es ajeno. Propicia la justicia social y la dignidad de las personas. Educa a sus miembros en esos postulados, los cuales influyen individualmente y no como cuerpo en la sociedad con las herramientas dadas por la Orden, que respeta las opciones de cada uno de sus miembros.
Antes de la constitución formal de la Gran Logia de Chile ya había masones y logias aquí. El primer Presidente de la República, Manuel Blanco Encalada, fue uno de ellos. Fundó en Santiago, en 1827, la primera logia de la cual se tiene conocimiento, la “Logia Filantropía Chilena”, de corta existencia.
Futuros masones regulares echaron las bases de la actividad intelectual y cultural del Chile decimonónico. José Victorino Lastarria fundó la “Sociedad Literaria”, Ventura Blanco Encalada, la Facultad de Filosofía y Humanidades. Francisco Bilbao, con su artículo Sociabilidad Chilena, publicado en El Crepúsculo el 1 de junio de 1844, planteó por primera vez la necesidad de reformar la educación y romper con el pasado conservador español aún presente en la sociedad chilena. Asimismo, reivindicó a la mujer al denunciar su condición dependiente en el matrimonio según las normas impuestas por la religión única del estado (según la Constitución de 1833, la religión oficial era la católica, apostólica, con exclusión del ejercicio público de cualquier otra). Por ese artículo, Bilbao fue procesado por sedicioso, excomulgado y acusado de blasfemo, viéndose obligado a emigrar de Chile. Volvió al país en 1850, y junto a Santiago Arcos fundó la “Sociedad de la Igualdad”, institución que hizo suyas las divisas de libertad, igualdad y fraternidad.
En Valparaíso funcionaron dos logias constituidas por extranjeros residentes: la “Bethesda” por anglosajones y la “Etoile du Pacifique” por franceses. Allí también se constituyó, el 27 de julio de 1853, la logia “Unión Fraternal” que será la fundadora de la Masonería en Chile regularmente constituida. En 1862, las logias existentes constituyeron la Gran Logia de Chile, como único poder regulador de la Masonería Simbólica en nuestro territorio.
A partir de entonces se constituyeron logias masónicas a través de toda la geografía nacional siendo un elemento característico de la idiosincrasia chilena, de su vida social, cultural, política, en la educación y la ciencia, en todas las manifestaciones de la vida diaria.
Los masones forman parte del alma de Chile y se han destacado en todas las actividades ciudadanas. No es extraño por lo tanto encontrar entre sus miembros a muchas de las más importantes personalidades que han marcado rumbos en la República. La exposición que se inaugura y que estará abierta al público durante tres meses, permite apreciar los aportes de la Masonería al desarrollo nacional.
viernes, agosto 04, 2006
La Masonería y la República Chilena
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