lunes, mayo 01, 2006

Símbolos y alegorías



La masonería es un sistema peculiar de moral, ilustrado por símbolos y velado por alegorías.

Un símbolo, del latín symbolum, es una representación de un concepto de manera que los demás puedan percibirlo. Un símbolo es un signo pero con un transfondo que interpretar. Un signo es una indicación, como una señal de tráfico comprensible a hombres que hablen diferentes idiomas. Un símbolo encierra un significado elaborado, como el logotipo de una corporación que tras un análisis arroja varias explicaciones, o los jeroglíficos egipcios a los que no podemos entender con solo mirarlos.

El símbolo es así resultado o producto, y acaso causa, de nuestra percepción del mundo, sin que por ello deba suponerse que constituya una copia servil de la realidad. El ejemplo más claro de símbolo es la palabra. Con una palabra podemos representar un ente, una idea, un evento. Por extensión, podemos concluir que la ciencia es simbólica ya que la transmitimos de unos a otros, haciéndola perdurar, por medio de palabras y otros símbolos. Como la ciencia alimenta nuestra inteligencia, qué sería de nosotros sin los símbolos?

En nuestros talleres, tenemos muchos símbolos, como las joyas, muebles, ornamentos, mandiles, la cadena universal, etc.

Por otra parte, una alegoría, del griego allegorein, es “hablar figuradamente”. Allego quiere decir figura y agoreuo hablar o demostrar. Fue un recurso muy usado en la Edad Media y el Barroco para representar en forma humana o como objeto una idea abstracta. Ej: la mujer ciega con la balanza es alegoría de la justicia, el esqueleto con guadaña es alegoría de la muerte.

Sugiere imágenes metafóricas que representan un pensamiento más complejo o una experiencia humana real. La alegoría se transforma entonces en un instrumento cognoscitivo y se asocia al razonamiento por analogías o analógico. Por ejemplo, Omar Khayyam afirma que la vida humana es como una partida de ajedrez, en la cual las casillas negras representan las noches y las blancas los días y el jugador es una pieza más en el tablero cósmico. Y Jorge Manrique afirma, tomándolo del Eclesiastés, que nuestras vidas son ríos y como ellos sólo parecen diferentes en su curso y caudal, pero no en su final, que es el mar/la muerte.

Las parábolas de Jesucristo son una colección magistral de alegorías. En pocas palabras Jesucristo dejó tanto mensaje, como en la exposición de la semilla, los talentos, el hijo pródigo, la oveja perdida, etc.

El dramaturgo barroco Pedro Calderón de la Barca llevó a su perfección el subgénero dramático alegórico. Y define así la alegoría:
La alegoría no es más
que un espejo que traslada
lo que es con lo que no es,
y está toda su elegancia
en que salga parecida
tanto la copia en la tabla,
que el que está mirando a una
piense que está viendo a entrambas.

Un ejemplo clásico es el mito o alegoría de la caverna de Platón en su obra la República. Platón describe los prisioneros de una caverna que solo pueden ver sombras de los objetos gracias a un fuego que está arriba. Platón propone liberar a un prisionero y describe sus dificultades al enfrentar la iluminación del sol y las cosas verdaderas de las cuales solo percibía sombras. Pero una vez que el prisionero vence las molestias y percibe bien su entorno, entonces es necesario que vuelva a la caverna a liberar a los demás.

Esta alegoría nos indica que vivimos en ignorancia limitados por lo que pueden percibir nuestros sentidos, pero que debemos liberarnos usando la filosofía y ascender al mundo de las ideas. Y cuando logremos ambientarnos, hay que socializar nuestros triunfos. El objetivo es el bien común. Para llegar a tal entendimiento hay que realizar un análisis como el que sigue:

Símbolo : Interpretación
Prisioneros: El hombre que sobrevive en el mundo
Sombras: Las simples percepciones que brindan los sentidos corpóreos
Salida de la caverna: La liberación del hombre
Encuentro con los objetos causantes de las sombras: El ascenso al mundo de las ideas y de la filosofía
Necesidad de liberar al prisionero: El destino del hombre, la misión del hombre en este mundo
Vuelta a la caverna: No basta llegar a la contemplación de las ideas, hay que liberar a los demás
Llevar a todos hacia el sol: El bien común


Para desvelar las alegorías hay que relacionar los símbolos con la realidad. Y hay que comprender los símbolos para poder usarlos. He ahí la clave del trabajo simbólico en masonería.

En nuestros talleres tenemos alegorías como el paso por el cuarto de reflexiones, los tres viajes, el desbastado de la piedra bruta, la construcción del templo, ver la luz, la recepción del justo salario, que nos reunimos sobre el nivel y nos despedimos sobre la escuadra, etc.

Quedáis invitados a aplicar esta metodología para interpretar nuestros símbolos y desvelar nuestras alegorías.

No hay comentarios.: