Por: Ramón Viña Pérez
Ex Maestro Respetable Logia Habana.
Algunos escépticos acerca de la misión y acción de nuestra institución el presente y su proyección mediata, han expresado su preocupación y estimación de que la masonería pudiera llegar a desaparecer antes de concluir el presente siglo XXI.
Esto lo sustentan en que hemos dejado de asumir el protagonismo histórico que nos ha distinguido en el paso de los tiempos además de ya no contar y prestigiamos relevantes figuras de elevada talla intelectual e influencia social; también se asientan en la alta cifra de Hnos. durmiendo en relación con los masones activos a la escala mundial, no entiendo que dichas cifras en modo alguno podrán mostrarnos sus causalidades por lo que sólo servirán como índices referenciales de efecto.
Para examinar esta corriente, que estimamos no debe compartir la gran mayoría, pero que sin dudas abre interrogantes de pensamientos; es a todas luces necesario evaluar los fundamentales principios asociados a los valores de todo tipo que nos han regido desde nuestros inicios, y llegar a conclusiones de si estos continúan siendo válidos actualmente y por qué, y si su fuerza es capaz de mantener su vigencia hasta el fin de los tiempos.
Pero, ¿cuáles son esos preceptos por los que luchamos y su muy peculiar simbología que sus distintos niveles de lectura nos ha enseñado y que hemos recibido, estudiado y asumido para trasmitir como continuidad histórica? Sólo nos referiremos a cinco:
1.-En primer término el sistemático combate contra la ignorancia como parte de la lucha que nos hemos impuesto para lograr el impregnado sentimiento de moralidad y valores éticos que a través del conocimiento nos haga mejores seres humanos, dad día recordemos la sentencia de Sócrates de que “sólo si se sabe se puede divisar el bien.”
Muchos consideran que el rápido desarrollo de los medios de comunicación, informáticos e incluso internet, por sus altas tecnologías ha provocado una reducción del nivel global de ignorancia, sin embargo nos atreveríamos a asegurar que esto es espejismo con un inequívoco índice de que la gente tiene una menor capacidad de pensamiento, pues al obtenerse informaciones rápidas y fácilmente, aunque dicho sea de paso no siempre respondan a estricta verdad, se provoca un enquistamiento en el desarrollo de la creatividad y las posibilidades intelectuales de las personas con una evidente regresión del pensar en las problemáticas de cada día, limitándose los criterios propios de los hombres sin los cuales no se hubiera marcado el desarrollo humano.
2.-La reprobable ambición con la pasión desmedida de muchos por alcanzar fama, honores y riquezas con anhelo vehemente de cada vez tener más en detrimento de los que cada vez tienen menos, provocándose agudas desigualdades con sus consecuencias.
Aquí clasifican también, los gobernantes que además de su afán de poder quieren hacerse los poseedores de reales, verdaderos y únicos pensamientos con la verdad y razón absolutas, sin considerar la opinión de los pueblos, a quienes desprecian y empobrecen animándolos también la ambición de que se les adule como gente, con el deseo de ocupar lugares cimeros en la posteridad histórica, aunque más temprano que tarde esta los relegue al olvido.
3.-La tolerancia, como pluralismo social de todo tipo en cuanto a la práctica de los demás en su religión, política e ideas económicas y sociales, tiene en nosotros permanente defensa, rechazando por demás cualquier forma de integrismo o xenofobia y propugnando en cualquier acto humano que se deje ver el punto de vista de los demás, respetándolo; lo que desterraría rivalidades sin alterar en cada cual sus inclinaciones, Es indudable que esto tendrá siempre total vivencia.
4.-Libertad como potenciación de la democracia en todos los órdenes y medidas (conciencia, pensamiento y expresión) y como fórmula de goce del derecho de los ciudadanos, siempre favorecerá el libre desarrollo de las facultades humanas, o sea de todo lo que sea compatible con el orden y la moral.
5.-Finalmente la igualdad para la erradicación de todo elemento discriminatorio a tenor de la elevación de la dignidad humana, promoviendo la denuncia de todo irritante privilegio o enojosas preferencias para evitar la mutilación de igualdades de raza, religión y género.
¿Y quiénes son los responsables de los antivalores que resultan de lo antes examinado?
Son los mismos hombres los que a través de los tiempos se han convertido en enemigos de los propios hombres al tratar que predominen sus ideas y enconadamente luchar por el mantenimiento del poder; ellos provocan ese fatalismo de valores negativos que niega todo tipo de progreso y que han incentivado la acción masónica ayer, hoy y seguramente mañana, y tal vez con el correr del Siglo XXI no llegaremos a erradicarlos, pero si asegurados que harán más sólidos nuestros principios, dándonos esa continuidad que algunos dudan.
Ya vimos como después de la creación y connotación del arte gótico y la expansión del lenguaje simbólico como avanzada moral social y espiritual; nuestra institución tuvo momentos cismáticos provocando la transformación en 1717 de operativa a especulativa. Hoy con la clara concepción de las actividades de los hombres son compulsadas por las propias fuerzas humanas, podemos aceptar que el momento masónico cubano en el contexto mundial, pudiese ser evaluado para la transformación y/o modernización de algunos de nuestros preceptos; que claro se harán a su debido tiempo y por nosotros mismos con nuestro profundo reconocimiento a DIOS-GADU creador de la fraternidad universal, de la libertad suprema y de los valores que nos unen para conquistar el mundo que aspiramos, y esto no significará nunca que nuestra institución desaparezca.
Justo reconocimiento lleva a los masones hoy, hombres libres y de buenas costumbres, en en mayor o menor medida, reunirse regularmente a trabajar a ampliar su horizonte intelectual y espiritual, no solo con la voluntad que nos lleve a una reanimación de la fraternidad, sino también con la esperanza de un cambio para mejor de la sociedad actualmente permeada de injusticias. Pero esa agrupación de hombres libres que no emiten en sus templos juicios religiosos o consideraciones que tomen partido político, a pesar de ser hombres políticos en su momento profano; requieren de manera indispensable que sin querer provocar cambios de naturaleza social y respetando la organización política y civil donde se asienten, gocen de las estructuras democráticas que garantizando sus libertades civiles les permita proclamar la virtud, la moral y la ética sin que ello constituya fundamento de represión para sus inclinaciones, sabemos qu en diferentes épocas ha existido radicalización e intransigencia afectando nuestra labor fraternal, pero esto no puede ser motivo de escepticismo ni causa para desaparecer.
La sola mención de ser masón es generalmente señal de conducta virtuosa, afable, de moral y bondad, justicia e influencia bienhechora donde otros siempre podrán pedir ayuda y protección; esto nos resultará en esa cadena universal de unión que sustentara Krause con su idea de la Alianza de la Humanidad y que sin dudas debiera ser el principal objetivo de los hombres todos en su proyección exterior, y seguro que esto con la vigencia de la moral que soportamos, harán posible que desaparezcamos, no ya en el Siglo XXI, sino aun en el futuro por venir.
Las complejas ondulaciones sociales y confrontaciones que ocurren harán más evidente el mantenimiento y ecumenismo de los principios originales y la voluntad que sustentamos y nos pueden predecir el porvenir masónico como esperanzador aunque no exento de más esfuerzos para ello; lo sabemos y aceptamos el desafió apostando por todo aquello que fortalezca los lazos de unión y reconciliación social para que el futuro sea verdaderamente mejor. Con esa convicción, cargados de utopías y sueños y no trasmitiendo escepticismo, invitamos a todos los unos, para con la obra, como dijera Martí, dejar huellas para después, esperemos que la posteridad los reciba con satisfacción verdadera.
Fuente: http://www.logiahabana.org/Trabajo%202.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario