MRH Rod Ponech
Hermanos, el año pasado el MRH Norman Thomas, nuestro 99no. Gran Maestro, nos dio una a cada uno de nosotros una tarea. El nos encargó, a cada uno, que nos embarquemos individualmente en una misión para “Un estudio que nos demuestre a nosotros mismos que hemos aprobado”.
Este no fue un encargo fácil, no solo para cumplirlo sino, como dirían algunos, para siquiera entenderlo. El año pasado, como Vice Gran Maestro mi primer paso en este encargo fue de estudiar – aunque sea solo para entender de que se trataba el encargo entre manos.
Mi estudio incluyó una revisión de “El Francmasón”, una publicación de la Gran Logia de Inglaterra, y finalmente me concentre en un trazado del H. J. Fairbairn Smith, el cual se basaba a su turno en una investigación del eminente estudioso masónico MRH J. Smith, el Editor Emérito de “El Mundo Masónico de Detroit”, y que fuera iniciado en una logia en Hawick, Escocia en 1925.
En cada Logia Masónica hay una Piedra Bruta y una Piedra Pulida, colocadas ahi para que reflexionemos sobre las enseñanzas morales que ellas nos traen. Estas dos piedras conjuntamente con la Plancha de Trazar constituyen nuestras Joyas Moviles. Cual es us importancia, que es lo que tienen que ver con la Francmasonería y, finalmente, nos podrán ayudar en nuestra misión para demostrarnos que hemos aprobado?
Una vez le preguntaron a un escultor: “Como has podido tallar estatuas tan bellas?” Su respuesta fue: “Es la cosa mas simple del mundo. Solo tomo un martillo, un cincel y una roca sin forma, luego extraigo toda la piedra que no quiero y, ahí encuentro la estatua. Funciona siempre.”
En nuestras enseñanzas masonicas se nos dice que la Piedra Bruta es una piedra extraida de la cantera en su estado natural y burdo y que la Piedra Pulida es una piedra trabajada por las manos del obrero, para ser medida con las herramientas de trabajo del Compañero Mason.
La Piedra Bruta nos solamente una piedra recogida de cualquier parte. Es una piedra que ha sido seleccionada. Algo de trabajo se ha realizado sobre ella. Era, aparentemente, una buena piedra, una piedra que mostraba buenas posibilidades de ser transformada en una Piedra Pulida. Si no hubiera sido una buena piedra nunca hubiera sido cortada de la cantera en primer lugar.
Y así también es con cada candidato a Masón. Tu no fuiste simplemente recogido de cualquier parte sino que fuiste cuidadosamente seleccionado. Antes de que estuvieras listo para ser iniciado, algo de trabajao se había realizado sobre tí. Habías sido preparado para pasar algunas pruebas básicas. Tu eras, aparentemente, de buen material. Demostraste que eras un hombre que tenía las cualidades internas para ser transformado en un buen Masón. Si no hubieras sido un buen hombre nunca se te hubiera propuesto para ser miembro de nuestra Orden.
Para transformar una Piedra Bruta en una Piedra Pulida debes, como obrero, retirar las imperfecciones. Picar y picar. Cortar y pulir los “bordes ásperos”. Trabajar diligentemente para eliminar los defectos visibles. No crearás un nuevo material sino que trabajarás con el que ya tienes para transformarlo en una Piedra Perfecta.
Muy pocos masones llegarán a ser Piedras Pulidas. Así que, si hubiera, hay muy pocos masones perfectos en nuestras logias. En nuestro trabajo ritualístico, podemos eliminar muchas de las asperezas; remover los puntos filosos y dentados y eliminar los defectos mas visibles. Podemos trabajar diligentemente para producir un Masón tan bueno como el que nuestras facultades nos permitan. No obstante, lo primordial es tener un buen material.
Estas verdades son aplicables para toda la humanidad, pero para nosotros como Masones Simbólicos, tienen un significado muy especial. Pues cada uno de nosotros al inicio de nuestro viaje masónico, fue colocado en la esquina Noreste como una piedra ejemplar, con la esperanza de que, colocados en ese lugar, pudieramos con el paso del tiempo ser transformados a un estado de perfección aceptable al Constructor.
Que es lo que dice el poeta acerca de la piedra?
No es extraño que Principes y Reyes
Y payasos que resuenan en las carpas
Y tipos comunes como tu o yo
Somos los constructores, para la eternidad.
A cada uno de nosotros se nos entrega nuestras herramientas,
Una masa informe, y un libro de reglas:
Y cada uno debe hacer, adonde la vida lo lleve;
Un obstáculo o una escalera de piedra.
La masa informe con la que trabajamos es el carácter de hombre, y cada uno de nosotros es su propio arquitecto y cada uno de nosotros es su propio material de construcción. Al igual que nuestros predecesores, los Masones Operativos, caad uno de nosotros debe mostrar sus habilidades constructivas preparando una Piedra Pulida, que pueda ser probada por la escuadra de nuestra propia consciencia.
Detente un momento y preguntate “Que estas construyendo – un obstaculo o una escalera de piedra?”
Si la vida de un hombre es de tal orden que no puede “unirse al gran esfuerzo de ser feliz y transmitir felicidad a los demás” entonces será un obstaculo de piedra, no solo para sí mismo, sino para todos aquellos con los que se relaciona. Si un hombre es un Francmasón entonces está obligado por sus juramentos a estudiar el ritual, a descubrir los significados simbolicos ocultos y escondidos, de modo que pueda pulir su Piedra.
Historicamente, un antiguo cargo establece que, cuando se recibía a un Mason Operativo se le entregaba una piedra de masón (una Piedra Bruta) para que pueda demostrar sus habilidades y capacidades constructivas a sus hermanos masones. Su salario era determinado por su habilidad. Sus reconocimientos eran establecidos de acuerdo al trabajo que húbiera realizado. No es acaso esta la regla de la vida?
En una obra de construcción cada piedra es seleccíonada de la cantera para ajustarse a los requerimientos de la construcción. Como masones especulativos, nosotros obtenemos las piedras con las que trabajamos de las canteras de la vida. Así, cuando recibimos una solicitud de ingreso a nuestra Orden es nuestro deber indagar cuidadosamente todas las credenciales del candidato, para asegurarnos que solo material aprobado es admitido en la Orden. Para asegurarnos que solo material que puede volverse perfecto ingresa a la construcción de nuestro templo simbólico.
La masonería puede, y de hecho lo logra, mejorar el buen material, pero n puede transformar en bueno el material malo. Para el Masón Operativo el material malo hubiera puesto en peligro la integridad de la estructura, poniendo el edificio en peligro. Así para los Masones Especulativos, una Piedra defectuosa pondría en peligro el Templo Espiritual que nos hemos comprometido a construir.
Como un obrero, como un hombre del mundo, y como Masón continuamente entrarás en contacto con otros por lo que tendrás que aprender a controlar tus pasiones y reconocer el valor de los otros, de modo que la piedra sobre la que estás trabajando, es decir tu propio carácter vaya, lento pero seguro, tomando la forma de una Piedra Pulida.
Busca los materiales que necesitamos para completar nuestro Templo. Incentiva y recomienda a los hombres de honor el ingreso a nuestra obra. Hoy y siempre pica y pule una falla de tu Piedra Bruta. “Estudia para mostrarte a ti mismo como aprobado.”
Y así, podrás estar seguro que cuando llegue la hora final, encontrarás que el Gran Constructor habrá previsto un lugar para tí dentro del “Gran Templo Espiritual no construído por manos” para descansar eternamente en la Casa de Dios.
Mis hermanos, continuemos juntos nuestra labor en el Gran Diseño. Trabajemos diligentemente en nuestra Piedra Bruta y movamonos juntos perfeccionando el “Material Burdo” que el Todopoderoso nos ha entregado para trabajar.
Mis hermanos, la Francmasonería ofrece diferentes cosas a diferentes hombres. Disfrutamos la fraternidad y el contacto social. Involucramos a nuestras familias en muchos eventos. Viajamos y conversamos juntos. Algunos inclusive, disfrutan de beneficios comerciales y financieros. Para muchos, la Masonería es el foco de sus vidas. Todo esto es bueno. Todos estos elementos suman a nuestro disfrute de la Orden.
Sin embargo, me permito advertir a cada uno de ustedes: Nunca olviden ni ignoren el verdadero propósito de la Francmasonería: Trabaja diligentemente para ayudar a todos nuestros “Buenos hombres convertirse en mejores.” Y como individuos – perfeccionemos nuestra Piedra Bruta.
El MRH Rod Ponech fue el 100mo. Gran Maestro de Alberta
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ENGLISH VERSION
Ashlars - Rough & Smooth (http://www.thedigitalfreemason.com/index.php?option=com_content&task=view&id=13&Itemid=30)
Written by MW Bro. Rod Ponech
Monday, 31 October 2005
Brethren, Most Wor. Bro. Norman Thomas, our 99th Grand Master set each one of us a task last year. He charged us, each of us, to individually embark upon a quest to “Study to show thyself approved.”
This was not an easy task, to either accomplish, nor, some might say, to even understand, last year as the Deputy Grand Master, my initial step in the task, was to study – to simply understand what the task at hand really was.
My study included a review of “The Freemason”, a publication of the Grand Lodge of England, and finally centered on a paper by Bro. J. Fairbairn Smith, which he in turn had based on research by the eminent Masonic Scholar, Rt. Wor. Bro. J. Smith (no relation), the Editor Emeritus of the Detroit Masonic World, who was first made a Mason in the Lodge at Hawick, Scotland in 1925.
In every Masonic Lodge room there is the Rough Ashlar and the Perfect Ashlar, placed there for us to “moralize on”. These two and the Trestle Board constitute our Movable Jewels. What is their significance, what do they have to do with Freemasonry, and, can they assist us in our quest to show ourselves approved?
A Sculptor was once asked: “How do you carve such beautiful statues?” His reply (often quoted) was: “It is the simplest thing in the world. I take a hammer and chisel from the shapeless rock, I knock off all of the stone I do not want, and there is the statue. It works every time.”
In our Masonic teaching we are told that the Rough Ashlar is a stone taken from a quarry in its rude and natural state and that the Perfect Ashlar is a stone made ready by the hands of the workman, to be adjusted by the working tools of the Fellow Craft.
The Rough Ashlar was not a stone that was merely picked up somewhere. It was one that had been selected. Some work was initially done upon it. It was apparently a good stone, a stone that showed good prospects of being capable of being made into a Perfect one. Had it not been a good stone it would never have been cut from the quarry in the first place.
So it is with each prospective Mason. You were not merely “picked up somewhere” but rather were carefully selected. Before you were ready to be initiated, some work had been done on you. You were made to stand certain basic tests. You were apparently of good material. You were shown to be a man who had within you the prospect of being made into a good Mason. If you had not been a good man you would never have been proposed for membership.
In changing a Rough Ashlar into a Perfect Ashlar, as a workman you take away the imperfect. You chip away, and you chip away. You cut away the “rough edges”. You work diligently to remove the visible flaws. You do not create a new material but rather work with what is already there to develop and mould it into your Perfect Stone.
Very few Masons will ever make a Perfect Ashlar. So there are very few, if any, perfect Masons in our Lodges. In our ritualistic work, we can take away much of the roughness, remove the sharp and jagged points and obliterate the most visible defects. We can diligently work to produce as good a Mason as there is within our power to produce. However, the most essential thing is to first have good material.
These truths are applicable to all mankind, but for us as Symbolic Masons, they are provided with especial meaning. For, was not each one of us, at the commencement of our Masonic journey, placed at the Northeast corner as an example in stone, in the hope that being so placed, we would, in the fullness of time, be brought towards a state of perfection, acceptable to the Builder.
What does the poet say of the stone?
Isn’t it strange that Princes and Kings
And clowns that caper in the sawdust rings,
And common folks like you and me
Are the builders all, for eternity.
Each is given a kit of tools,
A shapeless mass, and a book of rules:
And each must make, ere life is flown;
A Stumbling Block or a Stepping Stone.
The shapeless mass we work with is a man’s character, and each one of us is his own architect, each is his own building material. Like our predecessors, the Operative Stone masons, we must each show true craftsmanship in working out a Perfect Ashlar, fit, to be tried by the square of our own conscience.
Pause for a moment; Ask yourself “Which are you crafting – a Stumbling Block or a Stepping Stone?”
If a man’s life is such that he cannot “join in the grand design of being happy and communicating happiness to others” then he is a stumbling block, not only to himself, but to all those with whom he is associated. If a man is a Freemason then he is bound by oath to study the ritual, to discover the hidden and inner symbolic meanings, so that he can perfect his Ashlar.
Historically, an ancient charge states that; a visiting “Operative Mason” was provided with a mason’s stone (a Rough Ashlar) to enable him to demonstrate his skills and craftsmanship to his brother masons. His wages were determined by his skill. His rewards established by the work he had done. Is this not the rule of life?
On a building site each stone is selected from the quarry to suit the requirements of the building. As Speculative Masons, we obtain our mouldings stones from the quarries of life. Thus, when we receive an application for admission to our order it is our duty to carefully scrutinize all of the applicant’s credentials, to ensure that only approved material is admitted to the craft. Ensuring that only material which may be made perfect, goes into the building of our symbolic temple.
Freemasonry can, and does, improve good material, but it cannot make bad material good. As with the Operative Mason, poor material would have endangered the integrity of the structure, placing the building at risk. So too with Speculative Masons, a faulty Ashlar will endanger the Spiritual Temple we are all endeavouring to build.
In you capacity as a craftsman, as a man of the world, and as a Mason you are continually coming into contact with your fellows and you must learn to control your passions, and to recognize the worth of others, with the result that the stone you are working on, namely your own character, is slowly but surely taking shape as a Perfect Ashlar.
Seek out the materials we need to complete our Temple. Encourage and cultivate men of honour to join in our building. Today and every day, chip away yet one more flaw from your Rough Ashlar. “Study to show thyself approved.”
And thus, you may rest assured that when your final summons comes, you will find that the Great Builder will have provided a place for you in the “Great Spiritual Temple not made with hands” eternally resting in the House of God.
My Brethren, let us continue to labour together in the Grand Design. Let each one of us work diligently at our “Rough Ashlar” And move together towards perfecting the “Rough Material” which the Almighty has given us to work.
My Brothers, Freemasonry offers many men many things. We enjoy fellowship and social contact.
We involve our families in many events. We travel and converse with one another. Some even enjoy commercial or financial benefits. For many, Masonry is the focus of their lives. All of this is well and good. All of these elements add to our enjoyment of the Craft.
However, I caution each one of you: Do not ever forget, nor ignore the real purpose of Freemasonry: Work diligently to assist all of our “Good men in becoming better.” And as Individuals – Perfect your Ashlars.
M.W. Bro. Rod Ponech was the 100th Grand Master of Alberta
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