domingo, marzo 15, 2009

Mensaje G:.M:. de la G:.L:.P:.

 

Segunda Parte

 

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Palabras del R.·.H.·. Andrés Jara Cáceres, V.·.M.·.I.·. de la V.·.C.·. Antonio Arenas

 

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NOMBRES PROFANOS Y NOMBRES INICIÁTICOS

Fuente: APERCEPCIONES SOBRE LA INICIACIÓN - René Guénon

Hablando anteriormente de los diversos géneros de secretos de orden más o menos exterior que pueden existir en ciertas organizaciones, iniciáticas o no, hemos mencionado entre otros el secreto sustentado sobre los nombres de sus miembros; y puede parecer, a primera vista, que éste esté incluido entre las simples medidas de precaución destinadas a protegerse contra peligros provenientes de cualquier enemigo, sin que haya lugar para buscar una razón más profunda. De hecho, es así con seguridad en muchos casos, y al menos entre aquellos que tienen que ver con organizaciones secretas puramente profanas; pero, sin embargo, cuando se trata de organizaciones iniciáticas, es probable que haya aquí algo más, y que este secreto, como todos los demás, revista un carácter verdaderamente simbólico. Hay tanto más interés en detenerse un poco sobre este asunto cuanto que la curiosidad por los nombres es una de las manifestaciones más ordinarias del "individualismo" moderno, y, cuando pretende aplicarse al dominio iniciático, da prueba de una gran ignorancia de las realidades de este orden, y de una molesta tendencia a querer reducirlas al nivel de las contingencias profanas. El "historicismo" de nuestros contemporáneos no se satisface sino al poner nombres propios a todo, es decir, a atribuir todas las cosas a determinadas individualidades humanas, según la concepción más estrecha que pueda hacerse, la que tiene su curso en la vida profana y no tiene en cuenta sino solo la modalidad corporal. No obstante, el hecho de que el origen de las organizaciones iniciáticas no pueda ser jamás relacionado con tales individualidades debería hacer reflexionar a este respecto, y, cuando se trata de aquellas de orden más profundo, sus propios miembros no pueden ser identificados, y no porque disimulen, lo que, por cuidado que pusieran en ello, no podría ser siempre eficaz, sino porque, en rigor, no son "personajes" en el sentido en que quisieran los historiadores, y cualquiera que creyera poder nombrarlos estará, por ello mismo, inevitablemente equivocado[1]. Antes de entrar en más amplias explicaciones, diremos que algo análogo se encuentra, guardando las proporciones, en todos los grados de la escala iniciática, incluso en los más elementales, de manera que, si una organización iniciática es realmente lo que debe ser, la designación de uno cualquiera de sus miembros mediante un nombre profano, incluso si es "materialmente" exacto, será siempre tachado de falsedad, casi como lo sería la confusión entre un actor y el personaje al cual interprete y del cual se obstinaran en aplicar el nombre en todas las circunstancias de su existencia.

Ya hemos insistido sobre la concepción de la iniciación como un "segundo nacimiento"; es precisamente por una lógica consecuencia inmediata de esta concepción que, en numerosas organizaciones, el iniciado recibe un nuevo nombre, diferente a su nombre profano; y esto no es una simple formalidad, pues este nombre debe corresponder a una modalidad igualmente diferente de su ser, aquella cuya realización se torna posible mediante la acción de la influencia espiritual transmitida por la iniciación; puede indicarse por otra parte que, incluso bajo el punto de vista exotérico, la misma práctica existe, por una razón análoga, en ciertas órdenes religiosas. Tendremos entonces para el mismo ser dos modalidades distintas, manifestándose una en el mundo profano, y la otra en el interior de la organización iniciática[2]; y, normalmente, cada una de ellas debe tener su propio nombre, no conviniendo el de una a la otra, puesto que se sitúan en dos órdenes realmente diferentes. Se puede ir más lejos: a todo grado de iniciación efectiva corresponde una modalidad del ser; éste debería entonces recibir un nuevo nombre para cada uno de estos grados, e, incluso si este nombre no le es dado de hecho, no por ello no existe, puede decirse, como expresión característica de esta modalidad, pues un nombre no es en realidad sino esto. Pero, como estas modalidades están jerarquizadas en el ser, hay nombres que las representan respectivamente; un nombre será entonces tanto más cierto cuando corresponda a una modalidad de orden más profundo, puesto que, por ello, expresará algo que estará más próximo a la verdadera esencia del ser. Es entonces, contrariamente a la opinión vulgar, el nombre profano el que, estando vinculado a la modalidad más exterior y a la manifestación más superficial, es el menos real de todos; y es especialmente así en una civilización que ha perdido todo carácter tradicional, y donde un nombre no expresa casi nada de la naturaleza del ser. En cuanto a lo que puede ser llamado el verdadero nombre del ser humano, el más real de todos, nombre que es por otra parte propiamente un "número", en el sentido pitagórico y kabalístico de la palabra, es el que corresponde a la modalidad central de su individualidad, es decir, a su restauración en el "estado primordial", pues es éste lo que constituye la expresión integral de su esencia individual.

Se desprende de estas consideraciones que un nombre iniciático no debe ser conocido en el mundo profano, puesto que representa una modalidad del ser que no podría manifestarse en éste, de manera que su conocimiento caería en cierto modo en el vacío, no encontrando realmente nada a lo que pudiera ser aplicado. Inversamente, el nombre profano representa una modalidad de la que el ser debe despojarse cuando permanezca en el dominio iniciático, y que no es para él entonces sino un simple papel con el que actúa en el exterior; no podría entonces valer este nombre en dicho dominio, con respecto al cual lo que expresa es en cierto modo inexistente. Es evidente, por otra parte, que las razones profundas de la distinción y por así decir de la separación entre el nombre profano y el iniciático, como designando a "entidades" efectivamente diferentes, pueden no ser conscientes en todo lugar en que el cambio de nombre se practica de hecho; puede ocurrir que, como consecuencia de una degeneración de ciertas organizaciones iniciáticas, se llegue a estar tentado a explicarlo mediante motivos completamente exteriores, por ejemplo, presentándolo como una simple medida de prudencia, lo que, en suma, equivale casi a las interpretaciones del ritual y del simbolismo en sentido moral o político, y no impide en absoluto que haya habido en un principio algo distinto. Por el contrario, si no se trata sino de organizaciones profanas, estos mismos motivos exteriores son realmente válidos, y no podría haber nada más, a menos no obstante que no exista también, en ciertos casos, como ya hemos dicho a propósito de los ritos, el deseo de imitar las costumbres de las organizaciones iniciáticas, pero, naturalmente, sin que ello pueda entonces responder a la menor realidad; y esto demuestra una vez más que las apariencias similares pueden, de hecho, encubrir las cosas más diferentes.

Todo lo que hemos dicho hasta aquí de esta multiplicidad de nombres, representando a otras tantas modalidades del ser, se refiere únicamente a extensiones de la individualidad humana, comprendidas en su realización integral, es decir, iniciáticamente, al dominio de los "pequeños misterios", tal como explicaremos a continuación de forma más precisa. Cuando el ser pasa a los "grandes misterios", es decir, a la realización de los estados supra-individuales, pasa por ello más allá del nombre y de la forma, puesto que, como enseña la doctrina hindú, éstas (nâma-rûpa) son las expresiones respectivas de la esencia y de la substancia de la individualidad. Un tal ser, verdaderamente, no tiene entonces nombre, ya que ésta es una limitación de la cual está desde ese momento liberado; podrá, si ha lugar, tomar cualquier nombre para manifestarse en el dominio individual, pero este nombre no le afectará en modo alguno y le será totalmente tan "accidental" como un simple ropaje que puede quitarse o cambiar a voluntad. Esta es la explicación de lo que dijimos anteriormente: cuando se trata de organizaciones de este orden, sus miembros no poseen nombre, y por otra parte tampoco lo tendrán más; en estas condiciones, ¿qué hay todavía que pueda dar motivo a la curiosidad profana? Si incluso ésta llega a descubrir algunos nombres, no tendrán sino un valor convencional; y esto puede producirse, muy a menudo, en organizaciones de orden inferior a aquel, en las cuales serán por ejemplo empleadas "firmas colectivas", representando, sea a estas organizaciones en su conjunto, sea funciones consideradas independientemente de las individualidades que las desempeñan. Todo ello, lo repetimos, deriva de la naturaleza misma de las cosas de orden iniciático, donde las consideraciones individuales no cuentan para nada, y no tienen como fin el desviar ciertas investigaciones, aunque ésta sea una consecuencia de hecho; pero, ¿cómo podrían los profanos suponer otras intenciones de las que ellos mismos pueden tener?

De ahí proviene también, en muchos casos, la dificultad o incluso la imposibilidad de identificar a los autores de obras que tengan un cierto carácter iniciático[3]: o son por completo anónimas o, lo que viene a ser lo mismo, no tienen como firma sino una marca simbólica o un nombre convencional; no hay por otra parte ninguna razón para que sus autores hayan tenido en el mundo profano un papel aparente cualquiera. Cuando tales obras llevan por el contrario el nombre de un individuo conocido en algún lugar que haya vivido efectivamente, no se está quizá mucho más avanzado, pues no por ello se sabrá exactamente con quién o con qué tiene que ver: este individuo puede muy bien no haber sido mas que un portavoz, una máscara; en semejante caso, su pretendida obra podrá implicar conocimientos que él jamás habrá realmente tenido; puede no ser sino un iniciado de grado inferior, o incluso un simple profano que habrá sido elegido por cualquier razón contingente[4], y entonces no es evidentemente el autor lo que importa, sino únicamente la organización que le ha inspirado.

Por lo demás, incluso en el orden profano, uno puede extrañarse de la importancia atribuida en nuestros días a la individualidad de un autor y a todo lo que le concierne de cerca o de lejos; el valor de la obra, ¿depende en forma alguna de estas cosas?. Por otra parte, es fácil constatar que la preocupación por vincular el propio nombre a una obra se encuentra tanto menos en una civilización que esté más estrechamente unida a los principios tradicionales, de la cual, en efecto, el "individualismo" bajo todas sus formas es verdaderamente su propia negación. Se puede comprender sin dificultad que todo ello se produzca, y no queremos insistir más, puesto que son cosas sobre las cuales nos hemos explicado a menudo; pero no era inútil indicar aún, en esta ocasión, el papel del espíritu antitradicional, característico de la época moderna, como causa principal de la incomprensión de las realidades iniciáticas y de la tendencia a reducirlas a los puntos de vista profanos. Es este espíritu lo que, bajo nombres tales como "humanismo" y "racionalismo", se esfuerza constantemente, desde hace siglos, en reducirlo todo a las proporciones de la individualidad humana vulgar, es decir, de la porción restringida que conocen los profanos, y en negar todo lo que sobrepasa este dominio, angostamente limitado, luego en particular todo lo que depende de la iniciación,, al grado que sea. Apenas hay necesidad de indicar que las consideraciones que acabamos de exponer aquí se basan esencialmente en la doctrina metafísica de los estados múltiples del ser, de la cual son una aplicación directa[5]; ¿cómo podría esta doctrina ser comprendida por quienes pretenden hacer del hombre individual, e incluso sólo de su modalidad corporal, un todo completo y cerrado, un ser que se basta a sí mismo, en lugar de no ver sino lo que en realidad es, la manifestación contingente y transitoria de un ser en un dominio muy particular entre una multitud indefinida de éstos, cuyo conjunto constituye la Existencia universal, y a los cuales corresponden, para este mismo ser, otras tantas modalidades de estados diferentes, de los cuales será posible tomar conciencia precisamente siguiendo la vía que le es abierta mediante la iniciación?

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[1] Este caso es concretamente, en occidente, el de los verdaderos Rosa-Cruz.

[2] Por lo demás, la primera debe considerarse como no teniendo más que una existencia ilusoria en relación a la segunda, no sólo en razón de la diferencia de los grados de realidad a los que se refieren respectivamente, sino también porque, como lo hemos explicado un poco más atrás, el «segundo nacimiento» implica necesariamente la «muerte» de la individualidad profana, que así no puede subsistir más que a título de simple apariencia exterior.

[3] Por lo demás, esto es susceptible de una aplicación muy general en todas las civilizaciones tradicionales, por el hecho de que el carácter iniciático está vinculado en ellas a los oficios mismos, de suerte que toda obra de arte (o lo que los modernos llamarían así), de cualquier género que sea, participa de él necesariamente en una cierta medida. Sobre esta cuestión, que es la del sentido superior y tradicional del «anonimato», ver El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, capítulo IX.

[4] Por ejemplo, parece que la cosa haya sido así, al menos en parte, para las novelas del Santo Grial; es también a una cuestión de este género a la que se remiten, en el fondo, todas las discusiones a las que ha dado lugar la «personalidad» de Shakespeare, aunque, de hecho, aquellos que se han librado a ellas no hayan sabido llevar nunca esta cuestión a su verdadero terreno, de suerte que apenas han hecho más que embrollarla de una manera casi inextricable.

[5] Para la exposición completa de lo que se trata, ver nuestro estudio sobre Los Estados múltiples del ser.

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sábado, marzo 14, 2009

BARCELONA ES LA CIUDAD DE ESPAÑA DONDE HAY MÁS MASONES

“Paseos por la Barcelona Masónica” es la guía que ha editado recientemente el Ayuntamiento barcelonés. En esta obra se incluyen algunos símbolos masónicos de la ciudad y una relación de personajes, calles, plazas y elementos arquitectónicos relacionados con estas sociedades secretas. Su autor es el periodista Xavier Casinos, especializado en materia masónica..

-¿Por qué una guía masónica de Barcelona?

-Fue un encargo que me hizo el Ayuntamiento de Barcelona. Guías Masónicas de ciudades también se pueden encontrar en Londres, París o Bruselas.

-La guía está escrita en catalán, castellano e inglés. ¿También se puede considerar una herramienta de promoción turística de la ciudad?

-Estoy muy sorprendido por el interés que está teniendo el libro. El otro día me llamó gente del Parlamento Europeo porque estaba interesada en obtener la guía.

-¿Cuántos masones hay en Barcelona?

-Unos 1.500 pero hay que diferenciar entre los masones en activo y los que se dominan durmientes, que son personas que se han iniciado pero por razones profesionales o personales se han dado de baja y pueden volver cuando quieran. Barcelona es la ciudad de España donde hay más masones.

-En la guía también dedica una parte a las calles y espacios públicos de Barcelona con nombres de Masones. ¿Qué personajes ha descubierto que son masones?

-Seguramente habrá más pero los que yo conozco son los que aparecen en la guía. Por ejemplo: el poeta Antonio Machado, el Doctor Aiguader, que ocupó la alcaldía de Barcelona entre 1931 y 1934, el Doctor Fleming, inventor de la penicilina, el compositor Mozart, el general Joan Prim, George Washigton, el primer presidente de Estados Unidos o Clotilde Cerdà , la hija d"Ildefons Cerdà, entre otros.

-También encontramos al ex ministro de Sanidad Ernest Lluch, ¿no?

-Cuando fue asesinado por ETA los Masones le enviaron un triángulo de flores rojas. Al parecer ejercía la Masonería en Francia. Como la Masonería es joven y ha pasado lo que ha pasado en España pues hay mucha gente en nuestro país que prefiere practicarla fuera y hay personas que están en Francia, Inglaterra, Suiza o Portugal.

-¿La Masonería está más normalizada en otros países?

-En nuestro país hay muchos políticos y personajes públicos que no se atreven a decir que son Masones e incluso prefieren iniciarse fuera.  La Masonería inglesa y francesa está muy normalizada e incluso da prestigio. Por ejemplo, el ministro de Trabajo de Sarkozy es Masón o el actual alcalde de París. ¡En Estados Unidos incluso algunos Masones lo ponen en el currículum!

-¿Qué huella han dejado los Masones en Barcelona?

-La fachada de la biblioteca en la antigua sede de la cooperativa La Fraternidad, en la Barceloneta, símbolos en la antigua caja de reclutas en el Convento de Sant Agustí, en la calle Comerç, el conjunto escultórico que preside la fachada de los Porxos d"en Xifré, en Pla de Palau, o la fachada del número 11 de Portaferrisa son algunos ejemplos.

-¿Destacaría algún escenario más?

-La Biblioteca Pública Arús, en el número 26 del Passeig de Sant Joan.  Es una biblioteca especializada en Masonería y sobre todo en movimiento obrero. También tiene unas colecciones muy importantes de Masonería fruto de una donación de Rossend Arús, el principal impulsor de la Masonería moderna en Catalunya a mediados del siglo XIX. Es un milagro que esta biblioteca se haya conservado de tal manera porque sabido de su pasado masónico inmediatamente después de la Guerra Civil se dictó una orden de incautación para que fuera trasladada a Salamanca pero se salvó. Sencillamente se cerró la biblioteca y permaneció toda la documentación que hoy en día está disponible.

-En esta biblioteca también se encuentra un cuadro masónico muy especial, ¿no?

-Hay mucha gente que sostiene que los colores del Barça tienen un origen masónico porque coincide con los colores azulgrana de un grado que existe en la Masonería Anglosajona que se llama Royal Arch. Hay gente que dice que Joan Gamper era Masón. Pero hay que poner un poco de sentido común a las cosas ya que vino a Barcelona muy joven aunque tampoco es de extrañar que se hubiera podido iniciar en Suiza, uno de los lugares masónicos más importantes. Hay que decir también que cuando Gamper llega a Barcelona le acoge un pariente que sí era Masón. En todo caso, el posible origen masónico de los colores hay que tomarlo con cautela pero es una curiosidad divertida.

-Usted también es coautor del libro Franco contra los Masones (Martínez Roca).Durante el franquismo incluso se creó un tribunal de represión de la Masonería. ¿Cómo vivió la masonería este episodio de la historia?

-Franco estaba obsesionado con la Masonería. Cuenta la leyenda que a él no lo dejaron entrar por dos veces. Una vez en África y otra en Madrid. En cualquier caso sí que su hermano Ramón Franco era Masón.  Incluso se inició en una logia llamada Plus Ultra que curiosamente es el mismo nombre del avión con el que hizo la histórica travesía del Atlántico.

-¿Qué medidas adoptó Franco contra la Masonería?

-Franco se educó en un momento en el que se culpaba a la Masonería de todos los males de España. Además durante la Guerra Civil mayoritariamente la gente de izquierdas y de la causa republicana estaba en Logias Masónicas como Manuel Azaña o Lluís Companys aunque hay que decir que también había Masones en el bando contrario.  Inmediatamente después del alzamiento en las plazas que se iban tomando se persiguió a los Masones y de entrada se fusilaban. Con el triunfo de la Guerra Civil prosiguieron los fusilamientos y entonces hubo una persecución más policial. También se creó el Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo y se abrieron expedientes de Masones hasta diez veces más de los que había realmente en España. Esto se conversaba en Salamanca e incluso se encuentran curiosidades como expedientes abiertos a Franklin D. Roosevelt, Harry S. Truman o Winston Churchill por ser Masones.

-¿Y en Barcelona qué pasó?

-En los cementerios de Montjuïc y Poblenou se retiraron de algunas lápidas el Compás y la Escuadra que son Símbolos Masónicos. También se taparon Símbolos en las fachadas de la Fraternidad y en el Convento de Sant Agustí.

-¿Con esta Guía la Masonería deja de ser un poco más secreta?

-Hoy en día se ha abierto mucho e incluso en internet se puede encontrar fácilmente sus templos. También hay que romper tabúes.  Parece que a raíz de la publicación de novelas como El Código Da Vinci o algunas películas la gente va a encontrar el tesoro de los Templarios o la tumba de la Magdalena. Esto no es verdad.

-¿Y de qué sirve ser masón?

-Es como una red de solidaridad en todo el mundo en la que hay unos seis millones. Yo he conocido tres clases de Masones:

  • Los que realmente creen que la Masonería es una especie de escuela de ética y les ayuda a ser más tolerantes, dialogantes y más sensibles en determinadas cuestiones sociales. La mayoría que conozco reúne este perfil.
  • También he conocido a los que quieren encontrar ese tesoro de los Templarios y
  • Aquellos que piensan que entrando en la masonería se van hacer ricos.

Tomado de: www.lavanguardia. es

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LA VIRTUD DEL SILENCIO

Powell, Arthur E. (1987:99-111): "La Magia de la Francmasonería".

Barcelona, Edicomunicación, S.A. (Traducción por Salvador Valera).

El ambiente secreto de que se rodea la Masonería constituye, sin duda, para el que no es masón, la característica más notable de la Orden. Esta impresión viene a corroborarse y fortalecerse en la Iniciación y en los grados siguientes de manera suficientemente concluyente para que, quien haya pasado por todas estas  Ceremonias, no pierda jamás la vista su deber de Silencioso masónico.

Pueden existir algunos masones que pongan en tela de juicio al principio y quizá durante mucho tiempo, la necesidad de semejante secreto. Hasta los más pensadores se desconciertan cuando tratan de determinar cuál es el valor práctico del silencio que prometieron guardar, pues cuando dan vueltas en sus cabezas a la naturaleza de los "secretos" tan celosamente guardados, es difícil que puedan evitar una sonrisa incrédula ante la idea de dar gran importancia a unos cuantos útiles y palabras secretas, cuya divulgación por la prensa no podría ocasionar grandes trastornos al parecer. Claro que es conveniente que exista un signo secreto para que los Francmasones se puedan reconocer entre sí; pero esto no justifica al parecer las extraordinarias precauciones que toman los miembros de la Orden masónica para conservar sus signos secretos y sus palabras de paso.

Este tema se presta a profundas reflexiones. Para ello dividiremos nuestro estudio en dos aspectos, es decir, el del Secreto y el del Silencio. El primero es el aspecto externo y exotérico, y el último es el interno o esotérico. El secreto o reserva es un recurso mundano de defensa relativamente fácil. Por el contrario, el silencio es esencialmente espiritual, y no tienen nada que ver con las conveniencias mundanales.

Existen muchas razones sencillas y obvias para que la Francmasonería guarde el secreto externo, pues, si bien hoy día ya no se nos persigue por nuestras ideas religiosas ni por nuestras opiniones filosóficas, conservamos, sin embargo, la tradición de épocas lejanas en que los que sustentaban opiniones o practicaban ritos que no eran ortodoxos debían guardar el más severo secreto y la más estricta reserva, si no querían poner sus vidas en peligro. En realidad, el pensamiento original, las investigaciones científicas, la cultura y, principalmente, las especulaciones religiosas han sido hasta una época relativamente reciente ocupaciones que entrañaban grandes peligros si no se realizaban a puerta cerrada. La reserva y el secreto eran, también, muy convenientes en muchos oficios y comercios con objeto de conservar las recetas y las fórmulas y proteger los intereses de los verdaderos artesanos.

Aparte de estas consideraciones puramente prácticas, no cabe duda de que los actos de naturaleza ritualística han de protegerse contra el menosprecio y las burlas de los profanos a fin de que las cosas preciosas y sagradas no sean execradas por quienes son demasiado ignorantes para comprender su naturaleza interna y su significación espiritual. Si no se tomara la medida de guardar la cosas en secreto es probable que los hermanos más débiles serían incapaces de soportar el esfuerzo, y sucumbirían al ridículo; mientras que ante cualquier evento se haría un derroche innecesario de energía para desviar las pullas d los ignorantes o las malevolencias dirigidas contra la Orden y sus procedimientos.

Existen otras razones poderosas de que se guarde el secreto masónico, entra las cuales destaca la de crear deliberadamente una atmósfera de misterio, pues si bien esa atmósfera atrae a los curiosos y les lienta a profundizar en los misteriosos secretos de la naturaleza, también tiende a avivar el sentimiento religioso en los hombres y procura acrecentar la reverencia que se debe tener por el Ritual Masónico. El amor a lo misterioso es saludable y beneficioso si se dirige cuerdamente, pues no existe nadie por cínico que sea que no abrigue una secreta atracción hacia el misterio. Porque ¿quién no ansía por escéptico que sea conocer y comprender el significado de la naturaleza con todas sus maravillas, de la vida y de la muerte, de la conciencia, del origen y destino de las miríadas de vidas de que está lleno el universo y de lo que existe en las estrellas, así como de su duración? No existe reverencia tan verdadera como la del hombre de ciencia que estudia los milagros de la Naturaleza para arrancar de los tesoros de ésta diminutos fragmentos.

Además, el mero hecho de participar con otros en la conservación de secretos establece un sutil lazo de simpatía que ayuda a fortalecer la cadena fraternal. Pocos hombres pasan de la edad espiritual en que se experimenta esa satisfacción de poseer secretos que es una de las características más destacadas de los niños. Excepto los que carecen de imaginación, todos encuentran cierto encanto en participar con otros en la posesión de secretos, lo cual ocurre hasta en el caso en que éstos no tengan valor alguno ni sean interesantes. El mero hecho de que los francmasones sean capaces de reconocer a los miembros de su fraternidad en cualquier lugar de la tierra y distinguirlos de todos los demás hombres, es un atractivo que tiene algo de ensueño y de romance.

Una lección valiosísima que se desprende de la práctica del secreto y de la reserva es la del dominio de la lengua. Dícese que la lengua es el miembro más rebelde del cuerpo y el más difícil de dirigir, y, en verdad, que pocos hombres son capaces de conservar un secreto, ya sea éste grande o pequeño. Casi todos tienen propensión a las debilidades de la curiosidad, con cuyo defecto va unido íntimamente el deseo de saciar la curiosidad ajena, comunicando al prójimo lo que sería conveniente guardar en secreto. De modo que la Francmasonería proporciona una excelente disciplina, quizá algo elemental, para tener quieta la lengua, y da una educación que puede sernos útil muchas veces. En la jocosa frase de Mark Twain de que "la verdad es nuestro tesoro más preciado y, por lo tanto, debemos economizarla…" se encierra una gran verdad.

Si el francmasón no adquiriese en la Orden otra cosa que la capacidad de no decir cosas innecesarias y de conservar el dominio de la lengua, no habría gastado el tiempo en balde. El hecho de que no encuentre una razón poderosa que justifique la estricta conservación de los secretos francmasónicos, sirve para que entrenamiento sea más efectivo. No deben confiarse los grandes misterios. A quien no sea capaz de guardar secretos sin importancia.

Sin embargo, andaríamos equivocados si creyésemos que la francmasonería no tiene ningún secreto que deba ser ocultado a los profanos por temor de que resulte un perjuicio real. El mundo occidental se va percatando ya de que la Francmasonería tiene íntima relación con los Misterios verdaderos, en que se comunican a los iniciados los secretos reales. Estas cosas fueron dadas al olvido durante muchos siglos, pero no está muy lejano el día en que se restablezcan y en que se confieran genuinos secretos de terrible y extremado poder a los hombres puros y dignos de ello, porque la francmasonería es magia -en la verdadera aceptación de esta mal definida palabra- y magia de orden elevado, a pesar de que actualmente se haya perdido casi por completo el arte. Cuando llegue el momento de su restauración, serán esenciales la reserva y el secreto absoluto, y entonces la educación que ahora recibimos con objeto de que guardemos nuestros secretos aparentemente inofensivos, nos mantendrá en aquellos días en buenas condiciones y hará que seamos dignos de que se nos confíe el faro del verdadero conocimiento, de donde procede el poder de la "magia" espiritual para iluminación de los hombres y servicio del mundo.

Dirijamos ahora nuestra atención al aspecto interno de la conservación del secreto y del verdadero significado del silencio masónico. Múltiples y valiosísimas son las lecciones del silencio así como de su belleza y misterio. Del silencio hemos salido y a él debemos retornar cuando llegue la hora. Cuando estamos en silencio podemos ahondar en la significación de los misterios de la vida. En el silencio solitario de nuestros corazones es donde descubrimos las grandes experiencias de la vida y del amor.

Es preciso acallar a la naturaleza inferior para poder ver la verdad o encararse con la vida en toda equidad y firmeza. Sólo cuando se silencia y aquieta el tumulto de las pasiones egoístas, de los vehementes deseos, del odio destructor o de la malevolencia es cuando puede dejarse oír la voz del Guía interior -que es el Hombre verdadero-, y cuando el V.M. puede dirigir la Logia. Los mensajes y órdenes del Maestro, del Ego sabio, no pueden ser transmitidos a los elementos de la naturaleza inferior, ni pueden ser "obedecidos con toda exactitud" sino cuando hay silencio en la Logia, cuando han cesado el altercado de las luchas emocionales y mentales y cuando todas las partes del organismo se subordinan a la dirección silenciosa del Dueño de la conciencia, o sea del Ego.

Cuando el corazón está en silenció, la inspiración aparece y la visión se aclara. En el desvelo silencioso de la noche, en la calma del desierto, en las cumbres solitarias de las montañas, en el sosiego de los bosques y bajo el plateado dosel de las estrellas las pasiones se debilitan, la iluminación emana de la mente, el corazón se hincha y el espíritu adquiere alas para remontarse al cielo.

En los escasos momentos de silencio en que se acalla el estrépito de las bulliciosas actividades de los hombres y de sus inquietas civilizaciones es cuando podemos encontrar paz y sentir la beatitud de una clara visión. El silencio es siempre más elocuente que el lenguaje: cuando tratamos de expresar la verdadera simpatía, la comprensión más profunda, el más grande de los amores, el más genuino de los afectos y las más noble de las camaraderías no encontramos más que palabras imperfectas e inadecuadas; pero estos sentimientos se comunican libre y fácilmente si permanecemos en silencio.. Emerson estaba en lo cierto cuando dijo que el volumen de un discurso se puede medir por la distancia que separa al orador del oyente. Entre los amigos existe una comprensión, una inteligencia callada: no existe simpatía más real ante el dolor que la silenciosa. En las miradas de los perros y de los caballos se descubren mudas comprensiones que, a veces, nos parecen más verdaderas y consoladoras que las más elocuentes palabras de los hombres.

Las emociones más sublimes sobrepujan a la capacidad del discurso y alcanzan su pináculo supremo en el éxtasis y en el silencio. Las grandes tragedias no pueden expresarse con palabras, y hasta las más agudas chanzas hacen que se acallen las risas para provocar un silencioso regocijo interior. Los grandes fenómenos de la Naturaleza, el esplendor del alba y del ocaso, la imponente grandeza de las cumbres, la fuerza de las cataratas, la pureza deslumbradora de los nevados campos, el monstruoso poder de los glaciares y de las avalanchas, la delicada fragancia de las flores, el grato aroma que despide la tierra sedienta cuando pasado el tropical monzón, el sosiego de los helados mares. El furor de la tempestad, las heroicas hazañas, la vida de devoción y sacrificio, la amargura de la muerte y el nacimiento de una nueva vida nos transportan a una región en que las palabras orales no son necesarias ni posibles, y nos internan en un mundo en que el silencio reina supremo y en que todos los demás medios de expresión son fútiles y mezquinos.

Nada hay que sea tan lívido, tan infinitamente flexible como el silencio. Lejos de ser éste una mera negación de sonido, es capaz de expresar la más extrema diversidad de pensamientos y emociones. Recuérdense sino el silencio del odio implacable y del amor fiel; el silencio del desprecio o de la veneración; el del consentimiento y de la desaprobación; el de la cobardía o del valor; de la tristeza o del regocijo; el de la desesperación y el del éxtasis y del placer.

Es un lugar común conocido por todo observador de la naturaleza humana que los silencios de los hombres expresan con frecuencia mucho más que sus palabras. Las cosas que ellos no saben cómo expresar bien son amanera de velos que cubren otras más profundas que no saben o no se atreven a manifestar por medio del lenguaje. En los momentos de silencio aparece a la superficie la verdadera naturaleza de los hombres, y éstos se percatan de sus almas más íntimas. Los hombres débiles e impuros sienten esto instintivamente; por eso temen a la soledad, y tienen miedo de quedarse a solas sus yoes, pues son incapaces de dominar a su naturaleza ruin. Y por el contrario, los fuertes y los puros no temen al silencio, sino que lo buscan, porque saben que en la soledad pueden acercarse a su Dios interno. Quizá no existe una prueba tan cierta de la grandeza y de la fuerza interior como la de la capacidad de experimentar los largos períodos de silencio, y sacar provecho de ellos ya se hayan buscado deliberadamente, ya hayan sido provocados por la deserción de un amigo o de un amante, porque cuando esto ocurre las voluntades débiles o inferiores se agrian y retornan al vicio, mientras que las poderosas y puras acrecientan su templada fortaleza así como la dulzura de su carácter.

Lo propio ocurre con la amistad cuando llegan momentos de separación o de sombra. Si el afecto es débil, acabará por desaparecer como cosa marchita; pero si es fuerte, su fortaleza y su resistencia aumentarán. En la Francmasonería se nos conduce desde los mundo del estrépito y de la lucha al del silencio en que se cobijan los secretos del corazón. Todo masón ha de descender en el curso de su carrera al silencio de la tumba, y desde ésta ha de cruzar el portal de la muerte para entrar en una vida más noble en la que quizá pueda encontrar los verdaderos secretos del Maestro Masón. Si logra triunfar en su búsqueda, se encontrará en el mundo de los místicos y videntes, en que los lazos del amor y de la amistad unen en el Centro a todas las unidades separadas, y en donde ha de alcanzar una conciencia superior a la del cerebro y entrar en una región en que desaparecen las diferencias y se borran hasta los mismos "pares de opuestos" resolviéndose en una unidad superior. Por lo tanto, la Francmasonería vuelve a proclamar a su manera peculiar, simbólica y dramática, la antiquísima lección de que el Reino de los Cielos ha de encontrarse dentro. La paz se logra en el centro, en el silencio. Aunque el Masón salga del oriente y se encamine al Occidente, no podrá encontrar los verdaderos secretos del Maestro Masón hasta que retorne al centro y mire dentro de su propio corazón.

Se enseña al Maestro Masón que el constructor del Templo Superior, o sea la Mente creadora y plasmadora de las formas bellas, ha sido vilmente a… por algunos Hermanos de categoría inferior a la suya y que, por lo tanto, ella no puede comunicarle el v.s. No obstante, el Maestro Masón recibe ciertos secretos que reemplazan al otro hasta tanto que el tiempo o las circunstancias revelen el verdadero. Esto significa que, debido a la rebeldía y al miope egoísmo de los elementos inferiores del hombre, se ha perdido la posibilidad de obtener los verdaderos s. Por medio de la mente. Pero, si se acalla a ésta y se eleva la conciencia a un nivel superior, sobre los 5 puntos de perfección, es decir, por medio del amor, el Masón que haya llegado al centro podrá abrigar la esperanza de encontrar lo perdido. De suerte que el Maestro Masón puede llegar el s… en el silencio del c…,silenciando a la mente; pero debe encontrarlo por sí mismo, pues hastalos mismos secretos reemplazantes se comunican en un susurro: losverdaderos secretos no se pueden pronunciar en voz alta ni en vozbaja, porque deben ser hallados a solas en el silencio del yo íntimo.

La misma Naturaleza es gran maestra del silencio, pues realiza sus más hermosas obras de artífice sin emitir sonido. Los cataclismos y la destrucción van acompañados de estrépito; pero no hay oído que puedapercibir su trabajo constructivo. Los procesos de asimilación, de recuperación y de crecimiento; la florescencia y la fertilización: lasfuerzas de expansión y de contracción, de electricidad, magnetismo ygravitación: la oscilación de calor y luz, así como muchas otras que construyen el mundo de la vida y lo nutren y sustentan, y le dan calor y luz, color y belleza tienen lugar en silencio. Los hombres no hacen más que imitar a la Naturaleza, tanto cuando construyen maquinarias, como cuando fundan organismos. La prueba de la eficacia de estos últimos consiste en la suavidad y quietud de sus actuaciones, puesto que el ruido y el rechinamiento sin indicios de defectuoso ajuste, fricción y pérdida de energía.

Esta misma ley se aplica también al carácter individual. Los que trabajan con menos ruido suelen ser los más diestros. Los hombres verdaderamente fuertes son, por lo general, los más silenciosos, así como los más gentiles. Los que más hablan son los menos hacen. El silencio interno indicador del dominio completo y consciente sobre todo el organismo es esencial

para esa obra constante, persistente y concienzuda que conduce hacia las grandes realizaciones y hazañas. Los hechos más bravos son los que se hacen y viven en silencio. La incalculable fuerza de la voluntad humana -cuyo valor apenas reconoce el mundo moderno- opera en silencio. Saber es bueno; osar es mejor, pero ser silencioso es lo mejor de todo. El discurso corresponde a hombres; la música a los ángeles, y el silencio a los dioses. Los sonidos tienen principio y fin y son temporales. El silencio nunca cesa, y es eterno. Las voces de los sabios y de los más compasivos no son oídas más que por quienes saben sustraerse al tumulto de las palabras y de las querellas humanas, para colocarse en el centro, esperar que suene la música del silencio y aprender la sabiduría, la fuerza y la belleza que fluyen de ese centro para quienes pueden aliarse con esas secretas fuerzas benéficas de donde vendrá la salvación de los hombres y la salud del mundo.

Según una ley oculta, la charla innecesaria y excesiva representa un gran derroche de energía. Cuando Jesús sanó al hombre enfermo le recomendó que siguiera su camino y no contase a nadie lo que había ocurrido. Cuando es preciso hablar es preferible hacerlo después de haber estudiado el hecho de que se trata en la conversación. Se malgasta más energía en la conversación superflua y necia que en ninguna otra cosa. Los irreflexivos prestan poca atención al prudente consejo que deben escuchar más que hablar. Pocos son los grandes oyentes, pero el mundo está lleno de grandes habladores. Quien quiera aprender para llegar a sabio, debe ante todo adquirir el arte de permanecer silencioso mientras que observa, oye y piensa continuamente.

El primer paso que debe darse en el camino de la sabiduría es el de permanecer en silencio, en tanto que éste sea atento y activo, y no puramente pasivo. Este principio regía en las escuelas pitagóricas, en donde los discípulos, conocidos con el nombre de akoustikoi u oyentes, pasaban por un período probatorio de absoluto silencio, durante el cual no se consentía que hablaran. ¿Cómo podría enseñar un maestro a quienes no saben estar en silencio? Los hombres se lamentan de la falta de cultura, pero suelen tener ellos mismos la culpa, porque no dejan ningún resquicio en su mente para que penetren en ella las nuevas ideas, ya que sus "principios pensantes" como los llama Patanjali, se encuentran en estado de modificación o "agitación” turbulenta, de suerte que las nuevas enseñanzas rebotan en la mente como los objetos que se lanzan contra la periferia de una rueda que gira con gran rapidez.

En la ciencia física abundan las analogías y ejemplos de la ley del silencio. La luz sólo es visible cuando da en un objeto oscuro: si no hubiera nada que recibiera la luz, todo permanecería en tinieblas. El sonido divide la continuidad del silencio en fragmentos y secciones, y de este modo lo hace perceptible a nuestros sentidos. La música está compuesta en silencio, del mismo modo que una estatua de Fidias está esculpida en un mármol informe, o los esplendores de la puesta del sol se reflejan en la pura e invisible luz blanca.

Toda nota musical se compone de numerosas porciones de silencio separadas entre sí como las divisiones de una regla que marcan distancias en el espacio inmensurable. El ritmo, la melodía y la armonía no son otra cosa que métodos de espaciar y colocar en patrones los fragmentos del silencio. Así como todos los colores existen en la luz blanca, así también todos los sonidos están latentes en el silencio. Así como la luz de un Maestro Masón no es otra cosa que tinieblas hechas visibles, así también el sonido o la música es silencio hecho audible. Por lo tanto, la Francmasonería es en realidad un drama de silencio, una sinfonía a base del tema del silencio. Ella llama a los hombres para que abandonen el tumulto y la barahúnda de los negocios humanos y se retiren a ese centro silencioso en donde no pueden penetrar los sonidos y en donde todo es paz. El deber primero y constante de todo francmasón estriba en conservar cerrada la Logia, en guardar silencio y cobijarse en ella. El candidato a la Masonería que va en busca de la verdad entra en la Logia en silencio y tiniebla y es conducido desde los tumultuosos sonidos del exterior hasta el mundo interno en que cesan todo ruido y en donde reinan la paz y el silencio serenos. En todas las etapas de su progreso es puesto a prueba en silencio y jura permanecer callado, hasta que, por fin, sufre la última pena antes que ser infiel al silencio. Después, desciende a la calma final; es exaltado a una vida más plena, y oye que le dicen que busque en el sosiego de su corazón los secretos verdaderos que se perdieron cuando el Maestro H. A. se los llevó consigo al silencio.

La entrada en la Francmasonería significa la iniciación en el conocimiento del silencio; de suerte que, a medida que el masónprogrese en su ciencia, ha de aprender a amar a amar el silencio, amorar en él constantemente, a penetrar cada vez más en susprofundidades y maravillas. Los hombres que viven en el tumulto del mundo son muy propensos a olvidar la existencia del silencio y los misterios que éste guarda. El ruido es vida para ellos, y cuanto más estrepitoso es el sonido, más abundante esa su vida. Ellos creen que la ausencia de sonido es carencia de vida, es muerte. Pierden gradualmente la fe en todo cuanto no puede ser tocado y visto y, no sólo se convierten en meros agnósticos, sino, además, llegan a ser francamente materialistas. Cuando la muerte acalla todo, no esperan nada porque creen que los misterios de la vida y de la muerte y hasta el amor dejan de tener significación alguna. La Francmasonería retrotrae a los hombres a esos misterios, que no pueden ser resueltos ni destruidos con negaciones; ella no sustenta que puede develar los misterios, pero, por lo menos, vuelve a proclamar nuevamente queexisten y manda a los hombres en busca de los perdido.

La Francmasonería aprovecha todas las oportunidades que se le ofrecen para inculcarnos la existencia de inefables misterios tras de toda vida y de toda naturaleza, para lo cual se vale de los artificios del ritual y de la ceremonia. Ella nos muestra esto, símbolo tras símbolo, ordenándonos que contemplemos los eternos principios que éstos representan, de los cuales son mudos testimonios, pues los planes del Divino arquitecto se desarrollan lentamente por estos principios, trabajando en silencio para ordenar todas las cosas conforme a la belleza, la fuerza y la sabiduría.

Así que la insistencia de la Francmasonería en la necesidad del silencio y del secreto está verdaderamente justificada. La inmutable tradición de la Francmasonería ordena sabiamente que todo Hermano debería comprometerse a sellarse los labios como prueba de su lealtad al silencio, En cada nuevo grado el Francmasón se sumerge cada vez más profundamente en el corazón del silencio, hasta que, finalmente, pasa por el Silencio de la Muerte, el gran silenciador, para encontrar que ha sido exaltado a una vida superior, en donde, una voz que surge del silencio, susurra débilmente, hablándole del centro en que él podrá encontrar el verdadero secreto del Maestro Masón, para lo cual ha de ir completamente solo. En el Centro, en el silencio de su propio corazón, encontrará él el punto situado dentro del círculo en donde, como dice un himno egipcio, moran "La Única Obscura Verdad, el Corazón del Silencio, el Oculto Misterio y el Dios interno entronizado en el altar".

 

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domingo, marzo 08, 2009

THE DIGITAL FREEMASON: La piedra bruta y la piedra pulida

MRH Rod Ponech

Hermanos, el año pasado el MRH Norman Thomas, nuestro 99no. Gran Maestro, nos dio una a cada uno de nosotros una tarea. El nos encargó, a cada uno, que nos embarquemos individualmente en una misión para “Un estudio que nos demuestre a nosotros mismos que hemos aprobado”.

Este no fue un encargo fácil, no solo para cumplirlo sino, como dirían algunos, para siquiera entenderlo. El año pasado, como Vice Gran Maestro mi primer paso en este encargo fue de estudiar – aunque sea solo para entender de que se trataba el encargo entre manos.

Mi estudio incluyó una revisión de “El Francmasón”, una publicación de la Gran Logia de Inglaterra, y finalmente me concentre en un trazado del H.  J. Fairbairn Smith, el cual se basaba a su turno en una investigación del eminente estudioso masónico MRH J. Smith, el Editor Emérito de “El Mundo Masónico de Detroit”, y que fuera iniciado en una logia en Hawick, Escocia en 1925.

En cada Logia Masónica hay una Piedra Bruta y una Piedra Pulida, colocadas ahi para que reflexionemos sobre las enseñanzas morales que ellas nos traen. Estas dos piedras conjuntamente con la Plancha de Trazar constituyen nuestras Joyas Moviles. Cual es us importancia, que es lo que tienen que ver con la Francmasonería y, finalmente, nos podrán ayudar en nuestra misión para demostrarnos que hemos aprobado?

Una vez le preguntaron a un escultor: “Como has podido tallar estatuas tan bellas?” Su respuesta fue: “Es la cosa mas simple del mundo. Solo tomo un martillo, un cincel y una roca sin forma, luego extraigo toda la piedra que no quiero y, ahí encuentro la estatua. Funciona siempre.”

En nuestras enseñanzas masonicas se nos dice que la Piedra Bruta es una piedra extraida de la cantera en su estado natural y burdo y que la Piedra Pulida es una piedra trabajada por las manos del obrero, para ser medida con las herramientas de trabajo del Compañero Mason.

La Piedra Bruta nos solamente una piedra recogida de cualquier parte. Es una piedra que ha sido seleccionada. Algo de trabajo se ha realizado sobre ella. Era, aparentemente, una buena piedra, una piedra que mostraba buenas posibilidades de ser transformada en una Piedra Pulida. Si no hubiera sido una buena piedra nunca hubiera sido cortada de la cantera en primer lugar.

Y así también es con cada candidato a Masón. Tu no fuiste simplemente recogido de cualquier parte sino que fuiste cuidadosamente seleccionado. Antes de que estuvieras listo para ser iniciado, algo de trabajao se había realizado sobre tí. Habías sido preparado para pasar algunas pruebas básicas. Tu eras, aparentemente, de buen material. Demostraste que eras un hombre que tenía las cualidades internas para ser transformado en un buen Masón. Si no hubieras sido un buen hombre nunca se te hubiera propuesto para ser miembro de nuestra Orden.

Para transformar una Piedra Bruta en una Piedra Pulida debes, como obrero, retirar las imperfecciones.  Picar y picar. Cortar y pulir los “bordes ásperos”. Trabajar diligentemente para eliminar los defectos visibles. No crearás un nuevo material sino que trabajarás con el que ya tienes para transformarlo en una Piedra Perfecta.

Muy pocos masones llegarán a ser Piedras Pulidas. Así que, si hubiera, hay muy pocos masones perfectos en nuestras logias. En nuestro trabajo ritualístico, podemos eliminar muchas de las asperezas; remover los puntos filosos y dentados y eliminar los defectos mas visibles. Podemos trabajar diligentemente para producir un Masón tan bueno como el que nuestras facultades nos permitan. No obstante, lo primordial es tener un buen material.

Estas verdades son aplicables para toda la humanidad, pero para nosotros como Masones Simbólicos, tienen un significado muy especial. Pues cada uno de nosotros al inicio de nuestro viaje masónico, fue colocado en la esquina Noreste como una piedra ejemplar, con la esperanza de que, colocados en ese lugar, pudieramos con el paso del tiempo ser transformados a un estado de perfección aceptable al Constructor.

Que es lo que dice el poeta acerca de la piedra?

No es extraño que Principes y Reyes

Y payasos que resuenan en las carpas

Y tipos comunes como tu o yo

Somos los constructores, para la eternidad.

A cada uno de nosotros se nos entrega nuestras herramientas,

Una masa informe, y un libro de reglas:

Y cada uno debe hacer, adonde la vida lo lleve;

Un obstáculo o una escalera de piedra.

La masa informe con la que trabajamos es el carácter de hombre, y cada uno de nosotros es su propio arquitecto y cada uno de nosotros es su propio material de construcción. Al igual que nuestros predecesores, los Masones Operativos, caad uno de nosotros debe mostrar sus habilidades constructivas preparando una Piedra Pulida, que pueda ser probada por la escuadra de nuestra propia consciencia.

Detente un momento y preguntate “Que estas construyendo – un obstaculo o una escalera de piedra?”

Si la vida de un hombre es de tal orden que no puede “unirse al gran esfuerzo de ser feliz y transmitir felicidad a los demás” entonces será un obstaculo de piedra, no solo para sí mismo, sino para todos aquellos con los que se relaciona. Si un hombre es un Francmasón entonces está obligado por sus juramentos a estudiar el ritual, a descubrir los significados simbolicos ocultos y escondidos, de modo que pueda pulir su Piedra.

Historicamente, un antiguo cargo establece que, cuando se recibía a un Mason Operativo se le entregaba una piedra de masón (una Piedra Bruta) para que pueda demostrar sus habilidades y capacidades constructivas a sus hermanos masones. Su salario era determinado por su habilidad. Sus reconocimientos eran establecidos de acuerdo al trabajo que húbiera realizado. No es acaso esta la regla de la vida?

En una obra de construcción cada piedra es seleccíonada de la cantera para ajustarse a los requerimientos de la construcción. Como masones especulativos, nosotros obtenemos las piedras con las que trabajamos de las canteras de la vida. Así, cuando recibimos una solicitud de ingreso a nuestra Orden es nuestro deber indagar cuidadosamente todas las credenciales del candidato, para asegurarnos que solo material aprobado es admitido en la Orden. Para asegurarnos que solo material que puede volverse perfecto ingresa a la construcción de nuestro templo simbólico.

La masonería puede, y de hecho lo logra, mejorar el buen material, pero n puede transformar en bueno el material malo. Para el Masón Operativo el material malo hubiera puesto en peligro la integridad de la estructura, poniendo el edificio en peligro. Así para los Masones Especulativos, una Piedra defectuosa pondría en peligro el Templo Espiritual que nos hemos comprometido a construir.

Como un obrero, como un hombre del mundo, y como Masón continuamente entrarás en contacto con otros por lo que tendrás que aprender a controlar tus pasiones y reconocer el valor de los otros, de modo que la piedra sobre la que estás trabajando, es decir tu propio carácter vaya, lento pero seguro, tomando la forma de una Piedra Pulida.

Busca los materiales que necesitamos para completar nuestro Templo. Incentiva y recomienda a los hombres de honor el ingreso a nuestra obra. Hoy y siempre pica y pule una falla de tu Piedra Bruta. “Estudia para mostrarte a ti mismo como aprobado.”

Y así, podrás estar seguro que cuando llegue la hora final, encontrarás que el Gran Constructor habrá previsto un lugar para tí dentro del “Gran Templo Espiritual no construído por manos” para descansar eternamente en la Casa de Dios.

Mis hermanos, continuemos juntos nuestra labor en el Gran Diseño. Trabajemos diligentemente en nuestra Piedra Bruta y movamonos juntos perfeccionando el “Material Burdo” que el Todopoderoso nos ha entregado para trabajar.

Mis hermanos, la Francmasonería ofrece diferentes cosas a diferentes hombres. Disfrutamos la fraternidad y el contacto social. Involucramos a nuestras familias en muchos eventos. Viajamos y conversamos juntos. Algunos inclusive, disfrutan de beneficios comerciales y financieros. Para muchos, la Masonería es el foco de sus vidas. Todo esto es bueno. Todos estos elementos suman a nuestro disfrute de la Orden.

Sin embargo, me permito advertir a cada uno de ustedes: Nunca olviden ni ignoren el verdadero propósito de la Francmasonería: Trabaja diligentemente para ayudar a todos nuestros “Buenos hombres convertirse en mejores.” Y como individuos – perfeccionemos nuestra Piedra Bruta.

El MRH Rod Ponech fue el 100mo. Gran Maestro de Alberta

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ENGLISH VERSION

Ashlars - Rough & Smooth (http://www.thedigitalfreemason.com/index.php?option=com_content&task=view&id=13&Itemid=30)

Written by MW Bro. Rod Ponech

Monday, 31 October 2005

Brethren, Most Wor. Bro. Norman Thomas, our 99th Grand Master set each one of us a task last year. He charged us, each of us, to individually embark upon a quest to “Study to show thyself approved.”

This was not an easy task, to either accomplish, nor, some might say, to even understand, last year as the Deputy Grand Master, my initial step in the task, was to study – to simply understand what the task at hand really was.

My study included a review of “The Freemason”, a publication of the Grand Lodge of England, and finally centered on a paper by Bro. J. Fairbairn Smith, which he in turn had based on research by the eminent Masonic Scholar, Rt. Wor. Bro. J. Smith (no relation), the Editor Emeritus of the Detroit Masonic World, who was first made a Mason in the Lodge at Hawick, Scotland in 1925.

In every Masonic Lodge room there is the Rough Ashlar and the Perfect Ashlar, placed there for us to “moralize on”. These two and the Trestle Board constitute our Movable Jewels. What is their significance, what do they have to do with Freemasonry, and, can they assist us in our quest to show ourselves approved?

A Sculptor was once asked: “How do you carve such beautiful statues?” His reply (often quoted) was: “It is the simplest thing in the world. I take a hammer and chisel from the shapeless rock, I knock off all of the stone I do not want, and there is the statue. It works every time.”

In our Masonic teaching we are told that the Rough Ashlar is a stone taken from a quarry in its rude and natural state and that the Perfect Ashlar is a stone made ready by the hands of the workman, to be adjusted by the working tools of the Fellow Craft.

The Rough Ashlar was not a stone that was merely picked up somewhere. It was one that had been selected. Some work was initially done upon it. It was apparently a good stone, a stone that showed good prospects of being capable of being made into a Perfect one. Had it not been a good stone it would never have been cut from the quarry in the first place.

So it is with each prospective Mason. You were not merely “picked up somewhere” but rather were carefully selected. Before you were ready to be initiated, some work had been done on you. You were made to stand certain basic tests. You were apparently of good material. You were shown to be a man who had within you the prospect of being made into a good Mason. If you had not been a good man you would never have been proposed for membership.

In changing a Rough Ashlar into a Perfect Ashlar, as a workman you take away the imperfect. You chip away, and you chip away. You cut away the “rough edges”. You work diligently to remove the visible flaws. You do not create a new material but rather work with what is already there to develop and mould it into your Perfect Stone.

Very few Masons will ever make a Perfect Ashlar. So there are very few, if any, perfect Masons in our Lodges. In our ritualistic work, we can take away much of the roughness, remove the sharp and jagged points and obliterate the most visible defects. We can diligently work to produce as good a Mason as there is within our power to produce. However, the most essential thing is to first have good material.

These truths are applicable to all mankind, but for us as Symbolic Masons, they are provided with especial meaning. For, was not each one of us, at the commencement of our Masonic journey, placed at the Northeast corner as an example in stone, in the hope that being so placed, we would, in the fullness of time, be brought towards a state of perfection, acceptable to the Builder.

What does the poet say of the stone?

Isn’t it strange that Princes and Kings

And clowns that caper in the sawdust rings,

And common folks like you and me

Are the builders all, for eternity.

Each is given a kit of tools,

A shapeless mass, and a book of rules:

And each must make, ere life is flown;

A Stumbling Block or a Stepping Stone.

The shapeless mass we work with is a man’s character, and each one of us is his own architect, each is his own building material. Like our predecessors, the Operative Stone masons, we must each show true craftsmanship in working out a Perfect Ashlar, fit, to be tried by the square of our own conscience.

Pause for a moment; Ask yourself “Which are you crafting – a Stumbling Block or a Stepping Stone?”

If a man’s life is such that he cannot “join in the grand design of being happy and communicating happiness to others” then he is a stumbling block, not only to himself, but to all those with whom he is associated. If a man is a Freemason then he is bound by oath to study the ritual, to discover the hidden and inner symbolic meanings, so that he can perfect his Ashlar.

Historically, an ancient charge states that; a visiting “Operative Mason” was provided with a mason’s stone (a Rough Ashlar) to enable him to demonstrate his skills and craftsmanship to his brother masons. His wages were determined by his skill. His rewards established by the work he had done. Is this not the rule of life?

On a building site each stone is selected from the quarry to suit the requirements of the building. As Speculative Masons, we obtain our mouldings stones from the quarries of life. Thus, when we receive an application for admission to our order it is our duty to carefully scrutinize all of the applicant’s credentials, to ensure that only approved material is admitted to the craft. Ensuring that only material which may be made perfect, goes into the building of our symbolic temple.

Freemasonry can, and does, improve good material, but it cannot make bad material good. As with the Operative Mason, poor material would have endangered the integrity of the structure, placing the building at risk. So too with Speculative Masons, a faulty Ashlar will endanger the Spiritual Temple we are all endeavouring to build.

In you capacity as a craftsman, as a man of the world, and as a Mason you are continually coming into contact with your fellows and you must learn to control your passions, and to recognize the worth of others, with the result that the stone you are working on, namely your own character, is slowly but surely taking shape as a Perfect Ashlar.

Seek out the materials we need to complete our Temple. Encourage and cultivate men of honour to join in our building. Today and every day, chip away yet one more flaw from your Rough Ashlar. “Study to show thyself approved.”

And thus, you may rest assured that when your final summons comes, you will find that the Great Builder will have provided a place for you in the “Great Spiritual Temple not made with hands” eternally resting in the House of God.

My Brethren, let us continue to labour together in the Grand Design. Let each one of us work diligently at our “Rough Ashlar” And move together towards perfecting the “Rough Material” which the Almighty has given us to work.

My Brothers, Freemasonry offers many men many things. We enjoy fellowship and social contact.

We involve our families in many events. We travel and converse with one another. Some even enjoy commercial or financial benefits. For many, Masonry is the focus of their lives. All of this is well and good. All of these elements add to our enjoyment of the Craft.

However, I caution each one of you: Do not ever forget, nor ignore the real purpose of Freemasonry: Work diligently to assist all of our “Good men in becoming better.” And as Individuals – Perfect your Ashlars.

M.W. Bro. Rod Ponech was the 100th Grand Master of Alberta

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sábado, marzo 07, 2009

Plancha Aprendiz en Templo Católico

Adjunto fotografias en donde se puede apreciar la Plancha de Trazar del grado de Aprendiz. Lo sorprendente de ellas es que la Plancha esta ubicada en el sitio principal de un templo católico en Francia.

[eglise_nice_2.jpg]

[templocatolico.png]

 

¿Quién es el V:. M:.?

por W. Cox Learche

Los símbolos que vemos en nuestro Tall:. y que caracterizan a la Mas:. tienden a indicarnos que hay un significado oculto detras del aspecto externo y superficial de las cosas, el cual debemos descubrir. Para ello tenemos que tomarnos el trabajo de profundizar un poco en las cosas y no conformarnos con su aspecto superficial. Al ahondar en las cosas nos vemos obligados a ahondar en nosotros mismos y, en consecuencia, a conocernos a traves de lo que descubrimos en ellas. Si lo hacemos, nos llevarán a descubrir un mundo nuevo de posibilidades infinitas.  Éstas haran que nuestra vida se vuelva más rica y abundante en todo sentido.

Hemos mencionado innumerables veces que la Log:. (y su funcionamiento) es una réplica del Universo. ¿Por qué esta analogia con el Universo? ¿Qué finalidad tiene?  Tiene una razón simple y lógica (todo en la Mas:. tiene su lógica). La Mas:. fue creada para ayudar al hombre a conocerse a si mismo. Este conocimiento lo lleva a volverse gradualmente consciente de que no es solamente parte inseparable del Universo, sino que lleva todo el Universo dentro de si, que es un microcosmos del macrocosmos. ¿Cómo pretende la Mas:. ayudar al hombre a conocerse a si mismo? ¿Por qué medios? Es el método que distingue a nuestra Orden de otras Instituciones con similar objetivo de autorrealización. Consiste en presentar ante los ojos de los mas:. una réplica del Universo o de su propio ser.  Esta réplica es como un espejo  en el cual podemos mirarnos y vernos funcionando interiormente, como somos en realidad. Tratemos de mirarnos por unos instantes en ese espejo del Universo y de nuestro Ser que es la Log:. en la que nos reunimos.

El Ven:. representa el Primer Mallete de una Log:. (Mall:. simboliza la Voluntad). En todo organismo, como sabemos, hay un centro ordenador, una cabeza directriz, una inteligencia que ordena, coordina y dirige toda actividad en el mismo. Todo lo que existe en el Universo gira en torno de algo: vemos los planetas en torno al Sol, las partículas en el àtomo en torno de un nucleo. Todos giramos entorno de alguna idea o algun ideal, de alguna fuerza atractiva, de algun objetivo. Ese algo que nos atrae y nos mueve a todos en la vida, es esa fuerza indefinida que conocemos como el espiritu en nosotros: La Causa Primera, El Centro Ordenador, La Vida, El G:. A:. D:. U:., El Ser Supremo en nosotros. Este ser Supremo en nosotros esta representado en la Logia por el Ven:.  Por eso está sentado en el sitial más elevado y su voluntad es Suprema e Incuestionable durante nuestros trabajos.

Cuando no existe una sola voluntad entre los integrantes de un organismo, esta voluntad resulta impositiva y autoritaria a los disidentes. Esto sucede con la células cancerosas en nuestro organismo. Son células disidentes que no obedecen a la voluntad central, a las reacciones naturales en el organismo. Es por ese motivo que no responden a tratamientos de regeneración o recuperación. Terminan minando todo el organismo y matándolo si no se las elimina. Lo mismo sucede en la Log:. cuando hay elementos disidentes que ponen sus intereses particulares y sus ideas personales por encima del bien general. En la Log:. como en todo organismo viviente, reina perfecta armonia entre todas sus partes, solo cuanto todas obedecen a una sola voluntad o a un solo proposito: el de la Unidad y la Armonia. Este proposito es el punto central, el eje alrededor del cual debe girar nuestro Tall:.

La Mas:. (a traves de su analogia con el Universo) trata de inculcar esta gran lección a los que tienen un sentido separatista o egoista, y que constituyen células cancerosas en el organismo de la sociedad y de la humanidad.  La mayor insensatez que existe es la separatividad. Es la raiz de todos los males. Este centro coordinador, ordenador y unificador, de todo organismo esta personificado en Log:. por el V:.M:. Hacia él convergen todas las luces del Tall:.

Para desempeñar esa función organica correctamente, el Ven:. debe estar movido, a su vez, por ese espiritu unificador y armonizador que tiene todo organismo viviente. No puede ir, como es lógico, contra la Armonia y el Orden, ni contra las leyes naturales que rigen el organismo de su Log:.  Es por esto que el Ven:. (pese a que representa la Voluntad Suprema en Log:.) suele CONSULTAR al Fiscal (que representa la Ley y tiene siempre la última palabra) para asegurarse de que está actuando dentro de la Ley.  Nunca actuará en contra de la Ley. Esta es sagrada para èl porque el Orden, la Armonía y la Realización de la Log:. dependen de la obediencia a las Leyes, como sucede en el Universo.

El Ven:. se vale de la Ley para realizar los trabajos en Log:. y se vale de sus funcionarios para realizar las funciones de su organismo. No trabaja en forma independiente sino a través de otros.  Él es, o debe ser, la UNIDAD PERSONIFICADA. Debemos volvernos conscientes de esa Unidad y cooperar con ella como un solo Ser.

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viernes, marzo 06, 2009

TRASCEDENCIA INTERNA DEL RITUAL MASONICO

VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

En la vida profana asistimos con frecuencia a ritos y ceremonias, en su mayoría llenas de intrascendencia. Sin embargo, sus actores la sienten con mucha riqueza, aunque esta sea de carácter material. Esta aseveración se la hace porque este tipo de ritos no están llamados a un progreso interior si producen lo que antiguamente llamaban magia, en la cual se invocaba a las fuerzas de la naturaleza para el beneficio de sus protagonistas.

En contraposició n a ellas, los masones practicamos nuestros ritos, en la pasividad de nuestros templos, rodeados de la grandeza y sinceridad de su trascendental significado, donde las enseñanzas nos parece siempre nuevas, inspiradoras, vivificantes y prácticas para la vida.

El rito es una vía para asegurar la comunicación intuitiva entre el mundo profano y lo sagrado. Permite al iniciado trascender para colocarlo en un estado de receptividad para captar verdades universales, y con ello romper el gran misterio. Son representaciones o psicodramas de mitos o leyendas, verdaderos calidoscopios de símbolos o alegorías en acción, que ocultan a la inteligencia común verdades superiores que son percibidas por el adepto solo por medio de la repetición exacta del ritual, enseñanzas que trascienden el tiempo y el espacio. Por ello era llamado el "Oráculo eterno" por los antiguos egipcios.

El rito es en realidad una apertura. Se trata de romper con el mundo exterior e introducirnos en el mundo interior, de tal manera que repercute dentro de nosotros la revolución del universo, su constante transformació n y su influencia en nuestra interioridad. Somos el macro y microcosmos, y de esta manera nuestra alma tiene .... PARA CONTINUAR CON LA LECTURA DEL TEMA  VISITAR:

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