lunes, enero 28, 2008

Gran Templo Nacional Masónico de Cuba


http://edificiomasonico.blogspot.com/

El Gran Templo Nacional Masónico de Cuba es popularmente conocido como el "Edificio Masónico".

La adquisición de los terrenos para la construcción de la sede de la Gran Logia de Cuba se realizó en 1908 cuando se compró un antiguo edificio en el número 508 de la Avenida Carlos III de La Habana, una de las zonas más céntricas de la ciudad. Las obras no comenzaron hasta el 25 de marzo de 1951, fecha en la que fue colocada la primera piedra de manos del Gran Maestro Dr. Carlos M. Piñero y del Cueto y por el arquitecto encargado de llevar adelante el proyecto, Emilio Vasconcelos Frayde.

Los fondos para la construcción provinieron del aporte voluntario de todos los masones de Cuba y de las Hijas de Acacia y su coste final fue de dos millones y medio de dólares.

El edificio consta de once plantas, de las cuales, cinco están actualmente dedicadas a la reunión nacional de la masonería cubana e incluye un museo masónico y la gran biblioteca (3, 4, 5, 10 y 11). Antes de ser intervenido por las leyes del gobierno revolucionario (Ley de Reforma Urbana) los pisos 8, 9 y 10 albergaban la Universidad Nacional Masónica José Martí una de las primeras y más prestigiosas universidades privadas de Cuba. En la planta baja del edificio se encuentran oficinas de correos. Los restantes niveles están ocupados por el Ministerio de Educación, Radio Cuba Corporation y la Empresa de Telecomunicaciones ETECSA.

Por su gran calidad, esta edificación está incluida entre las obras arquitectónicas más significativas de la ciudad. Además, cabe destacar, que su arquitectura es una combinación de los estilos Ecléctico y Modernista. Como elementos característicos de dicha construcción se encuentra el reloj con los signos del zodiaco y un globo terráqueo giratorio que corona el edificio.

La inauguración se realizó el 27 de febrero de 1955 y coincidió con la celebración de la III Conferencia Interamericana de Masonería Simbólica de la que Cuba fue sede. La ceremonia de consagración fue avalada por la presencia de las representaciones de todas las grandes Logias del continente americano y varias de Europa y Asia.

El nombre de la calle donde se encuentra emplazado dicho edificio fue modificado en 1973, por lo que actualmente la Avda. Carlos III se denomina Avda. Dr. Salvador Allende.

Por último, mencionar que este templo ha sido objeto recientemente de una importante restauración.

Martí, la Masonería y Cienfuegos

Entrevista con el Doctor Eduardo Torres Cuevas



http://www.rcm.cu/noticias/ferialibro2007/trabajos/entrevistacuevas.htm

Por: Antonio Enrique González Rojas

La historia guarda sorpresas y las descubre de una manera caprichosa en cuanto a lugar y momento. Pareciera que se divierte en contemplar como los estudiosos se devanan los sesos en polémicas a veces bizantinas, por la ausencia de sencillos testimonios materiales. Así ocurrió con la tan discutida filiación masónica de José Martí, Héroe Nacional de Cuba. Unos a favor, otros en contra, hasta el inicio del siglo XXI aun se publicaron artículos negando tal militancia.

Mas poco tiempo atrás, un profesor cienfueguero, Samuel Sánchez Gálvez, indagando por vericuetos muy alejados de la figura de Martí, encontró entre los documentos de la Logia sureña “Fernandina de Jagua”, un documento donde casi brillaba la firma del Apóstol, a más de un siglo de su muerte.

El Doctor Eduardo Torres Cuevas, Premio Nacional de Ciencias Sociales, tutor de Samuel, defensor de la militancia masónica del gran intelectual, opina que las pruebas “son absolutamente concluyentes. Yo te diría que se acabó la polémica. Durante casi un siglo se discutió sobre la militancia masónica de José Martí. Aunque existían datos, testimonios, objetos masónicos de Martí, faltaba un documento donde constara que había militado en la masonería. Esta era la exigencia de quienes cuestionaban esto. Se buscó en España, en Portugal, en el Gran Oriente Lusitano Unido, en México, Estados Unidos y por supuesto, en La Habana. Se buscaba un documento masónico donde quedara explícito el asunto. Entre otras cosas se sabe que la principal pista, la logia española Armonía, mencionada por Fermín Valdés Domínguez en el texto Ofrenda de Hermano a inicios del siglo XX, sufrió un incendio, perdiendo todos sus papeles, y era imposible buscar nada ahí”.

Torres Cuevas afirma que “lo que Samuel Sánchez encuentra en Cienfuegos, es algo inusitado que a mi me conmovió como investigador y en lo personal. Aun no salgo del asombro. A partir de los nombres relacionados por Valdés Domínguez entre los jóvenes cubanos que estaban exiliados en Madrid, se menciona a una persona que luego aparece en los archivos de la logia Fernandina de Jagua: Amelio Luis Vela y de los Reyes. Entre los papeles que Samuel consulta en esta entidad, aparece un diploma de traslado firmado por Martí como secretario, el 4 de julio de 1871. Martí llegó a España en febrero de 1871”.

“Se cotejaron las firmas con otros documentos firmados por Martí en esa época, a pesar de que a simple vista es evidente su firma. Pero además apareció otro detalle muy interesante: en el mismo archivo se encontró un documento firmado dos días antes, por Martí pero con su nombre masónico simbólico, nada menos que Anahuac, el mismo que le sirve de seudónimo posteriormente, para firmar trabajos periodísticos en Cuba y México”.

Pero la historia no se contiene en estas coyunturas y abre nuevas interrogantes que inciarán otras polémicas en el futuro. “Qué ocurre, como toda investigación, este descubrimiento cierra una etapa y abre otra, pues no está relacionado para nada el nombre de la logia Armonía, sino de otra nombrada Caballeros Cruzados, nuevo sendero a recorrer”.

“Si bien ya no existe discusión de que Martí fue militante activo de una logia, pues el documento lo revalida como Secretario de la logia Caballeros Cruzados; por tanto, es militante y militante activo; ahora tenemos que averiguar en qué fecha se inició. Existe incluso la posibilidad de que lo haya hecho antes de salir para España, pues él cumplió 18 años el 28 de enero, y ya en julio es Masón Grado III y secretario de una Logia. Ahí surge otra pregunta, pues sabemos que esa logia fue disuelta por el Gobierno Español ¿por qué motivos? A ella pertenecían otros cubanos como Francisco Solano Ramos, que firmaba bajo el seudónimo de Hatuey, símbolo de rebeldía”.

“Por último, debemos seguir la evolución de Martí en México, Estados unidos, Venezuela, Santo domingo, en este sentido. Con este descubrimiento se define mucho de la militancia ideológica de Martí, pues la masonería asumía entonces en el siglo XIX una posición anticlerical, republicana, laica, anti monárquica, y evidentemente subversiva para poderes absolutistas como el español. Se abre una puerta hacia otro mundo de suposiciones, que pudieran redimensionar la historia escrita hasta ahora”.

Las dos masonerias


Ramón Fernández-Paredes Mestres 28

http://www.scg33esp.org/zenit/revista/n17/n17-4_Las%20dos%20Masonerias.htm

La proliferación de libros sobre la masonería en estos últimos tiempos ha creado confusión entre algunos miembros de la Orden. Yo mismo quedé aturdido al leer ciertos informes para mi desconocidos. Parecía que en los libros se hablaba de una organización que no tenía nada que ver con la que yo pertenecía.

Decidí ponerme en contacto con mi amigo el veterano maestro masón que en otras ocasiones me había aconsejado. Este me invitó a visitar su casa y así poder tener una conversación distendida y aclaratoria.

Cuando llegué a su domicilio y después de los saludos de rigor me aclaró que como masón íbamos a tener la conversación en un sitio especial. El además de masón de alto grado, era Rosacruz. Su casa era grande de cuatro plantas. Me hizo subir hasta la cuarta planta y antes de llegar me dijo: ahora vas a entrar en la habitación de los barcos. Me quedé sorprendido y extrañado que un hombre tan serio me dijera esto.

La sala era enorme, una gran biblioteca albergaba centenares de libros. Las paredes estaban repletas de mandiles de todos los grados por los que el había pasado. En los espacios libres de las paredes colgaban diplomas de grados y recuerdos de visitas a múltiples logias. En una zona de la sala había un pequeño altar en el que había dispuestos instrumentos masónicos y otros que no supe reconocer.

Observé unos archivos en cuyos lomos había unos signos secretos y unas inscripciones. En unos ponía: “En caso de muerte destruir”. En otros: “En caso de muerte entregar a los hermanos que lo vendrán a buscar”.

Una mesa enorme sostenía dos potentes ordenadores conectados a la red permanentemente. El ambiente era de paz bañado en un agradable olor a incienso de rosas que luego supe que lo conseguía del Tibet. Tenía puesto como sonido de fondo algo que nunca definiría como música y sí como algo que iba trabajando mi estado interior. Luego me explicaría que este era el sonido de las esferas y que nada tenía que ver con la música hecha por humanos.

El único barco que había en la sala era una maqueta a medio construir. Al parecer utilizaba esta excusa para vetar la entrada en la sala a profanos.

En este ambiente para mi desconocido me invitó a sentarme en una silla especial de esas que se utilizan para sentarse casi como si estuvieras de rodillas pero que van tan bien para no lesionar la espalda.

Enseguida me preguntó cual era mi duda respecto a los libros que había leído. Yo le dije que lo que estaba leyendo sobre la Orden nada tenía que ver con lo que sucedía en mi Logia.

En mi Logia para empezar estaba formada por miembros que siempre faltaban a las tenidas alguna vez a lo largo del año. Algunos no aparecían mas que alguna vez. Siempre teníamos problemas de cobros y esto nos creaba deudas con la Gran Logia. Con algunos hermanos nos veíamos solo cuando había tenida o sea 10 veces al año y con algunos menos.

Los temas que tratábamos en tenida eran siempre lo mismo, darle vueltas a las herramientas, al mandil, al templo, etc. La mayor parte del tiempo se perdía en trámites administrativos.

Los ágapes acababan con chistes o con conversaciones profanas. Eso sí cuando tocaba hablar cada hermano decía siempre lo mismo. Que bien se estaba entre hermanos, que bonita era la masonería, en fin ya sabes.

Para colmo, la mayoría de los hermanos no conocían más masones que los que había en la propia logia. Nadie se molestaba en conocer otras logias ni en acudir a asambleas.

Le dije que me extrañaba que ante este panorama que me imaginaba era igual al de otras logias nosotros tuviéramos tanto poder y que habíamos dominado los cambios del mundo, según decían los libros.

El veterano maestro con una ligera sonrisa me preguntó en primer lugar si yo tenia una habitación de los barcos como la que tenia él. Rápidamente le contesté que ni hablar. Mi mujer casi no sabe que soy masón y menos mis amigos y familiares. En mi casa no hay nada que se pueda interpretar que pertenezco a la Orden. Lo único que tengo es el maletín que solo utilizo diez días al año. El mandil nunca sale del maletín y por descontado mi mujer no me dejaría colgar ningún mandil en sus paredes. Para mi la masonería eran diez reuniones al año y un maletín. De vez en cuando escribía una plancha cuando me la pedían para subir un grado. Todos hacíamos lo mismo.

El veterano maestro con una mirada de cariño me dijo: Querido hermano hay dos masonerías y tú solo conoces una. Tu masonería es la misma que conocen los profanos. Tú perteneces a la masonería inofensiva de diez reuniones anuales donde interpretas un teatro con un libreto que no entiendes. Esta masonería de cena incluida no se diferencia de otras organizaciones filantrópicas que ya conoces. La mayoría de los masones se identifican con ella. Ya les va bien la reunión cuando pueden, la cena distendida, la amistad nueva, mandar cuando se es Venerable, medrar cuando se puede.

Piensa, me dijo, que en el mundo hay ocho millones de masones. De estos se enteran de algo medio millón. Pero lo mas importante, comprometidos con la orden solo hay cinco mil. Estos últimos son los que están escribiendo la historia que dentro de unos años se leerán en los libros.

La clave está en una palabra. COMPROMISO. Cinco mil hermanos están comprometidos con la Orden, desde su habitación de los barcos están moviendo los hilos de la historia. Ellos se han transformado porque han sido imbuidos por las iniciaciones que han recibido realmente. Han conocido la masonería invisible que es la única mano de que dispone el universo para en este plano transformar la humanidad después de transformarse ellos.

Te pondré un ejemplo, me dijo, piensa cuando se constituyó los Estados Unidos de América. Washington juró sobre una Biblia que hoy se conserva en una logia y todos los presentes iban con mandil. Ellos en aquel momento no sabían que escribían una página de la historia. Constituyeron la nación más poderosa del mundo actual bajo su compromiso de ser masones. No llevaban otro uniforme. Lo más importante es que eran masones y secundariamente fundaban una nación.

Ejemplos hay muchos que tu habrás leído en los libros que ahora están de moda. Esta claro que la logia a la que perteneces no es capaz de realizar actos tan sublimes como el que te he relatado. Pero te pregunto. Que clase de compromiso tienen tus hermanos con la Orden. Que clase de compromiso tienes tú con la Orden.

Mira hermano, me dijo, para mí primero esta la Orden, luego viene todo lo demás. Si tengo una tenida, y coincide con una boda de un familiar no asisto a la boda. Si tengo un viaje lo hago del tal manera que no coincida con una tenida, nunca dejo de asistir con la excusa de tener que estar con la familia, ya tengo todos los días para estar con ella. Entre tenidas medito, leo, me instruyo. Cuando la Orden me llama para servirla lo dejo todo por ella. Así las cosas comprenderás que mi compromiso es total. Solo en esta situación la masonería te transmite su secreto.

Para finalizar, me dijo, que la masonería era tan importante que solo si ella ha penetrado en ti eres consciente. Y solo se es consciente si realmente te has comprometido.

La masonería sabe que muchos los llamados pero pocos los elegidos. De los ocho millones que están inscritos como masones solo cinco mil son necesarios para mover la humanidad. Es elección individual adquirir el compromiso.

Después de oír estas palabras me di cuenta que yo aún no era masón. A pesar de mis medallas y mandiles no me había enterado de nada. El secreto no estaba en la transmisión de las palabras secretas, ni en las iniciaciones. El secreto estaba en el compromiso.

Cuando abandoné aquella sala de los barcos volví al mundo de cada día. Entré pensando que ya lo sabía todo y que los que escribían los libros no sabían nada. Salí dándome cuenta que yo no sabia nada y que los que escribían los libros solo transmitían aquello que la masonería no tiene necesidad de contar.

Como enseña el simbolismo


Busca señalar la existencia de una luz interior escondida detrás de las formas externas de las cosas, cuya máxima realización de la misma constituye el oriente de la vida.

1. Proveer un campo ilimitado para la búsqueda de esa luz interior que llamamos Oriente Simbólico, así como el medio para descubrirlo.

2. Conseguir que la autoridad de sus verdades emanen de ellas mismas.

3. Expresar en forma tangible lo que existe en el lado subjetivo de la vida.

4. Obligar a sus integrantes a buscar el significado interno y oculto de las cosas y los valores espirituales detrás de los mismos.

5. Mostrar valores subjetivos que, pese a que son invisibles, pueden ser descubiertos.

6. Señalar significados secretos y profundos en las formas externas y superficiales.

7. Dar a comprender que la Masonería tiene un significado interno más que externo.

8. Facilitar la captación de verdades subyacentes que la forma externa está tratando de revelar.

9. Proveer un instrumento para revelar verdades ocultas, y que se adapte a la inteligencia de todos los seres humanos.

10. Revelar a la vez que velar por las realidades espirituales.

11. Ofrecer un sistema audiovisual de enseñanza autodidacta que muestre como las leyes divinas se manifiestan en la naturaleza humana, ayudan al hombre a desarrollar su conciencia y a hallar el sendero que lo lleva a ser dueño de sí mismo y de su destino.

12. Indicar secretos que se deben descubrir y conocimientos que se deben adquirir con el esfuerzo propio.

13. Indicar la existencia de un misterio interno que está temporalmente velado, pero que puede ser develado.

14. Facilitar el estudio de verdades internas, que surgen de la observación, la meditación, la experiencia.

15. Ser sugestivo en las enseñanzas en vez de afirmativo, para que la mente se mantenga positiva y activa en la búsqueda de realidades subjetivas.

16. Señalar la existencia de una luz titilante en el interior de todo ser humano que puede ser cultivada e intensificada.

17. Buscar y encontrar una realidad subjetiva detrás de la forma externa de las cosas.

18. Desarrollar la facultad de buscar verdades subyacentes en todas las cosas.

19. Ofrecer una representación pictórica de la Gran Búsqueda que se lleva a cabo continuamente dentro de todo ser humano, con el fin de ayudarlo en la misma.

20. Lograr que el interior del recinto donde se realizan los trabajos masónicos ofrezca un medio ilustrativo que, como un espejo, refleje el interior de todo ser humano para facilitarle el conocimiento de sí mismo.

21. Hacer que la Logia Masónica sea el símbolo de una realidad interna, que sea la representación de una actividad o condición invisible, que sea el símbolo de algo que puede ser conocido, pero para lo cual se debe realizar la debida búsqueda y tener la debida preparación.

22. Hacer que lo que se trata de comunicar sea en forma tal que, al ser interpretado, se descubra uno así mismo y se identifique con lo subjetivo de la vida.

23. Proveer un medio a través del cual pueda el Masón identificarse con toda forma de expresión divina.

24. Poner a disposición de todos, conocimientos que puedan captar solamente los que estén preparados para ellos.

25. Darle un valor personal a las verdades Masónicas y mostrar la forma de obligarse a descubrirlas.

26. Proveer un método mediante el cual las realidades que se descubran estén de acuerdo con la capacidad de cada uno en lo referido a su experiencia particular.

27. Revelar, sin restricción alguna , secretos sobre los misterios de la vida y el ser, pero en tal forma que solo los que estén en condiciones los puedan utilizar.

28. Señalar la disponibilidad de herramientas que pueden ser utilizadas solamente por lo que estén en condiciones de sacar provecho de ellas para la realización de sí mismo.

29. Mostrar la ceguera y la ignorancia del individuo referente a lo que ve, para que reconozca la necesidad de buscar la luz interior.

30. Ofrecer un terreno para trabajar de tal forma que al profundizarlo, surja de él una fuente inagotable de verdades eternas.

31. Proveer una fuente de verdad y vida que, como una semilla, lleve dentro de sí, una vida interminable de simiente y más simiente, que al sembrarse en la oscuridad de la mente y en el interior del ser - como en la tierra - dé frutos cada vez más abundantes de luz y vida.

32. Proveer un medio para enseñar esas verdades tan profundas del ser que no pueden ser expresadas en el lenguaje de las palabras.

33. Utilizar un lenguaje lo más amplio que sea posible, lenguaje que trascienda los términos de las palabras, por ser el único medio adecuado para transmitir las cosas ilimitadas del mundo espiritual.

34. Presentar verdades que trasciendan el poder directo de la comunicación.

35. Reflejar significados ilimitados.

36. Asegurar la ausencia de todo dogmatismo o imposición en las enseñanzas Masónicas.

37. Mantener la amplitud de criterio y la universalidad en todas sus manifestaciones.

38. Ofrecer la máxima libertad de pensamiento dentro de los límites que fijan las leyes naturales.

39. Ofrecer un terreno para la búsqueda de la verdad, que quepan en él todos los hombres, sea cual fuere su raza, su nacionalidad o su creencia.

40. Mostrar la síntesis subyacente en todas las cosas.

41. Ofrecer algo tan universal en su contenido que pueda satisfacer las exigencias de todos los pensadores de mente amplia; que sea un punto de unión tan amplio que, como en punto en el centro del círculo, quepan en él los puntos de vista de todos, y por tanto, sea un medio de unir a todos los hombres; que no puede existir una autoridad impuesta porque cada uno está libre de interpretar indicaciones por sí mismo lo mejor que pueda; que cuanto más se profundice más encuentre en ello.

42. Es importante que los símbolos no sean formas muertas, así como las palabras que no se observan son letra muerta, los símbolos que no se viven se vuelven símbolos muertos.
43. Los símbolos, como las raíces deben echar raíces en nuestro interior y profundizar allí antes de que puedan surgir a la luz.

44. El Simbolismo Masónico se presta a infinidad de interpretaciones dentro de un determinado propósito.

45. No es posible descartar ese propósito si han de tener cohesión, sentido y vida.

46. Los signos, toques, palabras, herramientas, pasos, joyas, muebles y adornos del Templo , y sus luces mayores y menores, tiene la misión de proveer al Masón esas verdades ocultas que todo ser humano necesita para hallar el camino en la oscuridad yendo hacia la luz, de la irrealidad a la realidad, de la muerte a la inmortalidad, simbolizado por el oriente eterno.

47. El hombre está representado en el Simbolismo Masónico en tres formas: como un triángulo, como un rectángulo y como una estrella de cinco puntas.

48. En estas formas simbólicas se encuentra toda su historia desde su comienzo hasta su gloriosa realización.

Bibliografía:
LA REGULARIDAD MASÓNICA EN UNA NUEVA LUZ.

http://www.uninet.com.py/fraternus/simbolismo.html

Masoneria en Technorati

Add to Netvibes

lunes, enero 14, 2008

El Arca de la Alianza, la vara de Arón, el vaso de Maná y las Tablas de la Ley


Por el Q.·.H.·. Alvaro Laborde
España

Moisés es el fundador de la religión monoteísta hebrea. La trae según las últimas investigaciones desde el corazón de Egipto. Basándome en la opinión de Freud, (ver Obras completas, capítulo sobre Moisés), es Moisés, el sacerdote del templo de Atón que escapa a la caída del culto monoteísta que se había implantado en la época anterior a Tuthankamon. Así, la famosa “Tierra Prometida” de Israel, que en esas fechas históricas era una provincia del Imperio Egipcio, será el lugar fronterizo a donde escaparán Moisés, los levitas, sacerdotes de Atón, y sus familias, seguidos por una guardia militar que les cubre la retaguardia, para escapar de las guardias militares al mando de los nuevos Faraones que son apoyados por las castas sacerdotales de Memfis y los demás centros religiosos, que habían sido desplazados por el nuevo culto, y que por ello, habían visto perder sus poderes, sus impuestos y sus comodidades.

Los sacerdotes adoradores de Atón, seguramente conocían los Misterios que posteriormente le serán transmitidos a Pitágoras sobre el número áureo, y que están escondidos secretamente dentro del Pentagrama o la estrella de cinco puntas. El arquitecto suizo-francés Le Corbusier, siguiendo el estudio de el “Modulor”, un sistema de diseño basado en el número de oro, y utilizando la descripción que se hace del Tabernáculo en la Biblia, logra representar el mismo con las dimensiones áureas, probando justamente, que los levitas conocían dichos secretos geométricos.

Dentro de dicho Tabernáculo, se guardará la famosa Arca de la Alianza, que esta formada con Oro y madera de Acacia. El oro simboliza todo lo noble, es uno de los metales más nobles ya que no se oxida prácticamente, por lo que en dichos tiempos, era considerado como contenedor de poderes mágicos. La Acacia es también, uno de los árboles del desierto del Cercano Oriente, y por estar expuesto a dichas inclemencias, es de una madera durísima que la hace incorruptible. Así, vemos que el arca esta compuesta de un mineral y de un vegetal, ambos incorruptibles. Falta el complemento animal. Este podría estar simbolizado por el vaso de Maná. El Maná que es enviado del cielo para alimentar a los hijos de Yahvé, sería el alimento que haría “incorruptibles a los seres humanos”, unido a las Tablas de la Ley, que eran los principios éticos o los “Landmarks” que debían obedecer los Hebreos (“Levitas”) para permanecer dentro de la comunión con Yahvé.

Las Tablas de la Ley, seguramente estaban esculpidas en jeroglíficos, y por lo tanto eran ininteligibles para los hebreos, o sea, para el pueblo raso. Así, se hace necesario que los sacerdotes sean los que traduzcan a los diferentes idiomas utilizados en esas zonas, el significado de las Tablas.

Dentro del arca, hemos mencionado que se encontraban las Tablas, el Vaso y la Vara. Desarrollaremos a continuación algunas opiniones sobre sus significados. Las Tablas de la Ley, un tema en si mismo, son como dijimos anteriormente, los reglamentos internos de la orden de sacerdotes, son como para los MM.·. los Landmarks que nos rigen y nos definen como comunidad. Ante el peligro que los levitas sufrían en la persecución, estos deciden hacer llegar al pueblo que los acompaña, los secretos de su orden, develando (corriendo el Hejal del Tabernáculo), los misterios que ellos guardaban celosamente en sus templos.

Los castigos que decide Moisés imponer cuando baja del Monte con las tablas, es seguramente un ajuste de cuentas con los levitas que le dan los reglamentos secretos al pueblo, ya que seguramente Moisés lo considera como un acto de traición.

Luego tenemos la presencia del vaso de Maná, que como hemos mencionado anteriormente es lo que alimenta al pueblo en su viaje por el desierto. Mucho se ha hablado sobre el aspecto práctico de este alimento, no llegando los especialistas a develar si realmente existió alguna planta que permitiera alimentar al pueblo. Algunos mencionan al cilantro como posible compuesto. Pero en su aspecto filosófico, el vaso es el símbolo de lo que contiene, o sea, de la cueva, del cuarto de reflexiones donde antes de cada iniciación de un profano o de un pase de grado, el individuo debe volver a ese “útero materno” de donde renace a una nueva dimensión. Ese vaso conteniendo el alimento espiritual del pueblo, es como el símil del útero que contiene la placenta que alimenta al individuo antes de nacer.

Como tercer elemento, se encuentra la vara de Arón. Además de sus funciones obvias de vara de poder o de mando, como la que detentaba el antiguo Faraón de Egipto, también tiene connotaciones de tipo geométrico. Recordemos que cuando se define en Francia el “metro patrón” este es una vara, que tiene determinada medida y determinadas subdivisiones (en centímetros y decímetros). A mi entender, siguiendo la hipótesis planteada anteriormente, la vara de Arón es seguramente el “metro patrón faraónico” con el que se medían los templos y con los que se trazaban los planos de los mismos. Seguramente sería una especie de “escalímetro” de la época y tendría relación con el codo egipcio que se utilizó para la construcción de las pirámides de Gizeh.

Esta tradición hebrea, llega a la época de Salomón de la mano de Hiram Abif, que entre sus funciones tenía la de organizar la construcción del Templo, que respetaba en una escala mayor las dimensiones del Tabernáculo. También es Hiram el que se encarga del diseño interior del Templo, y de la fundición de los metales para adornarlo.

Si Moisés es el iniciador de la tradición, Hiram es el culminador de la misma. Si el Tabernáculo era una estructura desmontable y por lo tanto era transportable por el territorio, cuando los hebreos terminan de conquistar el territorio prometido por su dios, deben obligatoriamente construir un templo no desmontable, eterno, de piedra. Un pueblo criador de ovejas en el desierto como eran los hebreos, jamás hubieran podido llegar a realizar tamaña obra de arquitectura. Los que tenían el conocimiento arquitectónico para construir los templos de piedra, como los sacerdotes egipcios y más tarde con la construcción del segundo templo, siguiendo los diseños de los sacerdotes babilónicos, eran los que tenían las capacidades técnicas de la época para realizarlo.

Seguramente las dos columnas del pórtico de entrada, Jakim y Bohaz, eran las famosas columnas que representaban a Faraones o a Dioses Egipcios que podemos ver aún en los templos de Karnak o de Luxor, pero a diferencia de estos que representaban dioses antropomorfos, siguiendo las nuevas leyes de no representar a Yahvé, es que estas pasan a ser simples columnas como las de nuestros templos.

Estas no estaban unidas en su parte superior, por ningún arco, ya que el arco era desconocido en el Antiguo Egipto, debido al uso que hacían los mismos de la piedra para sus construcciones. Lo mismo ocurría con los griegos clásicos, ya que estos eran alumnos directos de los egipcios. Solo el arco aparecerá posteriormente, con el retorno de los hebreos del exilio en Babilonia, ya que los babilonios, si construían con arcos, debido al uso que hacían del ladrillo igual que los romanos, que lo utilizarán posteriormente.

Para concluir, digamos que si Moisés es el nacimiento del estado nación hebreo, Hiram bien puede ser la muerte del mismo, conformando el primer ciclo histórico de la nación hebrea.

Hiram muere en manos de los tres malos compañeros que representan la ambición, la hipocresía y el fanatismo. Si comparamos estos tres compañeros con los objetos presentes en el Arca, y consideramos el Arca de la Alianza, como el Hombre mismo, en donde se da el pacto entre el Hombre como ser y su dios, Yahvé, podemos ver que estos objetos y estos vicios están íntimamente relacionados.

Si estos objetos son las virtudes a desarrollar, los vicios son las conclusiones que se generarán del mal uso de esos objetos.

La Hipocresía vendría a ser el mal uso de la vara de poder, aquel que mal usa el poder termina gobernando mal, aquel que mal usa la medida termina siendo injusto con los demás, si consideramos a la medida como la regla que mide todas las cosas.

La ambición está representada por el vaso de maná. Ya Moisés les decía a los hebreos que recogieran solo el maná para alimentarse en el mismo día porque si lo dejaban para el día siguiente este se echaba a perder. La gula por el maná, es el afán de ambición mal entendido.

Finalmente, el fanatismo esta relacionado a las tablas de la Ley. Si uno respeta los códigos y leyes que la sociedad se auto impone, siempre que estas sean justas, o sea, democráticamente definidas por los miembros de dicha comunidad, entonces esas leyes rigen con honor a los hombres. Pero si estas leyes se utilizan de manera intolerante, y despóticamente, sin el uso de la Razón, es que terminan llevándonos al fanatismo.

Moisés nos brindó los objetos que tenemos que utilizar para hacer el bien o para hacer el mal. Hiram nos mostró con su muerte a donde llegan los malos compañeros que no saben utilizar esos objetos de manera adecuada. Debemos entrenarnos en el uso de estos objetos, utilizando justamente la Razón, para que por medio de una actividad mental positiva de la Conciencia, la Luz nos guíe hacía la concreción de un templo interior eterno, de bondad, paz y amor.

La vida de W. A. Mozart está plagada de misteriosas sombras.


Su pertenencia a la masonería, el carácter esotérico de algunas de sus composiciones, su posible asesinato y la desaparición de su tumba, son algunos de los enigmas que rodean la figura del genial compositor.

Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart nació en Salzburgo, Austria, el 27 de enero de 1756. Quien haya visto Amadeus, la magnífica película de Milos Forman, tendrá una idea de la peculiar manera de ser del músico y de las serias dificultades para encajar en las estructuradas normas de la sociedad. Algunos investigadores que se han ocupado de estudiar su compleja personalidad le han definido como “maníaco depresiva con rasgos paranoides”. Genio y locura andan próximos, y Mozart fue indudablemente genial, con una vida cargada de luces y, también, de muchas y enigmáticas sombras.

Su pertenencia a la masonería está muy bien documentada. El 14 de diciembre de 1784, a los 28 años de edad, se inició como aprendiz en una pequeña logia vienesa llamada La Beneficencia. Para ese ritual iniciático compuso expresamente su cantata A ti, alma del Universo. Su carrera masónica fue vertiginosa. A las pocas semanas, el 7 de enero de 1785, ascendió al grado de Compañero, y lo hizo en la logia más importante de Viena, La Verdadera Concordia. El 22 de abril de ese mismo año, era ya Maestro en la logia La Esperanza Coronada, para la cual escribió dos de sus composiciones masónicas más conocidas: La alegría masónica y Música fúnebre masónica.

Su fama y sus increíbles capacidades musicales hicieron posible que el papa Clemente XIV le nombrara Caballero de la Espuela de Oro con tan sólo 14 años. A esa edad, la Academia Filarmónica de Bolonia, saltándose las normas que establecían en 20 años el mínimo para ser nombrado académico, lo admitía en su seno con la categoría de compositor.

La relación de Mozart con la masonería se inicia, en realidad, mucho antes de su ingreso formal en la logia Beneficencia. De hecho, su familia, desde el siglo XVII, estaba vinculada a la antigua masonería operativa, es decir, al hermético gremio de los constructores. En la Edad Media, los sabios albañiles que pusieron en pie las catedrales organizaron su actividad en un gremio cerrado, cuidadosamente jerarquizado según la especialización de sus miembros. Los albañiles eran llamados entonces masons, y dado que trabajaban la cantería con una piedra conocida como “piedra franca”, se los denominó francmasones. En las obras compartían una misma vivienda, a la que llamaban logia. En ella impartían las enseñanzas de su Arte Real a los aprendices, cuidando de que sus conocimientos se conservaran en el más absoluto secreto. De ahí surgiría, en 1716, la llamada masonería especulativa. Pues bien, el tatarabuelo de Wolfgang, David Mozart, fue albañil y maestro de obras, al igual que su bisabuelo Franz.

Fruto de su temprana familiaridad con los principios del Gran Arquitecto, en 1767, cuando Mozart tenía 11 años, compuso un lied –canción– de inspiración masónica para la hija del doctor Joseph Wolff, que era masón y le salvó de la viruela. En 1772 musicalizó un texto ritual masónico titulado Oh, Santa Unión de Hermanos, y un año después lo hizo con una obra del masón Tobías Philipp von Gebler, con quien coincidiría posteriormente como compañero de logia en La Verdadera Concordia de Viena.

La flauta mágica

Conforme fue avanzando el siglo XVIII la presencia de nobles en la masonería especulativa se hizo cada vez más numerosa: Luis Felipe de Orleans, primo del rey Luis XVI, fue Gran Maestre en Francia; en Inglaterra, ese cargo siempre fue desempeñado por un miembro de la nobleza desde 1721; Federico II de Prusia fue masón… se hablaba incluso de que varios cardenales del Vaticano eran masones. En 1751 el papa Benedicto XIV emitió una bula condenando las actividades masónicas. A pesar de ello y de la feroz oposición que contaban en casi todos los estamentos políticos, económicos y sociales, numerosos católicos se iniciaron en las logias.

Como masón, Mozart no se libró de esas convulsiones políticas. De todas sus obras de inspiración masónica, la más famosa es sin duda La flauta mágica, que además nació con una expresa intencionalidad política. La ceremonia de coronación de Leopoldo II como rey de Bohemia se iba a celebrar en Praga el 6 de septiembre de 1791 y la compañía de ópera había encargado a Mozart una obra para los festejos oficiales. A la masonería le pareció la ocasión perfecta para que el maestro, además compusiera algo especial que sirviera de propaganda para que la hermandad recuperara parte del prestigio perdido. La propuesta fue planteada por el libretista masón Emanuel Schikaneder, con la idea de escribir una ópera basada en el cuento infantil de Cristoff Martin Wieland titulado Lulú o La flauta mágica, que ensalzara los principio masónicos y la actividad idealista y positiva de sus miembros.

La flauta mágica está cargada de simbolismo masónico y el libreto tiene, además, una fácil interpretación en el contexto político de aquel momento. Veamos un resumen de la acción. Sarastro, un gran sacerdote supuestamente malvado, mantiene cautiva en su palacio a la princesa Pamina. Ésta es hija de la aparentemente bondadosa Reina de la Noche, que quiere rescatarla. El príncipe Tamino se enamora de un retrato de la princesa y se compromete a salvarla de su raptor. Para ayudarle en la empresa, las Damas de la Noche le dan una flauta mágica, y a Papageno, un simple cazador de pájaros que le acompaña, un carillón de mágicas campanillas. El final es feliz, como no podía ser menos, pero con un sorprendente quiebro: la inicialmente bondadosa Reina de la Noche resulta ser la mala de la historia, y el presuntamente malvado Sarastro, es el bueno que ha raptado a Pamina para librarla así de la nefasta influencia de su madre. La interpretación en clave política de obra y personajes fue evidente: la malvada Reina de la Noche era María Teresa, la regente que reprimió con energía las actividades masónicas. El reino de la oscuridad no era otro que el de la iglesia Católica. Sarastro, el Gran Sacerdote del culto de Isis y Osiris, representaba a la masonería y a su Gran Maestre, que ayudaban a la humanidad enseñándola el buen camino y los dones de su secreta sabiduría. También encarnaba globalmente a todos los emperadores que habían sido favorables a la actividad de las logias, como Francisco I y José II, cuyo ejemplo querían que siguiera el nuevo emperador Leopoldo.

También hay, por supuesto, una lectura claramente masónica ya que su objetivo era reivindicar la imagen de la organización. La acción se desarrolla en el antiguo Egipto, y cabe señalar que la masonería de Viena seguía el rito llamado de Misraim, que hunde sus raíces en antiguos cultos y conocimientos de Egipto. El decorado original estaba cargado de referencias en este sentido. El templo de Sarastro aparecía flanqueado por esfinges y, escrita en una pirámide, figuraba la inscripción: “El que pase por este difícil camino será purificado por la tierra, el aire, el fuego y el agua”, en clara referencia esotérica a los cuatro elementos. También hay numerosas alusiones al número tres: tres son las Damas de la Noche y tres los niños sabios; el príncipe Tamino tiene que superar tres pruebas y son tres los mundos que la obra refleja, el oscuro mundo de maldad de la Reina de la Noche, el de Sarastro iluminado por la luz de la sabiduría, y el mundo de la humanidad ciega e ignorante representado por el simple Papageno.

La flauta mágica muestra el camino de iniciación que tiene que recorrer el hombre para salir de su ignorante ceguera y llegar a la luz que le permita contemplar la verdad. Ese es el camino que, en la obra, recorre el príncipe Tamino, superando pruebas y alcanzando un nivel superior de sabiduría que le permite ver lo que antes estaba oculto, es decir, la bondad de Sarastro y la maldad de la Reina de la Noche. Y ese es el camino de iniciación que ofrece la masonería.

La extraña muerte de Mozart

Entre los muchos misterios que rodean al célebre compositor, no podía faltar el de su prematura muerte. Todo empezó cuando un personaje que se negó a dar su nombre se presentó para pedirle que compusiera un requiem a cambio de una importante suma de dinero. Esa manera, secreta y anónima, de encargar una obra, no era normal, pero dados los apuros económicos por los que atravesaba, Mozart aceptó y, una vez terminada la cantata masónica Anunciad alto nuestra alegría, su última obra completa, se dedicó de lleno a la nueva composición. Repentinamente su salud decayó de forma alarmante. En pocos días se encontró tan mal que trabajaba sin levantarse de la cama. Aún así, nadie esperaba un desenlace fatal ya que, el día 4 de diciembre, convocó a unos amigos con los que estuvo interpretando las partes ya terminadas de la obra. Sin embargo, durante la madrugada del día 5 de diciembre y lleno de deudas, fallecía a causa de unas fiebres reumáticas. Le acompañaban su mujer Konstanze Weber, la hermana pequeña de ésta, Sophie, y su amigo íntimo y discípulo Süssmayr. El Requiem quedaba sin terminar.

No tardaron en cundir rumores, incluso en la prensa, asegurando que había sido asesinado. En realidad, el propio Mozart contribuyó a tales sospechas. En octubre de 1791, sintiéndose ya enfermo, transmitió a su esposa la convicción de que estaba siendo envenenado, y que ese requiem que tanto le obsesionaba lo estaba haciendo para él mismo. Las habladurías señalaron como autor a Süssmayr, al que suponían amante de la mujer de Mozart. Para sostener esta hipótesis se basaban en que el hijo de ella se llamaba Franz Xaver, igual que Süssmayr, al que atribuían por tanto la paternidad. Süssmayr, además, fue quien terminó de componer el famoso Requiem para que Konstanze pudiera cobrar la suma prometida.

Otro candidato fue el militar y masón Franz Hofdemel. Margarita, su esposa, era alumna de Mozart y estaba embarazada. Al día siguiente de morir Wolfgang, Hofdemel agredió brutalmente a su mujer destrozándole el rostro a cuchilladas, y acto seguido, se suicidó. Inmediatamente se interpretó que el hijo que llevaba en su vientre era de Mozart, y que el deshonrado marido intentó matarla por ello, quitándose la vida a continuación.

También se culpó a la masonería. La muerte sería el castigo impuesto por haber desvelado conocimientos y rituales en La flauta mágica que debían permanecer en secreto en el interior de las logias. El hecho de que el ya sospechoso Hofdemel fuera masón, dio alas a esta teoría.

Pero, sin duda, el candidato más famoso fue el también compositor Antonio Salieri. El móvil no habría sido otro que la pura envidia inspirada por las geniales capacidades de Mozart. Según recogen algunos biógrafos, el propio Salieri, antes de morir, afirmó ser el causante de la muerte de Mozart. Esta posibilidad inspiró el drama de Pushkin Mozart y Salieri, convertido posteriormente en ópera por el compositor ruso Nicolai Rimsky-Korsakov.

domingo, enero 13, 2008

Valores, principios y normas en la Masonería: La aplicación de la justicia masónica.



Cayetano Núñez Rivero, 33º

Las organizaciones e instituciones masónicas, como toda comunidad humana políticamente organizada, sea cuál sea los fines de ésta, ha de estar sujeta en su funcionamiento a un conjunto de pautas de comportamiento, estén éstas escritas o no, sean fruto del hecho consuetudinario o tengan su base en un acabado corpus normativo.

Sentado este hecho al que no se puede escapar ni la más simple de las asociaciones humanas, porque simplemente de no ocurrir así, no estaríamos hablando de una comunidad humana, se encuentre ésta en la fase de desarrollo que sea, ya que en caso contrario, simplemente nos referiríamos al "buen salvaje", o si lo preferimos en términos más místicos al ermitaño del desierto. Es por ello, que lo único que se pretende con este pequeño trabajo es manifestar, en este Consistorio, una reflexiones, que pretendo estén exentas de dogmatismo, sobre las pautas de comportamiento y de obligado cumplimiento que rigen en nuestra institución.

En la opinión que sostengo, la Orden Masónica, cuenta con las siguientes reglas o pautas de comportamiento: En primer lugar con normas claramente positivas, escritas, que delimitan los derechos y obligaciones y de los que se deriva el funcionamiento de la institución y el comportamiento que el masón debe tener dentro de la organización masónica. Estas normas, tienen carácter cambiante y se suelen reformar cada cierto tiempo, según la evolución de las circunstancias y complejidad de los asuntos, me refiero a las Constituciones e incluso a los reglamentos de los talleres. Los procedimientos de reforma se contienen en los propios textos codificados y sólo en casos excepcionales su reforma se debe a procedimientos asamblearios. El límite de estas normas sólo viene delimitado por los principios generales de la Orden
Normas-fuente, que no son taxativas, pero que su contenido es de obligado cumplimiento, en cuanto que marcaron los principios normativos que dieron lugar al nacimiento de constituciones y Reglamentos, es decir de la norma vigente; me refiero a las denominadas constituciones de Andersen o a los Lanmarks, que son correspondientes a un periodo histórico anterior al nacimiento del concepto que hoy día manejamos como Constitución codificada y completa, y, que en realidad sin tener un carácter plenamente normativo, sino más bien dogmático, marcaban los límites de lo que era la masonería y la actuación de la institución y de los masones.

Ritos. En realidad, son procedimientos de obligado cumplimiento. consecuencia de la costumbre y suponen un intento de preservar la tradición en el desarrollo de los trabajos específicos en la Orden. No se trata en ningún caso de pautas anexas a la legislación masónica, pues son parte consustancial de la Orden, en cuanto los masones no pueden trabajar sino cuentan con ellos, ya que son las herramientas de trabajo y proclaman la adecuada utilización de las mismas.

Valores y principios inspiradores de la Masonería. No se trata de normas concretas, de derechos o de obligaciones específicas, se podría resumir como los principios sustentadores de la realización del ideal masónico, que como decimos es la construcción del templo de Salomón, o en lenguaje profano la conformación de un mundo, que bajo los auspicios del Gran Arquitecto del Universo, configure al ser humano como un ser pleno de dignidad, sin más ataduras que la razón, en un mundo compuesto por hombres libres e iguales, unidos en la fraternidad. Estos valores superiores podemos concretarlos en: La Libertad, la Justicia, la Igualdad, la Tolerancia y la Fraternidad.

Ahora bien, todos comprendemos el valor de la norma proclamada en nuestras constituciones y reglamentos, es lo que nos da seguridad, es lo que hay que cumplir, marca los límites de la actuación de los hermanos entre sí y de estos con la orden, así como de los órganos de gobierno de la Orden con sus miembros. Sin embargo, algo más complicado es comprender la función que cumplen en el ámbito normativo, lo que hemos denominado como Valores Superiores, pues si queda claro que queremos una sociedad libre, justa, de iguales, tolerante y fraternal, eso son los ideales que la comunidad masónica se ha dado y se esfuerza por conseguir en el hermoso templo que un día se construirá y que tendrá como bóveda la celeste y su amplitud abarcará desde los confines del oriente a occidente y de los del norte al mediodía; sin embargo no queda tan claro cómo funcionan, cómo se incardinan en el día a día en nuestro trabajo diario estos valores superiores que no son sólo ideales, sino que en la opinión que sostenemos son también normas de obligado cumplimiento, que deben marcar la actuación de nuestra institución, tanto por parte de sus miembros como de su dirigencia.

En la opinión que sustentamos los valores supriores cumplen una triple dimensión:

Son el núcleo básico e informador de todo el sistema jurídico.

Dirigen el ordenamiento hacia unas metas o fines predeterminados, que convierten en ilegítima cualquier norma o disposición normativa que persiga fines distintos o que obstaculicen la consecución de aquellos fines.

Constituyen un criterio y parámetro de valoración para justipreciar hechos o conductas.
Así pues, los valores superiores, hay que situarlos como una invocación constante de todo nuestro ordenamiento legal y constituye una pauta de legitimación del mismo en su conjunto, debiendo considerarse como elemento de interpretación para el entendimiento de las diversas concreciones del mismo.

Nuestra orden proclama que la misma está compuesta de hombres libres y de buenas costumbres, a lo que podríamos añadir, sin temor a equivocarnos que son iguales en sus derechos y no puede haber discriminación entre los miembros de un taller o una cantera, salvo el puesto designado, en virtud de la razón, de la que se deriva la obediencia debida, para la salvaguarda del campamento como es el caso en este Consitorio. Sin embargo, la aplicación de nuestros valores superiores no se agota ahí, en el plano individual, ya que en ese supuesto, sólo estamos reconociendo los principios de la dignidad humana; por el contrario, nuestros valores superiores, sin dejar de ser lo indicado, son algo más, son los pilares sobre los que se construye el Templo, de tal forma, que trasciende el plano personal para convertirse en un objetivo institucional, o en caso contrario cabría preguntarse ¿ qué clase de templo estaríamos construyendo?, a lo sumo edificaríamos un hermoso palacio, válido sólo para unos cuantos elegidos, pero no para toda la humanidad, como es nuestro objetivo irrenunciable y fundacional.

Es por ello, que estos principios sustentadores de nuestro derecho masónico nos alejan del denominado derecho profano o del Estado, que se nos revela como absolutamente incapaz de incorporar estos valores- y conste que la sociedad ha avanzado mucho al respecto-,de tal forma, que la aplicación mimética del mismo provocaría disfunciones desintegradoras de la orden.

¿Qué hacer entonces en la aplicación del derecho masónico cotidiano, cuando la mera aplicación de la norma constitucional y reglamentaria, aunque justa, en cuanto adecuada a la norma, no recoge el concepto de lo idealmente justo, que se complementa con los principios de tolerancia, de la igualdad, que en nuestro caso debe partir del hecho de la existencia de la desigualdad y de la libertad, que no es concepto absoluto y abstracto, sino que se debe concretar en hechos concretos . En la opinión que sostenemos, el único camino son la aplicación junto a la norma de valores superiores que deben guiar la interpretación de los hechos, así como de los principios generales de la Orden, pero no como sustitutos de una norma que puede no existir, ( lo que en el mundo profano diríamos el derecho consuetudinario), sino como complemento de la norma existente e inspiradora de la resolución.

El tema es de difícil solución, pues la justicia la ejecutan instituciones pero los casos los resuelven personas, y éstas pueden adolecer de desconocimiento y capacidades, lo que de hecho ocurre en todos los ámbitos, sin que con ello, queramos negar la buena voluntad de los miembros de un jurado tan especial como éste que nos ocupa. En mi opinión sería un gran paso adelante, contar con una jurisprudencia masónica, tanto española como extranjera, en la que los jurados pudieran tener unos precedentes, no sólo del caso, sino de las circunstancias del mismo, así como una instancia última de recurso ajena al ámbito territorial del que se trate.

Fuente : http://www.scg33esp.org/zenit/revista/n17/n17-1_Valores.htm

La fuerza del silencio


Juan Sánchez Joya, 18º

Desde el principio de la vida masónica está presente el silencio. Tal vez lo más sobrecogedor de la misma Cámara de Reflexión sea el silencio, más incluso que el macabro decorado o la penumbra. Cuando te encuentras allí solo, tan predispuesto a entrar en algo nuevo, a la vez temido y deseado, rodeado de ese sepulcral silencio, escuchas en tu interior como quizá nunca lo hayas hecho, y parte de lo que escuchas es sobrecogedor.

Durante la estancia en la Columna del Norte, se te enseña el valor del silencio y se te invita a practicarlo. Descubres cuán valioso es para poder aprender, sobre todo cuando el aprendizaje, como es el caso, se refiere a cuestiones tan trascendentes como son la reflexión sobre el profundo simbolismo que se nos muestra y explica.

Aprendes que el silencio no sólo es posible referido a la palabra, sino que también se puede guardar silencio en la mente y en el corazón, es decir, en los pensamientos y las emociones.

La eliminación del diálogo interno obra verdaderos y sorprendentes milagros, hasta el punto de que se hace posible un cambio de comportamiento con un simple pequeño esfuerzo para eliminar todas esas palabras que añadimos, en nuestro interior, a los acontecimientos molestos o desagradables. En realidad, el origen del enfado, la ira, los deseos de venganza, la melancolía y otros muchos sentimientos y emociones negativos, nacen más propiamente de nuestro diálogo interno añadido que de los hechos en sí. Sólo se requiere hábito para interrumpir precozmente el proceso. Es el diálogo interno el que confiere poder a las personas y a las cosas para ofendernos o irritarnos.

Por otra parte, el silencio interior suele romperse con palabras mentales, y la palabra, a pesar de ser un instrumento muy útil para la comunicación formal, es una gran traidora por su forzosa concreción y su poder para fijar las ideas, reducirlas, simplificarlas y, por tanto, limitar su crecimiento, su potencial.

Nuestro comportamiento obedece a nuestra voluntad, pero la más de las veces, existen interferencias, tanto externas como interiores, que modulan y modifican nuestras respuestas y movimientos. Si el entorno supone un condicionante del comportamiento, el ruido interno es un fatal determinante. Para permitir, pues, que la voluntad se traduzca fielmente en el comportamiento correspondiente, es fundamental eliminar o minimizar esas interferencias del fuero interno, pues además de que sobre el entorno no tenemos demasiado control, es el dominio interior el que mejor garantiza la capacidad volitiva para expresarse.

Tantos otros enemigos del hombre, denominados pecados por las religiones, vicios por lo que suponen de hábito en el alejamiento del bien, cadenas para el crecimiento del hombre en general y del masón muy especialmente, requieren del concurso del silencio interior para mustiarse. ¿Acaso la envidia no precisa el alimento continuado de pensamientos negativos en los que se ensalza constantemente lo codiciado y se compara incesantemente con la revisión de las propias carencias? ¿Es que la ambición no crece cada vez que nos repetimos lo poco que somos y repasamos la lista de ventajas que nos reportaría el poder y la riqueza? ¿No necesita el odio, para no extinguirse, que el pensamiento se recuerde, una y otra vez, cuán grande fue la ofensa? Pues si no regamos todas esas malas hierbas, languidecerán indefectiblemente. Y es que las palabras, incluso las que no se pronuncian, tienen atributos de decretos para nuestro cerebro.

Además, el que practica el vaciado de pensamiento, ya sea meditando, haciendo yoga o ensimismándose en una tarea o una contemplación, sabe que del silencio, brotan revelaciones impensables. Si proceden de nosotros mismos, de nuestro verdadero ser desnudo, o si se trata de conocimiento de algún modo flotante y patrimonio de cualquiera que sepa escuchar con el espíritu sosegado, es algo que no altera el valor de los contenidos.

El silencio no es sinónimo de sabiduría, pero sí un ingrediente inicial y siempre imprescindible. Silencio para no ofender, para no errar, para no detener el crecimiento creativo, para escuchar, para aprender, para evitar ser reactivo y subsiguientemente manipulable. El silencio para amar, porque el amor está hecho de actos más que de palabras.

¡Qué gran exponente de la amistad es poder compartir los silencios sin sentir embarazo o violentarse!

Por lo dicho hasta aquí, parecería una ventaja ser mudo o abúlico. Sin embargo, la palabra debe ser dicha en las ocasiones precisas, aquellas en que, citando al poeta, tus palabras sean más hermosas que tu silencio. Pero es que la palabra será correcta si nace del silencio, no del ruido. Y lejos de producir abulia, el silencio lo que permite es manifestarse a la voluntad sin estorbos. Tampoco es preciso un constante silencio de las emociones, aunque tal vez sea ese el camino del nirvana, sino que, a partir de un ánimo sosegado y limpio de impurezas negativas, podemos ejercitar con ventajas un diálogo interno que nos ayude a ser proactivos. Quien practique un sencillo juego consistente en pensar algo bueno de cada persona con que se cruce cualquier día en un paseo por la calle, de encontrar un aspecto o característica positivo en cada rostro y cuerpo, degustará una alegría interna que parece surgir de la nada y se encontrará de pronto sonriendo plácidamente.

Existen unas palabras especialmente importantes, palabras mágicas que nuestro pensamiento debe buscar y utilizar. Se trata de los nombres de los demonios, de nuestros demonios. Desde los tiempos primitivos, el hombre utiliza el mágico procedimiento de nombrar lo que teme, y con ello consigue una suerte de control sobre lo temible, a fuerza de controlar directamente su miedo. La nominación de los demonios conlleva a menudo la desaparición de su poder en la tradición de los cuentos. Pues bien, el ruido interno está urdido por multitud de pensamientos, ideas y emociones mal estructuradas por nuestra mente, no completamente articuladas ni reconocidas, a menudo relegadas a la sombra por nuestra ofendida autoestima. Frustraciones, prejuicios, información no procesada, todo ello amenaza permanentemente nuestra libertad para ejercer la acción volitiva. Extingamos ese ruido pernicioso mediante la exploración atenta de nuestra maraña mental y la subsiguiente nominación de cada uno de esos fantasmas. Descubriremos con regocijo que se anemizan, que pierden su vigor y su capacidad para impedirnos actuar rectamente, eficazmente. Se atribuye a Buda la recomendación de limpiar de a poco nuestra mente, tal como debe hacerse en nuestra casa, pues el polvo que se posa cada día acaba convirtiéndose en un hediondo montón de basura. La limpieza de la mente tiene un brillo específico: el silencio.

La ignorancia supone carencia de conocimiento, pero sobre todo supone exceso de desconocimiento, igual que es más perniciosa la desinformación que la simple carencia de datos. Y la ignorancia, en su más alto grado, gusta de exhibirse con un exceso de palabras, palabras que yerran mucho y que a menudo hieren. Por eso, el silencio es un arma inapreciable contra la ignorancia. No añadamos a nuestra propia ignorancia el ruido de palabras vacuas, pues no otras pueden salir de ese estado, porque entonces las palabras nos harán perder la oportunidad de escuchar, de asir conocimiento. Si bien se suele dar un doble tránsito, aferente y eferente, de modo simultáneo, en nuestra relación con el entorno, no es menos verdad que la calidad de sendas vías mejora con la concentración, con la focalización, es decir, cuando se minimiza una de las vías. Así, cuando queramos apropiarnos de algo externo, como la información, conviene que reduzcamos nuestra actividad exteriorizadota, del mismo modo que no hay mejor ayuda para nuestros actos, que ignorar el ruido externo. De este modo, el silencio es una garantía de eficacia en el aprendizaje.

El conocimiento también proviene de la reflexión, de la digestión íntima de la información. Sin este proceso interno, la información no es capaz, por sí sola, de generar conocimiento. No hay que repetir la importancia del silencio interior para que esa asimilación creativa se produzca de modo eficiente y debidamente articulado.

Para terminar este panegírico sobre el silencio, me gustaría invitar a una reflexión. En el lenguaje verbal se viene a dar una importancia primordial a las palabras, lo que parece incluso una perogrullada. Sin embargo, reparemos en la importancia de los silencios, sin el cual el discurso carecería de sentido en su aspecto formal, e incluso, en sus connotaciones. Es sabida la enorme eficacia de los elocuentes silencios que pautan un discurso o una conversación, dotándolos de fuerza y de capacidad persuasiva. Sin el silencio no puede haber diálogo, no sólo por razones obvias de alternancia en el uso de la palabra, sino porque no existe mayor facilitador de la expresión ajena, que el silencio propio. La comunicación verbal requiere del silencio tal como lo precisa la música, que es, tal vez, la más maravillosa forma de romper el silencio, excepción hecha de una palabra dulce.




Fuente : http://www.scg33esp.org/zenit/revista/n17/n17-3_Silencio.htm

Lenguaje simbólico y alegórico



Ramón Torres, 33º
Soberano Gran Comendador
Supremo Consejo grado 33º para España

Cuando una persona se inicia en masonería, se encuentra en un ambiente rodeado de símbolos en toda la logia. Vive el ritual de su iniciación, donde cada palabra, cada movimiento, cada gesto es una serie de símbolos; se encuentra el iniciado en un lugar sagrado y empieza a percibir algo distinto del mundo profano. Empieza un nuevo camino.

En este nuevo camino, poco a poco, como un chirimiri, se va calando de una nueva metodología de enseñanza, para que ese hombre bueno pueda ser mejor.

Es el iniciado quien recorre su propio camino, observa, analiza y reflexiona sobre todo aquello que se le presenta. En sus reflexiones podrá analizar los valores que se le presentan, pero además tendrá que comprender los símbolos y alegorías que va descubriendo. Para todo ello se le presentan las herramientas que facilitaran su propio trabajo.

Esta empezando el iniciado a conocerse mejor como ser individual y social.

En este recorrido comprobara su relación consigo mismo, los demás hombres, con la naturaleza y con el G :. A :. D :. U :. . Armonizará la razón y los sentimientos. El hombre empieza a conocer mediante sus sentidos, reflexiona y llega a comprender que hay algo más allá de su experiencia racional. Para intentar llegar a ese más allá, hay otro modo de conocimiento, utilizando el lenguaje simbólico y alegórico.

El Diccionario de la Real Academia dice que lenguaje es el conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente; que símbolo es imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Alegoría, dice es ficción en virtud de la cual una cosa representa o significa otra diferente; en otra acepción, representación simbólica de ideas abstractas por medio de figuras, grupos de estas o atributos.

De ello se deduce que lenguaje simbólico, es el conjunto de imágenes, figuras o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Representa ideas y además relaciona lo consciente con el alma. Si a ello le añadimos el concepto alegórico, observaremos tres elementos esenciales en cada símbolo o alegoría:

1º La imagen, figura o divisa, en cuanto a su forma externa. Es un significante. Es el cuerpo del símbolo.

2° El concepto moral o intelectual. Es su significado. Es el contenido del símbolo.

3° La idea abstracta. Es lo que va más allá de la razón. Es el espíritu del símbolo.

Hay que interiorizar el símbolo y proyectamos en él. Al conectar con el espíritu del símbolo e interiorizarlo, empezamos a vivir lo que hay en el hombre.

Estos tres elementos esenciales, se dan también en el conjunto del lenguaje simbólico y alegórico, que nos permitirá adentramos en una nueva fuente de conocimiento, abriendo la mente a una intuición inteligente. Pero es necesario tener presentes sus tres elementos esenciales. Hay que comprender el símbolo y no solo interpretado.

Henri Tort-Nougués señala que "los símbolos masónicos se pueden concebir y considerar como si fueran "guías espirituales"".

Cuando hablamos de metodología, estamos hablando del procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla y es de dos maneras: analítico y sintético. Y si hablamos de masonería, será el procedimiento que debemos seguir para hallar la Verdad, el G :. A :. D :. U :.

En este camino iniciatico, nos vamos perfeccionando y al mismo tiempo vamos conociendo el lenguaje simbólico, esencial para llegar a la meta.

El pulir la piedra bruta, conlleva un cambio, lo cual requiere un contenido y un proceso.

Para el contenido, debemos planificar los objetivos, que hay que describir de forma asequible a todos y el primer objetivo es acercamos al conocimiento de lo que realmente somos como hombres. Partimos del conocimiento material del hombre, fruto de nuestra reflexión, sobre la base de datos que nos proporcionan nuestros sentidos (que no es el autentico hombre), y nos dirigimos hacia el ser que somos, espiritualidad humana.

El procedimiento en nuestro camino masónico, nos lo marca el ritual, instrumento necesario para avanzar.

La metodología, conscientes o inconscientes, nos acompañará siempre en nuestro camino como una sombra, por lo que es bueno reflexionar sobre ello y hacerlo consciente.

El camino masónico empieza en la iniciación. Se prepara al postulante para cruzar la puerta del templo, pasando del mundo profano a un lugar sagrado.

Existe la voluntad del profano en iniciarse y su confianza puesta en el hermano que le guía.

Se inicia un nuevo modo de "ver", de conocer.

Para ello es necesario irse vaciando de su anterior método de conocimiento, al iniciar el nuevo camino, y este nuevo camino iniciativo es la masonería, que solo existe en la logia; fuera de ella, está el mundo profano y en él los masones.

Dice Valentín Weigel que vivió en el siglo XVI que este nuevo modo de "ver", es un ver sagrado, que se realiza con el entendimiento, no con los ojos de los sentidos, ni con la imaginación sino con el espíritu que es el hombre mismo.

Recuerda que el templo de Jerusalén tiene vestíbulo, el mundo visible; el lugar sagrado, donde con la razón se puede ver más allá del espacio y el tiempo y lo más sagrado que solo lo ven los sabios.

Nuestro camino es para ver al autentico hombre, su espíritu humano y desde él obrar. Tenemos por tanto tres fases en nuestro camino, sigue diciendo Weigel, primero ver en nuestro interior, con imaginación; segundo ver con la razón y tercero ver con el entendimiento, sabiendo que nuestro cuerpo es la casa del verdadero hombre, la casa del alma.

Y solo conocemos según con los ojos que miremos, luego tenemos que empezar conociéndonos a nosotros mismos y en la logia esta lo que es el hombre, tanto en su microcosmos, como en su relación con el macrocosmos.

En este camino hacia nuestro interior, empezamos a conocemos, purificando nuestros sentidos, nuestra inteligencia y nuestra voluntad, disolviendo nuestros vicios y fortaleciendo las virtudes y al mismo tiempo conociendo el lenguaje simbólico que nos abre la mente hacia una intuición inteligente, el entendimiento.

Es necesario planificar nuestro camino, marcamos objetivos, comprobar su cumplimiento y ver donde estamos fallando. ¿Realmente meditamos sobre los objetivos conseguidos y donde fallamos? No hay nada más importante en nuestra vida que estar en el camino de perfección, transformando la conciencia autoritaria en conciencia humanista.

Dice Lumen "No se os pide creer; solamente se os exhorta a poner en práctica las reglas del arte y dejar que los resultados produzcan la prueba. Esto no es fe ciega, sino empirismo científico".

Contenido para el cambio

Somos una Orden iniciática o sea de auténtica transmutación personal. Somos tolerantes, pero no olvidemos que la tolerancia es un vértice cuya base está en la libertad y en la caridad. Somos una Orden filantrópica, porque el perfeccionamiento moral solo se desarrolla cuando nuestra reflexión se transforma en actos, haciendo realidad la aplicación de nuestros valores y somos una fraternidad, pero sólo seremos auténticamente una fraternidad, si tenemos en nosotros presencia del Gran Arquitecto del Universo.
Todos sabemos que la masonería es un sistema peculiar de moral, que se aprende bajo el velo de alegorías y mediante símbolos.

Un sistema es un conjunto de principios, en nuestro caso los principios masónicos del G :. A :. D :. U :. , el amor al prójimo, la trascendencia y el conocimiento de uno mismo, ejes y marco de referencia en nuestro camino. Pero si estos principios no los tenemos presentes en todo nuestro recorrido, nuestras reflexiones nunca nos conducirán a la Verdad. Es necesario tener siempre presencia del G :. A :. D :. U :. , nuestro centro y sin esta presencia en nosotros que se manifiesta pensando, sintiendo y actuando desde el Amor, el camino que recorramos será siempre profano pero nunca sagrado y por tanto nunca podremos conocemos lo que realmente somos como auténticos hombres.

Existen unos valores (virtudes), que deben ser vividos en la óptica de la nueva luz que vamos descubriendo en nuestro interior, unos vicios que dificultan el camino. Estos obstáculos, es lo primero que debemos eliminar. Poner el acento de la instrucción masónica en estos obstáculos, es facilitar el progreso individual. Aquí, estamos hablando del contenido en el camino de nuestro perfeccionamiento.

Por tanto somos en primer lugar una filosofía moral, que traspasa los limites de la razón para entrar en lo espiritual, universal e intuitivo de los símbolos.

Tenemos una base inicialmente racional y a la vez apunta más allá de ésta. A la luz del conocimiento científico que es lo normal y comprobable, existe este otro tipo especial de conocimiento que es el conocimiento simbólico.

Nuestro objetivo es ser con el G :. A :. D :. U :. . y para ello debemos tener muy claro que es el G :. A :. D :. U :. ., Amor.

El Ser ya Es, dice Antonio Blay, el Absoluto ya Es. No hay que llegar a Él; sólo hay que despertar a Él.

Y partimos del hombre, luego debemos conocemos. Del hombre hacia el G :. A :. D :. U :.

Cada uno debe darse respuesta de quien es y partiendo de esa respuesta, trabajar para despertar en el G :. A :. D :. U :. .

La autentica libertad se obtiene cuando conocemos, no digo creemos, digo conocemos lo que realmente somos y no se conoce lo que no se ama. Amar, conocer y actuar con sabiduría, es nuestra trilogía, la cual genera una moral especial, distinta de la moral hoy existente y esta moral especial es a la que tenemos que prestar atención, tanto para con nosotros, como para con la humanidad, la Naturaleza y el G :. A :. D :. U :. .En esta interrelación, está el progreso en nuestro nivel de conciencia y el fundamento de la ética.

En masonería, existen tres grados simbólicos, aprendiz, compañero y maestro y luego según el rito que se practica, están los denominados grados filosóficos, que en el R :. E :. A :. A :. ., van del 4° al 33°.

El masón tiene dos grandes columnas, la de la ciencia y la de la virtud, y las dos deben desarrollarse en paralelo, so pena de crecer desequilibradamente.

Veamos un ejemplo, la globalización es una realidad dado los avances técnicos, medios de comunicación, transportes, Internet etc. Su aplicación ha sido aprovechada en el mundo económico y junto a evidentes avances de bienestar en un tercio de la humanidad, ha generado pobreza y hambre en otro tercio y ello se produce porque la humanidad ha avanzado técnicamente, pero no moralmente.

Procedimiento para el cambio

En el mundo profano existe una metodología pedagógica dual, donde esta el observador y lo observado, él yo y el tu.

Con esta forma de aprender, de recibir información y conocimientos, llegamos a la masonería, donde morimos para un nuevo renacer (la prueba de la tierra).

¿En que consiste este renacer? En dejar los metales fuera del templo. Para ello iniciamos una metodología pedagógica distinta. Ya no es dual, aunque lo vemos en el suelo (pavimento de mosaico). Aprendemos mediante símbolos y el velo de alegorías, siendo la logia el microcosmos y el macrocosmos. El hombre es el microcosmos y participa del macrocosmos. Sin macrocosmos no hay hombre.

Tendemos a progresar hacia la Unidad, comprendiendo los símbolos y alegorías. Ahora debemos observándonos atentamente, conociéndonos, pero ya sin sacar conclusiones, ni comparaciones, propio de un sistema dual, sino actuando desde la armonía con todo y con todos, actuando con sabiduría, llegamos a la maestría. Con este conocimiento del silencio, eliminamos los ruidos internos y externos, tanto corporales, como afectivos o mentales, y podemos regresar a nuestro propio centro interior.

Cada paso que damos en el proceso de conocimiento, debemos observamos, ver nuestras reacciones, pero sin comparar, sin juzgar, sin querer obtener resultados. Debemos observamos desde la unidad, desde la interrelación con todo y con todos, observamos desde el Amor, conociéndonos cada día un poco mas, y no nos perfeccionamos mientras no actuamos en consecuencia. No buscamos el perfeccionamiento, él vendrá a nosotros y aumentaremos nuestro nivel de conciencia.

Cada grado es un peldaño que cada hermano debe superar; para ello debe tener muy claro el objetivo a conseguir; solo así podrá poner los medios para conseguido.

Estos medios nos lo facilita el ritual de grado, con sus símbolos y alegorías; nos da instrumentos de trabajo, para potenciarlos y usados. Solo así se alcanza la meta para pasar a un nuevo grado.

Obtener nuevos grados, sin experimentarlos, sin vivirlos, es introducir el mundo profano en un lugar sagrado y ello necesariamente creará desarmonía, poniendo en entredicho la confianza que puso el postulante en su iniciación, en el hermano que le guiaba en su oscuridad.

De todo ello se desprende que nuestra metodología de instrucción, es desde un sistema dual, y mediante el lenguaje simbólico pasamos a un sistema unitario, total, armónico, donde el Amor es nuestro centro. Solo entonces seremos realmente maestros masones.

Con este nuevo conocimiento, nace una nueva moral, la moral masónica, moral para la vida no para la muerte.

Desde la nueva conciencia de un maestro masón, cada hermano elegirá su camino, su rayo que le conduzca al sol, ya que cualquier rayo elegido, recorrido con rectitud, conduce a la misma meta. Si no respetáramos estos infinitos caminos, tantos como los puntos de una circunferencia hacia la meta, estaríamos distorsionando la masonería, que en todo momento debe ser regular, pero nunca uniforme.

Realizada la interiorización del grado de M :. M :. y mientras seguimos perfeccionándonos en nuestro camino, desde la nueva luz, debemos actuar como masones en la sociedad, pero este radio de acción, cuanto más distante del centro, nos presenta nuevos obstáculos y a ello nos viene a ayudar el Supremo Consejo del R :. E :. A :. A :. , con la programación de sus grados.

El filosofismo masónico, incrementa los conocimientos simbólicos y alegóricos, profundiza en los valores, conoce otros caminos iniciativos y nos mejora como ciudadanos.

Es en el filosofismo, donde analizamos los desvalores de la sociedad, causantes de la crisis que padecemos.

Cada cultura genera una orientación en el pensamiento y si hay crisis en nuestra civilización, será necesario analizar las causas de esta crisis, ya que la aplicación de determinados valores, da lugar a la realidad social.

Si analizamos nuestra realidad social, comprobaremos que desvalores son la causa de la crisis, y ayudaremos a los HH :. a ser mejores ciudadanos. Los valores explican el comportamiento social.

Los valores hay que armonizados, no subordinados, con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con el G :. A :. D :. U :. , con fidelidad a la dignidad de las personas en concreto y no de forma abstracta.

El masón se acerca al G :. A :. D :. U :. mediante le reflexión, con predominio inicial de la razón, fortaleciendo los sentimientos, la inteligencia y la voluntad, procurando la armonía personal, con nuestros semejantes, con la naturaleza y con el G :. A :. D :. U :. y al mismo tiempo, utilizando un lenguaje simbólico y alegórico que nos desarrolla una intuición inteligente, también superior a la razón, pero que luego la ilumina, pudiendo obtener matices mas sublimes en el contenido de nuestros valores.

La masonería es una moral de vida y no de muerte.

Erich Fromm distingue tres clases de símbolos: el convencional, el accidental y el universal.

Dice que en el signo convencional, no hay ninguna relación inmanente. Significa lo que hemos acordado. En el símbolo accidental, tampoco hay relación entre el símbolo y lo que significa. Es una relación por algo que nos ha ocurrido; es una relación personal. El símbolo universal es aquel en el que hay una relación intrínseca entre el símbolo y lo que representa.

Raimon Panikkar distingue entre la hermenéutica sagrada que "es una interpretación de los hechos o acontecimientos en su sacralidad, es decir, sin reducirlos a un mundo gobernado por parámetros racionales o profanos". "La hermenéutica profana seria la que temáticamente excluiría- sin negadas necesariamente- las categorías del orden sagrado y se limitaría a dar explicaciones en función de los datos de un mundo de la razón y de "lo empírico"" y "la hermenéutica secular, o secularizada si se prefiere, puede ser, en cambio, sagrada o profana, puesto que se puede aplicar tanto al mundo sagrado como al mundo profano". "Es precisamente el fenómeno de la secularidad, como conciencia de la penetración del factor temporal en toda la realidad y por tanto en el orden mismo del pensamiento, el que nos ayuda a descubrir la relatividad (que no el relativismo) de la verdad, y por tanto de la interpretación". "El absolutismo del pensamiento solo puede conducir al absolutismo de la acción. Libramos de esta trampa sin caer en la anarquía del agnosticismo y del relativismo, he aquí el desafió de la hermenéutica de la secularizad enfrente de las hermenéuticas tradicionales".

Es necesario interiorizar nuestros valores, sin crear un sistema cerrado, que permita transmitirlos a las nuevas generaciones y se adapten a las nuevas circunstancias.

Un sistema cerrado de valores, nos puede conducir a la dictadura de la conciencia, si no se adaptan con equidad a nuevas circunstancias.

El poner el acento en la espiritualidad, contrarresta el materialismo actual. La reflexión sobre la dignidad del hombre nos acercará a un mayor humanismo.

El equilibrio de humanismo y espiritualidad es nuestra meta.

En este camino masónico, en el conocimiento de uno mismo, no se conoce en solitario, sino participando en logia, observando la interrelación con el "egregor" de la logia, su personalidad, su espíritu. Que el espíritu de la logia influya en nosotros.

De la misma manera el G :. A :. D :. U :. es nuestro Oriente. La causa primera esta en nosotros y nosotros en la causa primera.

Desde la existencia que es lo que más fácilmente conocemos, a la esencia; del existir al ser.

En este proceso de conocimiento masónico, somos cada uno de nosotros los que debemos trabajar en nosotros mismos. Somos cada uno de nosotros los que observamos con atención, experimentamos y conocemos, si bien la ayuda en este camino es muy importante. No para enseñar conocimientos, pues solo cada uno se puede conocer mejor, pero si para ayudar a perfeccionar las herramientas que debemos utilizar en nuestro trabajo. Esta es la labor del instructor, el cual debe conocer las aptitudes y actitudes de cada uno a los que instruye, motivarlos, que aprecien claramente la meta de cada grado, y solo cuando conozcan el grado y lo hayan experimentado, deberá proponerse el ascenso de grado.

La instrucción es individualizada, ya que cada uno tenemos obstáculos específicos, y el instructor debe prepararse para cumplir su responsabilidad.

Para comprender lo intemporal, lo que es, utilizamos el lenguaje simbólico, observando con atención, en nosotros mismos y nuestra interrelación microcósmica, conociendo con una intuición inteligente, entendiendo.

En cada grado hay que conocer el rito, sus símbolos, la moral y el nuevo estado de conciencia, iluminada espiritualmente. Cada grado tiene unos objetivos y meta propia del grado.

El método filosófico profano, analítico, no es un método masónico. Los conocimientos en el mundo profano, son limitados por las propias limitaciones de nuestros sentidos y su razonamiento. Los valores abstractos solo pueden ser aprendidos mediante un lenguaje simbólico, que es intuitivo. Por ello la dialéctica, dice Rene Guenon "jamás debe ser mas que un medio, no un fin en si misma". Hay que salir de la lógica filosófica para entrar en la comprensión de los símbolos, que nos desarrolla una intuición inteligente. Es el camino del silencio. Trabajo con Amor.

Dice Satprem en su libro Sri Aurobindo o La Aventura de la Consciencia: "La clave del enigma no es la ascensión del hombre al cielo, sino su ascensión, aquí abajo, en el Espíritu, y el descenso del Espíritu en su humanidad ordinaria, una transformación de la naturaleza terrestre. Es esto lo que la humanidad espera: un nacimiento nuevo que coronará su larga marcha oscura y dolorosa, y no alguna salvación postmortem".

El hombre es un ser en vías de realización, el hombre tiene unas potencias a desarrollar, las cuales desarrolla y perfecciona, al dar respuesta a los estímulos de cada instante. Es en el recorrer de nuestra vida como vamos desarrollando y potenciando nuestro ser; de ahí que esté de acuerdo con Ortega y Gasset, cuando dice que "Yo soy yo y mi circunstancia". Es ante nuestro hacer, como consecuencia de nuestras circunstancias, como vamos desarrollando las potencias de nuestro ser, vamos logrando nuestro perfeccionamiento y de ahí la importancia de la vida, de ahí que el hombre, cada hombre, tenga que ser arquitecto de si mismo, debe trazar los planos de ese Templo que quiere construir dentro de si, y se construye mediante la realización concreta de nuestros actos. Así llegaremos a acercamos a ser lo que realmente queremos ser, Una Fraternidad.

Dice Luis Garagalza " Además de la percepción directa por los sentidos, el hombre dispone de otro sistema de conocimiento indirecto que hace posible la representación en su conciencia de una realidad ausente".

El cuerpo del símbolo y su contenido son objetivables, si bien el espíritu del símbolo será subjetivo, personal, vivencial e intimo de cada persona. Esta parte subjetiva es la que nos permitirá "ver" lo que esta más allá de la razón, lo que nos evoca, su sentido.

Dice Ernst Cassirer que" por "forma simbólica" ha de entenderse aquí toda energía del espíritu en cuya virtud un contenido espiritual de significado es vinculado a un signo sensible concreto y le es atribuido interiormente".

Frithjof Schuon nos indica "La dialéctica intelectual, como el símbolo sensible, es un velo transparente que, cuando sucede el milagro del recordar, se desgarra y descubre una evidencia que, siendo universal, brota de nuestro ser, el cual no seria si no fuera Lo que es".

Mircea Eliade dice que" los símbolos, mitos y ritos revelan siempre una situación­ limite del hombre..., es decir, aquella que el hombre descubre al tener conciencia de su lugar en el Universo".Y sigue diciendo que "en la medida en que el hombre supera su momento histórico y da curso libre a su deseo de revivir los arquetipos, se realiza como un ser integral, universal".

Mediante los símbolos, como medio de conocimiento, lo interpretamos, procuramos "ver" mas allá, lo interiorizamos y procuramos elevar nuestro nivel de conciencia. Nos vamos preparando para vivenciar la espiritualidad.

Así mismo sobre la metáfora, dice H. A. Murena, " Metáfora: semejanza. Ser semejanza es ser algo que no se es totalmente, somos solo una parte de aquello a lo que nos semejamos". En la metáfora se "lleva" (fero) "mas allá" (meta) el sentido de los elementos concretos empleados para hacer la obra... .Llevar mas allá lo sensible y lo mundano significa traer mas acá el Otro Mundo".

No debe preocupamos si inicialmente el sentido del símbolo se nos presenta como un vació, como un gran silencio. Después de la oscuridad se nos ira apareciendo el contenido del símbolo. Es como si en nuestra conciencia, como si fuera un espejo, se reflejara lo ausente del símbolo.

El lenguaje simbólico nos conduce hacia lo intemporal, lo trascendente, lo absoluto. Relaciona al hombre con Dios. Es un método que nos conduce interior y exteriormente hacia la trascendencia. Es un método de conocimiento que nos conecta con las categorías (con los valores transcendentes) y los arquetipos (Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad de los hombres.). Es un camino que permite mejorar los niveles de conciencia y acercamos a la Unidad, al Todo, al G :. A :. D :. U :.

Como dice Marcelino de Cisneros, el hombre esta en el umbral de lo transfinito.

En estos momentos por el que atravesamos, deseo recordar unas palabras de Pike que dice: "Decir que los grados simbólicos constituyen toda la Masonería, es sencillamente dar a esta palabra una definición arbitraria. Es como si se dijera que las partes son igual al todo. Es lo mismo que insistir en que los mandamientos de una religión la contienen toda, con lo cual no se haría más que rebajada. El significado de los tres primeros grados es oculto, y los que menos la conocen son precisamente los que claman sin cesar que fuera de ellos no existe más Masonería".

Fuente : http://www.scg33esp.org/zenit/revista/n18/n18-8-Espana.htm

Entrevista a Robert L. D. Cooper


Robert L. D. Cooper, Curador del Museo y de la Biblioteca de la Gran Logia de Escocia es entrevistado por el Editor de Pietre Stones, Bruno Gazzo, sobre su nuevo libro.

El autor ha elegido un intrigante título para su libro “Descifrando el Código de los Francmasones”.


Bruno Gazzo (BG): Cuando leí por primera vez el título de su libro, francamente quedé sorprendido. ¿Se había convertido mi amigo y Q.·.H.·. Bob, el Curador de la Gran Logia de Escocia y organizador de la Conferencia Internacional sobre la Historia de la Francmasonería, en novelista?. No lo ha hecho.

Por el contrario, me gustaría felicitarlo por su trabajo basado en documentos históricos y apartado de ficciones histéricas.

La primera pregunta es referente a su afirmación que el libro es de una perspectiva “abiertamente Escocesa”. Usted sostiene que la Francmasonería Moderna tiene su origen en Escocia. ¿Podría usted decirme en pocas palabras por qué piensa así?.

Robert Cooper (RC) :La pregunta que usted ha formulado suscita una gran cantidad de otras preguntas y aspectos a los que no es posible responder con brevedad.

Permítame en primer lugar referirme a la sorpresa que usted expresa con respecto al título y, sospecho yo, el diseño de la carátula del libro:”Descifrando el Código de los Francmasones”. Éstos aparentemente muestran que el libro es muy diferente de mi otro texto “ The Rosslyn Hoax” (“ El Engaño de Rosslyn”). Este libro es de una muy densa lectura, repleto de hechos y cifras y mucha discusión, así como de 11 Apéndices (sí, 11¡) de diversos documentos Escoceses antiguos y poco conocidos. En ese sentido, el libro puede ser considerado como de referencia, mientras que el “Descifrando…”, aunque se ocupa de algo del mismo tema, está escrito en un estilo muy diferente. Lo hice así porque no todo el mundo quiere un libro atiborrado de hechos, cifras y la discusión sobre éstos. El Código tiene un tratamiento mucho más liviano y se pretende que sea de más fácil lectura.

El diseño de la carátula es otro asunto que quizás requiera alguna explicación (son diferentes en Europa y los Estados Unidos). Los lectores del Código Da Vinci se encontraron con una novela mezcla de realidad y ficción, pero no hay indicación alguna sobre qué es cada una. Esto no es una crítica, de hecho nosotros los Escoceses señalamos que el autor, Dan Brown, solamente está siguiendo las huellas del Masón escocés que inventó el género de la novela histórica-Sir Walter Scott (1771-1832). Sin embargo, las novelas modernas tienden a tener un estilo particular o “tipo” de portada y con el fin de llegar a los lectores del Código Da Vinci, se diseñó se diseñó un libro de aspecto similar pero con contenidos muy diferentes, de manera que ellos podrán juzgar por sí mismos la rigurosidad de las partes del libro de Brown que cubren la Francmasonería, la Capilla Rosslyn y la Familia St. Clair, etc.

No me disculpo por esta larga introducción ya que ella pretende “poner en escena” las respuestas reales a sus preguntas.

Los orígenes de la Francmasonería han estado ocultos por cientos de años, incluso desde que James Anderson,un Escocés, redactó las Constituciones para la Gran Logia de Inglaterra en 1723 ( y una segunda versión en 1738). Casi como si tomasen a Anderson como la última palabra, desde entonces se ha especulado sobre la Francmasonería más bien que analizado el material que existe sobre el tema. Después de todo, lo que Anderson dijo es que todo comenzó con Adán en el Jardín del Edén y que virtualmente todo Rey, Emperador o Dictador desde entonces ha sido un Gran Maestro de la Francmasonería¡¡ El hecho que esta especulación haya subsistido por tanto tiempo y haya sido tan ampliamente aceptada significa las aguas han estado bien y verdaderamente enturbiadas. “El Engaño de Rosslyn” y “Descifrando el Código de los Francmasones” son ambos, cada uno a su manera, un intento de aclarar las aguas exponiendo los errores fundamentales sobre los que está basada buena parte de la historia especulativa. Por favor no me malinterprete. Soy partidario total de la especulación, especialmente en el campo de la Historia, ya que ella frecuentemente conduce a preguntas muy interesantes y a descubrimientos que de otra manera no se lograrían, pero es esencial que se usen hechos precisos en primer lugar pues de lo contrario toda esa especulación comenzaría basada en errores fundamentales.

Vuelvo a hora a su pregunta inicial: “Usted afirma que la Francmasonería Moderna tiene su origen en Escocia.¿Podría decirme por qué piensa así?”

En primer lugar un historiador tiene que mirar hechos conocidos, reunir evidencias y llegar a un juicio sobre su validez, su “peso”. La especulación es útil en la medida en que ella suscite interesantes y a menudo provocativas preguntas. Sin embargo, sin evidencia, la especulación sigue siendo sólo eso, no importa qué tan interesante sea.

Como historiador he examinado documentos Escoceses antiguos sobre “Masonería” y ellos cuentan una historia muy diferente a la ofrecida por escritores populares. Es apropiado aquí anotar algo sobre las definiciones. Si usted le pregunta a cualquiera en la calle qué entiende cuando escucha la palabra “masones”, casi todo el mundo dirá algo como “Oh, quiere usted decir los “Francmasones”- puede que tengan una Logia en su calle o algo así. Mientras que algunos de nosotros entenderán que ésta no es siempre una respuesta correcta, sí causa confusión especialmente cuando se discute sobre “Masonería” y “Francmasonería” en Escocia. He conocido gente en Logias que orgullosamente me han dicho que nosotros los “masones” construímos Rosslyn Chapel. Muchos escritores simplemente no explican de qué clase de “masón” están hablando. Por supuesto, “masones” construyeron Rosslyn Chapel-“stonemasons” (picapedreros, albañiles), no Freemasons (Francmasones). Al hablar o escribir sobre “masones” casi todo el mundo supone, equivocadamente, que lo que se está discutiendo es sobre “Francmasonería”. Los escritores, por lo tanto necesitan, en mi opinión, ser más rigurosos al explicar exactamente sobre quién están discutiendo y autores como yo mismo somos muy cuidadosos al usar esta terminología para evitar precisamente esta clase de confusión.

Por ejemplo:
Masón=Francmasón
Mason=albañil (stonemason)
Logia=Logia de Francmasones
Logia=logia de albañiles

Esto ayudará en gran medida al lector a entender exactamente sobre qué, o qué grupo, está el escritor hablando, pero hasta que esa clase de “estandarización” se adopte, sugiero vehementemente que el lector tenga en mente siempre una pregunta: “¿De qué clase de “masón” está hablando el autor en un momento determinado? .Probablemente ello le ayudará a centrarse en el tema.

Mis disculpas por la digresión, pero creo que es importante. Retornaré a su pregunta. Estos antiguos documentos escoceses revelan la existencia de un sistema de logias de albañiles (stonemasons lodges) diseminadas por el país. No había una autoridad central y las logias actuaban independientemente de las demás aunque claramente tenían un propósito común que sin embargo tenía variaciones locales. Esta más bien aleatoria colección de logias escocesas formaban una especie de federación nacional (y uso este término muy ampliamente) que después fue unificada por un hombre, William Schaw (c.1550 - 1602) de quien hablaré después. Estas logias permanecieron exclusivas para albañiles hasta 1634 cuando los primeros no albañiles fueron admitidos en ellas. Éstos fueron por lo tanto los primeros Masones especulativos (Francmasones) y preceden a la iniciación en 1646 de Elías Ashmole (1617-1692) por más de diez años. Extrañamente, Ashmole sigue siendo citado como el primer “Francmasón Especulativo” a pesar de la evidencia en contrario. La transición de las logias de albañiles a las Modernas Logias Masónicas está bien documentada en los registros escoceses.

Es este proceso de “transición” de unas a otras lo que examino en ambos libros, aunque usando deferentes métodos.

BG: Usted examina las principales teorías sobre los orígenes de la Francmasonería y ahora sé que todas las conexiones con la Orden medieval de los Caballeros Templarios pueden ser mera fantasía. Desde el punto de vista de un historiador “cabeza dura”, ¿cuál teoría (la de los Caballeros Templarios o la de los masones) es más confiable?

RC: En primer término, las “teorías” promovidas por cualquier número de escritores populares sobre los orígenes de la Francmasonería no son en absoluto teorías-más correctamente son hipótesis, es decir, ideas, para las cuales ninguna evidencia, por lo menos evidencia viable, se ha producido .Una teoría, por el contrario, es una hipótesis, una idea, que ha sido probada contra alguna evidencia y hallada tener alguna validez. Cuando esa validación ocurre, la hipótesis se convierte en teoría pero incluso entonces no puede ser aceptada como un hecho absoluto. Por ejemplo, la Teoría del Bing Bang sobre el origen del Universo comenzó como una hipótesis, hasta que los científicos usaron datos de la astronomía, etc., con los cuales comprobar la hipótesis y esa comprobación dio por resultado el que la hipótesis fuese aceptada como una teoría viable pero que aún no puede ser demostrada como cierta. Por lo tanto es muy errado que la gente diga “tengo una teoría, la vida en la tierra comenzó cuando un organismo alienígeno llegó aquí desde la luna”- esa es sólo una idea, una hipótesis. No será una teoría hasta que se obtenga alguna evidencia que sustente ese punto de vista. En otras palabras, existen muchísimas así llamadas “teorías” sobre los orígenes de la Francmasonería pero ellas son realmente especulación, hipótesis, no teorías. He trabajado este hecho porque es importante para el lector de libros sobre Francmasonería entender qué es lo que un autor está ofreciendo-una idea o una teoría real.

La sugerencia de que la Francmasonería desciende de la Orden medieval de los Caballeros Templarios es una hipótesis, aun cuando muchos escritores afirman estar en capacidad de aportar evidencia de ello, convirtiéndola entonces en teoría. Por desgracia, casi toda esa evidencia usada no es válida en absoluto sino que es apenas material que ha sido manipulado o reinterpretado para hacerlo aparecer como sustento de la hipótesis. Estas diversas piezas de evidencia, y el cómo han sido usadas se explican y discuten en el libro y le aseguro que encontraré un par de ejemplos para examinar después en esta entrevista-si tiene usted tiempo

BG: Usted llama a William Schaw “el Padre de la Francmasonería” y “el Primer Francmasón Moderno”. ¿Por qué es tan importante Schaw para los Francmasones?

RC: William Schaw (c.1550-1602)es de crucial importancia en el proceso de la transición de la masonería a la moderna Francmasonería .Las razones son simples. Existían en toda Escocia en 1583 logias de albañiles y Schaw se hizo responsable de ellas. Él era un servidor civil senior y le dio forma a lo que parece haber sido una muy fuerte confederación de logias, que no habían fijado normas ni procedimientos. Schaw cambió eso escribiendo los ahora famosos Estatutos Schaw de 1598 y 1599, que sentaron reglas específicas y normatividades para todas las logias escocesas. Incluí estos documentos en ambos libros porque los considero de primordial importancia en el cambio de masonería a Francmasonería.

BG: Personalmente conozco varios Francmasones Ingleses que pagarían parte del Reino por tener Rosslyn Chapel siquiera a una milla de este lado de la frontera. ¿Es cierto que los masones escoceses le pidieron a William Sinclair convertirse en su “Patrón y Protector”?

RC: Rosslyn Chapel es un fascinante y maravilloso lugar, y el Sinclair family Trust , la organización responsable de su mantenimiento recientemente ha recibido más de £ 7 millones (€ 10 millones) de los contribuyentes para restaurar la Capilla. Esta es una adición a los cientos de miles que pagan la tarifa de entrada de £7 (€ 10) y aún falta mucho para completar los trabajos. Dado el gran número de quejas elevadas en los últimos 25 años o así, que la Capilla es en realidad una estructura masónica que contiene simbolismo masónico, tiene propósitos masónicos, y guarda secretos masónicos, será muy interesante ver si la Gran Logia de Escocia (representante de la Francmasonería escocesa) será consultada sobre cómo restaurar la Capilla Masónica de Rosslyn de acuerdo con los cánones de la Francmasonería Escocesa.

Ahora para responder a su pregunta “ ¿Es verdad que los masones escoceses pidieron a William Sinclair convertirse en “Patrón y Protector”?. La respuesta se relaciona también con la discusión anterior sobre las diferencias entre una hipótesis y una teoría. El primero de los “Manifiestos” St. Clair (c.1601) (una descripción inexacta porque realmente eran cartas) está dirigido al cabeza de la familia St. Clair y en él se le pide convertirse en “patrón y protector” de los albañiles escoceses- igual a como hoy la Reina es patrona de una variedad de organizaciones caritativas y de otra índole. El problema es que casi todos los escritores del pasado reciente han cambiado en sus libros “patrón y protector” por “Gran Maestro”. Esto es muy erróneo y es otra razón por la cual publiqué estos documentos para disipar ese error fundamental sobre la historia escocesa.

El segundo “Manifiesto” St.Clair dirigido por los masones escoceses al hijo del anterior (también William) de nuevo le pide, como cabeza de la familia St. Clair, que se convierta en su “patrón y protector” pero es esencial saber que a él, como a su padre, solamente se le estaba pidiendo que fuese su árbitro- alguien que resolviera sus disputas internas- y sin costo alguno.

Creo que es fundamental tener en mente que por esta época Escocia era un país independiente. Tenía su propio Parlamento y Monarquía (la que se tomaría el Trono Inglés en 1603), así como otras instituciones estatales, diferentes a las que existían en Inglaterra- ejemplos son el sistema legal, la religión y la educación. Todas estas eran y permanecen aún separadas de cualquier otro país. Esto significa que Escocia tiene su propia historia, cultura, tradiciones, lengua, etc. Es un error común, pero entendible, pensar en la historia Británica como historia Inglesa pero al hacerlo así todo lo que sucedió en Escocia es o ignorado o subestimado. Esto es algo que el Profesor David Stevenson, Profesor Emérito de Historia Escocesa en la Universidad de St. Andrews, ha descrito como “anglo céntrico”. Señalo el punto con cierto detalle porque tiene un impacto directo no sólo sobre la historia de la Francmasonería, sino también sobre otros aspectos de la sociedad que a menudo son de interés para los Francmasones.

BG: Usted es el custodio de los “Manifiestos” St. Clair que son propiedad de la Gran Logia de Escocia. Por sus lecturas de ellos ¿podemos considerar a William Sinclair como el primer Gran Maestro Masón de Escocia?

RC: Ya he respondido a esto, al menos en parte, en la pregunta anterior. Sin embargo, es una oportunidad de enfatizar en un par de puntos. Gran Maestro (o Gran Maestro Masón en Escocia) es un título masónico. No era un título usado por los masones que en su lugar usaban “Patrón y Protector” lo que ilustra más las diferencias entre masones y Francmasones. Por supuesto, el primer Gran Maestro masón de la Gran Logia de Escocia fue William St. Clair de Rosslyn (1700-1778) pero él fue un Francmasón, no un masón.¡¡ esto es sin duda una razón de la confusión en cuanto a la participación de la familia St. Clair en masonería/Francmasonería.

BG: ¿Por qué incluyó usted en su libro un capítulo sobre la Orden de los Jardineros Libres?

RC: ¿Por qué? Algunas personas estarán al corriente de la existencia de organizaciones tales como los Guardabosques, los Druidas y los Oddfellows, por ejemplo. Estas fueron organizaciones “inventadas”. Por ello quiero decir grupos de personas que se unieron para “diseñar” estas organizaciones a partir de la casualidad.

En escocia, Órdenes tales como los Jardineros Libres, los Carpinteros Libres, los Pescadores Libres, y por supuesto, los Masones Libres crecieron “orgánicamente” a partir de la vida diaria del hombre trabajador. Mencioné a los Jardineros Libres en el libro porque previamente yo había publicado un libro sobre la Orden (hace tiempo está fuera de edición) en el que identifiqué paralelos muy cercanos en términos de la transición de logias operativas- logias cuyos miembros eran únicamente jardineros. Los Jardineros Libres tenían logias, conferían tres grados y tenían también “Órdenes” superiores y ellos experimentaron también una transición de lo operativo a lo especulativo o Jardineros “libres”. Las similitudes entre la Francmasonería y los Jardineros Libres eran impactantes.

Alguna vez se me preguntó maliciosamente que si los Francmasones descendían de los Caballeros Templarios, eso quería decir que los Jardineros Libres provenían de los Caballeros de San Juan. El punto aquí es que los Francmasones no eran en un momento dado únicos ni raros ,sino que simplemente eran una más entre Órdenes Iniciáticas similares, todas las cuales ofrecían grados que contenían conocimiento esotérico y lecciones de moral , pero tenían todas también una base muy diferente a la de la Francmasonería. La desaparición de todas esas Órdenes dejó a la Francmasonería “ondeando como un mástil solitario”. En una época, casi cada hombre habría sido miembro de una de estas organizaciones. Ello sugiere también que de todas esas Órdenes que trabajaban en grados, usaban mandiles, joyas y otra regalía e impartían sus versiones de conocimiento esotérico , la Francmasonería es la única sobre la cual se escriben libros por docenas. ¿podría eso deberse a que nosotros somos la última organización con miembros que desean comprar libros (cualquier clase de libro) sobre “ellos mismos” o estoy siendo yo un cínico escocés?

BG: el título de su libro es “Descifrando el Código de los Francmasones”, pero en la introducción usted dice que “la Francmasonería puede significar muchas cosas para muchos hombres” . ¿No es eso una contradicción?

RC: La Francmasonería es un asunto personal- puede ser un viaje solitario- No creo que aclaramos esto suficientemente a los candidatos antes de su ingreso y esa es una razón por la que perdemos a tantos. El título del libro en realidad debió haber sido “Descifrando UN Código de los Francmasones”. Explicar la Francmasonería, su individualidad, y lo que significa para los individuos es algo que intento hacer muy temprano en el libro. Cada miembro entiende la Francmasonería de manera diferente, tiene diferentes experiencias masónicas, conoce Francmasones diferentes, visita diferentes sitios Masónicos, bien sean sus propias Logias o lugares en los que se realizan eventos masónicos diferentes. En otras palabras, la Francmasonería es diferente para cada miembro, a pesar de que compartimos el mismo vínculo y eso es lo que hace a la Francmasonería única, especial y diferente. Son precisamente esas características las que causan que los Masonófobos ridiculicen y denigren la Orden. Pienso que eso refleja mucho más sus fobias y paranoia que nuestros intentos por convertirnos en hombres mejores.