Como todas las instituciones religiosas que nacieron en el seno de las primeras generaciones, la Ord:. Mas:. tiene una teoría misteriológica que se formó en la impresión que el hombre recibió al salir de su estado salvaje. Todo lo que apareció ante sus ojos fue para él un motivo de asombro, o de temor, el día, la noche, la luz, la oscuridad, el frío, el calor, el gran estruendo de los truenos, la luminosidad y viveza del rayo, la lluvia, en fin, todos los fenómenos a que está sujeta la naturaleza y el velo que cubría toda la Creación, alarmaron su imaginación y humillaron su inteligencia; pero su genio, que tenía el instinto de la verdad suprema, reconoció un Ser soberano, todo fuerza, todo inteligencia que regía el mundo y que se ha reservado para sí el secreto de su Obra. El hombre buscó entonces un lugar adecuado para rendirle culto y encontró la piedra, una alta piedra, donde se inclinó para rendir culto a Dios y a todo lo que era superior a su entendimiento o a su razón; ante esa piedra alta, Ara o altar.
Así pues, en nuestra Cer:. de Inic:., el primer acto que hacemos al ingresar al Temp. Es doblar nuestras rodillas y humillar la cabeza en señal de respeto y admiración al Gran Hacedor, mientras el V:. M:. implora por nosotros para que nos de fuerza y vigor para resistir las pruebas.
Esta Ara está representada en los Templos del Rito Esc:. A:. y A:. por una figura prismática, triangular, iluminada por tres antorchas sobre CCol:. colocadas en tal forma que solo una de ellas ilumina hacia el norte que es el lugar en que el H:. Apd:. debe ocupar, por no encontrarse en capacidad para recibir toda la luz que imprime nuestra Orden.
Estas tres luces representan al Sol, a la Luna y al V:. M:., simbolizados así porque del mismo modo que el Sol ilumina de día y la Luna de noche, el V:. M:. debe esforzarse para alumbrar con su sapiencia, la inteligencia de sus HH:. y con su ejemplo virtuoso y noble, la espiritualidad de los demás.
En el orden filosófico, esta antorcha no debe ser interpretada en el sentido material de la presencia del hombre sino en la más elevada representación de la Divinidad que se halla simbolizada en la Estrella Flamígera de cinco puntas o, lo que es lo mismo, el hombre intelectual o espiritual, o de otro modo la Razón Humana brillando como un Astro guía; indicando que esa Divinidad, espíritu ideal e intangible, es el que constantemente debe guiar los sentimientos de todos los hombres en su constante lucha hacia su más grande perfección.
Las CCol:. que sostienen las antorchas pertenecen, o representan, las tres grandes culturas de la antigua Grecia y son la Col:. Dórica, que representa la Fuerza y corresponde al Apd:., la Col:. Jónica que representa la Inteligencia y pertenece al Comp:. y la Col:. Corintia, que representa el Arte y la Belleza y pertenece a los Maest:.
Se ve enseguida sobre el Ara una hermosa alegoría, la formada por la Biblia, el Compás y la Escuadra.
El simbolismo de estos tres elementos se explica de la siguiente forma: Considerada la logia como el Universo, teniendo como techo el cielo estrellado y como límites el espacio abierto, el Ara debe entenderse como un punto que constantemente se repite en el Universo, y que debe ser el lugar sagrado para el hombre, para introspección de sí mismo, la observación de sus propias cualidades y defectos y la veneración más amplia de un “Todo”, tributada de la manera más excelsa y sublime.
En otras palabras: El Ara tiene por base la Tierra, significándonos que debemos elevarnos de la materia para alcanzar la luz por medio de una vida espiritual, es decir, representa el punto de partida para adquirir nuestra propia conciencia y el conocimiento amplio de la Fuerza Suprema, del Dios indefinible, de la Inteligencia que rige el equilibrio universal, o lo que es lo mismo, llegar al convencimiento moral que Dios existe como fuente perpetua de vida y como el Bien Supremo que guía nuestro espíritu hacia la confraternidad humana.
Es por ello que algunas religiones dicen que Dios está en todas partes, y la Mas:., con el Ara, indica que el hombre, donde quiera que se halle y cualesquiera que sea su situación y sus actividades, no debe dejar oscurecer su conciencia en la malicia, el error y el vicio, sino que iluminada por las antorchas de la Fuerza, la Inteligencia y la Belleza debe consagrarla (su conciencia) en homenaje a ese “Todo” para el mayor bien de sus semejantes.
La BIBLIA se coloca sobre el Ara, en nuestro medio, por estar previsto en nuestros Antiguos Linderos que sobre el Ara debe colocarse el libro que exprese los fundamentos de la religión dominante del país en donde se trabaja. Así en los países orientales se encuentra El Corán para los mahometanos; los Siete Libros Sagrados para los hindúes, o los libros de Confucio para el pueblo chino; y en los países occidentales la Biblia. Es necesario expresar que la Mas:. no es una religión en sentido vulgar de la palabra, pero no podemos dejar de comprender que un hombre sin principios básicos, sin bases morales que obedecer o que seguir, será incapaz de comprender todo el ideal y toda la belleza que encierra la bondad del concepto divino de los masones y, por lo tanto, incapaz, así mismo, de ser un positivo militante de nuestra Orden Mas:., ya que ella se preocupa por hacer más comprensiva y más amplia la interpretación de esa bondad, por medio de buenas obras.
El COMPAS es otro de los atributos con que se representa a la Divinidad; llamémosle así, y se explica indicando que el vértice del mismo es alegórico del ojo de Argos, de la Divinidad que todo lo ve, y sus ramas la claridad o los efluvios que constantemente se derraman sobre el hombre o la materia, que en este caso está representada por la Escuadra y, es por ello que, en el Prim:. Grd:. se ve que la Escuadra está sobre el Compás, manifestando así que el hombre no venciendo aún su Yo material, invadido por el error y por el prejuicio, no puede recibir por completo esas emanaciones de la Divinidad, hasta que su propio esfuerzo por vencer sus pasiones y sus vicios, mediante una voluntad firme e incontrastable se lo permita. Sabido es que el Compás es usado como símbolo de perfección en las artes, ya que de él surgen las más complicadas figuras, todas ellas perfectas y obedeciendo a un centro común, y de ese mismo modo se pretende explicar que la Divinidad, foco central de toda belleza e inspiración, derrama sobre los hombres sus dones por igual.
La ESCUADRA, a su vez, representa otra interpretación que es la siguiente: Vemos que el Prim:. Vig:. tiene como atributo de su cargo el nivel para manifestar que el hombre debe nivelar sus actos, es una incesante perfección; y el Seg:. vig:., a su vez, tiene como atributo la Plomada para representar la rectitud de todo proceder. Unidos estos dos atributos, el nivel en su posición horizontal y la plomada en su posición vertical, se encuentra el nacimiento de la Escuadra, y nos da la interpretación de que el hombre debe hacer un sabio uso de sus deberes y derechos, procurando que ellos no vayan a transgredir los derechos de los demás, sino buscando un punto de apoyo común como el vértice de una escuadra para realizar la perfecta armonía y la unión entre todos los HH:.
Ahora bien: La Biblia no está abierta en un punto cualquiera, indeterminado y sin importancia, ni se abre en una página que encierra una simbología más. El Compás, emblema de justicia e igualdad y la Escuadra, símbolo venerado de la rectitud que estamos obligados a imprimir a todos nuestros actos, beben la luz y la esparcen por sobre todos los HH:. presentes y por sobre el universo entero, en uno de los más hermosos cánticos de David, en aquel que se rinde tributo y homenaje a la fraternidad humana, en el Salmo 133, que reza así:
“(1) MIRAD CUAN BUENO Y CUAN DELICIOSO ES HABITAR LOS HH:. IGUALMENTE EN UNO.
(2) ES COMO EL BUEN ÓLEO SOBRE LA CABEZA, EL CUAL DESCIENDE SOBRE LA BARBA DE AARÓN Y BAJA HASTA EL BORDE DE SUS VESTIDURAS.
(3) ES COMO EL ROCÍO DE HERMÓN, QUE DESCIENDE SOBRE LOS MONTES DE SIÓN, PORQUE AHÍ ENVÍA JEHOVÁ BENDICIÓN Y VIDA ETERNA”.
Veamos como –al igual que todo en la maravillosa arquitectura de la Mas:. esotérica- este cántico contiene para nosotros infinidad de símbolos: hasta en su estructura misma. Desde luego reparemos que son tres estrofas o versos. Tres, el número básico del Apd:.. Es el número de preguntas cuyas respuestas hube de dar en el C:. de Ref:., formando así el simbólico testamento que precede a la Inic:.
En cuanto a la interpretación de cada una de estas estrofas, ofrece en sí el mismo aspecto que los grad:. simb:.. La primera de ellas, sencilla, de fácil alcance, es como la labor inicial que corresponde al 1° Grd:.; las otras dos ya puesto en la tarea especulativa, solo puede alcanzarlas el Apz:. mediante la investigación y el examen paciente y cuidadoso.
Hemos visto que el primer versículo dice:
“MIRAD CUAN BUENO Y CUAN DELICIOSO ES HABITAR LOS HH IGUALMENTE EN UNO”
Esto no es otra cosa que un hermoso y excelso canto a la Frat:. humana, que practicada de corazón, como que por nuestra propia voluntad nos impusimos el deber de hacerlo cuando fuimos admitidos en la Ord:., es la base de la armonía y de la igualdad entre los humanos. Nosotros laboramos por esta Frat:. en la quiera reserva de nuestros TTall:. y en homenaje a ella levantamos Temp:. a la Virt:., según dice nuestro Catecismo y cavamos pozos para el vicio. Pero, aún más, este ideal Mas:. lo llevamos con nos:. al despedirnos en la Cad:. de Unión, pues, cual apóstoles de una religión perfecta, profunda y humana, puesto que carece de normas intangibles, de castas y de distingos, procuramos implantar estos principios Frat:., igualitarios en el mundo profano.- Mientras haya egoísmo, tiranía, mezquindad sobre la faz de la tierra, los TTall:. Mas:. serán la llama de ese ideal fraterno y será nuest:. deber, como custodios y herederos de esta llama, velar porque ella crezca más y más, en vez de extinguirse. Y cuando llegue el día de la Libertad Universal, aquel en que los hombres arrojen las cadenas de la maldad, de la ignorancia, del fanatismo y derriben las barreras del egoísmo y de los dogmas, tendiéndose fraternalmente los brazos, nuestra Ord:. será más grande y poderosa.
Dice la segunda estrofa del Salmo que la Frat:.:
“ES COMO EL BUEN ÓLEO SOBRE LA CABEZA, EL CUAL DESCIENDE SOBRE LA BARBA DE AARÓN Y BAJA HASTA EL BORDE SUS VESTIDURAS”
Antes de empezar alguna investigación ya podemos desprender la calidad del elogio si recordamos que los aceites aromáticos eran usados por los sacerdotes y oficiantes del pueblo de Israel como señal especial o atributo de distinción en las más altas ceremonias religiosas. Así desprendemos que las numerosas citas que hacen los primeros cinco libros de la Biblia, cuyo origen se atribuye a Moisés. Comparar, pues, la Frat:. humana con estos deliciosos ungüentos es, por consecuencia, que equipararla casi a un atributo concerniente a la Divinidad, si, esta comparación, como vemos, fluye de la Biblia misma. Pero esto no solo satisface a nuestra sed de investigación. Hemos leído que el buen Óleo desciende sobre la barba de Aarón y baja hasta el borde de sus vestiduras. Podemos preguntar: ¿Por qué cita a Aarón? He aquí una fuente de estudio que permite desprender numerosos símbolos. Encontramos el nombre de Aarón por primera vez en el vers. XIV del cap. IV del Éxodo. JHV ha encomendado a Moisés que saque a su pueblo del dominio del Faraón y de los egipcios, gente no iniciada en su creencia, que lo persigue y lo tiene esclavo. Al excusarse Moisés por su incapacidad de lenguaje, JHV le contesta:
“No conozco yo a tu hermano Aarón, levita y que él hablará... el hablará por ti al pueblo y él será a ti en lugar de boca; pondré yo en él sabiduría y tú serás en lugar de DIOS”
En el capítulo VI del mismo libro, se demuestra cuidadosamente que Moisés y Aarón son HH:.
Los 40 Caps. del Éxodo, todos los del Levítico y los 20 primeros del Libro de los Números, nos muestran como Moisés fue el símbolo, el intermediario visible entre JHV y Aarón; y cómo fue éste último el que condujo al pueblo de Israel, como un sacerdote, un jefe y un Herm:. durante la fuga de los dominios del Faraón, en el Paso del Mar Rojo, y en el vivir errabundo a través del desierto. Como solo Aarón y los oficiantes por él iniciados, pudieron tener acceso al Tabernáculo o Templo portátil y de que manera la Ley fue transmitida por su intermedio.
En el Cap. VIII del Levítico se detalla la consagración de Aarón y de sus hijos, discípulos, y se les entrega, como custodios y oficiantes, el Templo. En el Libro 4° de Moisés, llamado comúnmente De los Números, encontramos –versículo 1° y siguientes del Cap. XVIII- la nueva misión que Jehová encomienda a Aarón, a quien dice:
“Y a tus HH:. también hazlos llegar a ti y júntense conmigo... y guardarán lo que tú ordenares y el cargo del todo el tabernáculo, más no sé lleguen a los vasos sagrados” más adelante agrega:
“... se juntarán pues, contigo y tendrán el cargo del testimonio en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de llegar a ÉL”
Y finalmente:
“y el extraño que llegara morirá”
Es, en fin, incontable el número de r3eferencias que se hacen en torno a nuestro personaje en estos tres libros bíblicos, para demostrar que es el jefe de los elegidos. Y finalmente, cuando Jehová hace morir a Aarón sobre la cumbre del monte Hor, cuida primero de que éste (Aarón) sea desnudado a fin de investir con las mismas vestiduras a Eleazar (Lib. de los Números Cap. XX Vers. 23).
Ahora, ¿qué podemos desprender de todo esto? Especulemos: ¿No es acaso el Ven:. Maest:. de una logia, como Aarón, Hermano y oficiante al propio tiempo...? La cabeza de Aarón es también la de la logia, las vestiduras, los HH:. que la componen; el todo, la frat:. perfecta. Si reemplazamos el nombre de JHV por el de nuestro símbolo G:. A:. D:. U:., Moisés, conductor de todo el pueblo elegido, es la Gran Log:., el más alto poder Mas:., que tiene el deber de apartar a su pueblo de la esclavitud y conducirlo en la huída: esclavitud de la ignorancia, de los prejuicios profanos, huída de los vicios, de los defectos e imperfecciones. El Gran Maest:. no puede, como no pudo Moisés por sí solo, realizar su tarea. Y he aquí que el G:. A:. D:. U:. le ha dado un hermano, un Aarón en cada Tall:., para que hable por él al pueblo masónico, lo guíe y lo dirija (o sea los VV:. MM:.).
Moisés es más poderoso que Aarón, es en lugar de Dios en la tierra, pero los vínculos de ambos son equitativos y perfectos: nacieron HH:.. Aarón tiene la custodia del Templo, pero la comparte con sus HH:. iniciados, los demás sacerdotes; como el, Aarón, el V:. M:. comparte los Trab:. Mas:. con todos los HH:.
Mucho más clara es aún la simbología cuando se habla de que “EL EXTRAÑO MORIRA”. En efecto: ¿puede un extraño entrar en una Log:. Reg:. y Perf:.? ¿No muere el profano en el gabinet:. de ref:. antes de ser admitido en nuest:. trab:.? o ¿no es, acaso, un símbolo de muerte la oscuridad absoluta, la carencia de luz que precede a la Inic:.? Y no es también, un ser nuevo, con vida espiritual y con edad simbólicamente nuevas, el que nace a la luz Mas:. al recibirla durante la ceremonia en que es admitido en nuest:. Ord:.? La Vara, que de la piedra desértica hizo brotar purísimo raudal, nos recuerda la espada con que al consagrarnos el V:. M:. hace manar de la piedra estéril, que era nuestro espíritu antes de recibir la luz, un manantial de ideas sublimes, de buenas acciones, de firmes propósitos de perfeccionamiento. Y, por fin, la muerte misma de Aarón, la forma en que la Biblia cuida de establecer que, llegado a su fin, se invistió con sus mismas vestiduras a Eleazar, casi una reencarnación del Pontífice, ¿no guarda, así mismo, estrecha relación con el sentido eterno, sin solución de continuidad que sabemos que posee la Mas:. Univ:.?
Y llegamos a la tercera y última de estas estrofas, a aquella que piensa que la Frat:.:
“ES COMO EL ROCÍO DE HERMÓN, QUE DESCIENDE SOBRE LOS MONTES DE SIÓN, PORQUE AHÍ ENVÍA JEHOVÁ BENDICIÓN Y VIDA ETERNA”.
El Deuteronomio, ese libro bíblico que, después de mostrarnos los padecimientos del pueblo de JHV en la desolada península sanaítica, nos relata las guerras triunfales de este pueblo para conquistar la tierra prometida, la tierra de las Doce Tribus, de los Jueces, en fin, el Reino de Sión; el Deuteronomio, decíamos, nos habla por primera vez de Hermón. Como cumbre de sus victorias después de tomar Hesbón, y Basán, y la tierra toda del Rey Og y del Rey Argob, los dominios de Moab y muchos campos y ciudades y valles que con toda profusión se enumeran, los guerreros de Israel llegan al monte más alto de toda la región conquistada; monte que los Sidoneos llamaron Siriós y los Amerrheos Senir.
Dominan, desde él, todo el futuro reino de promisión y de paz y dan a esta montaña, la más alta de todas, el nombre de Hermón. Numerosas referencias hace después la Biblia sobre ella, a sus pies librarónse triunfales batallas y se celebró más de una grandiosa festividad, si según los libros nos atenemos a los libros de Josué, de Samuel, de los Reyes y Crónicas. David la amó tanto porqué fue testigo de su épica victoria sobre el gigante Goliat.
Ahora bien, la altitud geográfica, su elevación sobre la comarca que domina, todas las circunstancias, en fin, hacen pensar que de este monte Hermón, asentado sobre el paralelo, o grado, 33 nacía el sistema hidrográfico que fecundaba los campos generosamente, que producía, según la Biblia, dos y tres cosechas al año, otrora prodigiosos de la tierra de Sión; campos bañados por un sol radiante. Las lluvias, el rocío acumulados sobre el Hermón formaban torrentes que descendían a los valles más próximos, o como dice el Salmo “descendían sobre los montes de Sión”. De allí enviaba JHV “bendición y vida eterna”, porque la tierra fecunda estaba siempre ávida de agua que le entregaba el sistema montañoso de Sión, cuya eminencia principal era y es el Hermón.
¿No es acaso bella esta alegoría? Hermón es la montaña maravillosa. Representa a la Mas:. esotérica y la Frat:. Univ:.. Sus aguas fecundantes se derraman primero sobre los montes de Sión, vale decir, sobre todas las Grandes Log:. de la tierra; de allí descienden a los valles, a los Tall:. MM:., a la Frat:. toda, porque de allí, como ya lo cantó David “envía JHV bendición y vida eterna”. Sobre el campo ya preparado de nuestros espíritus viene después, desde la altura, la filosofía masónica, en las enseñanzas de su doctrina, por sus altos dignatarios; es el agua que purifica y que fecunda, que da al terreno fértil del espíritu, dentro del valle defendido por esas fortalezas, perfección y vida eterna. Vida eterna porque nuestros principios son inconmovibles, como inmortales son nuestra filosofía y nuestra concepción del espíritu. Las montañas aman a los valles y los fecundan con sus aguas vivificantes, los valles se aman entre sí: aquel que está más cerca de la montaña Hermón bebe solo el agua que necesita y hace pasar a través de sí, con fraternal voluntad, el torrente de perfección que ha recibido.
Y así, de valle en valle. Como el Maest:. al comp:. y como el comp:. al Apred:.; y si el precioso torrente llegase a perderse precipitándose en el mar, no desesperemos, ni nos inquietemos: las leyes inmutables de la Naturaleza, fuente de energías y madre de vida, lo han previsto. Condensarán nuevamente el agua de los mares, purificándolo en albas nubes que remontarán el espacio para ir a formar otra vez el rocío del Hermón, la filosofía masónica que viene como en Judea, descendiendo del oriente que es luz y que es vida.
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