domingo, junio 10, 2007

Los Shriner: La fraternidad masónica de orígenes islámicos


Shrine es el nombre moderno de una antigua fraternidad fundada por un pariente de Mahoma hace más de 1.300 años. En la actualidad esta orden sigue teniendo muchos vínculos con el islam aunque parece no seguir su estricto código.

El Ancient Arabic Order of Nobles of the Mystic Shrine –la “Antigua Orden Árabe de los Nobles del Santuario Místico”– se fundó en La Meca, Arabia, en el año 644 d. de C. Pronto se extendió por el resto de Arabia, Siria, Egipto, Marruecos y otros países del área mediterránea. En 1698 llegó a Italia, y a Alemania e Inglaterra en 1778, aunque no se estableció en EEUU hasta 1872 por los masones libres William Florence y Walter Fleming. Se dictó que los miembros aspirantes fueran masones de grado 32 del Rito Escocés, y 13 del grado de York.

Al principio, muchos masones de alto grado rechazaron la ideología religiosa de los Shriner, porque en su opinión podría adulterar y minusvalorar la masonería. Con el paso del tiempo, terminarían admitiendo que la Orden del Santuario Místico era un monumento a la masonería. Al incluir los grados más altos del Rito Escocés y el Rito de York, se garantizaría una asociación de hombres de calidad superior, previamente sometidos a las difíciles pruebas de los distintos grados de la masonería.

La Orden del Santuario Místico pretende ser heredera de las tradiciones recogidas en el Corán, la Torá y el Nuevo Testamento. Fue fundada por el califa Alec, primo y yerno del mismo Mahoma, cuando estaba ideando la creación de un tribunal superior. Estrictamente árabe en su composición, este tribunal castigaría a todos aquellos que no obedecerían la ley. Los pilares básicos de la Orden no han cambiado con el paso del tiempo; sus miembros deben practicar y transmitir la justicia, la tolerancia, la cultura y los pensamientos positivos. En opinión de muchos Shriner, esta fraternidad masónica está entre las más importantes ya que une las enseñanzas del Dios de la masonería y las del profeta Mahoma. Vínculos actuales con el islam Es el investigador norteamericano Michael Howard el que hace una descripción detallada del símbolo Shriner, un logotipo utilizado por todas las logias en Estados Unidos y Canadá: “El símbolo de la Orden es una Luna creciente formada por las garras de un tigre de Bengala, con una efigie de un faraón egipcio grabada, una urna encima y un pentagrama debajo. La Luna creciente cuelga de una cimitarra que para la Orden es una representación de la Madre Universal venerada en la antigüedad como Isis. Los cuernos de la Luna creciente apuntan hacia abajo porque representa el ocaso de la Luna de la fe antigua ante el amanecer del Sol de la nueva religión de la fraternidad de la humanidad”. Por otra parte, Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán, afirma que los Shriner de Roosevelt celebran un rito muy parecido a otro satánico que se llama el Ceremony of the Stifling Air –“la ceremonia del aire asfixiante”–. Según LaVey ésta se realizaba durante la iniciación de un candidato que quisiera entrar en el sexto grado de la Orden de los Caballeros Templarios. No extraña esta relación con los mismos, ya que para pertenecer a los Shriner puedes ser masón del Rito de York, cuyo grado 13 se llama “Caballero Templario”.

En el libro The Mystic Shrine –“El santuario místico”– se incluyen algunas declaraciones de personas de distintos grados durante la ceremonia de iniciación. De especial interés son las palabras del Sumo Sacerdote que declara que el rito de los Shriner es antiguo, honorable, benévolo y secreto. Está dedicado a la causa de la justicia, la verdad y la misericordia y es tan antiguo como la piedra angular del Templo de la Meca, tan secreto como el musulmán que unió las tribus de Arabia bajo Alá, tan honorable como el cristiano, y una vez que se aceptan las reglas de la sociedad no deben olvidarse. Se pide que se mantengan los secretos de los Shriner y que todos los iniciados sean fieles. Finalmente, da la bienvenida al nuevo iniciado diciendo que su aceptación se debe a la existencia de Alá, al credo de Mahoma y a la santidad del Tabernáculo en la Meca. Al final de la ceremonia recibe las contraseñas para entrar y salir del templo Shrine, que son “Meca” a la entrada y “Némesis” –diosa griega de los castigos– al abandonar el templo.

Es interesante mencionar que antes del 11 de septiembre de 2001, un posible candidato a los Shriner tenía que ser un masón de grado 32 en el Rito Escocés o 13 en el Rito de York. Posteriormente, cuando se denunciaron a los Shriner como miembros de un Orden árabe, hubo un éxodo en masa de los miembros. Para poder sobrevivir bajaron los requisitos y actualmente sólo hace falta que el nuevo miembro haya alcanzado el tercer grado.

En el libro Scarlet and the Beast se comparan las actividades filantrópicas de los Shriner con las de Al Qaeda. Ya que estas organizaciones no tienen ánimo de lucro están exentas de inspecciones del gobierno, salvo que haya sospechas fundadas de corrupción. A partir de diciembre de 2001, el Gobierno Federal intervino muchas organizaciones vinculadas a Al Qaeda, congelando sus activos. El autor de Scarlet and the Beast se pregunta si existe algún vínculo entre los Shriner y Al Qaeda.

La Real Orden de los Bufones

El 19 de abril de 2005 un personaje oculto bajo el nombre de Sam Houston envió un correo electrónico a todos los masones de Texas, EEUU. Acusaba a un grupo secreto dentro de los Shriner llamado The Royal Order of Jesters –“La Real Orden de los Bufones”– de estar involucrado en prostitución y juego ilegal. Houston refiere que durante su iniciación le ofrecieron la oportunidad de acostarse con una prostituta, oferta que él no rechazó. Estas prácticas no se limitan a las iniciaciones sino que se producen en casi todas las reuniones y fiestas de los Bufones. Se considera que la celebración de concursos de sexo oral entre los “hermanos” de la Orden es una forma de construir una fraternidad fuerte entre los miembros. Parece ser que el sexo, el juego ilegal y el alcohol son las actividades preferidas para aliviar el dolor y las preocupaciones de esta peculiar asociación. Se proporcionan prostitutas para las reuniones a fin de que los miembros realicen todo tipo de fantasías. Houston afirma pertenecer a los Shriners y a los Bufones, y se siente avergonzado de su cambio personal y el de los propios Shriner. En su correo invitaba a otros masones a que denunciaran la lacra que representan los Bufones e insistía en que se realizase una investigación y la purga que fuera necesaria dentro de la organización.

Al parecer los Bufones se jactan de controlar los puestos de mando en todos los templos Shriner de los EEUU y Canadá. También han avanzado en los grados de todas las variaciones de la masonería, incluso en el Rito Escocés, el Rito de York, los Rosacruces, la Cruz Roja de Constantino, la Estrella de Oriente y las organizaciones Demolay. Varios maestros de la Gran Logia de Texas han sido Bufones. Houston lamenta haber perdido a su esposa cuando ésta se enteró de lo ocurrido en uno de sus mítines y advierte a sus amigos masones para que no sufran el mismo fin… Novatadas o iniciaciones Además de la acusación de Sam Houston, hay otras denuncias previas relacionadas con los Shriner que se deben considerar. Un artículo de Associated Press publicado el 20 de noviembre de 1991 refiere que Michael G. Vaughan de Kentucky, entabló un pleito con los Shriner después de sus experiencias humillantes de iniciación. Afirma que fue al Templo del Shrine para aprender los secretos del Universo y en 1989, junto a otros candidatos tuvo que realizar una serie de pruebas delante de un público de la Orden. Éstas incluían caminar sobre un felpudo cargado eléctricamente, sentarse desnudo sobre un banco electrificado y tener los fondos de sus pantalones cortos pegados a las piernas con cinta adhesiva. Vaughan sospechó que iban a verter sobre su ropa interior el contenido de una pila próxima repleta de fresas, nata montada y helado. Esta última humillación no se realizó porque se cayó una mesa tirándole al suelo y dejándole inconsciente. Vaughan no pagó su contribución al templo y nunca regresó. En su denuncia declaró que estas actividades fueron dolorosas, y como consecuencia tuvo que recibir tratamiento médico. Acusó a los Shriner de abuso y fraude. Theodore Corsones, el abogado de la organización nacional de los Shriner declaró que no podía hacer comentarios sobre el caso, pero aseguró que su propia iniciación como Shriner fue una gozada espiritual motivándole a dar una vuelta por el hospital local de la organización para niños discapacitados. Decía que ignoraba lo que había pasado en el templo con Vaughan, aunque admitió que las reglas de iniciación se cambian todos los años. Robert E. Manley, cuyo gabinete de abogados de Cincinatti se especializa en defender a las fraternidades afirmó que más de 35 Estados, incluido Kentucky, habían aprobado leyes prohibiendo las novatadas. No obstante, no sabía si se podía aplicar esta ley al caso en cuestión. Si las acusaciones se prueban ciertas, Vaughan podría entablar un pleito por maltrato.

ONG fraudulenta

Según una serie de artículos publicados en el periódico Orlando Sentinel en 1987, los registros del Internal Revenue Service –hacienda pública– mostraron que a pesar de ser la organización de caridad más importante del país, los Shriner habían donado a sus 22 hospitales menos de un tercio del capital bruto recaudado en 1984. Los dos tercios restantes se emplearon en comidas, viajes, diversiones, ceremonias fraternales y campañas para conseguir más donativos. Según el Sentinel, en 1985 los Shriner se embolsaron un 71% de los donativos recibidos, 21,7 millones de dólares aproximadamente, cantidad que emplearon en sus casas de reunión, mantenimiento de bares privados, restaurantes y campos de golf. Otra parte de este dinero financió lass convenciones, viajes y entretenimientos de sus 880.000 miembros.

La fuente más importante de ingresos se debe a los circos distribuidos por todo el país. En 1985, generaron 23 millones de dólares de los que sólo un 2% fue destinado al pago de los cuidados médicos de los niños en los hospitales de la organización. Dieciséis años después, en 2001, nada parecía haber cambiado. El porcentaje de donativos destinado a los hospitales ha sido del 25%, mientras los Shriner siguen siendo la organización humanitaria más rica del mundo con activos de más de 10 billones de dólares.

En 1998 declararon beneficios de 233 millones de dólares, casi igual que el presupuesto total del sistema de hospitales Shriner, y en 2001 anunciaron una nueva campaña para recaudar fondos. ¿Para qué? En la actualidad esta gran ONG norteamericana sigue con la misma política de donar una fracción de sus ingresos a la caridad mientras otras, como la Cruz Roja, donan el 80% o más de los fondos que reciben. En opinión de la periodista Ann Landers del periódico South Haven Daily Tribune, esto se debe a que la Cruz Roja y otras organizaciones parecidas no tienen que mantener bares privados, comedores, salas de reunión, clubes, campos de golf y centros de estudio en todos los Estados.

En 2002 Vernon Hill, un corredor de seguros jubilado –y Shriner durante más de 15 años– se dio cuenta por primera vez que las finanzas de la organización no estaban nada claras y unió fuerzas con un especialista en impuestos llamado Paul Dossier. Después de una investigación de un año descubrió que los Shriner tienen más de 8,5 billones de dólares en el banco y siguen organizando sus campañas de recaudación de fondos para los hospitales, aunque sólo una fracción de lo recogido se usan para esta causa. Una consecuencia de esta investigación ha sido la expulsión de Hill de la organización. A finales de junio de 2006, la periodista norteamericana Cassandra Frost informó que Vernon Hill ha interpuesto una demanda contra el letrado de los Shriner, Jay Fleischer, acusándole de intimidación, censura, violación de la libertad de expresión y violación de las leyes del sistema de hacienda estadounidense.

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