sábado, agosto 04, 2007

LA LUZ


(Reflexiones sobre la Iniciación)

Hemos permanecido durante un tiempo (¡nos pareció interminable!), en el Gabinete de Reflexión. Allí, enfrentados con Símbolos que nada nos dijeron, hemos escrito nuestro Testamento Filosófico. Pasado el tiempo, sonreiremos ante nuestras respuestas. De redactarlo hoy, seguro que serían totalmente distintas pero sabemos que fueron sinceras, si bien producto de nuestro profano SER.

Cuando la simbólica luz nos fue dada, nada de lo que esperábamos sucedió. La mayoría de los neófitos, ignorantes del sentido trascendente de la Ceremonia, estamos expectantes ante lo desconocido. Quizás esperamos alguna "señal" que nos indique que hemos traspasado realmente una puerta entre lo profano y lo sagrado pero, en realidad, nada especial ha sucedido. A pesar de nuestra predisposición anímica para dejarnos "inundar" por la anunciada y ansiada LUZ, cuando la venda cayó de nuestros ojos, lo único que hemos visto fue a nuestros Hermanos observándonos con una sonrisa de bienvenida.

Cierto que la Ceremonia, con todo su Simbolismo aún incomprendido, ha sido verdaderamente hermosa y con momentos impactantes. La liturgia nos ha hecho sentir sensaciones hasta entonces desconocidas. Ha sido, especialmente emocionante, por la solemnidad y el ritmo pero… ¡poco más! La verdadera trascendencia de lo vivido, no ha pudo ser captada por nosotros puesto que (¡no deberíamos olvidarlo nunca!) es cierto que hemos sido "iniciados" pero apenas hemos comenzado el verdadero Camino de la INICIACION.

No fue, hasta pasado un cierto tiempo, encontrándonos ya inmersos en el natural proceso evolutivo del Aprendiz, cuando nos paramos a pensar que todas aquellas iniciales expectativas, solamente eran producto de nuestra ignorancia sobre el verdadero significado y trascendencia de aquella Ceremonia.

No sabíamos entonces que lo único que se nos había "dado" en esa Ceremonia, era una luz simbólica y las Herramientas para labrar la Piedra Bruta pero no el ARTE para hacerlo. El ARTE de labrar y pulir la Piedra, lo tendremos que adquirir con el aprendizaje constante y tenaz, a partir de ahora. Somos Aprendices y nuestro primer Trabajo ha sido realizado de manera torpe y apresurada.

Se ha indicado el Camino; se nos han presentado Símbolos pero, es ahora, cuando realmente comenzaremos a comprender la importancia de una Ceremonia que, según mi propia experiencia, resulta mucho más trascendente y emocionante para el que la contempla (¡dado su conocimiento del Simbolismo de la misma!) que para quien la vive como neófito.

A partir de ahora, ya como Aprendices del ARTE REAL, deberemos comprender que lo que realmente hemos iniciado es un proceso evolutivo (¡una especie de transmutación alquímica interior!) que nunca terminará, jalonada de avances y retrocesos; de certidumbres y dudas.

Durante nuestro tiempo de SILENCIO, consustancial a la "disciplina" del Grado de Aprendiz (herencia de los pitagóricos), tendremos tiempo para reflexionar sobre el verdadero Simbolismo de lo que vimos en la Cámara de Reflexión y más tarde en la Logia. Como decía un conocido francmasón francés hace ya mucho tiempo: " Solamente se puede desear la LUZ estando en tieneblas". En realidad así es. Solamente reconociendo nuestra ignorancia, desearemos recibir la LUZ (¡la VERDADERA, no la Simbólica!) para disipar las profanas tinieblas.

Después de finalizada la Ceremonia de Iniciación, en algunos Hermanos se produce una especie de "frustración", al comprobar que nada extraordinario parece haber sucedido; nada que no sea una leve ceguera después de haber estado con los ojos vendados un largo tiempo.

Aún tardaremos bastante en comprender, en toda su dimensión, aquella frase que nos llamó la atención por lo enigmática: " ¡TODO ES SIMBOLO!". Realmente fuimos enfrentados a multitud de Símbolos que no comprendimos entonces y que, con el tiempo, podremos ir descifrando según nuestro particular código "criptográfico"… ¡TODO ES SIMBOLO!

A partir de ahora, trabajando sobre nuestra PIEDRA para liberarla de aristas y pulirla (¡las profanas ataduras y prejuicios!), sí seremos capaces de ir recorriendo el Camino que otros hollaron mucho antes que nosotros. Hemos pasado (por la aceptación de nuestros Hermanos) a formar parte de la siempre inacabada Cadena de Unión de la Fraternidad Francmasónica Universal. A nuestro eslabón y a otros muchos que nos precedieron de la Cadena, se irán uniendo otros que, como a nosotros nos sucedió, escucharán un día la enigmática frase: "¡TODO ES SIMBOLO!"

El Simbolismo de nuestro Grado, será ahora comprendido y asimilado lenta pero firmemente. Cuando llegue ese momento, el de la comprensión del verdadero sentido de nuestra Iniciación, tendremos que aceptar que aquella Ceremonia sí tuvo, realmente, una enorme trascendencia: ¡Fue el primer paso dado sobre un Camino, libremente elegido, por un profano que sintió la necesidad interior de salir de las tinieblas de la ignorancia para buscar la LUZ!

© Fernando Domínguez G. (Keltoy)
Octubre, 2.005

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