Una vez, hace mucho tiempo, un A.·. M.·. inquirió a su Maestro sobre la clave para llegar a ser un verdadero Masón.
El Maestro, un Masón de larga trayectoria y experiencia, a quién todos acudían por sus sabios consejos, le dijo:
Q.·. A.·. para llegar a ser un verdadero Masón la clave está en la triple "C"
¿Cómo es eso de la triple "C"? --pregunto el A.·.
La triple "C", respondió el M.·., es el mejor símbolo de nuestra Ord.·. como podéis ver tiene tres partes, como nuestro simbolismo esencial aconseja.
La primera "C" corresponde al COMPROMISO que asumiste desde el día de vuestra Iniciación.
Pero es este un COMPROMISO muy especial, porque está basado absolutamente en la entrega total que debéis hacer a una causa.
La segunda "C" se refiere a la CONSTANCIA que debéis tener en las actividades que emprendáis desde el momento mismo de vuestro ingreso a la Ord.·.
Y la tercera "C" tiene relación con la CONCIENCIA…; si con la Conciencia abierta que se necesita para que la búsqueda de la Sabiduría y de la Luz sea fructífera.
Como podréis ver, la clave es sencilla pero el trabajo será arduo.
M.·. dijo el A.·.
- Si la clave es tan sencilla; ¿Por qué encontramos tan pocos MM.·. verdaderos?
Porque quienes son atraídos por nuestros Sagrados Misterios; no pocas veces lo hacen buscan satisfacciones materiales, las cuales los apartan del verdadero camino.
Es necesario que vuestra mente comprenda que para labrar la Piedra Bruta, se debe recorrer un camino espiritual, en el cual el EGO no tiene cabida.
Entonces, replicó el A.·.
- ¿Por qué las Liturgias están llenas de títulos, veneraciones, reconocimientos y alamares? ¿No va esto en contra de lo que acabáis de decir?
El M.·. le contestó:
- El camino del espíritu debe valerse de los símbolos para que el buscador pueda entender la profundidad del objetivo. No obstante, el abuso de esos símbolos y los deseos incontrolados del EGO, llevan a distorsionar el método.
Todo verdadero Masón, debe comprender que, para poder llegar al mundo del espíritu es necesario partir del mundo de la materia y, está siempre estará ligada al EGO, a los alamares, a los títulos rimbombantes, a los reconocimientos.
A medida vais avanzando en el camino hacia la Luz, se irán superando esos apetitos y desaparecerá todo lo superfluo.
Al final la sencillez y la humildad aparecerán y serán el mejor signo de que estáis en el camino hacia la verdadera luz.
Bueno M.·. replicó el A.·.
- ¿Y qué le queda al verdadero Masón, después de pulir su Piedra Bruta y alcanzar la sencillez y la humildad?
Entonces, dijo el M.·.
- Podréis dedicarte al SERVICIO DE VUESTROS SEMEJANTES, el mejor y más honroso título al que puede aspirar un Masón
El servicio a la humanidad, el trabajo por el, progreso de la misma es lo único que os permitirá la evolución necesaria para la verdadera trascendencia.
Así, después de una vida de servicio y desprendimiento podréis reclamar, con justicia, el derecho a estar en el Or.·. E.·., al lado del G.·.A.·.D.·.U.·.
- Ahora sé lo que debo buscar, dijo el A.·.
- Pero ¿Quién me enseñará todo lo que debo de a prender para conseguirlo?.
- Sólo vos podréis hacerlo, le dijo el M.·.
En vuestro interior está todo lo necesario para lograrlo y lo demás estaremos siempre prestos a ayudaros.
No busquéis que otros os enseñen el verdadero potencial que el G.·.A.·. os entregó desde el principio de los tiempos; sed vuestro propio M.·. pero, al mismo tiempo, nunca dejéis de ser un A.·. y, así entenderás que:
- "El buscador es lo buscado"
Y se dice que desde entonces aquel A.·. se dedicó a labrar su Piedra Bruta de tal manera que muy pronto fue tenido como el más prudente, sabio y generoso Masón de ese Or.·.y, aunque nunca buscó o quiso ostentar ningún cargo, sus HH.·. siempre lo tenían como el "Maestro".
Fuente: Logia RED
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