domingo, octubre 22, 2006

Algo sobre semiótica, estructuralismo y cómo se encuentra en la masonería



Antes de empezar el desarrollo del trabajo considero pertinente definir los conceptos que vamos a tratar, esto con la finalidad de una mejor comprensión de trabajo.

Empecemos por Estructuralismo. El estructuralismo es la rama de la teoría de la comunicación que se encarga del estudio del mensaje en el proceso comunicativo. El modelo de comunicación está compuesto por tres elementos básicos que son: emisor, mensaje y receptor (preceptor). Y el estructuralismo es el que se encarga del estudio del segundo elemento del proceso comunicativo.

El estructuralismo plantea que para una buena compresión y estudio del mensaje este debe descomponerse en partes. Lo ve como una gran estructura que debe ser descompuesta en otras más pequeñas, para después ser armado y así lograr a una interpretación del mensaje. Desde luego que debemos elegir las estructuras y los códigos adecuados para poder interpretar un mensaje.

Veamos ahora dos definiciones de semiótica, ambas de Umberto Eco:

"La semiótica es la disciplina que estudia las relaciones entre el código y el mensaje, y entre el signo y el discurso". Por otro lado, el mismo Eco dice que "la semiótica se ocupa de cualquier cosa que pueda considerarse como signo. Signo es cualquier cosa que pueda considerarse como substituto significante de cualquier otra cosa. Esa cualquier otra cosa no debe necesariamente existir ni debe subsistir de hecho en el momento en que el signo la represente. En ese sentido, la semiótica es, en principio, la disciplina que estudia todo lo que puede usarse para mentir".

Ya hemos definido los dos conceptos centrales de este trabajo, ahora, algunos hermanos se preguntaran: ¿y qué tiene que ver la teoría de la comunicación, el estructuralismo y la semiótica con la masonería?.

Creo que tiene mucho que ver, en principio de cuentas porque (querríamos o no) al estar aquí estamos entablando un proceso comunicativo entre todos nosotros. Un proceso comunicativo que incluye varios códigos. Tenemos por ejemplo el lenguaje, donde a través del habla damos a entender lo que queremos decir. Otro código es el de los puestos que tenemos; no vamos a dirigirnos de la misma manera al V. . M. . que al H. . Guarda templo, esto influye en la manera que transmitimos el mensaje hacia ellos y hacia los demás; hay reglas para dirigirse a cada uno de ellos, debido a su jerarquía de sus puestos, es decir, un código jerárquico. Tenemos también un código proxémico (la proxémica tiene que ver con la posición de proximidad de las cosas); los maestros, los compañeros y los aprendices no pueden sentarse en el mismo lugar; unos se encuentran al sur y otros al norte.

Quien entra al templo debe hacerlo por occidente y el V. . M. . debe sentarse al oriente; estás reglas están dadas también por un código proxémico. Si siguiéramos pensando encontraríamos más códigos dentro de nuestro rito masónico (y desde luego que hay infinidad de códigos).

Ya vimos, y creo que ha quedado bastante claro, que manejamos códigos. Ahora veamos que también manejamos signos.

Por ejemplo: la marcha como signo representa las tres edades del ser humano; la escuadra como signo representa la materia o la rectitud (entre otras cosas); el compás como signo representa al espíritu; el piso como signo representa la dualidad; el templo como signo representa el universo etc. Así pues, todos los elementos masónicos pueden ser vistos como signos (y de hecho lo son, porque los signos son un todo).

Ahora bien, dejemos dejar en claro algo (y que menciona la semiótica), y es que los signos no pueden ser estudiados de manera aislada. Y eso es lo que se hace en la masonería; a la hora de interpretar el mensaje masónico utilizamos los distintos signos que tenemos en el templo y en nuestro ritual, pero no los utilizamos de manera aislada.

Es así como unimos lo que significa la marcha con lo que significa la escuadra que hacemos con nuestros pies y el brazo; es así como unimos el significado de los cuadros con el significado del ara y el hecho de que caminemos por encima de esta dualidad.

Como se dan cuenta hermanos, los masones actuamos de una manera estructuralista. Tenemos una unidad macro (que es la masonería) a la cual dividimos en unidades micro (signos, símbolos, significados, diálogos, puestos, etc.) para poder interpretar las enseñanzas y el mensaje de la masonería. Así pues, sin quererlo, bien podríamos hacer semiótica dentro del templo.

Aunque normalmente nosotros hacemos semiosis; la semiosis es un fenómeno de lectura e interpretación de signos en un nivel pragmático. Se trata de una práctica cotidiana para la cual no se requiere un grado alto de especialización. Todos hacemos semiosis, no todos hacemos semiótica. Nosotros estamos acostumbrados a este proceso semiótico dentro del templo, lo hacemos de manera natural, gracias a las enseñanzas del simbolismo masónico. Para hacer semiótica deberíamos ir más allá de los significados que se nos dan aquí (que vendría siendo un nivel textual de mensaje, pensar no sólo en el qué y no en el por qué o el cómo).

Por ejemplo: un semiótico, al hablar del piso, no se quedaría sólo con el significado de la dualidad. Buscaría por ejemplo en los códigos de color o de física, una explicación más allá. Diría por ejemplo que a nivel de los colores el blando tendría que simbolizar la unión de la energía de todos nosotros y el negro la ausencia de energía; pero que combinadas dan un equilibrio. A nivel de física diría que el blanco rebota la energía y el negro la absorbe. Así pues vemos como el semiólogo busca más códigos para interpretar el mensaje.

Debemos recordar ante todo el carácter subjetivo de la semiótica, la semiótica no busca implantar una verdad absoluta en la interpretación de los mensajes, pero si busca darle una amplitud a los mismos.

En el caso del hipotético semiólogo y su interpretación del piso, podríamos pensar (de acuerdo al código que nosotros manejamos) que su interpretación acerca del piso no es correcta, pero tampoco es del todo descabellada, en dado caso, lo único que hizo fue buscar códigos que se adecuaran al estudio del mensaje.

Para finalizar este trabajo me gustaría regresar a mencionar las dos clases de estructuralismo que hay: Uno es el "estructuralismo operativo" y otro el "estructuralismo ontológico".

El "estructuralismo ontológico" plantea que sus modelos de análisis de la realidad son únicos y universales, no permite la entrada de otros modelos. El "estructuralismo operativo" es más flexible, sabe que los modelos de análisis no son universales y permite la entrada de nuevos modelos.

Así pues, tratemos de ser "masones operativos" dejando que los hermanos nos se queden con una sola interpretación de los mensajes masónicos, sino que busquen más allá.




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