sábado, abril 26, 2008

EL ESOTERISMO Y LA FILOSOFIA EN LA MASONERIA




1.- LAS BASES ESOTERICAS DE LA FRANCMASONERIA.
A pesar de que surgieron en épocas y culturas distintas, el origen lejano de las distintas sociedades secretas es común y se remonta a aquellos pueblos de la antigüedad , cuya tradición oculta y esotérica es recordada aún hoy. De igual forma el basamento filosófico de las mismas es común, y lo contituyen las tres ciencias ocultas: la Cábala, la Magia y el Hermetismo.

La Cábala

Es ciencia tradicional de los hebreos que busca poner al descubierto los secretos de la creación y de la naturaleza divina, por su relación con las letras del alfabeto hebreo y de los diez números podría denominarse las matemáticas del pensamiento humano. La Palabra KABBALA, viene de la palabra hebrea Kibbel que quiere decir tradición, lección, enseñanza. Los Cabalistas opinan que su tradición es tan antigua como el mundo, afirman que emana de Dios mismo quien la enseño a los Angeles, transmitiéndola estos al primer hombre y a los Patriarcas quienes luego la fueron revelando. La Kábbala tiene un carácter verbal, es un valor personal , su origen y naturaleza divina, representan un regalo aceptado por el hombre ante Dios. La designación corriente de Kábbala es cahlchelet ha-kabbala o cadena de la tradición, Dios sostiene el extremo superior de la cahlchelet y le tiende el otro extremo al hombre, invitándolo a recogerla.

El método Cabalístico se compone de treinta y dos medios o instrumentos de conocimiento que se denominan las treinta y dos vías, representadas por los diez primeros números, llamados sefiros y las veintidós letras del alfabeto hebreo y de cincuenta sujetos a los que se les puede aplicar la ciencia, y que se llaman cincuenta puertas, y que constituyen una clasificación los seres en cinco series de diez, que abarcan todos los conocimientos posibles. La Cábala se puede denominar el Algebra de la fe, tiene su geometría ideal, su álgebra filosófica y su trigonometría analógica, que resuelve con sus ecuaciones los problemas del alma despejando sus incógnitas y obliga en cierto modo a la naturaleza a revelar sus secretos. La Cábala se divide en cuatro ramas principales: la Gematría, el Notaricón, la Temura, la Mercavat y el Berechit.

La Gematria se refiere al relativo valor de los numérico y en la transposición de las letras que forman las palabras. El Notaricón exsite en dos formas; en la primera cada letra de una palabra se toma como la abreviación de otra palabra y con ellas se forma una frase, la segunda forma es al contrario cualquiera de las letras que forma una frase pueden dar principioa una frase o a una nueva palabra. La Temura son las permutaciones, consiste en el cambio y equivalencia de ciertas letras de manera que pueda dar forma a una nueva palabra. La Mercavat o Historia del Carro, referente a la visión de Ezequiel del Carro Sagrado y encierra todo un tratado de teología. El Berechit o Historia del Genesis, enseña la ciencia de la creación y la naturaleza y encierra todo un tratado de cosmología. En resumen la Gematría, el Notaricón, la Temura son las matemáticas de las ideas. La Mercavat y el Berechit resumen la ciencia de Diós y del mundo.

Las enseñanzas de la Cábala fueron recogidas en dos libros: El Sepher Ietzirah o Libro de la Creación, el cual encierra toda una cosmología, donde están contenidas las treinta y dos vías de la sabiduría, el segundo libro es el Zohar o Libro de Esplendor este se ocupa en primer lugar de los secretos del mundo intelegible, y predica una teosofía donde aparecen todas las operaciones de la divinidad, así como también las relaciones que mantiene con el hombre y la naturaleza.

Mucho de las enseñanzas de la Kábbala se emplean en los altos grados de la Masonería y se han constituidos ritos entreros bajo sus principios. Por cuya razón merece un sitialespecial encualquier desempeño general sobre la Masonería.

La Magia o Ciencia de los Magos

Según Vasal, la Magia nos llegó de Persia y Caldea unos 100.000 año a.C, en donde un grupo de sabios se unieron para formar una asociación mística bajo el nombre de MAGOS (palabra proveniente del Caucaso Magh, grandesa), cuyo objetivo era conservar como un depósito secreto los vestigios de las Artes y Ciencias de los tiempos primitivos. De allí pasó a Egipto y luego a la civilización Greco - Romana, con aspectos variados y a menudo difíciles de captar en sus intenciones. La magia es un elemento constitutivo del esoterismo occidental, es el conocimiento de las leyes secretas de la naturaleza de ella se derivan la Astrología y la Alquimia, se trata de conocimientos y prácticas que descansan sobre la correspondencia de los tres planos de la creación: físico, humano y divino, que se organizan a partir de una correspondencia entre los astros , la naturaleza y el hombre, para luego permitir descifrar las leyes y reglas que proceden de las ciencias. Su más grande maestro fue Zoroastro. Para Eliphas Levi (1.810 - 1875) la magia es la madrina de las religiones, la clave de todos los misterios divinos, reconciliadora de la ciencia y la fe. Ciencia tradicional de los secretos de la naturaleza que algunos adeptos sabrán utilizar según un conjunto de operaciones y artes, para el bien de la humanidad y para la gloria de Dios. La Astrología: aparece en Grecia en el s.III a.C como producto de las revelaciones místicas de Thot el Egipcio, aporta elementos que emanan de la astronomía y de las ciencias griegas, utiliza mitos y misterios que el alfabeto zodiacal permite interpretar, como las influencias de los siete planetas, la división del zodiaco en treinta y seis decanatos. Pero es sobre todo en la astrología hermética donde va a focalizarse el interés de los esoteristas en el s.III hasta el Renacimiento y de mas adelante, ella comporta varios sectores: la gentica estudio de la astrología universal, la apokatastaseis estudio de los periodos y de los ciclos, elkleroi destino de los planetas, el thema mundi horóscopo mundial, simultáneamente se interesa también en la interpretació n de los ciclos meteorológicos, y las influencias astrales sobre el cuerpo humano. La Alquimia sus secretos se remontaran a las enseñanzas iniciaticas caldeas de Zoroastro y egipcias de Thot -Hermes pero es con Bolos de Mendes (200 a.C) quien adelanta las primeras recetas y técnicas que pueden llamarse Ciencia Esotérica, y junto con Zozimo elaborarán una alquimia revelada llena de todo un simbolismo alegórico y una enseñanza donde se confrotan la teosofía y la filosofía de la naturaleza.

En los rituales de diversos grados de la masonería se nota la influencia de la Magia: el mercurio, la tierra, el trigo en el cuarto de reflexiones, el uso del fuego en los viajes, la transmutación de recipendiario, la estrella de cinco y seis puntas, el simbolismo de la astrología en las doce columnas del templo, la utilización de imagenes como el aguila bicelfala y otros símbolos en los diferentes grados, elementos estos que fueron asimilados y entrecruzados con los de otras filosofías para dar cuerpo a la masonería especulativa .

El Hermetismo

En todos los manuscritos antiguos que contienen la historia del gremio, se hace mención de Hermes como uno de los fundadores de la Masonería. Existen dos personas con el nombre de Hermes que se mencionan en la historia sagrada. La primera es el Hermes divino, llamado por los Romanos Mercurio y por los Egipcios Thot, como dice Diodoro Siculo Thot - Hermes es el Dios mago que aparece junto a Isis cuando esta quiere devolverle la vida a Osiris, " el vino a enseñar la grandiosa doctrina secreta de la luz interna a los Sacerdotes de los templos. Les enseñó que la Luz era Universal y que esa Luz era Dios quien mora en el corazón de todos los hombres. El segundo es Hermes Trimegisto, quien fue un famoso legislador, sacerdote y filósofo Egipcio, que vivió hacia el año 2.630 a.C. Hermes enseño a los hombres la escritura, la música, la medicina, la astronomía, el ceremonial para el culto de los dioses, también enseño a ciertos discípulos las ciencias secretas, tales como la magia, la alquimia, la astrología. Se dice que escribó treinta y seis libros sobre teología y filosofía, y seis sobre medicina. Todas estas enseñanzas fueron recogidas y redactadas en el Delta del Nilo en los siglos II y III D.C., reorganizados con el nombre de Hermética y está constituida por tres libros: El Corpus Hermeticun, El Asclepius y los Fragmentos de Stobeo. Toda la filosofía hermética se basa en siete principios: el principio del entalismo, el principio de Correspondencia, el principio de Vibración, el principio de Polaridad, el principio del Ritmo, el principio de Causa y Efecto, el principio de Generación.

La doctrina hermética es sin duda la corriente esotérica que más ha influido en el esoterismo occidental. Sus textos han sido estudiados por los filósofos a través del tiempo, como Filón de Alejandría, Anaxágoras, Platón en la Grecia antigua; hizo su aporte al cristianismo primitivo así San Agustín hace referencia de ella en De Civitate dei, e influyó en otros escritores cristianos como Boecio, Lactancio, Origenes, Dionisio, Juan de Scotto para el desarrollo del Esoterismo Cristiano. Igualmente entre los Hermetistas Árabes se encuentran: Jabir Ibn Hayyan, Al Razi y en un texto corto del hermetismo llamado La Tabla Esmeralda, en la cual se expresan principios naturales y filosóficos, expone las leyes que rigen los cambios en la naturaleza y constituye un verdadero breviario de alquimia. En la Edad Media el Hermetismo influyó en filósofos como Paraselso, Raymundo Lulio, Maimonides.

El Hermetismo es la ciencia de la naturaleza oculta en los jeroglíficos y símbolos del antiguo Egipto. Es la investigación del principio de la vida, es la ciencia de las propiedades ocultas, de las virtudes escondidas y de las relaciones que se establecen entre los tres reinos en el mundo. Estos reinos dejan aparecer entre sí afinidades y rechazos: plantas, minerales y animales entretejen con los astros lazos que permiten la aprehensión de cadenas o de series susceptibles de comprender los secretos de la naturaleza.. Es la reproducción por el hombre del fuego natural y divino que crea y genera los seres. Para esta comprensión no obstante se requiere una iniciación previa, ya que en efecto entre el mundo sideral investido por la voluntad divina, el hombre y la naturaleza, se establecen una serie de relaciones , que por si sola la razón es impotente para expresar.

2.- LA FILOSOFÍA MASÓNICA

La Francmasonerí a en sus orígenes antiguos contó entre sus fundadores a transmisores de diversas corrientes herméticas, pitagóricas, cabalísticas, mitraicas, sincretista, hinduista, cristianas etc. que con el correr del tiempo se fueron enlazando armónicamente hasta dar origen a un sistema de grados enmarcados en una Filosofía Masónica.

Este cuerpo filosófico liga al francmasón mucho más a los valores humanos , que a la devoción a Dios, lo cual lo hace menos teósofo y un poco más antrosófo. Los neoplatónicos utilizaban un idioma geométrico para describir los cuatro niveles de la existencia, el cual se puede describir así: el punto, la parte esencial representa la divinidad fuente de todo, esta se proyecta a toda la existencia a través de niveles cada vez mas complejos, la línea representa al espíritu, la superficie la psique/alma y finalmente el sólido la materia. La Francmasonerí a se ocupa de la superficie, esto es de la psique, pero sin las otras partes del sistema metafísico. El sistema filosófico de la masonería concibe al hombre formado por un cuerpo, una psique/alma, un espíritu y un contacto con la fuente divina. En términos específicos representa la psique mediante el Templo de Salomón, que describe como un templo de tres niveles dentro del cual se puede tener consciencia de la presencia de la divinidad. Se puede encontrar un paralelismo entre este sistema y el modelo psicológico de Jung, el patio del templo corresponde a la consciencia individual y su desarrollo se realiza en la Cámara de Aprendiz, en la cual el recién iniciado recibe simbólicamente una mirada al interior de la naturaleza de su propia psique y que se representa como la piedra bruta. La cámara central o santuario que corresponde al inconsciente personal y se desarrolla en la Cámara de Compañeros, este grado entraña un profundo trabajo psicológico e intelectual. Por último el sanctasantórum corresponde al inconsciente colectivo que se desarrolla en la Logia de Maestros, se entiende como ya con el desarrollo de la psique se puede tener contacto con el espíritu, de manera que trabajando en el seno de la estructura psicológica, especialmente a niveles mas elevados se puede ser consciente de la presencia de la divinidad. En base a estas premisas se puede entender que el individuo que se inicia en la francmasonerí a, y que explora su psique puede y debe dejándose guiar por su Dios desarrollar un papel activo en el mundo físico, o mejor entendido en la sociedad donde se desenvuelve.

El dogma Masónico es el de Zoroastro y el de Hermes, su regla es la iniciación progresiva: Son depositarios de los misterios del Apocalipsis y del Zohar. Sus doctrinas filosóficas se desarrollan en ese simbolismo que es la característica especial de la enseñanza de la Masonería, y son las que relatan la pérdida y recobro de la palabra, a la vez que investigan la verdad divina, ella nos conduce a la comunicación inmediata relacionada con las ideas profundas del mundo antiguo. Su objeto de culto es la verdad representada por la Luz del Conocimiento. Su veneración va dirigida sobre todo a la razón, bien comprendida como conciencia, pero se muestra muy poco inclinado al automatismo reglamentado de las religiones. Su fundamento es el orden eterno. Su principio es la justicia inmutable que rige las leyes de Universo. Enseña la igualdad en el orden jerárquico, y mira como necesario los grados de la iniciación y la clasificación de los hermanos por orden de estudios y méritos, admitiendo todas las creencias pero rechazando las doctrinas y cultos que ultrajan a la naturaleza. En ella tienen cabida todos los hombres libres y de buenas costumbres, respetuosos de las leyes, amantes del conocimiento y creyentes en un ser supremo.

3.- LA FRANCMASONERIA COMO ESCUELA INICIATICA

Serge Raynaud de la Ferriere define la Escuela Iniciática como un lugar de disciplina, donde no entra todo el que quiere, en ellas hay una enseñanza preparatoria repartida en grados, y exámenes que aprobar antes de abordar el grado siguiente. Estas Escuelas no se fundan mas que de tiempo en tiempo, a lo largo de la historia, y la razón es muy simple: porque en estos Centros Esotéricos es donde se conserva la Tradición Iniciática, con su Alta Ciencia Verdadera y los Preceptos de los Sabios, en una palabra es todo lo que puede encerrar un santuario el cual debe transmitir el Misterio y el Simbolismo bajo los cuales se encierra la Ciencia Divina.

El Colegio Iniciatico enseña las diferentes tradiciones, menciona las distintas escuelas, las variadas filosofías, no pertenece a ningún dogma y está por encima de todas las religiones y de todas las doctrinas. La transmisión de la Gran Sabiduría se hace bajo un profundo simbolismo que requiere largos años de estudio para hacerla comprensible. Aquí adquiere razón el axioma: Cuando el Discípulo está preparado, el Maestro aparece, o sea cuando el aspirante se ha formado una opinión un poco menos profana, entonces es digno de recibir la iniciación.

La Francmasonerí a como heredera de estas Tradiciones Antiguas se puede considerar una Escuela Iniciática, ya que en ella se practica la Iniciación selectiva de sus miembros y se da una enseñanza Esotérica interna repartida en Grados, la que solo estudian y comprenden los hombres de alma y facultades privilegiadas, estando la misma representada por símbolos que representan los más Altos Misterios y que constituye el esoterismo en la Orden.

LOS PAPAS MASONES



Eduardo Seleson

Para que no quede duda en el sentido de que la Francmasonerí a no se encuentra reñida con la religión, ni del tipo de enseñanzas que dentro de la Hermandad se adquieren, señalaremos que el Papa Pío IX fue Masón conocido en el mundo profano como JUAN FERRETI, hemos de aclarar que al ser elevado a sumo Pontífice, desde un tiempo antes, había decepcionado a la Hermandad y el 9 de noviembre de 1846, publicó una encíclica contra la francmasonerí a.

Hace unos años, el ilustre profesor y licenciado ALFONSO SIERRA PARTIDA, intento publicar en los periódicos de la ciudad de México D.F., una copia del acta de iniciación en una Logia de París, donde se deja asentado que los profanos ANGELO RONCALLI y GIOVANI MONTINI habían sido elevados el mismo día para ser iniciados en los Augustos Misterios de la Francmasonerí a. La prensa de esa ciudad ni del País aceptaron dicha publicación, razón por la cual, el propio Maestro de su peculio mando sacar copias, las cuales circularon profusamente entre los círculos masónicos del País.

ANGELO ROCALLI y GIOVANI MONTINI, serían con el tiempo mejor conocidos como los Papas JUAN XXIII y PAULO VI, quienes habrían de introducir grandes reformas a los cultos católicos con el fin de adecuarlos a los tiempos modernos en que vivían.

De las grandes reformas que introdujo el Papa JUAN XXIII, se encuentran en el Concilio Ecuménico Vaticano II, y vemos que dentro de las fundamentaciones que se hacen, muchos se basan en los Principios y Postulados francmasónicos. Vemos también o nos preguntamos.

¿Que justificación tuvo JUAN XXIII, para decretar la abolición de las Bulas excomulgatorias que hasta antes de su arribo al trono de San Pedro aun tenían vigencia?

En el año 1935 ANGELO ROCALLI, Arzobispo de Mesembria, delegado Apostólico en Turquía, por los tiempos de la guerra que corría, al igual que otros sacerdotes y religiosos, se ven obligados a vestir ropas de laico. Es precisamente en esa época en que es invitado a ingresar a una sociedad iniciática heredera de las enseñanzas ROSACRUZ y, que tanta fuerza le dieran en el pasado LOUIS CLAUDE DE SAN MARTIN el CONDE DE SAINT GERMAIN y el CONDE DE CAGLIOSTRO.

Pier Carpi, serio investigador periodístico y en un tiempo fuerte detractor de todo tipo de sociedades iniciáticas o secretas, es él, paradójicamente, quien habría de encontrar en el transcurso de sus pesquisas, las pruebas documentales de la iniciación masónica en Turquía de ANGELO RONCALLI (PAPA JUAN XXIII). Este gran periodista relató el proceso de esa iniciación y describe ampliamente el Ritual de la misma. Así mismo cuenta que en una de las Tenidas celebradas en Logia abierta, ANGELO RONCALLI cae en un trance místico de larga duración y es precisamente en estas circunstancias cuando dicta sus ya famosas profecías. Los detalles de esta historia se encuentran en la obra "Las Profecías de JUAN XXIII" de Pier Carpi y publicada por ediciones Martínez Roca (España).

Las acusaciones de Le-Febre han llegado a establecer un vinculo cierto entre San Pedro y la Masonería. IL BORGHESE, Semanario de la extrema derecha italiana, también habló de una larga lista de prelados masones PELLEGRINO, Arzobispo de Turín; el secretario de Estado VILLOTI; POLETI Vicarios de Roma; el belga SUENENS y hasta el secretario privado de Pablo VI, PASCUALE MACCHI, que estaba inscrito en la masonería desde el 23 de abril de 1958, cuando era secretario del arzobispado de Milán monseñor MONTONI entre otros.

El Gran Maestre de la masonería italiana, LINO SALVAN, medico socialista, ha sido frecuentemente identificado como portavoz más escuchado de la organización masónica dentro del Vaticano y uno de los artífices de la paz entre ambos dominios, en septiembre de 1976.

Nunca se supo porque Pío XII le negó siempre a GIOVANI MONTINI (PAULO VI) el cardenalato. El 24 de noviembre de 1958, 20 días después de ser elevado al trono de San Pedro, ANGELO RONCALLI (JUAN XXIII) nombra 23 nuevos Cardenales entre ellos se encuentra GIOVANI MONTINI.

JUAN XIII en 1960 da su anuencia para que se proceda a que se realicen estudios sobre las sociedades esotéricas e iniciáticas y sus relaciones con la Iglesia. Durante el transcurso de las investigaciones se detectó que las claves de los TEMPLARIOS, ROSACRUCES, Organizaciones MASÓNICAS y MARTINISTAS, nunca se extraviaron o se perdieron para siempre, sino que de vagar de una organización a otra, siempre estuvieron celosamente guardadas en el seno de la propia Iglesia.

En el pasado existieron pontífices que tuvieron una estrecha relación con sociedades esotéricas y de tradición eminentemente ocultista, como lo fueron BENEDICTO IX (1032 - 1034) BONIFACIO VII (984 - 985).

Fueron católicos y fieles practicantes los más grandes maestros de la tradición esotérica de alta escuela: NOSTRADAMUS (Ocultista y Astrólogo); CORNELIO AGRIPPA (Ocultista y esoterista); SAN ALBERTO MAGNO (astrólogo); SANTO TOMAS DE AQUINO (mago blanco y discípulo de Alberto Magno) LEONARDO DA VINCI (mago, esoterista, ocultista y diseñador).

En el caso muy particular de CAGLIOSTRO que fue perseguido por la Inquisición, siempre defendió la íntima relación y validez entre lo esotérico y lo exotérico. Prosiguió los debates teológicos con el respetado Gran Maestro MANUEL PINTO de FONSECA, a cuya presencia le condujeron el alquimista Fray UMILE y su guía espiritual ALHOTAS. Debate que continuaría con el Papa CLEMENTE XIII, del que se hiciera gran devoto y amigo.

La prueba vital de que existe más información sobre esoterismo, magia y ocultismo y Francmasonerí a en bibliotecas no masónicas, la tenemos en la persona de ALPHONSSE LOIS CONSTANT, mejor conocido entre los estudiosos de esoterismo como ELIPHAS LEVI ZAHED, el cual estudió y se ordenó sacerdote en el seminario de Saint Sulpice. Por esta situación tan especial, tuvo acceso a todas las bibliotecas de conventos y seminarios de la época.

El hecho de poseer una amplísima cultura y el de hablar varios idiomas le facilitó el poder consultar antiguos y raros documentos que supuestamente la inquisición había hecho pasto de la llamas. Por esta razón y su espíritu liberal, pronto fue considerado como peligroso dentro de la propia iglesia católica. Siendo repudiado por ella en el año 1841. Perteneció a diversas organizaciones masónicas, entre las que podemos enumerar "LA FRATERNIDAD MASÓNICA DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA"; "LA HERMANDAD DE LA LUZ" y la "SOCIEDAD ROSACRUCIANS DE ANGLIA".

Después del resultado de las investigaciones ordenadas por el PAPA JUAN XXIII y complementando los estudios de LEVI ZAHED, daría inicio al proceso que condujo a la eliminación de las BULAS de excomunión de la FRANCMASONERÍA.

LA MORAL MASONICA


In deo fiducia nostra

VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

Año 5.767
R.E.A.A.

Puedo decir que no hay un Código Moral Masónico sino que es deber de nosotros crearlo, a base de comprender primero los factores sobre los cuales ese Código va actuar y ver que se puede sobre todo: evitar humillar a los humanos, evitar dividirlos como rebaños, evitar ultrajarlos, dejarlos crecer, respetar su integridad compleja, porque estamos sujetos a ciertas leyes aparentemente contradictorias pero en el fondo son armónicas.

Hay muchos libros, enciclopedias donde se tratan este tema del Código Moral Masónico, pero no pasan de ser moralistas líricos los que han escrito volúmenes, copiándose unos a otros, pero sin que tengan un efecto real y práctico como para que la Masonería supere sus dificultades y sus constantes enfrentamientos de falso poder entre hermanos, logias y Orientes, lo que le lleva a un desgaste y a una falta de credibilidad en el resto del mundo. Aquí tenemos que aplicar nuestras virtudes para superarlo con la tenacidad sin límite y un valor de confianza en nosotros mismos para llegar a alcanzar las grandes realizaciones que espera la humanidad.

ESTE CÓDIGO ES UNIVERSALMENTE RECONOCIDO DESDE LA REORGANIZACIÓN DE LA MASONERÍA POR LA GRAN LOG:. DE INGLATERRA, EN EL AÑO DE 1717, Y APROBADO POR EL CONVENIO DE LAUSANA, SUIZA, EL 5 DE SEPTIEMBRE DE 1875, E:.V:.

1. Adora al Gran Arquitecto del Universo.

2. Ama a tu prójimo.

3. Haz el bien, y deja hablar a los hombres.

4. El verdadero culto a Dios, consiste en las buenas costumbres.

5. Haz el bien, por el amor al bien mismo.

6. Conserva tu alma pura; que pueda presentarse a toda hora delante de Dios, libre de todo reproche.

7. Ama a los buenos, compadece a los débiles, huye de los malvados. Más no odies a nadie.

8. Háblale respetuosamente a los grandes, prudentemente a tus iguales, sinceramente a tus amigos, y con ternura a los pobres.

9. No adules jamás a tu hermano, porque es una traición; y si tu hermano te adula, desconfía que te corrompa.

10. Escucha siempre la voz de tu conciencia.

11. Sé el padre de los pobres. Cada suspiro que tu dureza les arranque, será una maldición que caerá sobre tu cabeza.

12. Respeta al extranjero y al viajero, porque su posición, les hace sagrados para ti.

13. Cuando a tu vez seas extranjero, no abuses de esa circunstancia pretendiendo mayores consideraciones que las de la justicia.

14. Evita las disputas y prevee los insultos, poniendo la razón de por medio.

15. Respeta a las mujeres. Jamás abuses de su debilidad, y muere antes que deshonrarlas.

16. Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias; pero tiembla por el depósito que te confía, porque en lo sucesivo, tú serás para ese niño, la imagen de la Divinidad.

17. Haz, que hasta los diez años te tema; hasta los veinte, te ame; y hasta la muerte te respete.

18. Hasta los diez años, sé su maestro; hasta los veinte, su padre; y hasta la muerte, su amigo.

19. Enséñale ante todo, buenos principios; y después, bellas maneras. Que te deba una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia.

20. Que sea mejor, un hombre honrado, que un hombre hábil.

21. Lee y aprovecha; ve e imita; reflexiona y trabaja.

22. Y que todo redunde en beneficio de tus hermanos, para tu propia utilidad.

23. Sé siempre contento para todo, con todo y de todo.

24. Jamás juzgues ligeramente las acciones de los hombres. Perdónalas y no las condenes.

25. El Gran Arquitecto del Universo es el que sondea nuestros corazones. Es él, sólo, quien puede apreciar su obra.

Luego de leer con atención estos fundamentos tan valiosos para los masones, me permito reflexionar sobre como se presenta al hombre entregado a sí mismo y sujeto al yugo de las pasiones ; al libertino devorado por el horror que le inspira prematuramente; al avaro que expira andrajoso y hambriento entre montones de oro; al ambicioso padeciendo la tortura de sus deseos, siempre crecientes e inextinguibles y jamás satisfechos ni mitigados, y de tanto otros seres desgraciados, para los que nunca existe un momento de reposo, para los que todo consuelo parece que huye y les está vedado de la dulce serenidad y la apacible calma de un perfecto masón, para quien su Fraternidad, hija de la esperanza, desarrolla los más brillantes ejemplos y le ofrece los más dulces consuelos.

Si pretendemos gobernar nuestras vidas, es indispensable que antes nos enseñemos a seleccionar con acierto nuestros misterios, no admitiendo por ningún concepto aquello que puedan darnos.

Hermanos no nos desorientemos, pudiera ser y con suerte de que algunos de vosotros tal vez como yo crea en el Código Masónico, pero igualmente puede venirnos el desánimo porque la historia de la masonería está principiando, estamos dando recién los primeros pasos en la historia de la humanidad.

Tenemos cientos de años por delante hasta que los pueblos comprendan, hasta que los hermanos comprendan, hasta que cada uno de los que poblamos la tierra comprendamos que somos una entidad espiritual para que brille la unidad humana e impere en nuestro planeta no solo la técnica sino el espíritu.

Sí, tenemos muchos años y para ello podemos principiar por aplicar los valores del Código Moral Masónico, y nosotros podremos dejar para las futuras generaciones, la verdadera ciencia de la paz, la verdadera ciencia de la cooperación humana, la verdadera ciencia de la excelsitud de la divinidad del humano.

EL HOMBRE DESPIERTO


La Vida entre el Sueño y la Vigilia

Recip:. La oscuridad que os rodea, es el símbolo de la ignorancia que reina en la mayor parte del mundo, es el trasunto de la impericia marchando entre dudas por el terreno escabroso de la vida, es la impotencia del ser humano para resistir el dominio de las pasiones.

En los templos masónicos, alumbrados por la luz de la razón, se aprende la virtud de vencerse asi mismo, se enseña a transitar con seguridad, a través de las tentaciones que nos cercan.

Cuentan los textos budistas que El Bodhidarma, un día estaba meditando, y se quedó dormido. Esta falta le pareció tan horrible que se cortó los párpados. Estos, según la leyenda, cayeron al suelo y germinaron, naciendo de ellos la primera planta de té, cuya flor simboliza el estado de conciencia superior. .

"todas las cosas derechas mienten, murmuró con desprecio el enano. Toda verdad es curva, el tiempo mismo es un círculo"

Y Así habló Zaratustra.

El ser humano superior es aquel que logra despertar a la auténtica realidad de nuestra naturaleza y al sentido último de nuestra existencia.

Este despertar de la "súper conciencia" ha sido buscado por los místicos a través de toda la historia humana. Las religiones nos hablan de gracia divina. Los ocultistas, de iniciación mágica.

Tenemos grandes áreas de la conciencia y sus potencialidades, en estado de sueño.

Solo un diez por ciento del cerebro humano está activo, mientras el resto se funde en las sombras de la inconsciencia.

Todas las escuelas Iniciaticas insisten en que el discípulo debe lograr el estado de alerta interior.

Se debe despertar a la conciencia de ser, para entonces ver con otros ojos, donde estamos realmente.

En uno de los ocho caminos de perfección, el budismo afirma que el dolor del ser humano radica en su inconsciencia. En que el producto del dolor es la ilusión.

Ahora bien, ¿Si el mundo estuviese diseñado por el durmiente? ¿Si solo fuésemos parte de un gran sueño colectivo donde creemos ser lo que somos?

Ideas como estas han desvelado a filósofos, escritores y pensadores sociales.

¿El mundo es real, o solo el producto de nuestra mente?

En el Kybalión encontramos que una de las siete leyes que rigen el universo dice: "El Todo es mente; el universo es mental". Y es justamente la primera de las siete leyes.

. Somos criaturas producto de una idea, de un pensamiento; tal vez solo existamos en el sueño profundo de un ser superior.

El tener el estado de conciencia superior, es convertirse en un hombre superior.( EN MASONERIA EN EL HOMBRE LIBRE Y DE BUENAS COSTUMBRES) Es comprender sin análisis previo, la oculta estructura de las cosas. Es ver y saber.

La naturaleza ha dejado todo escrito en la superficie de su obra, pero nos sumió en un sueño profundo.

De ese sueño a veces creemos despertar y en ese despertar aparente creemos ver y descubrir claves para nuestra vida.

Pero quién actúa bajo los efectos del sueño, comete errores. Ahí nacen las equivocaciones y la pérdida del sentido en la vida.

La humanidad demora mucho en encontrar el camino de perfección. Solo avanza gracias a la intervención providencial de pocos seres despiertos que en determinados momentos de la historia, se hacen presentes.

Es común quejarse de la superficialidad de muchas acciones y comportamientos de la sociedad en general.

Si el mundo es realmente una ilusión, dicho comportamiento superficial y sin profundidad se corresponde con la teoría de la ilusión.

¿Por qué?

Porque de esa manera no destruiríamos el sortilegio de estar dormidos.

Si el mundo en que vivimos es solo una ilusión creada por nuestra propia mente, solo podríamos escapar del sueño, creando otro más a nuestra medida. Porque también cabe la posibilidad de que soñemos el sueño de otros, y no el propio. (EN NO PENSAR CON LIBERTAD SINO SUJETOS AL PENSAMIENTO IMPUESTO, LA PROGRAMACION SOCIAL)

Solo hay dos caminos, o seguir durmiendo, tratando de generar otros sueños, o despertar a la realidad de una existencia que debemos descubrir. (ACTUANDO COMO VERDADEROS HOMBRES LIBRES)

Del análisis de principios filosóficos sobre la existencia, se desprende que: O bien somos seres pensados por un ser superior, Dios, en cuya pupila solo existiríamos. O somos producto de nuestra propia mente.

Sabemos que la fuerza mental modifica a la materia.

En cuyo caso, estaríamos atrapados en la profundidad de un sueño paradojal, creado por esa región de nuestra mente a la cual no tenemos acceso funcional.

Dijimos que el ser humano normal, utiliza un diez por ciento de su capacidad mental, es oportuno preguntarse sobre ese inmenso noventa por ciento que permanece inactivo, o ¿no estará en realidad funcionando activamente, sin que nos percatemos, creando todo este entorno en el que nos movemos y actuamos?

En suma, si el mundo es ilusión, pensamientos materializados, es posible volver a rediseñarlo con el 100% de la fuerza de la mente.

Si solo somos durmientes que soñamos con las vidas que creemos estar viviendo, es fundamental despertar.

Ahora bien, si estamos durmiendo, ¿cómo despertar? ¿quién nos despertaría? ¿para que despertaríamos? ¿Qué realidad veríamos?

Hay escuelas Iniciaticas que promueven el SILENCIO de los sentidos, como manera de dejar de percibir el mundo exterior y así descubrir la esencia interior de cada uno de nosotros.

H:. VVIG:. INVITAD A LOS HH:.DECORAN VUESTRAS CCOL:.COMO LO HAGO YO CONLOS DEL ORT:., SE UNAN A NOSOTROS Y GUARDAR UN MOMENTO DE SILENCIO INICIAL, PARA CONCENTRARNOS, MEDITAR Y BUSCAR EL INTIMO CONTACTO CON LO MAS ELEVADO DE NUESTRO SER, A FIN DE HACER PROVECHOSO EL DESARROLLO DE LOS TTRAB:. DE LA LOG:. (EL MUNDO)

Ese SILENCIO cumpliría la función de DESPERTAR.

Otras corrientes de pensamiento, por el contrario afirman que este mundo no es real, que es solo ilusión. Ilusión de la cual despertamos diez segundos antes de morir. (NUMERO CABALISTICO DEL ABSOLUTO O TODO)

Solo diez segundos de vigilia, por toda una vida en sueños.

¿Paradójico, no?

¿Cómo despertar? ¿Cómo librarnos de aquel sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que puede formularse un hombre. Pero, antes de hacérselas, deberá convencerse del hecho mismo de su sueño.

Cuantas veces, por ejemplo, leemos en el Evangelio: "Despertaos, velad, no os durmáis". Incluso los discípulos de Cristo dormían en el huerto de Getsemaní, mientras su Maestro oraba por última vez.

Con esto queda dicho todo.

Ya la hora de hacer referencia a filósofos que sobre éste tema se han detenido, es preciso escuchar lo dicho por otro pensador contemporáneo:

"La llave que nos hará dueños de la naturaleza interior está oxidada desde el Diluvio. Se llama: velar.

Velar lo es todo.

El hombre está firmemente convencido de que vela, pero, en realidad está preso en una red de sueño y de sueños que ha tejido él mismo. (EL MUNDO MATERIAL, LO APARENTE O FINITO) Cuanto más se aprieta la red, mejor impera el sueño. Los que están sujetos por sus mallas son los durmientes que caminan por la vida, como rebaños de ganado llevados al matadero, indiferentes y sin pensar. (LA INCONCIENCIA DEL SER REAL)

Los soñadores sólo ven, a través de las mallas, un mundo enrejado, no perciben más que aberturas engañosas. (EL MATERIALISTA)

Estos soñadores no son, como tal vez tú crees, los fantasiosos y los poetas. Son los trabajadores, los sin reposo del mundo, los que están roídos por la locura de obrar. (EL HOMBRE ESCLAVO DE LAS ATADURAS MATERIALES)

Ha habido y hay todavía algunos hombres que sabían que soñaban, pioneros que avanzaron hasta las murallas detrás de las cuales se ocultaba el yo eternamente despierto: videntes como Schopenhauer y Kant. Pero no poseían las armas necesarias para el asalto de la fortaleza, y su llamada a combate no despertó a los durmientes.(EL INTELECTUAL NO INICIADO EN LA SABIDURIA ANCESTRAL Y ARCANA)

Velar lo es todo.

¡Vela en todo lo que hagas! No te creas ya despierto. No, tú duermes y sueñas".
Gustav Meyrinck

¡Despertar, despertar! Todos los pensadores y filósofos nos exhortan continuamente a velar nuestra conciencia ¿Pero cómo hacerlo, si la propia Naturaleza está empeñada en sumirnos en el sopor de la inconciencia?

Al igual que todos los que indagamos en los oscuros misterios de nuestra existencia, solo veo un camino, el único; y deseo destacarlo a modo de reflexión final:

Es claro que para lograr el estadío del Hombre Despierto no se debe tomar el camino aparente, el que nos lleva hacia la superficie de la realidad material, la de la activación de los sentidos, no, por el contrario. La puerta de salida del sopor existencialista se encuentra hacia adentro; en lo profundo de nosotros mismos. (EL SER)

Allí se encuentran cifradas las claves personales que dejó grabada nuestra propia alma, en el momento preciso de fundirse con la materia y nacer a este mundo.

Allí están los registros, la memoria guardada en nuestra "caja negra".( EL LADO OSCURO, EL INCONCIENTE COLECTIVO Y DESCONOCIDO) Si logramos tomar contacto con ella, antes de que nuestro tiempo de vida termine, habremos logrado despertar de verdad, y recordaremos de donde venimos, quienes somos en realidad y hacia adonde debemos "seguir viaje". (EL DESPERTAR, LA ILUMINACION, NUESTRA LUZ PROPIA, LA LUZ DEL SER) Y al decir esto hago referencia, no a supuestas encarnaciones de nuestro pasado, sino a quienes somos espiritualmente, y comprenderemos que no debemos permanecer en el vicioso círculo de nacimientos y muertes que nos ligan fatalmente a este mundo material.

Para lograr esto, cada cual deberá comenzar su viaje interior, su "viaje a Oriente", ( LA LUZ ) como lo denominan los maestros Zen.

A quién esté dispuesto a realizarlo, puedo aconsejarle la lectura de la Teoría Egonica, que lejos de contener "recetas", es un compendio de consejos y advertencias, vertidos por quienes hicieron el mismo viaje. (LOS TRES VIAJES SIMBOLICOS)

Una vez iniciado el silencioso y solitario descenso, no nos asistirán fórmulas preestablecidas ni grupos de ayuda que nos garanticen un despertar colectivo.

A la iluminación se llega lenta y solitariamente.

Sí; la puerta de acceso a la liberación espiritual, la que nos hará libres y concientes de nuestra real existencia se encuentra escondida en lo profundo de nuestra propia inconciencia…EL SER REAL, EL G:.A:.D:.U:.

Entrevista a JOSÉ ANTONIO FERRER BENIMELI

«Es compatible ser masón y católico»

JOSÉ ANTONIO FERRER BENIMELI HISTORIADOR Y PRESIDENTE DEL CENTRO DE ESTUDIOS DE MASONERÍA

Considerado el mayor experto sobre Masonería en España, desmitifica el aura de misterio que rodea a la organización

En España hay alrededor de 3.000 masones. Una cifra muy baja si se compara con EE UU o Gran Bretaña, donde el cargo de Gran Maestre lo ocupa siempre una miembro de la Familia Real. José Antonio Ferrer Benimeli acumula más de cuarenta años investigando a esta organización. Ayer ofreció una conferencia en el Ateneo bajo el título 'Satanismo, Judaísmo y Masonería'.

-En 1983 un grupo de radicales le quemó su despacho y el trabajo de 15 años tras su intervención en un congreso. ¿Hay más libertad ahora para hablar de Masonería?

-Nunca tuve problemas para hacerlo, ni siquiera en la época de Franco, aunque mi primer libro, en 1965, fue retenido tres años por la censura. Eso sí, en mis conferencias siempre había un policía que tomaba nota de todo para dárselo al ministro de Justicia.

-¿Cuánto hay de leyenda y cuánto de realidad en la Masonería? ¿Se ha mitificado demasiado?

-Sin duda. España era un país antimasón cuando ésta ni siquiera existía. En los países anglosajones, por ejemplo, pertenecer a esta institución es un 'timbre de gloria'.

-Pero aquí se le ha llegado a tachar de secta satánica.

-Cuanto mayor analfabetismo y desconocimiento del tema, mayores disparates se dicen. La definición de secta es 'falsa religión'. La Masonería no es una religión y, por tanto, no puede ser una secta, es una asociación como muchas otras. Su secreto es que no tiene secreto. He investigado sus archivos, sus bibliotecas particulares, he participado en sus congresos y nunca he tenido ningún problema. Pocas organizaciones tienen tanta transparencia.

-¿Cuál es la postura actual de la Iglesia Católica?

-Desde el punto de vista jurídico, la Masonería no está excomulgada. En el nuevo Código de la iglesia ni siquiera se la menciona. Además, es compatible ser masón y católico.

-La gente está muy interesada en conocer qué personajes públicos pertenecen a esta institución...

-Sí, siempre me preguntan si Zapatero es masón.

-¿Lo es?

-Que yo sepa no, pero no pasaría nada si lo fuera.

-Algunos medios de comunicación han asociado al Gobierno con la Masonería.

-En este país se utiliza el termino 'masón' como desprestigio del adversario político, pero ¿qué más quisieran los masones que estar vinculados al Gobierno!

-Entonces, la percepción de esta organización como una sociedad secreta que controla el poder fáctico ¿es errónea?

-Todo eso es falso.

-Tras cuarenta años dedicado a esto, ¿le han propuesto alguna vez ser masón?

-Muchas, y siempre he dicho que no. Amo demasiado la libertad y, además, los conozco demasiado (risas). No me atrae para nada, no lo necesito para mi vivencia personal, es sólo un objeto de estudio.

-Pero ha recibido muchas acusaciones de ser filomasónico.

-Eso lo dicen algunos escritores como César Vidal, pero muchos masones me atacan por el lado contrario. Cuando estás en una zona fronteriza las tortas te llegan de los dos lados. Ciertos fanáticos creen que si no piensas como ellos estás contra ellos.

-¿Cuál es la función de la Masonería en el siglo XXI?

-Esa pregunta se la hicieron ellos mismos en 1902. Llegaron a la conclusión de que mientras siga habiendo en el mundo injusticias, guerras o esclavitud, la Masonería tendrá razón de ser. Y el mundo no ha cambiado mucho.

Fuente:
http://www.eldiariomontanes.es/20080312/santander/compatible-mason-catolico-20080312.html

MASONERIA Y ALQUIMIA

FRANCISCO ARIZA*


En su importante obra Hermetismo y Masonería, y más concretamente en el capítulo II titulado "Tradición Hermética y Masonería", Federico González afirma que entre los amigos de la Filosofía Hermético-Alquí mica se suele decir que el último gran Alquimista (y escritor sobre estos temas) fue Ireneo Filaleto en el siglo XVII. Esto es bastante exacto desde una perspectiva, sólo que no se advierte con toda claridad que a partir de esa fecha no se interrumpe esta Tradición hasta el presente, sino que se transforma, y muchísimas de sus enseñanzas y símbolos pasan a la Masonería, como transmisora del Arte Real y la Ciencia Sagrada, tanto en los tres grados básicos como en la jerarquía de los altos grados.

Estas palabras señalan con toda claridad que la antigua Masonería fue la receptora, a lo largo de todo ese período llamado de "transición", a caballo entre los siglos XVI y XVII, de un importante simbolismo hermético-alquí mico, el cual va a ser decisivo para el surgimiento de la Masonería especulativa, la que se concretiza a comienzos del siglo XVIII. A partir de ese momento puede hablarse de un Hermetismo masónico que de alguna manera constituye el eje doctrinal que vertebra esa nueva Masonería, y que se conjuga perfectamente con la herencia de la antigua Masonería medieval, que continúa estando presente a través del importante simbolismo constructivo y las herramientas que le son inherentes, conservando también su forma y su estructura institucional a través de sus antiguos usos y costumbres.

Haciendo un paréntesis, debemos decir que las relaciones entre la Masonería y la Alquimia, o mejor la Tradición Hermético-Alquí mica, vienen de muy antiguo, más allá incluso de la Edad Media, época en que los masones constructores realizan sus grandes obras en piedra, tanto iglesias románicas como catedrales góticas, pero también obras civiles, como castillos, palacios, etc., y por supuesto comienzan a construir los grandes centros urbanos de acuerdo a una estructura que habían heredado de los Collegia fabrorum romanos, y que se continuaría durante el Renacimiento, estructura que obedecía en sus trazos esenciales a una imitación del modelo cósmico, el cual también estaba reflejado en la catedral y la planta románica, y que se conjugaba con otras tradiciones mucho más antiguas que se remontaban incluso a la prehistoria, a los constructores megalíticos, y por supuesto, y principalmente, a la otra gran herencia venida de Oriente: la de los constructores del Templo de Salomón, o Templo de Jerusalén, mostrándose así el vínculo con la tradición judía, y más especialmente con su esoterismo, es decir con la Cábala. Añadiremos en este sentido que el diseño del Templo de Salomón, o mejor su estructura interior, y la Idea que la configuró, se plasmará también en la catedral cristiana, y desde luego formará parte de la arquitectura occidental a lo largo de todo el Renacimiento como una imagen de la Ciudad Celeste, siendo a partir del siglo XVIII que esa estructura, y esa Idea, pasará a formar parte de la Logia masónica.

Tanto en la herencia venida de los Collegia fabrorum, como en la que procedía del Templo de Salomón estaba presente la Tradición Hermética, que es propiamente hablando la Tradición de Occidente, pues reúne en su cuerpo simbólico y doctrinal el legado sapiencial greco-egipcio y romano, que se concentró especialmente en la Alejandría de los primeros siglos de nuestra era, dando como fruto, entre otras obras importantes, el Corpus Hermeticum, conjunto de libros y textos inspirados directamente por la deidad que da nombre a esta Tradición: Hermes Trismegisto, el Thot egipcio. Ese legado se nutrió también de las corrientes gnósticas, tanto cristianas como judías, y de todo ese conjunto de enseñanzas sustentadas en la Magia Natural, la Astrología y la Alquimia propias de las tradiciones milenarias venidas tanto de Oriente Próximo como de toda la cuenca mediterránea, herederas en realidad de una Ciencia Sagrada y una Tradición Unánime que ha estado presente en todos los pueblos, culturas y civilizaciones del mundo entero desde tiempo inmemorial.

No debe pues resultar extraño que en muchas de esas edificaciones, tanto medievales como renacentistas y otras posteriores, que manifestaban de manera palpable la "Harmonia Mundi" a través de una verdadera Geometría filosofal, aparezcan grabados en la piedra y otros materiales un sin fin de símbolos que hacen alusión a la Alquimia y a las distintas fases de la Gran Obra de la transmutación interior, y por supuesto la presencia por doquier de un simbolismo astrológico-astronó mico que denotaba claramente el hecho de que los masones constructores y los alquimistas, astrólogos, magos y teúrgos realizaban su trabajo conjuntamente, pues en realidad todos ellos pertenecían a una misma "cadena áurea" que tiene en Hermes Trismegisto, Pitágoras y Platón sus "padres fundadores".

Precisamente esta noche queremos hablar de cómo efectivamente existe una clara correspondencia entre el simbolismo alquímico y el simbolismo masónico, sin entrar a desarrollar todo lo que el tema da de sí, que es desde luego muchísimo, sino tan sólo apuntar algunas ideas básicas que vienen dadas de forma natural con tan sólo meditar con cierta atención en el rico simbolismo alquímico y masónico. Evidentemente tampoco carecería de interés investigar cómo se gestó esa mutación que dio nacimiento a la Masonería moderna, cuáles fueron las influencias que, por ejemplo, sirvieron para que aquel o aquellos desconocidos autores masónicos del siglo XVIII elaboraran la leyenda de Hiram y el ritual del tercer grado tal cual ha llegado hasta nuestros días, que es esencial en toda la Masonería, pues no existe Rito que no tenga esa leyenda y ese ritual, aun con los matices y pequeñas diferencias que se quiera, formando parte de sus enseñanzas más elevadas y profundas.

En este sentido se ha señalado que el autor, o autores, de la leyenda de Hiram, tal cual se psicodramatiza en el ritual del tercer grado, es muy probable que se hubiera inspirado en una obra hermética del siglo XVII titulada Septimana Philosophica, del médico alquimista y rosacruz Michel Maier (autor asimismo de Atalanta Fugitiva, entre otras obras importantes) , escrita en forma de diálogo y cuyos interlocutores son el rey Salomón, Hiram y la reina de Saba1. En este contexto surge también la figura de Tubalcaín, que según los Old Charges, o Antiguos Deberes, fue el inventor de la metalurgia y uno de los fundadores míticos de la Masonería junto a su hermana Noemá (inventora del arte del tejido), y sus hermanos Jabal (inventor de la Geometría) y Jubal (inventor de la Música). Tubalcaín, que tiene también un papel relevante en el ritual del tercer grado, aparece como un antepasado de Hiram y perteneciente como él a una tradición antiquísima relacionada con el Arte metalúrgico, y por tanto con evidentes vinculaciones con la Alquimia, que utiliza justamente el simbolismo metalúrgico, y el fuego a él inherente como elemento activo y transformador de la materia, para ejemplificar los procesos de transmutación y purificación interior. Y no deja de ser interesante, además, que este antepasado de Hiram, Tubalcaín, aparezca en ciertos textos alquímicos también del siglo XVII teniendo en sus manos la escuadra y el compás, herramientas masónicas por excelencia, recordando así al Rebis hermético de Basilio Valentino y Juan Daniel Mylius, el cual sostiene también en sus manos estas dos herramientas.

En fin, como decimos es este un tema sumamente interesante y que a los masones les brinda la excelente oportunidad de conocer más en profundidad su Venerable Tradición, heredera de los Antiguos Misterios, y cuyo lema más importante es aquella sentencia que ya figuraba en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos: "Conócete a ti mismo". Diremos que ese Conocimiento es gradual y necesita de una didáctica y una enseñanza que viene dada efectivamente a través del recorrido por los tres grados masónicos: aprendiz, compañero y maestro, los cuales sintetizan en realidad todos los grados iniciáticos, los llamados altos grados, que recogen también numerosas enseñanzas herméticas y alquímicas, y nos hacen ver que en realidad, y como dejábamos vislumbrar anteriormente, la Masonería actual forma parte integrante de la Tradición Hermética, y reproduce a través del desarrollo de todos sus grados las etapas de la Gran Obra Alquímica, análoga igualmente al proceso de creación del Cosmos, como más adelante veremos.

Por otro lado esta expresión, "Conócete a ti mismo", encierra todo el sentido de la Masonería como vía iniciática, palabra que como todos Uds. saben indica la aspiración en el hombre de emprender o iniciar el camino hacia la búsqueda de su verdadera identidad, de su auténtico "Yo", o como se dice en la tradición hindú, de su auténtico Sí Mismo. Para la Masonería el ser humano, en su estado ordinario, o "profano", no se conoce apenas, no sabe quién es en realidad, de tal manera que en ese estado vive una existencia completamente "exterior" a lo que es su verdadera Esencia, aquella que en la Masonería recibe el nombre de Gran Arquitecto del Universo. Recordemos que la palabra "profano" quiere decir "fuera del templo", aludiendo el templo a la "casa del Padre", es decir el lugar de nuestro origen, la tierra nutricia espiritual, la patria celeste, o la Logia de "lo Alto" de que se habla en la Masonería, que un día abandonamos porque sobrevino en nosotros el olvido, esa terrible enfermedad del alma que se cura invocando a la Memoria, a Mnemósyne, que los griegos consideraban una diosa.

A los que emprendían ese camino, el camino del autoconocimiento, antiguamente se les llamaba "peregrinos" , o "extranjeros" que viene a ser lo mismo, y recorrían los senderos del mundo y de la vida como un símbolo de su viaje interior hacia la "casa del Padre", siendo precisamente las etapas de ese viaje el proceso que iba señalando la recuperación de su memoria arquetípica. Esto que decimos no es una licencia más o menos poética, sino una realidad recurrente en la vida del hombre desde siempre y que se puede expresar como queramos, pero que tiene que ver con la asunción de un hecho incontestable: la fragilidad de la existencia humana, la percepción clara de que verdaderamente nuestro paso por la vida es justamente eso: un pasaje, un tránsito entre nuestro nacimiento y nuestra muerte, y es bajo la denominación de "pasantes" como también se denominaban antiguamente a los constructores que viajaban de ciudad en ciudad dejando en la piedra las huellas de su Arte Real.

De hecho, y si reparamos en ello con cierta atención, la existencia misma de cualquier cosa o ser tiene algo de ilusorio y de evanescente, que le viene de su propia "provisionalidad" , de "estar de paso", y así nos lo hacen ver las enseñanzas iniciáticas y esotéricas de cualquier tradición. Pero precisamente el darse cuenta de este hecho, con todo lo que significa, nos empuja a buscar el sentido de nuestra propia existencia, es decir su razón de ser, el principio del que ella depende y que evidentemente no ha de estar fuera de nosotros, pues si fuera así ni tan siquiera nos formularíamos la pregunta fundamental y con la que en realidad da comienzo la búsqueda hacia la verdadera identidad: ¿quién soy?

¡Oídme, poderosos liberadores! (exclama el neoplatónico Proclo a los dioses en su Himno IV). Concededme, por la comprensión de los libros divinos y disipando la tiniebla que me rodea, una luz pura y santa a fin de que pueda comprender con claridad al Dios incorruptible y también al hombre que yo soy.

Es innegable que la respuesta a esa pregunta sobre nuestra identidad tiene que venir a través de lo que Platón denomina la anamnesis, la "reminiscencia" , o sea "el recuerdo de sí", que puede irse dando poco a poco, o de una vez por todas, o combinando ambas experiencias, pues de hecho es así como ocurre en realidad, ya que la "revelación es coetánea con el tiempo", y esa posibilidad siempre viene dada por la gracia de Mnemósyne, y de sus hijas las Musas, las que inspiran en el "peregrino" su canto liberador y le hacen partícipe del misterio y la armonía del Cosmos. Cuenta Platón que el alma humana al venir a este mundo "olvida" cuál es su verdadero origen, y como consecuencia de ello queda encerrada en la "esfera sublunar", o mundo inferior, en donde vive como en un sueño con los ojos vendados a la verdadera realidad. A esto precisamente se refiere también Platón con el famoso mito de la caverna: todo lo que en ella acontece es un reflejo de una realidad más alta, de donde procede la luz que ilumina esa caverna, la cual es evidentemente una imagen simbólica de nuestro mundo, y en consecuencia de la existencia que llevamos dentro de él.

Pues bien, a despertar de ese sueño, a escapar de ese mundo y de esa existencia que no tiene en sí misma su realidad y su razón de ser, viene a socorrernos la Filosofía, la auténtica Filosofía, la que hace honor al significado verdadero de su nombre: "Amor a la Sabiduría". Ese amor, o esa filiación, es un estado de la conciencia propio del ser humano, y está en todos nosotros, sólo que como estamos completamente volcados hacia el exterior, hacia "fuera de nosotros mismos", no lo percibimos como algo propio y que nos pertenece por el hecho de haber nacido humanos, como lo único, en fin, que puede arrancarnos esa venda que nos cubre los ojos, y que es como un embeleso enraizado en el mundo de los sentidos, el "velo de Maya", la ilusión de lo relativo, lo impermanente y lo condicionado.

Amar la Sabiduría implica pues una aspiración denodada y sin tregua alguna hacia el Conocimiento, hacia la Gnosis, lo que supone pasar del exterior, o del mundo de las apariencias, hacia el interior, al mundo de la realidad. De la periferia de la rueda hacia su centro, que es precisamente el que da todo su sentido a la rueda y a su movimiento, vale decir a nuestra existencia en este mundo, que sin ese centro, sin su Esencia, no existiría. Ir del exterior hacia el interior, de la representació n a la realidad, supone efectivamente seguir un camino, una vía, un radio, y eso no es otra cosa que nuestra "recta intención", nuestro querer "ser", que es lo mismo que orientarnos "en la dirección que señala la luz", como se dice en lenguaje masónico. Se trata en definitiva de pasar de una lectura exterior de las cosas, del mundo y de nosotros mismos, a una lectura interior, más acorde con lo que constituye la razón de ser de esas mismas cosas, del mundo y de nosotros. "Leer interiormente" es lo que quiere decir precisamente la palabra inteligencia, que es, al igual que Mnemósyne (la Memoria), o la misma Sabiduría, el nombre de una diosa: la diosa Inteligencia, aquella que como dice Federico González en varios lugares de su obra, y más concretamente en Simbolismo y Arte (libro que tuvimos ocasión de presentar aquí mismo junto a otros miembros del Centro de Estudios de Simbología de Barcelona), es una energía capaz de seleccionar los valores y ponerlos en su lugar creando un orden mental en oposición al caos de la ignorancia. De allí la importancia del modelo del Universo y su Orden Arquetípico, o sea de la doctrina y su encarnación puesto que es capaz de activar y generar el auxilio de esta deidad, la que siempre se manifiesta en el microcosmos como la comprensión inmediata, efectivizada en el corazón.2

Ese Amor a la Sabiduría es lo que se practica en los talleres masónicos, y hace de los hermanos masones verdaderos filósofos cuyo aprendizaje en el "recuerdo de sí", o sea en el reconocimiento de su identidad más verdadera y profunda, es constante y permanente, y les va dando una dimensión cada más amplia y universal de sí mismos, lo cual es inversamente proporcional al abandono de sus superficialidades, que son aquellos metales impuros, o aristas de la "piedra bruta" que con paciencia y perseverancia, dos virtudes muy alabadas por los alquimistas y masones de todos los tiempos, han de ser pulidas por las herramientas del mazo y el cincel, símbolos respectivos de la voluntad y la recta intención que la dirige y con la que se conjuga.

En el lenguaje de los símbolos (que los trovadores medievales llamaban "la lengua de oc" –languedoc– o el "lenguaje de los pájaros") el corazón es precisamente la sede de la inteligencia, no de la inteligencia racional, que según el mismo lenguaje simbólico estaría ubicada en el cerebro, y que es dual por naturaleza, sino de la inteligencia superior, o de la intuición intelectual, aquella que tiende hacia la síntesis por la reunión de los contrarios, y que es como un sexto sentido que tiene el hombre, el microcosmos, para "descubrir" esos otros estados más sutiles que están en nuestro interior, y que al igual que los radios de la rueda o de la circunferencia nos ponen en comunicación directa (o sea la "comprensión inmediata" de que habla Federico González) con nuestro verdadero "Yo", o Sí Mismo.

Pero en el "descubrimiento" de esa facultad superior inherente a la naturaleza humana es muy importante, en efecto, conocer el modelo del Universo, que nos habla de un Orden Arquetípico, de una Cosmogonía; y no sólo eso, sino que dicho conocimiento, para ser comprendido en toda su integridad, ha de "encarnarse" y vivirse como tal, es decir que ha de ser realmente transformador y operativo, y no una mera especulación teórica que por muchos "saberes" que acumule nunca podrá llevarnos más allá del umbral o de la periferia de la rueda, en ese punto donde realmente comienza el viaje hacia el centro de nuestro ser, el cual se vive, volvemos a repetir, como un retorno a la "casa del Padre".

Ese retorno tan sólo es posible a través de un Arte que la Masonería llama "Arte Real", idéntico a la Gran Obra alquímica, Obra que es la que el hombre puede realizar consigo mismo en su interior, y cuyo proceso creativo como dijimos al principio es análogo a la creación misma del Cosmos, ya que hay una identidad entre el hombre y el Universo, entre el microcosmos y el macrocosmos, de tal manera que existe una relación constante y permanente entre uno y otro, es decir que el conocimiento de sí se interrelaciona con el conocimiento del mundo, conformando ambos un todo unitario, "una sola y única cosa maravillosa" , verdadero objetivo de la Gran Obra, como dicen los textos herméticos según la fórmula de la Tabla de Esmeralda: "Lo que está arriba es como lo que está abajo, y lo que está abajo es como lo que está arriba, para hacer la maravilla de una cosa única". A esto alude sin duda alguna el conocido sello de Salomón, que como saben son dos triángulos entrelazados, siendo el uno el reflejo del otro.

Tú te crees una nada y es en ti en quien reside el mundo,

nos recuerda en este sentido René Guénon3 citando al filósofo Avicena.

Y así como el orden cósmico, el Mundo, según los relatos mitológicos de todas las tradiciones de la humanidad, surgió del caos de las tinieblas primigenias, también ese proceso interior que el hombre realiza consigo mismo surge a partir del "caos de nuestra ignorancia", como decía Federico González en la nota citada. Según la Alquimia, en ese "caos" están en potencia y sin desarrollar todas nuestras virtudes y cualidades, y es gracias al Arte de la transmutación que ese "caos" comienza poco a poco a ordenarse, es decir a actualizarse, recibiendo la luz de la Inteligencia, análoga al Fiat Lux ("Hágase la Luz") que iluminó las tinieblas precósmicas.

Por eso justamente la iniciación se concibe como una "iluminación" interior, y la expresión "dar a luz", que se refiere al nacimiento carnal, es exactamente lo mismo que "dar la luz", tal cual se realiza durante el rito de la iniciación masónica, y en cualquier iniciación al Conocimiento pues se trata de un arquetipo universal, con lo cual se establece una correspondencia entre el nacimiento físico y el nacimiento espiritual. La misma palabra "neófito" con que se designaba al recién iniciado en los antiguos Misterios de Eleusis, y también en la Alquimia y en la Masonería, quiere decir tanto "nueva planta" como "nuevo nacido". Y todo esto está vinculado con la propia palabra Conocimiento, que es realmente un "co-nacimiento" , un volver a nacer nuevamente. En este sentido cualquier conocimiento relacionado con estas ideas es sin duda alguna un nacimiento a una realidad otra, con lo que el campo de nuestra visión del mundo y de nosotros mismos se amplía y se hace más verdaderamente universal.

Por eso mismo no se ilumina, no se despierta o no se nace, sino a aquello que el ser ya posee dentro de sí, pues como dice también Platón: "Todo lo que el hombre aprende ya está en él". De ahí que la vía alquímica y masónica sea un proceso de estricta realización personal, y todos los medios o ayudas que vienen del exterior contribuyen de hecho a facilitar ese despertar y ese nacimiento, pero teniendo siempre en cuenta que son sólo ayudas, o soportes, o vehículos, para iniciar y comenzar ese proceso, y que incluso pueden servirnos durante un largo trayecto del camino, pero finalmente, y como se dice en los textos alquímicos, a "quien no comprende por sí mismo, nunca nadie podrá hacérselo comprender, hiciere lo que hiciere".

Los soportes más importantes, y podríamos decir prácticamente que los únicos, son los símbolos y la alta Enseñanza que se deriva de ellos, teniendo en cuenta que los símbolos iniciáticos han sido especialmente diseñados para cumplir esa función didáctica, y están "cargados", si se nos permite la expresión, de influjos espirituales, o, si se prefiere, de ideas-fuerza, que ellos mismos transmiten bajo sus formas y modos respectivos, y que convenientemente estimulados por nuestro estudio, meditación y concentración, nos comunican y nos hacen partícipes de su contenido, el cual una vez ha sido comprendido, lo incorporamos y hacemos plenamente nuestro, es decir que nos identificamos con la idea que revelan, o dicho de otra manera: devenimos esa idea misma, pues como dice Aristóteles, y confirman las experiencias de todos los que lo han vivido, y lo viven, "el ser es lo que conoce", es decir que hay una identidad entre ser y conocer: uno es lo que conoce. Por eso mismo es tan importante el conocimiento de ese Orden Arquetípico, que es la Cosmogonía, pues en la medida en que dicho conocimiento se hace en nosotros por su comprensión, y teniendo siempre presente las correspondencias y analogías entre el macrocosmos y el microcosmos, nuestra conciencia se universaliza al aflorar en ella otros estados de una naturaleza mucho más sutil, y que hasta ese momento eran completamente desconocidos aun formando parte de nosotros mismos. Esa "floración" es lo que en el tantrismo hindú se denomina el "despertar de los chakras", palabra que quiere decir "ruedas", y que son efectivamente estados de nuestra conciencia que yacen dormidos hasta que son despertados por la energía espiritual (una de cuyas expresiones es la pasión por el Conocimiento) , a la que podemos relacionar con el azufre alquímico, fuerza divina que yace en el centro de nuestro ser, o también con el mazo y el cincel masónicos, cuya acción conjunta sobre la "piedra bruta" hacen posible la transformació n de ésta en piedra cúbica.

Ese despertar de los centros sutiles nos permite ir ascendiendo peldaño a peldaño, escalón tras escalón, por la "escala filosófica" que une la tierra con el cielo, hasta llegar a concebir, y en consecuencia vivir, la idea de la Unidad, del Sí Mismo, que constituye la "clave de bóveda" o "piedra angular", idéntica a la "piedra filosofal" de la Alquimia, de todo el Edificio Cósmico y por supuesto del ser humano, que vive así la plenitud de una existencia no circunscrita ya sólo a su individualidad, pues ésta ha sido trasmutada por la gradual identificació n con lo universal por medio de su conocimiento y la identidad con él.

Entonces aquella existencia que estaba sujeta a lo ilusorio y evanescente de que hablábamos más arriba, cobra aquí todo su sentido y pasa a ser el soporte permanente de esa transmutación, que es una sucesión constante de muertes y nacimientos, o dicho en lenguaje alquímico, de disoluciones y coagulaciones, que van "afinando" el "compuesto" humano hasta hacerlo "simple", o sea "no compuesto ni doble", semejante a una semilla o un germen, lo cual evoca claramente la parábola evangélica del "grano de mostaza" (Mateo XIII, 31-32): "Semejante es el Reino de los Cielos a un granito de mostaza, que tomándolo un hombre lo sembró en su campo; el cual es la más pequeña de todas las semillas, mas cuando se ha desarrollado es mayor que las hortalizas, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y anidan en sus ramas". O este otro texto de los libros sagrados de la India, que dice lo siguiente: "Este Âtmâ (el Gran Espíritu), que reside en el corazón, es más pequeño que un grano de arroz, más pequeño que un grano de cebada, más pequeño que un grano de mostaza, más pequeño que un grano de mijo, más pequeño que el germen que está en un grano de mijo; este Âtmâ, que reside en el corazón, es también más grande que la tierra, más grande que la atmósfera, más grande que el cielo, más grande que todos los mundos en conjunto".

El grano de mostaza, como otros ejemplos semejantes, es evidentemente una imagen simbólica de la Unidad misma, que no tiene compuesto ni doble, por eso es la Unidad, y que en nuestro mundo aparece como lo más pequeño, pero que en sí misma es lo más grande, pues todo lo contiene, y al mismo tiempo está contenida en todo. De ahí el ejemplo de la semilla o germen, que es precisamente en lo que ha de convertirse el candidato a recibir la "luz" de la Inteligencia, para lo cual necesita purificarse de todo cuanto no es él mismo, es decir necesita pasar por la prueba de los elementos, que es otra herencia que la Masonería recibe de la Alquimia, y cuyo fin no es otro que llevarlo a un estado completamente receptivo a la "luz" de la Inteligencia.

En este sentido, es interesante señalar que los cuatro elementos alquímicos, más el quinto que es el éter o "quintaesencia" , tienen su correspondencia con el simbolismo constructivo, en concreto con las cuatro piedras de fundación situadas en las cuatro esquinas o ángulos de base de un edificio más la quinta piedra, la cual no está en el mismo plano o nivel de las otras cuatro sino que propiamente constituye el "quinto ángulo", o "piedra angular", situada en la sumidad del edificio, y desde la cual toda la construcción aparece como la "proyección" o "emanación" de esa misma piedra, es decir que la construcción en sí cobra realidad a partir de ella, de lo que realmente ésta significa como representació n de la Unidad metafísica. Y si esto es así en el simbolismo constructivo propio de la Masonería también lo es en el alquímico, en el que dicha construcción no es otra cosa que la que se realiza en el alma humana a base de transmutaciones y purificaciones constantes y permanentes hasta lograr su total identificació n con la Unidad que reside en el centro o "quintaesencia" de ella misma, y que es ella misma: "Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor", es también una máxima de la Tradición Unánime.

El "viaje" por los elementos que realiza el postulante a recibir la iniciación masónica se vive innumerables veces a lo largo de su vida. Podríamos decir que es toda la vida la que está involucrada en ello, pues dichos viajes se viven a distintos niveles de comprensión al no ser los elementos, desde el punto de vista alquímico, sino estados del Ser Universal, y por lo tanto del ser individual. Si tomamos el ejemplo del Arbol de la Vida cabalístico, vemos que en cada uno de sus cuatro planos: Asiah, Yetsirah, Beriah y Atsiluth (relacionados también con los cuatro elementos) existe un Arbol entero, al que hay que recorrer desde el comienzo hasta el final, lo que conforma un ciclo, acabado el cual comienza otro en la escala evolutiva de nuestra conciencia, que va así de la periferia al centro, es decir a la quintaesencia, a la Unidad, en sí misma y más allá de la cual cualquier idea de "viaje" o de "búsqueda" tal y como se consideraba hasta entonces carece ya de todo sentido.

Aquí tan sólo hablaremos del primero de esos viajes, y sin el cual no sería posible el resto. Este se realiza visitando el interior de la tierra, lo que en la Masonería se simboliza con la "Cámara de Reflexión", que es en todo semejante al athanor, un espacio "herméticamente cerrado" donde es introducido el aspirante para "despojarse de los metales impuros", lenguaje claramente alquímico que alude a esas "escorias" y superficialidades (los "egos" en lenguaje corriente) que impiden precisamente la "recepción de la luz". Allí, encerrado en su athanor, en la soledad más completa, el aspirante ha de encontrar su "piedra bruta", es decir su "materia prima", pues sin ésta es imposible la Gran Obra. O dicho de otra manera: ha de darse cuenta de que todo lo tiene que aprender de nuevo y que en consecuencia ha de morir a su estado anterior, o sea a no identificarse con lo más denso de uno mismo aprendiendo a "separar lo espeso de lo sutil", pues existe la promesa de una vida nueva, y que si ha llegado hasta ahí, hasta esa "Cámara de Reflexión" que es su propia alma recogida en una extrema concentración, es porque secretamente, sin apenas saberlo, está cumpliendo con su destino. En este punto dicen nuevamente los textos alquímicos:

Mi sobrenombre es Dragón. Soy el siervo fugitivo, y me han encerrado en una fosa para que luego se me recompense con la corona real y pueda enriquecer a mi familia... Mi alma y mi espíritu me abandonan... Que ellos no me dejen nunca luego, para que vea de nuevo la Luz del Día, y que este Héroe de la Paz que el mundo espera pueda salir de mí".

A todo ello aluden sin duda alguna los símbolos que se encuentran en la Cámara de Reflexión, todos destinados a hacernos precisamente "reflexionar" sobre su sentido profundo. Ahí encontramos, por ejemplo, al gallo, pájaro solar y de Hermes que anuncia la luz; a los tres principios alquímicos: azufre, mercurio y sal, es decir al principio activo, al pasivo, y la síntesis de ambos respectivamente; a la calavera que nos indica el estado en que nos encontramos y al mismo tiempo nos permite entender que en lo impermanente y lo fugitivo, como la vida misma que se nos escapa de entre las manos, existe una imagen de lo inmutable, de lo que permanece, es decir que esos huesos nos evocan una primordialidad y un origen incorruptible. Por eso mismo en las correspondencias entre el cosmos y el hombre los huesos están regidos por el planeta Saturno, el rey de la Edad de Oro, que es también el plomo, el más vil y denso de todos los metales pero en el que sin embargo está encerrado el oro, el más precioso y sutil de todos ellos. Y allí, en fin, encontramos las siglas alquímicas VITRIOL, o VITRIOLUM, las que dan pleno sentido a la Cámara de Reflexión: "Visita el Interior de la Tierra y Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta. Verdadera Medicina".

Visitar el interior de la tierra es hacerlo en uno mismo, buscar en nuestra memoria las señales que nos lleven al país de los antepasados, a nuestro linaje espiritual, como hace el maestro Hiram cuando va a buscar en el interior de la tierra, en el mundo subterráneo, a su antepasado Tubalcaín, según se relata en otras leyendas que revisten a Hiram con los rasgos de un héroe civilizador. Resuenan aquí las palabras de todos los iniciados de todos los tiempos: para ascender a lo más alto has de descender a lo más bajo, y este hecho se cumple indefinidas veces en el proceso iniciático, pues el recorrido por el eje que comunica los distintos planos del Ser universal, y del ser individual, se hace siempre en las dos direcciones: ascendente-descende nte:

Asciende de la Tierra al Cielo, desciende de nuevo a la Tierra, y une los poderes de las cosas de arriba y de las de abajo,

podemos leer en La Tabla de Esmeralda hermética, fundamento doctrinal y síntesis magistral de todas las labores alquímicas.

En realidad, la Piedra Oculta, la verdadera Medicina o elixir de inmortalidad de que se habla en las siglas VITRIOLUM, no es otra cosa que la obtención del Conocimiento, ya que como antes recordábamos, también se ha dicho que "Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor", es decir a la Unidad. El "premio", si es que hubiera alguno en este camino de enormes contrastes que realiza el peregrino hacia su patria de origen, no es otro que ese Conocimiento, al que algunos prefieren poner el nombre de Tradición Primordial, que es la Fuente de la que emana la Ciencia Sagrada o Filosofía Perenne de todos los tiempos y lugares. En este sentido, en un momento determinado de ese viaje, la Cámara de Reflexión pasa a ser otra Cámara: la Cámara del Medio, situada en la base el Eje del Mundo durante el rito de recepción al tercer grado, allí donde tienen lugar otros misterios que hacen referencia también a una muerte y a un nuevo nacimiento.

Esto nos hace recordar inevitablemente que cuando Dante, en su viaje al centro de la tierra, desciende al punto más bajo de ésta, "rectifica" inmediatamente el sentido de esa dirección y comienza a ascender por el eje del mundo, que es su propio eje interior, hacia la salida a la "Luz del Día", a la Realidad, abandonando el "reino de las sombras" al encuentro con su dama Beatriz, personificació n de la Sabiduría.

Y no quisiéramos terminar estas reflexiones que he querido compartir con todos vosotros sin citar nuevamente el libro Simbolismo y Arte, concretamente el capítulo titulado "Arte Alquímica", donde se dice lo siguiente:

Y de igual forma que todo nacimiento se resuelve en muerte y ésta es continuada por un renacimiento –cualquiera sea el punto de vista que se adopte puesto que la creación es perenne–, así estos estados se suceden en el ser, sujeto al espacio, el tiempo y la memoria. Por lo que el chamán vive en su proceso alquímico indefinidas defunciones y resurrecciones. (...) Sin embargo también debemos observar que de modo acorde en Alquimia se señalan diversas etapas significativas en el proceso general, que se realiza escalonadamente en la proyección temporal, las cuales están vinculadas con los ciclos que, si bien universalmente se suceden sin solución de continuidad, tienen un sentido claro en el subciclo de una existencia particular, donde la dimensión de una vida humana reconoce las tenues y sutiles señales de una transformació n, que por leve y difuminada que parezca se hace de pronto transparente y se arraiga profundamente en el corazón del athanor, o lo que es lo mismo, del alma humana, permitiéndole así al operario seguir desarrollándose para enfrentar nuevos trabajos de sus ciencia evolutiva, gracias a la intuición intelectual, directa, que no admite dudas ni demostraciones, pues de cara a la certeza resultan completamente innecesarias.

Se puede comprender, entonces, que este proceso del adepto –o el chamán, que ha recibido sucesivas iniciaciones, o comprendido distintos estados del Ser Universal– que va obteniendo para sí paulatinamente los colores de la Obra es una verdadera inmersión en el tiempo, ya que advierte la simultaneidad de todo lo posible (que se da merced a la proyección temporal, o sea, gradualmente) , y reconoce estados no humanos desde una perspectiva distinta, donde ve girar la rueda de los sucesos y fenómenos sin apego, tal cual el alquimista metálico observa de una manera imparcial las sustancias que combustionan –coagulan y se disuelven– en su athanor. En todo esto juega un papel decisivo la memoria, materia con que está tejido el tiempo y por lo tanto el hombre, ya que éste es tanto lo que conoce como lo que recuerda, y en todo caso si es algo en sí, lo es por su memoria: imprecisa y frágil substancia que cambia con los momentos y los días y constantemente se actualiza.4



NOTAS

Conferencia pronunciada el 20 de Enero de 2005 en la Biblioteca Arús de Barcelona.

Ver Arturo Reghini: Les Nombres Sacrés, dans la Tradition Pythagoricienne Maçonnique. Archè, Milano 1985. ( reseña).

Simbolismo y Arte, cap. II. Ed. Symbolos, Barcelona 1992. 2ª ed., Los Libros del Innombrable, Zaragoza 2004.

Mélanges, cap. VI. Gallimard, París 1976.

Simbolismo y Arte, cap. V, p. 87-88.

domingo, abril 13, 2008

LA MASONERÍA ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO


by R.W.Bro. LEON ZELDIS

Comienzo esta plancha con la declaración categórica de su título. Querido Hermano lector, estamos perdiendo el tiempo. Pero espere un momento, antes que usted apriete la tecla correspondiente y borre esta plancha. Antes de hacerlo, lo invito a pensar un instante acerca de lo que acabo de decir.

¿Qué significa perder el tiempo? En un primer instante, pareciera ser una pregunta muy sencilla de responder. Bueno, ¿qué piensa usted, querido hermano lector?

Para no extender más de lo necesario esta pequeña plancha, voy a dar una posible definición: perder el tiempo es pasarlo haciendo algo inútil, o no haciendo nada. Lo que se dice, matar el tiempo. William James, el psicólogo, decía que matar el tiempo no es un asesinato, sino un suicidio.

Volviendo a la definición que acabo de proponer, evidentemente, la segunda posibilidad es inaceptable. Estamos haciendo algo, aunque no estoy seguro de qué es lo que hacemos, pero no estamos de brazos cruzados. La primera posibilidad, entonces, es la única que se nos aplica. Estamos haciendo algo… inútil.

¡Ah! Pero entonces surge otra interrogante. ¿Qué significa inútil? O bien, lo que es lo mismo, ¿cuándo es útil una actividad?

Aquí estamos entrando en el fangoso terreno de la filosofía. Pero no hay que asustarse, no voy a seguir el consejo de Bertrand Russell, quien escribió que hacerse inteligible es suicidio para el filósofo.

Ya mencioné suicidio dos veces, y como no queremos suicidarnos, conviene que tratemos de decidir sobre lo que es útil, y para comenzar echemos un vistazo a la doctrina que considera lo útil como base de toda filosofía: el utilitarismo.

Veamos qué dice Don José Ferrater Mora acerca del Utilitarismo en su Diccionario de Filosofía:

"El utilitarismo es la doctrina que sostiene el primado del valor de utilidad sobre los demás valores o que sostiene inclusive que sólo él es propiamente un valor". Es decir, no hay cosa que tenga valor si no es útil.

Más adelante especifica, que en su fundamento, el utilitarismo sostiene que todo en la naturaleza o es ventajoso o es nocivo.

El filósofo inglés Bentham hace un juego de manos, y sustituye el Placer por la Utilidad. Es decir, es útil lo que nos da placer, o evita el dolor. John Stuart Mill, otro inglés, quizás el más famoso de la corriente utilitaria, señala que hay distintas gradaciones de placer, y llega a la conclusión que los placeres intelectuales y afectivos son superiores a los sensibles. El placer de escuchar buena música, o de encontrar la respuesta a un problema, dice, es superior al de comer un rico plato, o acostarse con una joven hurí. No sigo en este terreno, pero creo que Mill escribió esa opinión a los 55 años, que en su época era una edad avanzada y cuando las aventuras amorosas ya excedían su capacidad.

Todo esto es un poco abstracto. Volvamos a la tierra. Cuando decimos que algo nos es útil, significa que nos da provecho. El provecho puede ser material – es útil, por ejemplo, ganar más, o tomar un remedio para mejorarse de una enfermedad, o inmaterial, como por ejemplo, tener buenos amigos.

Veamos desde esta perspectiva, si es útil venir a las tenidas de la Logia, sentarse a escuchar una plancha, realizar una ceremonia, poner unas monedas en el T\ de la V\ y volver a casa, o leer la plancha en el ordenador.

¿Dónde está la utilidad de lo que acabo de describir?

En la logia no ganamos dinero, no hacemos negocios, no nos aprovechamos uno del otro y me atrevería a decir, que estar sentado un par de horas en duras sillas no nos produce gran placer.

¿No sería más agradable quedarse cómodamente sentado en el mullido sillón frente al televisor o la computadora, tomar una copita, o chupar un mate bien cebado, escuchar buena música, leer una novela de detectives o algo más serio?

Eso, sin duda sería agradable, es decir, útil.

Sin embargo, comienzo a vislumbrar algunos indicios de que no todo está perdido.

Veamos, ¿Qué se nos declara respecto al objetivo de nuestra institución? La Masonería – decimos - pretende tomar hombres buenos y hacerlos mejores, y por su intermedio mejorar la sociedad humana para alcanzar el ideal de una humanidad sabia, ilustrada y tolerante, donde la fraternidad sea el vínculo universal entre todos los seres humanos.

¿Son útiles todos estos objetivos? Tenemos que suponer que lo son, por irrealizables que sean en un momento y un entorno dados.

Y aquí volvamos un instante al tema del utilitarismo. No cabe duda que el odio, la guerra, los conflictos - el terrorismo - no pueden producir placer. Sólo a las mentes desquiciadas puede dar satisfacción el asesinato de un niño. Personas normales no gozan con el dolor ajeno.

Por lo tanto, todo lo que conduzca a suavizar las asperezas entre las personas, o sea, a incrementar su confraternidad, debe ser positivo y útil.

Estoy contradiciendo mi proposición inicial. Peligroso. Pero sigamos adelante.

Examinemos algunas otras actividades de la vida cotidiana. Por ejemplo, ¿es útil ir al estadio a presenciar un partido de fútbol? No sólo no nos da un provecho material – no ganamos nada – sino que encima nos cuesta la entrada. ¿Cuál es el provecho que nos da? Algo inmaterial, el placer de ver ganar a nuestro equipo, o la oportunidad de mandar al diablo al otro cuando gana.

Recordemos que cuando nosotros ganamos, es porque lo merecemos, mientras que si gana el otro, es por pura suerte.

Veamos otras actividades. Leer una novela, o mirar la televisión, ¿en qué medida es útil? Tenemos que reconocer, sólo en la medida que nos produzca placer, satisfacción. O sea que estamos confirmando la proposición de Bentham, que mencioné antes.

Pero si esto es así, resulta que hay un sinnúmero de actividades comparables, como ir al cine, ir al teatro, a la ópera, a un concierto, ir de compras, ir a la sinagoga, o por último, ir al cementerio – cuyo único placer es la satisfacción de cumplir con un deber moral. Alguien dijo que asistía a todos los entierros de sus amigos, porque si no, ellos no iban a asistir al suyo.

En todas esas ocasiones que acabo de mencionar, se puede afirmar que perdemos el tiempo, a menos que aceptemos la equivalencia útil igual placentero.

Sin embargo, hay actividades, como hacer el nudo de la corbata, ir a la peluquería, lustrarse los zapatos, que ni siquiera bajo esta perspectiva pueden ser consideradas útiles. No hay una obligación moral de cortarse el pelo, y no creo que nos de placer. Y si embargo lo hacemos, perdiendo el tiempo.

El tiempo, queridos hermanos, es el único capital irremplazable, y sin embargo lo despilfarramos día a día, de hora en hora, de minuto a minuto.

Volvamos ahora a la logia. Probablemente algunos de ustedes ya se habrán dado cuenta que hay un error básico, una laguna crucial en mi planteamiento. He estado hablando todo el tiempo del punto de vista del individuo, de uno mismo, y dejé de lado – por el momento – el resto del mundo, la familia, el entorno humano en que vivimos, la sociedad a la que pertenecemos.

Ampliando la mirada, haciendo zoom out, el problema es más complicado; hay actos que pueden no ser útiles para el individuo, pero sí serlo para la sociedad. Un caso sencillo es el del soldado que arriesga su vida para defender la patria. No hay aquí placer alguno en patrullar la frontera, o entrar sentado dentro de un tanque, y sin embargo lo hacemos, porque es útil para el país, y el país incluye a nuestra familia, y la familia nos incluye a nosotros mismos. Así que tenemos un caso de algo útil que no es placentero.

Repito, volvamos a nuestra logia, tomando nuestra logia como representante de toda la Francmasonería (¡ojalá fuera así!).

No sé si ejecutar bien una ceremonia – una iniciación, por ejemplo – produce placer. Creo que sí. Es el mismo placer de cumplir bien un deber, de ejecutar una tarea bien hecha. Es el placer del artista que termina su obra, del concertista que queda satisfecho de haber tocado bien.

Pero hay más. Escuchamos planchas – no ésta, por supuesto – y aprendemos algo. Un filósofo dijo que cuando la mente se estira para abarcar una nueva idea, nunca vuelve a su tamaño anterior. Ensanchando nuestro horizonte mental podemos tocar el borde de lo desconocido. Eso es filosofía, Querido Hermano; como dijo Bertrand Russell, ciencia es lo que uno sabe, filosofía lo que no se sabe. Cuando dos personas intercambian dos monedas iguales, cada uno se queda con lo mismo que tenía antes, pero cuando intercambian dos ideas, ambos quedan más ricos.

Si consideramos sólo la riqueza material, aquí estamos realmente perdiendo el tiempo; pero si se trata de riqueza mental, incluso me atrevería a decir, riqueza espiritual, estamos haciéndonos más ricos. Más ricos en ideas, más ricos en amigos, más ricos en oportunidades de contribuir al bienestar de la sociedad y al progreso de nuestro país. Así que confieso haberme equivocado en el título de mi plancha. Pero quizás fue intencional.

He llegado al fin de mi trabajo. Alguien dijo que si uno no puede decir lo que quiere decir dentro de veinte minutos, es mejor que escriba un libro.

El mensaje que quiero comunicarles con mi plancha es muy simple: si en Masonería perdemos el tiempo o no, depende de nosotros mismos. Hagamos todos, cada uno de nosotros, lo necesario para que no tengamos jamás la sensación de haber perdido el tiempo.

LOS MANIFIESTOS ROSACRUCES




MASONIC PAPERS
by R.W.Bro. LEON ZELDIS




En el año 1614 apareció publicado en la ciudad de Cassel, Alemania, un pequeño volumen en alemán conteniendo una Epístola al lector, la "Reforma General de Todo el Mundo", que es una traducción al alemán de un capítulo de un libro por el italiano Traiano Boccalini, titulado Ragguali di Parnaso, es decir, "Noticias del Parnaso", y un pequeño folleto de unas 16 paginas, con un largo título en alemán, que comienza “Der Fama Fraternitatis, dess Loeblichen Ordens des Rosenkreutzes, etc." y concluye con unas respuesta a la Fama escrita por un tal Hesselmeyer antes de la publicación de la Fama.

Al año siguiente, es decir en 1615, apareció en la misma ciudad de Cassel otro volumen conteniendo varios escritos, y también otro pequeño folleto en latín, con el título Confessione Fraternitatis R. C. Ad Eruditos Europae, con 64 páginas divididas en 14 capítulos.

Estos son los textos conocidos como los Manifiestos Rosacruces, conocidos por comodidad como la Fama y la Confesión, en base a los cuales se edificó toda la legendaria historia de la Orden Rosacruz. A estos dos manifiestos se agregó, en 1615 un tercer librito en alemán titulado Las Bodas Químicas de Cristián Rosacruz, que describe el proceso alquímico empleando la metáfora de una boda simbólica. El autor de esta obra es con certeza Johann Valentín Andraea, y se supone que fue él mismo quien escribió los manifiestos.

¿De que tratan los manifiestos?

Comencemos por la Fama. Después de algunas observaciones preliminares, agradeciendo a Dios por el progreso de la humanidad en las artes y las ciencias, el descubrimiento de la mitad del mundo que estaba ignorada, el autor describe la historia del Hermano Cristián Rosacruz o, en el original, Christian Rosenkreutz, el cual, aunque era hijo de nobles padres, fue entregado a un monasterio a la edad de 5 años. Allí aprendió Griego y Latín, allí trabó amistad con el Frater (hermano) P.A.L. y movido por su deseo de aprender, decidieron viajar juntos a Tierra Santa. Aunque dicho hermano murió en Chipre, C. R. siguió adelante, llegando a Damasco con la intención de seguir luego a Jerusalén, pero no sintiéndose bien, se quedo allí y gracias a sus conocimientos de medicina encontró favor entre los Turcos. Esto recuerda un poco la historia de Maimónides. En Damasco Rosenkreutz encuentra también los sabios de Arabia, que habían descubierto los secretos de la naturaleza, y Rosenkreutz, a la edad de 16 años, es recibido por los sabios de Damasco que le enseñan sus misterios y el idioma árabe, para que pueda traducir el libro M al latín. Se queda en Damasco tres años, y luego viaja a Egipto, donde no se queda por mucho tiempo, y de allí viaja por mar a Fez, donde sigue estudiando, y aunque encuentra que su magia y su cábala estaban corruptas, encuentra algo de valor en ellos. Después de dos años sigue viaje a España, donde discurre con los sabios de ese país, mostrándoles donde estaban en error. Pero esos sabios tenían miedo que los nuevos descubrimientos mostraran que habían estado equivocados, y no aceptan sus lecciones, y lo mismo le sucede en otros países de Europa. C. R. regresa finalmente a Alemania, donde establece su hogar y reúne algunos discípulos; con tres de ellos: G.V., J.A. y J.O. establece la Fraternidad de la Rosa Cruz, con solo cuatro personas. Con ellos crean un lenguaje mágico y un diccionario y allí comienzan a escribir el libro M agregando otros cuatro hermanos a la fraternidad, todos alemanes menos uno, todos solteros y vírgenes.

Los ocho hermanos de la fraternidad deciden viajar separados por el mundo, enseñando y aprendiendo. También se comprometen a seis obligaciones: que solo curarían los enfermos de forma gratuita, que no usarían una vestimenta especial, sino la que se acostumbra en el lugar donde se encuentren, que cada año deben juntarse en el hogar de R. C. o excusar su inasistencia, que cada hermano debe buscar alguien merecedor de ser su sucesor, que la palabra Rosacruz debía ser su sello, marca y carácter y que la Fraternidad debía permanecer secreta por 100 años.

Tal como lo acordaron, los hermanos se reunían una vez al año, intercambiando experiencias y conocimientos.

El primero en fallecer fue el hermano J. O., quien fue enterrado en Inglaterra, aunque el lugar de su tumba no fue revelado.

Después de la muerte de J. O., Rosenkrantz llama a los hermanos y prepara su tumba. Eventualmente fallece y el lugar de su entierro se ignora, ya que todos los hermanos originales fallecieron a su vez sin revelar el secreto. Después de varias generaciones, es decir, 120 años, los hermanos descubren la entrada a la tumba de Rosenkreutz y encuentran que se trata de una bóveda de siete lados y esquinas, cada lado de cinco pies de ancho y con ocho pies de altura. La bóveda estaba iluminada con un sol interno (¿quizás se trata de luz eléctrica?) En el centro, en vez de lápida había un altar con una placa de bronce con una inscripción enigmática. El piso estaba dividido en triángulos. En fin, no voy a describir en detalle la bóveda donde se encuentra finalmente el cuerpo incorrupto de Rosenkreutz, pero sí puedo decir que se parece mucho a una cabina de una nave espacial, créanlo o no. Lo que nos interesa como masones es la presencia de tantos símbolos o referencias a lo que cien años más tarde aparecería en los rituales masónicos de las logias especulativas.

Haciendo los cálculos cronológicos, resulta que la tumba fue descubierta en el año 1604.

El texto concluye anunciando que ahora ha llegado el momento para una reforma general del mundo, de cosas divinas y humanas, Termina haciendo un panegírico de la fe cristiana, y condenando a los alquimistas y magos y haciendo un llamado a todos los eruditos de Europa que se incorporen a la Fraternidad por el bien de la humanidad y su progreso.

El Segundo manifiesto es un tratado teológico, que condena al Este y al Oeste, lo que significa el Papa y Mahoma, y enfocando la fe en Jesucristo. El autor defiende de diversas maneras la Fraternidad Rosacruz y condena a quienes la atacan, proclamando nuevamente la reforma universal que debe llegar.



Estos panfletos provocaron gran expectación en los círculos ilustrados de Europa, y hubo muchos que pretendieron ingresar a la fraternidad, pero tropezaron con un pequeño inconveniente: ¿Dónde se encontraban los hermanos Rosacruz? Nadie lo sabía. La idea, sin embargo, de que había llegado el momento de una reforma, en que la profusión de los conocimientos llevaría a la unión de los hombres dentro de en una confraternidad universal, atrajo a muchos pensadores.

No cabe duda que estas ideas también inspiraron a los fundadores de la masonería especulativa en las décadas siguientes.

Es por demás conocido que uno de los primeros eruditos sin relación con el oficio de construcción, iniciado en una logia masónica, fue el anticuario inglés Elías Ashmole (1617-1692), iniciado en octubre de 1646. Ashmole no sólo estaba interesado en la alquimia, las ciencias ocultas, y los Rosacruces, sino que fue uno de los miembros distinguidos de la Royal Society, una de las primeras academias de ciencias, en la que participaron varios masones también implicados en la fundación y primeros años de la Gran Logia de Londres. Uno de los fundadores más activos de la Royal Society fue otro masón, Robert Moray, iniciado en la logia de Edimburgo el 20 de mayo de 1641. La logia de Edimburgo, Mary's Chapel, existe hasta hoy, y en su templo, en el borde superior de las cuatro paredes están escritos los nombres de sus Venerables Maestros desde el año 1599.

Ashmole coleccionaba los escritos de John Dee, a quien respetaba como un mago, e incluso intentó poner en práctica algunos experimentos mágicos. En 1652 publicó una colección de ensayos alquímicos titulado Theatrum Chemicum Britannicum que tuvo gran repercusión.

La alquimia constituía un tema de gran interés para los estudiosos de aquel tiempo. Newton, por ejemplo, era entusiasta alquimista. Robert Boyle, uno de los pioneros de la física – quién no recuerda la ley de Boyle, que a una temperatura fija, la presión de un gas varía inversamente a su volumen – era otro entusiasta de la alquimia, y la alquimia, como hemos visto, estaba íntimamente relacionada con los Rosacruces.

En 1638 apareció publicado en Edimburgo una descripción en verso de la ciudad de Perth y sus alrededores. El poema incluye las siguientes cuatro líneas:



"Pues lo que vaticinamos no es en general,

porque somos hermanos de la Rosa Cruz;

tenemos la palabra del Masón y vemos lo oculto,

lo que va a pasar podemos predecir correctamente."



Es decir, ya en 1638, apenas 20 años después de los Manifiestos, y 80 años antes de la fundación de la primera Gran Logia en Londres, se expresa públicamente una relación entre Rosacruces y Masones.

En una carta escrita en 1730 aparece la siguiente declaración: "Los Francmasones ingleses han copiado algunas ceremonias de los Rosacruces y hacen grandes esfuerzos para persuadir al mundo que derivan de aquellos y que son las mismas ceremonias." (Douglas Knoop, G.P. Jones y Douglas Hamer, Early Masonic Pamphlets, Londres 1978, p. 235.)

Sabemos que la masonería en el siglo XVIII experimentó una proliferación de ceremonias y grados. No existía entonces una disciplina regulando lo que se podía o no se podía hacer en una logia, y lo que sucedía es que las logias ejecutaban ceremonias de las más diversas índoles sin control alguno.

Eventualmente algunas de estas ceremonias o grados – y hubo cientos de ellas – fueron codificadas en los llamados Ritos masónicos. Sólo en 1813, cuando se fusionaron las dos Grandes Logia de Inglaterra, de los Antiguos y los Modernos, declararon que la Masonería de Oficio (Craft Masonry) comprende sólo tres grados, incluyendo el Arco Real como complemento del tercer grado.

Algunos de los Grados – los llamamos Grados aunque en realidad se trata de ceremonias que imparten alguna lección y conceden algún nuevo título al iniciado – tenían contenido específicamente cristiano. Muchos fueron reunidos en los grupos de grados superiores de Rito York, como los Caballeros de Malta, de Constantino, los Templarios, la Orden Real de Escocia y otros.

También el grado Rosacruz tuvo un trasfondo claramente cristiano, ya que su relación con la Pasión de Jesús es irrefutable. Sin embargo, como lo he demostrado en otro Balaustre, el simbolismo del grado puede tener otras explicaciones, relacionadas con el esoterismo sin significado cristiano.

Lo que nos interesa en este momento es otra pregunta, el por qué haber incluido el tema Rosacruz en la escala de ceremonias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Este grado aparece como el eje, el punto de equilibro entre los grados relacionados con el Templo de Salomón, los Grados de Venganza enfocados en la leyenda de Hiram Aví, y los grados caballerescos y Templarios que le siguen.

Para contestar esta pregunta, no encuentro mejor camino que referirnos al detallado libro escrito por el Querido Hermano Rizzardo da Camino, un serio investigador brasileño, que en su obra O Príncipe Rosa-Cruz e Seus Misterios (Madras Livraria e Editora Ltda., São Paulo. 1996. Fax (011) 959.3090) hace un análisis de la historia, el simbolismo y la liturgia de nuestro grado.

Aunque los detalles del ritual son diferentes de los que conocemos en Israel, los elementos principales son los mismos.

Comienzo por explicar que la ceremonia de Iniciación en el Grado 18° debería en realidad realizarse en tres templos separados, la Cámara Negra, la de los Suplicios, y la Cámara Roja.

En nuestro ritual, siendo que no contamos con tres cámaras separadas, al finalizar el trabajo en la Cámara Negra con las tres circunvalaciones, salen los Caballeros Rosacruz, mientras se prepara el Templo para las Cámaras segunda y tercera. Al comienzo de los trabajos en la Cámara Roja, nos encontramos en realidad en la Cámara de los Suplicios, y es en esta parte de la ceremonia cuando se despliega la piedra cúbica para revelar la rosa-cruz. Los candidatos entran a la Cámara de los Suplicios, con las luces apagadas, y sólo después de escuchar la leyenda sobre la búsqueda de la palabra perdida, concluyendo con la pronunciación de I.N.R.I, se encienden las luces simbolizando el ingreso a la tercera cámara, la Roja.

Observemos los motivos principales de la ceremonia:

1) Los viajes relacionados con las tres virtudes: Fe, Esperanza y Caridad o Amor.

2) La rosa mística, rosa del silencio y el misterio, de cuyo corazón salen los cuatro brazos de la cruz.

3) La palabra perdida, cuyo significado esotérico lo representa la frase Igne Natura Renovatur Integra. Por el fuego, la naturaleza se renueva íntegramente.

Nuestro ritual es un relato de sacrificio y renovación. La esperanza es la luz inextinguible que permite recuperar la fe y la caridad, equivalente al amor. Hablando de amor, en la época renacentista e incluso antes, la palabra amor era una especie de código contra el papado, la iglesia católica en general, por su intolerancia y rigidez. ¿Cómo así? Porque escrita al revés, Amor es Roma, es decir, Amor es la antítesis de Roma, del Vaticano y todo lo que representa. Por eso, los Fideles de Amor, la orden esotérica a la que perteneció Dante, eran fieles enemigos de Roma.

Amor también se puede leer a-mor, es decir, la negación de la muerte. El amor es la clave de la inmortalidad.

La leyenda de Cristián Rosacruz también tiene otro detalle que la relaciona con nuestra Orden, el hecho de encontrarse la tumba de CR en una bóveda, debajo del altar. Esto se refiere directamente a la leyenda del Grado del Arco Real, la bóveda bajo el Templo de Jerusalén.

Pero hay más. Pensemos un poco en el significado de la iniciación masónica, especialmente a ceremonia de exaltación. No cabe duda que representa un rito de muerte y resurrección, así como lo es la Pasión de Jesús. Si tomamos todo el conjunto de grados del REAA, del 4° al 33°, se trata de 30 grados, el grado central es el 15° de entre los 30, o sea el 18° en la serie completa de 33 grados.

Ya hemos mencionado en otra oportunidad que las ceremonias del REAA se repiten en ciclos, se concatenan. La Iniciación es una ceremonia de purificación, el Aumento de Salario es una ampliación de los conocimientos del Aprendiz, preparándolo para dar el último paso, el de la muerte simbólica y su transfiguración en Maestro Masón.

Los grados de la Logia de Perfección, a su vez, completan y amplifican la leyenda en que está basado el 3° Grado. Luego, la nueva muerte/resurrección del Grado 18 prepara al candidato para su progreso a los grados filosóficos, caballerescos, del 19 al 30. Los últimos tres grados son "Administrativos", pero sin violar ningún secreto, les puedo revelar que en el último grado, el 33°, el candidato vuelve a encontrar el simbolismo de la Cámara de Reflexión, cerrando así el círculo de su vida masónica.

Los Masones somos una fraternidad universal, nuestra cadena abarca la tierra, y en nuestros templos se hablan todos los idiomas; todo esto es reflejo de la leyenda Rosacruz. Los Masones también trabajamos por el progreso de la humanidad, y los viajes de Cristián Rosacruz los repite el candidato que ingresa a la Masonería, y sigue viajando simbólicamente mientras asciende por la escala de grados, la Escala de Jacob, hasta alcanzar el empíreo de la sabiduría.



by R.W.Bro. Q.·.H.·.LEON ZELDIS