miércoles, enero 31, 2007

EL SECRETO MASÓNICO

[1]

Cuauhtémoc Molina García

“Aquéllos que lo conocen no hablan de ello; aquéllos que hablan de ello no lo conocen”

En “Los Vedas”

Para cualquier profano, la Orden Masónica siempre ha sido objeto de mitos y creencias mal fundadas, y es que el natural ámbito misterioso y discreto de la Orden predispone a las personas a mantener esta convicción.[2] El sentido de misterio y de secreto en que se halla envuelta la Orden, si para muchos es un gran atractivo, para otros es morbo y ha sido ocasión de recelos, desconfianza, ataques injustificados y persecuciones por parte del Estado y de la Iglesia.[3] Sin embargo, es de admitirse que los miembros de la Orden tampoco hemos sabido comprender cabalmente la naturaleza de este “secreto” y a menudo, muchos de nuestros hermanos miran con mofa y desprecio el consabido “secreto”, creyendo que éste se reduce a los asuntos tratados en el Taller y a las palabras, tocamientos, llamadas, baterías, marchas y signos que en Logia se les exigió mantener en confidencia bajo juramento. Sorprende que incluso altos dignatarios de la Orden sostengan que “la Masonería debe modernizarse y abandonar ya viejos atavismos”, refiriéndose por supuesto al asunto del “secreto” masónico. Evidentemente, quiénes opinan de esta manera, pese a los grados que ostentan y al tiempo que tienen en la Institución, ignoran la naturaleza iniciática y el valor espiritual que envuelve a la Orden y a su sistema de enseñanza. Otros afirman, incluso con tono doctoral, que la Orden hoy en día y en tiempos de apertura, de globalización y de Internet, ya no es secreta, sino solamente “discreta”, aserción que abona el pleno desconocimiento de la naturaleza esencial de la masonería; esto es, de su substancia iniciática. Para nuestra poca fortuna, al menos en México, muchos masones han llegado a reducir la Masonería a ciertas doctrinas como el liberalismo, entendido éste como “juarismo”, y a su vez éste como anticlericalismo. Y esto les lleva a estos hermanos desorientados a proclamar que la Masonería, hoy en día, “debe ser de puertas abiertas”. ¿En verdad sabrán estos hermanos lo que dicen? ¿Habrán comprendido la esencia del mensaje masónico?

Para efectos de este trazado, hemos de distinguir la “discreción” del “secreto” propio de la doctrina masónica. La discreción se refiere al sigilo que los masones debemos guardar respecto de las cosas formales de la Orden, por ejemplo los asuntos tratados en Logia y sus métodos de reconocimiento, sus ceremonias y otras cuestiones de «forma», no de fondo.[4] El secreto, en cambio, está en dirección de la DOCTRINA, o dicho de otra manera, de las enseñanzas y de los hallazgos de vida interior que el adepto va descubriendo por sí mismo durante el proceso de su desbastamiento personal mediante el trabajo iniciático. Dicho de otra manera, la «discreción» es una actitud del sujeto, mientras que el «secreto» es una cualidad de las cosas, de la naturaleza, esto es, del objeto reconocido por la vía de la Iniciación. Esa es la naturaleza de la «doctrina secreta» de la que nos habla el Grado 32° de la Orden.

En efecto, la disciplina de no revelar las confesiones y comunicaciones que la Orden considera como «íntimas» es, en realidad, una prueba de discreción que atesora la buena fe de los adeptos, así como su disposición a desarrollar, en sí mismos, una habilidad iniciática y espiritual. De sobra hemos sostenido y aceptado que al mundo profano nada tiene que ocultarle la Masonería, puesto que ningún asunto tratado en las Logias es contrario ni al orden moral y jurídico, ni tampoco a la estabilidad social y política del Estado. En consecuencia, el estatus del «secreto masónico» nada tiene que ver con revelaciones extraordinarias o fantásticas de las que el mundo profano, e incluso el masónico, pudieran sorprenderse. Si este fuera el verdadero sentido del “secreto masónico”, entonces todos nos moriríamos de risa, y nos veríamos en extremo ridículos e infantiles si con gran acuciosidad asumiéramos que esa fuera la naturaleza primigenia y fundamental del susodicho secreto masónico. ¡Imaginémonos cómo nos veríamos los masones hoy en día, si pensáramos que los profanos no saben cómo nos saludamos o qué palabritas nos decimos para reconocernos! ¡Vaya ingenuidad![5] En este caso estaríamos no muy lejos del “secreto” que obligadamente guardan los socios de las sociedades mercantiles respecto de sus asuntos internos, los bancos, los ejércitos, los médicos y los psicoanalistas respecto de sus pacientes o los sacerdotes respecto de la confesión, o incluso los gobiernos respecto de los “secretos de Estado”. Este tipo de confidencias nada tiene que ver con la naturaleza del SECRETO MASÓNICO y si así fuera, entonces seríamos verdaderamente ridículos en vanagloriarnos del tal secreto.

Pero entonces, ¿realmente existe «el secreto masónico»? ¿En qué consiste tal secreto? ¿Es posible obtenerlo? ¿Es factible revelarlo?

La respuesta a la primera pregunta es afirmativa: el «secreto masónico» SI EXISTE REALMENTE; sin embargo, es preciso para comprenderlo, entender la naturaleza iniciática y espiritual de la Orden Masónica. Ciertamente, la ceremonia de Iniciación, por medio de la cual se logra y se confiere la cualidad de «masón» a un profano, representa en la actualidad meramente un protocolo de admisión; empero, la verdadera Iniciación, la Iniciación Real, constituye un desarrollo progresivo que procede de dentro del individuo y que avanza hacia fuera de él, “tal y como sucede con la transformación de una semilla o de un germen en una planta u organismo completo, que potencialmente existía en aquéllos de manera latente”.[6] La Iniciación masónica supone un proceso de crecimiento espiritual del sujeto, un progreso que le permite transformar radicalmente su sentido de la vida y su percepción de la realidad, y la razón de esto es que en los rituales y ceremonias masónicas yacen ocultas las fuerzas relacionadas con el desarrollo de los aspectos divinos del hombre «si y solo si» el propio sujeto logra percibirlas. Cuando el recipiendario del ceremonial iniciático modifica su percepción de la realidad, cuando esto ocurre, es decir, cuando la venda que le cubre sus ojos cae permitiéndole ver la Luz, entonces el iniciado es ya otro hombre, un hombre «renacido» dotado ahora de cualidades que le corresponderá a él ir desarrollando hasta alcanzar la Maestría o verdadera Iniciación. Tal desarrollo espiritual es iniciático por método y por naturaleza, ya que ocurre ocultamente en el «Yo Interior» del individuo. Es entonces cuando el masón se hace efectivamente poderoso, pues ha logrado el poder de dominarse a sí mismo, entendiendo que el poder masónico no es para dominar a los demás. La sabiduría de Lao Tsé es lapidaria en este sentido cuando afirma: “El hombre que domina a los demás es fuerte; el hombre que se domina a sí mismo es poderoso”.

De esta manera, la Orden Masónica se propone, realmente, buscar y poner en evidencia la latente y potencial perfección espiritual del Ser humano, y considera que tal perfección se halla en su interior como semilla divina, esperando un proceso de afloración y desarrollo. En este sentido, los verdaderos Misterios y Secretos de la Masonería no tienen nada que ver con la “forma”, sino con el fondo, y están ciertamente ocultos en sus símbolos, ritos y ceremonias, signos, tocamientos y palabras, marchas y baterías, que no pueden ser “revelados” ni por los mismos masones ni por los libros, ni de “boca a oído”, y no por causa de un juramento fatal, sino simple y llanamente por la naturaleza misma del secreto, que al decir de la sabiduría védica “aquéllos que lo conocen, no hablan de ello, y los que hablan de ello, no lo conocen”. Los Secretos Masónicos se hallan dentro de los símbolos; es decir, la existencia material de éstos no es, en sí misma, ningún secreto, pero sí lo es el significado que tiene para cada uno, y más aún, el efecto transformador que opera en la personalidad del iniciado. ¡He ahí el asunto! Por lo tanto, las Verdades Masónicas son esotéricas porque se hallan ocultas para el profano que carece de “ojos para ver”, y sólo se revelan a quienes con “hábil y atrevida mano saben buscarlas”.[7]

En otras palabras, el objetivo fundamental de la Masonería es educar al hombre y hacerle mejor, o según se dice masónicamente: «trabajar la piedra en bruto transformándola en piedra cúbica de punta». Es este el ARTE REAL. Esta proposición reconoce implícitamente la perfección inherente en el hombre, de la misma manera que un escultor transforma la piedra tosca en una obra de arte. La misión de los Trabajos Masónicos es quitarle al hombre, gradual y progresivamente, sus asperezas externas, modificando su carácter y su temperamento, construyendo en él una personalidad evolucionada.[8] Pero esta construcción del hombre no es una construcción al estilo de las universidades, ni según el enfoque de las ciencias positivas, puesto que el proceso evolutivo que la Masonería propone no es un camino de instrucciones, sino de experiencias propias. Es, en efecto, el resultado de roces, de golpes, de tragos más amargos que dulces y que son las pruebas que nos pone la vida, y que ningún libro o maestro puede impartir ni enseñarnos. Esto es lo que el constructivismo en el campo de la teoría educativa denomina “aprendizajes significativos”, y estos aprendizajes son los que busca sembrar la masonería en el alma de sus adeptos.

Por esta razón, los hermanos conocedores de la Masonería y de sus Misterios Augustos, sostienen que sus verdaderos Secretos no pueden ser conocidos más que por la experiencia propia de los masones y esta experiencia les conduce a vivencias en los mundos superiores, es decir, más allá del cuerpo físico del hombre. Dicho de otra manera, se afirma que la ciencia masónica a través de sus ritos esotéricos y símbolos iniciáticos, trata de «indicarnos» el camino recto hacia la meta de realización, y ayudarnos a descubrir las leyes que rigen la revelación de la Luz Interior. Estas Leyes son ocultas, en el sentido de que se les «descubre y reconoce» por experiencia interna y luego de años de estudio y operación de los procesos de búsqueda espiritual.[9]

En otras palabras, los verdaderos secretos masónicos se adquieren por experiencia vivencial e íntima; en cambio, los “secretitos”, que tanto ocupan a los masones formalistas inspirados en el modernismo del Internet y en las ideologías políticas y profanas a que pretenden reducir la Masonería, pues esos se adquieren leyendo, viendo o repitiendo como loros lo que otros dicen. Los masones formalistas olvidan el precepto que dicta: “Ve e imita, REFLEXIONA y trabaja...” Y en efecto, imitan, pero no reflexionan...

Los tres Grados Simbólicos de la Orden están llamados a llevar al masón por ese tránsito de evolución y de desarrollo a sucesivos puntos de síntesis, o sea, a estadios de mayor Luz. Por esto, en la Instrucción del Aprendiz, el Maestro pregunta:

¿Cuál es entonces nuestro secreto?

Y la respuesta lapidaria del ritual es la siguiente:

“Es inviolable por su naturaleza, y se conserva hoy tan puro como cuando se encontraba en los templos de la India, de la Samotracia, del Egipto y de la Grecia. El que no estudia cada uno de nuestros grados, no comprende bien sus símbolos y explica su oculto significado; podrá vanagloriarse con los títulos pomposos de Maestro, hacer señas más o menos extravagantes y pronunciar palabras judío-bárbaro-helénicas, pero no será nada, ni sabrá nada que ignore cualquiera de mediana educación, mientras que el que los haya comprendido dominará con su secreto los hombres y las cosas”.[10]

En consecuencia, el «secreto masónico» es perfectamente real, pero inefable y, por supuesto, no consiste en bagatelas, minucias ni fruslerías, sino en misterios profundos, misterios que se revelan a través de la iniciación real y verdadera que sucede a través de la vida entera del hombre. Por su parte, el cahier del Grado de Maestro, en su catecismo o instructivo, nos dice lo siguiente:

“¿Podéis decirme el secreto de la francmasonería?

El Secreto de la Masonería es inviolable por su propia naturaleza, porque el Masón que lo conoce no puede llegar más que a adivinarlo, y para ello le ha sido preciso frecuentar las Logias instruidas, observar, comparar y juzgar. Una vez llegado a ese descubrimiento, le guardará seguramente para sí mismo, y no lo comunicará ni aún a aquél hermano en quien pudiera tener más confianza, porque toda vez que él no ha sido capaz de hacer ese descubrimiento, es también incapaz de sacar partido del secreto si oralmente lo recibiese.
¿Y qué es lo que habrá conseguido?
Hacer su felicidad y la de sus semejantes”.[11]

Deducimos entonces que el SECRETO DE LA MASONERÍA es el secreto de la realización humana, y esta es necesariamente una realización holística. El propio cahier indica el método para conseguir ese Secreto y recomienda que la búsqueda tendrá sus recompensas si se logra “con el estudio de las ciencias morales e intelectuales, unidas a la práctica de las virtudes y de todo lo que es bueno y lo que es bello”.[12]

El cahier del Compañero tiene también una clara referencia a la existencia real e iniciática del Secreto Masónico, cuando le dice al recipiendario:

“Allí tenéis el Templo de la Sabiduría, y debajo los instrumentos con que se levantó la Obra. En él se encierra nuestro Secreto, ese Secreto tan perdido, tan buscado, tan rara vez comprendido, y que cuando se le posee y se le conoce perfectamente, es la felicidad o el consuelo de la Vida. ¡Cuánto tenéis que trabajar y cuánta ha de ser vuestra perseverancia si queréis profundizar y apreciar sus virtudes! La Masonería, como el campo del labrador, no entrega su tesoro sino a la hábil y atrevida mano que sabe buscarle. ¡Buscad y hallaréis!”.[13]

Por lo tanto, el SECRETO MASÓNICO nada tiene que ver ni con conspiraciones ni con ingenuidades y menudencias infantiles, y si esto fuese cierto, entonces serían “secretitos” y no secretos. El Secreto Masónico se relaciona, en cambio, con una filosofía de formación humana muy profunda y esencialmente espiritual. La práctica del silencio, concurrente con la naturaleza del Secreto Masónico, es una práctica de disciplina iniciática y recordemos, como dice Cox Learche que:

“... el silencio es una característica de los seres muy evolucionados, los que se hallan identificados en conciencia con el universo, dando la impresión de estar viviendo más bien en el interior de las cosas, o sea, más cerca de su causa que de su efecto. Esta debe ser también la actitud del Masón”.[14]

En este sentido, la Masonería es esencialmente educativa y constructora, puesto que busca hacer mejores a todos aquéllos que ingresan en ella incitándoles a progresar espiritual, moral e intelectualmente, para que así los adeptos adquieran una mayor conciencia cósmica y una mejor integración con el Principio Interno y Superior de la Vida que es el GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO. ¿No acaso cada hombre es un Templo de DIOS en la Tierra?

Así las cosas, la acción externa de la Orden, la acción en el mundo profano, en la comunidad, debe sustentarse en el siguiente precepto:

“Si queremos cambiar el mundo, primero debemos cambiar NOSOTROS, pues el mundo es COMO SOMOS”.

[1]Cuauhtémoc Molina García, P\M\ de la Respetable, Digna, Animosa y Centenaria Logia Simbólica CONCORDIA No. 1, Xalapa, Veracruz, México.

[2] Se precisa que la palabra “misterio” viene del griego misth (velado).

[3] Ver La Masonería Excomulgada, del autor de este trazado.

[4] Conviene destacar que lo que aquí llamo “la forma” se refiere en todo caso al «continente» masónico, o sea a la Orden en tanto estructura de organización; por otro lado, “el fondo” sería la Masonería misma, el contenido, es decir, la filosofía masónica, el pensamiento, la doctrina propiamente iniciática de la que presumimos ser herederos y fieles guardianes y que el grado treinta y dos de la Orden reconoce como “la Doctrina Secreta”.

[5] Y vale anotar que muchos hermanos hablan de que en Internet se encuentran muchas cosas de la Masonería; y si, en efecto, pero solo las entienden los Iniciados en ella, los que conocen las claves para su comprensión. Muchas veces, y aquí así lo sostengo, ni siquiera los propios admitidos en la Orden saben de qué están hablando cuando del secreto masónico se trata.

[6] Aldo Lavagnino, en El Secreto Masónico, Editorial Kier, Buenos Aires Argentina, 1970.

[7] El esoterismo masónico o iniciático nada tiene que ver, por supuesto, con la charlatanería de adivinos, nigromantes, curanderos y cartomancios.

[8] Asumimos aquí que los Trabajos Masónicos no son solamente los que desarrolla el Taller cada semana, sino básicamente los que cada uno de nosotros despliega dentro de nosotros mismos, en la cámara oculta de nuestro Ser.

[9] Uno de los grados más bellos y esotéricos de la Orden, el Rosa Cruz, indica que la finalidad del grado es poner al masón “en el camino de retorno” para que descubra la verdadera divinidad que reina dentro de él: In Nobile Regnat Ile.

[10] Cahier del Grado de Aprendiz, Gran Logia Unida Mexicana de Veracruz, p. 73.

[11] Cahier del Grado de Maestro, Gran Logia Unida Mexicana de Veracruz, p. 51.

[12] Cahier del Grado de Aprendiz, op. cit.

[13] Cahier del Grado de Compañero, Gran Logia Unida Mexicana, p. 15-16.

[14] Learche, W. Cox, Los Landmarks: La Regularidad Masónica en una Nueva Luz, Edit. Herbasa, México, s/f, p. 154.

COMPARTIENDO LA LUZ QUE RECIBÍ

( Lo que le diría a mi hijo el día de su iniciación masónica )

ANTES DE SER INICIADO EN ESTA HONORABLE FRATERNIDAD, MUCHAS FUERON LAS OCASIONES EN QUE ME PREGUNTABA, E INDAGABA SOBRE QUE ES LA MASONERÍA. – MUCHAS FUERON LAS RESPUESTAS PERO TODAS ESTUVIERON MUY LEJOS DE LA VERDAD.

MASONERÍA : ES LA FILOSOFÍA MORAL QUE CONDUCE A LA LUZ DE LO DIVINO, A LO MÁS NOBLE, A LO MÁS SUBLIME, A LO EXCELSO, Y A LO MÁS DIGNO Y GRANDIOSO DE LOS HOMBRES QUE POR LA VERDAD , SON Y HAN SIDO LIBRES

ES LA FRATERNIDAD QUE CONDUCE AL RENUNCIAMENTO INTERIOR DE LO IMPERFECTO, PARA FORMAR UN NUEVO ESTADO DE CONCIENCIA MORAL, QUE SEA RECEPTORA DE UNA REALIDAD QUE CIMENTE EL CONOCIMIENTO TEOSÓFICO, DEL BIEN Y DEL MAL, MEDIANTE EL EJERCICIO DE LAS VIRTUDES, LOS VALORES HUMANOS, PATRIÓTICOS, RELIGIOSOS, POLÍTICOS, SOCIALES Y ESPIRITUALES.

LA MASONERÍA NO ES PARA ENSEÑARSE COMO SI FUESEN LECCIONES ESCOLARES, LA MASONERÍA ES PARA PRACTICARSE, COMPARTIENDO NUESTROS IDEALES Y CONOCIMIENTOS CON LOS HERMANOS Y CON LOS PROFANOS ,ASÍ COMO PARA ENALTECER NUESTRA FRATERNIDAD, CONSTRUYENDO UN MUNDO MEJOR, Y ASÍ RETROALIMENTAR NUESTROS VALORES Y NUESTRO ESPÍRITU, PORQUE EL VERDADERO MASÓN, ES LIBRE CUANDO NO ES EGOÍSTA, YA QUE EL EGOISMO SIEMPRE SE ENCUENTRA EN EL FONDO DE LOS ERRORES.

POR ELLO, QUERIDO HERMANO APRENDÍZ, TE SUGIERO QUE HAGAMOS DE NUESTRAS VIDAS UN SENDERO DE SUPERACIÓN PERSONAL, NO CON EL ACICATE DE LA ADULACIÓN, SINO CON EL TESORO DE TUS MAS NOBLES Y SENSIBLES IDEALES Y VALORES.

HAZ DE TU EXISTENCIA UN CODIGO INFLEXIBLE EN EL QUE JAMÁS EXISTA, NI LA INTENCIÓN DE LA BAJEZA, NI LO ARTERO DE UNA COBARDÍA, ACUNADA AL APLICAR TU PODER Y TU FUERO CON LA ALEVOSÍA DE LA PREPOTENCIA, Y SIEMPRE TEN PRESENTE, QUE :

“ TENER DERECHO, NO ES SIEMPRE TENER RAZÓN . . .
PERO TENER RAZÓN, SÍ ES SIEMPRE TENER DERECHO ”

NO OLVIDES QUE RARA VEZ SE COMETE UNA SOLA IMPRUDENCIA, - DESPUÉS DE LA PRIMERA, GENERALMENTE SE COMETEN MUCHAS MÁS, HASTA VOLVERNOS INSENSIBLES.

OBRA SIEMPRE DE ACUERDO A LOS BUENOS PRINCIPIOS DE TU CONCIENCIA PARA QUE JAMÁS SE APODERE DE TI LA MEZQUIDAD.

NUNCA TE ARREDRES ANTE LO TORTUOSO DEL CAMINO, QUE DESPUÉS DE TUS CAÍDAS Y SINSABORES, ENCONTRARÁS EN LA EXPERIENCIA LA SUBLIME SATISFACCIÓN DE SOBRE TU EGO HABER TRIUNFADO.

EXALTA EL HONOR DE TUS IDEALES, PORQUE EL MASÓN QUE NO TEME A LAS VERDADES, NADA TIENE QUE TEMER DE LAS MENTIRAS.

CUANDO QUIERAS LLEGAR HASTA LA CÚSPIDE, SOLO EXTIENDE TUS VIRTUDES COMO ALAS Y VOLARÁS AL INFINITO DE LA CREATIVIDAD POR UN ESFUERZO PROPIO.

PARA TRIUNFAR , SE COMO LAS GRANDES OLAS, QUE HASTA LA PLAYA SE IMPULSAN SOLAS . . . Y SI TU ANHELO ES CONDUCIR A LA CONCORDIA A TUS SERES QUERIDOS, ENTONCES CON VEHEMENCIA, PULE TUS CONOCIMIENTOS PARA DESBASTAR LA PIEDRA BRUTA .

NO ADULES : PORQUE LA ADULACIÓN DEFORMA Y MINIMISA TUS IDEALES, HACIENDO ODIOSOS Y EFÍMEROS TUS VERDADEROS TRIUNFOS.

NO CALUMNIES : PORQUE NO ALCANZARÁS LA ARMONÍA, CUANDO RECUERDES QUE CON ALEVOSÍA DAÑASTE A ALGUIEN INOCENTE.

PRACTICA LA BELLÍSIMA VIRTUD DEL VALOR CIVIL. - Y SI ANTE LOS PODEROSOS TIENES QUE LEVANTAR TU VOZ ACUSADORA , ENTONCES SE PRUDENTE, PERO JAMÁS TE ARREDRES. -- Y CUANDO SIENTAS EN TU ALMA MIEDO, HAZ ACOPIO DE TU FUERZA INTERNA.

SI SIENTES QUE ALGUIEN TE DAÑA, DESENTRAÑA EL PORQUE DE SU ACTITUD Y DEJA QUE OBREN LOS JUECES PARA QUE NO SE HIERA TU CONCIENCIA.

REFLEXIONA SOBRE EL PERDÓN, PARA QUE EN VERDAD SEAS LIBRE Y JAMÁS QUEDES ATADO A UNA VENGANZA, MEJOR SERÁ QUE ENARBOLES CON TU LUZ UNA GENEROSA BANDERA DE CLEMENCIA.

UN MASÓN INCULTO, ES UNA BURDA CARICATURA DE SI MISMO.

SI AMAS A UNA MUJER, DIGNIFICA SU AMOR PARA QUE NUNCA LES HIERAN LAS PASIONES, Y ASÍ LA CONSERVES CANDOROSA Y HONESTA, Y ASÍ, ELLA ALGÚN DÍA, SEA EL CÁLIDO SOL DE TU VEJÉZ . . . Y EN TU VIDA LLEGUE A SER, EL BÁCULO DE APOYO QUE TE SONTENGA EN TUS CAIDAS.

BURILA TU AMISTAD . . . JAMÁS LA ENTURBIES CONSERVANDO A TU LADO A LOS ADULADORES Y A LOS SERVILES, POR ELLO, SE FIEL AL AMIGO QUE NO APLAUDE TUS ERRORES Y TUS VICIOS, Y PERMANECE JUNTO A TI, EN TU ALEGRÍA Y EN LAS ADVERSIDADADES

SI POSEES ALGÚN SECRETO CONFIADO A TU HONOR, GUARDALO CON TU VIDA, PORQUE SI POR MIEDO O AMBICIÓN LO REVELARAS, SERÁ INFLEXIBLE TU CONCIENCIA ACUSANDOTE DE FALSO.

RECUERDA QUE EL VALOR, SOLO ES CONSIDERADO COMO VIRTUD, CUANDO SE DEJA GUIAR POR LA PRUDENCIA, ASÍ QUE VELA POR LA PAZ, ANTES QUE SER EL MEJOR EN LA GUERRA.

DIOS TE VÉ,: POR ELLO, HAS SIN TESTIGOS, LO QUE NO SERÍAS CAPÁS DE HACER DELANTE DE QUIEN PUDIERA JUZGARTE.

VENCE A LA VANIDAD CON TUS VIRTUDES , PORQUE QUIEN NO PRACTICA LA HUMILDAD, ASÍ MISMO SE HUMILLA.

LAS PASIONES AGUSAN EL INGENIO , PERO SOLAMENTE TE SUBLIMAN TUS VIRTUDES.

LOS ENVIDIOSOS LLEGAN A MORIR . . . PERO NO LA ENVIDIA ........ A MENOS DE QUE TU LE INYECTES RUINDAD PARA QUE SIGA VIVA, YA QUE UNA VIDA RUIN , ES UNA MUERTE PREMATURA

Y SI CON ESTAS INTENCIONES MARCHAS POR LA VIDA, YA SEA QUE LLEGUES A LAS CUMBRES DEL TRIUNFO, O TE QUEDES EN LAS LADERAS DEL ESFUERZO, SIEMPRE TE SENTIRÁS FELIZ, PORQUE HABRÁS ALCANZADO LOS MÁXIMOS HONORES, YA QUE ES UN TRIUNFO EL HABERLO INTENTADO Y LUEGO REVIVIR PARA PERFECCIONARLO.

PULE TU PIEDRA BRUTA HERMANO APRENDÍZ . . PULE TU PIEDRA . .

M:. M:. JOSE MARI GONZÁLEZ DE LEGTOMÉ

ETICA Y MORAL MASÓNICAS: LA PERSPECTIVA DE UN APRENDIZ



por el Q.H. Rodrigo Alperi

R.Lo. La Búsqueda Nº 182, Santiago de Chile.
Gran Logia de Chile

Aunque el origen etimológico de las palabras ética y moral es diverso, el significado último de ambas es prácticamente idéntico, y alude a las costumbres. En efecto, la palabra ética proviene del griego êthos, que primitivamente aludía al lugar donde se habita, pero Aristóteles redefinió este término, utilizándolo como sinónimo de una manera de ser, de un carácter, de una segunda casa o de una naturaleza adquirida, y no heredada. Una inferencia preliminar a partir de esto, es que una persona podría llegar a moldear, forjar o construir su modo de ser o êthos mediante hábitos que se alcanzan por la repetición de actos. Coincidentemente, la palabra moral traduce la expresión latina moralis, que derivaba de mos (en plural mores) y significaba costumbre. Con la palabra moralis, los romanos recogían el sentido griego de êthos, es decir las costumbres que se alcanzan a partir de una repetición de actos. Pero pese a este parentesco, con el tiempo la palabra moralis tendió a aplicarse a las normas concretas que han de regir las acciones, mientras que la ética llegó a emplearse para aludir al intento racional y filosófico de fundamentar la moral.

En la tradición occidental, la ética es también denominada Filosofía Moral, y su origen es atribuido a Sócrates, refiriéndose en último término a una forma de discernimiento basado en la introspección. Sócrates sostenía que e n el conocimiento se encontraba el fundamento de la actuación moral: el conocimiento era la virtud, mientras que el vicio era la ignorancia. Es por esta razón que Sócrates estimulaba a los seres humanos a preguntarse qué era el bien, sin necesidad de molestar a los dioses. En nuestros días, la ética es entendida como la rama de la filosofía que estudia los fundamentos de lo que se considera bueno, debido o moralmente correcto, aunque también se la concibe como el saber gestionar adecuadamente la propia libertad.

Ambas nociones están estrechamente relacionadas, pero ética y moral difieren en aspectos relevantes. Por ejemplo, la moral tiene una base social, ya que esencialmente es un conjunto de normas establecidas en el seno de una sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio la ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. Una segunda diferencia es que la moral es un conjunto de normas que actúan en la conducta desde el exterior. En cambio la ética influye en la conducta de una persona, pero desde su misma conciencia y voluntad. Una tercera diferencia se refiere al carácter axiológico de la ética, ya que en las normas morales impera el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo e incluso, punitivo. En cambio en las normas éticas lo determinante es el valor captado y apreciado internamente como necesario.

En el presente, las teorías éticas usualmente se dividen en tres áreas generales: metaética, ética aplicada y ética normativa. La metaética intenta determinar de donde provienen nuestros principios éticos, y que significan. ¿Se trata de meras creaciones sociales? ¿Son ellas expresiones de nuestras opciones individuales? ¿Existen verdades universalmente aplicables o una voluntad divina que determinen nuestra conducta? ¿Cual es el papel de la razón humana en los juzgamientos éticos? La ética aplicada examina aspectos especialmente controversiales valóricamente, tales como el aborto, la eugenesia, la protección medioambiental, los derechos homosexuales o la pena de muerte. La ética normativa, por último, tiene pretensiones más prácticas, específicamente, determinar los estándares morales que regulan una conducta correcta o incorrecta, lo cual implica determinar los hábitos que debemos practicar, los deberes que debemos observar y las consecuencias de nuestra conducta personal respecto de otros.

Los problemas relacionados con los parámetros morales o de ética normativa de la conducta humana tienen incidencia en prácticamente todas las áreas humanas, y como tal, la francmasonería no escapa a esta regla. En este caso, los parámetros de ética normativa han sido expresamente señalados en diversas fuentes, desde el mismo origen de la francmasonería. Entre otras, estas fuentes incluyen las Constituciones de Anderson del año 1723, o los discursos pronunciados por Ramsay en 1737. En el caso peculiar de Chile, debemos añadir la Declaración de Principios de la Gran Logia de Chile y aún el catecismo contenido en nuestro Manual del Aprendiz. Todos estos cuerpos contienen alusiones expresas a normas de ética normativa cuya observancia es exigida a los francmasones del primer grado.

James Anderson (1678-1739) fue el autor del Libro de las Constituciones, un texto que fue concluido en 1723 y que reunió en un todo orgánico las reglas de la masonería entonces existentes, siendo reeditado en 1738, 1756, 1767 y 1784. El Párrafo Primero de las Constituciones de Anderson de 1723, referidas a "Lo que se Refiere a Dios y a la Religión", establecía que:

"Un Masón está obligado, por su condición, a obedecer la ley moral, y si comprende el Arte, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un libertino irreligioso. Aún cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados en cada país a practicar la religión que se observaba en ese país, hoy se ha creído más oportuno no imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales; es decir, ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus Denominaciones o de sus Confesiones. De este modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido separados entre sí."

Por tanto, la obligación fundamental en la perspectiva de Anderson era "ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad" dejando en un segundo plano las respectivas Denominaciones o Confesiones religiosas. Esta redacción fue modificada en la edición de las Constituciones de 1738, en términos tales que en la nueva edición se señala que la obligación consiste en "ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sean los Nombres, Religiones o Confesiones que contribuyen a distinguirlos." Corbiére citando a Maurice Paillard,

[ 1 ] considera que esta modificación tuvo como consecuencia incluir todas aquellas creencias mediante las cuales se distinguía a estos hombres "buenos y leales", inclusive el Ateismo. Desde esta perspectiva, se entendería el que un "estúpido ateo" quedara excluido como un hombre bueno y leal, no en razón de su ateismo, sino que de su estupidez. Sea cual sea la interpretación que se le quiera dar, lo cierto es que la obligación esencial en cuanto a ser hombres buenos y leales permanece hasta hoy día como un requisito esencial para todos los francmasones.

En relación con las reglas de conducta que deben observarse por los masones en su propia casa y entre sus vecinos, el Libro de las Constituciones declara que.

"Los masones deben conducirse como conviene a un hombre prudente y moral... y no perder de vista, en ningún caso, que el honor propio y el de la cofradía están unidos; esto, por razones que no podemos exponer aquí, no debe descuidarse los propiosintereses, permaneciendo ausente de su casa después de las horas de la logia; evítense igualmente la embriaguez y las malas costumbres, para que no se vean abandonadas las propias familias, ni privadas de aquello que tienen derecho a esperar de los masones, y para que éstos no se vean imposibilitados para el trabajo."

Así, estándares como la bondad, la lealtad, el honor, la probidad o la prudencia eran proporcionados como el contenido de las normas éticas normativas en las cuales todos estarían de acuerdo, sin importar la religión que cada francmasón profesara. Este sentido es reforzado en el denominado "Discurso pronunciado en la Recepción de los Francmasones por el Señor de Ramsay, Gran Orador de la Orden" en 1737. En este se indica que las cualidades necesarias para formar parte de la francmasonería son "la filantropía prudente, la moral pura, el secreto inviolable y el gusto por las bellas artes", añadiendo que "[l]a sana moral es el segundo requisito de nuestra sociedad" y que "la Orden de los francmasones se estableció para formar hombres amables, buenos ciudadanos y buenos súbditos, inviolables en sus promesas, fieles adoradores del Dios de la amistad, más amantes de la virtud que de las recompensas." Más adelante, señala con toda precisión la importancia de la práctica de las virtudes morales en el grado de Aprendiz, señalando que a los principiantes o aprendices "les damos a conocer las virtudes morales y filantrópicas."

La Declaración de Principios de la Gran Logia de Chile no es ajena a esta línea de pensamiento, señalando que "la Francmasonería es una Institución universal, esencialmente ética, filosófica e iniciática" y añade que ella "constituye el centro de unión para los hombres de espíritu libre de todas las razas, nacionalidades y credos... promueve entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad, el conocimiento de sí mismo y del hombre en el medio en que vive y convive, para alcanzar la fraternidad universal del género humano...los francmasones... anhelan unir a todos los hombres en la práctica de una moral universal que promueva paz y entendimiento y elimine los prejuicios de toda índole... [la francmasonería] proclama al Grande Arquitecto del Universo como Principal Generador y como Símbolo Superior de su aspiración y construcción éticas. No prohíbe ni impone a sus miembros ninguna condición religiosa." Una declaración que, después de todo, concuerda in toto con las fuentes históricas antes mencionadas.

En la actualidad, nuestra primera aproximación a los estándares de ética normativa que nos son exigidos como francmasones del primer grado, son las normas contenidas en nuestro Manual del Aprendiz. Por ejemplo, se nos señala que un masón es "un hombre nacido libre y de buenas costumbres, igualmente amigo del pobre que del rico si son virtuosos" y en relación con la virtud, se indica que "el valor individual debe apreciarse en razón de las cualidades morales." Nuestro manual añade que los deberes del masón son "huir del vicio y practicar la virtud", y en relación con la práctica de la virtud indica que ella se ejercita prefiriendo por sobre todas las cosas la justicia y la verdad. En fin, en relación con los modos de reconocimiento del masón, se nos indica que éste se reconoce por su manera de actuar siempre justa y franca, y que el masón debe inspirarse en todo momento en ideas de justicia y equidad. Y como una instrucción que nos acompañará durante todo el proceso iniciático de aprendiz, hacía la conclusión del ceremonial iniciatorio, se nos señala por medio de la marcha del aprendiz, que nuestros esfuerzos han de estar siempre dirigidos por una recta intención, por un rigor intelectual y ético que atienda a los principios universales que se nos revelan mediante las leyes y los ritmos que deberemos respetar en nuestros trabajos. Es decir, por medio de la instrucción contenida en el Manual del Grado, se nos indican en términos precisos los estándares éticos normativos que deben regular nuestra conducta. Se trata en estricto sentido, de las normas éticas a las que debemos atenernos, y como tales, impera e ellas el carácter prescriptivo, legal, obligatorio e incluso, impositivo.

Las consideraciones contenidas en las fuentes anteriores inevitablemente nos enfrentan a una cuestión relevante, verdadero desafío y, probablemente, el contenido de las tribulaciones del grado de aprendiz, consistente en identificar las normas de ética normativa masónica que nos son prescritas, con los valores captados y apreciados internamente como necesarios, esta vez por propia convicción.

Es dificultoso, en esta primera etapa del camino de la vida masónica discernir los aspectos metaéticos que justifican acatar dichos principios normativos, pero con toda seguridad, ellos dicen relación con el hecho de que, tal como lo señalaba Anderson, "el honor propio y el de la cofradía están unidos". Por otro lado, como nota característica de las fuentes citadas, es evidente que la ética normativa de la masonería no está directamente ligada a ningún sistema filosófico, ni a ningún credo religioso, sino que más bien está constituido por preceptos universales que debieran enseñar al hombre a alcanzar la sabiduría y una independencia de conciencia plena. Aun más, la relación entre moral masónica y religión puede llegar a ser completamente independiente, pese a una cierta inclinación natural de las religiones consistente en sostener que moral y religión están esencialmente conectadas, y que la observancia de las leyes morales es imposible fuera de la religión. Esta es la razón de que se señale que la creencia en el Gran Arquitecto del Universo sea esencial para cualquier hombre que desea entrar a nuestra Orden, aunque precisando que se acepta como candidatos a hombres de toda fe religiosa. La francmasonería, en efecto, no es una religión ni un substituto para la religión, sino que como lo señalara James Anderson, se trata de un centro de unión entre hombres buenos y honestos, y la manera alegre de conciliar amistad entre quienes, de otro modo, tendrían que haber permanecido a una distancia perpetua.

En un plano metaético, en ello reside la extremada importancia, y la responsabilidad de cada uno de los miembros de la francmasonería, ya desde el primer grado de instrucción, consistente en observar en todo momento un comportamiento que se ajuste a la normativa ética que nos es instruida. Es en este ámbito de pluralidad de creencias, donde el francmasón se encuentra con la búsqueda de una verdad intersubjetiva y la insoslayable responsabilidad que ello acarrea, un punto donde la francmasonería se hace eminentemente práctica en razón de la libertad entendida como "autonomía". En último término, se trata de una instancia de juicio moral que se encuentra por encima de las creencias personales, sin que por ello constituya una concepción naturalista u objetiva. Es el imperativo categórico más crucial de nuestra época: ser capaces de vivir en paz, con justicia y libertad, no obstante nuestras propias convicciones.

[1] Emilio J. Corbiére; La Masonería. Política y Sociedades Secretas. Editorial Sudamericana (De Bolsillo), Cuarta Edición, Buenos Aires, 2004, pp. 58-59.

domingo, enero 21, 2007

Mocion de saludo a la GLP

El 18 de enero de 207 se ha presentado en el COngreso de la Republica del Perú una moción de saludoo y felicitación a la "Gran Logia de Antiguos, Libres y Aceptados Masones de la República del Perú", al conmemorarse el 25 de Marzo de 2007 el Centésimo Vigésimo Quinto Aniversario de su fundación.

Podéis acceder a la moción en el siguiente vínculo: Moción 01080

La Moción fue presentada por los siguientes señores Congresistas:

Aguinaga Recuenco Alejandro
Alegría Pastor Mario Arturo
Alva Castro Luis
Calderón Castro Wilder Félix
Falla Lamadrid Luis Humberto
Fujimori Higuchi Keiko Sofía
Giampietri Rojas Luis Alejandro
Herrera Pumayauli Julio Roberto
Huerta Diaz Anibal Ovidio
Isla Rojas Víctor
Macedo Sánchez José
Negreiros Criado Luis
Pando Córdova Ricardo
Pastor Valdivieso Aurelio
Rebaza Martell Alejandro Arturo
Reggiardo Barreto Renzo Andrés
Vargas Fernández José Augusto
Vilchez Yucra Nidia Ruth
Wilson Ugarte Luis Daniel
Zumaeta Flores César Alejandro

sábado, enero 06, 2007

LA MASONERIA: ¿ES UNA ASOCIACIÓN SECRETA?


La Masonería no es hoy una sociedad secreta en cuanto a la Institución legalmente constituida; las autoridades argentinas le tienen concedida la personería jurídica desde el año 1879, y sus fines son igualmente conocidos por cuanto están enumerados en los Estatutos aprobados por el Gobierno de la Nación y ampliamente difundidos en diccionarios, enciclopedias y publicaciones históricas.

Pero, en épocas de cruenta persecución que en algunos países se ha lanzado contra la Masonería, es lógico que se hayan constituido grupos de masones discretamente reservados, lo mismo que hicieron los cristianos perseguidos por el Imperio Romano. Sin embargo, no es esta la verdadera motivación del llamado secreto masónico. Ese se refiere al estudio e interpretación de los símbolos y ritos de la Orden, de los cuales surge la utilidad de los trabajos realizados en las Logias.

Recordemos que hay dos categorías muy distintas de sociedades secretas:

1) Las organizaciones secretas (clandestinas) políticas, cuya acción y ejercicio son de duración limitada y cuyos fines son concretos. Nada tienen que ver con la Masonería.

2) Las sociedades iniciativas que de ningún modo intentan ocultarse, pero cuyo secreto consiste en reservar el conocimiento de los ritos y ceremonias a los iniciados porque se trataba de un método de perfeccionamiento espiritual. La Masonería es, por excelencia, una sociedad iniciatica.

DECLARACION DE PRINCIPIOS

Son sus principios: La Libertad, la Igualdad y la Fraternidad y su Lema: Ciencia, Justicia y Trabajo.

Se propone la investigación de la verdad, la perfección del Individuo y el progreso de la Humanidad.

Considera que la moral es tanto un arte racional, como un fenómeno evolutivo propio de la vida colectiva, que obedece a leyes naturales. Reconoce al Gran Arquitecto del Universo como símbolo de las supremas aspiraciones e inquietudes de los hombres, que anhelan captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el esclarecimiento de la verdad, no reconoce otro límite que el de la razón humana basada en la ciencia. Exige de sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta las opiniones políticas y las creencias religiosas de todos los hombres. Reconoce que todas las comuniones religiosas y políticas merecen igual respeto y rechaza toda pretensión de otorgar situaciones de privilegio a ninguna de ellas en particular.

La Francmasonería, Institución esencialmente humana, trabaja sin tregua por el logro de sus fines, buscando una más armónica estructuración de la vida sobre bases de amor y de justicia social.

Viene actuando, por ello, desde el fondo de los tiempos, como el tenso resorte que acelera la evolución teniendo en cada etapa de la historia una finalidad determinada de acuerdo con las necesidades y aspiraciones del ambiente.

Flecha de un anhelo proyectado al porvenir, sus esfuerzos del pasado han contribuido a los progresos que goza del presente. Aspira por la evolución y el esfuerzo organizado de la sociedad al perfeccionamiento cada vez mayor de la instituciones sociales, transformándolas en las que satisfagan, dentro de un régimen de libertad, justos anhelos de mejoramiento.

Procura por todos los medios lícitos a su alcance, dignificar al hombre capacitándolo, por un desarrollo superior de la conciencia, para el mejor y más amplio uso de sus derechos y libertades.

Condena la intolerancia, abomina el fanatismo y declara su repudio por los regímenes de fuerza y de violencia como contrarios a la razón y denigrantes para la especie.

Reconoce la fraternidad la condición primordial del género humano; es substantivamente pacifista y considera a la guerra como un crimen horrendo.

Estima que el trabajo es un deber esencial del hombre, y como tal le dignifica y le honra, sin establecer distingos ni categorías, pero juzga que el descanso es un derecho y se esfuerza porque la vejez, la invalidez, la infancia y la maternidad gocen de los beneficios del amparo al que son acreedores.

LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD

Libertad de la persona humana y de los grupos humanos ya sean instituciones, razas o naciones, y en todos sus aspectos, es decir, libertad de pensamiento y de movimiento.

Igualdad de derechos y obligaciones de los individuos y grupos humanos sin distinción de religión, raza o nacionalidad.

Fraternidad de todos los hombres, y de todos los pueblos y naciones; porque todos los seres humanos nacen libres e iguales en derechos y en dignidad. Un alto espíritu de fraternidad inspira los actos de la Masonería.

CIENCIA, JUSTICIA, TRABAJO

La Ciencia logra el esclarecimiento del espíritu y la jerarquización de los valores intelectuales, así como la discriminación del saber humano, armonizando la aspiración a la Verdad con el reconocimiento de las posibilidades del hombre. Es fuente de modestia, cualidad que se opone al orgullo y al dogmatismo intelectivo que muchas veces separan a los hombres.

La Justicia es necesaria para equilibrar las relaciones humanas y para educarnos en la adaptación a las evoluciones sociales.

El Trabajo, que es condición fundamental de la existencia humana, debe ser para el masón un mecanismo creador de vida espiritual. Por el trabajo, el hombre se dignifica y se hace económicamente independiente dentro de la sociedad civilizada.

En síntesis: la Masonería postula el mejoramiento intelectual, moral y social del hombre y el progreso de la sociedad humana; lograr una evolución dinámica del hombre y del mundo sin menoscabar las tradiciones, la experiencia y los ritos del pasado, y olvidar las pasiones y los interese materiales para alcanzar la serenidad del juicio y de acción tan necesaria en los momentos decisivos de toda labor humana.

LA MORAL MASONICA

La moral de la Masonería no está directamente ligada a ningún sistema filosófico, ni a ningún credo religioso. La constituye el fondo común de preceptos Universales que enseñan al hombre a ser mejor y a amar a sus semejantes. En todas las religiones y en todas las filosofías se encuentran esencias de una sabiduría elaborada por los más grandes apóstoles y profetas de la Humanidad, inspirados en los más sublimes sentimientos del corazón humano y empleados en las duras experiencias de la vida y de la historia.

La Masonería busca la solidaridad de los valores intelectuales, éticos y estéticos para lograr la consistencia armónica de la conducta.

LA VIRTUD MASONICA

La Masonería entiende por virtud la capacidad de hacer el bien en su mas amplio sentido y el cumplimiento de nuestros deberes para con la sociedad y la familia sin egoísmo ni vanidad. La Masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la moral y como lealtad de la conducta para el ideal, que debe conducir hasta el sacrificio cuando sea necesario para el cumplimiento del deber. Considera la virtud como una realización siempre perfectible, porque sabe que el hombre no es inaccesible a las tentaciones y debilidades; pero el permanente esfuerzo del espíritu se convierte en eficaz baluarte de la virtud.

EL DEBER MASONICO

La Masonería entiende por deber el respeto hacia los derechos del individuo y de la sociedad así como el estricto cumplimiento de las obligaciones que ello envuelve. Pero también tiene el hombre sus deberes para consigo mismo. La Masonería induce al hombre a ser fiel con sus ideales ajustando su conducta a los principios que proclama. El deber masónico consiste en adoptar las normas de conducta adecuadas en cada momento de acuerdo con la palabra empeñada, con el ideal proclamado y con el bien por íntima decisión, llegando al sacrificio, sin necesidad del presiones externas y aún en contra de obstáculos poderosos de orden exterior. El deber masónico es la vocación inquebrantable del espíritu para la virtud.

Recopilación de

ALIRIO TORRELLAS MARÍN, 33

Cámaras de Verano 2007 de la Gran Logia de Chile

Ética y su manifestación en la sociedad actual

Miércoles 10 Enero: Ética y Laicismo.
Relator: Q. H.
R. L. "Franklin" Nº 27.

Miércoles 17 Enero: Ética y Educación.
Relator: Q. H.
R. L. Caballeros del Templo Nº 180.

Miércoles 24 Enero: Ética y Comunicaciones.
Relator: Q. H.
R. L. Concordia Nº 151

Miércoles 31 Enero: Ética y Política.
Relator: Q. H.
R. L. L'Etoile du Pacifique Nº 7