domingo, enero 30, 2005

LA MASONERÍA SEGÚN LAS ESCRITURAS (1737)

John Tillotson

No muchas son las referencias que se conservan de John Tillotson; Montesquieu lo menciona, así como el caballero de Ramsay en una de sus cartas. Según la Encyclopaedia britannica, Tillotson (1630-1694) fue deán de la catedral de Saint-Paul en Londres, antes de convertirse en 1691 en arzobispo de Cantorbéry. En 1675 editó los Principios de la religión natural, de Wilkins. Han quedado bastantes compilaciones de sus sermones, como Cincuenta sermones y la regla de fe (1691), Cuatro sermones referentes a la divinidad y a la encarnación de nuestro bienaventurado salvador (1693) y los Sermones póstumos (1694). Una curiosa recopilación de algunos de ellos, titulada Selección de discursos sobre diversos temas (Select orations on various subjects), impresa a título póstumo en 1737, contiene el texto que presentamos a continuación. En él, el autor intenta demostrar que la Franc-Masonería se enmarca en el ámbito de una hermenéutica tradicional de la Biblia, con la peculiaridad de poseer un simbolismo tomado de la arquitectura. Hemos prescindido de ofrecer anotaciones con las referencias bíblicas del texto, pues son demasiado numerosas y apenas aclararían el sentido del documento. Parece claro que, para Tillotson, la Iglesia cristiana es una verdadera masonería espiritual. Más que un tratado de apologética, la Masonería según las Escrituras constituye una defensa cristiana de la masonería. On Scripture masonry fue publicado posteriormente en el vol. 74, pp. 89-98, de "Ars Quatuor Coronatorum", Londres, 1961, y Patrick Négrier realizó la traducción francesa (Textes fondateurs de la Tradition maçonnique, 1390-1760, París, Grasset, 1995).

La divinidad y lo sublime de la masonería tal como aparece en los oráculos sagrados...

Al muy respetable gran maestro de la antigua y honorable sociedad de los masones libres y aceptados, este texto está a él dedicado por el más humilde y obediente servidor de su señor. El autor.

La masonería según la Escritura

"Por lo tanto, el Señor, el Ser eterno, dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, piedra angular, escogida, sólidamente cimentada... Haré del derecho un cordel, y de la justicia un nivel" (Is. 28, 16-17).

Habiendo ordenado el edificio del universo en número, peso y medida, y habiendo echado los cimientos del mundo, Dios nuestro muy sabio maestro desplegó el cordel sobre sí, y, como dice Job, lo suspendió en el vacío por (medio) de una misteriosa geometría. Se convirtió así en la imagen sensible de la masonería divina, cuyo eterno plan, cuyo modelo arquetípico, era el objeto de su sabiduría y de su inmenso conocimiento antes de que el mundo fuera. Todo lo hizo gracias a su Hijo, que le era fiel en todos los asuntos de su Casa, y distribuyó a sus obreros y servidores sus tareas y sus pagas. Nada cumplió Dios sin trazado, sin modelo en su decreto oculto, que secretamente guarda al abrigo de las miradas humanas. Pues sus caminos son insondables; sus pasos son ignorados; ¿quién ha comprendido al Espíritu del Señor, o quién ha sido su consejero? Las huellas de su omnipotente providencia subsisten en el jardín de la noche; él mismo habita en una luz inaccesible; pasa a nuestro lado y no le vemos. El masón celestial es un excelente obrero; pero, ¿quién puede dar cuenta de la manera como engendra, de su nombre o del nombre de su Hijo? Él, cuyas primeras actuaciones tuvieron lugar hace tanto tiempo, es invisible como el camino de un águila en el aire, como la aguja de un reloj de sol (a mediodía), o como la revolución silenciosa de la gran rueda del mundo, hasta que él alcance el punto final en que el edificio deberá ser derribado, y su materia dispersada en la región del infinito.

En Heb., 11, 10, Dios es llamado el constructor de la ciudad y de sus fundaciones.

Se le describe ciñéndose él mismo de fuerza, apoyando un compás sobre la superficie del abismo, desplegando los cielos como un pabellón, y afirmando la tierra sobre sus pilares; fijando el número de las estrellas, llamándolas a todas por sus nombres; construyendo las cámaras del sur bajo la bóveda del firmamento; pesando las colinas y las montañas en los platillos de una balanza. Además, dice David, su secreto no es sino para aquellos que le temen; a ellos mostrará su pacto. Si obráis con rectitud, ¿no seréis aceptados? dice Dios. En cada nación, aquel que teme a Dios y obra rectamente es admitido por él. Pero, ¿puede un hombre hacer salir lo limpio de lo que está sucio? Nadie llega al ungido, al constructor de la Casa, si el Padre no le conduce hasta su enviado. Debe ser fiel a la obligación cristiana que ha prometido; debe observar las reglas particulares de la compañía y de la santa comunión, (vivir) en el amor fraterno, separado del mundo y sin conformarse a él. Debe edificarse a sí mismo y edificar a los demás como piedras vivientes, según el mandamiento de su maestro, en todo lo que es digno de elogio, y debe esperar a la Jerusalén de lo alto, cuyos muros son de piedras preciosas, y su pavimento de oro puro.

El Libro de Dios, su voluntad y sus obras son los modelos de la masonería sagrada. Está llena de sublimes misterios, no comunicados a todos. No todos toman parte en el Espíritu de Dios, sólo son hermanos de la santa liga aquellos que han (recibido) la adopción para poder decir Abba, Padre. No tengas miedo, pequeño rebaño, dice el ungido, yo te he escogido y (retirado) del mundo, que no me conoce a mí ni conoce al Padre; pero yo le conozco, y te lo he mostrado. ¿Puede darse a una compañía decreto más elevado y venerable que los emblemas y las imágenes de la comunión, que están colocados tan comprimidos en el volumen del Espíritu santo como las estrellas que centellean alegremente en la bóveda del cielo? Somos llamados el edificio de Dios, su obra, su templo, su morada, a la que ha prometido volver, y ha fijado su domicilio entre nosotros.

Caín no fue aceptado porque abatió a su hermano. Una lección para todos los hombres fieles y benévolos: construyó una ciudad que, al no estar hecha con justicia y virtud, no fue masonería; la moralidad y la piedad son tan esenciales a la ciudad como la arquitectura. Los constructores de Babel fueron dispersados, ya que no poseían ni los signos de la verdadera masonería ni el espíritu que la caracteriza. Nuestros padres antes del diluvio vivían en tiendas, imagen del tabernáculo de la ley y del deseo de nuestro Señor de erigir su tienda con nosotros en el Evangelio, y de conducirnos a su Casa sobre el monte Sión, construida en la roca eterna. La estructura de estas tiendas fue el primer punto exterior de la masonería sagrada en ser inventado. San Pablo, el gran doctor de las naciones, y de esta isla, como insinúa Clemente, era un fabricante de tiendas, tal como leemos en el libro de los Hechos. Dios es el Padre de las luces, el autor de todo bien y de todo don perfecto, y entre otros dones el de la masonería es un talento divino. Moisés dice de Betsael en Ex. 25 que Dios el Dios lo llenó de su Espíritu de sabiduría, de inteligencia, de conocimiento en toda clase de obras. Noé construyó el arca siguiendo las instrucciones del maestro celestial. Moisés hizo todo el exterior del edificio (guardando) la Ley según el modelo (mostrado) en la montaña. Y nosotros asentamos los mejores cimientos, lo más profundamente, en la humildad, ofreciendo nuestra habilidad a Dios y a su gloria; así, el alma construye con la mirada puesta en el cielo, sin (correr el riesgo) de la confusión de una segunda Babel.

¿Qué decir de los pilares de Seth, de la construcción de Babilonia por Nemrod, del templo, del trono, de la flota y de los palacios de Salomón, del complejo de Tamar en el desierto, cuyas asombrosas ruinas todavía subsisten, del templo de Diana en Éfeso, de las estatuas y las imágenes de Nabucodonosor y otros, de la reconstrucción del templo por Ciro y Herodes, de las galerías y los patios del palacio de Assuerus, que (el libro) de Esther describe ornado de columnas de mármol, y dotado de capas de oro y de láminas de alabastro incrustadas de esmeraldas? Todos estos ejemplos de esta sublime ciencia, y otros que (igualmente) se encuentran en los escritos inspirados, son una (fuente) continua de elogios para ella, y citarlos todos se convertiría en una fastidiosa repetición.

Permitidme más bien ilustrar y afinar el proyecto (de esta ciencia) profundizando en los ejemplos que ofrece la Escritura. Señaladas sociedades, formadas según los principios de la sabiduría, de la virtud y de la bondad, que no comunican enteramente su medio de unión, su misterio específico a nadie más que a sus miembros, son y han sido siempre una práctica de todos los tiempos y naciones. Dice Dios: he amado a Jacob, y a Esaú le he odiado, es decir: He aceptado y preferido a uno antes que a otro. De hecho, Dios hizo de la raza de Abraham una sociedad elegida, un pueblo particular que debería ser la regla de la masonería. David comprendió que no había actuado así con ningún otro pueblo, y que los paganos no tenían conocimiento de sus leyes. Estas últimas eran el secreto de la comunidad judía, y estaban asociadas en el culto judío a símbolos y a signos sensibles. Además, nadie, excepto el sumo sacerdote una vez al año, podía penetrar en el Santo de los santos; nadie más que él podía pronunciar el nombre de Dios, estatuir sobre los leprosos, probar las aguas de los celos, responder por los Urîm y los Toumîm, y cumplir otras funciones propias. Éstos son secretos (ignorados) por las naciones. ¿Hubo entre las naciones reyes que poseyeran estas leyes y esta inteligencia? Y la ley, el culto, el arca, eran signos exteriores del modo de unirse.

La primera comunicación de Dios al hombre fue una regla particular, asociada al signo del árbol del conocimiento del bien y del mal. Adán fue expulsado del jardín por haber roto su obligación; el arco iris fue para Noé y su posteridad un signo del nuevo pacto de Dios. La Ley y el Evangelio son pactos que incluyen obligaciones. Los signos (dados) a Abraham eran la circuncisión y la aparición de los mensajeros. Los patriarcas y sus familias formaban una sociedad separada del mundo y agradable a Dios, que poseía los signos de su palabra y un sacrificio no comunicado a los paganos, aunque imitado por ellos. La perfección de la Ley y la obra de santificación fueron hasta entonces en gran medida exactas.

Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y en particular en el dominio de la masonería. Él, Jacob y los demás tenían visiones y revelaciones, no acordadas al mundo, y sus prosélitos debían jurar su obligación antes de poder ser aceptados. Buscaban una ciudad permanente no hecha por mano de hombre, aunque el velo sobre el rostro de Moisés probaba que existían misterios que todavía no habían sido revelados. De esta tradición recibieron los paganos sus propia doctrina, reservada sólo a los iniciados. El Credo era antiguamente una palabra, una prueba entre dos cristianos destinada a permitir que se reconocieran en todo lugar. Se le llamó después un símbolo, un signo; otros signos eran las ceremonias exteriores.

Desde la antigüedad hasta este día no se permite a los catecúmenos penetrar enseguida en todo lo que concierne al cristianismo; hay todavía una doctrina oculta en las revelaciones, los profetas y otros libros, y la primera noción de los escritos apocalípticos no estaba, como tampoco está, indiferentemente abierta a todos.

En sus instrucciones, san Pablo establece una distinción entre la leche y el alimento sólido, así como hace una distinción entre los principios y la perfección. El ungido enseñaba mediante parábolas a un pequeño número (de discípulos). La Iglesia del ungido es una sociedad de masonería espiritual, escogida en el mundo, que se comunica con signos exteriores y que asiste a misterios. Ella tiene efectos discernibles con el ojo espiritual, no por el hombre natural. Se le llama casa, construcción; el ungido es la piedra angular, y los apóstoles los cimientos. Subsiste gracias a la edificación (de sus miembros), es el único edificio bien concebido, y éste es todo el trabajo de la vida cristiana que expresa el término de masonería. El ungido tenía muchas cosas que decir a sus discípulos, pero en su tiempo no podían entenderlas, y nosotros todavía miramos a través de un cristal opaco. Hay misterios en la Iglesia del ungido, el maestro masón que negó a los fariseos el signo que otorgó a los apóstoles. Sus instrucciones son excelentes, tanto en el plano de la moral como en el de la inteligencia de esta última. De muchos círculos trazados uno dentro de otro, el último es el más cercano al centro. Igualmente, la grandeza y la vida pública no son pruebas de beatitud, y el último puede ser el mayor en el reino de Dios. La firmeza del símbolo de la escuadra nos enseña que la verdadera sabiduría no debe ser quebrantada; y el nivel (nos enseña) que el corazón sigue siempre sus inclinaciones sin alcanzar un enderezamiento, que jamás es igual, y por ello no encontramos aquí abajo ni reposo completo ni satisfacción.

Una regla que intenta ser justa nos prohibe abandonar nuestra razón por nuestras pasiones, y (nos obliga) a conservar la regulación (ejercida) por el juicio. El corte de las rocas con el cincel nos enseña que el arte y la industria superarán las dificultades. Un ingenio hidráulico nos enseña que el pecado nos obliga a compensar nuestra labor con nuestras lágrimas. Una rueda que no mueve a ninguna otra a menos de ser ella misma movida nos muestra que nuestro propio corazón debería estar preparado ante los sentimientos que queremos inspirar, y que deberíamos amar a Dios para poder ser amados. Una pirámide nos muestra que deberíamos, aunque aparentemente fijados en el suelo, aspirar al cielo. Una columna nos muestra que los inferiores son el soporte de los superiores, un templo que estamos dedicados a la virtud y al honor. Un compás que traza un círculo de un solo trazo muestra que una acción puede tener consecuencias sin fin, tanto en el bien como en el mal. Y el hecho de que una columna invertida parezca más grande en su parte inferior nos enseña que el Espíritu (también reside) en la adversidad y en la muerte, que las aflicciones deberían animarnos, y que la pérdida de la vida (debería) recordarnos una gozosa resurrección.

Hay un principio vital emanado de Dios en esas piedras y esos minerales que son la materia primera de la masonería. Dios es todo en todos. Pero así como los ojos de los apóstoles estaban constreñidos a no poder reconocer a nuestro Señor en su cuerpo espiritual, sólo un pequeño número es capaz de discernir el fuego interior de la tierra cuando madura los frutos de este elemento, así como los minerales utilizados en la construcción y en la vida cotidiana, y que exhala constantemente un vapor que san Juan comparaba con la hoguera y el humo del infierno. Oremos para que la voluntad de Dios pueda realizarse sobre la tierra como en el cielo, que la energía y las potencias de la naturaleza puedan subsistir gracias a su presencia, con respecto a la cual David declara que nada podría disimularla. La sal de la tierra nutre a las piedras, como el maná alimentó a los israelitas en el desierto. De ahí viene que los adeptos nos enseñen que esta sal es llamada con el nombre de Dios, ‘eheyeh, Yo soy, que es el autor y la vida de esta sal, así como ésta lo es de otros seres. San Juan, cuya Revelación es el programa de la masonería espiritual, conocía la piedra blanca, y vio al Hijo de Dios ceñir alrededor de su pecho un cinturón de oro.

El número 3 aparece de manera señalada en el Libro de Dios para ilustrar la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu santo; (está) el cuerpo, el alma y el espíritu; el hebreo, el griego y el latín puestos encima de la cruz; Santo, santo, santo, dicen los serafines; (está) el día en que (Jesús) trabaja, aquel en que descansa y aquel en que volverá a trabajar; Job, Daniel y Noé, los tres profetas que se habrían salvado juntos; Eliphaz, Sophar y Bildad; Ananías, Azarías y Misaël, Shem, Ham y Japhet. También los tres hijos de Adán más conocidos, que eran Abel, Caín y Seth; están además los de Terah, de quienes hemos recibido las promesas, Haran, Nahor y Abram. En fin, tres ángeles aparecieron; tres joyas (adornadas) de piedras preciosas se hallaban sobre el pecho de Aarón; tres letras componen la raíz de cada palabra hebrea; tres veces al año los judíos debían acercarse a Jerusalén; tres días durante los cuales Jonás estuvo en la ballena, y el ungido en la tumba. Hay tres Juanes: el Bautista, el Evangelista, y Marcos, sin contar con que hay otros Marcos distintos a éste.

Por su parte, el número 7 era el del (día del) sabbat, cuando el Creador descansó de sus obras; 7 es el número del jubileo, del año de gracia; los siete ojos de Dios son mencionados, así como los siete brazos del candelabro del templo; está el libro de los siete sellos, y siete ángeles, los siete meses (de la construcción) del tabernáculo. El templo fue construido en siete años. La sabiduría séptuple y la providencia de Dios se muestran en sus acciones. La Pascua se celebra siete veces siete días antes (del don de) la Ley. Éste es un ejemplo de la presencia de los números más perfectos en la Biblia.

Jeremías recibió la orden de construir y de demoler. Fue para disuadir la impiedad, (el signo) del riesgo de que se construya para ver a otro habitar, o de que el Señor abandone el edificio a la desolación. Las piedras del muro gritaron contra la opresión y la injusticia. Es un estímulo al deber, y (el signo) de que la palabra de Dios es capaz de construirnos en derechura, y también (el signo) de que probará la obra de cada hombre mediante el fuego, para demostrar que no se puede poner cimiento distinto de aquel del cual él mismo es el fundamento, el ungido salvador. Es un aliento a la caridad, a que seamos edificados juntos para (convertirnos) en una morada de Dios en el Espíritu, y a que mantengamos firme la profesión de nuestra fe hasta que la piedra rechazada por los constructores se haya convertido en cabeza de ángulo. Es un estimulante para la obediencia (saber) que aquel que ha construido todas las cosas es Dios.

La palabra masón, que es una de las últimas palabras exotéricas (el nombre trascendente, el nombre sagrado, es menos conocido y no puede ser verdaderamente pronunciado más que por los iluminados) viene del francés maison, que significa casa. Somos la morada del ungido, dice el apóstol en Heb. 3, 6. El Señor construyó Jerusalén, dice David en el salmo 147, 2. Ha trazado un camino hacia ella. El ungido es el camino en Jn. 14, 6. Abre la puerta que introduce; el ungido es la puerta en Mt. 7, 13; y nos regala en su morada con su cuerpo y su sangre los frutos de la rectitud. No os enorgullezcáis, dice el ungido, de tener a Abram por Padre, pues Dios es capaz de hacer brotar hijos de Abram de estas piedras. El ungido es llamado por el apóstol el peñasco espiritual, y la conversión de nuestros corazones de piedra en corazones de carne es (el efecto) de su redención, que nos aporta para nuestro arrepentimiento. (Dice en) Jn. 14, 2: En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Morada viene de maneo, morar, que sugiere un objetivo a alcanzar cuando se es miembro de la logia celestial. Muchas iglesias y condiciones particulares son etapas en el camino que conduce a la casa que ningún terremoto puede destruir y que ninguna tempestad puede sumergir. Lo que era de su Padre también era suyo. Todo lo que posee el Padre me pertenece, dice el ungido; y es como si nuestros bienes también fueran suyos. En la esperanza de ello, los elegidos, aquellos que son aceptados, siempre se han lamentado: ¡Desgracia a mí, por residir en Mechek y habitar entre las tiendas de Kedar!

Por su parte, una temible representación de la logia celestial (Gen. 28, 16) arrancó a Jacob esta exclamación: Esto no es sino una casa de Dios, y es la puerta del cielo. ¡Álzate! dijo Dios, he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar (Ap. 3, 8). La Iglesia es la Casa de Dios, y está en todas partes. Job la encontró en la tierra, Ezequías en su lecho de muerte, Jeremías en su celda, Jonás en el mar, Daniel en la fosa, los tres niños en la hoguera ardiente, Pedro y Pablo en la prisión, el ladrón en la cruz. El cuerpo, llamado templo del Espíritu Santo, debe ser reconstruido en la resurrección en vistas a la adoración durante el reposo eterno. La Iglesia, la Casa de Dios, era antaño llamada, dice el Doctor Donne, el famoso deán de Saint-Paul, oratorio (porque se) pedían a la providencia divina las cosas necesarias. Pues vanos son nuestros esfuerzos sin su asistencia. A menos que el Señor construya la Casa, los obreros trabajarán en vano, dice David.

Y Mt. 21, 44: Aquel que caiga sobre esta piedra fracasará, y aquel sobre el cual caiga, ella le triturará. Aquel que ofenda al ungido, la piedra sobre la que se apoyó Jacob, será confundido. Y si en el juicio ella cae sobre el delincuente, su peso le aplastará más fuertemente a como la piedra de David (aplastó) la frente de Goliath, y le destruirá incluso más que la tumba.

Así como los lugares santos del templo de Diana fueron preservados, así nosotros somos un modelo de lo divino. Aunque los cielos de los cielos no puedan contenerle, se aloja en un corazón contrito. David rezó para tener un frenillo sobre el umbral de sus labios. El hombre interior es el lugar santo, el coro, y las bellas cualidades son sus tesoros y sus ornamentos. El santo de los santos es la conciencia arrepentida, en la que la fe y la caridad son dos querubines que recubren la misericordia de las sillas. Aquí está el oráculo divino, el Dios de quien dan testimonio nuestros espíritus que son sus hijos. Sólo el gran sacerdote, el salvador, puede entrar aquí y contentarnos.

Aquí se encuentra el arca de la Ley, el maná del perdón y de la consolación, el candelabro dorado del entendimiento iluminado, los panes de la rememoración, el velo de la rectitud, con el que el salvador oculta nuestros defectos; las columnas, los utensilios, las decoraciones, son la verdad y la justicia, ornamentos de un espíritu bien dispuesto, que son de gran valor ante los ojos de Dios.

Las elevaciones de este género a partir de la Escritura son infinitas. No hay un aspecto de la masonería, desde el porche hasta las murallas, del umbral y del dintel asperjado contra el mal mensajero, hasta la cámara elevada donde los apóstoles se reúnen; no hay un instrumento, desde el hacha que Eliseo ordenó recuperar hasta la plomada del profeta, ni una figura, desde la línea hasta el círculo de los cielos, que no estén santificados por una mención expresada en la lengua de Canaan. Y la referencia a la totalidad de este sistema, en cualquier sociedad, está autorizada por los muchos paralelos (que se encuentran) en la tribuna sagrada de la Escritura.

Pero en el momento de la consumación de todas las cosas, la ciudad de nuestro Dios tiene doce puertas para que los elegidos penetren por el este, por el oeste, por el norte y por el sur, a fin de residir en el reino de Dios. La puerta estrecha es el pasaje a lo que se llama belleza, por el cual entraremos en el corazón (al son de) la alabanza.

Es así que David prefería ser guardián del umbral antes que habitar en las tiendas de la perversidad. La condición para poder pasar esta puerta es creer en el salvador; los dos (senderos ascendentes) laterales son la paciencia y la inocencia; el techo es la caridad. Permaneced firmes en la fe, dice san Pablo. De aquí viene que la Iglesia tienda a que la fe sea llamada pilar y fundamento de la verdad. La entrada de este jardín está guardada por la espada flamígera de la justicia divina. El muro (del recinto) no puede ser medido más que por la caña del ángel. Es un secreto para la razón humana. Por siempre está en la cumbre de las colinas eternas. Aquellos que las frecuentan son justos y perfectos.

Ser, en virtud de la obligación cristiana, miembros libres de esta ciudad consiste, como Agustín decía de Roma, en exaltar la arcilla como si fuera mármol, y en revestirnos de nuestra Casa de lo alto, que en los cielos es eterna.

Logroño acogerá en julio del 2006 un congreso nacional sobre la masonería en la época de Sagasta

Logroño acogerá en julio del 2006 un simposio sobre la masonería en la época de Sagasta. El Centro de Estudios Históricos sobre la Masonería Española del profesor Juan Antonio Ferrer Benimelli y la Fundación Sagasta ultiman los detalles.
C. SOMALO./LOGROÑO

Cuenta Abilio Jorge Torres (Logroño, 1957, profesor del instituto Hermanos D'Elhuyar), que la masonería en La Rioja nace en 1869 con la Revolución Gloriosa y la aparición de la primera logia en Logroño, la Respetable Logia Capitular Veronesa (¿berones?).

La libertad de asociación propicia el florecimiento de la masonería. Manuel Ruiz Zorrilla, líder de los liberales y presidente de Gobierno, fue nombrado Gran Maestre del Gran Oriente Español. Y con el gran prócer riojano, Práxedes Mateo Sagasta, jefe de los liberales, presidente de Gobierno y Gran Maestre del Gran Oriente de España, se desarrolla de forma estable.

De aquella logia inicial surgió la llamada 'Siempre Viva', fruto de una escisión, que convive con otras llamadas Diamante, Unión Ibérica y El Éter.

En Haro se funda la logia Atenas en 1880 gracias a una figura destacada de la mosonería en La Rioja, Casimiro Rufino Ruiz, secretario de la logia 'Siempre Viva', de Logroño, que hubo de trasladarse a Haro por motivos de trabajo.

Calahorra tuvo también una pequeña logia, Luz, organizada en torno al Hospital militar y con sólo dos años de vida.

Ex miembros de la logia Unión Ibérica, de Logroño, crean la Victoria, de Cenicero, en torno al entonces jefe de la estación de ferrocarril, Santos López de Silanes.

Un caso especialmente curioso y singular es el del triángulo Alvar Fáñez, integrado por un solo miembro, boticario a la sazón, residente en Ausejo y Matute.

La crisis del 98 propicia una etapa de decaimiento y vuelve a resurgir con la Segunda República, en 1933. Sólo funciona el triángulo Zurbano, en Logroño, sin que haya constancia de otras logias en el resto de la entonces provincia del mismo nombre.

La vida de las logias riojanas es paralela a la evolución política de la masonería nacional. La Veronesa, El Eter y el triángulo Alvar Fáñez tienen un marcado carácter progresista propio del GODE (Gran Oriente de España). Otras logias como Siempre Viva, Luz, Unión Ibérica, Atenas y Victoria adscritas al GONE (Gran Oriente Nacional de España), fueron menos progresistas. De Siempre Viva se produjo una escisión en 1882 para fundar Diamante, dependiente del GOLU (Gran Oriente Lusitano Unido). Y cuando hubo intentos de reunificación, de las dos últimas se fundó Unión Ibérica. Las sucesivas crisis de los Grandes Orientes provocaron escisiones y la creación de otros nuevos. Del GONE surge el GOI (Gran Oriente Ibérico) que auspició la logia Victoria, de Cenicero. En la Segunda República, el GOE fue el que tuteló el triángulo Zurbano, de Logroño.

Profesionales liberales (una cuarta parte), empresarios (una quinta), empleados de todo tipo y condición pero más el sector especializado, comerciantes, militares y propietarios integraron el espectro social de la masonería riojana. En buena parte, según el mismo estudio, clases medias y medias altas, grupos dinámicos social y economicamente, con escasa presencia del mundo rural.

Sin embargo, no puede obviarse la presencia de personas de otras provincias, al menos en el origen y formación.

Personajes importantes en el desarrollo de la masonería en La Rioja, según el autor, fueron Casimiro Rufino Pérez, Donato Gómez Trevijano, Francisco Fuentes, Antonio Herreros Cerdán, Saturnino Martínez, Pedro Zala, Rafael Joaquín, Rufino Mateo Garcia, Francisco Victoriano, Manuel Cemboraín, los hermanos Ortoneda, Liborio Cárcamo Pérez, Santos López de Silanes y otros.

La masonería de La Rioja tuvo una ideología variopinta. La Veronesa, liberal progresista; más conservadores los de la Siempre Viva; republicanos y socialistas los de Diamante y El Eter, y anticlericales los de Victoria. En el triángulo de Zurbano había desde miembros de Acción Republicana, de Izquierda Republicana, Radical Socialista, del Partido Socialista, y del Partido Liberal, etc.

Los masones riojanos no fueron muchos, ni tuvieron la importancia ni el peso social o político que desarrollaron en otras regiones.

Pese a todo, hasta su desaparición en 1936, los masones desarrollaron diversas actividades encomendadas por los Grandes Orientes y otras propias de las logias: banquetes solsticiales, tenidas, y todo lo vinculado con la organización interna. Pero, también, asuntos sociales, benéficos y filantrópicos, ayudas a viudas, la promoción cultural y educativa y hasta hubo intentos de crear un hospital de sangre.

La Guerra Civil y la posterior represión sobre los integrantes de la célebre conspiración judeomasónica condujo a muchos de ellos a prisión; a otros, al exilio y algunos murieron fusilados.

Y todo ello gracias a una delación de un antiguo miembro del triángulo Zurbano.

Los ritos y la liturgia

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.
A mi Madre Resp.·.Log.·. “ILUSTRE AMERICANO Nº 150”

S.·. F.·. U.·.

Por el Q:. H:. Ernesto Márquez Marín, Or:. de Antimano, Venezuela

El trabajo que presento y está a vuestra consideración, lo he titulado: "LOS RITOS Y LA LITURGIA".

LOS RITOS: Cuando se habla de rituales, automáticamente asociamos esta palabra con el aspecto religioso. Sin embargo, este conjunto de costumbres siempre han acompañado al ser humano en todas las etapas de su vida. Independiente de la religión; se siguen rituales al nacer, al crecer, al levantarnos por la mañana, al terminar el día, al relacionarnos con nuestra familia y la sociedad, y hasta en el momento de la muerte. En una fiesta de cumpleaños cuando llevan el pastel a la mesa, con las velas encendidas, todos cantamos espontáneamente, "El Cumpleaños Feliz". Todos saben las palabras y la melodía y todos los invitados cantan juntos. Antes de un partido de fútbol, nos paramos y cantamos el Himno Nacional. Cuando nos presentan a otra persona por primera vez extendimos la mano; con un amigo de corazón ofrecemos un abrazo. En una reunión de los Niños Exploradores (Boy Scout) o del Concilio de la Ciudad con Niños Exploradores presentes, nos paramos para la presentación de la bandera y la recitación de la Promesa de Fidelidad. Cuando nos gusta un discurso, presentación o canción, aplaudimos. ¡Si nos gusta mucho, aplaudimos mucho! Estos son ritos muy conocidos. No los aprendemos de libros, los aprendemos al hacerlos. Comprendemos su sentido porque las acciones se explican por sí mismas. Los ritos permiten que las reuniones de grupos de personas, sean de dos o tres, o de dos o tres mil o de dos o trescientos miles de personas actúen de manera mutuamente reconocible. Aprendemos los ritos al repetirlos y nos dirigen a actuar juntos para propósitos determinados: una fiesta de cumpleaños, un entierro, una boda, una competición atlética, una celebración civil, una cena pública o la celebración de la Eucaristía en la Iglesia Católica. Creencias, rituales y preceptos de carácter moral, en estrecha relación como aspectos de una misma realidad, están en el meollo de toda religión. Las creencias pertenecen al ámbito del pensamiento y en muchas culturas en función de ellas se ha desarrollado la propia visión del mundo. Los rituales -de adoración, petición, sacrificios y ofrecimientos a los seres divinos-, son acciones que se practican en determinados tiempos y lugares. Los preceptos o mandamientos se dirigen a establecer un orden moral y asimismo a normar los actos rituales. Los rituales, aunque también ostentan estructuras y ordenamientos que deben aprenderse y atenderse, rebasan lo meramente conceptual y constituyen manifestaciones de la religiosidad. Las formas más íntimas de esas manifestaciones pueden identificarse en los actos personales de oración, sacrificio y adoración practicados en el hogar o en otros lugares, incluyendo las escuelas y los templos. Desprovistos en general tales actos de solemnidad, muchos de ellos se producen de acuerdo con ciertas normas y en determinados momentos. Como ejemplo pueden aducirse las oraciones y ofrecimientos que en el seno de la familia se hacen al levantarse, al tomar los alimentos y al acostarse. Los nuevos rituales son tan antiguos como el mundo, pues contienen el esoterismo magia del viejo Egipto de los faraones, tantrismo oculto en el fondo mismo del arca de la ciencia, magismo cristico trascendental, divinal. En vano los profanos y profanadores intentaran burlarse de los dioses santos, en realidad esas deidades no solamente gobernaron al mundo en tiempos más felices, sino que además se expresan litúrgicamente para bien de nuestros neófitos en esta hora crucial de crisis mundial y banca rota de todos los principios éticos. Cuando la humanidad abandono el culto a los dioses santos cayo en el materialismo grosero de esta espantosa era. Nosotros los masones, nos adelantamos en el tiempo invocando a esos seres inefables durante los trabajos litúrgicos mágicos esotéricos, que tan indispensables son para nuestra superación espiritual. Incuestionablemente los guardianes de la esfinge elemental del desierto, nos vigilan en estos momentos, cuando con tanto amor hemos condensado la sabiduría de los antiguos tiempos ritualizando. Cada ritual es una catedral para la conciencia; que se explica a través del lenguaje alegórico, simbólico y místico en liturgia. El sistema ritualistico en el fondo es didáctico y dialéctico; se trata de una didáctica trascendental que se fundamenta siempre en la lógica superior, esta ultima en si misma es desconocida por los secuaces de la lógica formal. Sin embargo en forma enfática afirmaremos que la lógica superior trasciende de los meros formulismos intelectivos de la lógica formal y de la lógica dialéctica, quedando estas ultimas, reducidas en ultimo instante a vana palabrería insustancial de charla ambigua. Así pues los rituales poseen fundamentos logísticos trascendentales, que incuestionablemente vienen a dar paso a los fundamentos psicológicos ritualisticos. Es claro que mediante el ritual, los átomos de altísimo voltaje descienden del mundo del logo solar para acumularse en el pan y en el vino de la transubstanciación. Los devotos al comer el pan y beber el vino, llevan a su organismo tales átomos de extraordinario esplendor. Los rituales, son un conjunto de textos que guardan concordancias armoniosas, entre la palabra del oficiante y las combinaciones de letras o vocales, que producen sonidos o vibraciones, que atraen corrientes bioelectromagnéticas, para estimular o impactar las células, moléculas, átomos de los participantes al culto, y que en definitiva, los comunica de un mundo inferior a mundos superiores de conciencia. En los rituales transmutamos las energías que circulan por todo nuestro organismo, sublimándolas hasta el cerebro y corazón. Los Ritos nos auxilian, nos instruyen, nos iluminan y así marchamos hacia la autorrealización intima del ser. Cuando ritualizamos y vocalizamos los mantrams secretos, se hace presente todo el poder de la naturaleza divina, y aparece la ayuda del poder sagrado para sublimar la energía hasta el cerebro y corazón, esta es la seminización del cuerpo del alma y del espíritu. Los rituales con sus invocaciones mántricas son una poderosa ayuda en el trabajo de la transformación del ser humano. Aprendemos cómo participar en las ceremonias masónicas al hacer las acciones vez tras vez. Los ritos nos dan señales direccionales para celebrar estas ceremonias juntos como el pueblo del G.·.A.·.D.·.U.·.

Los Ritos para nuestra Institución Masónica, se encuentran en los Rituales de Grado, conformes al ordenamiento legal vigente y aprobación del Congreso Masónico Venezolano. Indudablemente al G.·.A.·.D.·.U.·. se le encuentra en la liturgia, en el camino místico litúrgico, en la vía angosta estrecha y difícil que con tanto énfasis indicara siempre la liturgia. LA LITURGIA: La liturgia es vida, y la vida no es para definirse, sino para experimentarse. La liturgia, antes de ser una ciencia, fue una vivencia de la comunidad, un intercambio de vida entre el Creador y su pueblo. La palabra LITURGIA viene de un vocablo GRIEGO (leitourgia) originalmente el término indicaba la obra, la acción o la iniciativa tomada libre y personalmente por una persona privada (individuo o familia) en favor del pueblo, del barrio, de la ciudad o del Estado. Los griegos llamaban liturgia a la obra que un grupo o una persona hace en beneficio del pueblo, sea periódica o extraordinaria (como liberar esclavos, prestar un servicio público, hacer un favor comunitario, etc.). Estas obras son parte esencial de la democracia e indicaba también las funciones públicas en el campo político y técnico: servicio militar, ocupación de esclavos, agricultura, etc. Los análisis de la FORMA y del FONDO de la liturgia constituyen lo que se llama LA LITURGICA. Esta misma no es capaz, por sí misma de agotar el sentido completo de la Liturgia. Porque la Liturgia moviliza todas las facultades del hombre, tanto psicosomáticas como espirituales, y porque la Liturgia no se agota en las Rúbricas, ni en su Teología, éstos son solamente medios del ejercicio y llegan a ser Liturgia en la medida en que son realizados oportunamente por aquello y por aquellos a los cuales han sido instituidos. Se trata de una obra espiritual: relación entre el Creador y el hombre, la Liturgia es un punto de convergencia entre dos teologías, la "especulativa" y la "mística". Entre el Absoluto que se revela condescendiendo y la criatura que se ilumina Elevándose. En la Biblia, versión de los LXX, en el antiguo testamento, la palabra liturgia designa en su mayoría el culto externo que los sacerdotes y levitas ofrecen en el templo, sobre todo los sacrificios (Ex 27,19; 28,35.43; Nm 4,3; 31,33.39; 1Cro 23-28) en oposición al culto espiritual que pedían los profetas. Por tanto, la liturgia es una función pública y solemne realizada por quienes están revestidos de poder. En la traducción Griega del Antiguo Testamento (AT) llamada de los LXX, Liturgia indicaba siempre, sin excepción, el servicio religioso hecho por los Levitas a Yahvé, primero en la TIENDA y luego en el TEMPLO DE JERUSALEN. Era un culto público, distinto del privado, a éste en la traducción de los LXX se refería principalmente con los términos de LATRIA o DULIA. La Liturgia es ante todo MISTERIO y ORACION, es decir VIDA TEANTROPICA y OPERACION SACRAMENTAL. El objeto de la Liturgia es poner en práctica el misterio revelado del G.·.A.·.D.·.U.·.

El modo OPERATIVO de la Liturgia es concretamente aquel que consiste en PARTICIPAR EN EL MISTERIO. La liturgia le recibe y le confiesa en sus diversos aspectos. Ella pide que el Misterio se realice para cada uno de los Miembros de la asamblea de la acción litúrgica, para el conjunto de la logia masónica y para el Universo. Ella conmemora, contempla y reactualiza las etapas de la revelación. Ella bendice y santifica a los hombres y a las cosas, al espacio y al tiempo. Ella proclama la Palabra Divina, hace aparecer la enseñanza; medita ésta y exhorta a los participantes a cumplir con los preceptos. Ella se une a la alabanza y a la oración de los Seres incorporales, une el cielo y la tierra haciendo descender aquél y subir a ésta; exorciza los demonios. Ella une al G.·.A.·.D.·.U.·. y al hombre. La Liturgia es por tanto MISTERICA POR NATURALEZA, cuyos componentes esenciales son: · La existencia de un acontecimiento primordial de Purificación. · La presencia del mismo acontecimiento por medio de un rito. · Gracias a su presencia ritual cada hombre en cada tiempo actúa como propio el acontecimiento primordial de Purificación. La liturgia es la acción ritual de la obra del G.·.A.·.D.·.U.·., o sea, es la presencia, bajo el velo de los símbolos y simbología masónica. En ella los signos sensibles significan y realizan la perfección del hombre y su mundo suprafisico. Los ritos simbólicos son lo que para el G.·.A.·.D.·.U.·. era su humanidad, ahora con la mediación del rito se le comunica, para que se asocie a Él, a toda la comunidad masónica. Resumiendo y buscando una definición de Liturgia, y luego de haber comprendido lo anteriormente expuesto, podemos decir: "La Liturgia es una acción sagrada a través de la cual, con un rito, en la Logia Masónica y mediante la celebración de ceremonias, se ejerce y continúa la obra del G.·.A.·.D.·.U.·., es decir, la búsqueda de la perfección de los hombres, para la gloria del Gran Arquitecto". Asumiendo todo lo anterior podemos decir que FORMAR LITURGICAMENTE nunca es entendido sólo como un conjunto de conocimientos sobre la liturgia, sino que afecta también a la espiritualidad de los iniciados y a su participación en la vida. La Liturgia es acción porque se presencializa y actualiza el Misterio. Todo acto litúrgico es acción simbólica.

En él se RE-PRESENTA (actuación donde se tiene que saber actuar, drama, arte que se aprende) el hecho de iluminación, purificación, intercomunión, perdón y paz, De allí que el ACTOR o SUJETO visible de la Liturgia es la Logia, aunque jerárquicamente constituida, es la forma exterior y sensible del culto, es decir el conjunto de ceremonias y ritos. Es un Misterio, acción ritual de la obra redentora del G.·.A.·.D.·.U.·. presente y operante en los símbolos. Podemos sacar algunas conclusiones sobre “liturgia”: · Primera: el carácter comunitario de la liturgia. La liturgia es una acción y función de todo el pueblo del G.·.A.·.D.·.U.·. · Segunda: su carácter de acción: La liturgia pertenece al orden del hacer. · Tercera: la liturgia tiene un carácter sagrado, por consiguiente, siempre pueden descubrirse nuevas dimensiones. · Cuarta: su dinamismo. No es algo estático, sino acomodado a los tiempos y problemas teológicos y pastorales, y cada vez más profundizado. Vamos a concluir diciendo que: · La liturgia es acción, supone salir de la pasividad, con creatividad y movimiento, exige actuación de los actores. · La acción litúrgica tiene carácter simbólico-ritual; es decir, el sistema expresivo debe impactar y hablar por sí mismo sin necesidad de explicaciones verbales. · Tiene una estructura sacramental, es decir, una parte visible y otra invisible. Los contenidos invisibles que nos llegan a través de la celebración son: nuestra participación en el culto, y, por tanto, la realización de un momento más en la Historia de la Salvación. Por tanto el único medio para comprender verdaderamente la liturgia es tomar personalmente, parte en esa acción con el conjunto de todos nuestros QQ.·. HH.·., vivirla, ser liturgo, es decir ejercer el ministerio del culto. La acción Litúrgica es la de toda la asamblea que representa al pueblo del G.·.A.·.D.·.U.·, en las dimensiones de su estructura jerárquica. Recordemos que todo masón es iniciado y ungido por la ceremonia de iniciación a la dignidad de miembro de la "comunidad masónica" y una de cuyas funciones principales es precisamente la acción Litúrgica. RELACIÓN ENTRE RITUALES Y LITURGIA Los ritos son esenciales para la Liturgia. La liturgia siempre implica una obra, algo hecho y experimentado. Los ritos son la acción repetida en señales. Rito es lo que HACEMOS al celebrar una ceremonia. No es lo mismo hablar de rituales que de liturgia. La liturgia es la manifestación pública de la fe de una comunidad en algo que cree, a través de determinadas acciones o actividades. Pero cuando se vive de "labios para afuera", sin conocerla plenamente, interiorizarla, asimilarla, sentirla ni apreciarla, se convierte en un ritual. Los rituales son cuestiones mecánicas con algunos simbolismos, pero sin ningún contenido ni influencia en la vida de las personas que los practican. Quiero terminar este trabajo proclamando, lo siguiente: " Volquemos nuestras miradas sobre nuestras celebraciones, busquemos dos o tres caminos para sostener lo ya alcanzado y busquemos juntos también dos o tres caminos que hay que ir empezando a transitar para poder lograr una celebración litúrgica como se ha profundizado en este trabajo, entendiendo finalmente por liturgia, el trabajo de corazón que nos envuelve en su totalidad y donde debemos preguntarnos... ¿Que es lo que mas disfrutamos de ella? ".

La Plancha Trazada de Primer Grado

Por el M:.R:.H:. León Zeldis

La Masonería imparte sus enseñanzas morales y esotéricas principalmente a través de símbolos y alegorías, ya sean materiales, como son la decoración del Templo masónico, las joyas e insignias usadas por oficiales y hermanos, y las herramientas de cada grado, sean escritos, como ser los textos de los distintos rituales y leyendas masónicas, sea finalmente la enseñanza muda contenida en las normas de conducta que debe seguir un Masón dentro y fuera, de Templo.

En el campo del simbolismo gráfico, lo que se llama iconografía masónica, la Plancha Trazada o Plancha de Dibujo, ocupa un importante lugar en las Logias que trabajan con rituales ingleses (Emulación, York, Bristol, etc.), incluyendo las Logias bajo la obediencia de la Gran Logia de Israel.

Los orígenes de estas Planchas Trazadas se remontan a la época en que las Logias realizaban sus reuniones no en edificios propios, sino en lugares públicos, como posadas o albergues.

Era habitual entonces que un hermano experimentado, generalmente el Guardatemplo o Retejador, dibujara un diseño en el piso de la habitación donde iba a celebrarse la tenida, para servir de ayuda memoria en el curso de la ceremonia, y para servir de base en la instrucción masónica de los hermanos.

Existen pruebas documentarias de esta práctica desde comienzos del siglo 17, pero indudablemente ella data de épocas muy anteriores.

Del dibujo en el piso, ejecutado con tiza y carbón, que era borrado posteriormente a la tenida, se pasó al uso, más conveniente, de una tela pintada, que se extendía en el piso de la Logia durante la tenida.

Telas de este tipo todavía existen en Inglaterra.

Algo parecido se usa hasta hoy en las Logias que trabajan en el Rito Schroeder.

Este procedimiento nos explica la tradición de "cuadrar la Logia" (Squaring the Lodge"), es decir, caminar en líneas y ángulos rectos alrededor del altar, sin cruzar en diagonal, evitando en esta forma pisar el dibujo o tela pintada desplegada sobre el piso.

Finalmente, se llegó a la creación de cuadros, pintados sobre tela o madera, representando los símbolos esotéricos de cada grado.

Algunos cuadros, de mayor tamaño, se exhibían montados sobre un caballete (trestle, en inglés) de donde proviene la designación inglesa de "Trestle Board".

Existe una enorme variedad de estos cuadros, algunos en uso desde hace cien años y más, pero en la época contemporánea, por razones económicas, la reproducción de los cuadros se ha comercializado, estandardizando los diseños.

Los más populares en la actualidad posiblemente sean los creados por el Hno. John Harris (falleció en 1872).

Cada grado simbólico tiene su cuadro distintivo, y nosotros, por supuesto, nos limitaremos a estudiar la iconografía del cuadro correspondiente al Grado de Aprendiz.

Comencemos por aclarar que el cuadro, o Plancha Trazada, representa también la Logia o Taller, y en muchos textos es conocido por ese nombre.

Es decir, cuando leemos que el Retejador "trazaba la Logia", debemos entender que ejecutaba un diseño de la Plancha Trazada.

Dentro de las imágenes que aparecen en la Plancha Trazada, y que representan la totalidad de la Logia, se halla también la representación de la Plancha Trazada ella misma.

Este tipo de imagen recursiva, muy estimada por Escher y por los pintores surrealistas, nos sugiere el reflejo repetido hasta el infinito de los espejos paralelos, trayendo a colación la Cámara de Reflexiones, y en general todos los símbolos del infinito, como la serpiente que se come su propia cola (llamada Ouroboros).

En ese dibujo de la Plancha dentro de la Plancha, figura a veces un pequeño plano, que simboliza el Templo del Rey Salomón.

Los hermanos interesados en profundizar sus conocimientos sobre la historia de la Plancha Trazada, y estudiar numerosas ilustraciones de diversos diseños, pueden consultar los artículos de Hno. E.H. Dring sobre la evolución y desarrollo de la Plancha Trazada ("The Evolution and Development of the Tracing or Lodge Board", Ars Quatuor Coronatorum Vol.29 (1916) pág.243 et seq., y pág.275 et seq.).

La forma de la Logia (o Taller) es rectangular, sus dimensiones son: de largo, de Este a Oeste: de ancho, de Norte a Sur; de profundidad, desde la superficie hasta el centro de la tierra (algunas fuentes dicen: basta el nadir), y su altura llega hasta el cenit del cielo.

Estas vastas dimensiones, de hecho ilimitadas, aluden a la universalidad de la Masonería, y a la fraternidad sin límites que debe imperar entre los hermanos.

El eje de la Logia está orientado hacia el Oriente.

La explicación tradicional, es que todos los edificios dedicados al culto están orientados en esta forma, comenzando con el Tabernáculo erigido por Moisés en el desierto, continuando con el Templo del Rey Salomón y siguiendo basta las iglesias y basílicas cristianas.

Debemos recordar que el Oriente, el lugar del horizonte donde nace el sol cada día, fue considerado un lugar sagrado desde la más remota antigüedad.

Los monumentos de piedra prehistóricos, como Stonehenge en Inglaterra, presentan una orientación hacia el Este.

La palabra misma "orientado" significa de cara al Este.

Quien está desorientado, es porque ha perdido su Oriente, es decir, su sentido de la dirección.

Durante milenios, hasta la invención de la brújula magnética, la dirección más importante y significativa era la del Este, el nacimiento del sol.

En muchos mapas antiguos, se representa la tierra con el Este hacia arriba, es decir, como si el observador estuviera de cara al oriente, También en hebreo, uno de los idiomas más antiguos de la tierra, la palabra "Kedem" significa tanto Oriente como "hacia adelante", estando relacionada con palabras tales como" kadima" y "kidma" (adelante y progreso). Por otra parte, la misma palabra expresa la idea de extrema antigüedad, como en la expresión "adam kadmón" (el hombre primitivo). El paraíso terrestre, asimismo, estaba ubicado al Este, y en todos los tiempos las tradiciones indican que la sabiduría terrena tiene su origen en el Oriente.

La Logia descansa sobre tres columnas, llamadas sabiduría, Fuerza y Belleza, representadas en el Taller por el V:.M:., Primer V:. y Segundo V:. Cada uno de ellos tiene, además, una pequeña columna a su lado, para recordar estas cualidades. La sabiduría dirige nuestras acciones, la fuerza nos da sustento en momentos de peligro y de dificultad, y la belleza adorna nuestras vidas y nuestras almas. Hay quienes identifican la belleza con la armonía, lo que permite ampliar el concepto para abarcar todas las relaciones del individuo con la sociedad. Las tres columnas están hechas en los tres estilos de la arquitectura griega clásica: Dórico, Jónico y Corintio, y representan también a los tres principales personajes de las leyendas masónicas: el Rey Salomón, Hiram Rey de Tiro, y Hiram-Abif. En términos más generales, las tres columnas simbolizan al principio ternario en todas sus expresiones. El número tres, como es sabido, tiene especial importancia para los Aprendices.

El techo de la Logia representa una bóveda celeste multicolor, tachonada de estrellas. Generalmente, siete estrellas sirven de símbolo para todas las demás, recordando también los siete hermanos indispensables para que una Logia pueda trabajar en forma regular (Siete hacen la Logia perfecta). Además, la Logia cuenta con la iluminación del Sol y la Luna, las grandes luminarias del día y la noche, que nos recuerdan que los masones debemos trabajar sin tregua, día y noche (esa también es la explicación para las horas de trabajo de las Logias simbólicas).

Al cielo tachonado de estrellas se sube por una escala con muchos peldaños, apoyada sobre el V:. de la S:. L:., que llamamos la escala de Jacobo. Los peldaños simbolizan las distintas virtudes, y tres de ellas son especialmente importantes: las llamadas virtudes teologales, a saber, Fe, Esperanza y Caridad. Una explicación es que la fe en el G:. A:.D:.U:. nos da la esperanza de alcanzar la redención y la salvación mediante la práctica de la caridad.

La escala descansa sobre el V:. de la S:. L:., que a su vez reposa el altar. Esto nos recuerda la narración bíblica del sueño de Jacobo. Jacobo se duerme usando una piedra como almohada y sueña que ve una escala que se eleva de la tierra hasta el cielo, donde hay ángeles subiendo y bajando. Cuando se despierta, Jacobo es presa del temor, y decide que se encuentra en un lugar santo, que es la puerta del cielo. Usa la misma piedra que le sirviera de almohada, y la erige en altar. El altar, por lo tanto, es esa misma piedra de donde partía la escala que soñó Jacobo en su cabeza, y así lo representa nuestra plancha.

Las virtudes son tradicionalmente representadas por figuras femeninas: La Fe es una mujer sosteniendo una cruz, o una copa (el santo grial), o un corazón. La Esperanza sujeta un ancla, y la Caridad está rodeada de pequeños. Este Simbolismo, de la escala de Jacobo, es bastante posterior a los demás símbolos masónicos que aparecen en la plancha, y su uso data de fines del siglo 18 o comienzos del 19.

Por su parte, la escala, como símbolo, es de gran antigüedad, Y ha indicado siempre el nexo entre la tierra y el cielo, así como una representación del ascenso espiritual del hombre en búsqueda de la perfección. La escala está relacionada también con el símbolo o arquetipo del árbol, el eje del mundo, y la gran cadena de la existencia. Estando íntimamente ligada a la idea de redención o perfeccionamiento del ser, la escala también está relacionada con la iniciación (en el Asno de Oro, por ejemplo, el iniciado debe subir por una escala), y esto explica su empleo en el Primer Grado.

La cúspide de la escala llega al empíreo, velado a los ojos profanos por las nubes de la ignorancia. En el famoso grabado de Durero, "La melancolía", aparece una escala apoyada en un edificio, cuyo extremo no se ve, es decir, se pierde de vista. Se ha explicado este punto como una alusión de Durero a la escala de Jacobo, con todo su simbolismo.

Dentro de la Logia, existen luces (grandes y pequeñas), joyas (móviles e inmóviles), y herramientas, todo lo cual se halla representado en la Plancha.

Las tres grandes luces de la Francmasonería son el V:. de la S:. L:., la Escuadra y el Compás. El V:. de la S:. L:. puede ser el Tanaj (Antiguo Testamento), la Biblia, el Corán o cualquier otro libro sagrado para los Masones que integran la Logia.

Las tres pequeñas luces son el reflejo de las anteriores, y ya las hemos mencionado: Sabiduría, Fuerza y Belleza. Siendo estos los atributos de los tres oficiales principales de la logia, ellos mismos reciben el apelativo de "Luces":

Las tres joyas móviles son la Escuadra, el Nivel Y la Perpendicular. Se llaman así porque son las joyas distintivas del V:.M:. y los dos VVig:., quienes las llevan sobre sus personas mientras cumplen sus funciones, y las transmiten a otros hermanos al terminar su periodo. Las tres joyas inmóviles son la Plancha Trazada, la Piedra Bruta y la Piedra Cúbica (o Piedra Tallada), que reposan cada una en su lugar dentro del Taller.

En algunas Grandes Logias, especialmente en los Estados Unidos, estos nombres se usan trastocados. Las joyas de los tres principales oficiales de la Logia son inmóviles, porque los oficiales se sientan en lugares fijos dentro del Templo, mientras que las otras se llaman móviles, porque se pueden ubicar en distintos puntos dentro de la logia, sin que tengan un lugar fijo.

Las herramientas del Aprendiz son el Mazo, el Cincel y la Regla de 24pulgadas, o Regla Graduada. Su explicación aparece en el ritual de iniciación.

La Logia tiene además tres ornamentos: la Orla Dentada, la Estrella Flamígera, y el Piso Mosaico. La Orla Dentada es una cuerda anudada alrededor de las cuatro paredes de la Logia, simbolizando la gran cadena universal de la fraternidad. El piso Mosaico, hecho de cuadro negros y blancos alternados, nos recuerda todas las oposiciones y dualidades de la vida material, luz y sombra, bien y mal, pasado y futuro, a las que hay que sobreponerse para subir más alto. La Estrella Flamígera se halla en el centro geométrico de la Logia y desde allá irradia su acción. Estos tres símbolos aluden también a lastres dimensiones y los tres infinitos de las matemáticas superiores: la línea (la Orla Dentada), la superficie (el Piso Mosaico) y el espacio (la Estrella Flamígera en el centro del espacio de la Logia). En cada Logia hay marcado un círculo con un punto en su centro, dentro del cual ningún Masón podrá errar. Al Norte y al Surde este círculo se hallan dos rectas paralelas, simbolizando a los dos grandes Santos Juanes: el Bautista y el Evangelista (relacionados con los dos Solsticios), o bien el profeta Moisés y el Rey Salomón. En su parte superior, el círculo toca al V:. de la S:. L:. Por lo tanto, al recorrer este círculo, el Hermano debe necesariamente tocar a las dos paralelas y a la luminaria máxima de la Orden. Ya hemos mencionado la relación entre círculo e infinito, como asimismo las paralelas - que jamás se tocan - son otro símbolo del infinito.

En una esquina de la plancha aparece un aparato llamado Lewis o Lewison, empleado para izar piedras pesadas. El artefacto mismo está compuesto por tres piezas de hierro ensambladas entre sí. La palabra Lewis significa "fuerza" , y se aplica igualmente al apretón de manos del Masón, y al hijo de un Hermano, posiblemente por el significado de Lewison (hijo de Lewis). En francés la palabra fué evidentemente confundida fonéticamente o transliterada a Louveteau, y en castellano usamos la traducción del francés, vale decir Lobezno o Lobato. La forma del artefacto en el uso, con su soporte, es la de una pirámide triangular. La pirámide simboliza el universo y la estabilidad. Sus cuatro vértices combinados con las tres aristas de cada cara nos dan la combinación de los tres números fundamentales del esoterismo: el tres, el cuatro y el siete. El Tres simboliza el espíritu, el fuego; el Cuatro representa la materia, los cuatro elementos, y el Siete, la conjunción de ambos, es la Creación en su totalidad.

La pirámide de base cuadrada, como las pirámides de Egipto y México, tiene 8 artistas y 5 vértices. En los grabados masónicos antiguos, la piedra cúbica remata en una punta, es decir, es un cubo coronado por una pirámide de base cuadrada. En total, tiene 4 veces cuatro aristas, o sea 16, cuya raíz numérica es 7, y 9 vértices. Es así una combinación de la segunda potencia del 3 y la cuarta potencia del 2.

Alrededor de la Plancha observamos la Orla Dentada, y de sus vértices penden cuatro borlas, representando las cuatro virtudes cardinales: Fortaleza, Temperancia, Prudencia, y Justicia. La Justicia es el resultado de la Fortaleza temperada por la Prudencia.

jueves, enero 27, 2005

Joya de George Washington

Esta es una reproducción de la joya diseñada y producida para ser usada por George Washington en su instalación como primer Gran Maestro de la Gran Logia de Virginia en 1778. Estando al comando del ejército él declinó el cargo. La joya fue usada por el Gobernador Juan Blair, quien fue el primer Gran Maestro. Aunque no es sabido con certeza, se cree que la joya fue creada por el Q:.H:.Paul Revere. Mide aproximadamente 3-1/2 por 3" pulgadas de alto. Este es el motivo de la joya y de sus 220 años de historia. Más detalles en en el Monumento Masonico Nacional George Washington en Washington, D.C..U.S.A.
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La Piedra sin Desbastar y la Piedra Puntiaguda

En el cuadro de uno de los Grados, pueden verse dos símbolos de los diferentes estadios alcanzados por la materia prima al inicio de los trabajos y en el momento de la conclusión. A la izquierda una Piedra negra y sin desbastar, a la derecha la misma Piedra pulida y convertida en un cubo puntiagudo.

En el cuadro de otro Grado, aparece otra imagen intermedia, la de la Piedra cúbica que examinaremos en su momento, estado intermedio entre las dos que acabamos de nombrar. En algunas Logias y en determinados Ritos Masónicos, la Piedra puntiaguda figura con un hacha insertada en su cúspide; el carácter sideral y uranio del hacha implicaba en este caso que para alcanzar esta fase de perfeccionamiento, el Masón debía recurrir a una fuerza y un poder situados por encima de él y de su personalidad común.

Así pues, el Grado de Maestro era un Grado de perfección y de apertura hacia lo Absoluto. La Piedra puntiaguda en ocasiones se representaba como una pirámide, en otras como un monolito de estilo egipcio constituido esquemáticamente por un paralelogramo coronado por una pirámide. También se le representaba sobre el plano como un cuadrado al que se le superponía un triángulo equilátero.

Al “cuaternario inferior” –síntesis de fuego, tierra, agua y aire- surgido de la unión de las cuatro escuadras de brazos iguales (el “gammadion”), representante del mundo material, se le superponía el “delta luminoso”, símbolo del mundo espiritual y de las calidades superiores, que llegó hasta la Masonería por un complicado camino que pasaba a través de la simbólica católica, la cual hizo de él “el ojo que todo lo ve”, representación del mismo Dios Padre. En ocasiones el simbolismo de un trabajo espiritual venía representado en una clave diferente, adaptado a las características de la casta a la que pretendía ejemplificar. Así pues, el símbolo artúrico de la extracción de la espada de una Piedra, entraña la separación de un principio superior representado por el mango y la guarda de la espada, de la Piedra, representada por el cuadrado de los cuatro elementos.

La Piedra puntiaguda era, finalmente, para otro sector del mundo tradicional, la representación de la Piedra Filosofal de los alquimistas, otro símbolo del máximo grado de perfección. Lo que para los constructores y Masones era la Piedra en bruto, para los alquimistas era la materia prima. En cualquiera de las dos concepciones se consideraba que el objetivo a perseguir estaba contenido en la materia a emplear. La Piedra Filosofal no estaba fuera de la materia a través de la que se alcanzaba, y la perfección de una estatura estaba ya contenida en la multiplicidad de las formas posibles residentes en el interior de un bloque de Piedra recién extraído de la cantera.

La Piedra sin desbastar y la materia prima, eran símbolos de la perfección originaria, de la misma forma que la culminación de los trabajos en la Piedra puntiaguda era interpretada también como límite de perfección; un curioso símbolo coincidente con lo que decimos es el del cono tallado y situado sobre un pedestal cúbico.

El símbolo que se le otorga es el de un principio masculino –el cono- descansando sobre la Piedra femenina; unidos así representan, como la Piedra puntiaguda, al andrógino que fue en los orígenes y que vuelve a ser en la culminación final del trabajo sobre la materia prima. La Piedra en bruto indica la situación del cosmos anterior a la Creación, es, por tanto, símbolo de caos, indiferenciación y pasividad. En ese magma entran distintos estados de la materia, no debemos reducirlo ni confundirlo con el mundo material que conocemos; en absoluto, lo que se indica con esto es que cuerpo, alma y espíritu están mezclados caóticamente, de tal forma que no puede haber inicio de los trabajos sin practicar lo que la alquimia llama “el arte de la separatoria”, es decir, la identificación y extracción de cada uno de estos elementos de los demás. No siempre se realiza, no siempre el hombre es consciente de cuál es la materia sobre la que debe trabajar –sobre sí mismo- y así se producen fenómenos interiores que reproducen perfectamente los distintos tratamientos que puede darse a la materia.

Si el artesano golpea indiscriminadamente a la piedra, sin orden ni concierto, descuidadamente, no conseguirá sino disgregarla en pequeños trozos, símbolo hermoso de una vida desperdiciada y vana; si, por el contrario, logra acometer la tarea de desbastar su piedra con cuidado y aceptando el hecho de su ignorancia y de su necesidad de aprender, es posible, que poco a poco vaya dotando a la piedra de forma: su ser se irá manifestando; tal es el símbolo. Los minerales, tal como salen de la mina están muertos, es tarea del artesano o del hermetista, revitalizarlos. Cuando el artista golpea con el Cincel la Piedra y saltan chispas debe aprender por este signo que resta aun en el mineral el principio latente del fuego gracias al cual, avivándolo, puede recuperar el estado de pureza original. Esta visión del universo probablemente chocará con el escepticismo de la ciencia para la que las nociones de vida corresponden solo al mundo orgánico y en absoluto al mineral; pero es sin embargo una visión mítica y mágica del mundo que, no solo ayuda a explicarlo, sino que además es utilizada como vehículo de realización interior.

Es muy importante entender que cuando el hermetista o el hombre tradicional hablan de la “vida de la piedra” se refieren a una vida no orgánica, aluden a su calidad, a sus vibraciones, identifican en la Piedra, en cada mineral, pero también en cada planta y en cada especie animal, en cada estrella y constelación, un aspecto de todo ello que sintoniza más perfectamente con su propia vida. El oro pasa a ser así, por una ley de correspondencias símbolo del sol, del corazón, del centro del universo, de la realización espiritual; la Piedra, lo es de los distintos estados de evolución del ser.

¡Tiempo maravilloso aquel en el que toda realidad era un símbolo y cualquier símbolo podría expresarse a través de una realidad material!

sábado, enero 22, 2005

Darío filósofo y masón

Norma Valle

Los poemas y la obra de Rubén Darío tienen una dimensión ocultista esotérica ligada a la masonería y a la filosofía, según expuso anoche el catedrático de la Universidad de Arizona, Alberto Acereda.

“Por su angustia en Cantos de Vida y Esperanza; ese asociego hacia la muerte, Darío era filósofo y por el simbolismo ocultista que se presenta en algunos poemas como La pluma, se refleja la masonería”, dijo Acereda.

El catedrático añadió que Darío fue iniciado en Managua como masón en 1908 y explicó que la masonería es un movimiento de fraternidad universal que se ha ligado a una sociedad secreta anticatólica.

“Él (Darío) habla del gran arquitecto del universo, esto tiene una serie de símbolos masonicos”, manifestó Acereda.

La exposición que mantuvo a la expectativa a los escritores e intelectuales, también resaltó el desarrollo de la poesía de Darío desde una perspectiva filosófica. “Sobre todo desde la agonía de su poesía, el tormento existencial que sufrió en la vida y que la da a conocer en el poema Lo fatal”, expresó Acereda.

La conferencia fue auspiciada por la Embajada de España, el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica y la Academia Nicaragüense de la Lengua, en el marco de celebración del Ciclo Dariano.

Nuestro Templo Esotérico

La Masonería es una escuela de autorrealización y un medio de servir al mundo, irradia un espíritu filosófico-moral y lleva impreso un sello de antigüedad remota, lo cual le aseguró el respeto y la veneración de casi todos los pueblos de la tierra.

Proclama la existencia de un principio creador el G.·. A.·. D.·. U.·., el amor a la humanidad y la fraternidad universal, basado en principios fundamentales de tolerancia mutua, respeto a si mismo y a los demás, y libertad absoluta de pensamiento y conciencia, y se ha constituido en fuente de energía y luz sobre los seres de la tierra.

Posee un ritual y toda una simbología universal de expresión y de enseñanza, y bajo un velo metafísico se perpetua y se encuentra el significado del filosófico de la Institución, y a través de la Iniciación se educa y canalizan las aptitudes y condiciones morales del hombre, acrecienta sus fuerzas, y da valor, uniéndolos por el secreto del juramento de principios inmutables.

Adoptó desde su origen las fórmulas iniciadoras de los tres grados simbólicos establecidos por Zaratustra para la recepción de los Magos, y la iniciación será siempre una de las claves de la Bóveda del templo.

Y si los hipócritas y los avaros se han introducido en el Templo, si hay renegados violando un juramento sagrado se debe a conductas humanas solamente.

Así como en los misterios de la antigüedad, al igual que hoy día, la Iniciación Masónica alude a la influencia de los cuerpos celestes sobre la tierra y las purificaciones del alma de quien se inicia.

El V.·.M.·. representa la Sabiduría el ler.·.Vig.·. el orden el 2do.·.Vig.·. la Belleza, que en este caso en particular es la docencia que se imparte, como la actividad mas bella de todo lo que ocurre en los trabajos Logiales.

Por eso la vida del H.·. es como un libro abierto, a semejanza del libro sagrado abierto sobre el altar, para recibir las luces que habitan el templo y distribuir a nuestro alrededor energía de paz, equilibrio , pureza y sensatez.

Tenemos que tener presente que cuando nos reunimos en el Templo Mas.·. habrá un intercambio interior muy intenso con Inteligencias del Universo, debemos preparamos en términos de pureza y equilibrio personal, para recibir la presencia del G.·.A.·.D.·.U.·. y será el lugar donde el hombre se encuentra y se relaciona con su propio origen, o sea con el Uno.

La personalidad queda fuera y entramos como almas, y así seremos columnas de conciencia, de luz, todos iguales, sin nombre, sin fama, ni status, sin identidad objetiva, pues la clave de los Misterios se encuentran en el aspecto operativo y cuando está en ángulo recto, los misterios se revelan solos y para ello debemos también respetar las cuatro herramientas cardinales básicas:

SILENCIO , al practicar el ritual se genera energía y no debemos hablar de ello, pues donde hay ruido no sucede nada, y dejemos que nuestros actos hablen, se debe evitar publicar las acciones buenas y positivas de los HH.·. para la sociedad.

Con el silencio facilitamos el descenso de Inteligencias sutiles (a través del Centro Coronario) y así realizar el trabajo de Inteligencias Superiores en este mundo objetivo.

SECRETO , así evitamos diluir la energía captada, y a ese efecto, tomemos como ejemplo a grandes iniciados como Moisés, Pitágoras e inclusive Jesús, el Cristo (que pertenecía a la Log. Asiria), porque no es necesario que nadie sepa que era H.·.M.·. .

La Masonería es uno de los siete caminos hacia la Luz, y siempre habrá maestros ascendidos en planos más elevados como el H.·.M.·. Rackozi o Conde de Saint Germain, que trabajan por la Mas. en planos esotéricos (que se realiza en nuestro templo interior) para que podemos actuar en círculos esotéricos que son las acciones en la vida cotidiana.

SERVICIO al saber utilizar los recursos de los H.·.H.·. de todo el planeta en beneficio de los carentes, ser fraternos con todas las unidades de vida,: seres humanos, reino animal y vegetal (e inclusive mineral).

Y cuando llevemos a cabo considerables actos de buena voluntad, se irá produciendo un crecimiento vertical y se nos revelarán muchas cosas dentro de nuestro templo, pero tengamos presente que cuando sirvamos a los demás no debemos descuidar tampoco a los más próximos, a nuestra propia familia.

Nuestra actividad en el mundo externo es la que decide si somos H.·.M:, si actuamos en el ángulo recto y conforme esta actuación recibiremos la energía invocada en el templo, "El Ojo que lo ve" que está en el Oriente, es el que observa nuestra conducta y nuestra actuación. Porque así estaríamos cancelando cualquier deuda que tengamos pendientes con el pasado, y al generar causas buenas originaremos indefectiblemente efectos buenos, pues como dijera el Gran Maestro Buda : "La vida de cada hombre es el resultado de su vivir anterior; las pasadas injusticias traen pena y dolor, así como la rectitud vivida anteriormente nos traen hoy día felicidad".

SENCILLEZ O SIMPLICIDAD, pues teniendo esa condición se puede realizar el trabajo sagrado sin ser molestado.

Y así como el templo se puede construir en cualquier habitación sin importar la forma pero con su orientación de Oriente a Occidente, sucede también con los H.M, lo importante es su orientación y para reconocer al Maestro M.·. no es necesario insignias ni condecoraciones, sino esas vibraciones de luz que emana de su alma.

No debemos ansiar los poderes ni premios de este mundo, sino la Gracia de ser mejores, y si no hacemos buen uso de esta responsabilidad que nos brindan, más nos valdría no haber recibido nada , porque debemos realizar una mayor rendición de cuentas de nuestros actos.

El Ritual Mas.·. es una imitación del funcionamiento de las energías de Universo y por ende es absorber ese flujo de energía en nuestro ser.

El Ritual correctamente realizado capacita la acción inteligente y da claridad a la mente y una de sus cualidades básicas es la sistematización, es la forma sagrada única y definida de realización de la tenida de abrir y cerrar el trabajos, igualmente el giro al conducirse dentro del templo es siempre hacia la derecha y no hacia la izquierda, a manera simbólica del funcionamiento de las inteligencias en el Universo, y las posiciones de sus oficiales es también simbólica porque marchan de acuerdo a las posiciones de las Luces Universales.

Además reiteramos que se adquiere una fuerza magnética tremenda y esa energía del Templo se transmite silenciosamente al mundo exterior, al círculo familiar, social, profesional y siempre será una vibración de inspiración de quienes nos rodean, de ahí también la importancia de la ubicación geográfica estratégica de un templo para imantar positivamente a la comunidad.

Como manifestara un ascendido M.·.M: . Pakistaní llamado Kumar, "los grandes creadores de la Mas.·. simbolizaron en el Ritual los conocimientos de la cosmogénesis y también representa el drama de la antropogénesis, y la realización se efectúa de treinta y tres maneras, relacionando simbólicamente con las treinta y tres vértebras de la columna vertebral del ser humano, conducto de la energía que tenemos que algún día cada H.·.M.·. elevará desde el coxis hasta la glándula coronaría.".

El ritual sagrado está dividido en luces de tres tiempos:

1. La apertura que realiza la luz creadora, es decir el uno convirtiéndose en los muchos, y esa luz se refleja en el cuerpo de los HH.·. que trabajan en el templo y su demostración es la voluntad personal.

2. La tenida en el Templo, realizada por la luz preservadora y que se refleja en nosotros en el instinto de conservación personal.

3 . La clausura del templo, que la lleva a cabo la luz reproductora, que también se refleja en el cuerpo físico como la facultad de concluir alguna actividad iniciada.

Y toda esta energía espiritual acopiada debe anclarse compartiendo el pan entre los HH.·., así como lo hiciera Jesús, rompiendo con la mano en trozos, el pan y distribuyéndolo entre sus discípulos.

Este hecho de anclar las energías invocadas es la concepción original de las fiestas masónicas, la cual debemos equilibrar para no terminar en excesos de gula y de alcohol, lo cual tampoco es virtuoso, pues bien pudiéramos invertir ese dinero en beneficio de personas más necesitadas.

La Escuadra y el Compás

Hasta aquí hemos visto símbolos que solamente los miembros de las Logias y unos pocos interesados conocen; pero si hubiera que preguntar cuál es el símbolo más universalmente extendido y que mejor expresa el origen filosófico de la Masonería y sus ideales, éste sería sin duda el de la Escuadra y el Compás. No se trata tanto de una dualidad opuesta como complementaria y, en cualquier caso, que permite la realización de tareas que competen a dos estructuras completamente diferentes y contradictorias: el cuadrado y el círculo. Si ignorásemos cualquier otro instrumento propio de las Logias, bastaría con conocer el cometido de la Escuadra y del Compás para reconstruir a partir de ellos toda la filosofía Masónica.

Hasta tal punto son importantes, que nos ayudan a comprender por qué son 33 los Grados de la Masonería y puede decirse que, sin estos dos instrumentos, no sólo sería incomprensible el simbolismo de las Logias, sino que ni siquiera hubieran sido alzadas nuestras más hermosas catedrales. Una muestra de la ineficacia de los modernos sistemas de enseñanza radica en que tanto la Escuadra como el Compás son útiles que acompañan a todo escolar desde sus primeros años de aprendizaje, y sin embargo, ningún plan de enseñanza registra una reflexión sobre las cualidades de los instrumentos que durante años el niño deberá utilizar en su aprendizaje. Pero la disociación que hoy existe entre un instrumento y las enseñanzas morales que nos pueda aportar, era desconocida en otro tiempo, de tal forma que no se concibió instrumento que permaneciera al margen de un contenido didáctico, referido no solo a la tarea específica para la que había sido concebido, sino fundamentalmente a una disciplina ética y moral.

Fijémonos solo un instante, porque nunca más lo olvidaremos, cómo estos dos símbolos de la Escuadra y el Compás nos sugieren, en su simplicidad, las tres situaciones posibles en el terreno espiritual. Siendo la Escuadra el instrumento a través del cual se delimita y trazan las formas posibles del mundo material, cuadrados, rectángulos, líneas rectas, el Compás, por el contrario, delimita un círculo tenido como imagen de lo Absoluto, de aquello que tiene principio y fin en sí mismo. Así pues, la Escuadra simboliza la tierra, el Compás el cielo. Cuando veamos a la primera superpuesta al Compás esto nos indicará una situación de dominio de la materia; si , por el contrario, Escuadra y Compás se muestran entrelazados, tal situación nos advertirá sobre el equilibrio de fuerzas entre el mundo material y el mundo espiritual. Y si, finalmente es el Compás el que se superpone a la Escuadra, quedará claro el dominio espiritual.

Escuadra y Compás, por su amplitud simbólica, son, en sí mismos, libros mudos, no es raro que sean equiparados en las Logias al Libro Sagrado, la Biblia, y que los tres constituyan las “Tres Grandes Luces” que deben iluminar la senda del miembro de la Orden. La función de la Escuadra es medir magnitudes del mundo material, mientras que el Compás mide ángulos; el primero supone una aproximación al mundo de la cantidad, el segundo al de la calidad y la esencia. Por esto mismo y como veremos en otra parte, el cuadrado que puede trazarse con la Escuadra es el símbolo del mundo material y el círculo que surge del manejo del Compás, lo es del espiritual, siendo el instrumento que corresponde al Supremo Hacedor de Dios, al Gran Arquitecto del Universo.

En las Logias, el Compás muestra generalmente dos angulaciones: abierto a 90° indica el ángulo que no se puede superar, el límite de la manifestación y, por esto mismo, el equilibrio entre sus dos brazos; abierto a la mitad, sus 45° sugieren equilibrio entre fuerzas antitéticas, situadas de manera dinámica y constructiva. Así precisamente puede verse un Compás manejado por la musa Urania en la cúspide de la Casa Xifré de Barcelona, acompañando a Saturno-Cronos. Puede verse a la musa embarazada como asimilación a Balkis, amante de Hiram que, tras abandonarlo y resultar muerto, quedó embarazada de él; episodio simbólico por el que los Masones aceptan gustosos el nombre de “hijos de la Viuda”. Esta asociación de Urania con Saturno nos permite afirmar que en la cosmología Masónica, el Compás es, al mismo tiempo, el emblema de la Geometría y la Astronomía, mide las angulaciones de la tierra y del cielo y permite insertarse en los secretos de ambos mundos. No es raro, por lo mismo, que originariamente Saturno fuera una divinidad agraria y que su relación con el Compás estuviera motivada por la necesidad de roturar y medir las tierras. En manos de Urania significa el escrutar el Cosmos desvelando su influencia en las acciones de los hombres. Es significativo a este respecto que en astrología la cuadratura – distancia de 90° entre dos planetas – sea considerada como un aspecto muy negativo, pero lo es solo en tanto que esta angulación es la propia e inamovible de la Escuadra.

Toda la movilidad del Compás es fijeza en la Escuadra. Así hay que entender la joya que la representa colgando del cuello del Venerable Maestro de la Logia. Su voluntad no puede ser otra, más que la de hacer cumplir las Constituciones y los Estatutos de la Orden. Es libre solo para eso; pero para acceder a ese noble rango debe necesariamente hacerse acreedor del otro atributo derivado de la Escuadra: la rectitud que lo debe caracterizar por encima de cualquier otra virtud; no deberá ceder a la debilidad, tendrá la rigidez propia de quien quiere imponerse sobre la materia y aspira a ser perfecto y la perfección se mide por el grado de identificación con lo establecido en las Constituciones.

Estos dos instrumentos son esquemáticamente idénticos a las letras griegas gamma ( G ) y lambda ( l ). Las cuatro gammas forman una svástica completa, por eso en Masonería uno de los símbolos más habitualmente utilizados es la letra G inserta dentro de una estrella. La G corresponde a la gamma y de la misma forma que la geometría –cuya inicial es precisamente la G- es la quinta ciencia en la enumeración de las artes liberales, la quinta esencia del mundo manifestado y simbolizado por las cuatro gammas que forman la svástica es, así mismo, la estrella de cinco puntas.

Por lo demás, desde el punto de vista numerológico, el valor de la gamma es 3 y el de la lambda 30, su suma, la suma de la escuadra y el compás, es 33, como el número de Grados de la Masonería, como la edad de Cristo, como los 33 peldaños que componen la escalinata del parque de Güell, como el número que puede obtenerse en infinitud de combinaciones sumando las cantidades que figuran en el cuadrado mágico del Pórtico de la Pasión en la Sagrada Familia.

"El Ancla": Detalles y Simbologia Masónica

El primer lugar que el iniciado ve "El Ancla" en Masonería es en el Tablero de Trazo o Tablero Trazado del Primer Grado (Aprendiz).

Es allí y entre distintas figuras donde el Aprendiz Francmasón puede observar y comenzar a descubrir en su mente el mensaje que nos presenta nuestra Orden.

Las herramientas que vemos en el Tablero Trazado, nos indica que en el primer grado debemos utilizar esos elementos para tallar nuestra piedra, y que dicho trabajo debemos hacerlo bien, porque dentro de nuestro ser tenemos alguien que nos vigila y es nuestro "Maestro", que no es nadie mas que nuestra propia conciencia que nos irá diciendo y llamando al orden si algo no hacemos en la forma correcta.

Para interpretar el simbolismo es posible que nuestra mente visualice "El Ancla" en la proa de un barco y comience a pensar los fines que tiene o por qué lo llevan las embarcaciones.

Descubierta su simbología, el iniciado en Masonería deberá comenzar en su persona el proceso de ponerlo en práctica en su vida Masónica.

Nuestro I.P. y Q:.H:.Alberto Gallatin Mackey (e.e.o.e.) nos dice que: "El Ancla" es un símbolo de "esperanza" y que aparentemente no ha existido en el simbolismo antiguo o clásico.

La Esperanza fue representada entre los antiguos, en la forma de una mujer erguida teniendo parte de su vestimenta en su mano izquierda y en su mano derecha una copa o taza con la forma de una flor.

"El Ancla", como emblema de esperanza, tiene un aparente origen cristiano de firmeza, esperanza y paciencia, y se cree que veían la vida como un viaje tempestuoso y estaban alegres cuando llegaban a buen puerto". "El Ancla" era para ellos un símbolo de esas sensaciones y fue encontrado en las tumbas de las catacumbas de Roma.

La idea de utilizar su simbología fue probablemente debido a las palabras de San Pablo (Heb.v.19) "...tengamos un ancla segura en el alma para mantenernos firmes en nuestros propósitos." y que de allí fue tomado el ancla como "símbolo masonico".

Mackey nos dice que el ancla se encontró en muchas tumbas que fueron talladas por hermanos del fallecido como una expresión de confianza de que, quien había muerto "alcanzó el cielo del descanso eterno"
(Kip, Catacombs of Rome, página 112).

Existe también la versión que hay una conexión entre un ancla y una nave, y por lo tanto, la simbología sería que "el ancla es el símbolo de seguridad y esperanza de buen viaje para llegar a buen puerto al final de la vida". El barco o nave lo deberíamos considerar en Masonería como que cada uno de nosotros tiene en su interior "su arca de Noé" y que podríamos flotar en medio del diluvio y estar seguros de alcanzar la meta aunque las circunstancias nos hubieran abrumado.

Esta simbología fue introducida en Masonería, ante el carácter universal que nuestra Orden requirió de cada uno de nosotros en declarar que teníamos nuestra Fe bien fundada en un Ser Superior (G.A.D.U.) en la ceremonia de Iniciación.

Con el pensamiento emblemático de ese "arca divina que el Masón lleva en su ser interior, que le permitirá estar tranquilo en todo mar tempestuoso aunque encuentre apuros e incertidumbres contando con ese ancla de seguridad que es su Fe, que le sujete y mantenga con firmeza en el puerto de la paz de su conciencia, y que cesen las preocupaciones y el agotamiento que produce la incertidumbre del viaje que nos espera y debemos hacer al Oriente Eterno... a ese mas allá de nuestro Ser, conocimiento y comprensión".

Por ello en Masonería, las enseñanzas están relacionadas a mejorar nuestras actitudes, comportamiento y mejor vida, y para que estemos preparados para afrontar con total confianza ese paso que debemos hacer hacia un desconocido estado en nuestro viaje a la eternidad.

Interpretemos El Ancla como un emblema que nos sugiere mantenernos en aguas tranquilas, estabilizados en una "esperanza bien fundada", de una vida bien llevada, y vivida con dignidad, honor y amor. Llevemos ese arca divina que albergamos en nuestra conciencia, con total seguridad en todos los mares que navegamos en la vida aunque encontremos olas bravas, tempestad e incertidumbre.

El ancla que vemos en la Luz que se eleva desde el Ara en el tablero de trazo o trazado, nos indica que debemos estar firmes y tener seguridad en nuestro trabajo y desarrollar cada vez mas nuestros principios y valores, en una ruta pacífica y segura de nuestras convicciones en el acercamiento a la virtud, actuando siempre siguiendo y respetando los valores y cuanto nos brinda el Libro Sagrado de nuestra Fe sobre el que hemos hecho nuestro Juramento Masónico.

Washington Bible

The Washington Bible is one of United States' Freemasonry's most treasured possessions. It is difficult in the modern age to convey the sense of genuine affection the citizens of the newly formed country held for the man who became their first president. Prior to the time of his election, those who held control of government did so by might and/or heredity. Washington was unique in that he ruled with the consent of the governed. This sea change (which, in today's language we might refer to as a paradigm shift) was huge. Washington had served the colonies as the leader in the Revolutionary War but rather than grabbing the reigns of power as so many other military conquerors had done, simply returned to his home to lead a quiet life. His humility marked him as the appropriate choice for the leadership of the fledgling nation and when word arrived at Mount Vernon that he had been chosen for this position, he simply followed the call of 'duty' and proceeded the very next day to New York where he would become 'President'.

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sábado, enero 15, 2005

HOMBRES DE LUZ

Jordi Casellas 4º
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Todos nosotros tenemos un trabajo personal que consiste en usar nuestras habilidades, cualidades, sensaciones y emociones que son en definitiva nuestras herramientas. Somos “Hombres de Luz” potencialmente, para ir creando a través de nuestro trabajo y ejemplo una Sociedad Fraternal…

Existe una sabiduría humana básica ancestral que puede ayudarnos a resolver nuestros problemas. Esta sabiduría no es propia de ninguna cultura o religión determinada, es más bien una suma de muchas culturas y muchos momentos a lo largo de la Historia.

“Hombre de Luz” o persona valiente se ha manifestado a lo largo de la Historia, por ejemplo el ideal de “Samurai” representaba igualmente una tradición de sabiduría o persona valerosa.. El rey Arturo es un ejemplo legendario en la tradición occidental además de los grandes reyes bíblicos como el rey David, son ejemplos de Hombres de Luz de la tradición judeocristiana. En nuestro planeta ha habido muchos ejemplos de este espíritu.

La clave del camino del Hombre de Luz es no tener miedo de ser quienes somos, en definitiva es la definición de la valentía: no tenerse miedo a sí mismo . Esta visión es lo opuesto al egoísmo.

Debemos tratar de ver cómo nos podemos ayudar. Esto no significa de ninguna manera abandonar nuestro entorno más próximo…se puede empezar por la familia y los amigos y las personas que nos rodean. Es más, se ha de empezar por uno mismo. Lo importante es darse cuenta de que jamás se deja de estar de servicio.

Descubrir la bondad fundamental no es una experiencia particularmente religiosa, más bien es la comprensión de que podemos experimentar directamente la realidad y trabajar con ella.

Experimentar la bondad fundamental en nuestra vida nos hace sentir que somos personas inteligentes y rectas y que el mundo no es una amenaza. El potencial humano de inteligencia y dignidad armoniza con la vivencia del brillo de un radiante cielo azul, del frescor de los campos en primavera y la belleza de los árboles y las montañas. Tenemos un vínculo afectivo con la realidad, que es capaz de despertarnos y hacernos sentir que somos básica y fundamentalmente buenos.

La visión del Hombre de Luz es conectarse con su capacidad de despertar y reconocer que esa bondad es algo que puede acontecernos y mas aún que es algo que ya está aconteciendo. Como seres humanos estamos básicamente despiertos y podemos entender la realidad. No estamos esclavizados por nuestras vidas; somos libres. Ser libre en este caso significa simplemente que tenemos un cuerpo y una mente, y que podemos elevarnos e inspirarnos con el fin de trabajar en la realidad con dignidad y humor. Si empezamos a cobrar ánimos, encontraremos que el universo entero y la Naturaleza también cooperan poderosamente con nosotros.

Si servimos al mundo, además de nuestro esfuerzo podemos ayudar a construir una sociedad fraternal. En vez de presentar alguna fantasía utópica referente a lo que podría ser para nosotros la sociedad, tenemos que emprender el viaje hacia nosotros mismos. No podemos limitarnos simplemente a especular o teorizar sobre nuestro destino. A cada uno de nosotros individualmente, nos corresponde buscar el sentido de nuestra vida

La bondad fundamental es buena porque es incondicional, esta ahí, de siempre, de la misma manera que el cielo y la tierra están ahí siempre. Es la situación natural que hemos heredado desde nuestro nacimiento.

La majestad de conectar con nosotros mismos como un rey sentado en su trono, nos revela la dignidad que se da cuando permanecemos tranquilos en un estado de simplicidad. Llegar a sentir ternura hacia nosotros mismos nos permite ver con precisión tanto nuestros problemas como nuestras potencialidades. Tenemos que aceptar nuestra responsabilidad personal por la edificación de nuestra vida.

La práctica de la meditación consiste simplemente en entrenar nuestro estado de ser para que mente y cuerpo puedan estar sincronizados. El ejercicio de la meditación nos ayuda a aprender a actuar sin engaño ni fraude, a ser totalmente auténticos y a estar totalmente vivos.

El miedo y la intrepidez

Reconocer el miedo no es causa de depresión ni de desánimo. Porque poseemos el miedo, también potencialmente tenemos derecho a la vivencia de la intrepidez. La verdadera intrepidez no consiste en reducir el miedo, sino en trascenderlo.

Empezamos a trascender el miedo cuando lo examinamos: nerviosismo, angustia, preocupación, etc. Si profundizamos, lo primero que encontramos por debajo del nerviosismo es tristeza. Cuando nos relajamos y aceptamos nuestro miedo, nos encontramos con la tristeza que es tranquila y dulce. La tristeza nos hiere en el corazón y el cuerpo responde con una lágrima. Cuando nuestros ojos están a punto de deshacerse en lluvia o en una cascada, nos sentimos tristes y solos. Es el primer asomo de la intrepidez y la primera señal de un auténtico espíritu de Hombre de Luz . Cuando la sensibilidad evoluciona en esta dirección, uno puede verdaderamente apreciar el mundo que le rodea.

Uno es tan sensible y está tan abierto que no puede dejar de percibir lo que sucede a su alrededor. No tener dudas es confiar en el corazón, confiar en sí mismo. Cuando la mente y el cuerpo están sincronizados, a uno ya no le quedan dudas. Este proceso tiene dos etapas, a las que podríamos llamar el mirar y el ver. También podríamos hablar del escuchar y oír, o de tocar y luego sentir. No podemos no mirar; es nuestro mundo, es nuestra fiesta. Todos sabemos como es sentir directamente las cosas.

La emoción intensa, la pasión, el apasionamiento no tiene lenguaje: el primer destello es demasiado intenso. En cambio cuando sentimos que podemos relajarnos y percibir tranquilamente, nuestra visión puede expandirse, podemos ver en el acto de una manera despierta, somos capaces de reaccionar de manera certera y directa, podemos ser absolutamente precisos. Este descubrimiento es el primer síntoma de lo que llamamos el despertar del Sol. Este Sol es un sol naciente, más que un sol poniente, de manera que representa el despertar humano. La sincronización de mente y cuerpo trae consigo este despertar. El camino del Sol se basa en la visión de que en este mundo hay una fuente natural de resplandor y brillo, que se concreta en la celebración de la vida y en el disfrutar de los acontecimientos. Se trata de enfocar y ver la vida como un proceso natural, de armonizarse con el orden espontáneo que existe en el mundo.

Lo contrario de la Luz es la oscuridad, uno a veces prefiere esconderse en sus cavernas y selvas personales. Si uno se da cuenta de que se está escondiendo en la oscuridad, quisiera encender todas las luces posibles. En realidad no está encendiendo las luces, sino simplemente abriendo más los ojos, buscando sin cesar la luz mas brillante. Sin embargo, es necesario recordar la oscuridad para ver el contraste con el lugar de donde se proviene.

El Hombre de Luz ha tenido forzosamente que sentirse solo y triste en algún momento, por ello es sensible en todos los aspectos. Gracias a esta sensibilidad podemos persistir en el cultivo de nuestra disciplina y comenzamos a aprender lo que significa la renuncia.

El Hombre de Luz , renuncia a todo aspecto de su experiencia que constituya una barrera entre él y los demás.

El Hombre de Luz debe ser osado para superar su egoísmo. Una persona egoísta es como una tortuga, que allí donde va, lleva su casa a cuestas. En algún momento tenemos que dejar nuestra casa e ir al encuentro de un mundo más amplio. Es el requisito previo y absoluto para que a uno le importen los demás.

El camino del Hombre de Luz es un viaje continuo, una senda o hilo que discurre a lo largo de su vida. Es aprender a ser auténtico en cada momento y vivir con disciplina, manteniendo siempre su lealtad hacia los seres que se hallan presos en el mundo de la oscuridad, generando calor humano y alegría hacia ellos. La conciencia meditativa que es un aspecto de la disciplina, le permite al Hombre de Luz ocupar adecuadamente su lugar. Le enseña como ha de recuperar el equilibrio cuando lo pierde, y como ha de usar los mensajes del mundo fenomenal para avanzar en su disciplina. A partir del eco de la conciencia meditativa va creciendo una sensación de equilibrio y se va instalando un sentimiento de estar permanentemente arraigado, sintiéndose asentado sólidamente en la tierra.

Cuando uno asume adecuadamente su lugar sobre la tierra, no necesita testigos que le confirmen su validez. Llegado a este punto, empieza uno a vivenciar la noción fundamental de intrepidez. Está dispuesto a estar alerta en cualquier situación que pueda presentársele, y tiene el sentimiento de que puede asumir totalmente el mando de su vida, porque no está del lado del éxito ni del fracaso. El éxito y el fracaso son su viaje.

Habrá veces en el viaje en que uno está tan petrificado que vibraría entero en la silla, con dientes, manos y pies. Apenas si se mantendrá en su montura: estará casi levitando de miedo. Pero incluso a esto se le considera una expresión de intrepidez, si uno tiene una conexión fundamental con la tierra firme de su bondad primordial.

Cuando la disciplina comienza a ser natural, a ser parte de uno, es muy importante aprender a soltar. Soltar es vencer completamente la idea de que la disciplina es un castigo por un error o una mala acción que se haya cometido o que uno quisiera cometer. Hay que vencer completamente la sensación de que hay algo fundamentalmente malo en nuestra naturaleza humana y de que, como consecuencia, necesitamos disciplinarnos para corregir nuestro comportamiento. Soltar tampoco tiene que ver con pasarlo bien a costa del prójimo.

Evidentemente el soltar es algo más que una simple relajación. Es un estado que proviene de estar en armonía con el medio, con el mundo. Soltar no tiene nada que ver con apartarse de las restricciones de la vida ordinaria; al contrario. Es compenetrarse más con su propia vida, porque uno entiende que, tal como es, su vida contiene los medios para levantarse incondicionalmente el ánimo y curarse de la depresión y de la duda.

Llegado a este punto, El Hombre de Luz es poseedor de la elegancia natural ya que cuando comunica, la sinceridad es su mejor herramienta. Decir la verdad no significa que uno tenga que contar sus secretos más íntimos o revelar todo aquello de lo cual se avergüenza. Uno no tiene nada de que avergonzarse. Esa es la base para decir la verdad. Decir la verdad se relaciona también con la afabilidad. El Hombre de Luz es afable en el hablar. Un lenguaje afable expresa dignidad, lo mismo que el buen porte de cabeza y hombros.

Para terminar, en el Hombre de Luz se instala la confianza incondicional, resplandor radiante, es la energía pura. Este tipo de confianza incluye la tenacidad y la alegría, porque confiar en el corazón nos permite tener más sentido del humor. Esta confianza puede manifestarse con majestad, elegancia y riqueza en la vida de una persona para uso, disfrute y regocijo propio y de los demás.

A mí entender, la Masonería en nuestros días representa la construcción de una verdadera sociedad fraternal. A partir de pulir nuestras propias piedras y con nuestras herramientas, nos vamos convirtiendo en verdaderos hombres portadores de Luz.

El Maestro Secreto representa un eslabón más en el viaje hacia la Luz.

También debo decir que hay muchos y verdaderos Hombres de Luz que están trabajando eficazmente y en silencio y que no pertenecen a una Fraternidad masónica, pero que son verdaderos HOMBRES DE LUZ .